delatripa 90

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CONTENIDO

5 Editorial NARRATIVA

8 Él y ella

Estrella Gracia González

10 No es Annabelle

Adriana de Jesús Casas

12 El bufón y la mujer adúltera

Ángel Soto

14 El silencio de los González

Rocío Prieto Valdivia

15 Las notas de Rafael

Martha Laura Silo de V.

17 El promigénito

Alejandro Zapata Espinosa

19 El tiempo

Rosy Murillo

20 Apocalipsis

Miguel Ángel Sánchez Martínez

23 Señorita decente

Andrea González Medina

24 Perdido para el amor

Felipe Hernández de la Cruz

28 Seis narraciones

Omar Rosa

31 Einar y las conchas del mar

Rebeca Lilieth Parada Gamboa

32 Pequeño hombre

Sonia Ventura Domínguez

56 El reloj del abismo eterno Alejandra Leal Amaya

59 El local del segundo piso Mariana Hernández

ENSAYO

67 Un vuelo aventurado al (des)amor Ayeleth Vargas Del Carmen

71 Reglas y libertad un equilibrio necesario en la infancia

Alicia Leonor

73 ¿Dónde jugarán los niños?

Sonia Gabriela Ayala Cano

76 La libertad de las palabras mediante la sonrisa de Yaretzy Óscar Contreras Tovar

N. 90 abril 2025

¡Libertad a las infancias!

COLUMNISTAS

95 Sopa de letras

David Sarabia

99 Matriarcadia

Norma Vázquez

101 Pensamientos Fernando Gutiérrez Almeira

103 F es de Fantástico J. R. Spinoza

105 Bajo el barandal Rocío Prieto Valdivia

107 Nos vemos en el slam Mario E. Pineda Quintal

Imágenes de portada e interiores:

A l e x i s R e s é n d i z

Editada en Matamoros, Tamaulipas. Revista de circulación mensual.

Dirigida por: Adán Echeverría. //Editora: Estrella Gracia González//Consejo Editorial: Javier Paredes Chi, Cristina Leirana, Roberto Cardozo, Rocío Prieto Valdivia, Mario Pineda Quintal, Larissa Calderón y J. R. Spinoza.

Este es un proyecto de:

EDITORIAL

¡Libertad a las infancias!

Mi esposa y mi hijo de siete años volvían a casa desde Querétaro Un viaje de 10 horas, llegarían a las 5 de la mañana. Desde luego no pude dormir. Cuando lo intenté, de pronto me despertó una tristísima pesadilla: mi esposa me estaba dejando en plena fiesta de cumpleaños hecha para ella; me estaba dejando con nuestros dos pequeños: uno de 8 y otro de apenas dos añitos Los invitados, casi todos eran familias con hijos pequeños, amigos de ella, no sabían que hacer, si debían hablar, si debían comentarme algo. Al menos sus hijos se entretenían con los míos, y yo no quería que los pequeños se dieran cuenta de lo que estaba sucediendo con sus padres, no quería que se enteraran que ella, su madre, nos estaba dejando; y mientras se subía al automóvil de la persona por la que me dejaba, se volteó y dijo: “Exageras, estas cosas pasan Luego te llamo para ponernos de acuerdo con los niños”.

Desperté sudando, tenía mucho calor. adecuado.

Suele sucederme que las pesadillas son esa forma en la que mi mente logra despertarme cuando tengo mucho frío o mucho calor. Desperté y sentí mucha tristeza. Tomé el móvil, vi la pantalla, eran las 3 45 de la mañana La noticia que apareció fue: Muere el Papa Francisco. Como en las redes sociales se publican muchísimas mentiras, decidí revisar si otras cuentas estaban hablando de ello. Y

sí, el Papa Francisco había dejado este mundo terrenal cerca de las 7 de la mañana del lunes 21 de abril, en sus aposentos del Vaticano. Muere el líder de la iglesia católica. Muere un jefe de estado. Un hombre que intentó revolucionar a la iglesia católica, y llevar a cabo muchos de los procesos de transformación que, por decisión del otrora Papa Juan Pablo Segundo, quedaron pendientes, o se decidió dejar pendientes al paso de los años.

Muchas de esas reformas que Francisco Primero intentó significaron un puntapié en la espalda de los conservadores, de lo establecido desde el medievo en la iglesia

católica,enlaColonizaciónqueEuropahizoalrepartirseelmundo Todaunaseriedereivindicacióndederechos.Franciscodejómuyclarasuposiciónrespectoalosderechosdelos migrantes(“ElencuentroconelmigranteestambiénunencuentroconCristo”)losderechosde lamujer(“Enlahistoria,aúnhoy,existeunaesclavituddelamujer”),losderechosdelas infancias("Noolvidemosalospequeñosalosqueleshanrobadosuinfancia"),losderechosde ladiversidadsexual(“SiungayaceptaalSeñorytienebuenavoluntad,¿quiénsoyyopara juzgarlo?");yenfocógranpartedesuapostoladoenlospobres:“Pensamosencuántosestán oprimidos,cansados,marginados,enlasvíctimasdelasguerrasyenaquellosquedejansutierra arriesgandolavida;queestánsinpan,sintrabajo,sinesperanza",“Oremosyluchemospor aquellasexistenciasheridas,porlospobresquesehanconvertidoeninvisibles,cuyogritode doloressofocadoporlaindiferenciageneraldelasociedad”.Ytuvolaosadíadelanzarsecontra losoligarcasydueñosdetodo:"Elmundoesricoy,sinembargo,lospobresaumentananuestro alrededor","Elliberalismoeconómicodesenfrenadosolohacemásfuertesalosfuertesymás débilesalosdébilesyexcluyealosmásexcluidos";"Escadavezmásintolerablequelos mercadosfinancierosconfigureneldestinodelaspersonasenlugardeservirasusnecesidades", paraterminarrematandoconuncontundente:"Elcapitalismomata".

Mostróunagrandedicaciónparaqueloscatólicosretomemosnuestroamoryentendimiento sobrelasinfancias:“losniñosnosrecuerdanquetodossomoshijosyhermanos,yquenadie puedeexistirsinalguienquelotraigaalmundo,nicrecersintenerotraspersonasparaamary sentirseamado”.Enotromomentoseñaló:“debemosdarnoscuentadequelosniñospequeños observan,comprendenyrecuerdan Yconsusmiradasysussilenciosnoshablan ¡Escuchémoslos!”.Sirvanestaspalabras,paraquemantengamossurecuerdoentrenosotros. Somoslosadultoslosquefrenamosalosniños,losquelenegamossulibertad;sulibertad creativa,imaginativa;leponemoslímitedeadultosalospequeños,nosestorban,nosfastidian, nosenojanconsuruido,consuspreguntas;ypeoraún,algunos,muchossereshumanos, hombresymujeres,losutilizancomomanosdeobrabarata,losutilizansexualmente,los lastiman,losentregancomomonedasdecambio,losabandonanasusuerte,losintercambian porbienesmaterialesduranteundivorcio.

Embarazarnotehacepadre,parirnotehacemadre,padreymadresontérminosque únicamentetepuedenentregarloshijos,nolasociedad,ningunasociedad;notepermitastraer niñosalmundosinoestásdispuestoadedicarleaellosentre18y23añosdetupropiavida.Site gustatuvidaensoledad,tuvidatalcomolatienes,sinangustiaysinpreocupacionesdiariasde quécomerántushijos,sobresusalud,sueducación;sinoestásdispuestoadarlotodoporellos, cuídateynotengashijosnihijas.Losniñosdebenserlibres,debenseralegres,debenser facilitadoresdeunamejorvida,unavidallenadesorpresas;lassorpresasquetienenlosojosde todoslosinfantescuandovenporvezprimeracualquiercosa

AdánEcheverría-García

Narrativa

Él y ella

Bajé del auto para ir por unos refrescos y otras cosas que necesitábamos para la fiesta; él, no quiso bajarse del auto, dijo que necesitaba revisar los mensajes en su teléfono. Me abotoné el abrigo, me enrollé la bufanda al cuello y me dirigí a la tienda de autoservicio. De lejos vi desértica la gasolinera bajo la intensa iluminación de las lámparas del techo; solo un desafortunado despachador que vestía uniforme verde relavado con una bufanda que bien parecía le había robado a su hija se encontraba saltando, pisando su sombra, resguardando las manos dentro de los bolsillos del pantalón y reía consigo mismo apretando los brazos contra su cuerpo, como celebrando el calor que lograba darse en esa noche.

Es una fortuna que los oxxos estén abiertos a todas horas, incluso en esta, en la que el año viejo es asesinado según los necios ignorantes que no dejan de dispararle. Sin prisa busqué las cosas con la intención de protegerme unos minutos. Los familiares de él nos esperaban kilómetros más adelante para iniciar juntos un año más.

Esta delgadez no me deja más que frío dije al subir las cosas al auto.

Él, escuchaba Ai no corrida con Buena vista social club Entre las solitarias avenidas que nos alejaban de la ciudad comenzó su disgusto cuando me preguntó si había comprado Chips saladas o Sabritas amarillas, Lambrusco o Sangre de Toro

Compré Lambrusco, pues de lo peor era lo mejor que encontré y las papas Chips saladas son mejores que las Sabritas; en este día y a estas horas antes di que encontré algo en los anaqueles

Enmudeció mientras mordía ligeramente los pliegues de los dedos de la mano izquierda que llevaba recargada a la puerta y aceleró el auto que pocos días atrás había sacado de la agencia Parecía desquitarse con el viento al que partía con toda intención.Cuando en el playlist apareció vuelve de Luis Migue subió tanto el volumen que temí quedar sorda. La distancia era larga y parecía que esperaba llegar a la oscuridad de la brecha porque en cuando bajó a ella no paró de regañarme: Sinceramente eres tan pendeja, cuando te conocí creí que eras inteligente, además te veías súper fresa con tus Capri y tus camisas, tu cabello lacio, pero vas en peor ¿Cómo me haces llegar con mi familia trayéndole esas cosas? Sabes que trabajé para Versace, lamentablemente cometí errores, la bebedera me regresó a estas tierras, las cuales no denigro, pero este no es mi lugar; yo debo salir de aquí y para eso necesito personas que estén a mi nivel y tú no cumples con esos requisitos, además, ya te estas poniendo gorda,siento que ya no eres suficiente para mí y esto no tarda en terminar.

Llegamos al rancho ubicado al oeste de la ciudad, su familia, personas sencillas y amables, ya servían el menudo; algunos

hombres tapaban el pozo de la barbacoa y los perros menearon las colas dándonos la bienvenida. Después de tal sermón sé que mi cara no era la adecuada para esa noche, porque todos me preguntaba si traía dolor de estómago o si estaba enojada, yo respondía que solo tenía frío y entonces enviaron a uno de los chiquillos a traerme una frazada. Ya acomodados a la mesa y después de orar por los alimentos los parientes lo invitaron a hacer un brindis, él, aceptó orgulloso, se puso de pie y levantó la copa: Familia, esta noche brindaré por el ser más maravilloso e incondicional a quien tanto debo, sé que jamás tendré cómo pagar todo lo que hace por mí. Desde mi llegada a esta ciudad ha sido el ángel que día a día me alienta, no sé qué haría sin su apoyo y sin su amor por eso, esta noche brindo por ella

No es Annabelle

Adriana de Jesús Casas

Aún recuerdo la primera vez que la vi: “Karina, mi nombre es Mónica y estarás asistiendo conmigo para ayudarte a controlar esa necesidad continua de movimiento, y mi asistente es Lucy, nos acompañará en algunas sesiones” dijo señalando a la enorme muñeca desgarbada. Trataba de evadir la mirada de la psicóloga que me intentaba explicar que era normal las cosas que hacía, como estar siempre en movimiento, porque tenía TDAH. No entendí bien lo que decía, miraba como hipnotizada a esa muñeca de trapo, casi del tamaño de mi hermana menor, era tejida a crochet color beige claro, con un vestido morado, y un largo cabello rojo, la mitad formaba una trenza y el resto le cubría desordenadamente la cara. Esa cara, tenía una expresión que no entendía, entre sonrisa y mueca, sus ojos color negros parecían querer decirme algo.

“Me da un poco de miedo su muñeca, se parece a Annabelle”, le dije tímidamente a la psicóloga “No te preocupes, es solo una muñeca y no es Annabelle…se llama Lucy. Ella nos va a ayudar en tu terapia, vas a ver como con su ayuda y la mía, poco a poco, vas a dejar de tener problemas en la escuela por estar siempre de un lado a otro, sin poner atención a las clases. Y vas a ver como tus papás y maestros pronto ni te van a reconocer ”

“Puedes llamarme por mi nombre, aquí estás segura y puedes contarme todo lo que

quieras. Vamos a hacer ejercicios de atención, de respiración y de imaginación guiada, estos últimos te van a gustar y Lucy estará presente para que sientas más confianza y veas que son como un juego ”

Cada viernes a las 7 pm tenía cita con Mónica y con Lucy… aún no entendía por qué, pero me sentía mal cuando ella estaba, y casi siempre lo estaba “Lucy nos va a ayudar para hacer ejercicios de respiración, acuéstate en el sillón, ponla en tu estómago y mira como sube y baja con cada respiración…Lucy nos va a acompañar en el recorrido de imaginación, piensa que eres un árbol y con tus ramas fuertes la tomas de las manos… Lucy…Lucy.” Empecé a sentirme cansada cada vez que salía de una sesión con Lucy de asistente, y el cansancio me duraba toda la semana. Los pies me pesaban a la hora del recreo, ya ni siquiera en ese momento podía jugar, como antes con mis amigas.

Las semanas iban pasando, mi ánimo y energía cada vez eran peor Pensé que mis papás iban a darse cuenta de que algo malo estaba pasando conmigo. Pero no fue así, al contrario. Mis papás y mi maestra estaban más que contentos, parecía que por fin la terapia y la medicación estaban dando el resultado requerido. Así que, si a cambio yo me sentía cansada era algo sin importancia.

Mi mamá pidió hablar con Mónica para contarle de mis avances escolares, mis calificaciones habían mejorado mucho. Antes de

entrar a esa sesión hablé con ella, le conté que esa muñeca me hacía sentir mal, y que ya no quería seguir yendo a terapia, que estaba muy cansada y ya no me sentía como yo misma. Obviamente me ignoró, pero igual adentro del consultorio le pidió a la psicóloga que como no me sentía cómoda con la muñeca ahí, hiciera lo posible por realizar las intervenciones sin ella En ese momento sentí la mirada penetrante de esos ojos negros de plástico, supe que había hecho mal en delatarla.

La sesión inició como todas: “Hola, Karina, toma asiento ¿Cómo te fue en la semana? Tu mamá me contó que obtuviste excelentes calificaciones y que todos están muy contentos con eso. Bueno, todos excepto tú Como también me dijo que te sientes incómoda con Lucy aquí, el día de hoy será su despedida.”

“Hay algo que no te conté de ella, se alimenta de la energía de los niños que vienen a consulta Me especializo en niños con hiperactividad, pero al inicio mi terapia con ellos no funcionaba, aunque realizaba todo lo indicado y no sabía qué hacer. Un día sin saber cómo, apareció ella, tal vez la dejó la psicóloga con quien compartía consultorio.

De repente empecé a ver avances en la conducta de mis pacientes, permanecían sentados en sus clases, atentos al maestro, y en casa no andaban corriendo de un lado a otro. Entendí que no se debía a mis intervenciones, que eran las mismas, si no a mi nueva asistente, ese día le agradecí y le prometí que estaría presente en todas las sesiones.”

“Acuéstate, toma aire por la nariz exhala por la boca, otra vez inhala y exhala, ve sin-

tiendo tus piernas como se sienten cada vez más livianas, tu estómago siente como se infla y desinfla, tus brazos son como de trapo, toda tú eres como de trapo. Imagina que te empiezas a convertir en una muñeca de trapo y eres feliz y relajada, lo único que tienes que hacer es dejar que jueguen contigo Ahora vas a tomar a Lucy y se van a fundir en un abrazo tan profundo que se van a intercambiar sus almas y poco a poco cuando abras tus ojos, tú serás mi nueva muñeca ”

“Fue un gusto trabajar con ustedes, sobre todo contigo Karina, eres unos de mis mejores casos con excelentes resultados La doy de alta y quedo a sus órdenes para cualquier situación que requiera intervención psicológica o si desea saludar, Karina es una niña muy dulce ”

Cuando pude abrir mis ojos, que aún se sentían pesados, no pude mover mi cuerpo, volteé a verme y grité lo más fuerte que pude sin emitir un solo sonido Estaba convertida en esa muñeca de trapo. Apenas intentaba pensar en como podría salir de esto, cuando escucho personas que se dirigen al consultorio y a Mónica abriéndoles. Era la mamá de una nueva paciente con TDAH, después de una entrevista interminable con ella, me quedo con la niña y con quien me había convertido en esto…intento de nuevo gritar… moverme…nada.

Mientras escucho a la niña decir “Me da un poco de miedo su muñeca, se parece a Annabelle”, la psicóloga respondió: “No te preocupes, es solo una muñeca y no es Annabelle se llama Karina”

Narrativa

El bufón y la mujer adúltera

Ángel Soto

Granada:

Arturo hubiera encontrado en la cama pruebas irrefutables de mi engaño

Razones del porque caí a la tentación sobraban: bastaría verlas en el enigma que era Lancelot, esa mezcla de negrura en sus cabellos, contrastada con su piel clara y esa melancolía en sus ojos; privarme de ello era la misma muerte. Y, sin embargo, allí estaba temiendo como mortal cualquiera agarrar de la mano a esa vieja amiga. Ese hubiera sido mi destino, de no haber sido por Tribolé, pequeño payaso venido a menos

En cuanto mi señor llegó a las puertas del castillo, el trompeteo de las atalayas nos apresuró a vestirnos y tapar lo movido. Se me salió una pequeña mueca de alegría por la torpeza de ponerme las tobilleras de hojalata de mi compañero, pero cayó sobre mí el rubor de apresurarme y llegó el horror cuando escuché los pasos apresurados Mi amante se fue rápido y sin despedida, compuse como pude y salí ya medio arreglada asemejando el camino a la cocina. En eso irrumpen el cornudo y su sequito: los caballeros de la mesa redonda menos uno

En el pasillo ignoró mi saludo, fue directo a la cama y dio un grito de guerra que impactó quebrando montones de cristales, como si una catedral de ventanas amarillentas colapsase Recobro que en realidad mi equilibrio fue el que cedió y a medio encu-

clillas me dirigí al estruendo; caí que olvidé el desfogue de mi compañero, un hombre no se da cuenta de su propia peste, pero él, que venía de lejos encontraría el delito en esos humores

Y para mi sorpresa, ahí estaba Tribolé, terminando de dar su última arcada al lecho; antes calentado por mi cuerpo, ahora calentado por los excretos de ese enano

¿Qué haces pedazo de animal?

Reaccionó Arturo.

¡Ah, Majestad! ¡Bienvenido de vuelta!

Me ofrecí como vuestro catador de camas reales y, ejem, parece que ésta ha sido demasiado fuerte para mi estómago.

Increíblemente funcionó, la bulla en el rostro de Arturo se tornó abruptamente a una fogosidad salida de la euforia

Ordenó algunos azotes al cómico por su imprudencia, y manoteo a todos para ir a por su empresa eterna de la búsqueda del cáliz. Ese pequeño santo, sé que se echó la culpa de las manchas en la cama real, un vomito de parranda según dice él, para darme una segunda oportunidad. Lo sé por las palabras a que me acomidiera a la redención, que sin duda aceptaré, en verdad que lo santo toma sus diferentes formas.

Tribolé:

Todo es ganancia sí se tienen sesos. Me gané unas monedas de Lancelot por cubrirle sus brincoteos en la cama real. Y yo, por ser el bufón, puedo hasta escupirle en la cara al rey... claro, siempre que lo haga con gracia Para acabar, vi a mí reina sola aun llorando en el piso.

Acabé el acto de forma sublime: “Hija mía, no hay nadie ya que te condené, tus pecados te son perdonados”. Y me fui cagando de risa.

El silencio de los González

Aquel domingo, la luz excesivamente clara, delineaba los contornos de los árboles, donde los pájaros tejían un canto que chirriaba en la quietud. El desayuno, dispuesto sobre la caoba, una naturaleza muerta de frutas y pan, ocultaba el silencio que se filtraba entre las sonrisas. Cuatro rostros, máscaras de una esperanza que se desvanecía

Las horas se arrastraron, una sucesión de gestos vacíos, una felicidad que crujía bajo la piel. Los González, una familia de clase media, prisioneros de su propia rutina. Los domingos, su ritual: la misa de seis, la caminata por las calles, la plazoleta. Allí, entre el aroma dulzón de los churros, Regina se vio a sí misma, un cuerpo hinchado, grotesco, la memoria de la carne aprisionando una vida. Una pesadilla viscosa que la asaltó. Intentó sonreír, pero el gesto se quebró, una grieta en la porcelana.

La noche cerró sus fauces sobre la casa, puertas que se cerraban como párpados, voces que resonaban en la mente de Regina, ecos de un silencio que gritaba El lunes amaneció mudo, un silencio que pesaba como una losa. Regina preparó el desayuno para cuatro fantasmas, sirviendo platos invisibles, conversando con ecos. Desde la ventana, los Bernal Pineda, testigos de una danza macabra

Los domingos, Regina visitaba los jardines del nosocomio, donde los ecos de su crimen resonaban entre los árboles. Los diarios, amarillentos por el tiempo, aún conservaban la noticia: “Regina González y el silencio eterno de su familia”.

Narrativa

Las notas de Rafael

Si algo relajaba a Rafael era la música, el no poder expresar lo que sentía y lo que quería era complicado. Cuando encontró el teclado en el cuarto de papá y descubrió que al presionarlo emergían tan bellos sonidos, cambió su vida.

A sus 5 años era muy retraído y aunque parecía ausente del mundo no lo estaba Por tal razón aprender a tocar ese teclado de forma autodidacta le abrió un nuevo mundo de sensaciones. Reproducir cada melodía de sus películas de Disney favoritas se le hizo obsesión y provocó sorpresa en sus padres.

A los 10 años, sus padres decidieron inscribirlo en la clase electiva de piano que tenía su escuela, fue complicado pues él cómo músico autodidacta, tocaba de oído y no sabía leer partituras, fue rechazado, pero después de juntas con maestros y una demostración de su capacidad de aprender y los conocimientos que ya tenía fue admitido finalmente. Así empezó a leer esas notas musicales, y ese fue un gran logro para demostrar su talento Se la pasaba horas practicando y la verdad lo hacía por gusto.

Rafael siempre fue muy sensible a los ruidos fuertes, como cuando escuchaba una ambulancia y corría a esconderse bajo de su cama, ese sonido tan agudo de verdad taladraba su cabeza, o como la ocasión que, estando de vacaciones en el hotel, se activó la alarma de incendio, ¡eso sí

Martha Laura Silo de V.
Narrativa

fue aterrador! jamás había escuchado algo parecido, fue terrible; y solo el abrazo apretado de mamá lo pudo rescatar y lo hizo sentirse seguro. Por esta razón, cuando la maestra informó a los padres que su hijo participaría en una competencia Inter escolar, estos no podían creerlo Pero entonces tendría varios retos por vencer: presentarse frente al público y el estruendo de los aplausos, algo complicado porque eran muchas cosas en conjunto que para alguien como Rafael no sería tan sencillo.

