Revista editadaenEnsenada,BajaCalifornia.Revistadecirculaciónmensual.DirigidaporAdánEcheverría. Edición. LarissaCalderón. Colaboracionesaromeolobos@yahoo.com.mx /ConsejoEditorial: Alejandra Aké Sustersick, Joelia Dávila, Cristina Leirana, Larissa Calderón, Roberto Cardozo, María Nieto, Mario Pineda Quintal y Anel Mora.
Contenido
La misión perdida de Matías Verduzco. novela -segundo fragmento.
Marta Aragón Rodríguez ........................................ 3
Historia con final feliz un poco incierto.
Daniela Muñiz Nieto 37
Eternapesadilla
Jéssica de la Portilla Montaño.............................39
Lamenonita
José Sifogrante 41
Estética de la sobrevivencia en Colombia.
Memoria y afectos en la poesía contemporánea (2000-2015)
ImágenesportadaeinterioresdelArtista Gabriel Sánchez (Leirbag)
delatripa: narrativa y algo más, No. 30, Octubre 2016.
La misión perdida de Matías Verduzco. fragmengo de novela. —continuación—
Marta Aragón Rodríguez
Elsolpunzabacomounclavoenlacabeza, mesentíasomnoliento.Decidíecharunsueño bajo de los encinos. Desensillé la mula y la solté para que comiera pasto en los alrededores. Tiré la silla al suelo y estaba a punto de echarme sobre ella, cuando un chillido me alertó.Aunospasos,unaserpientemeavisaba su cercanía, pero no iba una maldita víbora a detenermisueño.Lamatéapedradasconuna rabia,quemásque contraelanimaleracontra lamiseriademivida.Muertoelreptil,lecorté el cascabel, lo desollé y le saqué las tripas. Colgué el cuerpo pelado sobre la rama del encino, luego me tiré sobre la silla. Sobre mí murmurabanmilesdehojas,dejabanverretacitos de cielo y el revoloteo azul de los pájaros belloteros que volaban de árbol en árbol con susalasazules.Algodepazsemetióamicabeza ypecho;dormíynodespertéhastaelsiguiente díacuandolaclaridaddeshizoelrestodeoscuridadqueaúnquedaba.Tendidosobrelahojarasca, tenía la cara llena de hojas y ramitas secas,losojoslagañosos,ydemibocaamarga, salía un olor a mierda. Me dolía el cuerpo, estaba hambriento, deseaba una taza de café caliente y el calor de la lumbre. Pensé en los dosviejos,queaesashorasestaríanhaciendo lo mismo, hablando de sus cosas. "De seguro andarán sobre las pistas de la misión perdida, contándoseloquesaben,lasrutasyveredasa seguir,elpuntoexacto.".Semellenóelhígado de bilis, y se me espesó la saliva. "Más les valdrá que compartan ese oro conmigo", exclaméenvozaltacomoloco,"porquesino", me detuve un momento para, después, en un estallido gritar: "¡Soy capaz de rebanarles el pescuezo!,¡Destriparlosycortarlosenpedaci-
Recuperadomefuialarroyo,medesnudéy lavémiropaquehedíaacuchitrildemarrano. Allí estuve tallando y tallando como si me lavaraelalmadeunamugremuypegada,muy duradesalir.Tendímisgarrasentrelaspiedras y fui a bañarme con el jabón de castilla que guardaba entre la muda de ropa limpia. Me enjabonémuybienydespuésdejéqueelarroyocorrierasobremicuerpo.Elaguafríacortabamipielcomonavaja.Alratomeacostumbré al frío y dejé que el agua se llevara la mugre queteníapegadacomosifueranmilesdegarrapatas.Nomesentíalosuficientementelimpio como para salir, así que dejé pasar el tiempo, salí con los dedos pachichis. Me vestí, comí el resto de la víbora, me lavé el hocico con jabón, lo sentí amargo y hediondo, pero nada podía quitarme el olor a ponzoña de mi estómago,nada.Mefuiabuscaralamula,erahora de acercarme a Santa Clara y vérmelas con la Chagua; algo muy caliente se derramó en mi interior,queluegomebajóhastalasverijas.
Hastamíllegaronlosruidosdelrancho,las vocesdelosvaquerosarreandolasresesenel corral. Me sentí inquieto, con la respiración contenida, el estómago encogido.Ala vuelta delcaminoapareciólacasadeadobecontecho de cuatro aguas forrado de tejamanil; de la delgada chimenea de la cocina brotaba un
delatripa: narrativa y algo más, No. 30, Octubre 2016. tosparatirarlosporelvoladerocomosifueran piedras!". Con este grito eché afuera todo el venenoquetraíaenelestómagoyquemeponía la sangre negra. Me gruñeron las tripas, sentí el dolor del hambre, que como cuchillo me rebanaba. Junté unos leños y prendí lumbre. Dejéquesehicierabrasasparaqueseasarala víbora.Conellacalméelhambre.
hilillo de humo. Una figura vestida de negro recogíaalgoeneljardín,porsusmovimientos ágilessupusequesetratabadelaChaguayque andaríacortandoalgunaverduraparalacocina. Lepiquélascostillasalamulaparaqueapurara el paso. Los minutos se alargaron, por fin llegué frente a la entrada del rancho, en el momentoquelaChaguasemetíaalacasa.
—AsíquevienessinelMalaquías,muchacho; y te bajaste hasta acá porque te sentiste muymalo.Undolorenelcostado,dices,pero para mí traes más hambre que enfermedad. Pásate primero a la cocina para que te eches un taco, luego veré qué tan malo estás. Ha de serelcostadoderecho,muycerquitadelcorazón. Ahí merito les duele a los muchachos a veces— lo dijo mirándome con sus ojos que parecíandegavilán,fijosymuyabiertos.Sentí queleíacadapalabra,cadaintención,cadasentimiento que traía dentro; no de balde era la mujermásviejadelosalrededores,decíanque seacordabadecuandoloskiliwaquemaronla MisióndeSantaCatarinaynadie,deaquellos tiempos,quenofueraella,andabacaminando por estos rumbos, más bien lo hacían por los delmásallá.
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Me llevó a la cocina y me sirvió frijoles guisados,machaca,tortillasdeharinayunpocillo de café con nata endulzado con piloncillo. Sentí que mi cuerpo se calentaba con la comida,ibaaecharmeuntragodecafécuando entrólaChaguaalacocina;andabavestidade negro, cubierta con un chal que le tapaba la cabeza. Entró y apenas dijo un "Buenas". Trasteó un poco en la alacena, pero al darse vuelta se topó conmigo que estaba sentado comiendo. Por primera vez nuestras miradas seencon-traron.Sentíqueunrelámpagoverde mepene-trabaenlacabeza.Nuncahabíavisto sus ojos, parecían dos cuentas de piedra esfín ensucaramorena.
—Buenastardes,señora—dijehaciendoun esfuerzosobrehumanoporcontestarsinbajar los ojos.
Me miró unos instantes, recorriéndome de arribaaabajo.Sedetuvoenmibocayregresó a clavar sus ojos en los míos. Sonrió al preguntar:
—¿Vienes cargadito de chispas de oro y te vasagastarlasalpueblo?
—¡Ah, qué mi nieta! —dijo doña Polita moviendo la cabeza y suspirando— parece como si no se le acabara de morir el marido. ¡PobreFermínOsuna,yanocaminaporestos rumbos!
Despuésdedecirloseacercóamíyempezó a revisarmemirandodirectoalosojos.Cuando terminó:
—Creo saber cuál es el mal que traes. Lo imaginénomásdeverte.Estásmalodelpecho, junto al corazón, por eso te duele tanto. No te dejadormirporquepiensasmucho.Tieneslos
ojos gastados por estar viendo cosas que quieres, deseas lo que no tienes y a lo mejor no es para ti. Ve tú a saber, ni que fuéramos adivinosparasaberelporvenir.
Parecía que hablaba para ella misma y no conmigo. Sus ojos se fueron muy lejos.Tenía las manos puestas en mi torso, sentí un calorcitomuyagradable,yporuntiempitome reconcilié con la vida, con los viejos, con la tierra. Luego me soltó y se alejó:
—Ahorita vuelvo, voy por una yerba muy buena para tus males.Aquí espérame porque tengoqueiralmonteabuscarla.
Nohabíadejadodetemblarlapuertaalser cerrada,cuandolaChaguaentró,sehabíaquitadoelchal.Traíaunvestidonegrodetelamuy delgada. Volteé a verla y vi que sus senos se movían al caminar. Pensé que no traía puesto otracosaqueladelgadatela.Mirésuspezones durosdebajo,seestremecíancuandotrajinaba porlacocina,igualquelasnalgas.Semeparaba laverga.Estabapegadoalasilla,nopodíamoverme ni dejar de verla caminar de aquí para allá. Se sentó frente a mí, de una forma que dejabaaldescubiertogranpartedesustetas.
—De modo que traes mucho oro y vas a gastarloenSanTelmooaEnsenada—teníalos ojospuestos,contodasufuerza,sobremicara.
Me miró con descaro y rió. Se levantó con unestremecimientodechichisynalgas,ysalió deahí.Mequedémirándola,sintiendoque iba avenirmeallímismoenlospantalones.Yentró doñaPolita:
—¿Seteacabadeaparecereldiablo?¿Qué tepasa?
—Nada, doña Polita; este malestar que no medeja.
—Encontrélasyerbas,nobatallémuchopara hallarlas. Un poco de tójil, lentisco y salvia, perovoyanecesitarquetequedesportresdías.
—Estábueno;traigoconquépagarle,nose preocupe.
—Me preocupa más curarte de tus males queeloroquetraes—empezóacanturrearya decir cosas entre dientes—. Parece que se aparecióeldiablo,segurovestidodenegro.Eso ha de ser, para qué le busco si ya sé.Vale más queloespante,yquesevayaahacerdañopara otraparte.Fúchila,noquierochamucosaquí.
Mientraslamujerpreparabasuscocimientos,yomirabaporlaventanaqueestabajuntoa la mesa, el campo abría como una sábana salpicada de matorrales y colinas chatas; el jardín que rodeaba la casa, el árbol de paraíso juntoalaentrada,elcercodepostesdeguata, el rosal de enredadera cubierto de racimos de floresblancas.Másallá,lahuertademanzanos yfrutales,laenramadadeparras,ydespuésde laentrada,laveredaqueconducíaaloscorrales yalenormeálamodondeestabaelsillero,sitio obligadoparatodoslosquellegaran.Enesovi que se acercaba un jinete montado en un macho alazán. Se detuvo frente al sillero y dejó amarradaalabestia.Conpasosfirmessedirigió a la entrada. Vi a la Chagua tras el árbol salir rápida al encuentro del recién llegado: era MiguelTejeda,unmuchachomuyjovenybien
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parecido.Deunarazadistintaaladeporaquí. Eramuyalto,depechoancho,pielbonita,gran bigotecastañoenroscadohaciaarribaylosojos colorcielo.Todaslasmujeresdelazonahablaban de él porque les gustaba. Era de Jalisco, decíanquedeLosAltos,deTepatitlán,donde había mucha gente como él, muy clara y muy fina.Cuandollegótraíahermana.Apenasduró, selallevóungeólogogringoparaelotrolado. Cuentan que la trae por todos lados con él.
MiguelTejedanotendríamásdeveinticinco años,calculabaqueseríamosdelamismaedad, aunque de físicos diferentes: yo soy moreno, correoso, de cabello y ojos oscuros, barbón y pobre; un vago miserable. Sentí celos al ver a laChaguasalirlealpasoaMiguel.Conversaron unratobajolasombradelparaíso,parecíaque discutían. El hombre se dio media vuelta y se regresópordondevino.Alpocorato,jinete,y macho,seperdieron.Todoeltiempo,laChagua estuvorecargadaeneltroncodelárbol, parecía mirar el paso del jinete. Cuando desapareció, laChaguaregresóalacasa,traíaunajarracon agua,laestrellójuntoaunapiedra.Alentrara exclamó:
—Semecayólajarra,nana,vengoporotra para ir al pozo por agua fresca— Luego se empinóparasacarunpicheldelaalacenayen un momento, la luz transparentó la silueta de su cuerpo de guitarra bajo los trapos negros. Me estremecí, olvidé que era una mentirosa, que había quebrado la otra jarra a propósito. La observé de reojo, las nalgas temblaban debajodelafalda,abultadasyredondas,salían deunacinturapequeña,quebienpodríaabarcar con mis manos. En su espalda colgaba una trenza encarnada y un resplandor de cabellos rojosrodeabasucaramorena,cubiertadepecas diminutas. Me echó una mirada honda que oscureció sus ojos. Era difícil saber en qué pensaba.Seiluminaron,brillaroncomopiedra
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esfín contra la luz. Me sonrió que se me hicieronagualoshuesos,ysindejardereírni mirarme,saliódenuevo.
—Bebeeltéantesquetepongasmásmalo —dijo Polita y me regresó de golpe a la mesa:—Ynotomestrago,niunagotasiquiera, ysiteaguantas,nofumestampoco.Demenos nofumestanto.¡Ah,quémuchachoéste,si no teponesabusado,pues…novasacurarte,tú!
Me sirvió un pocillo con el cocimiento de yerbas, que olía tan fuerte como si anduviera enmediodelmonte,yestabatanamargocomo bilis. Me lo tomé sin pensarlo, la risita de la Chagua me hacía cosquillas en el estómago y enlastalegas.
—Puedes dormir en el porche, en el catre que está doblado en un rincón. Pídele a la Chaguacobijasparaquenopasesfrío.Alrato te hablo cuando esté la sopa. Ve y tiéndete en elcatre,aversiduermesaunqueseaunratito.
Lehicecaso.Lostijeralesdeltechoestaban oscurosporelpasodeltiempo.Empecéasoñar con los ojos abiertos. Volví a escuchar la risa delaChaguaquemehizocosquillasenlapunta delaverga.Lasentíencimademíconelvestido abierto y los senos derramados sobre mi barbilla.Sentísusmanosabriendomibragueta ybuscandoamicachorónhambriento,deseoso de entrar en ella, de sentirla húmeda, caliente y…ganosa,muyganosa.Mequedédormido,y me soñé andando por caminos largos y pedregososquemeconducíanaltoquedeuna campanalejana.MedespertódoñaPolita.
—Es hora de más cocimiento. Vente a la cocina y te echas un taco porque ya es tarde.
Lascasasdeestafamiliaeranlimpias,impecables, ni una sola bacha encontrabas en los patios barridos.
Cenamosunguisodepapasconcarneseca y frijoles. Las tortillas de harina no hicieron faltanielcaféconnataypiloncillo.Comimos en silencio; la Chagua estaba sentada frente a mí.Devezencuandosesobabaelpechoyme dejabavereliniciodesuschichis,bajolatela se veían los pezones, los imaginé oscuros y carnosos,deseélamerlos.Aduraspenascomí, la veía de reojo a cada rato, ella se estremecía cadavezqueseparabaporalgo.
—Enlugardecomponerte,empeoras—dijo doña Polita muy maliciosa—. Anda ponte a comeryhazfuerzasparaaliviarte.Sinbocado, denadavanaservirlosremediosqueteestoy dando.Mirapues,contigo.
Hiceunesfuerzoymeacabéelplato.Miré dereojodenuevoalaChagua,memirabacon unosojospícaros.Leechéuntragoalcafé.El ChuyCastroibasobreeltercerplatodecomida. Se la bajaba con buches de café, y seguía comiendo sin tenedor, a punta de grandes bocados envueltos en tortillas.
—¿Quieresmás,Chuyito?
—Pos, pos si no falta nadien— y se sirvió denuevoguisadoyfrijoles,searrimóotrastres tortillas.
Se me revolvió el estómago, apenas pude acabar. Lo que me urgía era otra cosa: una puñetaparaaliviarlasganasdehembra.ElChuy interrumpió:
—¿AquévinoMiguelTejeda?
—¿Cuándo vino ése y a qué?— preguntó intrigadadoñaPolita.
—El Chuy ha de saberlo, él fue el que lo vio,¿no,Chuy?—preguntólaChaguacomosi quisieradesviarlaconversación.
—¡Mira qué bien aprendes; hasta seguir huellasabes!
—Eso lo sé desde Santo Domingo. Mi apá meenseñóaseguirgüelladesdechiquito.
—Puesquévaqueroresultaste,Chuy;pero lo habrás soñado. No he visto al Miguel por aquí—laChagua seexcusaba.Luegoseparóa recoger los platos.
"Mentirosa", pensé, "La vi hablar con él". Pensamientosquesehicieronpedacitoscuando se agachó a recoger mis trastes sucios. Me acercó las chichis al brazo, las tuve pegadas por unos momentos. Me caía un rayo que me erizó los huevos y me puso la monda como piedra, dura de por sí desde antes. Deseé salir de inmediato, pero temí que se me notara el bulto.CuandosepusodepiedoñaPolita,aprovechéparadespedirme."Graciasporlacena,y quepasenbuenanoche.HastamañanasiDios esservido"ysalíparairmealmonteacurarme el mal. Regresé al rato y me tiré en el catre. Meencontrécondoscuiltasderetazosviejos, yunaalmohadadelanadeborrego,unafunda hechadelamantadelossacosenqueveníael azúcar. Imaginé que ella —empezaba a ser "ella"—lahabíalavado,planchadoypuestocon susmanos.Olíaalimpio,afresco,ayerbadel mansodelarroyo.Recarguémicabezaconplaceryseguísoñando.Entredormidoydespierto, acariciaba mi entrepierna. Cuando sentí unos labiosquemebesabanelombligo,yunosdedos suavesmeacariciaronloshuevos.Abrílosojos, allí, con el vestido abierto hasta abajo. Tomó mimanoylapusoenunachichi.Lasentísuave, grande, le pasé los dedos por el pezón y se
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endureció.Empecéaacariciarla.Bajólaboca hasta mi verga y empezó a besarla. Estaba desnudo, agitado. Se me montó en el vientre, sentísusexohúmedoyvelludoenelestómago. Empezó a tallarse, y me metió un pezón en la boca,luegomebesómetiendotodalalengua. Laabracéyrecorrísuespaldaysusnalgascon mismanos,lasabríparameterlelosdedos.Me besabaconfuria,mordíaloslabios.Setallaba sobremí.Setiródeespaldasydejósuspiernas abiertas frente a mí y empezó a tocarse. Era mañosa,habíallevadounalámparaparaquela viera.Abriólaspiernas,memostrólapanocha, yempezóajugarla.Seretorcíaencimademí, su espalda me tallaba el pájaro. Gemía y trabajaba con dedos livianos, se los metió dentro y siguió jugando con su cuerpo, sus gemidossevolvierongritosqueibansubiendo ysubiendo.Alestallarmebañódelíquidosel vientre.Lossentícorrersobremícomounrío. Reíagustosa.Sefuecalmandoypreguntó:
—¿Tegustó?
Su imagen penetraba mi cerebro. Memorizabatodaslaslíneasdesucuerpo,comoveredasmeperdíanenunmundodesconocido.Con lasindias,eracosadeensartarlasydarlehasta venirse;peroaquelloeraunsueño,comocuando me puse hasta el tronco de yerba y sentí quevolaba.Lasimágenesmepenetrabancomo burbujasenlosojos,pompasquesehacencon jabónyqueparecenhechasdearcoirisbajoel sol,queflotanlivianas.Lasentílameryprobar suspropiosjugossobremiombligo.Rióyme dioaprobarlos.Elsaborahembraeradelicioso. Cerré los ojos como si al hacerlo el sabor seconcentraraenmilengua.Cuandolosabrí, las pompas de jabón habían reventado. La Chaguaestabamuyseria:
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—Eso cualquiera me lo da. Mueren por tenermedebajodeellos;hastamedaríantodo lo que tienen— y sacó un cigarro de la bolsa del vestido. Lo encendió y se puso a fumar. ¿Quieresvercómoselofumamipanocha?
—Claroquequiero.
—Tienes que darme algo a cambio. ¿Qué tienesparami?
—Sale.— y volvió a montarse. Se tiró de espaldas y me puso la pucha enfrente. Le acaricié el vello, muy abundante, picaba mis manos.Ibaabesarla,cuandoaventómicabeza:
—Mira,miracómofumoconlapanocha.
Se metió el cigarro y empezó a juguetear con él dentro, pero la gracia estaba en que lo sacaba para metérmelo a la boca.Yo probaba el sabor a hembra. Su olor quedaba atrapado dentro de mi boca. Se terminó el cigarro.
—Déjameculearte.Voyadartetodoeloro, perodéjamequetemetatodalaverga.Quiero sacarte hasta los sesos.
—¿De veras, así de tanto? Quiero ver qué tan bueno eres.Aver, anda, móntame. Como me vas a dar todo tu oro, te voy a dejar que te mesubasarriba,porque¿sabes?Yosoylaque monta siempre. Me gusta cogérmelos a mi gusto,perovoyadejarmemontes.
Me incorporé de un salto, y de un movimientorápidolatumbé,laabrídepiernasyse lassostuveabiertasentremisbrazos.Lapenetré sin preámbulos. Sentí el calor de su cuerpo y me vacié por completo dentro de ella.
Yeracierto.Mispensamientoscolgabande las sombras de mi cabeza. Estaba en aquel presente que me daba el cuerpo caliente y húmedodeella.Luegodelamerleybesarleel cuerpoentero,dehacerlagritarconmilengua ensupucha,deencendermecomountroncón de manzanita en llamas, la cogí como bestia, como perro enloquecido. Sentí sus entrañas hirvientesenmivergaylapenetréporelculo. Estabacomounaperraenbrama.Merespondía, se me entregaba con un deseo enorme. No quise pensar en que sí sería por mí o por otro. Daba lo mismo: ¡Yo era el que estaba dentro de ella esa noche! La Chagua era mía. Esa mujer, esa puta fue mía, la pagué con mi oro, conmissueñosmiserables;ylacogípeorque sifueraunanimalenbrama,peorqueunabestia, queunperroqueseensartaenlapuchadeuna hembra. La mordí, la llené de chupetones. Le abrí tanto las piernas que le tronaban los huesos. Dos animales haciendo algo lejos de los sentimientos,sólocarne.Gritamos,sudamos, nosembarramosdemileche,lapusealamerla demispiernas.Lohizo,meretabaaquehiciera más, hacía más. No hubo sitio de nuestro cuerpoquenoexploráramoscondedos,lengua, conlaboca,conlaverga.
—Quiero preñarte, que seas mi mujer, llenarteelvientreconunhijo.
—Quédices,loco.Miraloqueseteocurre.
¿Dónde viviríamos? ¿En el monte, bajo los árboles, en una cueva, debajo del cielo? No quiero vivir así. Deseo una casa, un pie de ganadoparatenerdedóndesacarparacomer. Noquierovivirsiempredefiado.No,loquetú me ofreces, no me interesa. Hoy estaba de buenhumor,yganosadehombreymira,mehe llevadounasorpresacontigo.
Aldeciresto,sequedócallada.
—¿Porqué?
—Porque no te cansas, manito. No te cansas—dijoatragantadaporlarisa.
—¿Por qué me dices puta, cabrón?— preguntóenojada.
—Por esto— le dije y volví a subirme y meterlelaverga.Ellagritabadegusto,alpunto queperdióelsentidocuandosevino,ymedejó empapadodelíquidos.
Nosclareólanoche,casisalíaelsol,cuando laChaguasemetióalacasaporunaventanade la parte trasera, porque doña Polita, muy madrugadora,andabatrasteandoenlacocina. Mevestí,yfuidirectoabuscarlamula,después a bañarme en el arroyo. Volví a despedirme. Doña Polita me ofreció desayuno después de darmeuntazóndecocimientodeyerbas.
—Así que te vas, muchacho. Es lo mejor, que te vayas antes que el chamuco te pesque ensutelaraña.Tevoyadarlasyerbas.Vinistea otra cosa y la conseguiste —dijo como si hablara con ella— y vale más que hagas rumbo ahora y no cuando ya no puedas. Dijiste que estabas enfermo y no sabes qué tanto. Tienes pus negra dentro del pecho y es muy malo. Si lodejassevuelveincurable.Tómatelasyerbas, tómalas por tres días seguidos y si puedes comoaguadeuso—dijomirándomealosojos con aquella mirada suya que leía en mi interior. Temí que adivinara lo sucedido entre la Chaguayyo,perocreoqueyalosabía.Selas sabíatodas;además,eramuydifícilquenose hubieraenteradoconlosgritosdelamujerque hicieronecoenlanoche,juntoalululardelos tecolotes y los chillidos de las lechuzas.
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EntrólaChaguaalacocina,andabadenegro, envuelta hasta la cabeza con chal oscuro. No séporquésemevinoalacabezalaimagende unaviudanegra.Talvezporlatrenzarojaque salía entre el chal: la mancha roja que tenían lasviudasnegras,conocidaspordevorarasus machos. Ella me hizo una seña de que saliera aljardín.
Laseguíhastadetrásdelacasa.Memostró el cuello lleno de chupetones. No le había dejadoningúnpedacitolimpio.
—Mira lo que me hiciste, cabrón. Voy a tenerqueandartapadahastaquesemeborren por tu culpa. ¡Qué bravo eres, eh! Nunca me habíatopadoconunoquecogieraigualqueun perroenbramaniquetuvieraunpitotangordo y sabroso— y se relamió los labios.
—Tú no haces malos quesos. No estabas muy enojada cuando te tenía metida la verga hasta los sesos.
—Nodiscutamos.¿Tevas?
—Sí, ya te di el oro. ¿A qué me quedo? Y como te dije: quiero que seas mi mujer y preñarteconunhijomío.
—¿Y?¿Quévasahacerparalograrlo?
—Conseguir oro —contesté—, es la única formadedartelavidaquedeseas.
—¿Más que el que me diste hoy?— y sus ojos se iluminaron por la ambición, por el deseodeteneroroparadejardevivircomolo habíahechohastaesemomento.
—Mucho más. Muchísimo más. He de conseguirlo aunque pase por encima de algunos.Hedetenerteparamí,Chagua.Nome importa que tenga que comprarte con tu peso en oro. No me importaría matar para tenerte paramí,asíseasmásponzoñosayputaqueuna viudanegra.
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—Miratú,loquedices,loco—ysucarase llenó con una expresión de duda, de cierto temor
—Venadespedirme—ylaatrajeparaabrazarla; al sentir su cuerpo junto al mío y oler aquelaromaahembraquelesalíadeadentro, me dieron ganas de cogerla de vuelta. La arrastréylapusecontralapareddelacasa,le alcéelvestidoylahicemíaotravez.Volvióa derramarseenmispiernas.Dejócaersucabeza sobremishombrosyagitada,medijo:
—Ni tú tampoco. Volveré, Chagua, con muchooroparacomprarteyseasmía—lodije contalseguridadqueyomismomeasusté.
—Vete y no prometas cosas que no vas a cumplir.
—Dejaré de ser el hijo de mi madre si no cumplo.
Me alejé del rancho Santa Clara. El sol me daba en el rostro. Me sentía otro hombre, y al reparar en ello, recordé a Malaquías y a don Pifas, y le piqué a la mula para llegar cuanto antes a Valladares, no fuera que ese par de viejosroñososhicieranrumboparaotraparte.
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Mesentíaliviano,libredeunacargadeaños. Lamulacaminabaligera,subíamosparallegar a Valladares. Urgido por el oro de Malaquías lepicabaalabestiaparaqueanduvieramásde prisa.Laprimaveraempalagabaelaireconel dulzón de las flores entre la yerba y los matorralesflorecidos.Unconstantezumbarde abejas. Se atravesaban por el camino las
chacuacas seguidas por sus pollitos tan altos comomediopulgar.Mecausabarisaverloshuir antecualquierruido.Eraunruidajodeplumas, trinos,cantoseinsectosvolando.Laprimavera espesabalamañana,invitabaaecharsedebajo de un árbol para ver pasar las nubes. Estuve tentado a hacerlo, y recrear la noche pasada, cadainstantedeaquelsueño,revivirmeenlas entrañasdelaChagua,porquemehabíametido en ellas a mi antojo, las veces que quise, las que el tiempo nos dio y las que este cuerpo pudo. Su memoria andaría en mi cabeza y en mipechopordondequiera.Nadavolveríaaser lo mismo. Nada de su cuerpo me fue negado. LacompréconelorodeValladaresy,enaquel momento, iba derechito a conseguir el de la misiónperdidadeSantaInésdelaSierra.
