delatripa No 21

Page 1


delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016
Número21 Enero 2016.

Narrativa y algo más Número21.Ene.2016.EsunproyectodelaCatarsisLiterariaElDrenaje,

Revista editadaenMérida,Yucatán.Revistadecirculaciónmensual.DirigidaporAdánEcheverría. Edición. LarissaCalderón. Colaboracionesaromeolobos@yahoo.com.mx /ConsejoEditorial: Alejandra Aké Sustersick, Joelia Dávila, Cristina Leirana, Larissa Calderón, Roberto Cardozo, Mario Pineda Quintal y Édgar Damián.

Contenido

El vampiro de la orquesta

Magda Estefany Yza Pardío 3

El cuento más desagradable de esta recopilación

Frédéric Beigbeder

(Traducción Larissa Calderón) 11

La nouvelle la plus dégueulasse de ce recueil

Frédéric Beigbeder ...............................................14

Lajauladeldodo

Víctor Manuel López Ortega

La otra mañana

María Nieto ...........................................................26

Veinticuatrodediciembre

Andrea Calderón Villaseñor 27

El siervo de la guerra.

Iván Noé Espadas Sosa .........................................31

Perderse en Acapulco

Adán Echeverría

Lavi Patricia Fonseca

Blanca Vázquez

Carrera desbocada

Ornán Gómez

El misterioso patio de la señora Jerez

Magda Estefany Yza Pardío

Una flor quería entrar por mi ventana, PoniatowskaenelCCHVallejo

Fernando Reyes

Ser tu mamá

Jéssica de la Portilla Montaño.

Kloddariana

Saulo Aguilar Barnés

El pacto

Ornán Gómez

Nadie nada nunca de Juan José Saer

Adriana Azucena Rodríguez

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

Columnas

La niña todo me pasa...

Jéssica de la Portilla Montaño.............................82 Incipit

Blanca Vázquez 85 Desvaríos de la freaky neurosis

Gema E. Cerón Bracamontes ................................87

Nos vemos en el slam

Mario Pineda Quintal 89

ImágenesportadaeinterioresdelArtista AndrésGalindo

El vampiro de la orquesta

Piezas recomendadas a escuchar en tanto se lee el cuento:

SinfoníanúmerocuarentaensolmenordeMozart.

ConciertoparaviolíndeSibeliusopus47.

Segundomovimientodelasonatapatéticaparapianonúmero ochodeBeethoven.

SegundomovimientodelasuiteparavioloncelodeBach.

OperaCarminaBuranadeCarlOrff.

Bucharest, Rumania, martes 17 de octubre de 2005, 9:00 a.m.

Mis pálidas y frías manos reposaban sobre el rojo terciopelo que cubría el palco. Sentía un olor a humedad, tal vez por la antigüedad del teatro. Recuerdo que ese día vestía una holgadacamisablanca,pantalonesnegrosyun cinturón con hebilla plateada que sostenía mi frágilcintura.Estabasentadoenelasiento"b", del palco número siete, tercer nivel. Como cadamañana,observabaelensayodelaorquestasinfónica,alacual,aúnnopertenecía,pero en la que lo anhelaba hacer. La oscuridad no permitíarevelarmiidentidad,sialgunodelos músicos me viera…solo contemplaría a un pálido hombre delgado, de cabellos rubios sujetados en cola de caballo, con algunos mechonesondulados,yunosojosqueemulaban unpardeesmeraldasdesorbitadas,encimade unasgrandesojeras.

Nací en Rumania hace treinta y tres años, minombreesIon.Aloscuatromispadresme llevaronaverópera,norecuerdocual,perosí que me preguntaron qué instrumento me gustaba,yseñalélaseccióndelosvioloncelos, haciendo mímica de tocar dicho instrumento.

Mipadremeenseñóatocarlo,eramuyestricto ydisciplinado.Posteriormentetuvetresmaestros.

Mitrágicoprincipiocomovampirosucedió una noche de concierto en Berlín, después de habertocado.Estababebiendounacopadeagua en el camerino, el director entro a felicitarme por mi, a su parecer, brillante interpretación, memirómuydecercaalosojos,susglóbulos oculares cambiaron de color a rojo brillante mientrasalversusenormescolmillos,ceñíel entrecejo y exclame apenas un ¡qué…! Sentí sus colmillos incrustarse en mi cuello, mi cuerpoestabademasiadodébil.Mesentíamuy mareado,casiapuntodequedarinconsciente, pero el dolor me mantenía despierto; después de un momento, sentí el peso de mi cuerpo derrumbarseydejabacaerlacopaconaguaal suelo, cerraba mis ojos y escuché el sonido delcristalmásrealquenunca.Alabrirlosaquel hombrehabíadesaparecido.

