ROMPIENDO EL SILENCIO
Candidatura Independiente
En el contexto de la democracia, en los últimos tiempos se ha venido manejando un figura que se torna interesante con la finalidad de legitimar lo que se ha dado en llamar «candidato independiente», para alcanzar el verdadero Estado constitucional y democrático de derecho, situación que, quiérase que no, no es tan fácil de lograr por la gran pérdida de privilegios para los grupos políticos de élite. Así pues, casi siempre que se acercan elecciones en nuestro país surgen candidatos independientes, es decir, que no pertenecen a algún partido político existente en el lugar donde se presenta su candidatura, por lo que se le llama candidato cívico o candidato independiente, aunque la práctica ha demostrado que casi nunca ganan, porque estamos acostumbrados a dejarnos llevar por las campañas costosas, sin pensar que somos nosotros los que las estamos pagando con nuestros impuestos; no escuchamos propuestas, sólo se ven las oportunidades de obtener una ganancia con nuestro voto. Al realizar una candidatura al margen de un partido político sólo se está ejerciendo el derecho de cualquier ciudadano establecido por la Constitución en su artículo 35, que expresa: «Son prerrogativas del ciudadano: I.Votar en las elecciones populares; II.Poder ser votado para todos los cargos de elección popular, y nombrado para cualquier otro 42
empleo o comisión, teniendo las calidades que establezca la ley; III.Asociarse individual y libremente para tomar parte en forma pacífica en los asuntos políticos del país». Como podemos observar, ser votado es un derecho inherente, universal e inalienable de postularse a los cargos de elección popular. Claro está, no tienen los medios económicos suficientes para enfrentar una campaña ni una base de votantes. Asimismo, tienen la posibilidad de pactar con otros para formar un equipo de gobierno, teniendo la ventaja de tomar decisiones libremente sin depender de un partido político, lo que le facilita su trabajo. La candidatura independiente pone en tela de juicio la existencia de los partidos políticos, representando un problema para éstos y para el sistema democrático. Desde el punto de vista político no se ha estudiado con la atención que debiera, por lo que es necesario voltear la mirada hacia este tipo de candidaturas, ya que se podría dar la sorpresa de que exista un candidato con tanta simpatía y don de líder, que gane alguna candidatura, ahora que parece ya se van a aceptar las candidaturas independientes. Lo que hay que aceptar es que un candidato independiente es otra forma de hacer política, así como la familia y la sociedad en general han evolucionado, también la política necesita un cambio ante la poca credibilidad que tiene en general la clase política; esto permitiría salirse
de lo ya establecido por la política, no queriendo decir al respecto que no se apegue a las reglas ya establecidas por el sistema, se debe tomar como una inconformidad del pueblo frente a la política ya establecida y aceptada. Con esto lo que se busca es un nuevo sistema político, lo cual permitiría que también cambiara la concepción de soberanía nacional en un mundo globalizado, dando un viraje al mandamiento de nuestra Constitución plasmado en el artículo 39 de la misma y que a la letra dice: «La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno». Por lo tanto, el candidato independiente vendría a dar una réplica a la partidocracia mexicana, a los «monopolios» (situación que también está prohibida por la Constitución) que se han dado en la clase política a través de los partidos políticos, que la mayoría de las veces no respeta la opinión de sus mismos agremiados, no existiendo la democracia en éstos para la elección de sus candidatos. No vamos lejos: hay un partido político que parece más un partido familiar, siendo esta falta de democracia la que hace a los candidatos independientes que se inconforman con las decisiones de sus dirigentes al no encontrar las condiciones adecuadas para expresarse, por lo que rompen con la partidocracia; y 10 DE MARZO DE 2011