El camino se me hizo corto. Bajé al cañón por donde corría el arroyo de Valladares. Un palabreríoincomprensiblebrotóentrelaspiedras: entraba en los terrenos del par de viejos roñosos.Porahíandaríanbuscandosuscosas, burlándosedemí.Lleguéalcampo,estabatodo menoslosgambusinos.Nohabíaseñalesnide ellos ni de las bestias. Había una parte de los trastes, algo de provisión. Parecía que me lo habían dejado para cuando regresara. No tardaríanenregresar.Juntoalaguameencontré latramparepletadechacuacas.Poruninsante mesentíagradecido,luegopenséqueandarían buscando la misión de Santa Inés y un hilillo depusamargamecayóalestómago.Recordé a doña Polita y su visión de mis males y sentí coraje."Voyatirarsusyerbajosalachingada", "Loquenecesitoesoroparairporella"ysentí un cosquilleo en la punta del chile. "Las mujeresselemetenaunohastaloshuevos",seguí pensando, "pero ésta más que ninguna". De nuevo una boruca que salía de las piedras me hizo ver que por ahí andaban los viejos hediondos. Maté las chacuacas, las desplumé ydestripé.Lessaquélasmollejitasyloshiga-
dos para freírlos junto a la carne. Mientras se freíanhiceunascuantastortillasypuseacocer frijoles. Al rato comía codornices empanizadas. Recordé las veces en que nos encontrábamos con los vaqueros en sus campos y nos brindabanhuevosdetoroempanizados.Nada como un taco de huevo de toro frito o revueltosconhuevosdegallina."Huevosconhuevos", seburlabanlosvaqueros.Comidasdehombres bajo el cielo, sin mujeres y llenos de historias alcalordelaslumbradas.Éramosdelamisma clase,deseandosiempreunamujerparadormir con ella, pero siempre terminábamos con las putasolasindias,queveníasiendolomismo; habíaquellevarles,acambio,café,azúcar,cualquiercosaquelesdieragustooalimento.Amor comprado, al fin de cuentas, amor de putas; queríaunaparamí,paramísolo.
Despuésdecomermefuiarroyoabajo,con unapalaylasbandejas.Deseabaquelasuerte fuera buena y me encontrara algunas chispas. Fuialmismolugardelaúltimavez,pensando quetalvezserepitieralodelotrodía,perono encontré nada. Ni allí ni en los demás lugares en que anduve prospectando. Me regresé al campo, de nuevo aquella guasanga que no se entendía."Porahívienenelpardeembusteros", pensé, de nuevo fue sólo una ráfaga de brisa entre las hojas de los encinos, revoloteo de pájaros belloteros, alboroto de chacuacas. El campo estaba vacío, silencioso. La ceniza de la lumbre volaba con la brisa. Preparé café y cené chacuacas. Puse mi tendido, y como estaba solo, me acosté pelado, tenía ganas de acordarmedelaChagua.
La sentí en la carne. Mi paladar recordó su sabor a hembra madura y mis manos la piel suave y el tacto de los vellos de su empeine. La recordaba a mis anchas. La luna en cuarto brillabaamediocielo,alargabalassombrasde la noche que murmuraba entre las ramas.
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Bulliciodevoces.Estavezdemujer,igualque cuando van en bola a lavar al arroyo. En un chispazolaimagendelaChaguasedesvaneció para llevarme frente a mi madre: la Coti le decían, la vi lavar mi ropa junto a las demás mujeres.Lavabamispantalonesremendadosy vueltos a remendar. Nunca supe quién fue mi padre,eraelhijodelaCoti,lamujerquevendía su cuerpo para vivir, tal vez por eso tengo metido, entre ceja y ceja, que hay que pagar por el amor de mujer. La Coti discutía con las otrasmujeresquelatratabansinrespeto,laque daba la panocha por un cinco, decían; los hombresalverlaqueríanllevárselaalacama. La primera vez, a los catorce años, se fue con un hombre que la dejó abandonada en El Mármol.Regresóacasayrecibiódesprecios, burlas y el acoso descarado de los hombres. Ellos pagaban y desde entonces vendió su cuerpo a quien lo pidiera. Uno de tantos fue mi padre. Cuando llegué a preguntárselo, me respondía que no se acordaba, muy guapo porque yo lo había sacado a él. Se reía y me abrazaba. La Coti era alegre, risueña y mal hablada; pero descubrió que el trago la hacía olvidarqueerapobre,putayqueteníaunhijo que mantener. Mi vida fue rodar, mendigar, trabajarporuntacodefrijolesporqueaellale pagabanconpachasdeaguardiente;cualquiera se la echaba por un trago o por cigarros. Un día se empedó con alcohol de madera, que se usa para frotación: y no despertó más. Lloré harto. No recuerdo nunca haber llorado antes nidespués.Fuelaúnicavez,unllantoquesalía desde las tripas, dolía la carne y las lágrimas corríansinparar.AunladodemíestabalaCoti, muertacomounpajaritoqueleagarrólahelada fueradelnido.Nopeguéunojotodalanoche. Cuandollegóelprimerborracho,nosencontró alosdos,amimadredifuntayamíparalizado, mudoybañadoenlágrimas.
Lasvocesseperdieroncañadaabajo,seguían hablando,riendo;mefiguróqueseburlabande miporqueempezabaaestartandeschavetado como todos los gambusinos, enloquecido por tanto sol, por buscar entre piedras y arenales, comosifuésemosgallinas.Unabrisasuaveque venía de la sierra movió las hojas de los encinos,olíaapinodelascumbres,atrementina, a salvia real, a piedra limpia. Eso tuvo el poderdearrullarme;porunmomentomicabeza se limpió de pensamientos, se me borró la Chagua,mimadre,latristezaylarabiaqueme producíanlosdosviejosmugrientos.
Desperté y despuntaba el sol tras los montes,resplandeciendodetrásdelascopasdelos encinos.Mevestí,prendílalumbre,hicecafé, comí chacuacas, y estaba a punto de irme a prospectar al arroyo cuando escuché un rebuznolargo.Alratovocesquecantaban:"A laorilladeunpalmaryovideunajovenbea,su boquitadecoral,susojitosdosestreas".AparecieronMalaquíasyEpifanioDueñascantando a grito pelón. Gusto y rabia mezclados se me clavaronenelpecho.
—¿Ysabesporqué?—continuódonPifas, con aquella conversación que se volvió en mi contra.
—Aver,dimeporqué.
—Porqueesunpendejo,yesonoescatarro para que se quite de un día para otro, por eso nomás,figúrate.
La carcajada de Malaquías me pegó en la punta del hígado, y las palabras del otro viejo se me clavaron como alfileres. De modo que sólo era eso para ellos: ¡un pendejo sin cura posible! Pero cómo dicen: "El que ríe al último...".Yalosharíatragarsesuscarcajadas.
—Ya no huele a oro recién sacado, nomás mellegaeltufoaresabiosdepuchapagadacon chispasdeororeciénlavadito.¿Nohuelesalo mismo,Malaquías?
—¿Quiubo,valecito,yaregresastedeSanta Clara?Ya no te miras malo, muy al contrario, tevesaliviado,muyperomuyaliviado.
—Pues ya estoy mejorcito, Malaquías y ustedes, ¿para dónde andaban?— contesté haciendo esfuerzos por no demostrar que me estabacargandolachingada.
—Luego, luego la curiosidad… Por ahí, vale,andábamosporahívagandounpoquitito.
—Segurito andaban buscando la misión perdida,¿no?
—¿Por qué te preocupa tanto que demos coneselugar?
—HadequererelorodefrayBruno.Note digoqueestápendejo,siyalotengobiencamelado.Sisupiera,sitansiquieraimaginaraloque necesita para llegar allí— interrumpió don Pifassinunasomodeburlaestavez.
—Noquieromedejenfueracuandoencuentrenlapachocha.
—¿Yquétehacepensartalcosa,vale,estás tonto o qué?— preguntó Malaquías encarándome y con un coraje que empezaba a salirle porlapuntadelalengua.
—Éste no sabe ni cómo se llama. Está más verdequeunapiedraenlamadaounlimónsin madurar.¡Andaperdido,mirapues!
—Mira,cabrón,aldiablotúlotraesmetido adentro con tanta pendejada que haces. Te fuiste a ver a la Chagua y le diste el oro que sacaste arroyo abajo, el oro que conseguiste, porque nos dimos cuenta, si no estamos pendejos.
—¡Ah,quémuchachotantonto!Siolíaapuro oro recién lavado. ¡Mira pues!— Agregó el sabelotodo de don Pifas y le dio un jalón a la pipa. El olor a tabaco y a cachimba rancia se me metió por la nariz y me dieron ganas de vomitar por el coraje y por aquella peste.
—Y no sólo eso, Pifas, fue y se lo dio a la Chagua, y me corto la cabeza si ella no lo mandópormás.—gritóMalaquíasalterado.
Suspalabrasmegolpearonlacabeza.Sentí quealgofríosederramóenmiestómago.¡Con este par de viejos mugrosos no se podía tener
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secretoasalvo!Creoqueaesashorasynomás con verme, ya sabían cuantas veces me había cogidoalaChaguaypordónde.
—Lobueno,Pifanio,esquevienebienservido.Demenosnovaaandaratorunadoporun tiempecito, porque va a tardar mucho en regresaraSantaClara,¡Esaviejaesmuycara, vale!
—Sí pues, tú, pero por lo que venteo, ¡es bastante entrona! Ji, ji, ji, ji— don Pifas se estremecía por la risa. No paró de reír por mucho rato con los ojos llenos de malicia.
—Bueno,eshoraqueteenteresparadónde andábamos.Mira—continuó—fuimosatraer carne. Cazamos un venado, porque necesitamos provisión porque vamos a ir muy lejos, bastante lejos. Nos vamos para el desierto de SanDimas,valecito.
No contesté, pero sentí alivio muy grande. ¡Iríamosabuscaroro!Talvez,enunadeesas, descubriríaporfin,endóndeestabalamisión perdida.
En las alforjas del burro barcino traían los cuartosdelvenado.Erandebuentamaño.Les ayudéasacarlosyentrelostresnospusimosa cecinarlacarne,parasalarlayponerlaasecar antes de irnos. Luego de terminar, asamos un poco de carne en las brasas. Hice tortillas y comimos aquel banquete. Al anochecer aún estábamos llenos. Bebimos café y.
—¿A que no saben qué me encontré por el camino?—PreguntóMalaquíasparapicarnos lacuriosidadyempezaralgoquetraíaenmente.
—Dejaqueadivineéste—dijodonPifas— yo ya la olfateé.
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—Aver,valecito,¿quémeencontréporallá enunaguajitoperdidoentrelaspiedras?—me preguntó Malaquías como si se tratara de que íbamosajugaraalgomuydivertido.
—Si no es oro, no tengo la menor idea, Malaquías.Valemásquemelodigas.
—Mira —dijo al mostrarme un manojo de mariguana seca—. A alguien se le olvidó su guardadito. Estaba sobre unas piedras secándose.Talvezeradeotrovagocomonosotros.Sólotoméunpocoparanohacerleelmal completo.Bueno,vamosaprobarlaparaquela pláticasepongabuena.
Sepusoapicarlahierbayaliarunoschurros de mota. Al poco rato fumábamos al amparo de la lumbre y de un cielo lleno de ojos muy brillantes. Un resplandor rojizo salía de los cerros del poniente y la luna engordaba acercándosealallena,alosminutos,donPifasera untemblorderisas,Malaquíasempezóahablar cosasmuyalejadasdesusembustes.Yoloescuchaba y veía como el mundo que salía de su boca se hacía real, podía tocarlo. Don Pifas seguía muerto de la risa, estaba tirado en el suelo, riéndose con la noche, parecía que las estrellas le hacían cosquillas y jugaban con él como si fuera un bebito. Malaquías hablaba, hablaba,hablabamucho.Unríodepalabrassalía desuboca.Yo,conlosojosabiertosveíacómo todosevolvíarealyalcanzable.
—¿Haspensadoalgunavezeneltiempo?— dijo como si hablara con otro Malaquías que traía dentro— ¿No te has fijado que eres el mismo desde que naciste? Sientes igual, en realidad mejoras, en lugar de envejecer, rejuveneces.Cadadíaeresmásjoven.Entonces, ¿quién inventó la mentira del tiempo? Derrotareltiempoeselsecreto,debesencontrarlamaneradequeeltiemposediluyaigual que la bruma en la mañana, que desaparezca.
Asíalcanzaráslacumbre,elfinúltimo.Sabrás elporquédelascosas,desbarataráslasmentiras que te hicieron creer, porque todo es una mentira cruel que te hace pensar que eres pobre,cuandoenrealidaderesrico.Esonolo entendió fray Bruno; se confundió el muy pendejo, y mandó todo al carajo. Si hubiera entendido,nohubieradescompuestolascosas. Todo lo echó a perder. Se confundió con el oro.¡Idiota!Nosupoescucharalaspiedras,al viento, a los cuervos; ahora es difícil saber dóndeestá,muydifícil,sí,muydifícil.
Sequedócalladounrato,enunaespeciede sueño,roncabaconlababaescurriéndoledela boca. Yo empecé a ver una torre, un campanario, que salía entre unos cerros llenitos de piedrasquemadasporelsol.Viaunfrailecon hábito negro azotando a unos indios muy altos,muyfuertesconelcabellobrillanteynegro como alas de cuervo. La idea del espacio y el tiemporompíansusparedes.Todosucedía.Era sobrecogedor,unkemeykiliwadanzabavestido con un pachugó en un lugar secreto en la cumbre de la montaña. El pachugó, hecho de cabello humano, resplandecía bajo el sol. El kemey cantaba con una sonaja hecha con el caparazón de una tortuga. Tenía la cara y el cuerpopintadosdeblancoynegro.Cantabay danzaba. La capa tejida de fibras vegetales y cabelloshumanosentrelazados,danzaba,como si tuviera vida. El hechicero movía los elementosparaliberarasushermanos;loscuervos graznabansobresucabeza,loscoyotesladraban alaluna,yunpumacazabaunbecerroalamparo delanoche.Losvaqueroslomatabanenvenganza, la tierra lloraba cuarzo, lastimada. El cura azotaba, obligaba, exigía trabajo a los kiliwayalospaipácomosifueranbestiasde carga.Unoslabrabanelcampo;otroscargaban pesadosbultosdetierra;otrosmásescarbaban en una ladera sacando el mineral; lavaban el polvoenbandejasdemetaljuntoaunarroyo;
frayBrunosecogíaaunasindiascarnudas;otras parían sus mestizos; otras embarazadas del fraile,seconvertíanenmujeresdelossoldados de cuera. El apellido Montejano se desparramaba entre la gente. Fray Bruno escondía el oroenunlugardesconocido.LaChaguaseburlaba de mí, me metía los dedos en el fundillo, mequitabaeloroymebesabaloshuevos,me lamíaelombligo.Seburlabademí,ellamisma se mamaba las chichis y me miraba burlona. DonPifassecarcajeabaamiscostillas,Malaquíasledecía:"Pifasnoteríastanfuerteporque me perforas la cabeza y no me dejas recordar lo que tengo que recordar". Mi madre estaba debajodeunborrachoporunoscigarrosFaros. Yoqueríaverendóndeguardabaeloroelputo fraile y no podía, no podía verlo y empecé a llorar de rabia. El sol muy alto ya en el cielo, mepegabaenlacara.Hacíamuchoquehabía amanecido.
—Sí,¿Quénovistenada?—preguntócomo si deseara que le contestara algo que deseaba saber.
Callé.Habíavistomuchascosas,algunasde ellas sabidas como corazonada, menos lo que deseaba ver con todas mis fuerzas: el sitio dónde había guardado el oro fray Bruno de Montejano, pero no iba a decirle esto a Malaquías,noibaadecirlenada.
—Nomeacuerdodenada.
—¡Cuéntaselo a mi chile que no tiene orejas! —-dijo en un arranque— Está cabrón queyotecreaquenovistenada.Síviste,vale, pero no quieres decirme. Desde que se te
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metió la Chagua en el entrecejo ya no eres el mismo. Te has vuelto altanero, mentiroso y traidor—guardósilenciosinquitarmelavista de encima, sus ojos parecían taladros—, porquemetraicionas,desgraciadocabrón,qué crees que no me doy cuenta. No de balde soy másviejoquetú.
—Vale, no vi nada, pero si te refieres a lo quesoñé,entonces,puedequesívialgo.Tengo recuerdosvagosdealgunascosas.
—Unrevoltijo.Eranunaboladecosaspasando al mismo tiempo y en el mismo lugar, no había diferencia. Yo estaba en todo y todo estabaenmí,comosifuéramoslomismo,sin ningunadiferencia.
—Mj, pero ¿no viste alguna cosa en especial?¿Algorelacionadoconlamisión?
Mequedécalladoporunratoconlacabeza gacha, sin darle la mirada al viejo. Por fin en unarranquedesinceridadledije:
—Vi a un fraile escondiendo oro en algún lado,peroenesodesperté,telojuroMalaquías. Noviendóndechingadosescondiólasbarras de oro.
—¡Ah,esofueloqueviste!Yoesperabaalgo más.
—¿Algo más importante que encontrar el orodefrayBrunodeMontejano?
—Es en lo único que piensas, ¿no? En el oro,comosisirvieradealgotenerlo.¿Quéno tehasdadocuentaquedenadasirveestarlleno de oro? ¿No te has dado cuenta?— su mirada me traspasó como si yo fuera líquido.
—¿Nocreoquehayaenlavidamejorcosa que tenerlo, no, Malaquías?— dije muy convencidodemispalabras.
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Mequedésoloenelcampo,donPifasquién sabe para dónde andaría a aquellas horas. Me sentía como si flotara. Me sentía parte de los encinos y sentía todo el cielo dentro de mí. Comoungavilánhaciendopiruetasovolando en picada para cazar un ratón o algún gorrión descuidado. No, no podía entender. Lo único que entendía era que no había podido ver en dónde había escondido el dinero Fray Bruno deMontejano.Volvíatendermeydormitar.Yo era parte de todo y todo era parte de mí, a la vez tomaba parte de lo que pasaba y era espectador,todoauntiempo.
Fray Bruno hablaba en una lengua extraña conotrofrailequeeramuyanciano,arrugado y sarmentoso como las viejas parras de las misiones que se retuercen entre los adobes de laruinas.Discutían.Elviejoparecíaadvertirle algo,frayBrunolecontestabaconpalabrasque parecían chillidos de víbora de cascabel. Los kemeyensusdanzas,cantabansusplegariasa lasfuerzasdelanaturaleza,aloscuatropuntos cardinales.Pedían,decretaban.Lavidaseguía sucurso,veíanacerunencinoyluegovolverse añoso, veía a los pumas cazar a sus presas y a la montaña murmurar sabiduría entre sus grietas, pero yo quería ver en dónde escondió el oro; pero por más esfuerzos que hice, no logré saber nada. Me desperté rabioso. Don Epifaniomeveíaconsucachimbaenlaboca, fumaba, se reía con aquella risita molacha. Estaba sentado frente a mí, con una taza de cocimiento en las manos.
—No viste lo que querías ver, ¿verdad? — mepreguntó—¡Ah,quétú!Tefaltamuchopor andar,poraprender;semefiguraquenovasa alcanzar a saber nada nunca, vale. No creo tengaslastalegassuficientes.Amísemehace que no. ¡Pobre Malaquías! Cree que vas a componerte.Semehacequenovasaarreglarte nunca.ComodecíaunodeJalisco:"Notienes patasdejinete".
—Bueno, don Pifas; ¿usted qué tanto sabe demí?,¿quéledaderechoaregañarmecomo sifuerasunieto?Nosoynadasuyo,guárdese sus sermones para otros.
—¡Ah,quétú!Biendiceeldichoque"para pendejosnoseestudia",pero"noteenojes,que sólo los tamales se enhojan" Ji, ji, ji, ji.
La risita se me metió a la cabeza como si fuera un tornillo abriéndome los sesos. Tenía quesoportarsuschistecitos.Preferíquedarme callado,pueselhambremerajabalastripas.
—Mejorvoyaatizarleparacomeralgo,me rajodehambre.
—Asímeconvidasalgo.
"Viejo huevón", dije para mis adentros cuandolevantabaeltendido.Lopuseaasolear un rato sobre unas piedras. En el fogón aún habíaunascuantasbrasas,lespuseunasramas secas encima y soplé. La lumbre prendió enseguida, fue cosa de echarle unos leños y ya. Preparé café, tortillas y un gran sartén de arrozconcarnedevenado.Estábamoscomiendo cuando Malaquías llegó. Venía muerto de hambre. Dimos cuenta entre los tres de todas las tortillas y de todo el sartén con carne. Al rato,fumábamosensilencio.
—¿Nohallastechispas,valeMalaquías?
—No Pifas; ni una puta pepita de oro ni siquieradeltamañodeungranodearena.Hoy la tierra se quedó callada, no quiso darme ni unasola.
—Avecesasípasa,pormásquelebusques no encuentras. ¡Ah, qué tú!Así es la vida, "a veces que el pato nada y a veces que ni agua bebe".
—Lo dirás de chiste, pero así es. Me iré a dormir, ando cansado y debemos agarrar fuerzas;pasadomañana,Diosmediante,haremosrumboparaeldesiertodeSanDimas.
Las estrellas nos miraban dormir con sus ojitosbrillantes,queparpadeabanpormillones. Erantantosquedabamiedo.Aquellaprofunda oscuridadcausabatemor.Alrato,saliólaluna que cada día engordaba un poco para llenarse comopanzadeembarazada.¡Québonitaesla luna!, pensé. ¡Es una vieja rete chula! Ojalá y todas las pinchis mujeres fueran como ella: Nadadiceynadapide.
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Apenasclareabacuandosalimosdelarroyo deValladares,cabalgábamosensilencio.Don Pifasibadelante,Malaquíasibafrenteamí,se veía viejo y encorvado, enflaquecido. Desde queenfermóaprincipiosdelinvierno,nohabía recuperadosunaturalexageradoyfuerte.Sentí penaporél.TalvezlasyerbasdedoñaPolitao lacogidadelaChaguamecalmaronelcorazón un poco. Decidí poner los ojos en otro lado, no me agradaba ablandarme, prefería tener el pechorabiosoyconganasdepelear.Lospicos de la sierra se alzaban al oriente, el sol salía y como un trozo de oro fundido empezó a calentarlamañana.Goteabalahumedaddela nochepasada;elfríosedeshacíaalcompásde
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laspisadasdelasbestias.DonPifasempezóa cantar "A la orilla de un palmar", creo que no sabíaotracanciónoeralaquemáslegustaba. Me concentré en el panorama. Del norte, apareció volando una bandada de cuervos. Cientos, oscurecían el cielo, hasta nosotros llegabaninfinidaddegraznidos.
—¡Hayreunióndebrujos,valecitos!
—Más bien, se murió uno y van todos a acompañarloensupartida—agregódonPifas.
—Así se van a juntar cuando te mueras, Pifas; pero serán puros tecolotes.
—Lo dirás de chiste, como tú dices, pero es cierto; cuando se murió el finado Tambo, huboreunióndelechuzasytecolotesentodos los árboles que estaban alrededor, cuando lo estaban velando, vale; y lo mismo pasará contigo, qué crees ¿qué van aparecer puros ángeles del cielo?
—Si poquito falta para que te prendamos veladoras en vida, vale; nomás te falta que te salganalas—agreguéburlesco.
—Pues sí, pero a ti ni las cucarachas irán a verte.
—¡Uy, no te calientes plancha vieja, solo juego!
—Pues más te vale, porque, de un tiempecitoparaacá,nosabeunoaquéletiracontigo. Loscuervossevolvieronunamanchaenel cielo,luegoyanolosvimosyseguimosnuestro camino, porque llegaríamos a nuestro destinoalametidadelsolotalvezmástarde. Antes de mediodía, llegamos al Real de las Güilotas, un lugar abandonado, que en años pasadosfueunpobladomineromuypróspero, dedondesesacabaorodeunasvetasmuyricas,
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ahoraacabadas.Erandosotrescasitasdesperdigadasenunterrenoplano,rodeadodecolinas chatasypedregosas,conrestosdemaquinaria oxidada y almacenes en ruina, en los que se alcanzabaaleer:Henderson&Johnson,Minning, Co. y otros letreros parecidos. Hacia el norteseveíalasierradeCusiyayconsuspicos escarpadosyaltossobreeldesierto.Recuerdo unavezquellegamosalRealdelasGüilotasy empezóatemblar.Erauntemblormuyfuerte, que duró bastante. Nos tuvimos que tirar al sueloporelsusto;meacuerdoquemirábamos haciaelnorte,rumboalaSierradeCusiyay,y vimoscomoselevantabaunpolvaredóncomo siunamanogigantesacudieraloscerros.Difícildeolvidaralgocomoesto,peroenestatierra pasantantascosas,nodebaldeMalaquíasdice que tiene a la Baja California tatuada en las manos.
Llegamos donde el chino Siu, Héctor Siu sunombrecompleto,quienteníaunacasaque funcionabacomotalytambiéncomotiendade abarrotes, talabartería, ferretería, botica, cantina,casinoycasadeempeño.Allípodíaadquirirsetodoloquesenecesitara,hacertodaclase denegociosyademásdivertirse;porquetenía dos putas que prestaban sus servicios a los hombresqueandabanmuyurgidosdehembra oemborracharseojugarpókeromalillasiese era el gusto. Dentro del salón que servía de tienda, había un mostrador equipado con una balanza vieja y una botella de licor en medio de una charola llena de copitas de vidrio. Un buentragojamáscaíamalymenoscuandovenías cabalgando desde antes del amanecer. El lugardelchinoSiueraunacasa,comolamayoríadelascasasdelaregión,cuadradadeparedes de adobe grueso, el techo de cuatro aguas techado con tejamanil, con las paredes encaladas, las ventanas cubiertas con hojas de madera, que oscurecían el interior del changarro.Allídentroolíaaborracho,amercancías,
avaqueta,cigarro,yapuchadeputasinbañar. Todomezcladoconelpetróleoquesequemaba enlaslámparassiempreencendidas,ylapeste a meados que entraba de afuera; pero nada de estoimportabacuandollegabassedientoycon hambredelcamino.
Siu era un chino gordo, de cabeza y cara redondas.Susojitosdesaparecíancuandoreía por algún cuento que le contaban o cuando alguien quería hacerle trampa. También tenía una gran libreta negra como la de PetínArce alláenSanTelmo.Necesitábamosprovisiones. Esta vez, Malaquías le abonó unas pepitas de oro. "Te alcanza hasta pa las putas", le dijo el chino. "Si me das a la Flor de Loto, hacemos trato, Chino", contestó Malaquías. "Plimelo chingasatumalequeaFloldeLoto".Malaquías soltó la carcajada con la respuesta del chino. "Noteenojes,Chino",replicóMalaquías,"nomás queremos provisiones, trago, cigarro y algo de comer. A la Flor de Loto nomás me gustaverla","Valemáspolquealhombreque llegue a tocal a Flol de Loto, le lebano el pescuezo".Estoúltimolodijoconunavoztan fuerte para que lo escucharan todos. De una esquina salió la voz de un borracho: "Por eso yoquieromuchoalaNomeolvides".
La Nomeolvides y la Querendona eran las putasdelchangarro.Unablancaylaotraprieta, una gorda y la otra el puro hueso. "Pala todos gustos", decía el chino. La Nomeolvides era blanca, gorda y chichona, y la Querendona, flaca,flaca,flaca,perodecíanqueparacontrarrestarsufaltadecarnes,eramuymañosa;por eso la clientela se dividía en partes iguales: unos le iban a una por carnuda, y a la otra por experta, que además se decía tenía perritos.
Aunque sucias, sudadas y sin bañarse entre clienteycliente,eranmuysolicitadas.LaFlor de Loto era otro asunto. Encontrarla en la tienda era como hallarse una pepita de oro
enorme. Era una china muy joven. Cuando estabapresente,unolordulcesobresalíaentre la peste acostumbrada. Todos guardaban silencio,reverencia.Separabadetrásdelmostradoraescribir,comoescribenloschinos,con un pincelito embarrado en tinta negra, unos garabatos que iban de arriba para abajo. Era blanca,blanquísima,peinadaconunamelenita negra como de plumas de cuervo y la boca pintada de rojo escarlata. Casi siempre usaba vestidos con grandes flores rojas estampadas ydecuelloalto.Eradelicada,parecíaunamuñecadeporcelana.SólohablabaconSiuenuna lengua que sonaba como cristales al viento, como el cantar del agua entre las piedras. Aquella vez no encontramos a Flor de Loto. Nadiesabíaelparentescoquelauníaalchino Siu, ni donde dormía, nada; porque él nunca quisocontestarsobreesteasunto.Lagentemal pensada decía que la Flor de Loto vivía en un subterráneo que había en la casa, que por eso eratanblancaydelicada;jamásledabaelsol, perosóloeranhabladasoquiénsabe,conesos chinosmisteriosos,cualquiercosaeraposible.