Estabaaturdidoyconlavistanubladaluchaba por incorporarme; solo conseguí incrustarme lasastillasdeaquellacopaenmismanos,sentí la sangre escurrir, pero de inmediato las heridas cicatrizaron. Cuando por fin pude

narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

levantarme me miré al espejo. Vi a través de ese cristal pulcro, dos abismales agujeros en micuellorodeadosporungranhematoma.Al principio pensé que era un sueño, a pesar de que mis sentidos estaban más despiertos que de costumbre. Me fui acostumbrando poco a poco a mi nueva vida, después de todo no era tanmalo,exceptoporeldolorquelecausabaa misvíctimas.Asíconvertíenunomás.

Estabasentadoenelpalcosieteobservando alamujer,quedesdehacevariosmeseshabía robadomiatencióny…¿porquéno?quizámi corazón. Era una hermosa mujer de cabellos rojizosyojoscafés,teníaunapeculiarsonrisa, perotocando,permanecíamuyseria.Sellamaba Marian, ese nombre… tan común, me decía tanto,merevelabatodoynadaalavez.Contrario a su nombre, sus habilidades con el violín eransorprendentes,nomeexplicabacómono ocupaba el lugar del concertino, era mucho más virtuosa que ese alto y escuálido sujeto de movimientos torpes. Además del virtuosismodeaquellafrágildama,Marianteníaun hermoso cuello. Por los años que llevaba tocando sobresalía una pequeña mancha café debajo de su mandíbula, que contrastaba con su tez. Me había imaginado varias veces alcanzarsucuello,peronoqueríaarruinarlela vidayotorgarlemásdelaquetenía.

Movíamisbrillanteszapatosnegrosdearriba abajo,alritmodelasinfoníanúmerocuarenta, en sol menor, de Mozart. En el receso de los músicos aproveché para caminar cerca de Marian,lacualparecíamuycontentaplaticando conotraintegrante,másbajaqueellaydecortos cabellosrubiosensortijados.Meacerquéaleer elcartelqueanunciabalaspróximasaudiciones paralosmúsicosquequisieranpertenecerala orquesta. Abruptamente tomé a Marian del hombro izquierdo, dio un pequeño brinco dejando caer la rosquilla azucarada a medio

4

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

comer que llevaba en la mano, me miraba asustada; su amiga por el contrario, parecía molesta, le preguntó si me conocía, pero Mariannopudoresponder.

Mepresentéylesdijequepensabaaudicionar para pertenecer a la orquesta. Segundos después se presentaron conmigo Marian y Oana, interesadas en saber qué instrumento tocaba.Lesdijequetocabaelvioloncelo.Oana disfrutaba una jugosa manzana verde y luego me preguntó si me encontraba bien, haciendo referencia a mi palidez. Respondí que estaba perfectamente,perodebíamarcharme.Enese momento, escuché la dulce y melodiosa voz deMarian,vozreverberanteyentrecortadaque se despedía de mí como si nunca más volviéramosavernos.Comounadióseterno.

Bucharest, Rumania, miércoles 9 de noviembre de 2005, 08:30 a.m.

Habían pasado más de dos semanas desde aquellacharlafueradelteatro,ahoraelviento era más frío y soplaba con más fuerza, procuraba cubrirme con una capa negra todas las mañanasantesdepartiralosensayos;lacapa pasabadesapercibidaporelgranestuchedemi violoncelo que llevaba a la espalda, que emulabaunacajamortuoria.

PorfinMarianocupabaelpuestoquesiemprelecorrespondió,deconcertina;aquelhombreflacoytorpehabíaintercambiadosulugar con ella.Yo ocupaba el principal lugar de los violoncelos,comosiemprelohice.Elantiguo dueñodemiasientohabíadecididoregresara supaísdeorigen.

Estábamos preparando el concierto para violíndeSibeliusopus47.Laorquestasonaba muybien,peronopodíadejardemirarelcuello de Marian, tenía muchas ganas de probar su sangre, pero me resistía; no quería hacerle

daño.Enlugardelastimarla,preferíaimpartir clasesdemúsicadecámara,mealimentabade jóvenesalumnas,queingenuamenteasistíana sus lecciones, la ultima vez fue una chica que realmentetocabamal;creoqueporesonotuve remordimientos. Aún puedo escuchar el segundo movimiento de la sonata patética númeroochodeBeethoven,interrumpidapor mised.Tambiénpuedoolerlasangretibiaque escurría de mis labios. Procuraba no dejar rastros hasta que uno de los intendentes del conservatorioavisóalasautoridadesdealgunas gotasdesangresecaquepermanecieronenlos pianosydealumnasquenosepresentaronmás. Por supuesto que el intendente no corrió con mejor suerte.

TerminandoelensayolepedíaMarianque me acompañara a tomar café. Al principio intentónegarse,perotomésumanoconfuerza ycomencéacaminar,nolequedóotroremedio que acompañarme; no tardé mucho en percatarmedequeleagradabamicompañía.