Tras largas horas de práctica finalmente llegó el día y cuando tocó su turno, caminó seguro tratando de bloquear todo, la gente a su alrededor, las luces del escenario, los murmullos de los espectadores. Eran tantos los estímulos por evadir, de verdad estaba haciendo un gran esfuerzo, pero se sentó y dejó que sus manos acariciaran el teclado, lo hizo lento, suave tan concentrado recordando cada nota memorizada, pudo sentir como las teclas formaban una sincronía perfecta con sus dedos. Tocó disfrutándolo intensamente. Se dejó llevar por esa su pasión que lo relajaba y amaba tanto.

Al finalizar, cerró los ojos apretándolos muy fuerte e hizo una reverencia para que nadie lo notara, escuchó aparentando tranquilidad, las ovaciones y los aplausos, el eco de todos esos sonidos ya no resultaba tan molesto, o quizá era la satisfacción de haberlo logrado, actuó como si los mismos no le afectaran y los recibió con agradecimiento. Cuando resultó ganador por unanimidad de votos lo sabía, pues la música era parte de su esencia y lo sería a partir de ese momento en adelante. El ser una persona autista no verbal no lo limitaba, ese día lo había demostrado, y lo seguiría haciendo con los siguientes retos que le deparara la vida, y ahora esas notas serían sus aliadas

Narrativa

El primogénito

A eso de las cinco empezó todo: Í pasó, con ropa de trabajo, por la casa de L diciéndole que sí, que el patrón iba a retirar y él le traía lo del señor. Í fue hacia adentro y L, desde las escalas del apartamento de la madre, se pasó a vivir hace una o dos semanas, le decía:

¡Si quieres a las buenas, a las buenas hablamos, pero si no ya sabe...!

Media hora después, Í, ya cambiado, volvió a silbar. El hijo salió en bola, bajó las escalas y se despedía de la madre:

¡Mami chao!

¿Te vas a ir en cuero, idiota! respondió L. Í lo besaba, lo cargaba, mostrándolo a sus amistades, y lo mecía; L bajó con ropa y zapatos, le dijo que si se lo iba a llevar era para cuidarlo en serio y, poniéndole los pantalones, lo subió a la fuerza.

Quedaron en verse más tarde.

Las diez u once: ya había sacado a la perra, me hice de

comer, leí los salmos infinitos y me acosté a pasar revista a las emisoras del teléfono, costumbre de hace poco: le cogí cariño porque la primera vez di con «Lo tuyo llegará» en Latina Estéreo, y fue como si me hablara y esas cosas; desde entonces sigo buscando qué me trasnoche un poquito.

Y sentí una bulla entre un cumpleaños de costeños en una plancha, es decir para todo el barrio Salí de la cama, el frío me alborotó los orines, y los veía levantando un pedazo de cortina, como la otra vez que los vi arreglar en el patio del mecánico. Hablaban, eso sí, cada uno en su puesto, Í en la cera y L en una plataforma de madera para moto: se daban piquitos y se sonreían: unos novios, pensaría cualquier desprevenido, que no conocen a sus suegros; Í conoce, además de la suegra, la representante en cuerpo y alma, las uñas y los puños de L: sus cachetes y su cuello saben de aruñetazos que cubre con maquillaje, adivinen de quién;

cuando se hacen costra, los deja así y no se quita los buzos.

L lo mandaba a arreglar con su madre; Í movía la botella en la mano, daba vueltas, miraba para arriba como si L estuviera en el techo o en la luna y se le fuera a tirar en caída libre.

Fue otra vez a la cañada, le silbó y le dijo:

Ya voy a conseguir la plata, déjame le pregunto al señor y te la traigo

Antes le había cumplido con unas uñas postizas y un esmalte.

La cosa quedo así Me acosté y luego los gritos me despertaron: L iba hacia afuera con el celular en la oreja y berreando con la mano en el pecho:

¡Mi hijo! ¡Devuélveme a mi hijo!

«¡La Llorona pedregaleña!», me reí.

Cambié de ventana, son dos, para verla irse por el recodo con una mona gordita y me pregunté cómo había hecho Í para llevarse el hijo

sabiendo que no sube sino cuando está de buenas con la suegra. O L se lo entregó o quién sabe. El caso es que L fue a llorar a la madre de Í, que vive más arriba por la calle principal, metida en un callejón, y hasta ahí supe del asunto

Pensé en la cama dónde estaría la madre de ella, bien peleona que sí es.

A la mañana, las nueve y algo, los costeños ya dormían en sus respectivos apartamentos y la humedad de la noche subía por las baldosas, la mamá de Í, en pijama, fue a gritarle a L que el niño amaba al padre, que ella no lo quería y no se lo iban a dar. No respondió. Pudo haberle dicho que la ley esto y lo otro, pero nada Salí a comprar arepas en la tienda del caserío, por donde ellos se supone que viven, y en esas subía Í con un celador que le dio órdenes a una muchacha de no hablarle a la que venía, que por ahí viene; esta meneó la cabeza y cerró todo. En efecto, ahí venía L: la misma ropa, el cabello despolvoreado y los ojos negros y abiertos y pálida: Hola me saludó por el nombre, y siguió

La mona iba detrás.

Es curiosa la gente que amanecía su domingo como cualquier otro, bañados o sin bañarse, prendiendo las lavadoras, matando huevos mientras ellos decidían quién se lo llevaba.

Repasaba su imagen mientras nos distanciábamos: ¿a quién más le dirá el celador que no le hable? Volviendo a mi casa, el niño me saludó desde la última ventana del apartamento de la abuela. Lo vi, le dije hola sonriéndole y seguí derecho.

Las cosas no han llegado a la conclusión ni yo me atreveré a adelantarla porque tengo otras diligencias. La madre de L nada que aparece e Í no ha vuelto a silbarle. Ahora un venezolano amigo se plantó al frente de la casa de L y ante los ruidos del niño llamando la atención, dijo:

¡Mamahuevo! ¿Quiere que lo secuestre el papá?

Y le recomendó a L que no saliera cuando él estuviese bebido y loco; esta lo invitó a subir con su mujer, «La Tóxica», mientras esperaban un mandado que venía de la segunda quebrada

El tiempo

Y en la penumbra de la noche yo la recuerdo a mi corta edad esperaba un abrazo, una muestra de cariño y en mi cumpleaños ese pastel de fresas, era mi preferido

También esperaba una caja de regalo, lo qué en ella hubiera era lo de menos. Esperaba con ansias una rica nieve de limón

Y en el parque de juegos dónde el columpio se elevaba o la rueda de la fortuna diera tantas vueltas hasta quedar con dolor de panza y los ojos llorosos de tanto reír.

Igual me quedé en espera de los abrazos guardados, el tiempo ha hecho trizas en nuestras mentes porqué de a poco se han ido borrado de mi memoria aquellos escasos detalles que estuvieron ausentes y creó no llegarán jamás el olvido ya se instaló en nuestras vidas.

Apocalipsis

El sol brillaba, la brisa era suave y las ciudades respiraban como lo hacían de costumbre. Sin embargo, en el horizonte, más allá de las montañas y los océanos, algo comenzaba a moverse

A las tres de la tarde, los primeros vientos comenzaron a soplar con fuerza inusual. Una tormenta empezó a formarse, pero no era una tormenta cualquiera. Los cielos se tornaron de un gris espeso, cargado de una oscuridad que no parecía natural. Y entonces, desde las profundidades de ese caos celestial, aparecieron ellos

El jinete de la guerra fue el primero en aparecer. Montado sobre un caballo rojo como la sangre, su presencia derrumbó la calma como una explosión. Los cielos retumbaron con un estruendo ensordecedor mientras su lanza de fuego iluminaba el cielo Las naciones del mundo, que ya estaban al borde del conflicto, comenzaron a desmoronarse. Las ciudades se llenaron de gritos, de caos, de destrucción. En cuestión de horas, las fuerzas armadas de todos los países empezaron a luchar entre sí, arrasando con todo a su paso, alimentadas por la furia de su jinete, que las guiaba desde las sombras de su corona de hierro

El jinete de la peste llegó poco después: un ser delgado, casi esquelético, cubierto por una capa de sombras vivientes que emanaba un olor nauseabundo. Con un solo gesto de su mano, la enfermedad se extendió como un viento invisible.

La gente cayó enferma al instante, cuerpos retorciéndose en agonía, sin saber qué los había golpeado. Los hospitales, ya desbordados, se convirtieron en salas de muerte. Los médicos, incapaces de comprender la magnitud del mal, se desplomaron junto a sus pacientes.

En cuestión de días, la humanidad comenzó a desmoronarse no solo por la guerra, sino también por la enfermedad, que la dejaba indefensa, devastada.

El jinete de la hambruna llegó tercero. Montado sobre un caballo negro, su rostro oculto bajo un manto de sombras. Con una sola mirada, los cultivos en el suelo comenzaron a marchitarse. Los ríos, antes llenos de agua, se secaron hasta convertirse en grietas abiertas en la tierra Los campos de trigo se volvieron desiertos de polvo, y las aldeas y ciudades se vaciaron rápidamente.

Los centros comerciales cerraron, las reservas de alimentos se agotaron y, mientras los cuerpos de los muertos se amontonaban, aquellos que aún respiraban comenzaron a luchar por lo poco que quedaba La desesperación de la gente era desastrosa, y los sobrevivientes,impulsados por el hambre y la angustia, empezaron a volverse caníbales, devorándose unos a otros en un intento desesperado por llenar ese vacío.

Finalmente, el jinete de la muerte apareció En su caballo pálido, como un espectro, con la guadaña levantada, se desplazaba en silencio, imparable.

Narrativa

A su paso, todo lo que tocaba se convertía en polvo. Los últimos sobrevivientes de la humanidad, arrastrados por la desesperación, vieron cómo todo a su alrededor moría: los árboles, los animales, las casas, las estrellas Todo en el mundo comenzaba a desintegrarse lentamente, como si el tiempo mismo estuviera cediendo bajo su peso.

La gente que aún vivía, aquellos pocos que todavía tenían fuerzas para moverse, caía de de rodillas ante la inevitabilidad de su destino. Sabían que su tiempo en este mundo había terminado

Mientras los jinetes cabalgaban, el mundo se consumía de adentro hacia afuera. La Tierra ya no era un lugar donde el hombre pudiera seguir existiendo.

La naturaleza, como un organismo vivo, se rebelaba contra la humanidad Los cielos, oscuros como la noche, y los océanos, rojos como la sangre, se mezclaban en un torbellino de caos y desesperación, y lo que antes había sido la civilización humana se desmoronaba como un castillo de cartas ante el viento.

No hubo héroes que pudieran salvar a la humanidad Los jinetes no estaban allí para destruir una ciudad ni para derribar una nación. Estaban allí para cumplir una misión mucho más grande: la extinción de una especie que había perdido su camino.

La guerra, la peste, la hambruna y la muerte no eran solo símbolos: eran realidades inevitables Cada uno de los jinetes representaba el inevitable fin de la arrogancia humana, la consecuencia de años de destrucción, explotación y olvido.

No había salvación, no había tregua, no había un Dios que nos salvara de nuestros propios pecados Solo quedaba el último aliento de una humanidad condenada a enfrentarse con las fuerzas cósmicas que había desatado.

Cuando los cuatro jinetes llegaron a la última ciudad, ya no quedaba nadie por salvar. La última luz se apagó, y el sol, como un testigo silente, se extinguió junto con el últimovestigio de vida humana

La Tierra, ahora vacía y en ruinas, permaneció quieta en la oscuridad eterna. Los cuatro jinetes ya no eran más que sombras fundidas con el viento. Y con ellos, el fin del mundo había llegado.

El tiempo, al fin, se detuvo

Señorita decente

El sol resplandece y hace calor. Eso solo significa una cosa. ¡La primavera ha llegado! Amo la primavera, es mi estación favorita. Me agrada observar cómo las hojas de los árboles renacen Me cautivan los olores de las delicadas flores resplandecientes. Siento que de algún modo me hacen olvidar la tristeza. El día es maravilloso. Creo que es un buen momento para utilizar la falda que tanto me gusta. Es amarilla y tiene un estampado floral que me permite observar toda la diversidad de flores que existe en la naturaleza. Hay blancas, azules, violetas, rosas Combinaré la falda con esta blusa blanca de tirantes que tanto me gusta. Me deleita observar frente al espejo mi silueta delgada y mis piernas descubiertas. Es maravillosa la sensación de libertad que me da al caminar Hoy iremos a la casa de la abuela, espero gustarle.

Papá: Sofía, ¿Ya estás lista? exclamó con un grito

Sofía: Sí, papá

Papá: Súbete al auto.

El camino es muy bonito. Puedo sentir la brisa sobre mi cabello mientras escucho música en el Walkman que papi me ha regalado. Hemos llegado a casa de abuela. Ya alcanzo a oler las milanesas con papas a la francesa que siempre prepara Decido quedarme en el patio para disfrutar de los columpios, pero la abuela nos grita para comer.

Llego a la enorme cocina de la casa. La mesa es inmensa, cabe toda la familia. Están mis tíos y mis primos, pero papá no se ha sentado a la mesa A pesar de eso, me siento a comer, porque estoy muy hambrienta No me gusta la mesa, porque no puedo sentarme bien. Es demasiado alta y no alcanzo a nivelar mi cuerpo para coger la comida. Así que busco la mayor comodidad Mis piernas están cruzadas para tener una mejor posición y alcanzar mi milanesa. De repente, un grito interrumpe mi deliciosa comida.

Papá: ¡Sofía! exclamó ¡Siéntate como una señorita decente!

Sofía: Ni soy señorita, ni soy decente, papi.

Narrativa

Perdido para el amor

Los recuerdos empezaban a liberarse e iniciaban un vuelo libre como papalotes que se han soltado de sus cuerdas mientras las manos del chamaco buscaban a tientas la herida transversal en su vientre, desesperado trastabillaba tratando de acomodar sus intestinos azulados que se desparramaban mientras un olor profundo a mierda se esparcía por el espacio circundante

¡Me han jodido! alcanzó a decir antes de caer de rodillas en el arriate de la calle, lentamente se fue de espaldas como muñeco desarticulado, mientras los transeúntes caminaban y fingían ceguera frente a la tragedia que se desarrollaba frente a sus miradas perdidas.

A través de la herida provocada por certera puñalada se le iba la vida En sus últimos alientos llamó a su madre, pero no encontró más que sombras que se extendían hacia la nada.

Ahí entre los estertores rumbo a su liberación corporal memoró su abandonó No fue por causas programadas sino por hechos escritos para una tragicomedia que le toco actuar.

Nunca sentí miedo, lo soportaba todo; lo que se me hacía difícil era sobrellevar la heladez que tenía como casa mi cuerpo, siempre me llenaba de frío, hasta en los meses de calores El frío siempre ha estado conmigo, es mi compañero parlaba para sí mismo en palabras cifradas en el lenguaje de la agonía.

El frio siempre fue su verdugo, el aire gélido que bajaba de las montañas del sur se metía hasta la médula de sus huesos, la crudeza de las heladas le traspasaba el aliento mismo Aunque estuviera abrigado por cobertores, en lo más álgido de la madrugada, sentía el fragor de la muerte, temblaba y los calosfríos destrozaban sus escasas carnes como agujas filosas Muy de mañana se acercaba al lugar en donde los taqueros y torteros vendían sus antojitos a los madrugadores; limpiaba las mesas, lavaba los trastos usados antes que los comensales empezaran a quejarse por su presencia indeseable, tomaba su ración obsequiada y la devoraba con el hambre de huérfano, su otro punto débil; siempre sentía una eterna hambre que lo consumía. Nunca encontró el punto de saturación de su estómago, podía comer durante todo el día. Pero comiera poco o mucho, su figura de niño macilento cubierto con abrigo a pesar de los calores de mayo, se expandía de lo estrafalario a la soberana indiferencia humana

Ese condenado me fregó a la mala, no había ni que discutir, yo llegué primero al bote de basura, era mi día de suerte, porque la torta que me encontré todavía estaba caliente, no me dejó siquiera comer un bocado, el muy canalla me la arrebato y yo llenó de furia me fui sobre él, el muy desgraciado me clavó el fierro, ya venía preparado

Todo jugó en mi contra en esta mísera existencia; según me dijeron cuando nací yo

maté a mi madre. Ella se desangro, nada detuvo la hemorragia que le vino después de haberme parido. Así moriré ¡uf!... me estoy desangrando…no escucho el sonido de emergencia de la ambulancia…¡ahh! hasta ni en eso me ayuda la suerte… ¡Mamaaa, mamitaaa…! Me estoy muriendo

Por las noches, acostado en el piso de tierra que tenía por cama, contaba las estrellas que se asomaban por el techo derruido por el total abandono, adormecido por el aire frio que se colaba por las paredes despedazadas se decía: “Nada más que crezca lo suficiente me voy a ir lejos. Aquí no me voy a quedar, en este pueblo no tengo nada que hacer” En horas ya maduras, escuchaba los pasos tambaleantes de su padre y fingía dormir El hombre miraba el bulto de cobertores en el suelo y le decía con voz etílica: “Mijo, mijo, mijito, ya llegué. Usted no se preocupe, que ya llegué, mañana le voy a contar cómo vamos a salir de esta vida en la que estamos metidos. Aguánteme para mañana, mijo, no crea que lo tengo olvidado, no lo crea”. El padre del niño cargaba una pesada congoja que por debilidad de carácter le estaba robando la realidad en la que vivía, de un bebedor hebdomadario se transformó en un alcohólico consuetudinario. Vivía para beber, un día y el siguiente también. Nunca se ocupó del hijo, fue la solidaridad de los vecinos la que permitió a Jonás nombre que le daban porque en realidad nadie supo su verdadero nombre o a lo mejor ni eso tenía sobrevivir su primera infancia

Pobre de mi papá, nunca superó la muerte de mi madre Se dedicó al vicio del alcohol Muchas veces se me quedaba viendo fijamente, por la dureza de su mirada entendí que me culpaba de la muerte de su mujer… ¡Yo no fui culpable! Esas son cosas de la suerte, así de fácil. Se le notaba el tamaño de su querencia por el grueso de su dolor. Por esos tiempos lo odie por acusarme sin decirlo de la ausencia de la mujer que nos hacía falta a los dos

Un día le pregunte. ¿Papá que es el amor? Se me quedó viendo mientras se le llenaban los ojos de lágrimas. A veces el amor está cubierto de nostalgias, dijo sin verme y las nostalgias se convierten en piedritas de dolor, el verdadero amor duele, pero es un precio que hay que pagar por amar Todavía no digería sus palabras y le volví a preguntar ¿Cómo era mi mamá? De inmediato se le cuarteo la mirada y se le despedazó como tierra seca de verano Se levantó del tronco donde estaba sentado, camino de un lado al otro, se detuvo frente a mí, me tomó de la mano y me dijo: su mamá era la mujer más bonita y buena que jamás nadie ha parido en este mundo, su poder estaba en su voz que sonaba a lluvias de enero. Yo la amaba mucho más que mi vida pero usted no tenga pendiente, usted no tiene culpa de su muerte, se murió porque tenía que morirse.

Lo que sucedió con la adicción alcohólica de su padre, resulto contraproducente para el chamaco. Su padre dejó el alcohol, clausuró su vició y con decisión comenzó una nueva vida, lo primero que hizo fue reconstruir la vivienda, por las mañanas el hombre trabajaba como ayudante de albañil, el trato a su hijo cambio en todo Ahora eran padre e hijo Se dieron buenos días de convivencia, así que Jonás no entendió como un día cualquiera sin mediar explicación ni adioses su padre lo abandonó. Dedujo sus palabras cuando encontró las escrituras de propiedad del terreno que habitaban, su padre se la dejo a la vista, esa noche y otras que siguieron en vano

esperó la voz alcohólica de su padre, lo abandonó cuando el niño pensó que ahora tenía un ser poderoso que había regresado victorioso de los infiernos. Se enteró por otros medios de que su progenitor se fue para el norte en busca de mejores oportunidades de vida. El chamaco lo esperó varios meses antes de vender la propiedad Juntó el dinero de la venta del predio, en una bolsa de plástico acomodo su ropa y tomó el autobús de la seis con rumbo al norte.

El dinero de las tierras se me fue fácil, se acabó entre las piernas del amor de alquiler, ningún dinero es suficiente para comprar amor. No hay dique para sentirte satisfecho, el amor comprado te llena de soledad y eso también tiene costo La enfermedad ya la tenía en las venas, comencé con el alcohol y terminé con el chemo No había otra puerta de salida, la única que existía la cerré con todos los candados del mundo.

El chamaco se convirtió poco a poco en un conocido delincuente menor, sus delitos era la sustracción de mercancías del mercado, robos a transeúntes, sustracción de los cables de cobre de electricidad y otros delitos que le permitieran mantener sus vicios de alucinaciones Conocía los centros tutelares como un experto. Era un caso perdido.

¡Al fin, escucho muy claro el ulular de la sirena de la ambulancia! Gracias Diosito, gracias; te juro que si vivo cambiaré totalmente el camino de mi vida. Hoy sentí miedo, el miedo que se tiene frente a la muerte No volveré a las drogas Lo juro, esto se acabó voy a volverme una nueva persona Hasta te prometo que voy a trabajar

Con una coreografía practicada diariamente los paramédicos de la ambulancia de primeros auxilios, se desplegaron en el perímetro de protección a la víctima. Uno de ellos se inclinó, observó al chamaco y con voz de quien sabe lo que dice, alzó las manos señalando hacia la ambulancia

¡Vámonos! Esto ya no es asunto nuestro, ahora es jurisdicción de los forenses.

Seis narraciones

Cochapú

Esta es la niña que más quiere a su papá y este es el papá que más quiere a su niña.

Abuela de mi papá no hables.

Si no es nada malo, niña

No hables ni mal ni bien, sin su presencia Ya siento su olor, vamos a asomarnos

¡Ya viene!

¡Mi Cochapú!

¡Papito!

Mira, lo que te traje.

Te hice un video para que adivines, si adivinas te ganas otro beso.

Video: se muestra una persona tapada con colcha, encima de la cama. Ella narra: Te voy a dar una pista, es abuelo El padre gracias a su ayuda adivina, se funden en otro abrazo y se besan.

Abuela, tírame una foto con mi papito.

Le muestra como quedaron, ella toma el celular, en cuestiones de segundo la foto pasa a ser historia en el Facebook del ministerio que atiende la abuela

¡Qué barbaridad! ¿Y ahora cómo borro esto?

Ríen a carcajada los tres.

Cosas que no permitiré cuando sea mujer

Mamá llega a casa al anochecer, agotada, corre el sudor por su frente.

¿Esta noche podrá ser? pregunta su esposo, que no es mi papá.

¿Si esperas a las doce de la noche cuando la niña termine de ver la serie?

¡Sí, como siempre!

¡No te molestes!, porque en la cama con la chiquita allí, no lo hago más.

No saben que los escucho. Anoto en mí diario: “Cosas que no permitiré cuando sea mujer”.

Sigue hacia la cocina, resuelve el problema de la comida usando trucos, ni cuenta se dan, yo sí, la observo sin que lo sepa.

Narrativa

Su esposo hoy quiere sexo, la está manoseando, soporta sus caricias delante del fogón, ya su suegro, que no es mi abuelo, está en la mesa con la cuchara en la mano dando golpecitos Sigo escribiendo.

Ella nos sirve a todos. Cae rendida en su lecho, me acurruco a su lado, hasta que llega el Ogro

Sal de aquí y cierra al salir, no pongas esa música estúpida que tú oyes

Cuando despierto ya se han ido, excepto mamá.