Comimos un banquete preparado por la Nomeolvides,porquelaQuerendonaatendíaa unclienteenuncuartocercano.Hastanosotros llegaban los gemidos y los gritos de hombre que era atendido por la flacucha, y por el escándaloquehacía,senotabaaleguas,quela estaba pasando bien. La Nomeolvides nos preparóunplatónconsardinas,cebollapicada y chiles en vinagre que comimos con galletas saladas, ¡la gloria! La Nomeolvides casi nos poníalastetasenlacaracadaqueseacercaba aservirnosalgo.DonPifas,entrebocadoybocado, no le quitaba los ojos de encima. Ella sonreíaconsusdientesdeoroylabocapintada de rojo encendido.
—Nada como una puta gorda, blanca y chichona para perderte encima de ella, ¡Ah!
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Lástima que estoy tan viejo, pero ¡qué bonito es lo bonito!— dijo con la boca llena de sardinas y los bigotes embarrados de aceite.
—Ya ni te has de acordar cómo se coge a unaputa,Pifas.Amísemehace,queseteolvidó hacemucho.
—Nomevengascontuscosas,Malaquías, porque ni de chiste se te ocurra decirlo. Fui muy buen culeador. Hubo putas que no me aguantarontodoslospalosquelesechaba.
—Pues lo dirán de chiste, pero mi abuela me contaba de un Epifanio Dueñas que cada queveníaaverla,mejorseescondíaporquela dejaba más muerta que viva— dijo la mujer, que para mi sorpresa, ya había probado la herramienta de Malaquías, porque sólo él decía: lo dirán de chiste.
—No les dije. Has de ser nieta de laAmapola,unaputacarnuda,chichonayblanca.Con razón me ha gustado tanto verte, es que me la recuerdas.Abueleaste—dijodonPifasesponjado como un guajolote—Te quedaste chato, ¿no, cabrón? —agregó dirigiéndose a Malaquías
—Siempre has de salirte con la tuya, viejo habladoryniquienteganeenlochingón.
—Losdichossonmuysabios; hayunoque dice: "Sabe más el diablo por viejo que por diablo".
—Sí, Pifas, pero mejor hay que apurarnos porquelachispacaminaysehacetarde,tenemosquellegarantesdelanocheceraldesierto, valecitos.Acuérdense que para llegar necesitamosandarlajornadacompleta.
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nes, conseguimos otra pala y un talacho. Nos subimos a las bestias e hicimos rumbo hacia elsureste,yahabíamosrodeadolasierra,ahora la tendríamos por el costado contrario, por el lado que se despeña a tajos hasta el desierto, enelreinodemoupilkuyak,elborregocimarrón.
Dejamosatráslascolinaschatas,tapizadas de cardones y peñascos. Ante nosotros se abrieron los arenales, planos y amarillos. Los ocotillos floreaban rojos en la punta de sus ramasretorcidas.Delosnopalesylechuguillas salían ardillas y juancitos. Saltaba una liebre orejona o algún coyote, y en el cielo, volaba algúngavilánenbuscadepresas.Loszopilotes daban cuenta del cadáver de una res. El desierto, muerto en apariencia, lleno de vida que se disimula entre los tonos ocres. Las víborasdecascabelsonamarillascomolaarena ynonegrascomolasdelasierraqueseesconden entre la hojarasca seca de los encinares quevuelvenlatierraoscura.Pasábamosporun lugar donde empieza la sierra de San Pedro o termina en ese sitio de tajo y de golpe, llena decortes,depiedrasheridas.Unborregocimarrón,moupilkuyak,ledicenloskiliwa,consu cornamenta enroscada y su pelaje dorado estaba sobre un risco.Al vernos echó a correr entre las peñas. Seguimos caminando en silencio,hastadonPifashabíadejadodecantar El camino era largo, sediento, con el sol encimadenuestrascabezasoenlaespalda.Aves derapiñapartíanelcieloconchillidos,nohabía ningúncuervo,estabanensureunióndebrujos.
El sol se ocultó entre los picos rocosos de San Pedro Mártir. La luz declinó, pero luego de pasar una colina chata, Malaquías dijo: "Hemos llegado". Era un sitio entre las rocas queformabanpartedelasierra,unarinconada, conunaguajegrandeyunmezquitalquedaba sombra. Había cardones, ocotillos, mezcales
ylechuguillas.Unpocomásallá,unnacimiento de aguas termales, sulfurosas y aún después, sobreunmontóndepiedrasestabancientosde cuervos:¡Lareunióndebrujos!
Eranloscuervosquehabíamosvistoporla mañanadeesedía.Descansabansobrelaspiedras,sobrelosmezquites,cardonesychoyales. Parecíanvigilantes,comosiaguardaranalguna cosa o esperaran por alguien. Los restos de la luz del día los hacía parecer fantasmas. Nos quedamos callados mirando el espectáculo; desdeloscuervosnosllegabaunaromapesado, cargadodeoscuridadymalospresagios.
—¡Nosestánesperando!
—¡Cuidadoconloquehablan!—exclamó don Pifas con expresión de alarma— La piel de la tierra está muy sensible, ¿no lo sienten?
Desmontamosysoltamoslacarga.Cadauno sehizocargodesutendidoynosechamos.Un adormecimientonosgolpeólosojos;dormidos nos invadieron los sueños. La noche se hizo tanlargacomosemanas,lashistoriasfluían.
Yo frente a un altar de piedra cubierto de manteles finos. Un cáliz dorado resplandecía enelmedioyunsacerdotemuyviejooficiaba misaconletaníasdemurmullosquechocaban las paredes. Los clamores se convirtieron en cascabeleos de serpiente. Iba a estallar mi cabezaporelsonido,ytodoresplandeciócon unaluzblanquísimaquehería;nostransformaba en soles. El sacerdote se convirtió en Malaquías,ydonPifasenacólitoquelevantabalas vestiduras sacerdotales al tiempo que sonaba las campanillas y movía un incensario. La
claridad se tiñó de humo y el olor llenó la iglesia. Cáliz en mano, Malaquías se acercó a mí a darme de beber bacanora y me puso una hoja de yerba en la boca. "Come y bebe mi esperanza",dijo"sabrásmisecreto".Pudever que la iglesia estaba hecha de barras de oro cubiertas de barro y capas de cal.Todo era de oro por adentro. El sacerdote anciano lloraba sangre,crucificadoenunacruzdepiedrayun cura más joven le abría la carne a latigazos. Pronunciabanalrevéslaspalabras,deatráspara adelante, de ayer a hoy, en espirales. Todo resplandecía y estaba al alcance de mi mano, eracuestiónderascarlascapasdecalybarro. Desperté porque el sol me pegó a media cara, donPifasyMalaquíasnoestaban,loscuervos tampoco.
Me levanté con punzadas en la cabeza, me tronabanlassienes,mesentíamal.Micabeza estaballenadeunabrumaqueenredabalospensamientos, los escondía, los hacía espesos y confusos. No me acordaba por qué estaba en aquellugar.Sólorecordabaaloscuervosyque Malaquías y Epifanio Dueñas andaban conmigo. Sentí un temor que me hizo sudar frío. Luegodeorinaryvaciarlastripas,fuiaverel campo y me encontré con restos de la lumbrada, el café caliente y una olla con frijoles cociéndose en las brasas.Andarían por ahí el pardeviejossarnosos.Esperabaquenoanduvieranlejos.Bebíunpocillodecaféycomíde unguisoquedejaronparamí.
Mientrascomía,mellegóunaguasangade voces y paladas en la arena. El viento traía la bulla,peroluegosealejaba.Terminédecomer con la intención de salir a buscarlos.Al poco caminabaenmediodeaquellatierraamarillay pelona,barridaporunvientoquesoplabadesde elmarlejano.Elsolsubíaporelcieloyempezabaacalentar,yelvientoseguíatrayendolas voces y las paladas de arena y luego se las
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llevaba. Era difícil adivinar de dónde venían, pero suponía que debía caminar para donde salía el sol. Era un plano grande con ramajes secosaquíyallá,algunasnopalerasymezcales. Sealzabauncardónounocotilloconsusbrazoslevantadoshacíaelcielo.Unvahocaliente brotabadelatierraarenosaycubríaalaplanicie conunabrumaquelovolvíaborroso.Elviento seguíaacercandoyalejandolaalegatadevoces, parecía que discutían. Empezó a picarme aquellacuriosidadmalsana,lasviejasdudasa supurarpusnegraysentílarabiasordaqueme golpeabacadavezquepensabaqueesosviejos ibanaganarmeconeloro.
Eché a andar más aprisa, apurado como si mecorretearaelchamuco.Aparecióunpunto negroenlalejanía.Seacercaba.Penséquesería algunaresdesbalagada,peroaltiempodescubrí queeraunhombre,cuyafiguraoscuraparecía venir derechito a mí. Me detuve a esperarlo. Con su imagen borrosa parecía un espejismo. Seacercabaysealejaba,alcompásquelahabladeraibayvenía.Sentímiedo,empecéasudar frío. La figura y las voces daban vueltas alrededor mío, el sonido de la arena me estallaba enlacabeza.Paleabanpolvosobremicadáver.
El hombre se detuvo frente a mí. Me clavó losojosduranteunrato.Pudeverelpolvodel camino,elsudorquegoteabadesufrenteconvirtiéndose en lodo. La barba negra salpicada de canas, las ropas oscuras, el sombrero grasiento cubriendo los cabellos apelmazados; zapatosgastados,laviejamochilaalhombro, lapalaenlaespalda,labateacolgando."Otro gambusino",pensé.
—¿Meestásesperando?
—Laverdad,sí.Medetuvealverquealguien seacercaba.
—Noahora,¿Meesperabasdesdeantes?— insistió.
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—Debe tratarse de Malaquías Verduzco o EpifanioDueñas—ledijealiviado.
—Esos no me esperan. Son caminantes como yo. Buscamos lo mismo. A veces me topo con ellos y platicamos. Cuentan muchas mentirasdivertidas.Lapasaunobienconellos ymeayudanconpiedrasparaelcamino.
—¿Conpiedras?
—Loscaminosseconstruyenconpiedras— sacóuncigarroamediofumardelbolsillodel saco.Loencendióylediodosotreschupadas largas que se metió hasta adentro del pecho. Luegolodejósalirymecayótodoelhumoen lacara.Olíaatabacorancioyadientesviejos. Nopudeevitarvoltearlacara.
—Eres delicado, no te gusta el olor de los caminantes.
—¿Olordecaminantes?—repliqué—Sólo me llegó peste a humo rancio y hocico hediondo.
—¡Ah,quétú!Sevequenoereshombrede andar. De seguro no llevas ninguna piedra — dijo antes de darle otra chupada al cigarro y volverme a echar el humo en la cara—, ¿no sabesquelaspiedraseslomásimportantepara recorrer el camino? ¿No te lo ha enseñado Malaquías?
—Patrañas, ¿qué cosa buena puede enseñarme?
—Debesaprenderaescucharlosmensajes escondidos en sus exageraciones. ¿No tienes untragodeagua?Traigomuchased.
—¡Ah, qué tú! —dijo con una risa a medias— El oro es para irla pasando; para pagar putas,trago,cigarrosynadamás.Loimportante es lo otro, lo principal.
—¿Lo otro? —pregunté con la esperanza quesupieraalgodelamisiónperdida—¿Qué estanimportanteytanprincipal?
—Sólo se sabe al andar el sendero —se quedómirandoaunpuntoinciertodelpaisaje— Soncosasqueunhombredebeencontrarsolo.
—¿Qué?
—Libertad,¿acasohayalgomejorqueesto? Mira tu alrededor: ¡Todo es mío! ¡Soy dueño detodo!¿Lodudas?
—¿Piedras pelonas, choyales, nopaleras, sabandijas? ¿Ésaesturiqueza?Todaestatierra seca y sin nada, ni siquiera agua. Caminas en mediodeestasoledadytemueresdesedsino te muerde primero una víbora o te insolas
—¡Ah,quétú!Mira,nomehemuertoyme la vivo recorriendo el desierto. Jamás me ha faltado el agua. Esta tierra es generosa, muy dulceensuaridez,sólohayquesaberbuscar; lodicenlosviejos:"Elquebuscaencuentra".— y empezó a ventear la brisa como si fuera un animaldelmonte.
—Hasdesermestizodeberrendo,esosque nunca toman agua. De tanto andar entre las piedras ya se te pegó; al rato sólo comerás lechuguillas,cardonesychoyasigualqueellos.
—Todo se aprende en el desierto, aquí no
pasasnisednihambrenipasasfríonicalorni losvientostetumbannilosrayos;tampocote hacendañolastormentasquecaen.Encuentras más piedras para construir el sendero que en ninguna otra parte. ¡Aprende a mirar en las sombrasdeldesierto.Lassombrashablanuna lengua misteriosa, conocen la ruta, te guían a travésdelapenumbradelosdías—ysequedó mirando las sombras errantes de las nubes cuandopasabanporeldesierto.
—Bueno, ¿y a dónde te lleva tu dichosa travesía?— Le pregunté para seguirle la corriente.
—A la misión perdida de Santa Inés, allí meritollegas,¿nolosabías?
—No, no lo sabía, pero ya que nos encontramos frente a frente, tienes qué decirme cómo se llega.
—El camino te lleva directo a la misión, pero este camino no se encuentra, se construye; las que se encuentran son las piedras y túnotienesninguna,muchacho.
—¿Cuálespiedras,cuálcamino?Estásmás locoqueMalaquíasydonPifas.Tantosol,tanta piedra, sed y hambre terminan por chamuscarles el cerebro. Debería irme de aquí antes de que termine igual de desatrampado que ustedes.
Estaba desesperado y confundido, pero penséqueaquellanoeralamejoridea,porque nada sería posible para mí sin el oro de la misión, que por lo visto, cada vez tenía más pruebasdesuexistencia.
—Debes decirme cómo llegar a la misión. Vayamos a buscarla y vamos a partes iguales con el oro, ¿qué dices?
Suscarcajadasseesparcieronporelviento, fueronachocarcontralaspiedrasyregresaron a mis oídos, la burla fue doble. Me sentí
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indignado,nuncapodíaganarleaungambusino viejo ni podía comprender sus misterios, sus palabras a medias. "Puras loqueras", me dije, "pero no puedo dejar de creer. Estos viejos zafados son como los borrachos y los niños". Seestremecíaderisa,seagarrabalapanza,se puso rojo de tanto reir, y yo parado frente a él comountonto."¡Ay,siestosviejosnotuvieran lagraciadehacermesentirtanbruto!".
—Es mejor que me vaya, ¡Ah, qué tú! De veras que estás pendejo —y volvió a soltar la carcajada y a estremecerse por tanta risa.— Mejorempiezaajuntarpiedrasyconstruyetu camino con ellas.
—¿Decuálespiedrasjunto?—Lepregunté sintiéndomeigualdelocoquelosgambusinos que recorrían las veredas de la sierra.
—Ellasteencontraránati,tegritaráncuando pases, pero tienes que saber su lengua, su idioma—yseechóaandar—.Eshoradeque vayapormisputasconelchinoSiu,mehande estaresperando.Porahínosencontraremosen otrocrucedecaminosyesperoqueparaentoncestengasmuchaspiedras.
Lovialejarse.Elvientomovíasusaconegro, la pala y la bandeja de gambusino chocaban entre sí con cada paso. Sentí algo como pena enlamitaddelpecho,nosupesiporelviejoo por mí. Sentí un impulso y grité:
—Nunca me dijiste cómo te llamas.
—NicanorArce,elCuervo;gambusino.
Laspalabrasrevolotearoncomoalasnegras enelvientoyllegaronamí."ElCuervo",dije, "me parece que los viejos roñosos lo mencionan cuando hablan de sus cosas. Es de los mismos, gambusino, loco y andariego, y para allávoyquevuelosinoencuentroesemaldito oro".
Desanduveelcamino.Elrumordevocesse alejaba, creí que era mejor regresar al campo, aquelpardelocosquiénsabeendóndeandarían aquellas horas. Era tarde, el sol bajaba por el cielo, palidecía. Preferí poner cuidado a las piedras, quien quitaba y alguna me pegara un grito, pero nada pasó: estaban mudas, quietas como almejas cerradas, no podía abrirla si no era a golpes. Hice el intento y quebré una que me pareció que tendría algo dentro, pero no había nada en ella, nada; sólo aquel olor seco que salía de las piedras rotas, sólo eso.
Llegué al campo cuando el sol estaba por esconderse detrás de los cerros de la sierra, asíqueconestaclaridadalcancéaencenderla lumbre. Hice unas pocas de tortillas y asé un trozo de carne seca de venado, lo acompañé con los frijoles que ya estaban cocidos y con unatazadecaféreciénhecho.Mesentéacomer sobreunapiedraquedabaaloriente,enaquel momentoelsolseescondíadetrásdelosmontes, y la luna salía sobre el límite del desierto de San Dimas. Se veía enorme, redonda, enrojecida.Unmovimientoexactocomodeun reloj: en plenilunio, al meterse el sol sale la luna. Lo mismo pasaba al amanecer, pero de modo contrario: el sol salía por el oriente y la luna se escondía en el poniente. En ambos casos,lalunateníauntinterojizoosonrosado, pálido, como si se dispusiera a dormir al atardecer, y si recién se levantara del sueño, al amanecer.Habíavistoesomuchasveces,Malaquías me explicó que esto pasaba el día que llenabalaluna,porquelosastrossemovíanen el cielo con movimientos mecánicos y exactos, y que se lo había enseñado… ¿quién? La verdadnolorecordaba,hablabatantoelcarajo viejo, que terminaba enredándome los sesos. Mequedémirandounbuenratoalaluna,hasta quealta,enelcielo,brillabacomounacharola deplata.
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Esanochenomedejarondormirloscoyote sen un concierto de ladridos que enchinaba el cuero; parecía que todos los coyotes del desiertoladrabanalmismotiempo,comosile contaran sus cosas a la luna. Me vino el recuerdo de Benito Peralta, pa ipa de Santa Catarina,contabaloscuentosdesugentepara que se supiera, que ellos, los pa ipá, habían andadoestastierras,habíanexistidoynoeran un sueño que se olvida para convertirse en secreto de peñascos. Benito Peralta sabía de los misterios de las piedras igual que los gambusinosqueparecíaandabanportodoslos caminos de la Baja California. Recordé un cuentoquesellamabaPaYuuBchay,LasHijas del Tecolote. Escuché a Benito contarlo una vezqueanduvimosprospectandooroporallá en Santa Catarina. Estábamos sentados alrededor de una lumbrada fumando y tomando café.Alolejosempezóaladrarunamanadade coyotes:
—Voyacontarunahistoriademigente;un coyote muy enamorado, que por andar detrás de las mujeres le pasó algo muy malo, ¡pobre coyotito!
—Hacemuchotiempo,enestatierra,había seismuchachas,muybonitas,ydetrásdeellas andaba un coyote, que como era macho, les decíamuchospiropos;peroundíalasmuchachas, enfadadas del coyotito, se escondieron de él, en el cielo. El coyote las perdió de vista yanduvobuscándolas,díasenteros,portodas partes. Deseaba saber qué había pasado con ellas. Escuchó que le gritaban, pero no supo dedóndeveníanlosgritos.Porfinvolteópara arriba y se dio cuenta que las muchachas le gritaban desde el cielo.Allá estaban las Hijas del Tecolote, las seis juntas, brillando. Al descubrirlas pensó en qué podría hacer para subirhastaellas,yalnoencontrarsoluciónpara suproblema,sequedóparado,muytriste.Las
muchachas lo vieron y le mandaron un cinto desde allá, para que lo agarrara, y ellas lo pudieran subir Así que el muchacho subió y subióenunviajequedurómuchosdías.Cuando vioqueyaestabacerca,lesgritóalasmuchachas:"¡Jalenmásrápidoparallegarpronto!"las muchachasjalabanyjalaban,ycuandoestabaa puntodealcanzarlas,estirólamano,perouna de ellas soltó el cinto y ahí va para abajo el pobrecoyotito.Bajóybajóybajóhastaquese quedóseco.Cuandocayóenelsueloerapuros huesos que se desparramaron por la tierra. Estabamuerto.Peroaquíenlatierraelcoyote teníaunaabuelitaqueyateníatiempobuscando a su nieto y no lo encontraba, hasta que topó con los huesos y dijo: "Estos huesos son los de mi nieto, no hay de otra". Se puso a recogerlos hasta hacer un montoncito con ellos. Despuéslosmolióyconelpolvohizomuchas bolitasquepusoenunaolladebarro.Lostapó ysepusoallorarlanocheentera,ycuandoera demadrugada,escuchólosladridosdemuchos coyotes.Sequedósorprendidapensandoenque su nieto era el único coyote y estaba muerto, pensabaquededóndehabríasalidotantocoyote y fue, sin llorar, a asomarse a la olla que encontró vacía. El polvo de los huesos había escapado de la olla, y de allí se formaron muchoscoyotesquesedesparramaronportoda latierra;porestohaycoyotesenelmundo.De no haber sido así, no los conoceríamos a los coyotes. Salieron de los huesos y poblaron la tierra.
Sequedócalladoporunrato,comosimirara dentro de su cabeza. Le dio un sorbo al café y prendióuncigarro,lediounachupadalargay añadió:
—Si no fuera por ese coyote joven y enamorado,noandaríanéstosladrandoporahí en el monte. Pero, ¡ah, qué muchachas tan malditas! Porque hay unas mujeres muy
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malditas, capaces de matarlo a uno, ¿verdad, Malaquías?
—Así es Benito, hay mujeres muy malas, sí, capaces de desollarte vivo o de caparte, comounamujercapóaunhombreunavezhace mucho—dijoMalaquíasdispuestoaempezar unamásdesushistorias.
—Mejornomecuenteseso,Malaquías,vale más que ni cuentes eso— lo paró en seco el paisano a sabiendas de dónde iba a parar la plática,queerapreferiblenotraerlaaecharnos aperderlanochecontantamaldad.
—Tendrásrazón,Benito,tendrásrazón.Es mejor no acordarse de cosas tan feas. ¡Pobre hombre! Yo lo conocí— terminó de contar Malaquías,aguantándoseeldeseodeentraren detalles de aquel suceso tan tremendo, como lo es el hecho que un hombre pierda ‘los compañeros’,porculpadeunamalamujer
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Conozco esta tierra como a mis manos. Cadavereda,unaarruga.Cadacerro,uncallo. Cadacauceseco,unacicatrizenmicuerpo.Sé cuando el viento se enoja y cuando al cielo le da por llorar. He aprendido la lengua de las piedras que me cuentan lo que guardan sus entrañas.Elmismolenguajedeloscuervosque abren el cielo, de los coyotes que esconden sus ojos de oro detrás de matorrales, de las víborasqueduermenbajopiedrasydelviento zumbando entre las ramas. He aprendido a escucharlavozdelapenínsula,vozprofunday rocosa que brama entre los cerros. He aprendidosussecretos.Vagoporcaminossolitarios enbuscadechispasdeoro,queavecesbrotan en el polvo o se esconden en el lecho de los arroyos. Las busco en las cañadas profundas, entrelasaguasysusfangos.Mividaesbuscar,
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hacer caminos de piedra y arena, para encontrarmeconelllantodoradodelatierra,porque la tierra llora y sus lágrimas ruedan bajo el suelo.
Aprendíellenguajedelapenínsula,laspalabrasqueellayyoutilizamosparaentendernos en silencio. Lo que no se dice frente a los que no comprenden, tan grande su ignorancia. Dicen que soy un viejo para entretener a la gente en días lluviosos o en noches largas del invierno.Quépocosaben,quépocoimaginan, quépocoven.Tienenojosynovenmásalláde susombra.Oídosysóloescuchansupalabrerío sin sentido. Nariz y lo único que olfatean son los olores de sus tripas. No han descubierto queelorohuele,elaguacanta,lasramasguían ylaspiedrascuentanhistorias.Creenquesólo soy embustero y se ríen de mis relatos. Nadie ha descubierto el sitio en donde la realidad se desvaneceyseabreelparaíso,dondeelllanto de la tierra fluye, donde comprendes quién eresyaquéhasvenido.Poresoabroveredas, quiero encontrar ese lugar.
Mequedésoloenestemundo,sinnadaque me arraigue a ningún sitio, cuando era un chamacoapenasentradoalaadolescencia.Me diocobijounviejogambusinollamadoPatricio Recio que era originario de la Sierra de Durango y se había venido a trabajar a las minas de El Boleo, en Santa Rosalía al sur de la península. Don Patricio era un hombre muy flaco, blanco con los ojos color aceituna. Prontoperdiólaclaridaddelapielquetraíade su Durango natal. Decía ser originario de un pueblodiminuto,llamadoCanelas,queestaba escondidoentremontañascubiertasdepinos, arroyos y huertas de frutales, donde todo era humedadyelcolorverdesereflejabahastaen los ojos de la gente. Contaba que allí nacían las mujeres más lindas de Durango y que allí estabaenterradotodoelorodelasierra.Cada
noche contaba una historia distinta de un entierro.Asíllamabaalostesorosocultos.Lo escuchabafascinado,enmisoledadyabandono, me acogí a la guía del viejo por no saber qué hacer ni a dónde ir y, además, porque fue la única mano que se tendió para ayudarme. Ignoro si hubiera habido para mí un mejor destinoqueéste,perohastalafecha,jamásme he arrepentido de haberme convertido en caminante,andariego,ungambusinoquebusca en las entrañas de la tierra; un hombre cuyos ojos aprendieron a ver entre las sombras y a escuchar los misteriosos murmullos de la tierra, porque sé que ella tiene el corazón en unlugarsecreto.Loséporquelohesoñado:la cavernadondepalpitaelsentirdelatierra.Una grutacubiertadecristalesdecuarzoamarillo, queresplandecenconelsolinternodelatierra: el corazón palpitante y amoroso de nuestra madre,dondesegeneranyconfluyentodoslos manantiales. Entrar allí es privilegio de unos cuantos, y sólo se logra en sueños; son muy afortunados los que tienen este sueño: hijos favoritos de Tonantzin, como un día me dijo unhechiceronahua;laMadreTierra:Tonantzin, Nuestra Madre. Desde ese día, así la llamo: Tonantzin, algunos dicen que era el nombre secreto de la Virgen de Guadalupe, que los aztecashabíandisfrazadoaNuestraMadrede virgencitacatólica,paraseguirvenerándolasin problemas.
En el camino se escuchan muchas cosas y se aprenden otras tantas. Los senderos se cruzan y te encuentras con otros caminantes que comparten conocimientos. Sin egoísmo, sabemosbienquelasabiduríaesunafuentede laquetodospodemosbeber.
DonPatricioeramuyplaticador,avecesse reíademiignorancia.Debohaberlecostadoal viejosusbuenoscorajes.Crecísinlamanodura de un padre, sólo con la mano blanda de mi
hermanaRosalíaqueenmalahoramerobóun franchute.Aúnmeduelemihermana.Aveces la sueño y me pregunto: cuál sería su fin. Espero que haya sido feliz, que no le haya faltado nada por conocer como mujer, como hembra,porquehayalgunasmujeresquelavida sólo se les da a medias; la pasan marchitas y consumidas como flores olvidadas. ¡Ah, las mujeres! El jardín de la vida, paraíso de los hombres, aunque hay algunas, muchas para desgracia nuestra, que son demonios: convierten al paraíso en infierno, es cuestión de suerte.Yo no me quejo, probé la miel y olí el perfumedemuchasqueahorameacompañan en mis sueños y sus recuerdos me arrullan.
Soñaresotromisterio,seaprendeaviajara los puntos donde convergen las realidades. Cuandosueñasviajasaunarealidadparalela,a lugaresqueexistensobrepuestosaestemundo que es creación de los ojos y la mente. En los sueños aún anda don Patricio; a veces lo veo, meloencuentroenlasencrucijadasymecuentanuevashistorias,secretosdeloscaminospor los que ahora transita.Allí todos convivimos en paz, sin ignorantes que descompongan la armonía que debe reinar en la vida. Todo resplandece,brilla,existeyesposible.Undía conocíalassirenas,desdeentonceshedeseadovolveraveralguna,perocasinobajoalmar. Puessí,porloscaminosdelossueñosnosencontramos los caminantes, los gambusinos: don Patricio, al gambusino que lo enseñó a él ytodoslosdemásquenosdejaronsuherencia, depadresahijos,¡cadenaconeslabonesdeoro!