Alllegaralcafépedimosexpresos,comenzamosaplaticarsobrenuestrasvidas;después de todo, mi vida había sido casi como la de cualquierhombre.Ellallevabaunlibroentreabierto,nopodíaleereltítulo,porquesumano reposabasobreél,peroobservabaatentoaquella mano sobre el ejemplar de tonos rojizos; me excitabaesacombinacióndecolores,mientras imaginabaenmibocaesaexplosióndesabores mezclada con mis terribles ganas de beber de esamanoclaraytemplada.

Bucharest, Rumania, martes 29 de noviembre de 2005, 01:50 a.m.

Mariancomenzabaatenermemásconfianza, laacompañabadespuésdelosensayosmatutinosasucasa.Unanocheyamuytardelaencontréenunparquecercanoasucasa,platicando

con Andrei, un clarinetista de la orquesta; se veían muy contentos, hubiera querido arrancarle la cabeza o desollarlo vivo, pero me contuveytratédenopensarenlasrazonespor lascualesestabanplaticando.Despuésdedescargar mi furia atacando salvajementea un anciano(noteníatanbuenasangre),decidífumarme un cigarrillo y me senté sobre un vehículo frente a un sanatorio abandonado, mientrasmirabacómoseconsumíalasegunda mitaddelcigarrillo,sintiendoqueeramipropiocorazón.Erademasiadoeldolorquesentía porMarian.Penséenquemipróximavíctima seríaAndrei, era cuestión de tiempo.

Bucharest, Rumania, miércoles 30 de noviembre de 2005, 07:05 a.m.

A la mañana siguiente el frio me resecaba losojos,estabasentadoenlasramasdeunárbol muy alto. Bajé y me solté la cola de caballo para rehacerla. Mientras caminaba, las calles sesumergíanenelblancoinvierno,losrostros craquelados y resecos se cruzaban en mi camino; un niño lloraba, una mujer tosía, una pareja me miraba con desconfianza y un gato hurgabaenlabasuramientrasmipensamiento componíapoesía.Unaimpacienciacomenzaba a recorrer mi cuerpo.

Decidítransportarmedeinmediatoalteatro. Aveintitréspasosdemiestabaella.Marianse estababesandoconAndrei.Mequedémirando porunminutoycaminéllenodefuria,apasos rápidos y largos hacia ellos. Cogí de la frágil muñecaaMarianempujándolaconfuerzahacia la pared. Dentro de mí crecía un odio y una furiadescontroladaquerebasabamisfuerzas. Tomé del abrigo a Andrei levantándolo y acercandomirostrohaciaelsuyo,mostrándole la rabia de mis ojos mientras sentía latir más aprisaelcorazóndeesepedazodehombre.Lo

solté dándole un golpe en el estómago y otro más en la boca. Lo dejé caer al suelo.

Marian lloraba descontrolada gritándome, preguntando si estaba loco o qué me sucedía. Lamiréseriamenteporunossegundos,tratando de explicar con la mirada por qué lo había hecho. Prendí un cigarrillo y me di la vuelta, comencé a caminar hacia mi departamento mientrasmisuavecapasemovíadeunladoal otroconelvientoaúnmásintensoyfrío.Sabía queibaatenerproblemaseneltrabajopormi conducta,peroeraloquemenosmeimportaba. LosinsignificantesgolpesquelehabíapropinadoaAndrei,noerannadacomparadosconel dolorquemeprodujoelveraMariandesvivirse por él. Realmente resulté más lastimado que antesdegolpearlo.

Al llegar al departamento me senté en una silla de madera mientras desvestía mi violoncelo,leaplicabaunpocodebreaalarco,másy másfuerte,másymásrápido,hastaquelaresinasedestrozóenmismanosycayóalsuelo. Me recordaba aquella copa de cristal que se habíarotoenmicamerino,eldíaenquecambió mi vida para siempre. Guardaba en lo más profundodemispensamientoselperiódicode aquella imagen, la más fresca pintura de Marian, al igual que las fotografías de mis víctimas.Mesentíatantriste…sí,tambiénexperimentaba esos sentimientos, como cualquier ser humano, pero mi situación era diferente.

Enesemomentolamentabamisoledadymi vida como vampiro, a pesar de estar acompañado.Eneseinstante,meacerquéalcuerpode miviolonceloyloabracéfuertementemientras mis cabellos rubios me cubrían la mitad del rostro y cerraba mis ojos dejando brotar las lágrimas que tanto tiempo había negado a mi ser,aquellasfríaslágrimasquehumedecíanmi rostromientrassuspirabaprofundamentehasta pasardesollozosaunllantoamargo.

narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

Cuando mis lágrimas habían cesado y despuésdeunsuspiroprofundo,uncalentamiento previo, con una respiración fuerte de partida, comencéatocarelsegundomovimientodela suite para violoncelo de Bach, como nunca antes la había interpretado, desde mis más ocultos sentimientos.