Voy a su habitación y le doy “un quiero”, escribo en mi diario: “Las mujeres tenemos que apoyarnos unas a otras”

La despedida

Papi, me voy para España. ¿Eso es muy lejos?

Si, muy lejos

Vamos a estar un tiempo sin vernos, dice mamá que un día tú vas a ir.

¿Eso dice mamá?

Una lágrima cae de este fisiculturista musculoso, mientras guarda el regalo de su niña por su cumpleaños: Una cestica plástica extraída de sus juguetes, un peine blanco que le faltan dos dientes, la cartuchera cuya piel se ha deteriorado y dentro un letrero rosado escrito en otro idioma sobre algo plástico, anunciando cualquiera sabe qué.

Yo te llamaré, haremos video llamadas, seguro tendrás tu propio celular y yo con el de tu abuela, hablaremos y me contarás de la nueva escuela y de tus amiguitas.

Y te contaré del Sapo, si me hace algo que no me guste, te lo diré.

El fuertudo de pecho descubierto y un inmenso tatuaje donde reza su nombre y el de la madre de su hija, mira para los lados para que no lo vea llorar

Papi, ¿Estás llorando?

No mi cochapú, me cayó un bicho en el ojo.

¡Yo te lo saco!, abre bien el ojo, dame tu pañuelo, ¡No veo ningún bicho! Todos los días le diré a mamá, que te venga a buscar ¡Total! Vi las fotos de la casa del tío del Sapo, es grandísima, te pueden dar un cuarto, así viviremos todos juntos ¡Te buscas una novia española! Ríen los dos y se abrazan.

¡Vamos Lied, despídete, tenemos que irnos! mirando al padre deshecho, le comenta Mejor no vayas al aeropuerto.

Hablando más bajo para no ser oída por la niña, le dijo, con todo el odio y la ira que puede contener una mujer Y ni te imagines que yo te voy a reclamar.

Cumpleaños

Mercy era muy blanca, de cachetes colorados, más corpulenta que las demás niñas, cumplía nueve años y parecía de catorce Me propuso enseñármelo si yo se la enseñaba Saqué mi apéndice pequeño y arrugado; observó con mucho interés, lo tocó y me lo guardó. Cumpliendo el trato, se bajó el short, ante mí estaba aquella cosa roja, alargada, como si fuera una oreja, unos segundos fueron suficientes, seguí jugando con los soldaditos que me había ganado en la rifa.

Hoy vuelve a cumplir años, cumple veinte, estoy invitado. Llevo preservativos.

El tapiz

En la sala de mi casa hay un tapiz con un perro y un gato en total armonía con cuatro pollitos. Mi hijo pequeño tiene cada animalito identificado, dos de los pollitos son sus hermanos que no viven con él a los cuales no puede visitar, nadie le explica por qué. Decidió averiguar, tomó la calle solito, preguntó aquí y allá, hasta que dio con la casa, tocó la puerta y preguntó formalmente:

¿Aquí vive mi hermano? dijo aquella cosa diminuta de seis años.

Allí también hay un tapiz, pero ningún animalito es él

Una lágrima

El televisor daba las noticias, los muebles de la sala escuchaban, el niño pasó y los muebles vieron muñequitos. Entonces recibió un zarandeo y algunos golpes.

No se te ocurra volver a cambiarlo ladró el padre

Él se escondió en el patio del vecino, se secó una lágrima, se mordió los labios y apretó los puñitos. El padre lo observó todo y quedó perplejo.

¡Bah! ¿Qué es una lágrima?, Agua dijo el padre a media voz, tratando de justificarse a sí mismo

Si esa agua sale de tu hijo, después de maltratarlo. Es fuego quemándole las entrañas.

Narrativa

Einar y las conchas del mar

Einar vivía junto al mar. Su familia se dedicaba a vender mariscos frescos en el mercado, y él pasaba las tardes corriendo entre las olas, con la sal en la piel y los pies siempre descalzos.

Cada verano, el pequeño esperaba las vacaciones con impaciencia No solo por el calor ni por los juegos, sino por la llegada de los visitantes: familias de paso, niños con castillos en la cabeza, abuelitas con historias en los ojos Siempre alguien nuevo Siempre una historia distinta

Aquella tarde, sentado en el porche de madera carcomida por la brisa, Einar vio llegar a una niña de cabellos trenzados que recogía conchas en la orilla Cuando ella lo vio, le sonrió y levantó la mano en un saludo tímido. Él, sin pensarlo dos veces, corrió hacia ella.

Jugaron toda la tarde Y luego, toda la semana Compartieron secretos, risas, carreras por la arena y guerras de algas. El mes voló como las gaviotas sobre sus cabezas.

Pero llegó el final de las vacaciones, y con él, la despedida.

¿Prometes volver? preguntó Einar, con la voz atrapada en un nudo.

La niña asintió, dejando una concha pequeña y blanca en su mano

Lo prometo. Todos los veranos volveré. Para que no me olvides añadió, con una sonrisa luminosa . ¡Adiós!

Y se fue, como se va el sol al final del día: despacio, dejando un calorcito suave en el corazón.

Desde entonces, cada verano, ella regresaba Y cada verano, las conchas en la colección de Einar crecían. Con el tiempo, dejaron de ser solo niños que jugaban, y se convirtieron en adolescentes que conversaban bajo la luna, y luego en adultos que caminaban de la mano por la misma playa de siempre.

Hasta que un día, sin necesidad de promesas, sin despedidas, se quedaron juntos Para siempre. Como el mar y la arena.

Pequeño hombre

Pequeño hombre de ojos de astronauta, siempre mirando la Luna y pensando en los planetas lejanos. No tengas miedo de los hombres mayores que se ríen de tus sueños, del alcance de tus pupilas, miedo debes tener de lo corto de su mirar

Pequeño hombre no sucumbas ante los gritos de los hombres empequeñecidos. Empequeñecidos están por sus frustraciones, odios y miserias, pues no hay estrellas para todos, muchos no conocen mas que la sombra de la tristeza, sus gritos son de dolor.

Pequeño hombre comprende que a los empequeñecidos hombres les mutilaron el alma a corta edad y no les permitieron que volvieran a crecer sus alas. Rotos fueron por el molino de zacate que troza cada línea de vieja milpa.

Los volvieron unos sedientos de amor.

Pequeño hombre no tengas miedo de los hombres empequeñecidos y quebrados, vagabundos que viajan al olvido como fantasmas en este mundo, carentes de sonrisas, arrastrando los pies rotos, los brazos cansados y con los ojos rojos

Pequeño hombre, súbete al Sputnik, viaja al espacio, toma una estrella, llega a Júpiter, Marte, Saturno, saluda al Sol Viaja a todas las galaxias en brazos de los sueños, la imaginación y la ciencia.

Pequeño hombre no tengas miedo de los hombres empequeñecidos, amantes de los autos, sometidos a los objetos, espíritus perdidos en el deseo de lo que nunca tendrán.

Pequeño hombre de ojos de astronauta, sal y persigue la Luna.

Narrativa

Guerra futurista

Han pasado casi 4 meses ahora llegó mi graduación, voy a irme a la Gran Ciudad a estudiar Psicología con estos sujetos que son de este mismo lugar, es triste dejar esta zona. Gabo estaba de fiesta con su familia celebrando su terminación de pronto se acordó que pronto se irá y trata de no sobre pensar en su futuro en qué universidad, si en la de México o de la Gran Ciudad.

Está bien que deje este vecindario ya toda mi generación de amigos se fue

Así es hijo, aquí pues no está tu futuro, te cuidas en la capital porque ese lugar está muy crudo y maldito, ojalá y quedes en México.

Si lo sé mamá, pero ni modo, no hay de otra.

Ahí está don Quintana el fugitivo que nadie ha visto y ahorita se está poniendo peligroso, dicen que hay disputa, porque están buscando a un fugitivo como un limpiador.

Había terminado la celebración escolar en la casa, todos crudos hasta Gabo, en ese momento se quedó en su cama muy dormido. Ahora que llegó a la Gran ciudad, Gabo estuvo preparado para irse a su universidad. Voló muy rápido el tiempo ahora, ni me despedí de mis amigos, pero bueno es hora de salir a la universidad, este lugar se ve inofensivo

Gabo iba por la cancha deportiva entró en una Ruta para ir directo a sus actividades escolares y de pronto, la Ruta iba recio, cuando de repente vio como de una camioneta se bajaron cinco sujetos con granadas hirieron al conductor, fue ahí donde Gabo se acordó de que eran los hombres de Quintana y de la violencia que hay en la Gran Ciudad.

No puede ser, estoy en problemas, ahora cómo voy a salir de esto.

De pronto todos se bajaron había dos heridos los sujetos eran más fríos y violentos en ese momento Gabo corrió tan recio, por suerte los tiros no lo alcanzaron, se escondió en un callejón, pero los carteles de Quintana lo estaban siguiendo, corrió por su única vida, era como un laberinto cada colonia que está por Bachilleres, intentó ir por atrás pero era una subida, ningún estudiante, era desierto y para colmo se escuchó una explosión, eran los hombres de Guillermo que habían matado a dos taxistas.

Atrápenlo dijo uno de los matones de Guillermo Gabo corrió hasta que se detuvo y tocó su ojo, se

acarició la cara, empezó a llover muy fuerte.

¡Dios mío! está lloviendo, siento frío, mi celular se va a mojar y me vienen siguiendo los criminales que me mencionó mi madre, Dios ayúdame por favor.

Ahí está patrón.

Tráiganmelo dijo don Guillermo.

Ese ven acá o vamos por ti cabrón dijeron los hombres de don Quintana al lado derecho.

Estaba rodeado, no pudo escapar de los ocho mafiosos, pero en ese momento los matones de Guillermo recibieron dos tiros en los pies, una mano negra jaló a Gabo, el sujeto misterioso le aventó bombas de humo negra a los cabrones y le disparó con un Ak-47 al piso a los secuaces de Quintana.

Ven conmigo si quieres vivir dijo la voz misteriosa.

¿Quién eres? no me hagas daño por favor dijo Gabo.

Tranquilo

¡No puedo creerlo eres, eres tú!

¡Eres el…! ¡el Ángel negro!

Así es amigo, pero no soy un superhéroe, soy un policía Te voy a sacar de aquí.

En la colonia número 11 de marzo, era la parte alta, el Ángel negro lo llevó sano y salvo, las bardas estaban húmedas, pero por suerte Gabo nunca se lastimó.

Gabo, te arriesgaste mucho para venir a esta capital.

Lo sé, yo quería irme a México, pero pensé que venir aquí sería seguro, pero ni en mi pueblo, ni en México...

Esto nunca se va a acabar en cualquier parte del mundo habrá una guerra, además no importa, si lo pensaste antes de escoger tu camino y destino, siempre va a haber mucha violencia, esta es la realidad, este es el presente aun así debes estar preparado para los duendes malévolos, para mañana y pasado nunca se sabrá cómo va a estar la cosa

Se escucha el fonema de las patrullas, las ambulancias y helicópteros de la Guardia Nacional

Me tengo que ir porque ahora todo esto se va a poner feo

Muy bien regresa a tu casa mientras yo me encargo de Quintana y de don Guillermo, tengo que rescatar a una rehén.

Gracias por salvarme

En ese momento Gabo voltea y ve el reloj de arena flotando, vuelve a su presente a su casa, se sintió un poco asustado ya era de día y su madre estaba haciendo limpieza y listos para desayunar, Gabo empezará a reflexionar y a decidir a qué Universidad va a ir y lugar en el que ahora va a habitar, pero con el salto al futuro puede alterarse o modificarse.

Al mediodía Gabo recibió un nuevo mensaje de la Universidad de México y pudo ser aceptado en su carrera, ahora solo falta que escoja a dónde ir cuando salgan los demás resultados, su familia estaba orgullosa al saber que se irá a CDMX por un tiempo.

Al siguiente día Gabo despertó y alcanzó a ver las noticias de las nueve de la mañana se sorprendió al ver lo que sucedió en la Gran Ciudad estaban viendo las noticias de Lupita

La Gran Ciudad está en una fuerte crisis, por el caso de la delincuencia organizada, y las cosas están empeorando, hubo una balacera en la colonia el Aeropuerto, fueron detenidos 4 secuaces de don Fernando y 5 de don Guillermo.

Pero al parecer los elementos de la marina encontraron en una casa abandonada tres cuerpos sin vida, los cuerpos eran de los dos patrones y un agente de la policía estatal, pero no solo encontraron sus cuerpos también los casquillos, y como evidencia encontraron un pedazo del cubrebocas de hockey que pertenece al Ángel negro al parecer el comandante Robles nos da una respuesta a lo que sucedió en el fuerte enfrentamiento. Efectivamente, este sujeto el policía misterioso acabó con la vida de dos criminales y un agente de la policía estatal y hemos decidido estar en alerta máxima para atraparlo.

Gabo recuerda lo que dijo el Ángel negro ‘’Vete yo me encargo de Quintana y de don Guillermo tengo que rescatar a una rehén.

El Ángel negro es un asesino

Si, y está en la Gran Ciudad.

Gabo al parecer no le quedó de otra que elegir y tomar la decisión, pronto se irá a la universidad en agosto, pero será decisión de él Pero logró modificar su futuro al fin se dio cuenta que no pasó el

examen de la Gran Ciudad, pero eso no quiere decir que se salva del caos, pero ese problema pasa va y viene y llega algo bueno.

Narrativa

Seis narraciones breves

Caimientos

Otoño es una buena época para ver caer las hojas marchitas de los árboles

A diario, las observo en el parque ubicado enfrente de mi casa. Me desentiendo de los problemas y maldades que hay alrededor de mí, pues un parque es un universo, y sabemos cómo son los universos, así estén diseñados en miniatura o sean más grandes que nosotros.

No esperaba que hoy empezaran a caer individuos muertos, momificados

Los vecinos con sus niños se sorprenden. Pero todos nos calmamos cuando alguien dice que aquellos son los hampones de nuesnuestra zona; el área verde los absorbió para protegernos

De todos los rincones

Perseguido por la policía, tras haber cometido un terrible crimen, me escondí en esta casa. Me metí por la ventana, rompiendo los vidrios.

Sabía que estaba abandonada, los anteriores residentes fallecieron aquí hace un mes en circunstancias extrañas.

Un enorme cubil, de dos pisos.

Todavía se mostraba agradable; alumbré sus esquinas con mi encendedor.

Podría quedarme un tiempo

No obstante, oí un quejido en el sótano.

Una retahíla de gruñidos.

De las habitaciones emergieron individuos deformes; se me acercaban, querían llevarme hacia la oscuridad.

¿Por qué a mí?

El agujero de bala que atravesaba mi cuello me dio la respuesta.

Método de curación

Confío en el doctor y en las medicinas que me ha recetado

En el trascurso de los días mejoro de una manera notable; debo volver al consultorio a la semana para decirle al médico cómo ando de salud.

Asisto a mi segunda cita y le informo que solo tengo un poco de fastidio en la garganta.

«Una última semana de tratamiento con estas cápsulas», indica.

No sé cómo agradecerle. Mi «gracias» no basta.

Veo que su cabeza emite un brillo, el de tantos años dedicado a su profesión, su talento y sapiencia. Luminiscencia que me alcanza y me está sanando.

Mi versión de la historia

Arribó en mi isla; ingresó a mi templo, con sus soldados, dispuesto a aniquilarme

¿Por qué? Nunca le hice nada a él ni a los suyos

Derrotaron a mis hermanas. Tuve que luchar.

No quise acabar con sus vidas, eran humanos; decidí no convertirlos en piedra.

Derroté a casi todos usando mi espada Solamente los herí Enfrenté a su líder

Creyó que su escudo lo protegía de mi poder; no era intención mía eliminarlo.

No lo hice cuando lo tuve a mi merced.

Él aprovechó ese descuido y me decapitó.

Llorando, soñé que en otra vida (quizá) pudimos ser amigos

Migrante lejano

El joven enrumbó hacia la galaxia más cercana, al nuevo planeta terraformado: Gaia 25.

Se hallaba contento, tendría una gran vida ahí, con poco trabajo y muchas ganancias

La pasó bien en la nave galeón junto a los otros tripulantes, había incluso una chica con la que hizo amistad.

No se olvidó de traer nada consigo.

Libros, cómics, joyas, textos propios, trofeos académicos; cosas que lo ponían contento.

Al llegar, debió esperar un año para comunicarse con sus padres. Tras conversar con ellos, supo que eran un tesoro más valioso.

Bajo la luz de las estrellas se puso a llorar

Regalo decembrino

A celebrar la Navidad y el Fin de Año. No solo eso; concertaron el intercambio de regalos, con un precio cómodo: veinte soles.

La familia estará reunida después de mucho tiempo para la cena

Parte de ella recibirá, en una gran fiesta limeña, el 2025, año que augura cosas buenas.

Yo, contento, espero y espero.

Aguardo verlos juntos el 24 de diciembre en la noche

Los acompañaré el 31 de diciembre y, al dar las 12, me iré para siempre

Sé que estarán tristes aún.

Mi amiga Pinta

El desprecio deja cicatrices más profundas que cualquier herida, a mi corta vida lo tuve que aprender. Más que marcas en el cuerpo, tuve que crecer con estigmas en el alma, por el cruel destino que parecía odiarme Cuando era niña vivía con mis padres, llena de ilusiones; aunque eran estrictos, me trataban con mucho amor Los fines de semana salíamos de paseo a recorrer pintorescos pueblos, eso nos llenaba de alegría, pero nunca pude imaginar que uno de esos viajes que tan feliz nos hacía, cambiaría el rumbo de mi vida, dejando huellas profundas.

Recuerdo bien ese día, salimos como otras veces desde muy temprano, estaba contenta, llevé mi muñeca favorita. Íbamos en el coche escuchando música, y comencé a quedarme dormida, todo parecía muy tranquilo, cuando de pronto, un fuerte sacudón me despertó, no sabía lo que pasaba, estaba muy confundida, escuchaba un par de gritos entre un zumbidos, que poco a poco iban apagando todo, me parecía que el peso de la oscuridad iba a aplastarme, solamente podía sentir algo húmedo y tibio recorriendo mi cuerpo del lado derecho, no sabía que era, así que cerré los ojos lentamente dominada por una fuerza mayor a mi voluntad, dejé de escuchar los ruidos, todo fue calma por unos instantes Cuando volví a abrir los ojos me encontraba sola, asustada llamé a mis padres a gritos, una enfermera entró, me pidió que me calmara y llamó a un doctor, y pronto se reunieron en la habitación varias personas, entendí que estaba en un hospital, pues a pesar de solo tener siete años podía darme cuenta de dónde estaba. Habían llamado a mis abuelos y con mucho cuidado trataron de explicarme que tu-vimos un accidente y que no volvería a ver a mis padres, ellos habían muerto. Pero eso no era todo, me dieron la terrible noticia “como consecuencia del accidente tuvieron que amputarme el brazo derecho, pues un cristal me hizo un gran corte y nada pudieron hacer”.

Estaba muy asustada, entre la turbulencia de que no volver a ver a mis padres y perder mi brazo, no sabía que iba a pasar conmigo. Los días siguientes mis abuelos permanecieron conmigo, me dijeron que no me preocupara por qué ellos me cuidarían. Eran los parientes más cercanos que tenía, y un tío, que hace algunos años se había ido al extranjero, solamente lo había visto en fotos

Cuando me dieron de alta en el hospital tuve que ir con ellos a vivir en su casa en el pueblo donde nació mi madre, era un pequeño rancho muy bonito, solíamos ir en Navidad y a pasar algunas vacaciones, me gustaba ver a los animales y los árboles frutales que cuidaban mis abuelos. En el rancho había una yegua muy querida para mí, se llamaba “Pinta”, cuando tenía seis años, fuimos a pasar la navidad con mis abuelos, como otras veces, pero esa vez fue especial, porque en esa época llegó la yegua, aunque ya era adulta era un animal muy dócil, mi abuelo me animo elegir el nombre, como tenía unas manchas, me pareció que Pinta le quedaba muy bien,

animo elegir el nombre, como tenía unas manchas, me pareció que Pinta le quedaba muy bien, además mi abuelo me enseñó a montar para las vacaciones de verano que regresamos al rancho Pronto se volvió mi compañera y confidente.

Una vez instalados en el pueblo llegó el mo-mento de adaptarme a mi nueva vida, no fue fácil por qué era diestra, y al no tener mi brazo muchas actividades me costaba realizarlas, pero eso no fue lo peor. La gente del pueblo me miraba con lastima o desprecio, no podía sentirme cómoda en esa situación, lo primero que miraban era el lado derecho de mi cuerpo donde debía estar mi brazo, algunos niños en la escuela se burlaban de mí, me ponían apodos crueles y ofensivos, muchas veces acababa llorando y corría a refugiarme con Pinta, ya que me daba mucha pena contarles a mis abuelos lo que sucedía, aunque creo que ellos ya lo sabían, se daban cuenta de cómo me miraban la gente del pueblo, pero tampoco estaban seguros de que decirme, aunque siempre trataban de hacerme sentir muy querida y especial. Fue pasando el tiempo, con mis abuelos era feliz, pero fuera de la casa todo era muy difícil, sentía que no encontraba mi lugar, los niños se burlaban y no querían jugar conmigo, además la maestra no estaba preparada para tener una alumna con capacidades diferentes; sin embargo, yo trataba de esforzarme, ponía todo mi empeño para que mis abuelos se sintieran orgullosos Pinta era mi confidente, sentía que a mis abuelos no podía contarles lo que me pasaba, las burlas y las ofensas que me hacían, no quería entristecerlos ni preocuparlos, estoy segura de que hubieran

ido a defenderme, pero no quería ocasionarles problemas. A Pinta la consideraba mi amiga, más de una vez le conté que hubiera preferido morir en el accidente, junto con mis padres Mis abuelos, al ser personas mayores algunas veces se enfermaban, yo trataba de cuidarlos, pero no era mucho lo que podía hacer, a mi corta edad y con mi limitación física resultaba muy difícil.

Pasaron tres años, cuando una mañana tocaron a la puerta, cuando fui a abrir encontré a un hombre, era algo joven y me parecía haberlo visto pero no estaba segura de dónde, entonces mi abuela lo vio y exclamó: “¡hijo qué sorpresa!, ¿Qué haces acá?”, la expresión de mi abuela fue una mezcla entre alegría y preocupación, pues era su hijo y hace muchos años que no lo veía, por supuesto que lo extrañaba cómo es natural, empero, sabía que él era una persona que se metía en problemas con frecuencia, además de ser perezoso e irresponsable, y en muchas ocasiones tenía malos modales Mi abuelo al verlo pareció más preocupado que contento.