La búsqueda del oro, hay que entenderla y ser cuidadoso. La tierra es generosa y a veces nosmuestramaravillas,asícomolasmujeres, cuandoquieren,sealzanlafaldaynosmuestran loquenosgusta.Igualeslatierra,alfinmujer, da sólo cuando quiere y en esto reside la prueba, la interrogante, las decisiones: ¿Qué
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debe hacerse con el oro y para qué sirve? Descubrirlaverdadescondidaenestafortuna, es el fin último de un hombre, muy pocos aciertan en lo correcto, muy pocos; por esto, los gambusinos somos una raza aparte, terminamosfragmentadosenarena,enpolvo, desaparecemos,dicen.Aúnnohevistolatumba de un gambusino. Nunca he encontrado la lápida que digaAquí yace Patricio Recio, gambusino de profesión, pero todo esto son decires, yo aún ando por el camino buscando, construyendo mi propia senda con pasos de piedra,buscandomilibertad.Séquellegaráel momento en que pueda ser y no ser, estar en todaspartesalmismotiempo,enelquepueda ser niño, adulto y anciano, que por fin desentrañaré los misterios del tiempo y por fin seré libreporvoluntadpropia.
Fueron muchas historias las que me contó donPatricioRecio;ladedonGalaciónHerrera, dedonConradoPeña,ladelapiedradelcerco, elentierrodelaPiedradelosParajes,lascuarentamulascargadasdeplatadelindioRafael, la del Real de Pilones, la de San Miguel del Cantil, la de Heraclio Bernal y muchos más. Pero hubo una historia sobresaliente y lo curioso era que no sucedió en Durango, pasó aquíenlapenínsula.
Don Patricio en su natal Durango era minero,comoloeraaquíensusprimerosdíasen SantaRosalía.Sehabíavenidoalasminasde El Boleo, junto a muchos sinaloenses que vinieronatrabajaraBajaCalifornia.Poraquel tiempoandabadevagoporelestadodeSinaloa, sehabíaidoaseguiraunamujerhastaallá,que a fin de cuentas, le resultó casada. Decepcionado se vino para acá en busca de otros aires. Cuandollegó,embarcadodesdeGuaymas,se quedó impresionado por la aridez del paisaje. Fue un par de manos más para los patrones franceses y así anduvo hasta que topó con
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Eliseo Domínguez, un viejo flaco, carcomido por el sol y el viento, como todos los gambusinos y le llenó de pájaros de oro la cabeza.
Conocí a don Eliseo cuando estaba tan anciano que su cuerpo parecía una rama seca doblada y marchita por el paso del tiempo. Siemprequeloveíameasaltabalapregunta¿Y ahora qué sigue?, porque el andar entre gambusinos era esto: ¿Ahora qué sigue? Siempre había algo nuevo que perseguir, arenas que prospectar y muchas chispas de oro por encontrar;peroprontointuíquedebajodeaquella búsquedahabíaotraquenoeravisibleasimple vista, que se ocultaba en las medias palabras, enlasmiradas,enlasrutasaseguir,loslugares allegar,habíaunmisterioentodo.DonEliseo ydonPatricioconversabanamediavozmuchas vecesysiemprecuandosuponíanquedormía. Yopescabapalabrassueltas,nombres,hechos, pero nada me quedaba claro, nada, sólo aquel misterio que estaba seguro, lo guardaban las piedrasensuinterior.Empecéaquebrarlas,las más gordas y compactas. Las abría pero sólo encontrabasusenolimpio,primitivocomoagua cuajada, y el olor seco y sobrio llegaba a mi nariz.Megustabaaquelaromatansimple,me llenabalospulmonesymedespejabalacabeza. Prontodescubríquelaspiedrassufríancuando yolasabríasinotropropósitoquedestriparlas comolosmédicosdestripanalosmuertospara ver qué tienen dentro. Empecé a escuchar sus lamentos, su dolor, y me di cuenta que no era necesarioabrirlas,quetansóloteníaqueaguzar los oídos para escuchar. Primero aprendí a oírlas, después a entenderlas. Ter-miné conversando con ellas. Las veredas de los gambusinos son largas y silenciosas; a veces laúnicacompañíasonlaspiedrasyquécompañerastanagradables,sabiasydivertidas,aunque nodicentodo,nosoncomolasbolasdecristal delosvidentes.Laspiedrassonsabias,enseñan.
No resuelven, guían y creo que su enseñanza más bella es la libertad, con ellas aprendes a romper las ataduras, los apegos, las tristezas, todo aquello que hace la vida de los hombres un camino equivocado. Con las rocas uno conocelaluzdelalibertad.Creoquesoyhijo delaspiedras.Algúndíamialmaseesparcirá en el aroma seco de las rocas. Seré peñón de mar y desierto, cardón, choya y lechuguilla, cuervovolando,arenadanzandoconelviento, espuma de ola y amante de sirenas. ¡Ah, las sirenas! Si los hombres conocieran a las sirenas. Si abrieran los ojos y vieran entre las olas, descubrirían sus cuerpos de pez de escamasnacaradas,suscabellosdeespumaysu piel de perla. Son bellísimas, pero tienen el misterio más exquisito que un hombre puede descubrir: su sexo como anémona palpitante, mordelona, con pétalos que lamen como lenguas y dientecillos que te hacen llegar a siete paraísos. Es imposible cogerse a una sirena, ella te coge a ti; te devora, te exprime, y en ella dejas media vida, pero vale la pena: ¡VesaDios!¡LaGloriallenadeángeles,santos yvírgenes!Pero,¡ay!,tienesquesercuidadoso, sucantoespeligroso,peroesenoeselpeligro mayor, lo es probar su leche. El que toma lechedesirenaquedaatrapadoenlaarenapor la eternidad, y será liberado hasta que el arcángel Gabriel toque la trompeta el Día del Juicio Final. Me lo contaron las rocas de la playa, creyentes de las viejas escrituras. Me cuidémuchodegustarlospezonesdelasirena que amé, porque un hombre sólo puede cohabitar con una de ellas, sólo una vez en la vida, no hay hombre que lo resista dos veces; los gambusinos nos hacemos viejos y encorvados pronto, por causa de las sirenas. Es un secretomuybienguardado,nadielocuenta,es untesoroqueseencuentraalandarelcamino, yteacompañaelrestodetuvida.Sí,micamino mehallevadoaconocermaravillas.
Yaeraunmuchachocuando,enunaocasión, topamos con don Eliseo en un cruce de caminos.Acampamosjuntosydejamosqueelsueño seacercaraenmediodeaquellaspláticaslargas quesucedíanjuntoalalumbrada.Nuestrascaras brillaban enrojecidas por la luz de las llamas. Lostresbebíamosuncocimientodepoleoque, paranuestrabuenasuerte,habíamosencontrado porahí.
—Patricio, ¿ya hablaste con el muchacho delamisiónperdidadeSantaInés?
—No,Eliseo,nolohagoaún.
—Deberías. Creo que ya está listo.
—Tienesrazón,yaentiendelalenguadelas piedras.
DonPatriciosequedócalladounmomento. Dio un sorbo largo a su bebida y encendió un cigarro. Se tomó su tiempo, parecía que no sabía cómo empezar aquella historia que me teníaenascuas.
—Estatierra—empezó—hasidomuydura paraloseuropeosquevinieronconlaintención deapoderarsedeella,porqueandabanbuscandooro.Decíanqueparapropagarlafecatólica, pero no era cierto, ellos querían oro.
Guardó silencio y se quedó mirando en la oscuridad como si viera aquella historia en el cuero de la noche. Tomó poleo y le dio otra chupadaalcigarroparaagarraraire.
—Antes de continuar. Diré que esto que cuento es lo que dice la gente y no los libros. En los libros todo está bonito, bien, los europeos son los buenos y los indios los malos. Segúnellosnosvinieronaredimir,asalvarnos, pero querían riquezas, tierras, digan lo que digan.Secontabanhistoriasquehabíaciudades de oro y que por aquí había una isla de amazonas.Estoeraloquequerían,loquebuscaban, el sueño de curas y militares. No niego que
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los habría buenos, justos, algunos, sí, pero la mayoría soñaba con oro. El primero en llegar fueHernánCortés—continuódespuésdeuna respiraciónprofundaysentida—secuentaque llegóaLaPaz.Despuésvinieronotros,peroa todoslosderrotóelcalor,elhambre,lased,el desiertoylosnativos.Hicieronvariosintentos de conquistarla, pero fracasaron. Exploraron lapenínsula,quecreyeronislaenunprincipio, hasta las costas de la Alta California. Pero estosfracasosnoduraronparasiempre,habían de venir los frailes negros y ellos sí tuvieron éxito. No voy a entrar en detalles. Lo que sí diré es que transformaron la vida de los naturales que antes de ellos, eran libres, desnudos y fornicadores. Los curas les metieron la idea del pecado, mala cosa; los bautizaron, los vistieron, los pusieron a trabajar para ellos y loscontagiarondesarampiónydeviruela.Los indios murieron por miles. Se acabaron, se murieron.Nomásquedanunoscuantitosenla parte norte de la península y también se están acabando, porque se quedan sin su territorio original. ¡Pobres indios! Bueno, los curas si pudieron con esta tierra inhóspita, construyeronmisionesparaevangelizaralosindiosy enseñarlosaviviralmodoeuropeo.Lospobres indios qué sabían de eso, estaban acostumbrados a vivir al día, sacaban qué comer y el restoeraparapasarlabien,paracantar,bailar, conversar,ayuntarse,lobuenodelavida.Los frailesllegaronylesimpusieronotrascostumbres, otra lengua, otras creencias y les prohibieronlaspropias.Losdejarondesprotegidos ylesenseñaroneltrago.Peroloscuritasentre evangelizaciones,mandamientos,enseñanzas de una nueva vida, descubrieron que en esta tierra había oro y en los mares, perlas, y pusieron a los indios a sacarlos para su beneficio,paraelreydeEspaña,decían,paraelpapa.
DonPatriciosedetuvounosinstantes,ledio otro sorbo al poleo y otro jalón al cigarro.
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Sostuvo el humo dentro por unos instantes y luegolodejósalirpornarizybocaconfuerza, sucarareflejósatisfacción,agrado,bienestar Luego, cruzado de pierna sobre una piedra, continuó:
—Porenvidiasonoséquécosa,losfrailes negros fueron expulsados de la península. Como la península no podía quedar desprotegida, vinieron otros a continuar el trabajo misional.Primerovinieronunoscurasqueno duraron mucho tiempo aquí, luego cogieron para el norte que no es tan seco y duro como elsur.Poralláfundaronmuchasmisionesque ahora pertenecen a los gringos, pero que en aquellostiempospertenecíanalaNuevaEspaña porque no éramos México todavía. Luego vinieronotroscuras,yesossíquehicieronde lassuyas.Construyeronlasmisionesdeadobe yponíanatrabajaralosindioscomosifueran bestias. Los frailes negros dejaron misiones hechas de piedra, fuertes, bellas, pero estos frailecitos de hábito pinto, las hicieron de barro.Digoyoqueeranfraileshuevones,más interesadosensacarprovechodelaindiadaque enhacerloscristianos.Aúnlosviejosseacuerdandetantascosas,deloscastigosdelosgolpes. De cómo los cazaban como bestias salvajesylostraíancabestreandodeloscaballos comoresesbroncas.Luegolosencerrabanen las misiones y después a darle con el azadón, la pala y el talacho. Tuvieron que aprender a sembrar a fuerzas. También los enseñaron a vaquerear, aunque esto les agradaba mucho más,porquelesgustabamontar,lazaryherrar reses, en esto, eran más libres. Los curas no losdejabanacostarseconquienlesdieralagana. Ellos estaban acostumbrados a meterse unos con otras, eran libres, para ellos estaba bien hacerlo con quien les viniera en gana y cuandolesdieralagana,peroestoparaloscuraserapecado,¡pobresindios,losencerraban en cuartos separados porque era malo lo que
para ellos siempre había sido bueno! Este cuento que está lleno de puras tristezas.
Volvióadarunsorbomuylargodepoleoy le dio otra chupada al cigarro, que por estar hablandoteníaunapavesamuylargaquecolgaba hastasusdedos.
—Los frailes negros fueron los primeros enlevantarmisionesenlapenínsula,peroalgo pasóquelosexpulsarondeMéxico.Loscuras lo supieron antes y tomaron precauciones. Construyeron una misión en un lugar de muy difícilacceso,enlapartemásalta.Llamarona este sitio la misión de Santa Inés de la Sierra. ElencargadodeestostrabajoseraFrayBruno deMontejanoylaintencióneraresguardartodoslostesorosquehabíanacumuladodurante eltiempoqueestuvieronenlapenínsula,quea pesar de la aparente pobreza del terreno, les brindóbuenasgananciasenoro,perlasypiedras finas, que decidieron esconder en esa misión a la que regresarían cuando fuera oportuno, y deincógnito.
Lamayoríadelosfrailesnegroseranhombrespiadosos,entregadosalservicio;perolos huboqueexplotaronalosindios,losazotaban parahacerlostrabajarcomobestiasdecargay se echaban al plato a las indias más bonitas. FrayBrunodeMontejanoeraunodeellos.Los otros curas lo conocían bien, y para que no se saliera de sus cabales y abusara mucho de los indios hicieron que lo acompañara un cura ya viejano, prudente y de carácter tranquilo, que se llamaba Fray Antonio Espinoza de los Monteros.Prepararonalosfrailesconbuenas provisiones, bestias suficientes, ganado de todas clases, herramientas, soldados de cuera yunbuengrupodeindioscontodoymujeres, con la consigna de regresar cuando la misión estuviera terminada y funcionando; lo que queríadecirqueyatuvierancosechayelmodo desacarparavivirsindependerdenadie.Pero
lo más importante de todo: Iba con ellos un paisanoqueconocíamuybienlasmontañasde lapenínsula.Eseindioera delnorteyconocía todoelterritorio.SellamabaEmeterioOchurte, pero todos lo conocían por Mltí, que en su lengua significaba coyote. Mltí los llevaría a un sitio bueno para levantar una misión y no serencontradosconfacilidad.Además,estarían cercadesugente,losñakipá.
Don Patricio se detuvo de nuevo por unos momentos,sequedócallado,comosiordenara sus pensamientos y recuperara el hilo de aquellahistoria,queamímehabíatenido sin perderpalabra.Volvióalpoleoyalcigarroque casi se consumió sin ser fumado.
—Laexpedicióncaminópordías;arreaban ganadoygentequeandabadetrásdeellostambién cargando cosas, cuidando de gallinas y chiquillos.Porfinllegaronaunsitiomuybonitoentrelasmontañasyallíseestablecieron; empezaron a hacer los trazos para levantar el asentamiento,frayBrunoeraunhombremuy enérgico y decidido. Era robusto, coloradote y calvo. Hasta nosotros ha llegado la historia completa, se cuenta de gambusino a gambusino, como de padre a hijo.Ahora te toca a ti, Malaquías, apréndetela de memoria porque, fíjatebienoencuentraslamisiónoselacuentas a otro: ésta es la consigna.
Al decir esto, se tomó la cabeza con las manosysequedóenesaposiciónporunrato. Don Eliseo lo veía con ojos compungidos, parecíaqueaquellolescausabaunapenamuy grande.¡Quélejosestabaentoncesdesaberque yo me daría de topes contra una roca por las mismasrazonesqueaquellosviejos!
—Losdíaspasaban,frayBrunourgióafray Antonio a que bendijera el sitio y los trabajos a realizar. Le pusieron a la misión Santa Inés de la Sierra en honor a una chiquilla que fray
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Antonio cuidaba como a una nieta, desde que se quedó huérfana de madre; del padre no se supo, era muy probable que fuera algún cura quenoaguantólacastidad.Lamadremurióde sarampiónylachiquillaenfermódelomismo alpocotiempo.FrayAntoniolaencontróenla casa de una india que la cuidaba. Sintió tanta penaporellaquelarecogióylallevóalacasa de los curas y allí, auxiliado por las mujeres queestabanasuservicio,lasalvódeunamuerte segura. El viejo sacerdote se encariñó con la niñaqueeramuyhermosa,teníaensuhechura, lo mejor de las dos razas, y se quedó con ella para criarla como si fuera su hija. Para ellas fueron las natas, los quesillos, las frutas y los pollitos. La bautizó como Inés del Rocío, porquedecíaqueerauncantoalamaneceryle puso por apellido el suyo propio.
Cuandoemprendieronelviajeaconstruirla nuevamisión,laniñaibaconellos.FrayAntonio la enseñaba a leer y a escribir en sus ratos libres y cuando más grandecita, los misterios de los números y del latín. Inés del Rocío era despiertayaprendíarápido.Elsacerdotetenía las intenciones de llevarla a España cuando terminaránconaqueltrabajo,paraconseguirle un buen marido, o que vistiera los hábitos si tenía la vocación de servir a Dios en alguna orden religiosa de prestigio, de las favoritas del sumo pontífice.
Los trabajos continuaron, pronto estuvo levantada la iglesia, la casa cural, la cuartería para los fieles y soldados, las acequias, los corrales, los terrenos labrantíos para granos y frutales.Alpocotiempodeempezareltrabajo, Mltí fue por su gente, los ñakipá, y estos aunaronsusfuerzasconlosindiosquevenían delsur.FrayBrunonodudóenaplicarcastigos ni en usar el látigo. En cuanto terminaron la construcción, se fueron hacia la otra misión paratransportarlosbienesacumuladosporlos
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frailes negros a través de los años trabajados en la península. Regresaron al tiempo con mulas e indios cargados con riquezas que fueronapararaunalmacén, pegadoalaiglesia y guarecido con puerta doble, y cerradura de siete llaves, mismas que traía fray Bruno pegadasalcordónconelqueseatabalasotana, nofueraeldiabloyalguienquisieraentraryse pasara de vivo. Sucedió, para malas o buenas del destino, que fray Bruno descubrió en las cercanías un filón de oro que afloraba en un arroyito de las cercanías. Al poquito traía en chingaatodalaindiadalavandoarenaenbateas para su beneficio particular Y no sólo esto, luegodieronconotroplacerporlascercanías, pero este no estaba cerca del agua. Estaba a media jornada de la misión. Entonces hacía a losindiosiryvenirhastalamisiónconbultos de tierra que sacaban del placer, y así traía, a puntadelátigoatodalapaisanadatrabajando parasacaroro.FrayAntoniolepedíaprudencia, que estaba bueno que aumentara los caudales delamisión,peroquenoabusaradelospobres nativos. Fray Bruno era orgulloso y déspota, no hizo el menor caso. A los días, se recibió en Santa Inés una noticia que trajo Mltí: Los frailesnegroshabíansidoexpulsadosdeCalifornia. Todas las misiones estaban a merced delossoldadosyhacíandelassuyasentodas partes.FrayBrunoledijoquenoselodijeraa nadie,muchomenos alasoldadera.Acambio le ofreció suficiente oro para que se fuera a buscarlavidaenotrolugar."Aquíenestatierra el oro no me sirve de nada", le contestó Mltí, "mejordamebestias,reses,herramientasyuna mujerquemesiga"."Tendrásrazón",lecontestó el cura y le dio lo que quería el paisano y le dijo:"Ahoravetedeaquíynovuelvasmás".
—LamisióndeSantaInéssequedóaislada e ignorada por el resto del mundo. Jamás regresónadieabuscarlos.
Pese a que fray Antonio era viejo, era un anciano muy saludable y longevo que sólo enflaquecía, encorvaba y perdía cabellos, se manteníavivoysanoalapardefrayBrunoque eramuchomásjovenyestabaobsesionadopor sacarle todo el oro a la región. Maltrataba a los indios, los obligaba a punta de látigo a transportartierraenellomoparalavarlaenla misión,olosponíaalavarlatierraensecopor medio de fuelles. Aquellos pobres nativos estabansiemprepolvorientosyamediomorir desedyhambre;peroelcuraestabadominado por su sed de oro, como una especie de fiebre que no lo dejaba vivir. Más pariente del vicio que al sano deseo de favorecer a la orden de los frailes negros, y también le había pegado otromal:noseleibavivaniunaindia,mucho menoslasjovencitas.Lamayoríadelosniños que nacían en la misión eran hijos suyos. De nadaservíanpalabrasyconsejosdefrayAntonio, fray Bruno se comportaba como dueño absolutodealmasytierras.
Leservílabebidamuybienendulzadayle prendí un cigarro que le acerqué junto con el pocillo.Lesoplóaltéylediodosotresfumadasalcigarroquesaboreóasusanchas.Luego siguióconaquellahistoria.
—Con los años aquella misión siguió llenando sus arcones de oro. Muchos indios habíandesertadoyhuíanmontañaabajohasta lacostayeldesierto.Lossoldadosalcanzaban a rescatar a algunos y los regresaban cabestreandocomoaresesbroncasapuntadeazotes
y golpes. Otros, para su fortuna, lo lograban. Muchos de aquellos pobres paisanos sufrían de mataduras y llagas a causa de las cargas. Dolencias que fray Antonio e Inés del Rocío curabanconemplastosdeyerbasyungüentos quepreparaban;lanecesidadloshabíavuelto ingeniososycreativos.InésdelRocíosehabía convertidoenunamujercitadecabellosnegros y ojos amielados. Alta y esbelta, de formas graciosas y muy bien puestas.Aestas alturas, todos en la misión andaban vestidos de cuero odelana,yaquefrayAntoniohabíaconstruido untelarparatejeryvestirseconestosgéneros porque la reserva de telas que tenían en la misiónsehabíaterminado.Lasmujeresnativas pronto fueron diestras para tejer y confeccionarropaparatodos.
Sedetuvounpococomosilecostaraseguir conaquellahistoria.Luegodebrevesinstantes y de unos cuantos buches de poleo y jalones decigarro,continuó.
—Hubounasequíamuygrande;enaquella regiónasíera:habíadiezañosllovedoresydiez años secos. Entró la época de las sequías. Inviernossecosdecieloslimpiosyazules.Se murió casi todo el ganado, se secaron los aguajes y los arroyos, hubo hambre, murió hasta gente, sobre todo niños. FrayAntonio e InésdelRocíoayudabanalosenfermoscomo podían.FrayBrunoensusandanzasbuscando agua, encontró una piedra de donde fluía una delgada capa.Todo alrededor de aquella roca estabaverdeylozano.Elcuralamiódeaquella agua y se sintió reconfortado. Regresó a la misióncasisaltando,comosifueraunchiquillo. No dijo nada, la generosidad no era su fuerte, pero todos los días iba a beber agua de aquella piedra misteriosa, porque se sentía mejor cada día. Pronto había recuperado el cabelloylalozaníadelajuventud.Encambio, todos los habitantes de Santa Inés estaban
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enfermos y débiles. Las indias eran huesos forradosdecuero,caminabanencorvadasysin gracias.Todaslasmujeres,menosuna:Inésdel Rocío,queconservabalafrescuraybellezade lajuventud,graciasaloscuidadosdesututor, que se las ingeniaba para que la muchacha no sufrierahambre.
Fray Antonio, al descubrir las intenciones que fray Bruno tenía con Inesita del Rocío, le dijo:"Nohagasloquetucorazónennegrecido te pide. Te ordeno que acates mi disposición como superior tuyo que soy. Te prohíbo que toquesaInés.Teprohíbohastaquepiensesen ella" Pero el malvado cura respondió: "¿Qué puedeshacerme,frayAntonio?¿Quépodrías? La Iglesia, el Santo Padre de Roma, los obispos, priores o cuanto cura que camine por la fazdeestatierra,seolvidarondenosotros.Nada puedes hacerme. Hace mucho que dejaste de ser mi superior, y si te he sostenido en este lugar es por lástima. ¿No te has dado cuenta que descubrí el secreto de la vida y de la muerte? ¿No me has visto bien, viejo cegato? ¡Mírame,soyjovendenuevo!Y¿sabesalgo? VoyacasarmeconInésdelRocíoytúoficiarás lamisa".Noaceptabaunarespuestanegativa. FrayAntoniolomiróporlargorato:"Noharás talcosa.JuroporDiosyporlaVirgenSantísima quenoharástalcosa".
DonPatricioteníalavoztemblorosa,como sifueraaentraraunterrenollenodepeligros, de espinas, de trampas traicioneras. Salió la luna que se acercaba al cuarto menguante, estabaamarillayproyectabaunaluzmortecina y triste. A lo lejos ladraron los coyotes y los tecolotesulularonenlasarboledas,estábamos acampadoscercadeunarroyo.
—Desdeesedía—continuódonPatricio— , fray Bruno se dejó de fingimientos y acosó abiertamente a Inés del Rocío. La pobre niña estaba asustada. Hasta ese momento nadie
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habíapuesto—fueradefrayBruno—losojos enelladeaquellamanera.Paratodos,Inésdel Rocío,eraconsideradalomismoqueelcuadro delaInmaculadaConcepciónqueadornabala iglesia, y que según frayAntonio era obra de un pintor español muy afamado que en vida habíallevadoelnombredeBartoloméEsteban Murillo, y que para esas fechas tendría como cienañosdemuerto.LaniñahuíadefrayBruno comodelchamuco.
FrayAntonioleadvirtió:"Pormásjovenque te veas, Bruno, eres un viejo carcomido y decrépito por dentro, así tengas la apariencia demuchacho".Eraverdad,seveíajoven,pero olía a viejo, pensaba como viejo y actuaba comounviejoraboverde.Sededicóaacosara Inés,adecirlequeeramuybellayquepondría las riquezas del mundo a sus pies hasta convertirla en reina. Inesita del Rocío nada sabíadeestascosasynoentendíalasintenciones del cabrón cura. Se estremecía de miedo cuandoelfrailetocabasushombrosparadecirlealgoyvolteabalacaracuandoleechabaencimaelalientopodrido,porqueloteníamásviejo yhediondoqueelmismodemonio.
Le dijo que quería casarse con ella, que ellos, por estar olvidados por la Santa Madre Iglesia Católica,Apostólica y Romana, ya no erancuras,peroqueparaagradaraDiosyguardar las apariencias y las buenas costumbres, frayAntoniopodríaunirlosensagradomatrimonio. La niña le dijo que no, que igual que SantaInés,ellanohabríadecasarseconnadie; pero el fraile siguió insistiendo e insistiendo. Aquelloselevolvióobsesión,igualquelaque tenía por sacar oro, y del que ya, unos pobres paisanosenflaquecidosyenfermos,sacabana duraspenas.
Volvióadetenerse,cadavezlecostabamás contar aquella historia. Don Eliseo rayaba el polvo con una ramita, estaba sumido en sus
pensamientos, porque conocía la historia, él se la había contado a don Patricio, por lo que ningunodelosdoshabíaencontradolamisión; era su heredero y lo que era peor, debería encontrarlaundíaoaquiénquefueradignode escuchar esta historia.
—FrayBrunoacosabaalaniñaatodashoras comounposesoyellahuíadeél,lorechazaba conmásfuerza.HastaquefrayAntonioledijo alcura:"Sillegasatocaramiprotegida,aquien quiero como si fuera de mi propia sangre, te voy a maldecir. Tal vez ya no tenga ninguna autoridadsobreti,ytalvezyanoseamoscuras, como dices, pero te aseguro: mi maldición te alcanzaráhastalaraízdeloshuesos.Tenlopor seguro. Pagarás muy caro por ese crimen si llegas a cometerlo; estás advertido". "Tu maldición se me resbala por el lomo y por los huevos",contestófrayBruno."Hazperdidola últimadignidadquetequedaba;norespetasa nadieninada,pobredeti,Bruno,hastadónde tehanllevadotusinstintos.¡QuéDiosseapiade de ti y de nosotros por estar cerca de ti!".