Bucharest, Rumania, jueves 01 de diciembre de 2005, 09:00 p.m.

El primero de diciembre presentamos el último concierto de la temporada, los boletos ya estaban agotados desde semanas atrás, un concierto especial por varios motivos: era finaldelatemporada,elsegundoporlapartida de nuestro director a otro país, y el tercero porque tanto el público como los bailarines y los músicos portábamos atuendos del siglo XIII. Interpretamos Carmina Burana de Carl Orff.

Antes de ocupar nuestros lugares le pedí a Marianhablarconella,teníaunrostrotristey seveíahermosa,quizáunpocomáspálidaque de costumbre y portaba un vestido color rojo de terciopelo. No me respondía, hasta que mencionóqueAndreierasunovio,yquenole gustabacómomehabíacomportadoconél,me dijo que a ambos nos quería mucho y que yo era un gran amigo. Fue entonces cuando le revelé que la amaba. Marian no se mostró sorprendida.Erahoradeempezarelconcierto ydeestarennuestroslugares,elteatrose veía llenodesdeelescenario,laslucesseapagaban por secciones y empezamos.

Cuando concluyó la primera parte del concierto, coincidí con Marian en un pasillo delteatro.Memiróysinemitirsonidoalguno meabrazómuyfuerte.Tomésumanomientras nosmirábamosalosojoscomonuncaanteslo habíamos hecho. Pero para mi mala o buena

fortunaAndreicaminabahacianosotros.Mientrasseacercabaaunpasomásrápido,Marian miraba constantemente hacia atrás, con una mano me sujetaba y con la otra a su violín, subimos apresuradamente las escaleras hasta llegar al último nivel del teatro; estaba algo oscuro, solo habían algunas personas conversando,quenonotabannuestrapresencia.

Andreiseacercópreguntandoquéesloque estabapasando,fueentoncescuandoledijelo quesentíaporMarian.Intentógolpearmepero logré detenerlo. Ambos estábamos fuera de control,yomesentíamásrealquenunca,decidí que era tiempo de acabar con Andrei, no era necesaria la presencia de aquellos jóvenes espectadores, pero no había más remedio que proseguir

Mispupilassedilatabanyadquiríanmayor brillo y un color rojo intenso, mis colmillos se asomaban, mi pálida y fría tez presentaba vasoscapilaresrotos.Losorprendente,fuever queelcuerpodeAndreipresentabalosmismos cambios.Mariannopodíacreerloqueveía,al igual que nuestros espectadores de los cuales uno se desmayó al vernos, y los demás boquiabiertospermanecíanpetrificados.

TomédelcuelloaAndreimientrasveíasus ojosapuntodeescapardelrostro,sentícomo me clavaba los dedos en el pulmón hasta que lo solté y nos golpeamos. Adverti a mis espaldas la pared, sujetándome de la camisa, meelevó hastaquemicabezallegóaltechoy confuerzamedejócaer;mesentíaalgoinconsciente, logré darle un fuerte golpe en el extremoderechodelaboca,peromisnudillos sufrieron daños por sus afilados colmillos.

Mi sorpresa fue tan grande que al caer mi cuerpo en el regazo de Marian quien permanecía en el suelo, Andrei sacó una estaca de plata de su bolsillo izquierdo mientras me mirabaconirayojosdeincendio;corrióhacia

míparaclavármela,peronoestabaresignadoa tener ese fin. Fue entonces cuando sujete el arcodelviolíndeMarian,conempuñadurade plata.Clavécontodasmisfuerzaseltalóndel arcoenelcorazóndeAndrei,ypermanecimos asíporcincosegundos,hastaqueelvestidode Marian, y mi atuendo fueron teñidos por la sangreputrefactaqueemanabalabocadeaquel sujeto.

Cuandoalfinmurió,Marianestirósucuello hacia mí, yo no quería obligarla a ser una de los míos, pero ella parecía dispuesta a serlo, entoncesdescubrísucuellodeaquelloscabellos rojizos, pasé mi mano sobre el mismo y leclavéloscolmillosprofundamente,teníala sangremuylíquida,agradableytibia.Después de esto se desmayó, al poco tiempo, aunque débil, recobró la conciencia. Decidí que se alimentara de los jóvenes que estaban observando,eranecesarionodejartestigosdeloque habíapasado.

La segunda parte del concierto ya había empezado,llevábamosnueveminutosderetraso,realmenteeraalgoimperdonable.Noscambiamosderopayregresamosanuestroslugares sincomentarnadaanadie.Esanochefuelamás largadetodas.Sentíaquemividarecobrabaun nuevo sentido, porque sería diferente el compartirloqueyoeraconMarian.

Ese concierto, en que el teatro estaba lleno deespectadores,deluces,músicos,bailarines yoloramuerte…juntoconlamúsicadeCarl Orff,quenosestremecía,lehicelapromesaa Marian de que beberíamos de tantas venas comopiezashabíamostocadoennuestravida.

