Lucinda y la magia del amor E s t a hiEsta historia se t r a ta d e una hadita llamada Lucinda, hija del sol y la luna, que podía hacer m a g i a respirando luz. En su pecho transparente se podía ver pasar la luz que respiraba hasta el corazón, donde se fundía con sus pensamientos y así se materializaban bellas flores y pajaritos. El reino de las hadas se dormía después de la puesta de sol; sin embargo Lucinda se propuso averiguar qué pasaba mientras las hadas dormían. A medida que avanza por el camino, Lucinda va perdiendo su luz interior de diferentes maneras. Pierde luz por el miedo que le produce la oscuridad, luego se encuentra con una criatura que la aborda agresivamente y pierde su luz interior por el enojo y resentimiento que le produce esta situación.
Al quedarse sin luz, la Luna, la insta a reflexionar sobre su experiencia mientras llega el amanecer. Lucinda reconoce que al quedarse quieta y pensar en lo ocurrido vuelve a encontrar aflicción. La luna la tranquiliza y la anima a permitir que las lágrimas limpien la oscuridad que entró en su corazón. Al día siguiente Lucinda aún se siente mal, no logra respirar suficiente luz hacia su corazón y no puede usar su magia como lo hacía antes. Le pregunta a su padre sol si es que le ha retirado su cariño por haber desobedecido las reglas del reino, puesto que no logra sentirlo. Su padre le explica que el problema radica en la oscuridad atascada dentro de su interior la cual puede cambiar si logra hacer 3 milagros por sí misma: confiar, perdonar y olvidar. El primer milagro se trata de confiar en su propio amor y desear con intensidad perdonar y sanar, y al recordar como se actúa cuando siente el amor del sol, encontrará el camino a su propio amor, el cuál le dará la fuerza para lograr sus milagros y la pauta sobre cómo actuar. Ella al mirar dentro de sí descubre que aún hay en ella una chispita del amor de su padre, que le hace sentir amada y con deseos de amar todo. En el segundo milagro Lucinda tiene que lograr perdonar a quien la ofendió y también perdonarse a sí misma por haberse equivocado. Para lograrlo necesita dejar de creer que perdonar es un acto de condescendencia para quién recibe el perdón y debe lograr darse cuenta que quien perdona es quien recibe alivio y libertad.
Guía para padres & maestros de las Historias con inteligencia emocional para vivir mejor
por Silvia Larrave
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