Con la llegada de mi tío las cosas cambiaron, según dijo, quería hacerse cargo del rancho, pero algo en él no me agradaba Cuando me vio, en su mirada había desagrado y evidentemente cierto rechazo, apenas me hablaba, mi presencia parecía que le molestaba, más al reconocer que ocupaba un lugar muy importante en la vida de mis abuelos. Poco a poco él comenzó a realizar labores en el rancho, también recuerdo escuchar discusiones constantemente, algunas noches ni siquiera regresaba a la casa, dicen que lo veían con mujeres o lo encontraban en las calles del pueblo sin conciencia por el exceso

de alcohol Con el afán de obtener más dinero, comenzó a usar la vieja carreta que había en el establo y a “Pinta” como servicio de transporte de mercancías, la yegua con frecuencias se veía agotada; yo trataba de consolarla, la acariciaba y la cepillaba, pero mi tío trataba de evitar que estuviera con ella, afirmaba que era de él, como todo lo que había en el rancho, pues yo era una recogida Comenzó a explotarla cada vez más, la alimentaba poco y la pobre tenía que hacer trabajos forzados todos los días, algunas veces me descubrieron mis abuelos llorando por eso, las únicas veces que le servían buen alimento era porque mis abuelos se daban cuenta y comenzaron a exigirle que le diera un mejor trato, pero eso lo enfurecía. En ocasiones yo guardaba algunas zanahorias que encontraba en la cocina, manzanas y otras verduras, a escondidas iba a llevárselos a la pobrecita, me daba mucha pena ver cómo la trataba, el desgraciado al que veía como un monstruo, principalmente por los castigos que le imponía cuando la pobre yegua ya no podía con las cargas y los caminos que debía recorrer

Una tarde, al salir de la escuela se me ocurrió pasar al establo, ese día estaba contenta pues la maestra me había felicitado por aprender la lección, era sobre los animales, un tema que me gusta mucho. Uno de mis sueños era ser veterinaria, aunque mis compañeros se burlaban y me decían entre risas: “¿Cómo vas a curar a los animales si ni siquiera los vas a poder sujetar?”, no me importaba, pues mi mayor deseo era poder cuidar y ayudar a los animales. Ese día fui con el mayor ánimo, había guardado la manzana que me llevé a la escuela, era para Pinta, pero el entusiasmo se desvaneció cuando al llegar escuché ruidos muy fuertes en los corrales, sabía que Pinta estaba en peligro Mi tío, ese malvado ser, la estaba golpeando con el fuete muy fuertemente, mi quería amiga ya estaba en el suelo, no pude evitar gritar e interponer entre el fuete y Pinta, entonces me golpeó y mi grito de dolor pareció cargarlo de energía y me dio otro, yo seguí gritando Mi abuela llegó corriendo y al verlo le gritó: ¡eres un bárbaro, salvaje!, ¡cómo te atreves!”, comenzó a pedir ayuda y mi abuelo llegó también, lo detuvo y lo reprendieron fuertemente, lo echaron del rancho; aunque eso no duró demasiado, deseaba que no regresara nunca, pero solamente se fue por unos días. Después de una semana regresó al rancho, pidió perdón, dijo que estaba arrepentido y no volvería a suceder, que había bebido demasiado, lo que provocó su ataque de ira por no cumplir la yegua con sus deberes; en cuanto a mí, afirmó que fue un accidente y era mi culpa por atravesarme. Mi abuelo estaba un poco más negado a darle otra oportunidad, pero mi abuela, como su madre que es, no quería aceptar la clase de individuo malo que era y permitió que regresara Para nada me creía su arrepentimiento, y muy pronto lo comprobé.

Tres días pasaron en armonía, cuando una noche, mientras estaba con Pinta en el establo, escuché que mi tío se aproximaba, lo más veloz que pude me escondí entre los fardos de heno, desde donde pude ver claramente sus ojos mientras se dirigía a mi amiga Pinta, parecía un demonio. Le dijo que la haría sufrir, la golpearía tan fuerte, pero no lo suficiente para matarla, porque esa agonía la prolongaría mucho tiempo, para hacerme sufrir. Entendí que debía liberar a mi querida yegua, le daría la tranquilidad que yo misma anhelaba muchas veces, recordé mis

deseos de poder reunirme con mis padres, de los que me separó aquel terrible accidente que cambió mi destino.

Mi abuelo guardaba un revólver cargado en su escritorio, hace no mucho tiempo me explicó como se usa y que lo tenía para usar en caso de que fuera necesario defenderse, en realidad no parecía complicado, incluso para mí. Tomé la pistola y me dirigí con gran determinación al establo, al llegar acaricié a Pinta, le di un beso, le aseguré que todo estaría bien y que pronto nos reuniríamos

Narrativa

También suplico

Son las siete de la mañana, el sonido de las bocinas comienza a oírse. El tránsito, se hace más pesado; las personas van y vienen en todas las direcciones existentes. Me acerco a Annie y acarició ligeramente su cabello ¡es hora de despertar!

Se levanta y recoge los tres cartones que usó la noche anterior y empieza su día a día con una mágica sonrisa. Busca algo para comer Muchos la observan indiferentes; pero ella con su inocencia resplandeciente ¡los ignora!

Desde la acera del frente, ve a los niños despedirse de sus padres al ingresar a la escuela; aunque a ella le gustaría estar repitiendo esa misma escena… Hoy, no goza de tal suerte. La calle no le ha tenido contemplación; no obstante, ha sido una dura escuela a la que ningún niño debería asistir

Son las siete de la noche, el sonido de las bocinas se va ahogando con el silencio que trae la oscuridad. La pequeña huérfana, toma sus tres cartones y los extiende en el suelo sucio y frío

Mañana nuevamente la despertaré con una breve caricia; mientras le susurro al oído que yo, su ángel de la guarda, al igual que ella ¡también suplico por la libertad de las infancias!

La fórmula

Cuando a Heberto lo atrapa una idea, no parará.

Un día descubrió que la aceituna es un fruto “Es como la uva”, expresó, “¿no se te hace raro que no hagan vino con la aceituna?”. Contesté que debía haber una buena razón para eso,que tenía más grasa que agua “Nadie ha encontrado la fórmula indicada”, afirmó. Contesté que era un ingenuo.

Hijo de familia con chequera infinita, arrancó su empresa Compró una finca donde se cultivaban excelentes aceitunas y la mejor productora de aceites de oliva de cualquier tipo incluyendo el de orujo. Consiguió más fondos, contrató a bioquímicos y otros especialistas.

Al año me invitó a la presentación de Vin-o-live, su exclusiva marca de vinos y licores. La campaña publicitaria previa fue impresionante: radio, televisión, streaming, redes sociales, etc

En la zona VIP me ofreció una copa de su vino de más de veinte mil euros la botella. La probé y casi vomité: sabía a alcohol, azúcares y un toque de aceite de oliva. Expresé mi opinión y él señaló alrededor: influencers, socialités, políticos y demás fauna de ricos y pseudo ricos.

Sacó un champagne escondido y brindó: “Ingenuo es aquel que le cree a la fórmula del marketing”.

Narrativa

Apocalipsis disco

El estallido generó una bola de fuego brillante e inmensa, el cielo se volvió blanco por el intenso fulgor; la tierra tembló y una onda expansiva de viento y furia pulverizó toda estructura construida por el hombre o por Dios mismo Después vino el sonido, una vibración aturdidora. Por último, un humo espeso se elevó desde el centro del infierno recién desatado, formando un caprichoso hongo ancho en su base.

Un tubo gigante de ungüento atravesó la pantalla y una voz de mujer pronunció el pegadizo slogan del producto Carajos, es la sexta vez que pasan este comercial en la última hora, pensé y bajé el volumen. Mientras, la voz en Off enumeraba los múltiples beneficios que ofrecía el uso diario del ungüento, información apoyada por una animación computarizada de un monigote con puntos rojos en distintas partes del cuerpo, estos puntos se volvían color verde luego de que el monigote se aplicara una versión, también digitalizada, del ungüento. El comercial terminó y dio paso a otro anuncio repetitivo, esta vez, un corte informativo gubernamental que alertaba sobre un nuevo caso de salud o una nueva ola de no sé qué, imposible ponerles atención a esos mensajes grises del gobierno. Observé a mi mujer sentada a la mesa organizando unos papeles sin prestarme atención, y a mi hijo jugando apacible en el suelo, de nueva cuenta

estaba formando una larga fila de figuritas de plástico Mira, la fila del niño ya casi llega a la puerta de la recamara le dije a mi esposa. Sí, y que derechitos los acomoda ¿te fijaste?, deberías comprarle más, para que le alcancen hasta llegar a su recamara, me contestó Quien tuviera dos años como tú, hijito, con la única preocupación de formar tus juguetes para ¿las tortillas?, me pregunté divertido, intentando adivinar el juego del niño.

En la pantalla apareció un tercer comercial, otro medicamento, al igual que el cuarto y el quinto aparte de la pomada inicial, los demás comerciales ofrecían alivios diversos. El bloque de anuncios terminó con uno de seguros de vida y de gastos médicos mayores, protege el futuro de tu familia cantaba el slogan, mientras en pantalla se leía en letras pequeñas: prepárate hoy contra los retos del futuro, tales como pandemia por coronavirus, gripe H1N1 o cualquier evento que amenace el bienestar de tu familia. Me llamó la atención la insistencia en la prevención que pregonaban todos los comerciales, incluido el gubernamental, como si supieran algo.

De vuelta a la escena del desastre, esta vez, con una toma aérea que intentaba proyectar la vastedad de la destrucción Un vuelo de helicóptero circundando el siniestro y, de fondo, un violonchelo lánguido, dramático. La toma se desvaneció hasta enfocar al presidente ficticio norteamericano que

comenzó a arengar un discurso ridículo sobre la grandeza de su patria y la manera fantasiosa de cómo se reconstruiría dicha nación, a sus espaldas, la imagen del icónico capitolio semidesnudo, reconocible solo por su esqueleto de metal. El discurso hizo levantar a mi esposa y entre risas vino a preguntarme que veía, al decirle el título de la película rio un poco más y después hizo una mueca, ahí falta algo, dijo. Estaba a punto de contestarle cuando la pantalla se llenó del azul, blanco y rojo de las barras y las estrellas, ¡ajá! ahí está lo que faltaba, exclamó en tono burlón, en ese momento la película terminó

En cuanto comenzaron a aparecer los créditos, la transmisión fue interrumpida por un corte informativo urgente, para alertar sobre la nueva situación de salud que estaba ocurriendo a nivel mundial. Me llamó la atención el término “situación”, sin embargo, durante todo el corte informativo de aproximadamente dos minutos, se siguió utilizando el mismo término, junto con otros como, “acontecimiento” o “fenómeno”, sin especificar en ningún momento sobre la naturaleza del mismo, solo la advertencia y el hincapié sobre una nueva amenaza. Algo pasa, pero no saben que es, o no quieren, dijo mi esposa que también estaba atenta a la información. Me encogí de hombros y me retiré a dormir

La semana siguiente, la urgencia por la nueva amenaza invadió los radios y todas las pantallas, parecía imposible escapar al bombardeo informativo. Clientes, compañeros y proveedores inundaron mis días con la misma plática, exagerada o dramatizada según la personalidad de mi interlocutor.

Mi naturaleza escéptica me ayudó a ver con total objetividad como la información se transformaba de maneras impresionantes, tanto para aumentar o reducir la gravedad del asunto, como para volverla fantástica hasta un punto ridículo Lo más divertido para mí, era esa especie de competencia que se había establecido en las redes sociales por presentar la teoría conspirativa más descabellada, pululaban a una velocidad vertiginosa y la palabra Apocalipsis surgió sin mesura.

Para mitad de semana, los gobiernos y organizaciones internacionales, que para mí constituían los medios oficiales de información, comenzaron, por fin, a dar datos concretos sobre el fenómeno, aún sin especificar el tipo de problema, ni nombrarlo de alguna manera, aunque se generalizó el uso del término “trastorno” y se reveló que transformaba a las personas en seres horrorosos, temibles, a los que había que evitar a toda costa. Este trastorno afectaba especialmente a niños, aunque también se podría presentar en adolescentes y jóvenes adultos.

Por aquellos días quería volver a casa temprano para evitar la repetida plática con cualquier persona que me encontrara, el asunto me tenía fastidiado Llegar a casa para conocer las nuevas “gracias” del niño me daba una tranquilidad isleña que me alejaba del caos histérico que se vivía en todas partes. ¡mira!, no ha parado de armarlos todo el día, es rapidísimo, mi mujer señalaba cuatro rompecabezas ya armados sobre el suelo de la estancia. Parece que mis viejos pasatiempos pasaron a mejores manos Mi mujer me contaba con alegría cada nuevo juego del pequeño como si se trataran de grandes proezas logradas.

Y bueno, para nosotros lo eran Jugar a ser aves y volar dentro de la casa, girar como discos todo el día tomados de la mano o utilizar cualquier prenda de ropa como si fuera un látigo que azota el aire mientras se imagina que son leones o alguna otra criatura digna de sus azotes. Todo aquello que hacían mientras yo laboraba y me causaba una rabia y unos celos por habérmelo perdido.

Ya para el fin de semana, motivado por el “no vaya a ser” recurrente de mi mujer y apoyado con el “más vale”, me dirigí a la farmacia en busca de cubrebocas, los cuales no me fue sencillo conseguir puesto que ya estaban agotados. En el segundo o tercer establecimiento al que acudí, no recuerdo muy bien, me encontré con mi amigo Armando en el estacionamiento, me sentí feliz de hablar con él de otros temas que no fueran la plática de los últimos días

Al igual que yo, Armando andaba sin creérselo mucho Charlamos y fumamos por algunos minutos, él me contó que recién había llegado de viaje y que había comprado, en aquella otra ciudad, unas salchichas para armarse unos hotdogs con su familia y me ofreció algunas, cosa que me pareció de lo más extraño, puesto que no traía el paquete con él y también por ser primerizo en el tema del ofrecimiento de salchichas No supe que decir o que hacer, aparte de negarme con amabilidad y analizar a mi amigo mientras hablamos de una afición que compartíamos y que era lo que generaba nuestra amistad. Decidí que no había nada malo en su ofrecimiento más allá de pura camaradería y me encendí un nuevo cigarro para continuar la charla, la cual tuve que cortar abruptamente al ver a un señor salir del local con su nariz y boca cubiertas por la típica telilla azul y eso me hizo recordar que en mi casa me esperaban con el encargo Al despedirnos, Armando insistió con el ofrecimiento de las salchichas, múltiples interrogantes se me agolparon en la cabeza, pero no había tiempo de investigar el misterioso ofrecimiento.

En aquella farmacia tampoco pude cumplir mi misión y me dirigí de inmediato al auto, encendí el motor justamente al momento en que la radio escupía un corte informativo con las actualizaciones sobre el fenómeno, subí el volumen y arranqué hacia otra botica.

Un psiquiatra experto daba al público el nombre científico del trastorno (un término nada pegadizo) y explicaba algunos de los síntomas que convertía a las personas en seres horripilantes, “indignos de llamarles humanos”, me parece que fue la expresión que utilizó junto con otro par de adjetivos lamentables Después de dichos adjetivos, sentenció que los síntomas eran tan aterradores como imposibles de describir y a continuación, los enumeró en una serie de comportamientos de los cuales solo se me grabaron algunos como: estas criaturas horrendas gustan de hacer giros constantes, puede que se paralicen por completo, excepto por un aterrador y constante bamboleo de sus desgraciados cuerpos; suelen ser calculadores como sus planes, por eso son magníficos organizadores, odian el lenguaje figurado y utilizan, de manera insistente, un tipo de hipnosis que consiste en hablar en forma repetitiva sobre un mismo tema. Esa información me puso alerta sobre mi amigo Armando y su insistencia con las salchichas, un comporta miento no habitual en él Dejé de prestar atención al resto de síntomas como el temible aleteo o el balbuceo inmundo que utilizaban para atontar los sentidos de sus víctimas con el fin de contagiarlos.

Un sudor nervioso comenzó a brotarme y por más que intenté pensar con claridad, mi mente optó por imaginar escenarios poco menos que catastróficos, ¿qué tal si me contagió?, ¿contagiaré también a mi mujer e hijo? ¿qué chingados hago, que solución existe? entré en el nuevo establecimiento con la camiseta interior estirada para que me cubriera nariz y boca.

Dentro de la farmacia pensé que me vería ridículamente exagerado gracias a mi defensa improvisada, pero descubrí al ver al resto de compradores, que en realidad era una actitud colectiva, ridícula y exagerada, sí, pero normal dentro de aquel lugar donde todos andábamos con algún tipo de improvisación que nos brindaba cierta seguridad: desde solo las manos tapando boca y nariz, hasta la copa esponjosa de un sostén cubriendo medio rostro de un viejo picarón. La gente recorría los pasillos con visible nerviosismo, intentando permanecer el menor tiempo posible dentro del establecimiento y cuidando la distancia con otras personas. Me contagiaron ese nerviosismo, pronto comencé a sentirme tenso y el corazón a palpitar con mayor frecuencia. Después de recibir mi caja de cubrebocas (solo vendían por cajas), me dirigí al pasillo de ofertas y me hice del chingado ungüento multiusos, junto con un antigripal, dos antimicóticos, un paquete de toallas alcoholizadas y otros fármacos más. Cargué con toda la batería de comerciales que se repetían en los medios desde que la crisis comenzó.

Al llegar a casa, mi mujer asintió de satisfa- cción un par de veces al ver el

contenido de la bolsa, luego comenzó a reír mientras sacaba frasco tras frasco tras frasco hasta terminar en una carcajada abierta: claro, no vaya a ser que nos contagies con tus gases nocturnos, se burló, al tiempo que sostenía en el aire un frasco de pastillas anti flatulencias. Carajo, ¿para que compré eso?

El video del psiquiatra se viralizó y creó un gran revuelo en la red, la palabra apocalipsis tomó fuerza, pero esta vez seguida de la palabra zombi. El apocalipsis zombi fue tomado con gracia por algunos, con burlas por otros y con toda seriedad por aquellas mentes de fácil convencimiento

Por fortuna, los medios oficiales no avalaron tal ridiculez, sino que se centraron en mencionar que, si acaso estuviéramos viviendo un apocalipsis, este no sería a causa de una horda de muertos vivientes, sino de mutantes, ya que los afectados por el nuevo trastorno eran tan distintos entre sí, como lo era la gente común Declaraciones que explotaron las redes más que nunca, sobre todo por parte de personas pro-Hollywood y adeptos a losm comics. La juventud del mundo abrazó esta idea del apocalipsis mutante como si fuera lo único que les daba sentido a sus vidas, por fin tenían algo inédito que presumirles a generaciones pasadas.

En el transcurso de la segunda semana se desató la histeria colectiva a niveles dantescos, según los noticieros que mostraban imágenes caóticas en supermercados estadounidenses donde se podía ver escenas de batallas campales entre los pasillos de higiénicos y comida chatarra, videograbados por algún testigo desde la seguridad del área de verduras y comida orgánica.

En las nuevas actualizaciones se descartaban todas las formas de transmisión que hasta el momento habían reinado, de hecho, se descartaba por completo que el trastorno fuera contagioso Los nuevos casos simplemente estaban surgiendo de manera espontánea, es decir, que ya no se podían circunscribir a una geografía específica y nadie podía explicar tal fenómeno, excepto Genesis, una joven genetista que atacó el problema desde un ángulo insospechado

Me dirigía al trabajo mientras en la radio escuchaba a la mencionada científica, la cual explicaba que el nuevo trastorno no era tal cosa, información que me intrigó y me obligó a permanecer con el motor y la radio encendida, a pesar de ya haberme estacionado frente a la oficina

La joven Genesis, no mencionaban su apellido, aseguraba que el trastorno de marras no era más que un nuevo salto evolutivo en la humanidad y ponía como ejemplo al hombre neandertal y al cromañón cohabitando la tierra en algún punto de la prehistoria Y de tal modo, en estos tiempos ocurría algo igual A pregunta exprés del entrevistador, la joven científica no tuvo empacho en responder que, ante tal alegoría, el hombre común actual sería el equivalente al hombre neandertal, el cual perdió la batalla de la selección natural ante un cromañón mas inteligente y adaptable al medio ambiente

Esa nueva información hizo reaccionar a gobiernos y círculos de poder que de inmediato intentaron deshacer toda evidencia de dicha entrevista y de cualquier resultado positivo en las pruebas realizadas por la genetista. Por otro lado, las redes sociales que se habían mantenido incendiadas en las últimas semanas, recibieron la noticia como balde de agua helada y se apresuraron a rechazar la idea. No permitirían que una científica desconocida viniera a arruinarles la fiesta del tan ansiado apocalipsis.

Por mi parte, quise creerle a la joven científica y a su novedosa teoría, no sé si por que realmente me parecía coherente y posible, o porque en el fondo comenzaba aceptar lo que mi esposa y yo habíamos estado evitando mencionar.

Decidí volarme el día en el trabajo para regresar y hablar con mi mujer sobre el tema. Al llegar, ella apagó el noticiario en el televisor y me preguntó con un sonrisa y emoción en sus ojos: ¿La escuchaste?, ¿a la genetista? obviamente ella acababa de escucharla también. Sí, la escuché y eso fue suficiente para que se me echara al cuello. El niño no está enfermo, me dijo en tono aliviado, lo sé, contesté.

A los pocos días, escuchamos consternados la noticia de la muerte de la joven genetista. Había muerto quemada dentro de su laboratorio de manera misteriosa, todas sus pruebas habían terminado en cenizas Paulatinamente, las noticias sobre trastornos, mutantes o zombis desapareció de todos los medios formales e informales y el apocalipsis “joligudesco” pronto reapareció, ante la irrupción mundial de la siniestra inteligencia artificial.

Dos años después, mientras recogía a mi hijo del kínder, me topé a mi amigo Armando quien acababa de regresar de un viaje. Esa vez no me ofreció salchichas, pero me trajo a la memoria todo lo ocurrido durante el apocalipsis disco, como mi esposa y yo decidimos llamarle.

Narrativa

Jovita

La mañana amaneció espléndidamente hermosa, los pajarillos cantaban con sus dulces trinos y tímidas mariposas multicolores revoloteaban en el campo, Jovita, la heroína de esta historia, una hermosa ovejita morena de grandes ojos de color miel, se levantó de su cama, estiró sus patas delanteras y bostezó, en eso se oyó una voz:

¡Jovita, hija, ya es hora de ir a la escuela!

¡Aumm, voy mamá!

¡Hija, buenos días!

¡Buenos días mamá, buenos días papá!

¡Vamos a desayunar para que tu papá te deje en la escuela antes de irse a trabajar!

Desayunaron juntos y Jovita y su papá se dirigieron a la escuela, ella iba muy contenta, pues era su primer día de clases y se moría de ganas de saber quienes serían sus compañeros de clases.

Al llegar a la escuela muchas ovejitas y ovejitos se arremolinaban en la puerta para entrar, por fín ya todos acomodados en sus pupitres vieron llegar a la maestra.

¡Buenos días, niños, mi nombre es Matilde y seré su maestra durante éste año, pongan mucha atención y si algo no entienden, pregúntenme, quiero que todos hagamos un equipo muy unido!

De pronto la maestra Maty se fijó que Jovita seguía de pie y entonces preguntó:

¿Porqué no tomas asiento?

¡Vamos, siéntate y comencemos la clase!

Entonces todas las ovejitas se levantaron y a una sola voz, dijeron:

¡No queremos como compañera a una ovejita de color porque todas somos blancas y ella no!

¡Yo no quiero estar junto a ella!

¡Yo tampoco!

¡Y yo, menos! dijo, Benita, la ovejita blanca y de ojos azules.

¡A ver, a ver niños, tranquilos, sienténse, les voy a decir algo!

Todos tomaron asiento y escucharon a la maestra Maty.

¡Jovita, al igual que todos nosotros, tiene las mismas garantías y derechos que nos otorga la Constitución, el respeto, el derecho a la vida, a la igualdad de género, a la libertad de culto, etc!

¿Entonces, todos somos iguales? preguntó Benita.

¡Si, todos somos iguales! dijo la maestra Maty.

¡Bravo! celebraron todos.