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016
delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016
delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

El cuento más desagradable de esta recopilación

Advertencia:Algunospasajesdeestahistoriasonsusceptibles de dañar la sensibilidad de nuestros lectores más románticos. Frédéric

Sientoquetodavíalloraréalvolverapensar en esta historia. Pero me hace bien

contarla:Haygentealaquemiejemplopodrá, posiblemente,ayudarles.Asíalmenostendría la ilusión de haber destruido la más bella historiadeamor demividaporalgo.

Todo comenzó como una broma. Lo recuerdo como si hubiese sido ayer. Le pregunté qué estaría dispuesta a hacer para probarmesuamor.Ellarespondióqueharíalo que fuera sin importar qué. Entonces sonreí y ella también. Los inconscientes.

Evidentemente eso cambió todo. Antes hacíamoselamorsinparar,sinpensarenotra cosa,comopruebadeamornoserasuficiente. Eracomobeberunvasodeagua,soloquecon más sabor y nosotros teníamos sed todo el tiempo. Bastaba con que ella me mirara y mi sexovivía;ellaentreabríaloslabiosyposaban los míos en ellos; su lengua lamía mis encías; sabíaafresaTagada;yopasabamisdedosentresuscabellosperfumados;ellametíalamano en mi camisa para acariciar mi piel; respirábamosmásrápido;yodesabrochabasu sostén de encaje negro para chupar sus tetas; sabíaadulceKrema;sucuerpoeraunadulcería; un auto servicio; comida rápida donde nunca perdíaeltiempo,pasear,vacilarentresucalzón mojado y sus senos en par; cuando nos besábamosdelengua,todoterminadasiempre igual;idasyvenidas;eyaculando;yogritabasu nombre; ella el mío.

El punto y coma tiene algo muy erótico.

Soloéramosunaparejaenamorada.Donde todo se torció, fue cuando decidimos que el amor necesitaba pruebas. Como si el hacerlo no fuese suficiente ya.

Alprincipionoeragrancosa.Ellamepedía detener la respiración por un minuto, si lo lograba quería decir que la amaba. Era fácil. Después ella me dejaba tranquilo por unos días.Peroerayoquienvolvíaalacarga.

—Simeamas,dejatudedoenelfuegodela velahastaqueyotedigaqueloquites.

Ellameamaba,esoeraseguro.Nosreíamos curando la yema de su índice. Lo que no sabíamoseraquetambiénhabíamosmetidoel dedoenunengranajeinfernal.

Acadaquiénlecorrespondíaunturno.Las cosasnotardaronenescalar.Paraprobarlemi amortuve,sucesivamente,que:

- lamer la tapa del retrete

- beber su pipí

-leerenteraunanoveladeClaireChazai

- mostrar mis testículos en una comida de negocios

-darlecienmilfrancossintenerderechoni abesarla

- recibir sus bofetadas delante de todo el café Marly sin protestar

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016 11

- estar encerrado de pie en el armario de escobas por diez horas

- ponerme pinzas de ropa en los senos

- vestirme de mujer un tarde, recibir a sus amigosyservirlamesa

Demiparte,paraverificarquemeamaba,la forcé a:

- comer excremento de perro en la calle

- llevar un consolador en el culo por tres díassinpoderhacercaca

- ver, hasta el final, la última película de Leiouch

- perforarse el clítoris sin anestesia

- ir a una fiesta juntos y verme ligar con todassusamigassinreaccionar

- quedarse en ropa interior amarrada a un semáforounajornadaentera

- ponerse de perrito en su fiesta de cumpleañosyrecibiralosinvitadosladrando

- Salir con correa a casa de Regine

Es seguro: la guerra estaba un poco declarada. Eso no era más que el entremés. Enseguidadecidimos,decomúnacuerdo,que deberíamos hacer participar a otras personas ennuestraspruebasdeamor.

Una tarde la llevé a casa de unos amigos sádicos. Ella tenía los ojos vendados y las manos atadas por los puños.Antes de tocar la puerta, le recordé las reglas del juego:

—Simepidesqueparemos,esoquerrádecir queyanomeamas.

Pero eso ella lo sabía muy bien.

Mistrescompañeroscomenzaronporcortar su ropa con unas tijeras. Uno le sujetaba el brazoenlaespaldaylosotrosdoshacíantiras elvestido,elsosténylaspantaletas.Temblaba

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016 12

inquietaalsentirelmetalfríosobresuepidermis.Cuandoestuvocompletamentedesnuda, la acariciaron toda: los senos, el vientre, el sexo, las piernas; entonces los tres la penetraron,conlosdedos,conelsexo,primero por separado, después al mismo tiempo (uno enlaboca,otroenlavaginayeltercerodentro del ano: todo estaba muy bien organizado). Luegodegozardeunbelloconjunto,pasamos a cosas más serias.