El pobre anciano salió con el alma hecha pedazos, muerto por la preocupación y con la firmedeterminacióndesacaraInésdelRocío de ese lugar, para llevarla a las rancherías habitadas por los ñakipá o los kolew que acampaban,porsererrantes,enlascercanías. Fueabuscarunpardebestiasparasalircuanto antesdeeselugar,quehabíacomprendidoque estaba maldito por aquel cura de las mil chingadas.Peroelchamucosiempretienesus secuaces,todomundoqueríaaInesita,menos una india joven, que prestaba sus favores sexualesafrayBruno,queerasuincondicional. Le fue con el mitote al cura y éste se fue a espiaralaInesita.Laenfrentócuandoestabaen la iglesia, había ido a despedirse de la Inmaculada. Estaba hincada orando frente a la imagen, cuandoentrófrayBruno:"Porúltima
veztepidoquetecasesconmigo"ellaarmándose de valor y siguiendo las enseñanzas del curitaanciano,contestó:"Primeromuertaque ser suya, no tengo más marido que mi Señor, Cristo","¿Ah,sí?"ydeungolpelatumbóenel suelo. La abrió de piernas, la abofeteó hasta dejarla sin sentido, la mordió y le arrancó los pezones,yenunarranque,laestranguló.
El cuello de la chiquilla se rompió como si fuera una paloma. Muerta el cura la desfloró sindelicadeza,peorquesifueraunabestia,le hizo sodomía al cuerpo inerte de la niña, penetró por el ano con toda la violencia que fuecapaz.Eraunhombrefuerteyestabafuera desí.Cuandoaplacósusdeseosañadió:"Sólo muertaymía,ibasapodersalirdeaquí.Ahora sí, que te lleve tu protector a enterrarte". Le escurría la sangre por la boca, la sangre inocente de su víctima. Fray Antonio, al ver la tardanzadeInesita,fueabuscarlaalaiglesiay se encontró con aquel espectáculo.
Suniñamuertaalospiesdelaimagendela InmaculadaConcepción.Destrozada,sangrante y mutilada a mordidas.Al ver a frayAntonio, Brunohuyóalasacristíaenbuscaalgúnobjeto paramataralanciano,peroapenashabíadado lavueltacuandolamaldicióndefrayAntonio Espinoza de los Monteros le cayó por la espalda:"Temaldigo,BrunodeMontejano,a que quedes preso en esta iglesia y en esta misiónportodalaeternidad.EnelNombredel Padre,delHijoydelEspírituSanto,persécula seculorum,amen"
Lavoztronóportodalanavedelaiglesiay Brunonopudodarunpasomásnipronunciar máspalabra;quedóconvertidoenestatuaviva, respirabaysucorazónlatía,peroloúnicoque podía mover eran los ojos, que se abrían y cerrabanllenosdeterror.FrayAntoniosacóel cuerpo de la niña, y ayudado por los pobres indios y los dos soldados envejecidos y
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enfermosquequedaban,salierondelamisión deSantaInésdelaSierra.Laúnicaquesequedó fuelaindiaquetraicionóafrayAntonio,pero al poco tiempo andaba loca y hambrienta por loscaminosynadieletuvopiedad.
La muerte de Inés llegó al sentimiento de todos los paisanos. La enterraron junto a las piedras de un camino que después les concedería favores y la llamaron Piedra Hechicera, porque para ellos hechicera era lo mismo que santa. FrayAntonio se quedó con los nativos, pero no duró mucho, su corazón se debilitó bastante por esta pena. Lo enterraron debajo de un pino y conservaron su recuerdo que se fuepasandodebocaenbocahastaquesehizo propiedad de los gambusinos. No todos los buscadoresdeoromerecenconocerlahistoria de la misión de Santa Inés, porque nadie ha podidoencontrarla.
Dejólatazadeladoyluegocontinuó.
—Lavidadelgambusinoesuncaminar sin detenerse; es hacer camino a base de piedras que se encuentran en el andar —movió la cabeza de un lado para otro y se quitó el sombreroparasobarselacabezapelona.Rióypude versusencíasmolachas—;pocoslocomprenden, o tardan en entender esto de las piedras. Teríesporlotontoquehabíassidohastaantes de encontrarlas. Otra cosa es el oro. Hay que cuidarse de los que sólo buscan oro, a esos se los comen las piedras, no sirven, se regresan luego a la vida común y corriente porque no saben ser libres. El gambusino aprende la libertad,sinapegos,nadaloatanidetienesus pasos.Algunosparecequevanmuybienenla búsquedadelcamino,peroalgolospierde,los confunde. Pueden ser peligrosos por tontos. Unavezunodetantosconlosquetopamosen loscrucesdesendas,dijoquelosgambusinos éramos como los Caballeros de la Mesa Redonda en busca del Santo Grial. Nunca
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entendí el significado, pero me gustó la idea. Esegambusinoveníadeotrastierrasyporaquí andaba, lo encontramos en un cruce.Aveces sale uno que otro de esos. Nos enseñan cosas que han aprendido en otras veredas, en otros cruces, muy lejos. Nuestro Grial es encontrar lamisiónperdidadeSantaInés,liberarladesu maldición, y que Fray Bruno de Montejano vayaadarconsualmaalinfierno;estávivoy encarcelado en un sitio del que no puede salir ni moverse ni hablar. ¡Está cabrón pasar por eso! Irse al infierno sería mejor. Don Eliseo tediráloúltimo.Ándaleviejo,tetoca.
Don Eliseo levantó la cabeza y sacó una bachaviejaqueprendióantesdehablar.Luego dedarleunbuenjalónalcigarro,medijo:
—Mira, aquel que encuentre la misión perdida, y libere a Fray Bruno de Montejano podrá abrir los arcones del oro, pero…
—¿Qué?
—Nosepuedequedarconeloro,porque…
—Eloropertenecealatierrayhayquedevolvérselo— completó don Patricio como un juezquedictasentencia.
Cayó un silencio pesado y espeso del que no pudimos salir el resto de la noche. Nos fuimos a dormir y a la mañana siguiente, don Eliseo Domínguez ya no estaba. Por muchos días no volvimos a tocar el asunto, hasta que una vez, don Patricio Recio le dio punto final diciendo:
—Malaquías,loquelefalteaestahistoria, loquenoentiendas,tienesqueencontrarlopor ti mismo; para eso tienes que andar estos caminos,¿nosvamos?
ro compartirla con ustedes porque deseo saber hacia dónde voy, que me depara, porque aunque me siento realizado como que estoy extraviado.
Todocomenzóunamañanadehacecomo… 3 meses. Recuerdo con algo de nostalgia que todo es muy tranquilo en el tubo seminífero; yo era apenas una pequeña espermatogonia, descansandoensuaveyacogedortejidogerminativo. Comencé a madurar, fui un inocente espermatocito primario, común como todos losdemás,conminúcleodensoymorado.No había mucho más que hacer que lo que la maduraciónmedecía;enpocaspalabrasfuien pequeñíntranquilitoyeducado.
Minúcleocomenzóagranularseyacrecer, me convertí en un espermatocito secundario. Enesaépocapasabalargashorasjugandoala primera división meiótica con mis primos y hermanos.Sindarnoscuentanuestronúcleose ibareduciendo,aunqueseguíamosteniendoun citoplasma basófilo con núcleos granulados. Nuestrosjuegossetransformabanenaventuras delasegundadivisiónmeiótica.
Pasaban los días y, sin darnos cuenta, estábamoscambiando;nuestronúcleoseveíamás pequeñoyovaladoycuandomenoslosesperábamos…¡zaz!¡todoshabíamosperdidonuestras granulaciones nucleares de espermatocitos!Simelopreguntanlaverdadnorecuerdo ni cómo pasó; el tiempo vuela cuando uno se divierte y más, si es en compañía de tantos buenosamigos.
nueva condición con esos núcleos ovalados y singránulos.Nosestábamoscompactandocada vezmás.MicéluladeSertoliestabaverdaderamente orgullosa, todo el trabajo que hizo de transferirmenutrientesyayudarmeamadurar realmentehabíanvalidolapena.
Sigueronpasandolosdías,todosmuyocupadosconcosasimportantesdeestaetapa,los juegosyaventurashabíanquedadoatrás,necesitábamos estar listos y prepararnos para tener un flagelo en un futuro cercano, y así poder estar listos para completar nuestro ciclo de maduración.
Habíamoscrecidotodos,bueno,madurado es la palabra correcta. ¡Qué guapos! Bueno no…paraserhonestohabíanunascosasmuy raras cuando volvimos a vernos después de tantos días. Vi de todo… unos con un flagelo máscorto,otrosmáslargo,unosseveíanmuy atléticos, otros parecían un poco escuálidos y con poca fuerza; hasta estuvimos molestando amiprimo…¡alpobrelesalierondoscabezas! (Aunque siendo franco dicen que traía onda con un vecino, y yo creo que más bien se unieronenunsoloflagelo,cadaquiensuciclo dicenporahí).
Increíble, el día llegó y nuestras células de Sertoli estaban un poco nostálgicas (por no decir lloronas); pero era hora de partir. Teníamosunamisiónquecumplirenlaviday para eso debíamos ir lejos. El camino sería arduo pero todos hablaban de algo fantástico, algodeloquehabíamosescuchadohablardesde que éramos pequeños espermatocitos primarios:ElOvocito.
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sinoparaterminartooooodosenellugarideal con nuestro ovocito ideal.
Pues partimos muy entusiasmados y tranquilos;pasamosporlaredtesticular,elcamino se veía fromado de un epitelio cilíndrico simpleciliado,encantadorenverdad.Luegollegamos al epidídimo, hicimos ahí una última parada;permanecimosunpardedías,estábamos afinandolosúltimosdetallesparaelgranviaje. Deboadmitir,quebuenosmomentospasamos ahí, recordando el tiempo en el tubo seminífero, tantas divisiones y aventuras meióticas. Elepidídimoeraespecialmentecómodo,tiene un epitelio cilíndrico pseudoestratificado ciliado,conlosciliosmásgrandesquehayavisto jamás, unos estereocilios grandiosos.
Elambientecomenzóacambiar,ellugarse fuereduciendo,comenzaronunaseriedetembloresytodosgritabanemocionados:"¡Vamos, llególahora!,¡si!".Engruposíbamossaliendo delcómodoepidídimohaciaelconductodeferente; todo se volvió más rápido y divertido, estábamosmuyemocionados.Pasamosporla vesícula seminal, y quedamos inmersos en líquido;íbamosmásymásrápido,vertiginoso; el epitelio cilíndrico simple se convirtió en epitelio plano simple.
Estábamosenlauretra…¡Fum! Sentí que salípropulsadocomocohete;amiladoibami primo Fulgencio con cara de espantado, mi amigoNicolásibamuertoderisa,peroengeneral todos, normales y raritos, salimos disparados completamente eufóricos.
Vimosunaluz…
Todo se paralizó en mi mente, y regresó a mí aquella imagen. Pronto vería a mi dulce ovocito. Quedé sin aliento, estupefacto de emoción,porunmomentosentíquemiflagelo semovíatanrápidoqueeraincontrolable.
Todo se oscureció. No sé donde me encuentro,peroaúnescuchoaalgunosdemis compañerosdeviaje.
Quéraro.
Les platico esto porque, como dije en un principio, estoy muy feliz; sé que pronto llegaré a mi destino pero… este lugar no es comomelodescribieron,¿estaréperdido?Es imposible, todos tomamos el mismo camino, salimosengruposordenadosencadacontracción.
¿Qué veo por aquí? Recapitularé. Estoy seguro de que en la entrada lo que vi fué un rugoso tapete de epitelio plano estratificado queratinizado,pasécercadeunosquedicenser bulbos gustativos pero no les quise preguntar ni pedir indicaciones; no me parecieron de confianza, por alguna razón que aún no comprendonoparabandereír
Hacia adelante las cosas se ven más familiares; a lo lejos veo epitelio plano estratificado, todo empieza a ser muy húmedo y resbalosodenuevo.
¿Saben?… creo que voy bien, ya sé donde estoy, ¡ja! Esas glándulas de Ebner creyeron que me iban a despistar. Se perfectamente dondemeencuentroy,nosepreocupen,seguiré adelanteyencontraréamiovocito.
Los veo luego. Tengo que correr. Espero verlosmástardeconbuenasnoticias;porahora tengo que apresurarme porque el camino aún es largo, y por lo que sé muchas sorpresas me estánesperando.¡Hastapronto!
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ilusiones,aunquealgoasípasódespués.Simplementedejédesoñar,nopuderecordarmás mis viajes astrales. Me costaba tanto dormir que prefería no despertar; y al abrir los ojos medabacuentadequenohabíaunasolaimagen en mi cabeza; nada que pudiera analizar o entendercomo"unmensaje"dequienseaque mecuideenelmundoinvisible.
Hace unos años me fui de la Ciudad de México.Nosésifueelcambiodeambienteo que renació el amor en mí. De buenas a primeras recuperé esa capacidad de fantasear dormida;deprontodespertabaconunahistoria fresca en la mente que de alguna forma viví a través de mi otro yo.
Casi siempre soñaba con mi pareja, que de nuevoeramiprofesordesecundariaodeprepa yobviamentemedabaclases.Aveceséramos noviosaescondidas,otrasélnomehacíacaso yunasmásnospresumíamoscomopareja.En ocasiones nos citábamos en laAlberca Olímpica, como sucedió en realidad la última vez quenosvimosantesdequedesaparecierapor dieciochoañosdemivida.
Luegoempecéasoñarconuntríodeobesas. Qué horror. Está mal que me exprese así de losausentes,asíquerectificaré:luegoempecé asoñarconunaobesa,otraconobviosobrepeso, y una tercera que sigue estando cachetonamente chaparra. En mi sueño les hablaba o no,daigual.Delastres,laqueinvariablemente aparecía era la obesa gigantona que juró que meenamorédeellapara"vengarse"dequele bajé a dos fulanos que ni siquiera la pelaban
Yahora,noséporqué,desdehaceunosmesesnohehechomásquesoñarconunapesadilla antigua. ¡Qué manera de chingar mi inconsciente colectivo, caray! Así, totalmente de la nada reapareció como hizo tantas veces en el mundoreal,peroahoranopasadequeabrolos ojosyesapersonitaseesfuma,yanoestámás.
Ymientras…Yoaquí,deatormentadacomo dicenquemegusta,preguntándomesilasusodichapersonaestaráenproblemasosiesverdad loquedicensobre"laleydeatracción",según lacualsiyosueñoconeseenteseráalgorecíproco y entonces él también estará soñando conmigo.
Molestamenosimaginarmealastresobesas (o bien: con la ballena, con la aguada y con la megacachetes),queporlomenoscumplieron supromesadenovolveraacercarseaalguien tan desagradable como yo. Por fortuna, este mundo es mucho más grande de lo que pensábamosennuestraadolescencia.
¿Peromieternapesadilla…?
¿Será que alguna vez cumplas mis deseos más profundos, y por fin ahora sí te mueras, como decía Jaime Sabines en su poema "Hay unmodo"?
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La menonita
LaprimeravezqueviaMariskafuelaúltima vez que me enamoré de golpe. La conocí
enelCentroMédicoAmericanoendondepapá estabaingresadoparasometerseaunacirugía de colon. Fue en el otoño en el que cumplí veintidósaños.Habíapedidovacacionesenmi trabajo,medebíanquincedíasydecidíquelo mejor era que me quedara con papá para ayudarlodurantesuconvalecencia.Mequedaríalastresnochesconélenelhospitalymamá estaría en casa atendiendo a mis dos hermanitos.Asíduranteeldíayopodríaestarencasa o bien, salir con mis amigos y regresar en la nocheparaestarpendientedepapá.Sabíaque era lo correcto, lo que se esperaba de mí, el mayor de los tres. Era hora de que comenzara aserrealmenteútilamifamiliaydemostrarles que a mis veintidós años estaba listo para asumir un rol más activo. No es que antes no loestuviera,sinoquenuncasehabíadadouna situación en la que mis viejos dependieran de mí. De haber ocurrido esto hace unos años, hubieranllamadoalaabuelaparaquesehiciera cargo de nosotros y mi mamá se habría quedado con papá en el hospital.Ahora contaban conmigo, y en cierto modo me sentí un poco más responsable, más adulto, cosa que me resulta curiosa pues fue en ese entonces cuando más me ilusioné con la misma ferocidadconlaquepuedeilusionarseunniño.Papá habíasalidodecirugíasincomplicación,pero me advirtió el doctor que por el tipo de procedimiento quirúrgico al que lo habían sometido, era muy molesto, incómodo y doloroso, y por lo tanto, estaría sedado hasta la mañana siguiente. Realmente no me hizo recomendación alguna, sólo me insinuó que podría despertarse por el dolor y en tal caso,
José Sifogrante para Lina López Vidal que me azotó
sólo debía llamar a la enfermera de guardia quien ya tenía la orden de suministrarle Tramadol.Papáestabaprofundamentedormido así que saqué uno de mis libros y comencé a leer recostado en un extrañamente cómodo sofá para visitas. No sé en qué momento me quedé dormido y desperté cuando una de las enfermeras entró para revisar los signos del viejo. "Buenas noches, joven". "Qué tal", contesté. "¿No se ha despertado tu papi? ¿No sehaquejado?""No,realmenteno.Haestado muy tranquilo, no se mueve; eso sí, ronca demasiado". Cuando la enfermera salió, me quedédespiertoeinquieto.Eranlasoncedela nocheynohabíacenado.Alvertranquiloapapá decidí salir a darme una vuelta por el hospital ybajaralacafeteríaparacenar Alpasarporel segundo piso, justo debajo de nosotros, noté unolorextrañoydesagradable.Nomerefiero alcaracterísticodehospital,sinoaunolormuy humano, como a sudor y tierra. Diferente al queunopuedeesperarenunlugarasí,nisangre, niformol,alcohol,nicualquierclasedefluido corporal, no. Era un olor muy vivo a sudor. Cuatro menonitas justificaron mi olfato. Estaban saliendo de la habitación 206 ligeramenteconfundidosyconlamiradaapuntando a todas partes.Apreté el paso y me fui directo alacafeteríaendondealospocosminutoslos volvíavermientrassedirigíanalasalida.Qué tipostanraroslosmenonitas,pensé.Loúnico quesédeellosesquesecasanentreparientes cercanos; aunque no estoy seguro si llegan a hacerlo entre hermanos, la verdad es que no mesorprendería.Tambiénséquevendentrozos dequeso,escobasycepillosenelAnilloPeriférico.Quehablanraro.Quehuelenmal.Que sonunostrabajadoresendemoniadosalosque
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parecequeelsol,selaspela.Queloshombres sevistenconoverolesycamisasdefranelacon mangaslargasysusmujeresseciñenenormes vestidosquenodejanversiquierasustobillos. Que son muy pacíficos, aunque no muy amables. Nunca me había interesado por ellos, no al menos en un punto que no pasara de una simplecuriosidadounmásquenaturalysano morbo. Un morbo óptico. Todo esto lo considerémientrascenabaunsándwichdeatúny una Sprite Zero. Al terminar mi cena salí al estacionamiento para fumar un Delicados y pensé que la prohibición de fumar en lugares públicoshabíallegadodemasiadolejoscuando tuve que alejarme casi cien metros de la entradadelhospitalendondecuriosamente,volví atoparmealosmenonitasqueseestabanyendo abordodeunacamionetaroja.Mientrasfumaba pasó vagamente por mí la idea de cómo le habríanhecholosmenonitasparapagarunhospital privado porque no parecía que tuvieran muchos recursos. Luego me puse a pensar en que si eran los menonitas quienes tenían prohibidoporsureligiónrecibirtransfusionessanguíneas o eran acaso los testigos de Jehová. Cuandoterminédefumarmedieronganasde recostarmenuevamenteenesecómodoymullido sofá, y regresé al hospital. Justo al pasar por el segundo piso, dirigí la mirada hacia la habitación206,lamismaenlaqueunratoantesestuvieronlosmenonitas.Lapuertaestaba entreabierta y supuse que alguna enfermera estabadentrorealizandosuschequeosderutina. Me ganó la curiosidad y saqué mi teléfono. Hicecomosiestuvieraatendiendounallamada,mitonodevozeramuybajo,comosiestuvierarespetandolaconvalecenciadelpaciente. El olor a sudor seguía muy presente, como si se hubiera estancado. Se me hizo más desagradable que la primera vez y decidí subir a recostarme, y justo al darme la media vuelta, el viento resopló de pronto y abrió un poco
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máslapuertaypudeverunasiluetamuydelgada, asidaalbrazodeunaenfermeraregordeta.La estaba dirigiendo hacia otra puerta, la que supuseeraladelbaño.Laenfermeraencendió la luz y desde donde estaba parado y con la miradadeperfilparanoserdemasiadoobvio, pude ver a una niña rubia de espaldas con esa batita patética que te deja el culo a la vista. Agradecí la existencia de esas batitas por un momento y luego me di cuenta de que estaba mirándoleelculoaunamenonitaenunhospitalyquiseentrarenmiscabales,perotambién queríaentraralahabitación206.Volvíalcuarto paravercómoestabapapá.Sinnovedades.Dormíaprofundamente.Quiseencenderlatelevisiónsinvolumenparanomolestarlo,peropenséqueinclusolaluzquizáspodríadespertarlo y estaría dolorido. Con la linterna de mi teléfonoleíduranteunahorayluegomequedé dormido.Alamañanasiguientepapáestabadespierto, una enfermera le estaba regulando los medicamentos que pendían sobre la cabecera yletomabanlapresión.Seleveíadebuenhumor, aunque un poco maltrecho por tan incómoda operación. "No sé quién durmió más, peropodríaapostarquetú",medijopapáenun tono quedo. "Creo que sigues sedado, papá. Llevas como trece horas dormido, yo apenas dormíunpardehoras.¿Cómotesientes?".Me dijo que muy bien dentro de toda la incomodidad que podía suponer su recuperación. Le dije que iría a por un jugo y un macchiato a la cafetería mientras las enfermeras lo bañaban. Eranlassietedelamañanaymamáestaríapor llegar al hospital luego de llevar a mis hermanosalaescuela.Alpasarporelsegundopiso penséenlaniñarubiaquehabíavistoanoche. Aquella menonita que me hizo detenerme frente a su habitación mientras la llevaban al baño.Nomesorprendióencontrármeladenuevo, pero sí lo realmente bonita que se veía. Estaba sentada en un sillón afuera de su
habitación. Agucé un poco la vista pues aún estaba adormilado pero su belleza no dejaba lugar a dudas. No podía tener más de quince años.Seleveíamuypequeña,comodisminuida perovibrante.Ellamirabadistraídamenteuna revista de chismes. Quise observarla un poco másdecerca,asíquevolvíasacarmiteléfono y fingí haber recibido una llamada: "Sí, mira, yotellamodespués,ahoranopuedoatenderte, me están echando tremendos ojos grises de pistola por hacer ruido en el hospital", le hice unguiño,ellamedevolvióunasonrisa.Nosé qué es exactamente lo que pretendía, pero queríaseguiradelanteconlamenonita.Laencontraba increíblemente atractiva y no quería perderme una oportunidad tan rara, así que le hablé:"Llegasteanoche,¿no?",nomerespondió. Me miraba confundida, como si no me hubieradirigidohaciaellasinoaalguienmás, peroestábamossolos."Doyouspeakspanish? Français? Klingon? ¿Vas a gritar si te sigo hablando…?". "No, no. Perdón, estaba distraída",mecontestófinalmente."Sí,lleguéen la noche. No sé a qué hora, estaba dormida, bueno,inconsciente…".Hablabaconunacento raro y tosco. Muy seco.Articulaba con cierta dificultad las palabras, pero el tono que empleabaconmigoerademasiadodulce,untono quesugeríainclusosumisión.Lecontéquele estaba haciendo compañía a mi viejo, que lo habíanoperadolanocheanterior,lamismaen laqueellahabíaingresado."¿Yatiquétepasó? ¿Por qué estás aquí?", le pregunté con cierto atrevimiento,peroconnaturalidad."Yademás veoqueestástomandotumedicinaafuera,con vista al jardín… Si quieres te cuelgo un coco en tu suero, o ya de plano te traigo una piña colada y un bronceador". Volví a hacerle un guiño,estavezconundejodecomplicidad."No creo que sea muy buena idea, no tomo alcohol", me dijo un poco más seria de lo que esperaba. "¿Cómo te llamas?, le pregunté.