¡México es un país igualitario y democrático, donde todos somos iguales y con los mismos derechos! dijo la maestra Maty. Desde ése día, Benita es la mejor amiga de Jovita y es muy común verlas jugando a la hora del recreo y por las tardes recorren juntas la pradera de suave pasto verde, lleno de flores, donde las mariposas vuelan alegremente de flor en flor

El reloj del abismo eterno

En un reino donde el tiempo se desmoronaba y la realidad se diluía, una criatura ancestral un arconte de la penumbra, un ser nacido de la misma esencia del vacío acechaba entre las sombras y la niebla eterna Su forma, tejida de oscuridad primordial y ecos de universos olvidados, se alzaba como un monolito de pesadilla, una aberración de la naturaleza que desafiaba las leyes del cosmos. Sus ojos, dos lunas heladas que reflejaban la desolación del abismo, la soledad de la eternidad, buscaban con desesperación a su amada perdida: Hanna. Hanna, una niña atrapada en la inocencia la pureza de un lirio en un pantano de corrupción lo encontró en sus sueños más profundos, en los laberintos de su subconsciente donde la razón se desvanecía, donde los límites entre la realidad y la fantasía se difuminaban. No sintió miedo, solo una curiosidad fatal, una atracción hacia el abismo que la llamaba con susurros ancestrales, con promesas de un amor que trascendía la existencia misma. La bestia, con una voz que resonaba como el eco de mundos olvidados y el lamento de estrellas muertas un susurro que helaba la sangre y quemaba el alma le narró historias de universos paralelos, de tiempos que se retorcían y sangraban sobre sí mismos, de amores prohibidos y destinos entrelazados por la fatalidad, por la voluntad de dioses oscuros. Le entregó un

reloj de oro antiguo, un artefacto maldito, un presagio de su perdición, un símbolo de su esclavitud eterna, prometiéndole que, mientras el reloj latiera, sus destinos estarían entrelazados en ese limbo donde el tiempo era un dios muerto, un lugar de eternidad y desesperación, donde el amor se convertía en obsesión y la pasión en locura

Cada noche, Hanna ansiaba el sueño, el encuentro con su protector oscuro, su amante espectral, su carcelero eterno. En su mundo no había monstruos, solo un guardián silencioso, una sombra que la protegía de los horrores de la realidad, de la crueldad del mundo exterior Pero, a medida que crecía, la cordura comenzó a desmoronarse, la línea entre el sueño y la vigilia se difuminó, y los susurros de la bestia se volvieron más insistentes, más posesivos, más demandantes

Sus padres, cegados por la razón, por la estrechez de su comprensión, la convencieron de que eran solo quimeras infantiles, cuentos de horror que debían ser enterrados en el olvido. Pero la semilla de la oscuridad ya había sido plantada en su alma, arraigándose como una hiedra venenosa

Los sueños se convirtieron en cicatrices en su alma, recordatorios constantes de un amor prohibido y un destino inevitable, de una deuda que debía ser pagada con su propia existencia. El reloj y la bestia se desvanecieron de su memoria consciente, pero no

de su subconsciente, donde acechaban como sombras hambrientas, esperando el momento de reclamar lo que les pertenecía. Una noche, mientras la tormenta aullaba como un presagio, mientras los truenos resonaban como el lamento de dioses caídos, él regresó. Su voz, cargada de una pasión milenaria y una desesperación que helaba la sangre, resonó en su mente, en cada fibra de su ser.

No me olvides rogó, con una súplica que quebraba el alma, con la desesperación de un dios que ha perdido su reino

Hanna sintió su corazón palpitar con un terror ancestral, un miedo que se arraigaba en lo más profundo de su ser, un miedo que la consumía desde adentro ¿Era real? ¿O solo una alucinación, un eco de su locura latente, una manifestación de sus deseos más oscuros, de los anhelos prohibidos que yacían en su alma? Pero, al despertar, el reloj yacía sobre su almohada, marcando una hora imposible, un instante suspendido en el abismo del tiempo, un recordatorio de que su destino estaba sellado, de que su alma pertenecía a la oscuridad.

Desde esa noche, la realidad se fragmentó; se convirtió en un laberinto de pesadillas y alucinaciones, un laberinto sin salida. El tiempo se volvió un río desbordado, impredecible y peligroso, arrastrándola hacia un destino que no podía evitar, hacia un abismo de oscuridad y desesperación. A veces despertaba con la sensación de ser observada por ojos invisibles, acechada por una presencia que se deslizaba entre las sombras, un depredador que la reclamaba como suya, un amante celoso que no toleraba rivales. Otras veces, el tic-tac del reloj resonaba en

sus sueños, un latido metálico que la llamaba desde la oscuridad, un canto fúnebre que anunciaba su perdición, un recordatorio de la hora de su muerte.

Intentó aferrarse a la normalidad, buscó refugio en el amor de un hombre, pero la bestia la reclamaba en sus sueños, la atraía con promesas de un amor eterno en la oscuridad, de un amor que trascendía la vida y la muerte. Cada noche, el reloj avanzab inexorablemente, acercándola a su destino final, a la que se convertitía en una con la sombra, en que su alma se fusionaría con la oscuridad eterna. Y entonces, en la hora más oscura, cuando su amante dormía ajeno a la pesadilla, el monstruo se materializó en su habitación: un espectro de oscuridad y deseo, una manifestación de sus miedos más profundos

Ven conmigo ordenó, con una voz que no admitía réplica, una orden que resonaba en lo más profundo de su alma, que despertaba los deseos prohibidos que yacían en su interior.

Hanna tomó el reloj, su corazón latiendo al ritmo de una sentencia de muerte, un tambor que marcaba el compás de su perdición, el ritmo de su descenso a la locura. Sabía, en lo más profundo de su ser, que nunca había pertenecido a la luz, que su destino yacía en la oscuridad, en los brazos de aquel amor cruel y eterno, en los brazos de la criatura que la reclamaba como suya. La sombra se abalanzó sobre ella, la envolvió en un abrazo posesivo, un acto de amor y destrucción, un ritual de sacrificio. La habitación se retorció y se convirtió en el abismo de su infancia, un lugar de pesadilla y perdición, donde la rea-

lidad se desvanecía y la oscuridad reinaba suprema, donde los sueños se convertían en pesadillas y el amor en obsesión.

Hanna intentó gritar, pero el aire se había vuelto denso, opresivo, como si la oscuridad misma la estrangulara, como si la privara de su propia voz. Su piel comenzó a arder, como si manos invisibles la desgarraran, la despojaran de su humanidad, la convirtieran en un eco de la sombra, en una marioneta de la oscuridad. La sombra la envolvió, la fundió en un abrazo desesperado, un acto de posesión macabro, un ritual de amor y sacrificio, una danza de muerte y renacimiento. Sus huesos crujieron, su carne se desgarró en un sacrificio grotesco, un holocausto de carne y alma, un tributo a la oscuridad. Sus ojos se desorbitaron, su boca se abrió en un grito silencioso mientras su lengua se retorcía y se ennegrecía, símbolo de su corrupción final, de su transformación en un ser de la noche. La sombra la consumía, la bebía, la hacía suya en una unión perversa e irreversible, un matrimonio entre la luz y la oscuridad, una unión sellada con sangre y lágrimas.

El dolor fue una sinfonía de agonía, un réquiem para su alma, un canto fúnebre que resonaba en los abismos de su ser, un lamento que se perdía en la eternidad. Sintió cómo sus costillas se partían, cómo su carne se desgarraba, cómo su ser se desvanecía en la nada, absorbida por la oscuridad, despojada de su individualidad. La sombra la reclamaba, la absorbía, la hacía suya en un acto de amor cruel y posesivo, una danza macabra de amor y destrucción, un ritual de posesión eterna. Cuando el sol emergió, tímido y temeroso, su cama estaba vacía: un lecho de muerte

donde la luz se negaba a entrar, donde la oscuridad reinaba suprema. Solo el reloj permanecía, detenido, marcando la hora exacta en que Hanna dejó de existir, la hora en que se convirtió en un eco de la sombra, en una prisionera de la oscuridad.

Y en el corazón de la oscuridad, la bestia la acunaba en sus brazos, susurrándole cuentos de amor eterno, historias de un amor que trascendía la vida y la muerte, mientras su alma se fusionaba con la eternidad, atrapada para siempre en un abrazo de pesadilla: un símbolo de un amor que destruye y consume, un amor que la aprisionó para siempre.

El local del segundo piso

Fragmento de novela

1. Lo que sucede cuando le agradas a una bola de pelos

Matamoros está ubicada en la punta noreste de Tamaulipas, que a su vez está en la punta noreste de México. Es el único lugar del país que colinda tanto con Estados Unidos como con el Golfo. Su nombre oficial es Heroica Matamoros, pues durante la guerra contra Estados Unidos el ejército invasor trató de llegar al país a través de ese rumbo, pero los soldados mexicanos defendieron la frontera con éxito, logro por el cual le otorgaron a la ciudad el “Heroica” de su nombre. Los locales comparten el chiste de que lo más interesante para hacer en Matamoros es ir a Brownsville, Texas.

Como cualquier ciudad que se respete, Matamoros tiene historias de fantasmas Se dice que hay apariciones en los museos, en algunas escuelas, y hasta en las casas de los suburbios. A pesar de ello, Bino no creía en los fantasmas esto es, hasta que uno le poseyó.

Eran cerca de las cuatro de la tarde de un fin de semana en abril cuando se encontró subiendo las escaleras exteriores hacia aquel local. El calor ya podía sentirse llegar con facilidad a los 30°C, que todavía era un paseo aguantable por el centro de la ciudad a comparación de los 40°C que se llegaban a sentir en la canícula. Las escaleras daban a un pasillo donde la puerta del local se encontraba hasta el final, abierta y mirando hacia la calle, y sólo cubierta por una tela verde oscuro. Tropezó en el último escalón y dejó

salir un suspiro, apretando los puños para no lanzar una grosería al aire.

En cuanto atravesó el umbral, desapareció el calor No tenían aire acondicionado o ventilador a la vista, así que se preguntó de dónde provenía dicha frescura. La recepción era de tres por tres, con sillas en la pared más cercana a la puerta, una flor que parecía falsa en un aparador de cristal y un mostrador de madera que impedía el paso hacia la siguiente habitación, cuya entrada no poseía puerta, sólo una tela idéntica a la de la principal.

Sobre el mostrador había una campanilla de servicio. Bino la tocó varias veces, pero no hubo respuesta

¡Buenas tardes! –llamó.

¡Ya van! –Una voz femenina respondió. Cuando tardó más de diez segundos en aparecer nadie, Bino decidió sentarse y esperar. Apenas tocó la silla, ésta se rompió, y Bino cayó al suelo.

Hijo de la –Empezó, pero fue interrumpido por el movimiento de la cortina al aparecer una mujer tras el mostrador.

¿Se encuentra bien, señor? –La mujer, cuya voz era la misma que había respondido antes, rodeó el mostrador para ayudarle a ponerse de pie.

Sí, gracias… –Un gruñido causado por el dolor del golpe se le escapó –Pero no soy un “señor”.

Oh. ¿“Señora”? –preguntó la mujer al observar su cabello rosa

Tampoco.

Entonces “cliente” –sentenció con una sonrisa.

No O sea, no; no estoy aquí para comprar nada…

Pero sin duda requiere nuestros servicios –continuó la mujer, mientras se acercaba a revisar la silla rota. –Parece que un par de los tornillos de esta silla se aflojaron Por eso se cayó cuando se sentó. Las demás… –Se colo có de pies y manos en el piso para revisarlas por debajo. –Están en perfecto estado, sí Qué mala suerte que se sentara justo en la única que estaba rota, ¿no?

Bino resopló.

¿Llamas a eso “mala suerte”? Tendrías que ver el mes que he tenido para saber lo que de verdad es mala suerte.

¿Como por ejemplo?

Levantó sus dedos y los fue bajando mientras contaba.

Mi pareja rompió conmigo, me despidieron en mi trabajo, el gas de mi departamento explotó y ya no tengo casa, mi ropa se tiñó en la lavandería, ya perdí la cuenta de cuántas veces casi me atropellan, me he tropezado y caído tantas veces que ya parece que alguien la trae contra mí…En fin, nada más no me han robado porque ya no tengo qué me roben.

Esa sin duda es una mala racha –comentó la mujer, asintiendo con los brazos cruzados.

Dímelo a mí.

Como esperaba, necesita nuestros servicios.

Bino se rascó la cabeza.

La verdad es que no sé de qué me está hablando…

Su mala suerte no es coincidencia –sonrió ella. –Y que viniera aquí tampoco lo es Las únicas personas que pueden ver o entrar en este local son aquellas que lo nece-

cesitan. Con nuestros servicios, podemos ayudarle a que recupere su suerte natural.

Bino no entendió la mayoría de lo que ella acababa de decir. Sin embargo, un presentimiento le impidió irse

¿Puedes ayudarme a recuperar mi suerte? ¿Cómo?

No es nada complicado.

Sólo necesitamos quitarle al pequeñín que trae sobre su cabeza.

Ella habló con sencillez, como si dijera la cosa más obvia del mundo Bino, por su parte, no podía creer que acabara de decir eso.

¿“Quitármelo”?

¿Sí? Quitárselo.

Aguantó la respiración Apuntó encima suyo.

Entonces… ¿Puedes ver al fantasma?

El fantasmita aleteó sus alas al ver que Bino hablaba de él. La izquierda tenía sobre sus plumas blancas un curita azul viejo, pero por más que se movía no se despegaba Bino se encogió, sintiendo como si trajera un pájaro sobre sí mismo. Por lo menos no defecaba.

¡Oh! ¿También puedes verlo? Eso hace las cosas más fáciles –dijo la mujer–. Normalmente tengo que prestarles

los anteojos especiales para que los vean.

No, no puedo. Bueno, no antes de éste

¡Está bien, descuida! Si ya comenzaste, pronto verás más.

Sí No gracias –Bino sonreía como sonríe quien está a punto de perder la cabeza.

¿Dices que puedes quitármelo?

Seguro que sí Ven, pasa Continuemos adentro.

Rodeó el mostrador y la siguió hacia el otro lado de la puerta Aquella habitación, apenas más grande que la recepción, tenía dos sillones pequeños a un lado, una mesa en el centro con bancos por sillas y dos armarios de madera grandes en el otro. Las paredes eran verde olivo y colgaban de ellas pinturas de todos tamaños, además de que había algunas macetas grandes con flores en las esquinas. Olía a verde y a pintura, así como ligeramente a incienso.

El fantasma dejó la cabeza de Bino por un momento para permitirle atravesar la puerta, y luego se posó de nuevo sobre ésta en cuanto tomó asiento en uno de los sillones. Bino apenas se movió, acostumbra de a tal rutina que se venía repitiendo

desde que la criatura había aparecido.

¿Recibes muchos clientes? –preguntó, observando que el lugar realmente no parecía una tienda.

La mayoría son antiguos –respondió–, no solemos tener mucha clientela nueva, como tú.

Abrió uno de los armarios y rebuscó en los diferentes compartimientos mientras su conversación con Bino continuaba.

¿Alguien más trabaja aquí? –inquirió tras el repetido uso del “nosotros” desde que había llegado.

Sí, somos dos, pero ahora mismo el otro no está. Yo me llamo Eiza y soy quien se encarga del negocio en mayor parte. El otro es familiar mío. Llevamos el negocio juntos

Ah, ya veo ¿Qué negocio, exactamente?

Eiza se volteó hacia elle. Traía entre manos una caja de latón que colocó en la mesa, y movió su mano para señalarle que se acercara.

En este local nos especializamos en el cuidado, registro, recuperación y protección de hadas.

¿Hadas?

Como la que traes en-

cima. Lamento decepcionarte, pero no es un fantasma.

El cerebro de Bino tomó un par de segundos en comprender aquellas palabras, pero una vez lo hizo, tomó con ambas manos al ser sobre su cabeza y lo puso en frente suyo para mirarlo

En efecto, no tenía el aspecto un fantasma normal… si eso existía, y de ser así, Bino no creía saber qué aspecto era ese, así que sólo había asumido que era uno ya que nadie más podía verlo. Pero los fantasmas suelen ser tétricos, y aquel ser era todo menos eso: completamente blanco, con un cuerpo redondo y peludito que apenas dejaba ver dos puntos negros como ojos Sus dos alas blancas y cuatro plumas grandes como cola de pájaro le daban un aspecto etéreo, y sobre su cabeza crecía un pequeño brote verde con dos hojas.

“Hada” en definitiva le quedaba más que “fantasma” Un hada. –Bino lanzó una mirada escéptica a Eiza, quien ladeó la cabeza sin entender por qué. –Bueno, yo pensé que era un fantasma, así que…supongo. Entonces, ¿quitármela de encima me regresará mi suerte? ¿Cómo?

Este tipo de hadas se llaman “elerias” –explicó Eiza. –Su apariencia adorable viene de que consumen varios tipos de energía positiva. A veces se pegan a humanos para comerse su buena suerte, causando mala suerte en su lugar. Aunque suelen irse al cabo de unos días, algunas se quedan cerca de una persona en particular por mucho tiempo cuando el sabor de su buena suerte les gusta. ¿Dijiste que llevas un mes en mala racha? Eso es bastante, sin duda. Bino parpadeó, inmóvil. Había creído que ser poseíde era otro efecto de su mala suerte, pero ¿estaba siendo causado por aquella bola de pelos? La soltó, y ésta voló de nuevo hacia su cabeza.

Entonces, todo lo que me ha pasado desde hace un mes ¿ha sido su culpa? Mi casa, mi relación, mi trabajo… No necesariamente Los humanos siempre tienen energía positiva y negativa, buena y mala suerte, en ellos. Es posible que sólo haya ayudado a dar el golpe de gracia a algo que ya llevaba tiempo en decadencia; es sólo cuando se juntan muchas que llegan a causar mala suerte de golpe Tú solo tienes una, y aún si la hubieses tenido toda

la vida pegada, no es suficiente para causar todo eso.

Bino sonrió amargamente. “Dar el golpe de gracia a algo que ya llevaba tiempo en decadencia” sonaba a la historia de su vida, en especial en cuanto a sus relaciones No es que fueran terribles, no; pero desde su primera novia nunca había durado con alguien más de dos años. Decidió alejar esos pensamientos deprimentes, y se concentró en el asunto frente a sí.

Entonces, ¿cómo me la quitas?

¡Descuida! Es bastante simple –Eiza respondió. Acto seguido, abrió la caja de latón. Dentro de ésta había galletas de mantequilla de diferentes tamaños y formas, algunas incluso cubiertas de azúcar, que Bino casi podía jurar brillaba Eiza tomó una y la acercó al hada que, tras olfatearla, dejó su lugar y fue directo hacia el bocadillo. Eiza lo dejó sobre la mesa y la hadita empezó a comerlo, Bino no sabía cómo. –¡Listo! Ya terminamos.

Bino la observó, y después al hada, confundido.

¿Y-Ya? ¡¿Ya?!

Sí, en serio, ya. Para que un niño deje de lado un bocadillo que le gusta, sólo

hace falta darle algo más sabroso. –Eiza acarició el pelaje blanco y suavecito del hada Después, extendió la mano hacia Bino –El paso serán 500 pesos

Bino rio. Eiza no.

Bromeas –le dijo Bino.

No, para nada

¿Quinientos? Lo único que hiciste fue darle un bocadillo, yo podría haber hecho eso

Pero no lo hiciste, lo hice yo. Y esta tienda no se mantiene sola; pocos clientes significan precios altos. Así que, serán $500.

La radiante sonrisa de Eiza casi le hizo querer encogerse de hombros, suspirar y darle el dinero, porque ¿cómo decirle que no a una sonrisa como esa?

No.

Casi

¿No tienes dinero? –Eiza ladeó la cabeza– Dijiste que ya no tenías trabajo, así que si no tienes puedes…

No tengo, y aun si lo tuviera, no voy a pagar eso –Bino se cruzó de brazos

Pero si no pagas, será considerado un robo

Cariño, lo que quieres cobrarme es el verdadero robo aquí.

Entonces, como dije, si no puede darme dinero puede pagar con otra cosa.

¿En serio? ¿Cómo qué?

Eiza lo pensó un momento. Regresó a abrir uno de los armarios y sacó de ahí papel y lápiz.

Si pudieras, dibuja tu mano aquí y bajo ella las palabras “MALA SUERTE”, todo en mayúsculas.

Con aún algo de escepticismo en los ojos, Bino siguió las instrucciones Colocó su mano derecha sobre el papel y trazó el contorno con el lápiz, escribió la frase bajo ésta y se lo entregó.

Eiza lo tomó y sonrió, satisfecha.

¿En serio esto es suficiente? –Bino comenzó a sentir lástima y a pensar que tal vez sí debería darle el dinero

¡Pero claro! Un talismán de mala suerte hecho por una persona afectada de mala suerte no es tan común como piensas. –Enrolló el papel. –¡Gracias por utilizar nuestros servicios! No dude en regresar si vuelve a tener una situación con algún hada Y si conoce a alguien, hada o humano, que tenga algún problema, ¡no dude en mandarlo a esta tienda! Nuestro lema es: “Ayudar a todos, para que todos ayuden”. ¡Nos vemos!

Le entregó una tarjeta que contenía por un lado la palabra LOCAL en letras grandes, y al reverso un número Bino lo tomó, agradeció la ayuda torpemente y salió de la tienda escaleras abajo.

Para cuando se dio cuenta, estaba parade en la entrada de su habitación de hotel en donde se hospedaba por el momento No estaba segure de cómo había regresado, el camino de vuelta

le parecía borroso y confuso, casi tanto como el de ida hacia aquella tienda. Miró a un lado y a otro, como asegurándose de que realmente estaba ahí, y entró a su habitación Rápidamente entró al baño y se lavó la cara, y ahora, más despierte, observó el lugar con la sensación de que no lo había visto en mucho tiempo. ¿O quizás apenas habían pasado diez minutos?

El cansancio en su cuerpo por la caminata y la ausencia de aquel ser; del hada, parecían afirmar que no había sido un sueño Decidió que estaba demasiado cansade para empezar a cuestionar el asunto, así que lo dejó de lado, se dio una ducha, cenó en una fonda cercana y después regresó a dormir. Si todo había sido un sueño, de seguro se sentiría más despierte mañana, tras una buena noche de descanso Y, si había sido real, entonces podía alegrarse de haberse desecho de aquel parásito y despertaría de regreso en su vida ordinaria.

A pesar de sus deseos, lo primero que hizo al despertar fue llamar al local.

¡Eiza Amaro al habla! –le saludó la voz animada de Eiza. –¿Quién habla y cómo podemos ayudarle?

Hola, buenos días. Soy Bino…eh, ¿la persona que fue ayer por lo del hada de mala suerte?

¡Ah, la persona pelirrosa! Te recuerdo, sí ¿Qué sucede?

Bino suspiró y pasó una mano por su cara recién despierta Observó entonces por entre sus dedos a un hada peludita, de blanco puro y con un ala con una vendita azul, que le regresaba la mirada reposando en su regazo.