Susbrazosfueronamarradosporencimade lacabezaaunarofijoenelmuro.Lequitamos lavendaparaquepuedaverelfuete,ellátigoy la fusta, luego sus pies fueron fijados al muro concuerdasylosojosvendadosdenuevo.La flagelamos,loscuatro,duranteveinteminutos. Alfinaldelejercicioeradifícildistinguirquien estabamáscansado,lavictimadesgañitándose en suplicas y gritos de dolor, o los verdugos agotadosdegolpearlacontodolafuerzadelos brazos. Pero ella se mantuvo, entonces me amaba.

Para festejar la marcamos con un fierro al rojovivoenlanalgaderecha.

Luego llego mi turno. Porque yo la amaba era necesario que aceptara sufrir de todo sin reparar. Toma, Toma. Me lleva a una cena en casadeex,esdecir,untipoalqueyodetestaba. Al terminar la comida ella le dice:

—Miamor,noteheolvidado.

Culpándome con un gesto de la cabeza, prosiguió:

—Este perdedor jamás podrá remplazar lo quenosotroshemosvivido.Ademánestannulo quenosveráhacerelamorsinmoverse.

Mequedésentadoenmilugarmientrasella se instala a horcajadas sobre mi predecesor y peorenemigo.Lobesaconlabocabienabierta mientras le acaricia el sexo. El me mira

desconcertado,perocomoyonoreaccionaba, el termina por dejarse hacer, pronto ella se montasobresuverga.Jamáshabíasufridotanto en mi vida, quería morir en ese mismo lugar, peronodejabadedecirmequeesesufrimiento era mi prueba de amor. Cuando tuvieron un orgasmosimultaneo,ellavolteahaciamíyme pide largarme ya que desean recomenzar solos.Ahí explote en llanto de rabia y desesperación,lesupliqué:

—¡Piedad,pídemecortarmeundedo,pero no eso!

Me tomó la palabra. Fue mi rival quien amputóeldedopequeñodemimanoderecha. Fue atroz, pero menos terrible que dejarlos solos.Además:nopoderrascarselaorejacon el dedo pequeño de la mano derecha, era un sacrificiomenorquedejarseponerloscuernos porunpendejo.

Apartirdeesemomentonuestroamorexigía demásymáspruebas.

La obligué a hacer el amor con un amigo cero positivo sin preservativo (luego de una nochesalvaje).

Ellamesuplicómamárselaasupadre.

LaprostituíenlaavenidaPoch.Descubierta por la policía, se dejó violar colectivamente por la gendarmería y unos indigentes sin que yo levantara ni el dedo meñique, porque ella melohabíacortado.Memetióuncrucifijoen el ano durante la misa del entierro de mi hermana, en el cual, antes, tuve que asaltar el cadaver.

Besé a todas sus mejores amigas en frente deella.

Me forzó a ser testigo de su boda con un chico rico agente de bolsa.

Laencerrédesnudaenunacavainfestadade ratasytarántulas.

Sinolvidarlopeordetodo:Meempujóhasta forzarmeatenerunacenacaraacarayasolas conRomaneBohringer

Despuésdeunañoyahabíamoshechotodo, TODO. A un punto que estábamos prácticamente cortos de ideas.

Luego, un día, cuando era mi turno de probarla, por fin encontré la prueba última de amor, esa que me diría que me amaría por siempre.

No, no la maté, sería muy fácil, yo quería que sufriera toda su existencia, para confirmarmesuamorabsolutoacadasegundo yhastaquelamuertallegara.

Es por eso que la dejé.

Yporloquejamásmehavueltoaver.

Cadadíaquepasasufrimosdemasiadoeluno por el otro. Hace largos años que lloramos. Pero ella sabe como yo que no podía ser de otramanera.

Nuestra más bella prueba de amor es no volveravernosnunca.

La nouvelle la plus dégueulasse de ce recueil

Frédéric Beigbeder

JAvertissement:certainspassagesdecetextesont susceptiblesdeheurterlasensibilitédenoslecteurs lesplusromantiques.

e sens que je vais encore pleurer en repensant à cette histoire. Mais il me faut

bien la raconter : il y a des gens à qui mon exemplepourrapeut-êtrerendreservice.Ainsi au moins aurai-je l'illusion d'avoir détruit la plus belle histoire d'amour de ma vie pour quelquechose.

Tout a commencé par une blague. Je m'en souviens comme si c'était hier. Je lui ai demandécequ'elleseraitprêteàfairepourme prouver son amour. Elle m'a répondu qu'elle ferait n'importe quoi. Alors j'ai souri et elle aussi. Les inconscients.

