El gusanito de la tristeza Esta historia se trata de un grupo de árboles que conversan sobre el relato de un Sauce Llorón que vive desde los tiempos en que muchos árboles del bosque fueron talados; esta tragedia que dio origen a la ancestral plaga de los gusanos de la tristeza. En la época de la tragedia unos gusanitos espinosos que pasaban por el bosque aprovecharon para meterse en el corazón de los árboles, ya que éstos estaban tan aturdidos del susto e impresionados con la tala como para hacer algo al respecto. Se cuenta que los gusanos se iban poniendo largos, dependiendo de qué tan impresionado estuviera el árbol. El gusanito tiene espinas por todo su cuerpo, por lo tanto es muy doloroso cuando entra, permanece o sale del árbol. Pero si el árbol no hace lo posible por sacárselo, el gusanito se lo va comiendo por dentro y lo va dejando lleno de hoyos causando que el árbol se marchite gradualmente hasta que queda tan vacío por dentro, que ya no le quedan fuerzas para vivir. La gran ceiba le cuenta a un pino joven cómo Kalic, el sauce llorón, tuvo que tomarse mucho tiempo en silencio y a solas para sentir la ubicación exacta del gusanito. Tomando notas sobre sus descubrimientos, observando todas las emociones que le causaba el movimiento del gusano, notó que llorar y contar lo sucedido era de gran alivio. Por lo que finalmente entendió que para sacarlo, tendría que llorar y pensar en lo sucedido hasta que se le acabaran las lágrimas. Mientras lo iba sacando las espinas se le clavaban por todas partes causándole gran dolor, y además, mientras pinchaban soltaban un veneno cuyo efecto lo volvía pesimista. Aunque Kalic no se dio por vencido y logró sacárselo, el gusanito le había hecho muchos hoyos durante el tiempo
que estuvo dentro, por lo que aún experimentaba con frecuencia alguna ansiedad e incurría en moverse incesante, comer demasiado o tratar de no quedarse solo. La Gran ceiba contó también cómo otros árboles que habían decidido que ellos eran demasiado valientes como para llorar, se habían vuelto muy enojados y al cabo del tiempo se habían marchitado de adentro hacia afuera. El pino estaba horrorizado de oír sobre semejante plaga, por lo que preguntó cómo se hacía para saber si se estaba infectado. La Gran Ceiba lo tranquilizó contándole sobre los síntomas: para empezar, las esperanzas dejaban de visitar al árbol infectado y esto ocasionaba que el árbol quisiera llorar con frecuencia y todo le pareciera malo y sin remedio; y luego le explicó que a pesar de los efectos de haber sido carcomido por dentro, el hecho de sacar el gusano garantizaba que pronto estaría bien. Los Gusanitos de la tristeza son el símbolo de una tristeza más prolongada como lo es una tristeza profunda, una depresión o un duelo, como lo muestra el caso de Kalic el sauce que presenció la matanza de muchos de sus hermanos. Cada vez que alguien pasa por una pérdida, se abre un proceso de duelo dentro de su corazón. El tiempo que le tomará procesar y superar estas emociones depende de que el sujeto que está en la depresión no evite las emociones, sino que se sumerja en ellas y las observe junto con sus pensamientos como fuente de información y a través de observarlas prolongadamente, descubra gracias a esa perspectiva, la manera de dejar ir lo que se perdió y decidir el nuevo rumbo que debe tomar su vida a partir de liberar este pesar. La mayoría de personas tiene la tendencia de evitar atender sus emociones negativas ya que son naturalmente desagradables y recurren a protegerse del dolor desviando su atención hacia usar, en forma no saludable, alguna(s) de un sin número de acciones como dormir, comer, ir a fiestas que fungen
Guía para padres & maestros de las Historias con inteligencia emocional para vivir mejor
por Silvia Larrave
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