Regresó –dijo, y lanzó un gruñido

Ensayo

Un vuelo aventurado al (des)amor

Ayeleth Vargas Del Carmen

Cuando hablamos del amor es fácil relacionarlo con aquellas cosas que consideramos positivas, pues desde pequeños se nos enseña que este sentimiento es el que nos acompaña a lo largo de nuestra vida, ya que este cariño lo tenemos tan presente que incluso puede venir de amigos, hermanos y demás familiares o personas cercanas a nosotros; aunque poco se nos habla de las consecuencias del amor, porque claro, no es normal pensar en que algo positivo como el amor tenga consecuencias, ya que si bien es cierto que todo en la vida tiene consecuencias la realidad es que consideramos esta palabra como algo negativo en vez de verla como una palabra que denote el resultado de algo

Para entender mejor lo anterior es importante explicar que existen diferentes tipos de amor, esto visto desde de la psicología, tales como el amor hacia la familia, los amigos o la pareja, pero poco se habla de aquellas consecuencias que se desprenden de este último, pues tenemos la idea colectiva de encasillar este amor en algo positivo que surge dentro de una relación de pareja y comúnmente creemos que en este campo en específico todos en algún momento llegan a tener un amor pleno y equilibrado, como si esta moneda tirada al aire solo tuviera una cara igual por ambos lados, dejando de lado la dualidad que este sentimiento representa.

Pero ¿qué hay del otro lado de la moneda? Y cuando pregunto esto me refiero a experiencias que se viven con aquellas personas que sienten de manera intensa, y no hago énfasis en la pasión, sino al deseo de querer de forma poco sana o desequilibrada, lo cual surge cuando este sentimiento básico se mezcla con otras cosas como los celos o el narcisismo, en este contexto en la actualidad conocemos o al menos alguna vez hemos escuchado palabras como Love bombing que es cuando la persona te puede dar una explosión de amor que te engancha y te sube y te sube tan alto que se podría decir que te lleva hasta el cielo para posteriormente distanciarse y crear una dependencia emocional, lo cual responde a la idea que comúnmente se dice de que “en el amor y la guerra, todo se vale”, pero ¿hasta qué grado es realmente cierto y aplicable?

Y qué decir también de lo demás que encontramos en este lado de la moneda, en donde descubrimos un amor no correspondido o el amor inalcanzable, en la actualidad hablar de ellos es una temática que abordan diferentes canciones, películas o libros, que nos deja claro que la mayor parte del tiempo estamos idealizando a las personas, pues más de una vez se ha dicho lo que nos comparte Erich Fromm en su libro El arte de amar, que es necesa-

rio dejar de lado las ilusiones para no deformar la imagen que tenemos de la otra persona, porque después termina en consecuencias poco sanas.

Dentro de las consecuencias poco sanas podemos encontrar sentimientos que encasillamos en lo que nos gusta llamar desamor, que generalmente se dan cuando experimentamos la ausencia del ser amado y aunque hay algunas personas a las que este recuerdo lo llegan a sentir como una “música tan dulce que se escucha por las noches” y llegan a pensar “ que nostalgia es tu presencia”, también hay quienes llegan a creer que “todo huele al nombre de esa persona ” pero al mismo tiempo “todo huele a podredumbre” ya que para ellos este recuerdo involucra sentimientos que nos hacen sufrir o nos tienen en confusión porque no podemos entender cómo es que todo lo que vivimos con alguien con quien nos mostramos vulnerables poco a poco se ha convertido en algo que nos deja ver la fragilidad de los seres humanos.

Esto es así porque entendemos que por la misma persona que

en algún momento sentimos amor, ahora sentimos un caos emocional dentro de nosotros en el cual interactúan diversos sentimientos como los que encontramos dentro de estos poemas que nos permiten entender “el vicio que engendra la memoria” y vemos lo frágiles que somos al dejarnos sentir ese dolor que nos hiere por dentro debido a que experimentamos que en esos momentos “el amor es una cripta donde la soledad juega con sus silabas” pero que entre más luchamos por alejarnos más nos consumen en el interior.

Por eso es bueno asomarnos a esa realidad que nos demuestra este libro que se titula No es un Ángel del escritor Ulber Sánchez Ascencio, que mediante la figura mitológica de Ícaro nos ayuda a entender que el amor a veces se trata de algo más que solo tocar las nubes y el cielo, algunas veces se trata de haber estado en lo alto y caer al mar, como le paso a Ícaro, lo cual nos ayuda a entender que el amor no es solo estar volando, a veces también es caer y aunque da miedo y queremos huir de esto, es bueno intentar reflexionar

sobre los sentimientos que estamos viviendo, que pueden ser relacionados con la caída, el dolor, estar enfermos o la muerte, como se ve en estos poemas.

Cuando se logra esto vemos que lo más conveniente no es luchar contra la soledad, sino que es mejor darnos cuenta de que “Nada ocurre dos veces, ni siquiera la caída de Ícaro en el cuadro de Brueghel” como bien lo dice uno de los poemas ya que cada acercamiento que tenemos con el amor es diferente y nunca vuelve a ser igual Por eso, sin importar cuál ha sido nuestra experiencia con el amor nunca está de más intentar ver y reflexionar sobre aquello que nos permita entender la realidad de las cosas que ignoramos.

De ahí que el hecho de que en este libro se presente esta temática en la que se nos habla de la ausencia, el amor y las marcas que deja en nosotros demuestra lo importante que es poder hablar de esto, para evitar la muerte interna o el “ amargo corazón” que puede derrumbar nuestra felicidad y llevarnos a creer que no hay más solución que la muerte como le paso a Acuña.

Por último, me gustaría decir que el hecho de que el libro se llame No es un ángel y se utiliza la figura de Ícaro nos indica que debemos sentir de una manera plena y con entrega genuina, peor de igual forma nos recuerda que somos humanos y no debemos ponernos en peligro por sentir en exceso o sentir muy poco, se trata de sentir de tal forma que demostremos un amor libre, autentico, reciproco y disfrutable, de tal manera que no cometamos el mismo error que cometió Ícaro, y que si en algún momento nuestro amor no es correspondido o tenemos que alejarnos sepamos vivir esas emociones y no desecharlas, porque al final el poder vivirlas te ayuda a conocerlas y hace que más adelante empatices con otras personas y te abre los ojos a otra realidad que tal vez no estás dispuesto a mirar, pero de eso se trata el amor, de arriesgarte tal como lo hizo Ícaro al usar esas alas, pero siguiendo el consejo de conocer los límites de la condición humana para no pagar un alto costo.

Reglas y libertad un equilibrio necesario en la infancia

La infancia es una etapa de la vida caracterizada por la curiosidad, la imaginación y el descubrimiento Los niños y niñas están en constante crecimiento y desarrollo, y necesitan un entorno que les permita explorar, aprender y expresarse libremente.

Sin embargo, muchos adultos creen que la libertad en la infancia es incompatible con la existencia de reglas y límites. Y esto no tiene por qué ser necesariamente cierto. De hecho, la existencia de reglas y límites puede ser una condición necesaria para la creación de libertad en la infancia.

Según el psicólogo Jean Piaget, "la libertad no es la ausencia de límites, sino la capacidad de elegir y decidir dentro de esos límites" Esto significa que, en lugar de ver las reglas y los límites como obstáculos para la libertad, podemos verlos como marcos que nos permiten tomar decisiones informadas y actuar de manera responsable.

La existencia de reglas y límites puede ser beneficiosa para los niños y niñas de varias maneras:

Les proporciona una sensación de seguridad y estabilidad.

Les enseña a respetar los límites y las normas, lo que es esencial para la convivencia social y la vida en comunidad.

Les permite desarrollar habilidades importantes como la resolución de problemas, la toma de decisiones y la comunicación efectiva.

Por ejemplo, en un entorno educativo, las reglas y los límites pueden ser establecidos para garantizar la seguridad y el respeto entre los estudiantes y los docentes Aunque dentro de esos límites, los estudiantes puedan tener la libertad de elegir sus propias actividades, proyectos y temas de estudio.

En un entorno familiar, los padres pueden establecer reglas y límites para garantizar la seguridad y el bienestar de sus hijos Sin embargo, también pueden proporcionarles la libertad de tomar decisiones y elegir sus propias actividades, siempre y cuando sean seguras y apropiadas para su edad y desarrollo.

Cita el escritor John Holt, "la libertad no es algo que se pueda dar a los niños, sino algo que ellos deben tomar por sí mismos" Significa que la libertad en la infancia es algo que se puede desarrollar y fortalecer con el tiempo, a través de la experiencia, el aprendizaje y la práctica

Porque la libertad en la infancia es compatible con la existencia de reglas y límites. De hecho, la existencia de un entorno estructurado y respetuoso puede ser beneficiosa para los niños y niñas, ya que les proporciona la seguridad, la estabilidad y la orientación que necesitan para desarrollar su autonomía y tomar decisiones informadas.

¿Dónde jugarán los niños?

Tal como lo dice la canción del grupo musical Maná, ¿dónde jugarán los niños?

Si la sociedad va en decadencia, si el mundo se desintegra aceleradamente, si laviolencia se ha vuelto parte de la rutina.

¿Dónde habitarán el terreno de la fantasía las infancias actuales y futuras?

Si la tecnología enajena, atrapa como pulpo, no da salida para poder brincar sin parar, para jugar a la matatena, las pantallas predominan, los minecraft son la onda, solo brincan los ojos enganchados a través de un cuadro negro

¿Dónde posarán sus pies?

Si las calles son una pista para huir del peligro.

¿Dónde jugarán a las escondidas?

Si las grandes ciudades están invadidas de falta de humanidad.

Si el volver solos de la escuela o ir al parque es un desafío a la impunidad.

¿Cuándo?

Si la tecnología rebasa los diversos juegos, la mente, su

disposición para saltar, correr o simplemente creer en un mundo de fantasía donde la imaginación vuele entre animales dibujados de figuras singulares en el cielo aborregado.

Décadas atrás los niños danzaban en los charcos, se mojaban en la lluvia, los juegos callejeros eran el pan de cada tarde, en las noches brillaban como luciérnagas de tanta algarabía al correr detrás de ellas o simplemente al jugar a las escondidas.

Cada noche era una fiesta al buscar a los amigos en los escondrijos más oscuros sin peligro alguno, hoy no pueden salir a plena luz del día.

El largo y ancho de las calles era un campo de futbol o interminables retas de beisbol, era jugar a los hoyitos, a los quemados, al trompo, las canicas, los carritos. Eran interminables sueños y horas de juegos con albedrío de ser simplemente niños.

¿Dónde y cómo jugarán los niños?

Si ya no pueden ir solos a la escuela o a la tienda, las

banquetas y calles ya no son opción para la diversión porque sus vidas e integridad corren peligro, pero también lo es una tableta, la computadora, el celular, cada aparato electrónico es veneno puro para su alma, su mente; los aparatos son el cáncer tecnológico que poco a poco acabara con las futuras descendencias.

¿Dónde jugarán los niños?

Si la vida actual se limita a seguir “influencers” La ronda de Doña Blanca y el lobo pasó a ser marchas, protestas, abortos, embarazos a los 12 o 13 años, ¿por qué? Porque se confundió el significado de la palabra libertad con libertinaje, porque las niñas ya no usan vestidos de florecitas y moños en sus coletas, ahora buscan blusas cortas y carmín intenso en la boca, los zapatos de charol los cambiaron por zapatillas para ir al antro con la anuencia de sus padres o a escondidas, ahora juegan a esconderse a temprana edad en los bares, las discos o las fiestas, donde circula de todo porque es la “moda”.

Las muñecas son figuras de revistas con bolas y brillante pintura en los labios y los parpados que marcan un rostro, según, perfecto. Se olvidó el significado de cargar una muñeca de trapo o aquella que era la amiguita en las comiditas

¿A que jugarán los niños?

Si las tradiciones ya no existen, las piñatas navideñas son adornos para el que más tiene, hasta el usar el palo al partirla o llenarla de dulces se ha convertido en toda una tragedia. Los actuales chiquillos lloran por todo porque así los crearon sus mamitas al darles el celular desde bebitos para que estén tranquilitos.

En los tiempos de soltura mental, las piñatas eran una danza de pequeños salvajes que luchaban por los dulces que caían como lluvia, después se formaban en fila india para recibir su bolsita con naranjas, cacahuates y galletas, todos eran felices, no había diferencias, todos eran simplemente niños que se arrastraban en el suelo de la vida solo por la gracia de ser esos, niños.

Ahora, ¿dónde jugarán los niños?

Si las guerras predominan, si la delincuencia abunda, si las nuevas madres muchas veces siguen siendo solo niñas con falda corta y labial intenso, o simplemente mercancía en manos sucias.

La libertad de las palabras mediante la sonrisa de Yaretzy

Óscar Contreras Tovar

Hablar sobre las infancias es un tema que no es muy recurrente, retornar al espacio y tiempo donde el dolor se mezcla con la resiliencia y el amor es algo que solo quienes lo han vivido en carne propia lo saben.

Incentivar la literatura hacia esos parámetros es casi nula pero en algunas ocasiones nos encontremos con libros que nos hacen enternecer y saber que los niños que parten hacia la eternidad siempre serán amados

El pasado 11 de abril del 2025, la Cafebrería Kenaz se convirtió en un espacio íntimo y lleno de emoción para la presentación del libro “Soy Yaretzy, Mamá cuenta mi historia”, obra de Imelda Minerva Meraz Félix. El evento fue guiado por Luis Guerrero, quien dio la bienvenida al público con calidez, reconociendo el valor personal y catártico de este tipo de libros, escritos desde el dolor, pero también desde el amor y la esperanza

Luis compartió que Yaretzy es una narrativa que va más allá de relatar una pérdida: es el testimonio profundo de un proceso de sanación a través de la escritura. Desde los primeros capítulos, el libro nos acompaña en el camino de Imelda como madre, desde el embarazo cuando aún no sabía que Yaretzy ya estaba en su vientre , hasta los momentos más oscuros tras su partida Con sensibilidad, Luis resaltó que

este libro no sigue una estructura rígida de fases del duelo, sino que se entreteje con pensamientos, poemas, reflexiones y pequeñas anécdotas llenas de ternura y verdad.

En palabras de la profesora Yolanda Victorio Cota, quien también acompañó a la autora durante la presentación, Soy Yaretzy no solo es una obra sobre el desapego, sino una muestra de fortaleza espiritual, de trabajo interior y de un amor que trasciende el tiempo y el espacio. “El amor es el hilo conductor de este libro”, mencionó, enfatizando que sólo quienes han amado profundamente pueden comprender la intensidad de ese vínculo que permanece aún después de la muerte. Yaretzy que en Maya significa “siempre serás amada” no solo da nombre al libro, sino que sintetiza todo el espíritu de la obra.

La autora, Imelda, tomó la palabra con una presencia serena y llena de emoción. Con valentía, presentó a su hija: Yaretzy León Meraz, quien partió de este mundo a los 2 años, 3 meses y 19 días, y que, de no haber sido así, hoy tendría 16 años. Compartió con el público cómo fue su llegada al mundo, sus primeros meses de vida con una cardiopatía congénita y cómo, desde entonces, comenzó a escribir. Primero, para registrar las travesuras y momentos vividos con ella; después, como una forma de sostener su memoria, y finalmente, como un camino para liberar su alma.

La portada del libro, profundamente simbólica, surgió de un momento de profunda tristeza, cuando Imelda encontró entre las pertenencias de su hija sus pequeños objetos: ropita, zapatitos, su chupón. Los colocó cuidadosamente sobre un sillón y en ese instante sintió que esa era la imagen que debía representar a su hija y su esencia. Así nació la portada: una escena íntima, verdadera y conmovedora.

Durante la presentación, también narró cómo un día soñó a su madre, quien le anunció que tendría una niña, y cómo años más tarde comprendió que tanto su madre como Dios se la habían prestado por un breve, pero significativo tiempo. Entre lágrimas y sonrisas, compartió que este libro fue escrito con millones de lágrimas y con un amor inmenso. Es una obra que, más allá del dolor, deja constancia del poder de la palabra, de la memoria, y de la espiritualidad como vehículo de sanación

Tras un mes y medio en una clínica en Tijuana, al regresar a casa sin Yaretzy, su dolor era tan absoluto que ni siquiera podía hablar Y sin embargo, en medio del cielo completamente azul, apareció de pronto una formación de nubes que tomó la forma de un ángel Aquel ángel hecho de nubes, de consuelo, de lo inexplicable la acompañó en silencio de regreso a Ensenada.

En palabras de Imelda: “Me suceden cosas, me siguen sucediendo y la gente dice frases como si fueran reconfortantes, pero no lo son. Cada nuevo día es volver a empezar”. Su testimonio es un espejo para muchas madres y padres que atraviesan un dolor similar, y lo expresa con una honestidad que desarma.

Imelda también abrió un espacio para hablar del duelo de su otra hija, Itzel, quien vivió un proceso largo y silencioso de dolor. “Yo no estuve ahí al cien para ella”, confesó con humildad, y fue solo con el tiempo y el diálogo que ambas comenzaron a caminar juntas hacia la sanación El proceso de Itzel fue largo, lleno de preguntas, de culpa, de vacío. Y como familia, han aprendido a hablar de Yaretzy sin miedo, con amor, con la certeza de que “ella está con nosotros”

El libro es sencillo, directo, sin pretensiones y con la única finalidad de llegar a los padres que estan en duelo de la perdida de sus seres amados Pero precisamente por eso toca tan hondo: porque está escrito desde el corazón roto de una madre que tuvo que aprender a vivir sin su hija Y porque está lleno de fragmentos poéticos que, aunque duelen, también iluminan. Como ese poema que escribió en 2012: “Se fue mi pequeñita, de ojos grandes, pelo ondulado, piel de durazno, con un toque de violeta

Se fue y no regresará, pero mi corazón sabe que está conmigo.”

Más allá de la escritura, Imelda encontró otras formas de canalizar su duelo En la presentación mostró varios cuadros pintados por ella: uno dedicado a su madre, otro a sus hijas, y uno más donde se retrata abrazando a Yaretzi El arte, como la palabra, fue su refugio. “Dentro de la tristeza, me siento

contenta de haber realizado este libro dijo en honor a Yaretzy, en honor a mi hija, a mi familia, y a todas las personas que, en algún momento, lo necesiten”.

La profesora Yolanda cerró la velada con una reflexión final sobre el duelo: “Decirle adiós a un hijo es el mayor dolor que puede existir, y sin embargo, en este libro vemos cómo ese dolor se transforma en amor, en memoria, en arte”. Y así, en una cafetería de Ensenada, entre amigos, familiares y lectores, se rindió homenaje no solo a Yaretzy, sino a todas las personas que han aprendido a vivir con una ausencia

Yaretzy, como su nombre maya lo dice, siempre será amada.

o l u m n a s

Lecturas en

LA INFANTILIZACIÓN EN EL VOCATIVO DEL ECUADOR

La preocupación por la pragmática y el discurso en nuestros países es una indagación por los imaginarios eternizados y ayudan a evaluar cómo la lengua heredada puede cambiar, pues en ella también se ejemplifican las luchas sociales, culturales y literarias. Así, aquí me preocupa una de las formas de tratamiento social que se da entre los hablantes y refleja las relaciones de poder y los afectos, entendidos como la relación motivadora de continuar la comunicación, en concreto me centro en una pequeña discusión sobre el uso del vocativo.

Este uso en las lenguas romance es recurrente, sin embargo, difieren de una lengua a otra, pues en algunas se lo diferencia morfológicamente gracias a la terminación. Su existencia ya está en el árabe. En el caso del español, no sucede esto; mas, su diferenciación dentro del enunciado se da gracias a la entonación y a las pausas, que lo resaltan. Recuérdese que este elemento no es una parte sintáctica, por ello, no incide en la construcción de la frase. Su valor, por lo tanto, es pragmático, debido a que diferencia el tratamiento que se da entre interlocutores

Asimismo, su ubicación puede estar en tres lugares, al inicio, medio y final. En síntesis,

Los vocativos forman parte de las formas de tratamiento […]. Se pueden considerar también marcadores del discurso, porque, como dice (DINI, 1996, p 57) “el vocativo, gracias a su función marcadora y de enfoque, puede llegar a ser incluido entre los marcadores pragmáticos”. (DINI citado por Jørgense, 131)

Si nos detenemos en su empleo en algunos paístes, tenemos el que se da en el centro de Colombia (Frías, conferencia, 2023), es decir, el vocativo intercambiado con el sujeto; así escuchamos frases como: “¿El profe, quiere café?” donde se habla en tercera persona, pero con una intención de referirse en una estructura profunda a una segunda persona (Frías). Esta forma de respeto alude al “usted” y es una construcción que replica el de “su merced”, donde los esclavos y, luego, los empleados no se referían a los de mayor rango directamente y, menos, por el nombre

cción del vocaa persona tamlea en Ecuador. usada en es de cuatro o como cafeterías , donde el re” se dirige al e tratamiento: la separación de ambos interay que tener en este elemento se en un signo no solo señala persona, sino ltra rasgos iastráticos. Un lo tenemos en vocativo sierra y costa Hay una tancial en las se realiza para ción con el de su función e a este carácter y constructor de egional y nuestro país esaltar el “oye “oiga, niña / una forma e los hablantes que con su erístico es una ablar el diálogo abril 2025 delatripa |

con un desconocido, que abre el acto comunicativo:

‒¡Oiga, niña!, ¿dónde queda la doce de Octubre?

‒De aquí a cinco cuadras, no más.

Este tipo de intercambio sale de lo formal para ser parte de lo coloquial. Sin embargo, es muy usual esta construcción, aunque sea en un espacio social nuevo, donde los hablantes no tengan conexión afectiva

Este mismo vocativo también es empleado en el ámbito familiar; es una expresión coloquial que se usa como un llamado de atención. Aquí el volumen de la voz indicará la variación, pues, con otra entonación y el énfasis se pasa de lo netamente imperativo a lo irónico; en este sentido, la implicación se deduce por el cambio dado al sustantivo “niño / a”, donde se determina la intención del hablante, acompañado de las inflexiones gestuales y visuales.

Si hacemos un rastreo del empleo de “niño /a” en este vocativo, su génesis está en los años del apogeo de la Costa a principios del siglo XX, cuan-

do la clase trabajadora comenzó a tratar con signos de respeto a los pertenecientes a la clase alta. Sin embargo, si hacemos un análisis antropológico a esta palabra, hay un sesgo de infantilización, pues la clase pudiente no hacía nada y dependía de otros para su movilidad y demás menesteres.

Hoy es muy usual y reconocible en los lugares de expendio de comida, donde el tratamiento a los comensales emplea este vocativo, para denotar una diferenciación jerárquica, donde el dueño del dinero es el mejor tratado y donde también se refleja un grado de respeto y, contradictoriamente, de familiaridad.

En cuanto a la Sierra, voy a resaltar dos vocativos reconocibles: “amorcito”, “mijo” o “mijito” y “vecina /o”. Los dos primeros se usan más por los hablantes de Cuenca y Loja, desde allí ha migrado a las provincias del norte, incluyendo, la capital, donde el “mijita” se ha cimentado tanto como tratamiento familiar como social. ¿Pero cuál es la lectura de este vocativo?

Su relación está en el trato que daban los hacendados a

s e indígenas. e la herencia ita. Aquí el a la función si era seglar o A este último usando el “hijos n Cristo. Recorla Sierra priiendas bajo el oso, donde el mpesino estaban ad de este , a su vez, estaba rden del Modaba cuentas en onomía de las olger, 2011). En del súbdito adena de depenonía al soberano, ivinos, que dos para todos masculino, pues al Rey. En el estaba la mujer a mujer indígena al punto que manidad y se la como lo analiza sito en Tercera ovela e Jorge Icaza, a relación así, podemos porqué de este del cual hemos vocativo

En un análisis comunicativo, quien usa el “mijita” se ubica en un lugar de enunciación de soberano o hacendado, es decir, de poder (paters familias), mientras el interlocutor pasa a un rango subalterno, donde se lo infantiliza No es de asombrar que sea una táctica muy usada por las vendedoras, que transforman al cliente en un dependiente o imberbe, siendo que aquellos son los dueños del capital. Es un juego de inversión de los roles como en el carnaval, donde no es claro el ardid y, por lo tanto, se lo admite y propaga. Sale de esta lectura, la relación familiar, donde la madre trata a la hija /o con ese vocativo, pues en esta relación predomina lo afectivo Aquí, es lógico ese uso.