Évidemment,c'estlàqueçaabasculé.Avant, onfaisaitl'amoursansarrêt,sanspenseràautre chose. Comme preuve d'amour, ça nous suffisait.C'étaitcommedeboireunverred'eau - sauf que ça avait plus de goût et qu'on avait tout le temps soif. Il suffisait qu'elle me regarde et je sentais mon sexe vivre. Elle entrouvrait ses lèvres; j'y posais les miennes; sa langue léchait mes gencives; elle avait un goûtdefraiseTagada;j'écartaismesdoigtsdans sescheveuxparfumés;ellepassaitsamainsous ma chemise pour caresser ma peau; nous respirions plus vite; je dégrafais son soutiengorge de dentelle noire pour dégager sestétons;ilsavaientungoûtdebonbonKrema; soncorpsétaituneconfiserie;unself-service; un fast-food où j'aimais prendre mon temps, flâner, hésiter entre sa culotte trempée et des seinsennombrepair;quandonrouleunepelle, çafinittoujourspardéraper;ilyadesalléeset

venues; en éjaculant, je criais son prénom; et elle, le mien.

Lepoint-virguleestunechosetrèsérotique.

Onétaitjusteuncoupleamoureux.Làoùça a dérapé, c'est quand on a décidé que l'amour avait besoin de preuves. Comme si le faire ne suffisaitplus.

Au début, ce n'était pas grand-chose. Elle me demandait de me retenir de respirer pendantuneminute.Sij'yparvenais,çavoulaitdire que je l'aimais. C'était facile. Après, elle me laissaittranquillependantquelquesjours.Mais c'étaitmoiquirevenaisàlacharge.

—Si tu m'aimes, laisse ton doigt sur la flamme de la bougie jusqu'à ce que je te dise del'enlever.

Elle m'aimait, c'était sûr. On a bien rigolé en soignant la cloque sur son index. Ce qu'on nesavaitpas,c'estqu'onavaitaussimisledoigt dansunengrenageinfernal.

C'estdevenuchacunsontour.L'escaladen'a pastardé.Pourluiprouvermonamour,j'aidû successivement :

- lécher la cuvette des chiottes;

- boire son pipi;

- lire en entier le roman de Claire Chazai;

- montrer mes couilles dans un déjeuner d'affaires;

- lui donner cent mille francs sans avoir le droit de la baiser ;

- recevoir deux gifles d'elle devant tout le café Marly sans protester;

- rester enfermé debout dans le placard à balaispendantdixheures;

- porter des pinces-crocodile sur les seins;

- m'habiller en fille le soir où elle recevait ses amies à dîner, et servir à table.

Demoncôté,pourvérifierqu'ellem'aimait, je l'ai forcée à:

-mangerunecrottedechiendanslarue;

- porter un godemiché dans le cul pendant trois jours sans pouvoir faire caca;

- voir jusqu'au bout le dernier film de Leiouch;

- se faire percer le clitoris sans anesthésie;

-alleràunesoiréeavecmoietmeregarder draguer toutes ses copines sans reagir;

-sefaireprendreparlechiendontelleavait mangélacrotte;

-resterattachéeàunfeurougependantune journéeentière,uniquementvêtuedelingerie;

- se déguiser en chienne le soir de son anniversaireetaccueillirlesinvitésenaboyant;

- sortir tenue en laisse chez Régine.

C'est sûr : la guerre était un peu déclarée. Mais ce n'étaient que les hors-d'œuvre. Car ensuite,ilfutdécidéd'uncommunaccordque nousdevionsfaireparticiperd'autrespersonnes ànospreuvesd'amour.

Un soir, je l'ai emmenée chez des amis sadiques.Elleavaitlesyeuxbandésetlesmains attachéespardesmenottes.Avantdesonnerà la porte, je lui ai rappelé les règles du jeu:

—Situdemandesqu'onarrête,celavoudra direquetunem'aimesplus.

Maisellesavaitçaparcœur

Mes trois copains commencèrent par découpersesvêtementsavecdesciseaux.L'un luitenaitlesbrasdansledos,etlesdeuxautres déchiraient sa robe, son soutien-gorge et ses bas. Elle frémissait d'inquiétude en sentant le contactdumétalfroidsursonépidémie.Quand elle fut nue, ils la caressèrent partout : seins, ventre,fesses,sexe,cuisses,puislapénétrèrent tous les trois, avec les doigts puis le sexe, séparémentd'abord,puisensemble(undansla bouche,undanslevaginetundansl'anus:tout ceciétaittrèsbienorganisé).Lorsqu'ilseurent jouiavecunbelensemble,onpassaauxchoses sérieuses.

Sesbrasfurentattachésau-dessusdesatête à un anneau fiché dans le mur. On lui retira le bandeau pour qu'elle puisse voir le fouet, la cravacheetlesmartinets,puissespiedsfurent fixésaumurpardescordesetsesyeuxbandés ànouveau.Nouslaflagellâmestouslesquatre pendant vingt, minutes. À la fin de l'exercice, il était difficile de départager qui était le plus fatigué,delavictimeépoumonéeensupplications et cris de douleur, ou des bourreaux épuisésàforcedelabattreàtourdebras.Mais elleavaittenu,doncellem'aimait.