"Mariska",respondió."¿Mariska?¿Quéclase denombreesMariska?""Rumano".Rumano… bueno."Ytú,¿cómotellamas?";"Nicolás". "¿Y quéhaceMariskaenelCentroMédicoAmericano?",quisesaber."Vineamorir",respondió. "Vamos,nopuedesertanmalo,digo,noteves tanjodidaquedigamos.¿Quéesloquetienes? Digo, si me lo quieres contar". "Hace como cuatroaños,mediagnosticaronelsíndromede Wolff-Parkinson-White,queenpocaspalabras no es otra cosa que una arritmia, mi corazón nolatetalcomodeberíaypuestengomuchos mareos, náuseas, casi siempre estoy muy débil",locontóconunestoicismociertamente conmovedor. "Y por qué dices que vienes a morir,¿yanoestáfuncionandoeltratamiento?", quise saber, y se lo pregunté más preocupado de lo que me gustaría admitir. "La verdad es queestoysiendounpocodramática,perotampoco es algo muy alejado de la realidad, ayer escuché al doctor Parreño hablando con mis papás, y les dijo que ya no hay nada más que hacer, sólo esperar a que los medicamentos funcionen y que el corazón se estabilice, que puede ser que ocurra en las próximas horas o puede ser que ya nunca se recupere por el tiempoquellevaasí",continuóigualdeimperturbable."¿Cuántosañostienes?",lepregunté, traté de desviarnos un poco del tristísimo senderoquerecorríalaconversación,tansólo para chocar con una pila de mierda. "Quince, reciéncumplidos.Apenasantier".Estoestádel carajo,digo,quésesuponequedebodecir:"ya veo", "felicidades, que cumplas más", "eres libra,comoyo".Niputaidea,peroentretodas esas opciones me limité a decirle que yo también era de octubre, y que nos debíamos porlomenosunoshorribleshotcakesdelano menos horrible cafetería del hospital. Fue la segundavezquemerespondióconunasonrisa, pero esta vez había sido una más honesta, de esasquenotedejanverlosdientes.Lepregunté
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porsufamilia,queporquénoestabanahícon ellayantesdecontestarme,laenfermerasalió de la habitación de Mariska y la hizo entrar "Alratotellevotushotcakesdecumpleaños". Ellasonrióporterceravez.Strikeout.Hayuna maneraparasabersilegustasrealmenteauna niñayeshaciéndolasonreírtresvecesdurante elprimerencuentro.Laprimerasonrisaseproduce sin que se hayan hablado. Ni una sola palabra. Sólo una mirada rápida a modo de identificación y presentación. La segunda provienedespuésdeunpardebromas.Puedes sabermuchodeunaniñacontansólosaberde qué se ríe. Todas se pueden reír de cualquier broma, por eso es crucial saber qué es lo que vas a decirle. Una broma por más estúpida o ingeniosaquesea,tieneelpotencialderevelar los secretos que se esconden tras la sonrisa. La tercera ocurre al despedirse. Un par de sonrisas nunca serán suficientes. Son tres las quenosindicansinosquierendentrodeellas. Mariskahabíaabanicadoyasutercerstrike.Mi viejoconvalecíadeunaoperacióndecolonun pisoarriba,yoestabatratandodelevantarmea unamenonitadequinceañosconelsíndrome de Wolff-Parkinson-White en el Centro MédicoAmericano. Todo en orden. Luego de la másqueexitosaconquistafuiaveralviejoque yaestabaconmamá.Medijeronquemefuera alacasaadescansaryqueregresaraenlanoche y que, si todo salía bien, lo más probable es que mañana le dieran el alta. Antes de regresarmealacasa,fuialacafeteríaypedíqueme prepararan dos órdenes de hotcakes, pedí sirope de maple canadiense, una orden de tocino, jugo de naranja y dos cafés y me fui a desayunarconmimenonita."Cuéntame,cómo es que te dejan sola tus papás". "Bueno, la verdad es que trabajamos muchísimo, tengo ocho hermanos, y cinco son más pequeños, además,aquíestoymuybienyvienenaverme enlanoche",medijomientrasdevorabaloshot
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cakes."Disculpaqueseatanentrometido,pero bueno, hay un elefante rosa enorme flotando por toda la habitación y no hemos hablado de ello"."Cómoqueunelefanterosa",mepreguntó conunacaradeincredulidadquemehizopensarquenohabíaentendidoabsolutamentenada. "Bueno,esundecir.¿Tuspapásseenojaríansi me vieran aquí platicando contigo?", le pregunté."¿Estásloco?",merespondió."Quizáno te echen a patadas, pero sí te darían un par de segundosparasalir,además,yatengoprometido,sellamaNoahynosvamosacasar,digo, si no es que me muero en un rato", me dijo ahora hablando con nostalgia. "Cómo que prometido, apenas tienes quince años. ¿Se conocen hace mucho?", quise saber, como si de algún modo pudiera impedirlo. "A Noah nunca lo he visto. Él vive en un lugar que se llamaVillahermosa,supapáesmuyamigodel mío y se prometieron que cuando llegara el momento,noscasarían.Así,sinpreguntarnos. Yo lo he visto en fotos, no está feo, bueno, un poco,sí.Esmuyalto,perotieneunacaramuy tosca, como la de cualquier granjero, por eso no me aflige tanto que quizá no podamos casarnos"."Túdedóndeeres",lepregunté."Nací enCampeche",medijo."BuenoyeltalNoah de Villahermosa, ¿sabe que estás aquí?", le pregunté."Sí,hoylellamaronparaqueviniera, pero yo creo que no va a venir, igual tiene muchotrabajoypuestodasufamiliadepende de él", me dijo. Pues vaya prometido el de Mariska.Laestádejandosolayunoaquípues, con ganas; digo, no se trata de aprovecharme de la situación, pero por otro lado… bueno, qué estoy diciendo. "Creo que es mejor que mevaya,noquieroquelaenfermeralevayaa decir algo a tus papás, vengo a verte en la noche",ledije."Cómoestátupapá,¿cuándolo van a dar de alta", me preguntó como para alargar un poco más la conversación. Le dije quelomásprobableeraquesalieraalasemana
siguiente.Ellamemiróporuninstanteconlos ojos ligeramente más abiertos, ligeramente másabiertoscomoplatosdebufé,quierodecir "O sea que ya no nos vamos a ver", sentenció conunamueca."Porquélodices",lepregunté extrañado."Claroquepodemosseguirencontacto,noesquetevayasamudaroalgoasí.Te doy mi Whats App y nos escribimos, ya más adelantevemosqué",ledije."Nosepuede",me dijo. "Sabes que entre nosotros cualquier aparato que tenga que ver con tecnología es cosadelDiablo.Mipapáeselúnicoquetiene teléfono y apenas lo usa. Si me llegara a descubrir que tengo uno, me mata antes que mi Wolff-Parkinson-White". "No deja de sorprendermelolargodelnombredetuenfermedadyquetelohayasaprendido.Yaparece Sterling,Cooper,Draper,Pryceperodecardiólogos"."¿Parecequé?",mepreguntó.Notenía Netflix,quécasoteníaexplicarle."Mira,sies poreso,yotengounteléfonoquecasinouso, funciona perfectamente bien, si quieres, te lo regalo; total, está ahí asentado, mejor que lo tengas tú. Así me cuentas cómo te va, eso sí, cuídate del viejo, que no te lo vaya a ver". De esaforma,logrésacaramimenonitadelsiglo XIXy,melatrajedegolpealXXI.Alllegara la casa lo primero que hice fue buscar el teléfono que le había ofrecido a la campechanita, desdeluego,metomómásdedoshorasencontrarlo y una vez que lo hice, lo puse a cargar. Leborrétodalaagendayleagreguéminúmero. También reciclé la micro sd que estaba llena de música y pornografía. Le dejé dos o tres aplicacionesquepenséquepodríanserleútiles y le compré un case de uso rudo, ya saben, es una campesina, pero muy bonita, eso sí. Contaba las horas para volver al hospital y es quelaverdadnoteníamásnadainteresanteque hacer y no podía dejar de pensar en ella. Comencéafuturear,esosí,conmuchoorden. Primero, que me conocieran los viejos y
despuésganarmesuenteraconfianza.Desimpatíanihabloporqueséquesonhoscos.Después,demostrarlesquesoyuntiposerioyque trabajomuyduro.Quetrabajodurodeltipoen un escritorio, no duro del concepto que ellos tienen.Laúnicavezquelogrécolocarunclavo en una tabla fue en el taller de electricidad en la secundaria. Si pasé ese curso fue porque el profesor era a toda madre y sólo hablábamos de fútbol y de chichis, pero volvamos con el suegromenonita.Tampocoesquemurierade ganasdeconvivirconellos,erasóloparaganarme su confianza y así requisarles a Mariska. En mis fantasías ya teníamos dos hijos y toda lacosaymedetuve.Eranlasochodelanoche y tenía que volver a ver a mi viejo al hospital que, por cierto, había olvidado por completo queseencontrabaahí.Yosóloteníamentepara mi queserita del periférico. Tomé el teléfono y lo puse en su caja, junto con el cargador, ademásdeunTobleronedemediokiloquehabíacompradoenunDutyFreeyellibro"Thats Why We Broke Up" de Daniel Handler que supuseleencantaríaleer.Alllegaralhospital, tuveelimpulsodedirigirmeala206,perome pusenerviosoyfuiprimeroarelevaramimamá.Papáestabaterminandodecenaryveíauna película, me pregunto si la quería ver con él y ledijequesí,peroqueprimeroiríaalacafeteríayallevarle"unencargo"aunconocidomío queestabaenunahabitaciónenelpisodeabajo, le dije que no tardaría. Bajé las escaleras y lo primero que noté al doblar por el pasillo que mellevaríaalahabitación206eraquenoolía a nada. Me refiero al olor ese a sudor y tierra que expelen, lo cual me trajo varios pensamientos al momento, entre ellos, que no la habíanidoaversuspapásnisusfamiliares,que estabasola,queyahabíanpasadotreshorasdel límiteparalasvisitas,quelaenfermeragorda (queahoraséquesellamaClaudia)nomeiba a permitir pasar a verla. Nada de eso ocurrió,
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toquédosveceslapuertamuydueñodemíyal noobtenerniunarespuesta,meaventuréaabrir y noté que el aire acondicionado estaba apagado, encendí la luz y la cama estaba hecha y juntoalamesitasólohabíaunanotadelmenú de canales de la televisión por cable. "Joven, lepuedoayudarenalgo",mepreguntólaenfermeraamisespaldas."Sí,lapacientequeestaba aquí, dónde está", le pregunté. "La dieron de altaenlatarde,bueno,esomedicenmiscompañeras, yo estoy empezando el turno de la noche y no estoy enterada. Usted no es su familiar, ¿de qué la conoce?", me preguntó con untonoinquisidorquemecayómuymal."La conocí aquí", le dije seco y me fui. De conseguirsusdatos,nihablar.Loúnicoquesabía deellaeraqueesdelasmenonitasquevenden quesos, escobas y cepillos en Anillo Periférico. Que hace años los había notado pero quenuncaleshabíacompradonada.Regreséa lahabitaciónconpapá,ledijequeestabamuy cansado,lediunasmordidasalenormeToblerone que había llevado y me quedé dormido repitiendosunombreenmimenteyelaborando los más complicados y absurdos planes para encontrarla; planes que se iban derrumbando pues,apesardequehabíarecibidoelaltamédica, difícilmente la encontraría en la calle. Seguramente estaría en su casita en su comunidad del siglo XIX o rumbo a Villahermosa para quedar al cuidado del tal Noah de los cojones. A la mañana siguiente, papá recibió muytempranoelalta,sinembargo,debíaesperarasudoctorparaindicacionessobrecuidados posteriores a la cirugía. Para el mediodía, ya estábamos en casa. No pude quedarme ahí cruzado de brazos sin hacer nada, me fui a buscarla. Recorrí los 47.6 kilómetros del AnilloPeriféricoymedetuveencasitodaslas interseccionesendondelamayoría,sólohabía voceadores, jugueros, vendedores de Bon Ice y de fichas Amigo de Telcel. Ni un cabrón
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menonita.Tres días después realicé el mismo recorrido, hasta que por fin me encontré con un pequeño grupo de menonitas y una señora que debía medir por lo menos un metro noventa, me ofreció un cepillo por veinte pesos. Se lo compré, pero no pregunté por Mariska, temía que no la conociera, o peor aún, quesílaconocierayentodocaso,nomeibaa proporcionar ninguna información. Pasaron dos semanas, pero el recuerdo de Mariska no parecía difuminarse, todo lo contrario. Experimentabaunaenormenecesidaddevolverala calleydarconellaacomodieselugar.Volvía AnilloPeriféricoyllevabaapenasdiezminutos cuandometopéconotrogrupodemenonitas, unsujetoderostroamablemeofrecióuntrozo de queso fresco por cuarenta pesos, se lo compré."¿SabeUsteddeMariska,laconoce?". "Mariska",repitióelhombre."No,Mariskano, nolaconozco".Peroalgoensumiradamedaba a entender que me ocultaba algo. No quise insistir. Fueron pasando las semanas y los meses, pero no pasó un solo día sin que me preguntara qué había sido de mi queserita. QuizávolvióaCampeche,peroesoeraabsurdo porqueahísólonacióysufamiliaestabaaquí. Lo más probable es que sí se haya ido para Villahermosayseguramenteparaestasalturas yahastahabráconsumadosumatrimoniocon Noah. No lo sé. De lo único que estoy seguro es que en el congelador de mi casa hay no menosdeveintetrozosdequesofrescoyenla cajuela de mi coche, otro tanto de cepillos y pequeñasescobetas.
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Estética de la sobrevivencia en Colombia:
Memoria y afectos en la poesía contemporánea (2000-2015)1
Angélica HoyosGuzmán
"Pero me has dado la paciencia el silencio para alumbrar un país que no se cansa en la oscuridad de barrer hojas muertas," Homenaje a la música de Arturo, Nelson Romero Guzmán, Música Lenta (2015).
Estos versos hablan de la luz del silencio que evocalapoesíaenColombia,unpaísdondeel
ambientedelosúltimoscincuentaañoshaestado marcadoporlaguerra.Sugierequelaoscuridades esemarcoprecarioylashojas,aquellosquenocesan decaerdelárboldelavida.Unpanoramacíclicode guerra y una música que en medio de lo oscuro alumbra a Colombia. Estos versos son parte del poemaquehaceRomeroensulibro Musica Lenta (2015)yquetienecomotítuloHomenajealamúsica de Arturo AurelioArturoescribió Morada al Sur cuyosúltimosversos,despuésdelretornoalaarcadia, despuésdecantarelpaísqueamaeneseretorno,se leencomosigue:"Heescritounviento,unsoplovivo /delvientoentrefragancias,entrehierbas/mágicas; henarradoelviento;sólounpocodeviento.".Ycon ellos pone a volar el país, deshace el poema y la músicasevuelveliviana,unsoplodelapoesíaenel alma de Colombia de entonces y durante todo el siglo XX, pues Arturo renueva con su soplo a la poesíacolombiana.Romeroencambio,invocaala músicadeArturoqueleenseñóaguardarpaciencia, avolaraltoyavolverlamúsicaterrena,lenta,negra, puessupoemarioesuncantooscuro.
Valga recordar que decía Octavio Paz "el poemaesuncaracolendonderesuenalamúsicadel mundo"(1956,13).TalvezpiensaenesoRomero cuandohabladesumúsica,quenoesladelviento,
ni de la mudez del país deAurelioArturo o de la poesíacolombianadeespaldasalosproblemasde la realidad, según los antólogos y prologuistas colombianoshan mirado a la poesía del siglo XX anulando cualquier posibilidad de estudiarla en relaciónconlaviolencia(Villegas-Restrepo,2016).
Lamúsicaesotra,hacambiado,varíadesdeloque nos propone Romero como poesía y puede uno pensarqueestaseacercaaaquelloqueenelmismo texto que citamos de Paz (1956, 40) se definiera comoellenguajesuicidaoellenguajepoéticodela modernidad,queesmássocialycontemplatodos loscontagiosdelapoesíaconotroslenguajescomo elperiodístico.
Estaesnuestramúsica-poesía,unaquellevala huelladelosafectosquehandejadoenColombiala violencia,quellevalaintensidaddelasobrevivencia. Unaestéticaendondeencontramoslopolíticoenlo poético, en la palabra que corporiza lo intenso de sobrevivirenunmarcodeguerra,quehabladelos cuerpos ausentes, de los asesinados y recordados en los poemarios, de los cuerpos que en la poesía sobreviven,ymanifiestaagenciamientosdelosafectos colombianoscontemporáneos.
Partoentoncesdeestesilencioqueesmúsica, queesluzdeuna Conversación a oscuras (2012) comosetitulaelpoemariodeHoracioBenavides, escritoenhomenajeasuhermanoasesinado,esta
1. Ponencia presentada durante el II Coloquio de Doctorandos en Literatura Latinoamericana. Universidad Andina Simón Bolívar, Sede-Ecuador, Septiembre 28, 29, 30 de 2016
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definicióndepoesíasobrelaquehayqueindagaren Colombia,necesitapensarse,identificarse,escucharse ydecirse.Esnecesariaunalecturadeestospoemarios que se han publicado en lo contemporáneo, en el umbral de lo demasiado lejano y lo demasiado anticipado (Agamben, 2008), para pensar en los problemasterrenalesdelarealidadcolombiana.
En este poemario de Benavides (2014) por ejemplo se habla de cuerpos fragmentados que reclamansucompletud,elcuerposinórganossegún nosdiríaDeleuze(1994),unaintensidaddelavida, unaafectoquenostoca,quevamásalládelapalabra misma cuando nos dice la voz lírica de esta conversación: SI AL MENOS me hubieran dejado/ el corazón/ podría ir con ustedes/ El corazón es un norte/ una piedra lumbre/ así que sigan adelante/ no carguen con un peso muerto/ Yo regresaré tanteando/ al lugar donde me lo arrancaron/ y no los dejaré en paz/ hasta que lo devuelvan.
Muchoestándiciendolospoetascolombianos desdediferenteslatitudesyenelsentidodelosmapas afectivosdeColombia,ylaintensidaddiscursivaque agencian(Deleuze,1977;yGuattari,1996).Puesla palabraseubicaenunageografíadelaviolenciaque sehaimpartidodesdeelparaestado,desdelasguerrillas,desdeelmismoestadoyquesedenunciaenlos poemas. No a manera de cifras como lo hace el CentroNacionaldeMemoriaHistóricaylosestamentosemergentesenfuncióndeestostemas,sino desdelasensibilidadalternativadelapoesía frente aldiscursohegemónicodelaguerra,lamemoria,y lapazenColombiaenlosúltimos15años.
Entonces defino mis preguntas sobre lo que pasaconlapoesía,qué ladefine,yquepersiguen esaideadelamúsicadeRomero,deBenavides,y de otros, que no es la de Arturo, que era la de la noción del poeta como cercano a los dioses, de la poesía aurática, sino más bien de la intensidad de sobrevivir,delaestéticadelasobrevivenciafrentea laestéticadeguerra(Benjamin,2010),olafascinaciónporlaaniquilacióndesímismoquetrajoconsigo
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lamodernidad.Mepreguntoasí:¿Cómosecorporiza laintensidaddesobrevivirenlapoesíaenunaépoca marcadaporlaviolencia?¿Quérelaciónhayentre los afectos de la sobrevivencia y las poéticas que proponenunainterrupciónalsensoriumhegemónico, unaestéticafrentealdiscursodelamemoria?
Aparecenvariospoemariosparami lectura en progreso,segúnplanteaJacquesRanciere(2005) que se debe estudiar lo contemporáneo. Una coleccióndeindiciossegúndefineuncorpus(Nancy, 2007) compuesta por dos grupos, el primero que conformalasobrasquedirectamenterecuerdana susmuertosydesaparecidosylesdanvidaconla palabra,yelsegundogrupodelacolección,aquellas obras o poemas que manifiestan afecciones de la memoria o la sobrevivencia pero no constituyen víctimasdirectasdelconflictoarmado.
Deestemodo,resaltoquelapoesíahafavorecidolaemergenciadeestilosypropuestasdiversas alrededordelamemoria,delajusticia.DurantefinalesdelsigloXXMaríaMercedesCarranzapreparaba losencuentrosdeAlzadosenAlmasde1997a2002, enlaCasadePoesíaSilva,proponíaabiertamentela poesíacomoopcióndiferenteantelaviolencia. Esta partedelahistorialiterariadeColombia,noseha escrito.OtroscomoelantioqueñoCarlosCastroSaveedra,enestemismosentido,sevaliódelapoesía para denunciar la violencia bipartidista. Estos constituyenantecedentesdeunatradicióndelaque poco se piensa en cuanto a la poesía colombiana, puesseprivilegialanarrativacomofuentedecrítica yestudio.
Sin embargo, mi colección de indicios se justificaenelinterésporlasmanifestacionespoética entornoalaviolenciacontemporánea,puestoque durante el período más crítico de la violencia en Colombia,entre1990y2004,fueronlospoetaslos blancosmásperseguidos,víctimasdeasesinatosy silenciamientos(Documental no hubo tiempo para la tristeza,CentroNacional deMemoriaHistórica, 2015).TalfuelasuertedelperiodistaypoetaJulio DanielChaparroen1999,aquienselerememora
conlapublicacióndesuspoemasenel2012,enel poemario De nuevo soy agosto y otros poemas. Estepoemarioloincluyodentrodelprimergrupo.
Otros que hacen parte de esta colección son TirsoVélez,EdwinLópezyGersonGallardo,poetas asesinadosporelBloqueCatatumbodelasA.U.C., en Cúcuta, en el 2003, a quienes se les recuerda tambiénenlaAntología Palabras Como Cuerpos (2013)editadayconvocadaporelpoetacucuteño SaúlGómezMantilla,enlacualparticipanpoetasde todaColombia.Eleditortambiéntienesusobrasen estalíneadelamemoriayladenunciaatravésdela poesíacomovehículodeintensidadesafectivascon los libros Rostro que no se encuentra (2006) y Lecciones de olvido (2008).
Aparecen también trabajos como el magdalenenseAdolfoArizaNavarroquienpoetizasobreel desplazamientodelapoblacióndelaAviancaenel Magdalena, durante el invierno de 1998 y quien dedicasulibro Regresemos a que nos maten amor, ganadordelPremiodePoesíaCiudaddeSantaMarta (2008)alpoetaJoaquínVizcaínoVizcaínoasesinado enelenfrentamientoquesedioentreparamilitares delBloqueNorteyguerrillerosenelmismomunicipio. TambiénserecuerdaenestepoemarioaVíctorTerneradelaHozquienfueasesinadoenel2006por lasconstantesdenunciasquehizosobreelfracaso delprocesoderetornodeloshabitantesalpuebloy laentregadeviviendassubsidiadasporelgobierno.
En otros libros de este corpus como la obra Amazonía y otros poemas (2011) del poeta Juan CarlosGaleano,desplazadohaciaelAmazonasquien desdeellugardelquehuyedelaviolencianosacerca aunmundoamazónicoconlahuelladelconflicto armadocontemporáneo. En El sol y la carne (2015) deCamilaCharry, Asma (2015)de FabioAndrés Delgado y Edwin Gamboa, también se poetiza el rastroviolento,sehabladelasmadresdeSoachaen Bogotáydelaviolenciaquetocalapoblaciónjuvenil. Asímismoenelpoemario Seré tu voz (2015)deVJ Romero,sedenunciayhacememoriadelosllamados "falsospositivos"yeldolordelasmadres,quienes
EnotroslugaresdeColombiacomoelChocó seprefierelaoralidadparapoetizartambiénsobre susvíctimas.Taleselcasodelospoemasqueaparece en el Informe Que nadie diga que no pasa nada (2011-2014)editadoypublicadoporlaArquidiócesis de Tumaco, donde se habla de la violencia contemporánea y el proyecto Yo levanto mi voz: Memorias de Resistencia en Tumaco (2015). Publicadocomoantologíaoraldondesedesarrolla undiscursopoéticoparaexpresarlamemoriayel recuerdo de las víctimas y activistas sociales asesinadasenesazonadelpaís.Tambiénexistenlas compilaciones orales de Escuela de poetas de la gloria (2015) y Alabaos de madres por la vida (2015).Estostrabajossoneditadosypublicadosen elcanaloraldelCentroNacionaldeMemoriaHistóricadeColombia.Valgaincluirenestegrupoel poemario que dedica Benavides a su hermano asesinadoyalcualmehereferidoya Conversación a Oscuras (2012).
Otrospoemariosqueconvocanlamemoriay eldolordesdeunasensibilidadquenoesdirectamente ladelasvíctimas,elsegundogrupodemicolección, son Puerto Calcinado (2003)deAndreaCotecon supoema El perdón,evocaatravésdelapoesíala violenciavividaenBarrancabermejaenunciandola interlocuciónentreunaniñaylavozlírica;eneste grupoestánalgunospoemasdelpoemario Tempus (2014)deHernánVargasCarreñodondelaintensidaddelosafectosylaviolenciaseregistradesde lo homoerótico y el poema de Vientres y guerras delpoemario Soportar la Joroba (2011)deCristina Valcke,dondelavozfemeninahabladeldoloríntimo delcuerpoparacolectivizarlaviolencia.
Enelcírculodepoetasqueestánencaminode hacersevisiblesinternacionalmenteoyalosonincluyo los poemas Los colores de la sed, Abismos de silencio, Dolor Plural de los poemarios Péndulo
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Eltrabajoesarduo,dadalagranvariedadde mi colección de indicios,peroestátandispersoen esteambientedeépoca,enestaestructurasentimental (Williams,1980)queesnecesarioorganizarloydarle cuerpo.Propongounamiradadesdeelgiroafectivo, puesconsideroqueeselenfoquequemesirvepara analizar estas intensidades y el sensorium que conformanenelconjuntodeobrasqueheescogido. Me interesan esas fuerzas orgánicas desterritorializadas que manifiestan lo social y lo cultura (Moraña, 2012), esas marcas del cuerpo palabra, delcuerpoqueapareceenunavirtualidad(Deleuze, 2007)delplanodelainmanencia(Deleuze,2007), delavidaensí,segúnDeleuze,puesesesteenfoque elquepertinentementemepuedeayudaraindagar por categorías propias, a pensar el hecho poético comomúsicaterrenaenColombia.
Estamirada,paramiproyectoparticular,integrareferentesdelabiopolíticaparacomprenderlas expresionesdelaviolenciadesdeAgamben(2998) yGiorgi(2014),principalmente.Integroenmicuerpo teóricotambiénlasnocionesdesobrevivenciadesde Derrida (2003) y Didi-Huberman (2012), entendiendoesteconceptocomointensidadesdela vidasobrelamuerte,lalucesqueemergenenmedio delaoscuridadmásplenadelosestadostotalitarios ofascistas,ennuestrocasoenelestadodeexcepción permanente que ha sido la guerra en Colombia (Ochoa Gautier, 2004), y que se dan desde las colectividades,comoposibilidadesderesistencia. Comprendoasí,comosobrevivencia,lacreación,la
delatripa: narrativa y algo más, No. 30, Octubre 2016. 54 (2010) y La danza del caído (2012) parte de la obra de Jorge Valbuena. En adición el poemario Memorial del árbol (2013) de Henry Alexander Gómez y El falso llanto del granizo (2014) de HellmanPardo.TambiénlaobradeFabiolaAcosta Espinosa Al otro lado de la guerra (2014)yAnabel Torres Poemas de la guerra (2000).Enestegrupo tambiénincluyo Música Lenta (2015)deRomero. Enestosautoresencuentroafeccionessubjetivas, íntimas,delasobrevivenciaylamemoriaenlasque encuentrolanecesidaddeprofundizar.
posibilidaddeagencia, ylosprocesosdeldeveniry lomúltipledesdelafilosofíaafectivadeDeleeuze, GuattariySpinoza,yenestemarcotambiénintegro a los pensadores de la memoria tanto en Latinoamérica(NellyRichards1998,2002)comodesde Europa(Huyssen,2000;2002yBenajamin1989, 2003, 2010).
Enconsonanciaconloanterior,metodológicamente hablando, mi idea primera es constelar, agruparvariospoemasdelcorpusenfuncióndeuna idea. Por ejemplo en cuanto a la idea de músicapoesíaquevenimossiguiendo, puedodibujarlas líneasdeestaconstelaciónconlospoemas Música de Juan Carlos Galeano (2015), Música negra de NelsonRomeroGuzmán,aligualqueelpoemaen homenaje a la música de Arturo, los poemas Me escondo en las palabras y De los sonidos,ambos deSaúlGómezMantilla,ylanociónde Canto de vida delasmadrescantorasdelchocó(2015).
Unaconstelaciónimportantemeresultaladel cuerpo extraño de la memoria analizando los cuerpos con los que afectan los poemas: cuerpos desmembrados, cuerpos desaparecidos, cuerpos espectrales,cuerposrecordados(asesinadosyrememorados),puestodosellosatraviesanelumbralde la nuda vida,sobrevivenenlospoemariosatravés de la memoria, han sido cuerpos afectados y nos afectanensulectura,ensuvirtualidad.
Otraconstelaciónimportantesobrelaquevale lapenareflexionaresladelduelo;entendiendoque se agencia desde estos poemarios una políticaestética del duelo colectivo (Buttler, 2010) en un marcodeguerra.Tambiéneldeveniranimalquepermitelosagenciamientosdeestoscuerpos,delamemoria,yloqueGabrielGiorgi(2014)llamalamemorializaciónquesirveparaquesehaganvisibleslas máquinariasbiopolíticas,susoperacionestanáticas. Comopartedeltrabajodeanálisismicrotextual,es decir en cada poema seleccionado, será mi labor identificarimágenesqueconstituyendispositivos afectivos para profundizar en el lenguaje que proponen,eidentificarnuevasconstelacionesqueme
permitan pensar la poesía contemporánea en Colombiaylasobrevivenciaantelaviolenciacomoforma deexpresión.
Megustaríaqueconmilibro,puedacontribuir a delimitar una cartografía afectiva; he intentado presentaraquíalgúnbosquejodeloqueelloimplicará enmiinvestigación,pasarporlageografíaterritorial ylaafeccióndeloscuerpos.Tambiénmeinteresa proponerestetrabajocomounaformadevisibilizar enlahistoriografíaliterariaalosautoresytrabajos quesepuedaninscribirenestecampodeestudio; en esa media busco que la investigación pueda aportarconceptualmentealadefinicióndelapoesía desdelasobrevivenciayellenguaje,quesepropone desdeestaestéticacontemporánea,lascercaníaso separaciones tanto con la tradición colombiana, comoconlatradicióndelapoesíalatinoamericana.
Paraconcluir,elpoetaArizaNavarro(2008) nos pregunta en su poemario: ¿Cuánto pesa una bala dentro del cuerpo? Ysentimosqueestepeso nosinterpelaenlomásprofundodenuestramaterialidad.Estoslenguajesquedisparannosponenen situación desde una sensibilidad a otra, desde el afecto;estospoemariosnosestánproponiendouna miradadelamemoriaydelaviolenciacontemporánea que nos toca como lectores, que pretende intervenirenlarealidadpolítica.Elmargendesus intervenciones,loslímitesdeldiscursopoético,lalabordelosintelectuales,tambiénseránobjetodemi reflexión,puesnotoenestaspoéticasunareiterada necesidaddehablar,dehacermúsicadelsilencio,a pesardequelashojassiguencayendoysesiguebarriendolamemoriaparaelolvido,paralaimpunidad.
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20 Escuela de poetas de la gloria: https://soundcloud.com/ memoriahistorica/sets/escuela-de-poetas-de-la-gloria
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Alma Angelina C. CarbajalGuzmán.
Eran las tres de la mañana de un 25 de octubre 1926. Brooklyn descansaba encima del asfalto, y por debajo del cielo, ahí, se alzaba la otra vida desde el puente, aquella que se vive entrejuegosdecartas,licoryamigosdecodicia.Cincohombres se enviciaban en el póker —entre mano y mano, la ametralladora, el alcohol, el cigarrillo susurrando sinuosos hilillos, y en la otras, los dólares caían como pétalos, resarcidos por la deidaddelafortuna—bebíanengranalgarabía,teniendocomo únicaluzunalámpara,lacualunodeellostachódecrearcierta atmosferainterrogante—estehombreyahabíapasadountiempo en la cárcel.
Afuera, en las cercanías, y brincando entre las farolas, la penumbra reptaba como animal, acechando y trasladándose de sombra en sombra, acicalando con su maleficencia al ángel exterminador, que llevaba una negra rosa prendida en el ojal.
Conlaagilidaddeungatosupodeslizarseeleganteydispuesto en cada hálito de oscuridad. Entró como el rayo en la pequeña bodega,pulverizandoaráfagastodapresenciahumana,entrela niebla de tabaco y parpadeos de luminosidad.