Hay que reconocer que, desde hace pocos años, se está generalizando el uso de “vecino /a”, en vez del “mijita”, en especial, en la capital Este cambio se ha perfilado después de la pandemia. Sería un tema de análisis el descubrir las causas de esta variación

En cuanto al “amorcito”, también tiene una carga afectiva que subsume una

infantilización del interlocutor, mientras que el enunciador ocupa la potestad del de mayor edad. En este caso, la relación dicotómica está enfocada en el conocimiento o saber del de mayor experiencia, así se recurre a una réplica jerárquica Es un vocativo muy coloquial de la región del centro del Ecuador, es decir, de Cuenca y sus alrededores.

En conclusión, la indagación de las formas empleadas por los hablantes en diferentes formas revela las relaciones de poder y emotivivas Sin embargo, muchas veces subsisten naturalizadas en las expresiones herencias históricas que han perdido actualidad. Eso nos exige ser más críticos con los usos de la lengua, pues las palabras persuaden y hacen que el hablante escenifique lo que dice en cada acto de habla En este caso, el tratamiento del vocativo no solo tiene una intención de apelación, sino demuestra una carga emotiva y socialmente, construye una escenografía donde se inscriben jerarquías (poder). Asombra que en el Ecuador el recurso de paternalismo y la infantilización predominen en este tipo de relaciones comunicativas

: 2011). Writing as Poaching: Interpellation and Self-Fashioning in Colonial aciones de méritos y servicios. The Medieval and Early Modern Iberian World 44. ll -9 de agosto de 2023). La estructura morfosintáctica del vocativo en el español encia]. XI Congreso internacional de docentes de Lengua y Literatura en honor al a Iván Oñate, Universidad Central del Ecuador

A. M. (2002). Formas de tratamiento: los vocativos en el lenguaje juvenil de drid, Buenos Aires y Santiago de Chile. En revista de la Universidad de Bergen. Pp. 150 cademia.edu/15207584/Formas de tratamiento Los vocativos en uvenil de Madrid Buenos Aires y Santiago de Chile (200) Tercera Persona Amorrortu

Íncipit de los éxipit

LENGUA BÍFIDA, LENGUA VIRTUD

Decir “lengua bífida” es decir peligro. Tener la lengua bifurcada es ponerle cuerpo a la traición La serpiente, que muda de piel sin perder su núcleo, lleva en la lengua partida el estigma del mal y de lo inasible. De ahí la expresión, usada como advertencia o condena: quien tiene la lengua bífida es alguien que nunca dice la verdad ¿Qué otra cosa puede ser hablar dos lenguas si no es mentir ? ¿Si no es emboscarse, ser infiel, resbalar en los contornos de las ecdisis y las identidades sospechosas? Hablar dos lenguas es tener la lengua bifurcada. Es ser alguien con la lengua bifida

Desde la infancia aprendimos que la lengua doble es una desvirtud. Nadie habla dos veces si no tiene algo que esconder. Repitir es confirmar lo deleble El monolingüismo colectivo así lo exige : que la palabra brote de una única fuente, que la verdad tenga una sola fonación. Y, sin embargo, la historia nos traiciona Porque hay sujetos para quienes esa única lengua no basta, no alcanza, no abraza. Sujetos que no pudieron integrarse a la lengua “meta”, porque la puerta estaba cerrada, o porque el precio de entrada era la

amputación del alma. Sujetos que, por causas impuestas, por geografías torcidas, por genealogías rotas, perdieron la intimidad afectiva, epistemológica y poética con su lengua madre. Que ya no duermen en ninguna lengua.

Hablar entonces se convierte en un acto errante En un desplazamiento En una búsqueda de sentido entre fragmentos de palabras, entre sílabas con pasaporte doble. En esa deriva, lo que el monolingüismo nombra como bifurcación –el desvío, la escisión– es en realidad rizoma : raíz lateral, sin centro, sin patria. La lengua bífida, lejos de ser anomalía, es síntoma de una memoria rebelde, prueba de una genealogía herida y en tránsito.

Abdelkebir Khatibi, en Maghreb pluriel, lo dijo con la precisión del visionario : El bilingüismo puede entonces dejar de ser una alienación para convertirse en una posibilidad crítica, una escritura de lo doble, un combate contra los absolutismos monolingües : la mnemofobia persiste en cada acto de hablar o de escribir. No se trata de acumular léxicos ni de sumar gramáticas Se trata de hablar desde un umbral, desde una frontera movediza en-

e escritura en una lengua bífida es un caminar de mitad de eración. La lengua materna, esta parte de la lengua bífida gir Vuelve del harem que impone el monolinguismo en lo eexofónico es traducir la memoria. Es también Toda forma de escritura es traducción de una transndidas es doble. Ejercemos la traducción innatamente en n, diferentemente del zurco habitual, que opera en los dos

onar : es resistir. Es cavar una crítica doble. Es fundar una lectivo ni en la norma heredada Una lengua bífida no No clausura : traduce. quienes nos salimos del monolingüismo ? Hablamos en s. En una lengua transliterada, inexacta, tambaleante. a fértil Escritura que no traduce ni representa, sino que cada palabra un umbral : entre el yo y su espectro, entre que la virtud de la lengua bífida : en que no pretende ser o, lo balbucea. Y en ese balbuceo, encuentra un ritmo. Un

Reflexiones sin filtro

INFANCIA TRÉMULA

Románticamente la infancia es aquella etapa resplandeciente y llena de felicidad que todo ser humano experimenta al inicio de su vida. Es el trampolín que nos impulsará a nuestra idealizada vida de adulto.

Poniendo los pies sobre la tierra, la infancia es una etapa difícil y dolorosa donde se gestan aquellos problemas que más tarde podrían desarrollarse como trastornos. Nuestra forma de ser adulta está condicionada a las vivencias en la infancia (Con la plena conciencia de que esto ocurre si no tuvimos un desarrollo psicoterapéutico que nos encaminara a tener una vida diferente y saludable emocionalmente) es decir, si no somos conscientes de esos problemas, no podremos ser resilientes porque pensaremos que todo está como DEBE estar

Por ejemplo, si en la infancia un niño ve que su padre maltrata a su madre y lo naturaliza, de grande, cuando tenga pareja pensará que lo natural es que también la tenga que maltratar

O bien, si un infante sufre abuso sexual y no es atendido con el debido proceso psicológico, de grande podrá tener aberración a las relaciones sexuales o, todo lo contrario, tendrá varias

parejas sexuales contemplando que cualquiera puede tocar su cuerpo.

Durante la infancia se forjan nuestros gustos; nuestra ideología comienza a sembrarse; nuestra personalidad se empieza a moldear; por supuesto que esto no es algo concreto ya que a lo largo de nuestra vida vamos aprendiendo en todos los contextos. Por ejemplo, quizá de niños profesemos alguna religión y de adultos cambiemos completamente esa creencia

Lo cierto es que en la infancia somos pequeñas esponjas: para lo malo y lo bueno. Somos receptivos a todo lo que se nos dice y eso causa estragos. Si un adulto critica el cuerpo de una niña llamándola “gorda” o “pelota”, habrá una gran posibilidad de que esa niña crezca acomplejada y de grande no esté a gusto con su cuerpo y desarrolle algún tipo de trastorno alimenticio.

En la infancia se pueden insertar los mayores dolores que afectarán la vida de un ser humano.

Más que “maravillosa” yo la categorizaría como una etapa “delicada” que, si no se sabe tratar, afectará perpetuamente. Entonces la

ue parece. Nos la han vendido como algo romantizado, mágico, radiante; la n esta etapa donde se rompen muchas de nuestras ilusiones, donde nos damos no es plana, sino que contiene demasiados altibajos y debemos prepararnos

n uno de los sectores más vulnerables. Son propensos a sufrir abusos, a ser les violencias y delitos y todo eso, padecerlo en un estado de indefensión

ablar de infancias felices y mágicas, antes debemos considerar las maternidades n las únicas que podrán llevar a buen término una infancia y aun así, debido a etapa, no será totalmente mágica, pero sí podemos hacerla plena y más si a eso ternidades deseadas. es deseadas son aquellas que criarán desde el amor, respeto y cuidado necesaóptimo aprendizaje, recordemos que nadie puede dar aquello que no posee, por des no deseadas no dan la contención necesaria en esa etapa. iño, sí ser niño es una gran etapa en nuestras vidas, sí la infancia es algo único n de no romantizarla y de entender que antes de hablar de una infancia feliz, las maternidades y paternidades deseadas o, en el caso de las parejas del mismo rnidades o ambas paternidades deseadas

Lectores somos

LA INFANCIA

Miro el reloj y veo como el segundero avanza sin detenerse; los minutos son mas pausados y las horas más lentas Abro el albúm de fotos, ahí el tiempo se fue demasiado rápido. Algunas fotos están desgastadas por el correr de los años.

Me encanta una canción de Juan Gabriel Abrazáme muy fuerte justamente en esa parte donde dice: “el tiempo en contra viene” Veo a mis hijos, su infancia quedó atrás y mucho más atras quedó la mía

Quedé deseosa de seguir en esa bella etapa de mi vida. Nada se compara con bañarse bajo la intensa lluvia sin alguien que te reprima con que algo te va a suceder o andar en bicicleta imaginando que somos dueños de la velocidad, subir a los columpios, andar en la alberca, salir de viaje en familia, conocer lugares, convivir en y con la familia como cualquier familia normal (supongo) sin embargo, no siempre fue así.

A pesar de ser una perona adulta me subo a los juegos, en mi interiror sigo siendo una niña deseosa de seguir jugando y ser libre. Cuando los veo, me gusta jugar con mis sobrinos y con mis hijos, quiero que sepan que

la infancia debe ser eterna aunque el desgaste del cuerpo acabe con nosotros. Quiero que sean felices y cuando conozco a niños o niñas o jevenes o jovencitas les permito la libertad de que sean ellos, y sepan que son libres de expresarse, no me gusta ser la madre o la adulta espantada y juzgadora porque la libertad inspira confianza.

Abracemos a las infancias, la libertad es un derecho de todos. Un niño feliz se convertirá en un adulto feliz Un niño a quien se le enseña la responsablidad y respeto dentro de la libertad será un adulto respetuoso, porque la libertad no es libertinaje

El tiempo transcurre rápidisimo, se lleva la fisonomía de los infantes, pero que no se llevé nuestra imaginación, nuestra ilusión y sueños.

Íncipit

LA PARADOJA DE NO EXISTIR

Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan

Antoine de Saint-Exupéry que éramos niños, que solo pensábamos en pasar matemáticas y portarnos bien en civismo, jugar a las atrapadas, a las escondidas, el resorte, pasar de mano en mano el chismógrafo y pensar a qué secundaria nos iríamos a inscribir. Bailamos al centro del salón y comimos muchos dulces, recuerdo que me guardé unos brinquitos y unos churros para llevárselos a mis hermanos. Al terminar todo como a las cinco de la tarde, guardamos nuestros trastes en la bolsa y nos despedimos, y me fui caminando por la calle seis de enero sin prisas y sin aspavientos. Llegué a la casa de tía

Recuerdo bien la celebración de mi último día del niño (no se decía “ y de la niña”) en la escuela primaria Melchor Ocampo, en Acapulco, Guerrero. Mi maestro Javier Navarrete nos dijo que lleváramos en una bolsa de plástico un plato, un vaso y una cuchara porque nos festejarían en el salón Así que llegué vestida con una falda color buganvilia, una blusa clara con mangas abullonadas, calcetas blancas, zapatos negros y peinada con una media cola atada con un encaje Cuando entré todos mis compañeros estaban sentados en las bancas, esperábamos ansiosos, escuchando en la grabadora que había llevado el profe las canciones de Parchis, todos nos volteábamos a ver porque nunca íbamos con ropa diferente, siempre con nuestros uniformes un tanto deslavados y nuestros mismos zapatos. Éramos unos niños que esperaban que les dieran algo de comer, no había pizzas, ni hamburguesas de cadenas comerciales, ni crepas, cupcakes o cosas de ahora; así que cuando vimos entrar a la señora de la cooperativa con una vaporera grandota se nos iluminaron los ojos, una rica barbacoa de pollo con arroz rojo iban nos iba alegrando

Paulita y ahí comí más dulces que les habían dado a mis hermanos en sus aguinaldos. Mi mamá aún no salía de trabajar, así que seguimos corriendo por el callejón todos sudados, contentos y con manchas en la ropa de tanta comedera.

Hoy los tiempos de las infancias han cambiado en muchos aspectos, los progenitores compran bastones para detectar si hay plomo en la comida o superficies donde el niño anda, cargan un regulador de ambiente y hasta tienen cartilla de derechos que en mis tiempos ni siquiera sabíamos que existían.

o niña en este siglo ener a quienes le ás cuidado con los buscan que sean nutritivos, que no s, que provengan de ustentables, que planeta y que le mejor desarrollo; a sin azúcar, e, libres de ftalatos fluorada. Los y las andan en los gando (espero que n vigilancia de un dan en carros mulando a los pueden hablar, ar el claxon, o bien, abletas que traen que un casino, y dicen: es que desde a le sabía a la creo que hasta me ñar. Claro que se pertos en redes an creciendo y o grandes ídolos a o tik tokers; claro, n conozco a ins que sus padres no n nada de estímulos o de redes sociales. o niña en este mbién puede ser un oportunidades para rsonas que desde u bebé lo comienzan en plataformas para

que genere vistas, aprobaciones, o bien, provoque convenios con marcas de productos y vaya monetizando para beneficio de quienes lo trajeron a la vida. Por ello, les recomiendo el libro de Pablo Rivero, La cría, en el que podemos observar el mundo, así como lo vivimos, que gira en torno a las redes sociales y que nos dice que si no estamos en ellas no existimos, vaya paradoja. Estar en ellas es una escalada de constante exposición en donde se viven toda clase de situaciones agravantes y de acoso (hablo en todos los sentidos). Esta novela plantea el Sharenting, que es la idea de compartir todo lo que un bebé o infante hace con el afán de ganar dinero, así mamás, papás, hermanos y demás buscan lucrar con la infancia para conseguir Me gusta, seguidores o patrocinadores Es un triller que entremezcla la postura de varias madres y padres de familia, llevándonos a un escenario estrujante; expone también como esos espacios sociales lastiman a otros y los han llevado al suicidio y lo oscuro de la deep web

Hay muchas libertades de las infancias en estos veinticinco años del siglo XXI,

pero, qué tanto de verdad se hace pensando en ellas, cuándo los adultos asumiremos que nos somos los que deberíamos dictar todas las reglas de la vida y que podemos escucharles, porque si no, esto solo va cambiando de escenario, pero no de protagonistas Mientras tanto, les invito a recordar sus infancias, platiquen qué es lo que comieron en su ultimo festejo del día del niño y si se puede hasta qué hicieron después, recuerden que en delatripa, siempre queremos saber de ustedes.

Psiquelatura

¿QUÉ HAY DE TI

PEQUEÑO?

La rutina nos consume, a veces creemos que solo hay preocupaciones en la edad adulta, pero la realidad es que ni el más pequeño se salva de tenerlas como: ¿Dónde quedó el juguete que tanto quería? O ¿Por qué la leche no tiene chocolate? Pero también es una realidad que esas preocupaciones son menores a las que tenemos los adultos; cuánto desearíamos volver a tener por un instante ese tipo de preocupaciones.

¿Cuántas veces nos damos un momento para conectar con nosotros? Con ese lado despreocupado que no teme a equivocarse o que solo quiere jugar, vivir, no es que exista un niño dentro de nosotros literalmente si no que en nuestro interior siempre habrá recuerdos, anhelos, sueños que vivimos en la infancia y que de una u otra manera forman nuestra esencia.

Nunca es tarde para reconectar con uno mismo y con los sueños que están en el fondo, en lo que por causas de la monotonía y causas de la vida vamos dejando en el olvido, como volver a tomar la leche con chocolate o tratar de contar las estrellas.

Muchos creen que se ve como inmadurez, siendo un miedo constante para atreverse a mostrar su personalidad libremente, sin embargo, es una necesidad que muchas veces tenemos en el olvido; preguntarnos ¿Qué hay de ti, pequeño? De tus sueños, tus miedos, las cosas que te gustan y lo que disfrutas, los momentos de tranquilidad que desconectan tu rutina, las personas que amas, la música que disfrutas. Hablarse a uno mismo con cariño es un acto de amor propio que puede hacer gran diferencia, darse un momento de tranquilidad retomando recuerdos de infancia o anhelos de esa edad, es sumamente enriquecedor a nuestro repertorio de emociones; asi, el momento sea pequeño o no, muy frecuente hace que la vida se sienta más ligera nunca está de más consentirse y conectar con sentimientos tiernos que siempre viven en nosotros, como los niños que alguna vez fuimos que dieron paso a las etapas posteriores, no hay edad para sentirse niño de vez en cuando

Interés Superior

LA PRINCESA PROGRE

Blancanieves es un cuento de hadas alemán que recopilaron Jacob y Wilhelm Grimm en su libro “Cuentos de la infancia y del hogar” (1812) Hace 213 años Blancanieves vio la tinta junto a sus, no menos populares y controversiales compañeras reales: “Cenicienta”, “Bella Durmiente” y “Rapunzel”

Aunque los hermanos Grimm pretendían con estas y otras historias recopiladas en su obra, que en los niños y niñas despertaran y crecieran sus primeros pensamientos y anhelos, hoy en día nos han dado un buen número de interpretaciones y malentendidos. En 1937 Walt Disney presentó la película “Blanca Nieves y los siete enanos” con una innovadora animación y banda sonora excepcional que le mereció un Oscar honorífico. Pero, sobre todo, el inicio de un nicho mercadológico e ideológico llamado “Las princesas Disney”.

Cada una tiene lo suyo y es digna de análisis, pero ninguna más progre que Blanca Nieves Pertenece a la clase alta, y sin embargo no tiene las mismas ideas autoritarias y egocéntricas de su madrastra, la reina viuda. Blanca nieves es animalista, quiere y respeta a los

animales, incluso los trata como a seres humanos, sobre todo a sus pajarhijos. Y aunque su vida es cómoda en el palacio, se vuelve una runaway al enterarse de las malas intenciones de su madrastra, quien manda a matarla.

Pasa un mal momento al saberse vulnerable y sola en el bosque, pero como es una chica resiliente supera el momento con ánimo porque no sabía lo fuerte que era, hasta que ser fuerte fue su única opción

No podemos negar sus ideales románticos, pero se las arregla sola en bosque y como es una persona inclusiva y sin prejuicios hace un buen grupo de amigos con siete hombres de estatura baja que se dedican a la minería. También es una chica que le gusta compartir un estilo de vida saludable, así que transforma la vida y el hogar de sus amigos.

Sin embargo, la ambición de su madrastra por destruirla no disminuye, al contrario, se incrementa al saberla viva y lejos de su control. En “El mito de la Reyna Bruja” de Adán Echeverría, se reflexiona sobre la verdadera motivación de la madrastra, que va más allá de la vanidad de no ser la más hermosa, sino de la

envidia a su juventud, su ánimo y su fuerza vital que son ese combo que procura la belleza, además del recelo a su espíritu libre sin las cadenas de la soberbia que la reina tiene que cargar. Entonces, decide acabar con Blanca Nieves con sus propias manos

Nuestra princesa, como las demás, obedece a estereotipos fascistas e inalcanzables de belleza, feminidad y estatus; pero de los cuales no parece darse cuenta, no tiene conciencia de clase y seguramente cree que una puede cambiar cualquier situación si le echa ganitas.

Por las características de Blanca Nieves es fácilmente engañada con un disfraz de anciana vulnerable que usa la reina para envenenarla. En ese momento entran en acción el grupo de hombres de estatura baja, que no solo son trabajadores, con personalidad propia y solidarios, sino valerosos, ya que son quienes enfrentan a la reina y logran derrotarla

El príncipe llega al final como premio a la jovencita que, aunque para ser progre, tiene ideas algo conservadoras, forma un perfecto hogar burgués con él.

Así nos quedamos con la versión de 1937, porque la nueva Blanca Nieves (Disney, 2025) que mezcla la animación por computadora y actuaciones reales para evolucionar a su primera princesa, hacerla más progre que nunca; dándole un artificial sentido de igualdad y justicia social. Todo esto opacado por la conversación en redes sobre una protagonista (Rachel Zegler, EEUU, 3 de mayo 2001) que no cumple los cánones de belleza establecidos hace más de 200 años por los hermanos Grimm y quién, además, no se ha quedado callada ante los ataques Véala bajo su propio riesgo.

Larableu

Larissa.calderon

Sopa de letras

MUERTE EN EL VATICANO, DE MAURICE SERRAL Y MAX SAVIGNY

Estamos en el mes de abril, y seguramente ya pasó la semana santa al momento de salir publicada la revista delatripa. Pero, en el momento de escribir estas líneas, acababa de salir de misa, siendo domingo de ramos.

Ya en la comodidad de mi estudio, comencé la presente reseña, acerca de una novela que había terminado hace unas dos semanas, y a la cual, la tenía en mi lista de: “libros que tengo que leer de nuevo porque en su momento no les entendí ni madres”. Aventurándome en ella a la tierna edad de once años, y fue porque me la encontré explorando el librero de mi padrino de primera comunión Primero, porque el titulo inmediatamente me atrapó y en el momento me hizo recordar que era también el título de una película que estuvo sonan-

do dura su publicidad en televisión y en revistas en 1983. Y también recuerdo a un niño en la calle gritando a todo pulmón, tratando de emular el tono como era publicitada: ¡Muerte en el Vaticano! Y alzaba la cara al cielo y abriendo los brazos en cruz, y seguía: ¡Muerte en el Vaticano! Viniéndome también a la mente el trailer, aunque en ese entonces no les llamábamos trailer, el cual las imágenes religiosas, un papa, un loco caminando y gritando por el terreno escapado de una montaña nevada, un hombre con un rifle apuntando con su mira telescópica…

Pues bueno, pasaron unos tres años y fue cuando en casa de mi padrino, en una visita que hacíamos en familia por lo menos cada dos meses, donde se degustaba carne asada,

refrescos y no la pasábamos super las dos familias; platicando y con la música del momento de fondo. Esa vez, husmeando en la biblioteca, di con la novela y me le quedé mirando la portada, leyendo la contra, enterándome que se habían vendido miles de ejemplares.

