Tontos de emergencia En esta historia hay un niño que inicia una conversación con el dueño de una tienda quejándose porque en el colegio le exigen hacer todo como se le indica; incluso recibe instrucciones para situaciones que ni siquiera han ocurrido. El dueño de la tienda comienza entonces a relatarle una historia de su niñez en la que al momento de vivir un terremoto, muchos no siguieron las instrucciones previstas con anterioridad y por ello ocasionaron accidentes y pérdidas adicionales durante el incidente. Al niño le llama la atención lo tonta que parece la actitud de los que ocasionaron los accidentes y en respuesta a sus comentarios, el dueño de la tienda comienza a explicarle cómo las personas al llenarse de miedo quedan incapacitadas para pensar con claridad. Le aclara que esa es la razón por la que es necesario hacer planes previos para ser capaces de reaccionar bien durante una emergencia en la que está en peligro la vida o algo importante. El señor procura explicarle cómo funciona el miedo, tomando como ejemplo a su hijita quien teme a las arañas y se pone a llorar muy asustada cuando está frente a una. Hace la observación de cómo las cosas se ven totalmente diferentes cuando la araña no está presente, y le demuestra que la imaginación es la que crea engaños cuando estamos con miedo.
Le explica además que si durante un suceso de miedo nos esforzamos en serenarnos, a través de respirar despacio y profundo, podremos diferenciar entre lo que está pasando realmente y lo que la imaginación está sugiriendo que puede estar pasando; y entre las consecuencias reales que pueden derivarse del suceso y las que la imaginación está sugiriendo. Le enfatiza que la imaginación debe ser disciplinada, en lugar de dejarla inventar cualquier explicación en el momento que le plazca; direccionarla para ser usada, a favor de uno mismo, para crear planes y posibles soluciones que podremos usar para salir de la situación complicada en que uno se encuentre, ante un problema real. De esta historia puede entonces aprenderse, que tanto la ansiedad como el miedo son el producto de las proyecciones imaginarias negativas que hacemos de nuestro futuro y que la razón por la que cuesta tanto, a veces, salir de un problema es la indisposición que tiene la mente, en ese momento, para analizar con veracidad los hechos. El antídoto real del miedo es por ende la acción de serenarse voluntariamente, analizar y luego actuar con determinación y fe. El miedo cuando no está a la merced de la imaginación desbocada es una emoción muy importante y útil ya que anuncia la presencia de una amenaza potencial y asegura nuestra supervivencia. La ansiedad denota que no estamos viviendo en el presente sino proyectando nuestros miedos hacia el futuro. En esencia es el miedo repitiéndose cíclicamente. Aprender a no reaccionar erráticamente a las cosas que nos asustan, sino de una forma meditada, es una de las lecciones más valiosas de sabiduría que alguien puede aprender.
Guía para padres & maestros de las Historias con inteligencia emocional para vivir mejor
por Silvia Larrave
10