Enlagranizadadeplomo,elfocodelalámparafuealcanzado, dejándole a la oscuridad y a la muerte, un día más de vida. La puerta se había cerrado, únicamente el halo de luz que miraba desde la farola del exterior, fue testigo del asesinato. El ángel miró frente a frente al criminal; la única prueba viviente de ese fugaz instante, fue el reflejo del mar en sus ojos, el oleaje de su mirada no se contuvo a la cegadora luz, y como el flash de una cámara,deunsolotirovelotodaexistenciadelcrimencometido.
Tres relatos
Diario
"Sábado 7 de mayo. 19:45 horas. La leche al fuego se derrama. Mientras la rescato de la estufa Acros, empiezo a salivar. Lavo el percance sin dejar huella del suceso; mezclo el líquidosalvadoconlechefría.Leagregomascabado y parto un bísquet a la mitad. Baja un ángel de las telarañas del techo, mientras doy elprimermordiscodepanconcafé,oigopoco apocoloscompasesdelMesíasdeHaëndel."
Lalimusinablancasedetuvomomentáneamenteanteelsemáforoenrojo.Lasventanillas de cristal polarizado llevan motivos florales; quizá dentro van los recién casados, felices. Enloqueprosiguesucamino,enlabarrerade cristal se ha reflejado por un instante la cara del niño que extiende su artesanía en venta, nadie se asoma, sólo el chico alcanza a ver su propia cara. Luego se refleja otro rostro con undiariodeldía:eselvoceador,niñotambién. Pero ahí sigue la frontera polarizada. Por último, se duplican los rasgos del mico culto que espera que los novios arrojen arroz, gramíneasímbolodeprosperidad.Peronada.
Jenny
Uriel Martínez
José entra en el camerino luego de su número más exitoso del año: El show de Jenni Rivera,laDivadelaBanda.Ahíestáundesconocido,esperándola,leavisarondelagerencia. Elvisitantevaalgrano:"ElPatrónquiereconocerla". José se acomoda en una silla, antes de pasar al espejo que la espera para ayudarlo a desmaquillarse.Ensufuerointerno,elactory mimosabequelaDivaposeeunafuerzaquese manifiestaenél,ensusdecisiones,enelsentimientoquelaimprimeasu"encarnación",en lapresenciaescénicaqueproyectaanteelpúblico. Dile que muchas gracias, le dice a la visita,alaunatengootroshowenelPalenque delaFeria."NadiedesairaalPatrón.Nolerecomiendoquelohaga",respondeelmensajero, que exhibe las joyas ostentosas del torso, los dedosylasmuñecas,"Sóloquiereinvitarleun trago". Con un guiño de impaciencia, José imagina que traslada e interpone la luna del tocador entre él y el desconocido. "No tiene caso,sabes,yonosoyJenni".
Luegodeunapausa,Josésequitalapeluca ylemuestralacalviciecomorodillabrillante. Mira,estoycalvo,soyunhombredecincuenta años.Leextiendelacabellerafatigada:esuna fantasía, una ilusión sin gracia. Como el visitante se concreta a verla, impaciente y sin decirlenada,Joséquiereconvencerlo:sedespoja los pendientes, las uñas de acrílico, las pulseras. Observa mis brazos, observa los pelos. Luegoselevantalacaudadelvestido:Mirabien, son piernas y chamorros de hombre. No soy mujer, todo es un truco, todo es utilería, sintetiza.Selevantaaúnmáselvuelodelaprenda. Mira, le muestra el bulto de la tanga roja, ¿te convences?
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El terruño del abuelito.
atherine,Catherine,venhijita,¡eshora de acostarse!
—Voy,abuelita.
Y la niña, lejos de irse a la cama, se acercó alabuelo:
—Abuelito, hoy quiero que me cuentes un cuento;peroquenoseadelosquesiempreme has contado, de los siete enanitos, de Blanca Nieves o de la Caperucita Roja; que sea otro paraqueseloscuenteamisamiguitas,algode loquehayasucedidoaquíennuestropueblo.
—Noloteníapensado,perotomaunasillita y ponte cómoda, porque el cuento que deseas síquevaasermuylargo.
—Nolehace,abuelito,alfinmañananovoy alaescuela.
—Te contaré la historia de nuestro pueblo. Hoy ya es una ciudad que tiene varios siglos devida...
—Sí mi hijita, por eso podré contarte muchas cosas que han sucedido aquí.Verás, este lugar era habitado por los zoques, y pasaban los arrieros que solían comerciar con ellos. Entonces,muchadeestagenteadmiróellargo
de Rubén López Cárcamo, adaptación: Susana Mota López.
valle y decidió quedarse a vivir en este lugar pobladodeabundantesárbolesfrutales,zapotes ymangosdevariadaclase,chicozapotes,chincuyas1,cupapé2,jocotes,quesealimentabande latierrahúmedaprovenientedelSabinal:unrío caudalosoquecorrealolargodelacañada.En susmárgenescrecíanlossabinosylosamates con sus ramas vigorosas, cubiertas de hojas verdes,quealbergabanalospájarosyzopilotes parapasarlanoche.Aesteríoibanlasmujeres a lavar su ropa y se encontraban con decenas deconejitossaltandosobreelpastoesmeralda. Porlaabundanciadeconejosenestelugarlos aztecas lo llamaron "Tochtlán" y los zoques "Coyatoc",quesignifica"muchosconejos",y estaimagenseplasmóennuestroescudoheráldico, un conejo sentado sobre tres dientes de maíz, y nos representa como "conejos" a los Tuxtlecos.
—Entonces, abuelito, ¿por haber nacido aquí,soy"conejita"?
—Por eso nos dicen "conejos". "Conejos" quecompartenlahospitalidad,seentregancon cariño y atenciones al que llega. Somos un pueblo pacífico y alegre, que canta, llora y es muy fiestero.
—Así como soy de fiestera, ¿verdad, abuelito?¡Cuéntamedesusfiestas!
—Lasfiestasancestralesdeloszoques:los mequés, eran muy concurridos, y las vesti-
1. Chincuya. Fruta grande, corteza de picos suaves y pequeños, color pistache claro, pulpa color naranja, semillas negras, delgadas y largas, sabor dulce.
2. Cupapé. Árbol grande, frondoso, flores color naranja, fruto pequeño de cáscara delgada y amarilla, pulpa amarilla, semilla color café. El fruto se usa para hacer dulce. Sus hojas se utilizan para pulir la madera del tronco y las ramas. La madera es muy apreciadapara muebles. 2. m. Dulce. En lengua zoque: Yonohó-pahac. Se cuece la fruta con azúcar y canela, y se hace una miel que baña las almendras de la semilla dura y partida del fruto.
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mentas de los presentes era singulares; la de lasmujeresconsistíaen"huipil"y"enagüilla", y se cubrían la cabeza con mantilla blanca, mientras que otras llevaban rebozo de color blanco, negro o gris; los hombres vestían con camisa y calzón de manta blanca y sombrero depalma.Lasdanzasseamenizabanalsonde lamúsicadeltamborydelpito,yaveces,con guitarrayjarana.Seservíalascomidasregionalescomoelpusaxe3,elsispolá4,ylossabrosos tamalitosdejuacané5,canané6,nacapitú7,yse refrescabancongrandesjícarasdepozolblanco ydecacao.
Despuésdecomerlosmequéssealegraban conlamarimbaquetocabanloscuartetoscomo el de Ovando "El Fax", el de José Ruíz "El conejo", dos ejecutantes de marimba de apellido Solís, el cuarteto "Los solisones" de mayor edad, y los menores, "Los solicitos" y otroeldel"Chalupón";peroelmásfamosoera eldelosGómez;fíjatequeelpapádeestecuartetocompusoelvals"Tuxtla".
—¿Yeltransporte,abuelito?¿Andabanen burro?
—Fíjate que las personas que llegaron a principios del siglo XX se transportaban en carretasquesejalabanporunpardebueyesy otras personas venían a caballo. Pocas calles eranempedradasparaquepudierancorrerlos escasoscarrosqueibanllegando.Parahacerlos andarselesmetíaenunorificiodelmotoruna varilladefierrollamada"cran"(crank)yseles daba vueltas y vueltas hasta que arrancaba el motor.Enespañolsedice"maniveladearran-
que" pero la gente usaba la palabra en inglés porsermásfácildecir"cran"que"manivelade arranque"aunquepronunciaranmal.Llegaron másautosyhastahubotransporteurbano;unos autobuses grandotes llamados "veinteros" porque el pasaje valía veinte centavos. ¡De aquellos veinte centavos! Por los años cincuenta se inició la Carrera Panamericana que atraviesa toda la república, y salía de Ciudad Cuauhtémoc,Chiapas,yterminabaenCiudad Juárez, Chihuahua. Venían corredores internacionales como, Piero Tarufi, corredor italianoyunamujernorteamericana,Jacqueline Evans.Enlosniñossequedólacostumbrede usarelapellidodeestecorredoritalianocomo sinónimode"grancorredordeautos";cuando alguienmanejabamuyrápidoledecían:"ParecesTarufi".
—¿Ylosniñosveíantelevisión?
—No había televisión en esos tiempos, apenasunaestaciónderadio;elserviciodela luzeléctricaeradelasseisdelatardealasoncedelanocheynotodaslascasasgozabandel servicio;elrestodelagentesealumbrabacon candilesdepetróleoyvelasdecera,ymuchas fiestasseiluminabanconlámparasdegasolina.
—¿Ycómoeranlascasitasde"losconejos"? Digo, de los tuxtlecos, je,je,je.
—Las de la orilla del pueblo eran de bajareque; hechas de horcones, techo de tejas, y sus paredes de caña de maíz repelladas con mezcla de lodo y paja; las del centro eran de adobes, algunas de ladrillo. Igual a la casa de mibisabuelaAlbinaChandomí.
3. Pusaxe o Puxaxe. Guisado caliente de vísceras de res con panza con una salsa de jitomate, chile, ajo y cebolla, que se espesa con masa.
4. Sispolá. Comida zoque que consiste de carne de res y puerco con una salsa espesa hecha de masa de maíz, jitomate, cebolla y ajo y unas ramitas de cilantro.
5. Juacané o Jacuané. Planta pequeña y frondosa de hojas ovaladas de diversos tamaños, de color verde oliva, de tallitos tiernos y rojos. En otros lugares se le llama "hierba santa u hoja santa". Las hojas son comestibles. Se usan para hacer tamales con guisados de carne de res, puerco, pescado o pollo. De uso medicinal, sus hojas en infusión sirven para curar almorranas.
6. Canané. Voz zoque. Tortita de masa reventada y revuelta con frijol fresco. 2. m. Voz zoque. Tamal de masa con frijol horneado.
7. Nacapitú. Tortita de tamaño regular, dorada en horno, de masa de maíz con patashete (legumbre).
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—¿Erazoque?
—Sí,ymuytrabajadora.Lagentesedormía muytempranoporqueenlamadrugadasecocía el maíz para llevar el nixtamal al molino, se salíadeahíparairahacerlastortillasbientempranito.Entrelaneblinadelamanecerseveía elhumodelosfogonesquesurgíaporlostejados y era indicación de que estaban "echando tortillas". Por eso las tortillas tenían un sabor inigualable a puro maíz, no las de ahora que sabenatortilleríaysondemaíztransgénico.
—Abuelito, en mi escuela un compañerito llegaaclasetodotiznadodehumoporquedice que en su casa hacen tortillas sobre un comal enorme, en un fogón bien grande que echa mucho humo, y fíjate, los chamacos le dicen "Elahumado",¿tambiénteníanapodosenese tiempo?
—Claro, y muchos. Los apodos eran parte imprescindibledelhablapopularparadesignar personas.Aunquenosesabíaunolosnombres perosílosapodos.Habíanapodosparatodala familia como "Los Quishtis", "Los Sherá", y lospersonalescomo"Elgarrobo","Elmanteca", "Elgallo","Lasardina","Eldiablo","Elsapo", "Elchorizo",etcétera.
—¡Quégraciosos!Ylagente,¿quéhacía?
—En muchas casas había pozos de agua dulce,ylagentequenotenía,acarreabaelagua engalonesyvalíaelviajeuncentavo;asíque por las calles se veían a las muchachas y los muchachos descalzos cargando sus botes con agua.
—Esamonedadeuncentavonolaconozco. ¡Aham!
—Es que ya no está en circulación. Había mucha gente descalza, y pisar el suelo provocabaquelanigua:uninsectoparecidoalapulga pero con trompa larga, depositara sus hueve-
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cillosenlasuñasdelospiesyasísedesarrollabanenunabolsitaquecausabamuchacomezón; entonces,conunaagujaseextraíaesabolsitay a la pequeña herida se le rociaba petróleo comomedicamento.Meparecequeyateestáentrandoelsueño,estásbostezandomucho.
—No, abuelito, sigue, sigue. ¿Y el parque central,cómoera?¡Aham!
—Enelparquehabíaunllano,despuésconstruyeronunjardínadornadocontresestatuas: ladefrayVíctorMaríaFlores,ladelaLibertad y la del doctor y poeta Rodulfo Figueroa. Al principio se le llamó Parque 12 de octubre, y despuésllevósunombre.Loampliaronenlos siguientes años con una pérgola con refresquerías, en la parte de abajo. Un detalle muy educativo fue instalar un mapa en relieve del estadodeChiapas,aescala,deunosseismetros porladoyseapreciabamuybiendesdeloalto de la parte central de la pérgola.Ahora ya no existe.¿Tellevoalacama?Estásbostezaybosteza.
—Antes que entrara la modernidad de la ciudad de Tuxtla, los maestros organizaban olimpiadas con los atletas del estado, y las competencias se efectuaban en el llano de la Industrial;dondeactualmenteestánedificados elparqueyelmercado5demayo.Ahísetrazó elóvalodecuatrocientosmetros,osea,lapista de las carreras y en uno de sus lados la fosa para el salto de longitud; en el centro de ese óvalosellevaronacabolosconcursosdelanzamiento de jabalina, de disco, martillo y bala. EnlaalbercadelParqueMaderoserealizaban las justas de natación y clavados. Los torneos debásquetbolsehacíanenlacanchaqueestaba enfrentedelaCasadelPueblo;enelcentrode
la ciudad, junto al Palacio de Gobierno. En el mismo llano se jugaban las competencias de fútbolybeisbol.Amediadosdelosañosveinte presenciamos encuentros de polo y otras actividadesecuestres.Paraparticiparenesosencuentros olímpicos, los atletas se preparaban conmuchadisciplinaenfundadosenuniformes sencillosyparticipabanconmuchocorazóny entusiasmo.
—¿Y tú estuviste en la Revolución mexicana?¡Aham!
—No, hijita, yo no había nacido en 1910; pero me contaba mi mamá que fue una época muy triste; pues además de la matazón entre carrancistas y mapachis8, hubo períodos de hambre,ypararematar,lainfluenzaespañola, una especie de gripe; mató a mucha gente. Como resultado de esa revolución mejoraron lascosastantoaquíenTuxtlacomoentodoel país:enelramodelaeducaciónsehanvenido creandotantasescuelasybibliotecashastaabrir lasuniversidadesquetenemosahora.Asícomo servicios médicos para erradicar la insalubridad.¡Ah!,yaestásbostezando,tenéssueño,te mevasaacostarymañanacontinuaremos.
—Noabuelito,yatedijequemañananovoy alaescuelayahora,mepuedoiradormirmás tarde.Apropósito, interrumpí en la lectura de tu periódico Cuarto Poder, ¿qué periódicos ha-bíaaquíenTuxtlaenesetiempo?
—DeMéxicollegabanalgunosejemplares de Excélsior,de El Universal yde La Prensa...
—¡Ah!Comoahora.
—Nadamásqueahoralleganelmismodía por avión; en aquellos años los recibíamos a lostresocuatrodíasdeeditados,avecesllegabantodosmojadosporlalluvia,peroaquí—y creo que en ningún otro lugar del mundo—,
vivió una persona que escribía un periódico diario a mano, en hojas tamaño carta, con el nombre de Estrellita, el autor se llamaba Rumualdo Moguel a quien todo el pueblo lo conocía con el seudónimo de don Ruma. Él gratuitamenterepartíalosejemplares.Erauna persona alta, delgada, siempre de traje, con sombrero y bastón, muy respetuoso y atento. Fíjate nada más, que cada ejemplar de su periódicolodoblaba,másbienloplisabacomo abanico, obtenía varias copias al carbón y así los entregaba. Por ahí tengo una foto de él, la voy a buscar para que lo conozcas. De los periódicos que se editaban aquí, recuerdo La Vanguardia y Chiapas Nuevo Ahora hay muchos, así como revistas. Como ves, ha habido mejoras en todos los servicios, han aumentado las carreteras, y los medios de comunicación. Han cambiado muchas cosas, porejemplo,laAvenidaCentral,quecuandola conocí se le llamaba "Calle Real", en los últimos años fue ampliada; le dieron más anchura para que los vehículos transiten en dos sentidos,ylacontinuaronensusextremoscon bulevares arbolados hasta la iglesia de Guadalupe.
—¿Dóndesiemprevamosamisa,abuelito? ¡Aham!
—Sí, era una ermita o pequeña iglesia que losmisionerosdelEspírituSanto,alllegaraquí haceunoscincuentaaños,seafanaronenconstruirlaquetenemosahora, ademásdeponerse a predicar. Las construcciones nuevas como ves ahora, son el Parque Morelos, el monumento a la Bandera, el Parque de la Marimba [a dónde te gusta ir], el Polyforum, el Teatro de la Ciudad, los museos y el zoológico, los libramientosnorteysur;sonobrasconstruidas por los gobiernos.
8. Mapachis. De "mapaches". En el sur así les decían a los que no eran carrancistas en tiempos de la Revolución mexicana.
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—Si no sufrieron; tuvieron muchas carencias,peroapesardequenohabíateléfono,radio,nitelevisión,nisalonesdefiesta,oíaspor lasnocheselsonidopeculiardelasmarimbas porvariosrumbosdelapoblaciónquetocaban
Samus el refri
engomuchofrío—dijo elrefrigerador, y se estremeció tosiendo.
Mesientocansado.Yasaquearonmisentrañas. La última vez que abrieron mi puerta fue hacemuchotiempo.Dejaronmediacebollaque hoy guardamohoydesprendefetidez.
Enelcajónbasesequedóabandonadounlimón que cuando era joven, lucía en hermoso tonoamarillo,vivoybrillante.Ahorasucorteza es dura como piedra y de color marrón. Lo acompañaundesatendidoramodeapio,marchito y amarillento. El pobre sufre una fiera artritis que le dobla algunos de sus tallos, antañofirmeshoylaciosconelabandono.¡Ay, aquellostiempos,cuandocongarboseenorgullecíadelafuerzadesushojasysuenvidiable color!Enhiestaspresumíanunverdequedeslumbraba, y rivalizaba con su compañero, el viejolimón.
—¡Que solos y abandonados hemos quedado!—SedolióSamus.
Durante el lastimero quejido, escuchó lo quedecíamediokilodecarnemolidadesdeel fondodelcongelador:
—Dicestenerfríoynotieneslamenoridea de lo que yo vivo en este helado rincón. Mi cuerpo está como inclemente roca añeja. Me
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la música de la época para bailar con mucha alegría.
—¡Aham!¡Aham!Yasémásdemiciudad, me voy a dormir, no puedo dejar de bostezar, ¡aham!,unbesitodebuenasnoches,¡aham!
—Te estás cayendo de sueño; mejor ve a acostarte.
olvidaron desde hace más de tres meses. Cuandometrajeron,erayouncorpulentotrozo jugoso, de un sano color a sangre fresca. Me hicieron la promesa de aderezarme y repartirme en pequeños pedacitos, que Nora llamó albóndigas. Dijo que me acompañaría con un jugoso caldillo de tomates y chipotle.
¡Sehaolvidadodemí!Hoyhemeaquí,con el aire bajo cero que circula en este cuarto, micuerposeencuentraduroyentumecido.Mi otroracolorasangredesapareció,haciéndome ver de un triste gris.
Y derramó unas cuantas lágrimas, que al momento se helaron y lo lastimaron más.
—¡Sólo muerte guardan mis entrañas!— pensóSamus.
Se escucharon pasos aproximándose. Para hacerse notar, el refrigerador esperanzado, ronroneó obligando a su cansado motor, con granesfuerzo,atrabajar;loúnicoquepudofue lanzar un ligero quejido dejando escuchar un "rrrrrr"apagadoyacompañadodeunarápidae imperceptiblesacudida.Esperóqueseabriera supuerta.SabíaquesiNoraseacercaba,sería, parallenarloconvíveresjóvenesyfrescos.
Cuando se lo llevaban fuera de la cocina, derramó gran cantidad de lágrimas, que iban dejando a su paso, una lamentable huella de
humedad. De reojo vió cómo acomodaban al joven y brillante refri ahí, en el viejo rincón quehoyleobligabanaabandonar.Elcansado Samus se despidió con nostalgia, de ese espacioenlagrancocinadeNora,dondevivió pormuchos,muchosaños.
Aforiquetes (entre aforismo y periquete) sobre educación
Daniel Zetina
Todo proceso cognitivo es arbitrario.
Todo grupo escolar es arbitrario.
Todoalumnoesarbitrario.
Unestudiantemás,undelincuentemenos.
Algunasprimariashacenprimates.
Algunosmaestrosdeprimariasonprimates.
Lomáximoenlaclase,lomínimoenelexamen.
Laeducaciónmáscara:laquenoseutiliza.
Haycafeteríaconserviciodeuniversidad.
Escuelaspúblicas:interroganteslibres.
El conocimiento solo es el deseo del conocimiento y no el conocimiento alcanzado.
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Alegría
Jesús Fuentes para Lloice
Pasé por ella a su casa, me pareció más hermosaquenunca."Vamihermanacon
nosotros", dijo presurosa y me dedica una rápida sonrisa. La mañana agradable. El día despejadonospermiteverentodosuesplendor la isla de Todos Santos. Las pocas nubes suspendidas en el cielo, algodones dulces; rayos deluzinundanelocéanoazulturquesa.
EnSanMiguel,unossurfistassonpresadel oleaje. Las olas revolcándose, acarician la arena, una tras otra abrazan y desabrazan la playa.
Yo al volante, ella de copiloto; me toca la rodilladerechaconsurodillaizquierda,sonríe connaturalidad.
Fernanda, su hermana, en la parte de atrás nos mira de reojo.
El auto recorre kilómetros sobre la carretera escénica. Detrás ha quedado la Ciudad y puerto de Ensenada y sus granjas atuneras. Alegríafeliz,suabundantepelonegro,ensortijado,sedivierteconelvientoquerevolotea, juegaconél.
Los tres con entusiasmo, vamos cuál guerrerosrumboalabatalla,platicandodetodoy denada.
Justo en ése momento pasábamos por un lugardecomidajaponesa.Comimossushi.
Despuésdedaralgunasvueltasdemás,por no saber con certeza la ubicación, estamos frente a la televisora.
Sonlasdosdelatardeconcuarenta,ledije aAlegría,ytetienesquearreglar."¿Endónde?", inquirió;Puesaquí,enelauto,mencioné."Por favor, pásame la bolsita, ésa, la de lápices y maquillaje;notengo,éstossondemimamáy deella",señalaconlamiradaaFernanda.
Alegríasedescalza."Loszapatosporfavor, estánenlabolsaazul,ladelacajuela,también elsaconegroporfa...".Contemploloshermosos pies femeninos. Tengo el impulso de acariciarlos. Me contengo.
"Lista", expresa jubilosa, sonriendo. Se ve tan auténtica, poco maquillaje. Labios de grosella. Quiero besarlos, me detengo.
El pelo rizado resbala por sus hombros.Ya estánalaire.Laconductoradesacorojoypelo suelto, planchado. "Bienvenidos a Vida de Calidad; hoy nos acompaña Alegría Chan, mujerjoven,guapa,inteligente,coachontológicoquenoshablarádesuquehacer,asícomo deltallerqueimparte,‘DespertandoalAmor’".
Alegría sonríe con rostro de nirvana. La conductoraamable,seprestaparalaentrevista, brindaseguridad,confianza.
"Elestudiodelserencuantotal...,modificar nuestras emociones y pensamientos..., lograr lacongruenciaentreloquepensamosycomo actuamos...".
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Atento sigo la entrevista. Tomo fotos con el celular
—Estáguapalamuchachita—,comentaun tipo obeso; recién acaba de entrar, con saco caféoscuro,quevinoapararsejuntoami;esboza una sonrisa, mientra se frota las manos. Sonrisayactitudquenoapruebo.
Alegría, con entereza habla hasta con las manos : "con mujeres adolescentes y adultas en problemas de sobrepeso y obesidad..., yo fui gordita..., tú puedes alcanzar tus sueños, ¡despiertaalamor!".
Al tipo, le contesto con monosilabas; este amigonomedaconfianza,medigo.
Altraspasarlapuertadelestudio,ellaalver a este tipo, le llama por su nombre: "Roberto"...yél,extendiendolosbrazoslacobija. "Alllegarpreguntéportialapersonaquenos recibió,medijoqueteníaindicacionesdeatenderme,quenotardabas".
"Llegue un poco tarde, cuestiones de trabajo",réplica;mequedesincarro,sejustifica.
Suhablarmesuenavanidoso,incierto.
"Gracias,graciasporestáoportunidad",dice ella con emoción.
Tomándoladelbrazo,Robertolaseparade nosotros,hablanquiénsabedequé.Ellasonríe, eufórica. La contemplo sereno, ¿sereno?
Elgordoconlasmanosdentrodelosbolsillosdesupantalónbeige,dicequevaalcentro. Alegría le ofrece raite, él acepta.
Eneltrayectoellos,sentadosatrás,platican, sonríen. Los veo por el espejo retrovisor, manejo de prisa, llegamos a la calle Segunda delcentrodeTijuana.PorfinsebajaRoberto. Otro abrazo. "Te quiero", le dice ella, despidiéndose.
Ese "te quiero", pienso, lo expresaAlegría cuandoestácontenta;cómosinolaconociera, yhoy,estáasí,conplacidez.
—Una nieve, se me antoja una nieve— manifiestaFernanda,¿yustedes?
Con cara de órale, mirándonos, los tres sonreímos.
Nosotros no controlamos nada.
María Nieto
"¡N
OSOTROS NO CONTROLAMOS NADA" Le escuché decir a un hombre que pasó caminando a prisa; atravesó la calle y así como él, su voz se alejó rápido,perolafrasequedógrabadaenmicabeza"Nosotrosnocontrolamos nada". Es cierto, pensé, yo no controlo nada; si acaso intento dirigirme en una dirección y enfocarme. Eso ya es bastante y para mi cabeza demasiado.
La taza humea todavía. Juego con la pluma sobre la hoja y pienso en el humo, en el hombre y en la frase entre muchas otras cosas. Hago garabatos fingiendo que escribo algo importante, y me pregunto si tienen un nombre estas figuras, las que se hacen mientras se está al teléfono o se espera sentada, como yo ahora.
Laseñoritaseacercaparapreguntarsifaltaalgo.Medanganasdedecirle quesí,quefaltaloquequierodecir,algoquenoesunaverdadniremotamente absoluta, pero que me obstina neciamente. En ese instante, mi voz interna irrumpe "decirlo así, es una redundancia" y quiero tacharla, borrarla, pero recuerdo que la censura no es el objetivo de escribir. La señorita vuelve a preguntar y yo miro sin mirarla. No puedo articular una respuesta, porque aunque mis ojos están en ella, mis pensamientos apuntan a otro sitio. Finalmenterecuerdoquelasverdadesporpequeñasquesean,nolasvenden aquí ni en ninguna otra parte, así que con una sonrisa le hago saber que estoy bien, y cuando se va, sigo esperando. Porque eso es lo que hago aquí... espero.
Miro pasar a las personas, a un pajarito que baja para comer migajas. Mirolaavenidaysobreellaelcielo,lasfloressobrelamesaylamesasobre elpavimento;yasí,sentadasobrelasillavoydivagandomientrasmiro.Una partedemiestáexiliadaenalgúnsitioysinsaberhastadónde,elanhelome ha lanzado sobre las nubes... entonces escribo la primera idea: El anhelo tiene la cualidad de potenciar el deseo; nos anuda y nos desata, nos inquieta y nos impacienta hasta que un día, tal vez... el deseo anhele no desear tanto yquieratenerelcontroldealgo,deunapequeñaverdadescritasobrenuestra hoja,ydejarelexilioparavolveraestarenelmismositioennuestrocuerpo, controlando la altura en que volamos.
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Inseguridad.