Me acomodé en un sillón y le di a la lectura. Esa tarde mi avance fue hasta la mitad, y la verdad, me estaba dejando una sensación rara, me estaba aburriendo de lo lindo. Le pedí el libro a mi padrino y me lo prestó, cosa que intenté avanzarle, pero fue muy lento. No pude terminarlo y en la siguiente visita familiar a casa de mi padrino, lo devolví al librero A los meses salió la peli en Video Centro. La renté y me la quemé, y se me hizo super aburrida, igual que el libro. Yo la

esperaba ver al homifle con mira telesolándole la tapa de los Papa, cosa que nunca tampoco en el libro en lcancé a leer. ué esperaba ver tal Siendo un niño que un par de meses había u primera comunión. mente porque quería ver o algo loco, aunque mi ta me hubiera castin una salva de padres s y aves mareas para ir a mandarme a conempre he tenido una ción desbordada, y ata. Aparte, tenía el miento que Juan Pablo sufrido un atentado en aza de San Pedro, ya ía dado con tal dato al na tarea del catecismo Papa, y aparte sabia ETA en los noticiarios che Pues bueno, el defraudó con su oporífero que me hizo abandonado su lectura ue saqué mi banderita

ero pasaron los años, . Y, hace un par de e reencontré con él en ería de viejo Me trajo uerdos y lo compré rle una segunda idad. Y la verdad

superó mis expectativas por mucho. Ahora sí lo disfruté.

Analizándola, lo primero que les voy a decir es que es una novela escrita en un estilo directo y sencillo, muy bestselleriano, donde siempre los personajes están diciendo o haciendo algo, como si estuvieran en una película. Sin embargo, esta simpleza narrativa de la acción, está enriquecida en la construcción de los personajes, en especial de los principales, así como la visión filosófica del mundo que tiene cada uno, al igual sus miedos: Bruno Martello, un joven seminarista que proviene de una familia de la alta sociedad de Florencia, hijo de un padre empresario, en especial banquero y el padre Luigi Andreani, sacerdote y profesor de filosofía y mentor de Bruno. Quienes se conocen en clase, y en especial, un día cuando Andreani antes de terminar la clase, pidió a sus alumnos que escribieran en un papel cuál de los personajes de los evangelios admiraban, y que dieran sus razone. Los nombres pulularon y los motivos de respeto y veneración abundaron. Deteniéndose en uno: «Judas Iscariote, es el más fascinante e incomprendido, no creo que haya traicionado al maestro

por treinta denarios, sus motivos ha deber tenido, Bruno Martello.» Desde ese día, la vida de ambos quedó unida por el destino, quien, Luigi Andreani se convertirá en el papa Juan Clemente I. La novela es circular, el primer capítulo es una prolepsis, iniciando cuando el viejo hermano Ettore inicia sus deberes desde temprano, quien ha servido a dos papas anteriores, se percata que la luz de la recamara del santo padre no se apagó en toda la noche. Al llevarle su desayuno, descubre que ha muerto La noticia corre como pólvora en el interior del Vaticano, y cuando la segunda autoridad inicia el protocolo para declararlo muerto, el amigo de toda la vida del Papa difunto, el padre Martello, se despide y recoge un fajo de páginas que estaban tiradas a un costado de la cama y se va. En paralelo, un grupo ultra conservador católico, que ve con malos ojos al nuevo Papa, Juan Clemente I, y quienes se van a ver afectado sus intereses políticos y económicos por la voluntad del pontífice quien tiene como lema: “la iglesia tiene que ser de los pobres”. Y para que este deseo se cumpla, sabe que tiene que realizar reformas radicales

esia, e igual, una profunda auditoria nca vaticana, donde se sospecha de financieros operados por funcionarios os. El grupo conservador, alarmado, a junto a militares y terroristas para a un Papa de un alto perfil Comunissegún la misión de ellos, era evitar la ión total de siglos de catolicismo. critores italianos Maurice Serral y vigny, de quienes curiosamente no é nada en internet, salvo que eran los de la obra, y hasta ahí. Tal parece que agó la tierra o fueron desaparecidos la de conspiración a lo Dan Brown; sto último figuraciones supositorias ues bien, lo que, en su momento al la, está bien claro que los autores l propósito de montar jaleo y polémir lo general siempre funciona, hacer a Iglesia Católica, ya que te hacen publicidad de la mala y la vida no ligro, a diferencia de entrar en polén otra religión que tenga facciones tremistas; sino revisen el caso de Rushdie o el del semanario francés Hebdo. El Papa Juan Pablo I falleció a misteriosa un 28 de septiembre de su habitación, declarando el porta Vaticano que había sido por un infarque arrojó sospechas, y acentuándose rque está prohibido realizarle la a al Papa, y la novela de “Muerte en el o” fue publicada en Italia en 1979, la pieza, como les conté al principio, con miento del sumo pontífice, y de allí, a gira hacia el pasado donde se van las piezas de una recreación ficticia óviles de la repentina muerte.

A parte, el marketing, y sobre todo el que se manejó en América latina, impreso con letras negras y fondo rojo en la esquina superior derecha: “novela donde se une lo imaginario con lo real” pues prácticamente era como un indicio al aire para que el lector lo atrapara y al avanzar por la trama y al terminar el libro se quedara con la perplejidad de que si lo que leyó era inventado o una verdad camuflada donde en realidad los autores estaban llevando a cabo una denuncia hacia el sistema, ya sea el gobierno o hasta de la propia Iglesia Católica Leerla hoy tiene su encanto, a mí me fascinó y más al imaginar ponerme en los zapatos de los lectores italianos en 1979, quienes habían llorado al santo padre, pero que felices ya tenían a uno nuevo, y no italiano, al polaco Karol Wojtyla, Juan Pablo II; que curiosamente, al final de la novela, se le menciona, no por su nombre, ni como Juan Clemente II, sino como el Papa nuevo, donde en el vaticano en cuatro siglos no se había elegido a un papa no italiano. O sea, todo muy obvio no

También, la historia de Bruno Martello, un joven con un futuro brillante por haber nacido en cuna de oro, elige la vida de estudio, claustro y meditación, siendo la oveja negra de la familia, quienes frustrados ya no ven al heredero de un imperio económico, resignándose a prescindir de él por la vida monástica y de celibato que eligió al entrar al seminario y el tener bien claro su vocación de sacerdote. Vocación que trastabilla el encontrarse con una joven misteriosa que recoge en el camino rumbo al seminario, quien, herida, por haber participado en una balacera contra la policía, la lleva a la casa de campo familiar,

mbos tienen un amorío y ella, en za y enamorada de Martello baja la mientras él, atormentado por su carnal y el de haberle fallado a cristo, ga a las autoridades. La joven, herida razón, se suicida en la celda, siendo acontecimiento traumático para o, cosa que provoca la ira de su meni Andreani en confesión, no por traicionado sino por el hecho de do débil ante las tentaciones del diaonificado en mujer.

último, hace pensar en el lector, que artello y Andreani había una especie , y por momentos; en especial cuando ni ve o recuerda la cabellera en capas na, los rasgos afilados y una personaartista Renacentista; tal parece que morado de Martello. Esto para le ue un bombazo y deja eso, que los hayan recreado el crimen del Papa era enos, o de que el brillante seminarista y de ideas progres tuviera sexo con orista, o el cuestionamiento de los en interesantísimos debates entre o y Andreani, o entre los mismos istas, que la verdad hasta los rs mamadores harían apuntes; ¡No Que hayan insinuado o coqueteado omosexualidad, a la hoguera con leña los autores por herejes, debieron xplotado los golpes de pecho en la transcurso de la novela hay varios ros entre los dos personajes, no sean sados, y por cosas de la vida Martello y viaja por el mundo buscando la en diversas filosofías y religiones-

todo un hereje jeje-, llegando a la iluminación cuando vagando en una montaña del Tíbet, una visión le revela su misión, donde la muerte ronda a su mentor Luigi Andreani. Martello vuela hacia Roma, descubriendo que él ahora es el Papa Juan clemente I Y es cuando se integra al servicio del papa cuando es presa de una vorágine de incertidumbre, fe, angustia, de tratar de interpretar la visón, quedando atrapado en la locura de dos dilemas: de cuidar de la vida de su mejor amigo y mentor, o salvar a la iglesia católica de un enemigo que pretende cambiar radicalmente sus cimientos con el peligro de hacerla caer…y Martello, con el dolor de toda su alma, toma su decisión.

¡Muerte en el Vaticano!

Matriarcadia

TIN Y TINA: EL INICIO DE LO NUEVO

Estoy de regreso después de casi dos años sin colaborar en esta educativa y lúdica revista. Terminé un posgrado y entre que ordenaba mi vida o eso intentaba, la necesidad de expresar los temas de separatismo femenino seguía en mis venas.

Quienes me conocen saben que mi género cinematográfico favorito es el terror en donde encontramos los subgéneros de: folk horror, terror psicológico, terror paranormal, gore, slasher, ciencia ficción, y el terror de monstruos. Y como en todas partes veo la cuestión de género y separatismo, quiero hablar de una película que me dejó una buena impresión y califico con 9, pero tiene aspectos machistas que no sé quién es peor, el marido o los extraños mellizos adoptivos: Tin y Tina. Este no es un análisis exhaustivo ni crítica, es un repaso por lo que me llamó la atención en relación a la violencia contra el personaje de Lola. La película es de 2023 y está ambientada en 1983 Al inicio vemos a Lola y Adolfo, una feliz pareja recién casada. En la iglesia, Lola, quien está embarazada tiene un aborto espontáneo y pierde a los gemelos El diagnóstico médico es que nunca podrá ser madre. Meses

después deciden adoptar. El marido no resulta ser muy empático, pues le reclama que ya pasaron meses como para que ella siga con sus emociones. Quienes conocemos a mujeres que han perdido a sus hijos durante el parto en durante el embarazo, sabemos la tristeza que viven Necesitan el apoyo del que eligieron como marido. En fin, entre el mansplainning del esposo cuando están en el convento, conocen a Tin y Tina, unos mellizos albinos y muy católicos que consternan al joven matrimonio con sus hábitos.

Los hermanos pronto develan acciones bastante extrañas rayando en el fanatismo y la ingenuidad cruel, que interpretamos como maldad. Mientras, el marido, quien decidió quedarse a vivir en un lugar rural, no es ni por contratar quien cuide a su esposa, incluso cuando está embarazada contra todo pronóstico. Estar embarazada en una casa de doble planta, grandísima, subiendo y bajando escaleras con 7 u 8 meses de gestación, cuidar a dos mellizos infernales de siete años y todavía cuidar al niñote del marido, no creo que sea muy sano para una mujer que debe guardar reposo dado que ya tuvo una pérdida

El marido es un tacaño, eso nos queda claro porque con salario de piloto aviador o le alcanzara. Hombres que leen esta columna, ¿ustedes habrían tenido a su esposa iones? Por lo menos hubieran regresado a los escuincles al convento dado que ya de las suyas con Kuki (no haré spoiler). emos elementos que nos hacen pensar en infidelidades del esposo, las llegadas hermético en la relación y no hablar nunca de cómo le va en el trabajo. La esposa él paseándose en la ciudad con acceso a mujeres La película alterna escenas de donde podemos ver los cambios políticos que atraviesa España. de juzgar con mentalidad del siglo XXI algo que pasó casi 50 años. Sin embargo, car los roles de género y estar conscientes de los privilegios que los hombres han ras en el ostracismo, trabajando como burros y muriendo como gusanos, como Woolf. Hay un momento de la película donde Lola le dice al marido que quiere e encanija. Mientras el niño llora y el hombre no es por cuidarlo en el restaurante, ue hacer eso en público estaba canijo pero es solo cargar a tu bebé, con esas ones se habrían hecho grandes cambios. la película nos habla del nacimiento de lo nuevo, de lo que tiene que cambiar. e poder oculto o de un milagro, se trata del destino que se acomoda para guiar el empieza a escribir en esa época en la Matria hispana (no Madre Patria, ese querer conservar el poderío patriarcal apesta). El desenlace nos dice que quien marido. Separatismo, ya. ento

dán Echeverría por permitirme regresar a Revista delatripa Narrativa y algo más ompartir perspectivas con las y los columnistas y colaboradores.

tos

ÁSCARA

uando la rimeras formas mbra, resultaba acrílego tray personas. ras ambiguas, ógico: no se sonajes, a fión humana. un sentido trasaciones de de pasiones ncor, tal como os que escrutan ajenas suelen enia, las persoses ni a los esun papel; más sión abso- luta, el ser hu- mano ne palpi- tante a. No había olo una entrega os y el hombre e ruptura en el mo un relámentre lo encar-

nado y lo representado. Ya no se trataba de ser el dios, de dejar que su esencia fluyera por las venas del intérprete, sino de fingir, de construir una apariencia que se alzaba como un velo sobre la realidad del actor. Este, reducido a un mero vehículo, se ocultaba tras la superficie de su propio rostro para dar paso al personaje, una entidad que cobraba vida en el cruce entre su carne y las miradas del público. En el escenario, el personaje se erigía como una existencia trasvasada, una abstracción que, despojada de su ser originario si es que alguna vez lo tuvo más allá de los límites del teatro , se convertía en un eco vibrante, un destello de vida prestada. Y, sin embargo, ¿qué era ese personaje sino una sombra danzante entre dos mundos: el de lo tangible y el de lo imaginado, el de la persona que lo sustentaba y el de la idea que lo trascendía?

La literatura, esa otra gran alquimista del espíritu humano, abrió un nuevo horizonte donde los personajes se desprendieron de las cadenas de lo histórico y lo sagrado. Ya no eran reflejos de dioses ni ecos de héroes reales; se transformaron en fantasmas de la mente, en criaturas de mundos paralelos donde la realidad concreta se disolvía como bruma al amanecer. Aquiles, tal vez, tuvo un cuerpo de

músculos y sangre antes de ser inmortalizado en los versos de la Ilíada; Ulises, acaso, caminó por las arenas de Troya antes de que Homero lo convirtiera en el artífice de su caída. Pero la literatura no se contentó con ser un mausoleo de lo que fue: se lanzó a la conquista de lo imposible, tejiendo universos donde los personajes desafiaban a las personas de carne y hueso en una lucha por la eternidad Y en esa batalla, los personajes emergieron victoriosos, inmortales en su esencia ficcional. Sherlock Holmes eclipsa a Conan Doyle con la misma facilidad con que Fausto resucita en cada lector que recorre su tormento, mientras Otelo despliega una existencia más vívida y compleja que el propio Shakespeare, perdido en las brumas de su biografía Mas he aquí el enigma, la paradoja que subyace en esta danza de identidades: la distancia entre persona y personaje es tan frágil como un hilo de seda al viento El actor que encarna no se distingue del todo de la máscara que lo cubre; su rostro, oscurecido por la indefinición, se pierde en el reflejo de lo que representa Sócrates, más que el hombre que bebió la cicuta, es hoy un personaje moldeado por la pluma de Platón; Einstein, despojado de su mortalidad, se reduce a una silueta en blanco y negro, a una lengua burlona capturada por una cámara. La reina Isabel, disuelta en el polvo de su tumba, pervive en los fotogramas de una película, en las páginas de un relato, más personaje que persona. Y qué decir de aquellos que, como Hitler, se convierten en sombras ominosas, en recordatorios tallados en la memoria colectiva no por su humanidad, si no por el peso de sus actos convertidos en mito maligno.

En verdad, todos somos personajes, actores de un drama que precede a la tecnología y se remonta a los albores de la conciencia Antes de la radio, de la televisión, de las redes sociales, ya cargábamos con máscaras invisibles: el padre frente al hijo, el hijo frente al padre, el amigo, el enemigo, el amante, el juez. La vida misma, ese vasto escenario, nos impone roles que interpretamos con mayor o menor destreza, sin que nadie nos entregue un guion. Pero la tecnología ese espejo implacable ha amplificado esta condición hasta volverla vertiginosa En cada pantalla, en cada perfil digital, forjamos un personaje a nuestra medida, una proyección de deseos y temores que anhelamos ver elevada a la categoría de lo ontológico Como los actores olvidados de la radio o las estrellas efímeras de la televisión, soñamos con trascender a través de nuestras creaciones, aunque estas nos sobrevivan solo como ecos La máscara ya no es un accesorio: es una segunda piel, un disfraz que oculta o tal vez revela la autenticidad esquiva de lo que somos

Y así, en este juego de reflejos infinitos, la pregunta se alza como un espectro: ¿qué queda de la persona bajo el peso del personaje? ¿Es la autenticidad una quimera, un sueño roto por la necesidad de ser vistos, de ser recordados? Quizá no haya respuesta, solo el eterno vaivén entre lo que somos y lo que aparentamos, entre el rostro y la máscara, entre la carne y el mito. Porque, al final, ser persona o personaje no es una dicotomía, sino un continuo, una espiral en la que nos perdemos y nos encontramos, una y otra vez, hasta que el telón cae y el silencio reclama su turno.

Fantástico

DEL OLVIDO, O VILLARREAL DE LOS REYES

que la muerte. Porque un final reconocido, palabras de consuelo usencia en vida, un e en la mente de quien solo los nombres, sino nos unen El imperio del gana, 2024), de Los Reyes, es un que nace de una niversal a la vez: el on Alzheimer. es pero intensos, el pa emocional de la uerdos se desvanecen la lluvia. El libro no es o una catarsis que rte Villarreal De Los el olvido; lo habita, lo lo resiste. libro es un golpe é en tu padre, / en tu , / en un desconocido / o yo lírico anticipa su n el laberinto de la ser alguien para

para convertirse en un fantasma familiar, una presencia incómoda que despierta confusión La imagen del hijo cuyo nacimiento fue un milagro (“sanó distancias”) y que ahora es un extraño, encapsula la crueldad del Alzheimer: roba incluso los momentos más sagrados

En el poema 2, el símbolo de las migajas de pan (eco del cuento de Hansel y Gretel) se vuelve trágico: los cuervos del olvido devoran cualquier huella de retorno La ciudad ajena, los escombros de la memoria y los “limbos e infiernos” reflejan la desorientación de quien ya no reconoce su propio mundo. Villarreal no recurre al melodrama; su lenguaje es preciso, casi quirúrgico, y por eso corta más hondo.

Los poemas finales (41, 42 y 47) son un réquiem silencioso. “Alguna vez olvidaré tu nombre / y no sabré quién eres ” , anuncia el hablante, consciente de que él mismo será “el sepulcro de la palabra” En el 42, los recuerdos se reducen a “lustros” (períodos de cinco años), y las imágenes se desintegran: “fotografías quebradizas / que olvidaron su rosa y su secreto”. La neblina que todo lo

cubre no es paz, sino una lenta erosión del ser. El último verso (“ahora me he convertido en olvido”) cierra el círculo: el cuidador, testigo impotente, termina siendo también víctima.

Villarreal no cae en lo anecdótico; su poesía trasciende lo personal para hablar de la fragilidad humana. Usa metáforas bíblicas (“ voz de profeta”), referencias literarias y una imaginería onírica (“cicatrices amarillas de una misteriosa materia”) que recuerda a los cuadros de Dalí o al realismo mágico El resultado es un libro que duele, pero también conmueve por su belleza

El imperio del olvido es un espejo incómodo: nos recuerda que la memoria es el frágil hilo que nos sostiene. Y cuando ese hilo se rompe, solo queda la poesía para darle sentido al vacío.

Bajo el barandal

A MAGIA EN LA ESPERA: UNA REFLEXIÓN LITERARIA

Hace unos días concerté una venta; ndo iba en camino intenté terminar de leer ovela “La casa en el mar más azul”; el mino era sinuoso y necesitaba ocupar mi nte en algo productivo, no supe en qué ítulo o el momento cuándo la lectura me ó hacia la magia, los personajes son tan pables. Al llegar a mi destino, y para uridad de la clienta, le indiqué que estaría plaza Sendero. Al cruzar las puertas de tal, los gritos de los niños parecían armar gran fiesta y me imaginé a Lucy, el ueño personaje mágico de la novela. entras esperaba, observé mi entorno Los colores vibrantes, las risas de los tranntes y el ir y venir de la gente componían cuadro lleno de vida. La primavera, que s atrás había irrumpido tanto en redes iales como en la cotidianidad, se manifesa en los escaparates de las tiendas. Eran el enario perfecto para una obra de teatro en ue cada elemento parecía estratégicante colocado.

Tras veinte minutos de espera de pie, decidí tarme cerca del área de infantes Intenté omar mi lectura de La casa en el mar más

azul de TJ Klune, una novela que exalta la ternura de la infancia y el valor de lo diferente En sus páginas, Linus Baker, un meticuloso trabajador del Departamento de Control de Magia Juvenil, recibe la tarea de evaluar un orfanato muy peculiar. Allí, seis niños con habilidades extraordinarias le enseñan que la familia se construye más allá de los lazos de sangre y que el amor no entiende de normas rígidas ni de estructuras impuestas

Mientras hojeaba el libro, los personajes cobraban vida. La semiótica de Plaza Sendero comenzó a hablarme: los colores, los sonidos, los pequeños detalles de la zona infantil parecían estar en sintonía con la magia de la historia. Fue cuando vi la máquina de peluches y pensé en Calíope, la dulce gatita del protagonista. Impulsada por un capricho nostálgico, intenté atraparla con la garra mecánica, pero ésta era imprecisa y resbaladiza Mi Calíope no pudo ser rescatada esta vez.

Quizás, como en la novela, la enseñanza estaba en el intento y no en el resultado La casa en el mar más azul nos recuerda que lo

descubrimos en el camino. Sentada allí, con la primavera floreciendo a mi alrededor, entendí que, al igual que Linus Baker, todos estamos en una constante evaluación de nuestras propias creencias Y, a veces, la magia se encuentra en los pequeños detalles de la espera

Cuando finalmente mi clienta llegó, cerré el libro con una sonrisa. Quizás aquel encuentro no cambiaría mi vida, pero, como Linus Baker, comprendí que el cambio no siempre llega de golpe, sino en pequeños momentos que nos desafían a ver más allá de lo establecido. A veces, la magia no está en el destino, sino en el trayecto, en la espera misma, en los detalles que nos transforman sin que lo notemos. Después de todo, como nos recuerda La casa en el mar más azul, lo importante no es solo a dónde llegamos, sino a quiénes nos permitimos ser en el camino.

Klune, TJ. La casa en el mar más azul. Umbriel, 2021.

el slam

. Pineda Quintal

RIA ANTE N MÉXICO

es no es parte de las s necesarias para r con el narcotráfico. ro extremo, apoyan la del silencio a las a de los responsables de e muertes de península a la. te intercambio de ideas, zco una luz verde a la ción Por esta razón, mi punto de vista, estas han convertido en mos de reclutamiento o vación para el desae más violencia. tras los cantantes de ero las presentan como ción más de sus reperpara tener algo variado, o un poeta romántico de a sus lectores con obre la muerte, o un fo de paisajes cuelga en o una imagen rística de la nota roja,

en su público seguramente más de uno lo siente en el corazón y dirá: “¿Para qué seguir de Godín? Quiero forrarme de lana como el Chapo y tener mi corrido”.

Peor aún, en el público no falta el sicario encubierto que, después de dejar la garganta en tal canción, sale del concierto con el cuerno de chivo embravecido y con ganas de hacer un “acto heroico” para tener unas letras en honor.

Lógicamente, el narcocorrido demuestra capacidad de manipulación en los más vulnerables, con ideas de riqueza rápida y en algún momento ser llamado “patrón”. El problema es que en el narcotráfico existen tres grupos: los desechables, los de confianza y los patrones.

Los recién reclutados, por voluntad u obligación, generalabril 2025 delatripa | 107

mente terminan siendo desechables de organizaciones consolidadas con gente de confianza y patrones. A esos nuevos son los lanzados a vender droga en territorios enemigos, a una balacera sin saber apuntar o hasta el entregado a las autoridades, para cumplir con la cuota de detenidos y mercancía confiscada.

¿Exagero o no? En este México todo puede pasar. La censura no va a terminar con el problema, pero yo veo un avance en sofocarlo. No se trata de una cuestión de libertad de expresión, sino de resucitar un bienestar que ya hace mucho está muerto en el país

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