Patricia Fonseca
TE OBSERVO A ESCASOS METROS, estás en la calle y conversas con una persona, y nos ves mientras estamos en reunión. A travésdelventanalteveoenfundadaentupantalóndemarca,tu blusa fina, aretes perlados y ese exceso de maquillaje, y el tinte chillante que a mi gusto te hace ver naca. Me miro a mi misma con mis sandalias sencillas sin tacón, mi pantalón desteñido y una playera que oculta mis encantos. Te veo y me digo, que si tu hombre fuese mío jamás haría lo que haces, el llegar a su oficina para que sepan que tiene esposa, el llegar a una oficina donde no encajo, para hablar y opinar de temas importantes y, como no encajas, te limitas a dar órdenes a la secretaria para que mantenga limpia la cocineta, los escritorios; en un papel que parece más de una capitana que de una esposa, creo que mujeres como tú castran a los hombres, los asfixian con ese trato de invadir la privacidad. Lo veo a él y disfruto su sonrisa, presiento que tiene los labios jugosos, no lo sé, lo supongo. Sé queempezasteaaparecerenlaoficinapor"casualidad"cuando alguienquizátedijoqueélcelebramisideasdemercadotecnia, y cuando las cosas salen bien en la venta del producto me abraza efusivamente; sí, sé que a partir de entonces quisiste conocerme para cerciorarte si valgo la pena, pero me da más pena ver que a pesar de que te vemos a través del ventanal como si lo esperaras, al final bostezas, subes a tu camioneta y te vas sin él; porque te das cuenta que la reunión va para largo, y yo me quedo pensando en que es ridículo exhibirse así por un hombre, porque cuando un hombre y una mujer se gustan no hay poder humano que detenga la química, la atracción, y denadavalequeduermacontigoyquehayafirmadounpapelito. Si yo fuera tú, estilaría seguridad y amor propio; me vería al espejoyreconoceríaquesoytanhermosaqueaúnpuedovolver loco a cualquier hombre, y si al que es mi marido tiene mucho que no lo apasiono, quizá es tiempo de ver la realidad y dejar de estar con bagatelas y disfrazando de celos ese amor que ya no existe.
Mi cumpleaños.
Judith Almonte Reyes
QUIÉN LO DIRÍA, esperar todo un año para festejar, para sentir que realmente merezco atención por parte de los que me rodean; vaya ironías de la vida; hoy me encuentro más sola que de costumbre, las amistades emigraron hace ya variosmeses,enelafándereconocerme,lasfuiguardando en el baúl de mis recuerdos.
Mis planes eran desayunar en mi restaurant favorito, se encuentra en el corazón de la ciudad; me gusta porque puedoobservaratantaspersonasensimismadasensudiario vivir.
Recibí la grata sorpresa de un Ser humano increíble; disfruté mucho su compañía; no encuentro las palabras para expresar mi agradecimiento, una mañana realmente maravillosa, sentir su cariño no tiene precio; reímos, platicamos y hasta me di el lujo de llorar; ¡por Dios!
Llegó a darme alegría, a llevarme un pedacito de tu corazón ahora que te encuentras lejos, y la distancia nos separa; así como tantas cosas que ahora nos mantienen en un estado de incertidumbre.
Celebrardemilmaneras,serafortunadoporestaraquí,en el deleite de los grandes placeres de la vida; y de tantos seresquellenandejúbilomiexistir;esaspersonitasquelas llevo en lo más profundo de mi alma; la cual se regocija al pensar en la magnitud del amor que emana mi corazón.
Suave caricia, experiencia que puedo contar con entera satisfacción. Llegaste y mi corazón ha comenzado a sanar. Sencillamentelavidaeslamelodíaqueelijoparaacompañar missilenciosmásintensosenesperadenuevoshorizontes.
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Esperando el tiempo.
Blanca Vázquez.
CUANDO IBA MANEJANDO RUMBO A CASA pensé que no era tan fácil tirarporlabordatodoloquehabíamoshechojuntos;eneseinstante reí un poco, y no por burla, más bien fue una sonrisa de nervios, porque cómo podía yo decir haber hecho juntos si cada uno vivía en su casa, con sus propias parejas, sus mascotas y su montones de día a día. Incrementé la velocidad y luego me di cuenta que cada vezibamásdespacio.Recordécuandoteconocísaliendodelbanco, tú entrabas y sonreíste, con una mirada iluminada; acepto que devolví a esos ojos una sonrisa que hace mucho tiempo nadie provocaba.Comoporinerciamerasquélacabezaehiceunademán como si hubiera olvidado algo, y me dirigí de manera muy firme al escritorio de mi ejecutiva bancaria y creo que le hice dos preguntas demasiado obvias que ella respondió con una cortesía que hablaba muy bien de su departamento de recursos humanos. Luego salí y como tonto te esperé a que salieras. Cuando lo hiciste vi tu rostro que buscaba algo en su bolso y que se detuvo después de haber bajado los escalones. Así que aproveché y me acerqué. Aspiré de maneraprofundatuperfume,ytedijeunholaquemehizosentirun jovencito de secundaria, pero me miraste y respondiste como si me conocieras de hace tiempo. Caminamos juntos hacia el estacionamiento. Intercambiamos tarjetas y te llamé esa misma tarde para invitarteadesayunar,ycomosielcieloseabrieraaceptaste.Siempre diré que fue el día más extraordinario de mi vida. Nunca pensé que pasaran tantos años; imaginé dos o tres encuentros, comidas o un trago juntos. Acepto que mi mente voló y también me imaginé teniendo una aventura contigo. Pero no, no fue así. Te pedí que fueras mi novia unos meses después, aún sabiendo lo estúpido que eso significaba. Aceptaste. Y hoy voy llegando a casa; saludaré a mis pequeños y a mi pareja. Sonreiré y platicaré un poco lo del día pesadoquehetenido.Iréalacamayteimaginaréamiladoesperando que un día, tú y yo estemos en un mismo espacio. Siempre hay más tiempo que vida.
Haceunosmeses,memandómensajeesemismoAdánEcheverríaqueodiéyamétantasveces; daríauntallerliterarioenEnsenada.Deinmediato llamé a mis conocidos; un verdadero personaje estabaapuntodeembriagarnosconsushistorias, sushisteriasytodounabrevaderopoéticoycultural.
Desdeelprimerdíadeltaller,supequenome habíaequivocado,habíamoscaídoenbuenasmanos. Unpoetahonesto,mejordicho,brutalmentehonesto.Citabaaldedilloautores,libros,épocas,corrientes literarias,contextos,apreciaciones.Conélhemos conocidolapalabra,loserrores,laspifiasenlaliteratura, los falsos poetas y los falsos escritores.Y siempreconsarcasmo,conun"nomames",o"qué esesamamada".
Yhoynostraesulibrodepoemas"Enespera delanoche",elprimerlibrocompletoqueleodeél. Yes,amiparecer,unaextensióndesupensamiento. Una verdad que hiere, que nadie quiere ver. Una verdadqueescondemosbajoelsofá,simulandoque noexiste.
En espera de la noche, es la historia crudamentecontadadeunafamilia,einiciacondospersonasquesecreyeronamantesyenamorados;yun díadespertaronylamagiahabíadesaparecido,yel autorlopuntualizaasíensupoema“Ensusmarcas”: Juntosselevantanaenfrentareldesayuno/vanarrinconandolassombrasjuntoalcaño/Cuántacobardía losimpulsaadesearseelunocontraelotro/adarse lasgraciasenelodionaciente.
Anel Mora
Estelibroesunrecuentodelainfancia;unniño testigodelasvicisitudesdeunhogar,unviajealinterioryexteriordecadaunodelosactoresqueconformanestatragediaconvertidaenverso,enlamento, en una lucha por conservar el ánimo frente a la desgracia, frente a las sombras inherentes a la existenciadelhombre.
Estahistoriacontadaconferocidad,conangustia, con nostalgia; está dividida en dos capítulos: "Bienvenidalafiesta"y"Aqueloctubre";yunpoema quedaaperturaaestetrozodehonestidad:"Lafelicidadesunabúsqueda".
Cadapoemaesundolorclavadoenlasmemorias de un ayer, las memorias de una casa que ha quedadoflotandoentrelascejasylospárpados;es un nudo en la garganta que no cesa, que concede esperanza,quebailoteayríesarcásticamentefrente a las cosas que no pudieron ser. Cruel el destino, nosdicecadaunadelasletrasdeAdánEcheverría, ynolojuzgamospordecirloqueotroscallan;por decirloquenosdamiedocomprendercomoestos versosquenosavergüenzancomohumanos:
Qué debemos comprender si la madre ahoga al niño bajo los cobertores
Qué debemos comprender cuando el padre lanza al bebé a través de la ventana
La madre mira desde su propio vómito la botella encima de la mesa
Habremos de matarnos y continuar
Habremos de marchar a favor de los abortos y continuar
No hay tregua en estas narraciones, todo es desventura,amor,fracasoymásdesventura;estas letrassonlamentosnacidosdecircunstanciasfallidas, malogradas, circunstancias que nos rodean y nos tragan como el insecto es tragado por una planta insectívora.
delatripa: narrativa y algo más, No. 30, Octubre 2016. 77
Siete u ocho años nos despedazamos
Y el brillo de sus ojos tenía un no sé qué de masoquismo
El humo era blanco
Porque es blanco el humo siempre que se juntan los enamorados
Suestiloessencillo,abundanlasimágenesque trastocanlassensibilidades,imágenesqueconstituyen perfectasanalogíasdeldestierro.Versoslibrescon cadencia, ritmo sutil, y desenfado al poner de manifiestounaprofundalamentaciónpornohaber sido.
Gracias Adán por estas letras, gracias por recordarnos que en el pesimismo, se encuentra el verdaderooptimismo.
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La memoria del pájaro
por Ángel Augusto Uicab
Ensayo sobre la muerte
Parte II
Tambiénestálahistoriadelhombrequeoptó por morir en forma de péndulo. Es decir, ató una cuerdaalaramadeunárbol,elotroextremodela cuerdalopusoalrededordelcuelloehizounnudo corredizo;entonces,empujólasilladelacualsehabía servidoparaalcanzarlarama,ysaltóalasfaucesde la muerte. La cuerda se tensó sujetando al cuerpo queseretorcíaenpataletasyespasmos.Elhombre sintiólassienesreventar,losojossalirsedesuórbita, comovomitadosdeloscuencosalquepertenecen. Elairelefaltaba,lacabezaeraunabombadetiempo apuntodeestallar.Ylavida,comodicenquesucede enlossegundospreviosalamuerte,lepasóantelos ojoscomoelcortometrajemásminúsculo.Perotodo llegaalfinal,nohayplatoquenoserompaniplazo quenosecumpla,elcuerpodejódemostrarvida, lospantalonesmostrabanmanchasdeorinayexcremento.Babasylaslágrimaslecaíandelrostrocomo pequeñascascadascristalinas.Elcadáversuspendido eramecidoporelvientoenmovimientoscirculares, primero acorde a las manecillas del reloj y luego, como queriendo retroceder el tiempo, lo hacía al contrario. Un péndulo humano que se aventuró a oscilarentreelplanodelavidaylamuerte,peroque yahabíadecididosituarseenelsegundo.
Pocos lo saben, pero se puede morir en una nochecalurosadeabril.Unanochedeabrilyucateca, calurosahastalachingada.Unodebedespojarsede laropahastaquedardesnudoporcompleto,siquiere puedemecerseenlahamacaparatratardemitigarel calor;empresacasiimposible.Yasí,comoDiospuso acaminaralprimerhombreenlaTierra,apelosuelto mejor dicho. Con las bolas y el pito en todo su
esplendor,ylaluzplateadadelalunallenaentrando porlaventana.Muriendoalmismotiempoquese leeelfinaldellibroenturno:"Endimiónmuriómirando el pálido rostro de la luna, los rayos plateados le acariciabanconcalidezelrostro.Uncalorlecrecía enelpecho,luegofuefrío.Laoscuridadlearrebató laluzdelosojos,elsilencioledespojódelúltimo suspiro:¡Oh,Selene!".
Por eso repito lo que dije al principio: uno puedemoriralahoraquequiera,enellugarquese leantoje,comoseledélaputagana.
Tal vez cuando termine de escribir esto, yo decidamorir.
El estudio de la poesía debe ir acompañado del disfrute de la misma, si tienes un libro de poemas del que quieras conversar, escríbeme augustoangel.uc@gmail.com
delatripa: narrativa y algo más, No. 30, Octubre 2016.
Mi punto de risa
por Roberto Cardozo
Nobel de ¿Literatura?
Tengo la costumbre de despertar con la televisiónsintonizandolasnoticias,porloque esamañana,mientrasmedecidíahacerfrente almundodeafuera;conlosojoscerradosrepetía las palabras de la presentadora de noticias hasta que, en un anuncio de última hora, dice que el Premio Nobel de Literatura 2016 se le habíaotorgadoaBobDylan.Miprimerpensamientofuequeseguramenteseguíadormidoy estabasoñandoalgunalocuradelasqueacostumbro. Por lo que abrí los ojos rápido y me incorporéparaconfirmarquelanoticiaerareal. La reacción en las redes sociales y la producción de memes ya la conoces.Antesdeemitir alguna opinión al respecto, tenía que pensar bienenlosmotivosquetuvoeljuradoparaotorgar el premio a alguien dedicado principalmentealamúsica;mepreparéuncafé.
EntiendolaimportanciadeBobDylanenla músicaatravésdesusletrasylainfluenciaque tieneenestaindustria.Entiendoquesupoesía puede tener imágenes realmente hermosas, pero también, me pregunto ¿qué pasaría si tomáramos todas sus letras?, las imprimiéramos en un libro y nos pusiéramos a leerlas como si fueran escritas para este soporte literario.Tengolasensacióndequenotendríanel éxito que tienen en el soporte de audio.
Sepodríaestariniciandounanuevaetapaen la entrega del Nobel de Literatura, que quizá nos lleve a encontrar hasta guionistas de cine en los próximos premiados, lo que llevará a los eruditos a discutir y replantear el significado de literatura. O bien, solamente se trate de una pifia de los jueces, o una broma para queMurakamiseaelCruzAzuldelaliteratura. Unonuncasabe.
Porotraparte,podemosestaronodeacuerdoconelpremioaBobDylan,perolarealidad es que es más conocido que muchos de los escritores que han sido premiados anteriormente. Haz un ejercicio, querido lector, de memoria, y menciona a los tres anteriores premiosNobeldeLiteratura.Hagamosalgoy vayamosmásallá,piensaencuántoslibrosde los premios Nobel has leído.
En fin, pocas veces he podido decir que he leído a un Nobel de Literatura y a Dylan sí lo he leído… en el cancionero Guitarra Fácil.
delatripa: narrativa y algo más, No. 30, Octubre 2016.
La Niña TodoMePasa dice:
por Jéssica de la Portilla Montaño
Comienza el 2018 en México (I)
LasalidadeLuisVidegarayCasodelgabinetedePeñaNietohaprovocadonuevasespeculacionessobreelposibledelfínprístadecara al2018.PrevioaloseternosplantonesymarchasdelaCoordinadoraNacionaldeTrabajadoresdelaEducaciónencontradelapublicitadareformaenlamateria,analistasnacionales yextranjeros(delNewYorkTimes,porejemplo)señalabanaAurelioNuñoMayercomoel posible candidato a aparecer en las boletas electorales.
AnteelfracasodeldiálogoconlaSecretaría de Educación Pública, Miguel Ángel Osorio Chongrecuperósupapelprotagónicocomoel mediador'multiusos'delaSecretaríadeGobernación; alguien capaz de lograr acuerdos con grupossubversivoscomolasautodefensasde Michoacán.
Antes de descartar en definitiva al hombre clavedelpeñanietismo,habráqueverendónde logracolocarse—ocolarse—LuisVidegaray durantelossiguientesdosaños:iniciativaprivadaocoordinadordelacampañapriístaenel EstadodeMéxico.SuúnicaopcióntraslafracasadavisitadeDonaldTrumpalpaísesirsea descansar un rato a su famosa casita de Higa enelmunicipiodeMalinalco.SegúnF.Barto-
lomé, quien escribe Templo Mayor en el periódicoReforma,Videgaraysiguemuyactivo dandosusopinionesenPresidenciadelaRepública,aunqueahorapordebajodelagua.
Para el Partido Acción Nacional, el panoramanoestádefinido.Sibienel5dejunioarrebatarongubernaturasyalcaldíasqueelRevolucionarioInstitucionalencabezabaportradición, sulistadeposiblescandidatosesmásbienescueta.
El nombre más mencionado pertenece a MargaritaZavala,quienostentaeldudosotítulo nobiliariode"señoradeCalderón"yqueaños atrásfueraPrimeraDamadeMéxico.Unaaspirante a Hillary Clinton nivel local. Fue titular del Sistema Nacional para el Desarrollo IntegraldelaFamilia(DIF),comolohansidotodas lasconsortesdeturnodelafigurapresidencial. AntesdeserlasobriaomásbienopacaPrimera Dama,tuvoalgunoscargospolíticosdentrode AcciónNacional,comoelliderarlaDirección Jurídica del Comité Ejecutivo Nacional y la SecretaríaNacionaldePromociónPolíticade la Mujer de 1999 a 2003. De 1994 a 1997 fue
diputadalocalenlaAsambleaLegislativadel Distrito Federal, y de 2003 a 2006 diputada federal por representación proporcional. Se dicequeorquestólapersecucióncontracierta ex subsecretaria de Estado por algo así como un lío de faldas. Lo más relevante que se ha
mencionado de ella en los últimos meses es que 1) no quiso rendir su declaración 3de3, y 2) está dispuesta a lanzarse como candidata independientesiesqueelPANnolaabandera. Continuará.
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delatripa: narrativa y algo más, No. 30, Octubre 2016.
Incipit
por Blanca Vázquez
Qué cabrona la muerte.
Cuántas muertes más serán necesarias para darnos cuenta de que ya han sido demasiadas. Bob Dylan.
Enestosmomentosconvulsos,séquesalimos de casa esperando regresar y poder ver o charlar conquienesamamos.Sinembargo,lamuertecomo palabra ha ido perdiendo sustancia; quizá porque todoslosdíasestámáscercadenosotrosyporque se le exhibe así de cruda y cotidiana. Entonces cuandoalguienfalleceynoesdenuestrafamiliase atrevenadecirnos"¿Porquéteduele?,"Noesdetu familia","Niloconocías"o"Yahabíavivido,note preocupes","Prontopasará".Perono,noesasí.
Duele la muerte porque obliga a voltear a nosotrosyamenudovemoslabanalidadconlaque vivimos la vida. Se nos olvida que vivir no es renovableyquecadainstantequeestemoseneste mundodeberíaseraprovechado.
Duelenlosmomentosnovividos,lascharlas noefectuadas,losperdonesnodados,losolvidos, lassonrisasnootorgadas.Eseconstanteposponer el tiempo que no sabemos si tenemos pero que
queremos acotarlo a nuestras actividades diarias. Duelenaquellaspersonasconlasqueconvivimos, perotambiénaquellasconlasqueno;duelenaquellos quevanenriqueciendonuestrosquereres(enmicaso el arte) y parten. Pero duelen y de manera atroz, aquellos que salen en las notas diarias, trato de imaginarsusojos,susvidas,sussueñosarrebatados por otros que no han pensado en su propia vida y menosensumuerte.
Duelen los dolientes, los que se quedan, los quelloranuncuerpoperotambiénaquellosquelos andan buscando o quienes se enfrentan ante una muerteultrajadapormanosdevivos.Unoquisiera poderdecirtodoslosdíascomosaludoodespedida loqueescribíaIsabelAllende“Lamuertenoexiste, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme,siempreestarécontigo”.Perolasprisas nolopermiten,porquenisiquierapensamosenque podemosmorirenesteinstante.
falso,peroesossegundosmealarmaron.Séquela vidasoninstantes,pequeños,diminutosquemehan mantenidoenvilo.Quierovivirydisfrutarmomentos; seryhacermemoria,enmíyenotros. Qué injusta, qué maldita, qué cabrona la muerte que no nos mata a nosotros sino a los que amamos decía CarlosFuentes.
¿Quéhaydetrásdelamuerte?Nolosabremos. Nunca.Perosíséquenadietienederechodearrebatarlavidademaneraviolenta.Morirenestepaís nopuedeserresumidaaerroresdepolíticaspúblicas, interesesmezquinosdegruposdepoder,dedelincuenciaorganizadaodegruposdecontrainsurgencia que ven a las personas que se atreven a pensar diferentecomoNada,ytratandeinvisibilizarloscon lamuerteparaatemorizaralaciudadanía.No,no
1. Poeta, escritor y dramaturgo uruguayo. Autor de Quién de nosotros, La tregua y Gracias por el fuego entre su vasta obra.
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Desvaríos de la freaky neurosis
por Gema E. Cerón Bracamonte
Y las mujeres escriben.
Hay quienes se preguntan si existe alguna diferencia entre la literatura escrita por hombres y aquellaescritapormujeres.Inclusoexistengruposo asociaciones feministas que realizan concursos literariosdirigidosamujeres,conunenfoqueeneltema de la equidad de género, y generalmente con la intencióndenarrarlaviolenciaalacualsonsometidas lasmujeres.Estoligadoadiversasaccionesquebuscan el empoderamiento de la mujer o la lucha por la igualdad social. Pero siendo honestos, ¿podríamos realmentediferenciarentreliteraturafemeninaymasculina?
Desdemipuntodevista,laliteratura,comola música, el arte o el alma humana, carecen de sexo. Asíquenopodemoshablarsobreliteraturafemenina o masculina; se trata de literatura simplemente. Es obvioquelasmujerespodránhablardetemasdiferentes deacuerdoasusentir,educación,culturayépocaen lacualvivieron.Sigozarondelasmismaslibertades,o no, que los hombres. Pero para mí, sigue siendo literatura sin género o en este caso, sin sexualidad definida.Estanvaliosalaobraliterariadeunhombre comoladeunamujer.
Entrelasmujeres,podemosidentificarelestilo de Sor Juana Inés de la Cruz, Rosario Castellanos, Juana de Ibarborou, Gabriela Mistral, Alejandra Pizarnik,SilvinaOcampo,ElenaGarro,AmparoDávila,
Beatriz Espejo, Katherine Mansfield, Louisa May Alcott, George Sand (Aurore Lucile Dupin), Mary Shelley,VirginiaWolf,IsabelAllende,LauraEsquivel, LauraRestrepo,ElenaPoniatowska,MarisolCehMoo (entremuchasotrasquehanvistobrillarsunombreen elfirmamentoliterario).
Peroinclusolamujer,podríaescribiruncuento simulandolavozdeunhombreoviceversa,unhombre hablandocomomujer.Entoncesnoencontraríamos diferencia alguna entre si es literatura escrita por hombresomujeres,simplementeseráliteratura.
Todavíacreoqueexistenciertasreglasdeconductaparalasmujeresyotrasdiferentesparaloshombres,yesotambiéninfluyeennuestrocomportamiento. Y no es que sea malo, al contrario, hay diferencias quecomomujer,seagradecen.Porejemplo,cuando uncaballerotecedeelasientoocuandotetratancomo sifueraslaflormásdelicadadeljardín.Porotrolado, poderseduciraunhombreconunasonrisa,unavoz suave,ciertacoqueteríayactitudangelical(aunque pordentroseasundiablo),esunarmapoderosadelas mujeres.
Ahora,sitantoluchamosporigualdad.¿Porqué haymujeresqueseenojansiunhombrecansadodel trabajo no les cede el asiento?, ¿sólo por su linda carita?, ¡pues no se vale!, o ¿por qué no es tan fácil cederleelasientoaunhombreaunquetraigaasubebé en brazos? Si es una cuestión de sentido común protegeraunmenor,independientementesivienecon sumadreosupadre,unotienelaobligaciónmoralde levantarseyofrecerelasiento¿ono?¡Enfin!,nopienso escribirunensayosobrelaigualdadenestemomento, novienealcaso.Sóloqueríaejemplificarelpunto.En resumen,sícreoqueexistadiferenciaentrelaperspectivayactituddehombresymujeresantelavida,pero nocreoqueseasuficienteparahablardeunaliteratura femeninaomasculina.
Sabemosquealolargodelahistoriahanexistido muchosmásescritoreshombresquemujeresymucho másprolíficos.Esto,porelsimplehechoqueenlaantigüedad, las mujeres no tenían los mismos derechos que los hombres. Para el género femenino era casi imposibleaccederaunaeducaciónformal.Habíauniversidadesdondeestabaprohibidalaentradadeuna mujer,locualhacíaimposiblequepudieranmatricularse yestudiarunaprofesión.Deplano,debíasseraristócrata y eso no te aseguraba la entrada a un colegio, porquemuchasmujereseraneducadasensucasa.
NombremosaSorJuana,porejemplo,quienprefiriórecluirsedemonjayestudiar;atenerquecasarse y hacerse cargo de los molestos deberes de un ama decasa.OcomoAuroreDupin,quientuvoquedisfrazarsedehombreparapoderentraraluniversoliterario.
Paranuestrafortunaestohacambiadoyahora las mujeres podemos hacer una carrera dentro del mundoliterario,serperiodistasoinclusocolumnistas. Estolepermitealmundoecharunvistazoalaforma en que las mujeres percibimos la realidad, lo cual siempreserábuenoparalalibertaddeexpresión,independientementesinuestrolectoreshombreomujer.
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Nos vemos en el slam
por Mario Pineda Quintal
Más allá de las páginas.
Méridaesunadeesasciudadesquenecesita literaturaenvivo.Ycuandopronuncioestono esperoescucharunascuantasvocesderéplicas, diciéndomequeyalatieneenlasconvocatorias de premios, en esporádicas publicaciones desdelaeditorialgubernamentalolaindependiente, en la profesional o tevenovelesca relaciónde integrantesdelosgruposliterarios, en pocos encuentros de escritores y en el romanticismodelatrova.
Lacapitalyucatecaesunacapitalculturaly artística. Su desarrollo histórico en este par de rubros así lo dicta. Por esta cuestión, los versosdebenirmásalládetodolomencionado en el anterior párrafo y existir por mera naturaleza en las calles, los parques, las escuelas, losmercados,ycualquierrincóndela"Ciudad Blanca". Tanto ciudadanos como visitantes debentenercontactopermanenteconlasletras y la voz de los escritores.
Hace unas semanas, el Colectivo Catarsis Literaria el Drenaje dio a conocer un nuevo proyecto, "Karst". Una antología de autores originarios de los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, que de alguna manera tienen presencia constante en la vida literaria de la península. Por el momento se encuentra enprocesodepublicación,yfácilhubierasido esperarellibroenfísicoparainiciarlaspresentaciones o cualquier fiesta en torno a él. Pero loscompiladores,quienescribeyAdánEche-
verría, optaron por la idea de organizar unas lecturas previas con el protagonismo de los antologados.
La primera, y única hasta la fecha, ocurrió en el Café Momento, ubicado en los alrededoresdelbarriodeSantaAnadelCentroHistórico de Mérida. Participaron siete de los 21 autores, uno de ellos con representación por motivos de viaje. Esta actividad en la que se leyeroncuentosypoemas,nonecesariamente incluidos en la antología, desde mi punto de vista puede ser, otra vez, un intento más de posicionarlalecturacomounaactividadcomún en el ambiente literario de la ciudad, y estar a lapardelcentro,nortecomodealgunospuntos delsurdelpaís,dondeungrannúmerodeescritorestienencomopartedesuchambaestetipo deexpresión,realizándolaencualquierlugar, ya sea con permiso o sin permiso, ya sea si quieren ser escuchados o no.
No puedo asegurar cuál va a ser el alcance de “Karst” cuando ya esté publicada. No sé cuánto tiempo estará en los anaqueles de novedadparaluegopasaralacanastadelmontón. Lo que sí veo prometedor es que el esfuerzo por rebasar las páginas e ir a lo terrenal, en algunos años puede ser reconocido como un antecedente.Yaqueademásdelosaplausos,la lecturatambiéndiocomoresultadomásideas delasplanteadasenunajuntapreviadeorganizaciónparaelevento.Todopareceindicarque
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lasegundavaaserenunaescuela,yjuntocon los autores participarán alumnos; la difusión en redes sociales despertó el interés de algunos que no se encuentran antologados, para participar en nuevas lecturas, hacerlas en un parque, en fin, quizás el proyecto le dé a la
literatura meridana y yucateca el empujón a perderelmiedoalaexpresiónenvivooprovoque la motivación para hacer más eventos del mismotipo,posicionandolasletrasylaoriginalidaddelostextosencualquierrincónoexterior.
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