Pour fêter ça, nous la marquâmes au fer rouge sur la fesse droite.

Et puis mon tour est arrivé. Puisque je l'aimais, il fallait que j'accepte de tout subir sans broncher. Donnant, donnant. Elle m'emmenadînerchezun"ex"àelle-c'est-àdireuntypequejedétestais.Àlafindurepas, elle lui adressa la parole :

— Monamour,jenet'aipasoublié.

Enmedésignantdelatête,ellepoursuivit:

— Ce ringard ne pourra jamais remplacer ce que nous avons vécu. D'ailleurs, il est

tellement nul qu'il va nous regarder faire l'amoursansbouger

Je restai assis à ma place pendant qu'elle s'installait à califourchon sur mon prédécesseuretpireennemi.Ellel'embrassaà pleine bouche en caressant son sexe. Il me regardait, interloqué. Mais comme je ne réagissais pas, il finit par se laisser faire, et bientôt elle s'empala sur sa bite. Jamais je n'avaisautantsouffertdetoutemonexistence. J'avais envie de mourir sur place. Mais je ne cessais de me dire que cette souffrance était ma preuve d'amour. Quand ils eurent un orgasme simultané, elle se tourna vers moi, crevée, transpirante, et me demanda de m'en aller car ils avaient envie de recommencer seuls. Là, j'éclatai en sanglots de rage et de désespoir. Je la suppliai :

— Pitié,demande-moiplutôtdemecouper undoigt,maispasça!

Elle me prit au mot. Ce fut mon rival qui amputa la première phalange de mon auriculairegauche.C'étaitatroce,maismoins terrible que de les laisser seuls. Et puis : ne plus pouvoir se gratter l'oreille avec la main gauche est un moindre sacrifice que d'être cocufiéparunconnard.

Apartirdelà,notreamourexigeadeplusen plusdepreuves.

Je l'ai obligée à faire l'amour avec un ami séropositif sans préservatif (lors d'une nuit fauve).

Elle m'a prié de sucer son père.

Je l'ai prostituée avenue Poch: embarquée par les flics, elle s'est fait violer collectivementparlamaréchausséeetquelquesSDFsans quejelèvelepetitdoigt,puisqu'ellemel'avait coupé.Ellem'aenfoncéuncrucifixdansl'anus

pendant la messe d'enterrement de ma sœur, dontj'avaisdûsauterlecadavreauparavant.

J'aibaisétoutessesmeilleuresamiesdevant elle.

Elle m'a forcé à être témoin à son mariage aveclefilsd'unricheagentdechange.

Jel'aienferméenuedansunecaveinfestée deratsetdemygales.

Sans oublier le pire de tout: elle poussa même le vice jusqu'à me contraindre à dîner entêteàtêteavecRomaneBohringer.

Pendantunan,nousavonstoutfait,TOUT. Au point que nous étions presque à court d'idées.

Etpuis,unjour,quandestvenumontourde la tester, j'ai enfin fini par trouver LApreuve d'amourultime.Cellequivoudraitdirequ'elle m'aimeraitàjamais.

Non, je ne l'ai pas tuée. C'eût été trop facile. Je voulais qu'elle souffre toute son existence, pour me certifier son amour absolu à chaque seconde et jusqu'à ce que mort s'ensuive.

C'est pourquoi je l'ai quittée.

Etc'estpourquoiellenem'ajamaisrevu.

Chaque jour qui passe, nous souffrons davantagel'unpourl'autre.Celafaitdelongues années que nous pleurons. Mais elle sait commemoiqu'ilnepeutpasenêtreautrement.

Notreplusbellepreuved'amour,c'estdene plusjamaisnousrevoir

(Eltextofuetomadodelapágina71-79dellibro“Nouvelles sous ecstasy” Fédéric Beigbeder, Ed. Folio).

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016 17
delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

La jaula del dodo

Regresé al pueblo de mi abuela materna parasufuneral.Apenassalídelcementerio quise dar un paseo por la çszzzz avenidaprincipalpararecordarcómoeranlos edificios que tantas memorias me traían. Caminéalgunascuadrashastallegaralaplaza mayor, rodeada por cuatro portales de comercio;enunodeellos,descubríunatienda deantigüedades.

Entré.Ellugarolíaapolvoylamaderacrujía a cada paso que daba. Los objetos en venta daban al lugar un aspecto lóbrego: joyería victoriana,vestidosdesedacraquelada,espejos rococó, muebles estilo Luis XV, pinturas opacas, entre otras curiosidades.

Lo único que me despertó un interés desmedido por gastar fue un dodo blanco disecado que estaba dentro de una jaula de herreríaartística.Yoerabiólogodeprofesión, especializadoenzoología,ynopodíacreerque existiera en el mundo un ejemplar tan bien conservadodeunaespecieextintadesde1662; por si acaso la magnitud de aquel descubrimiento hubiera sido poco, el último dodo disecadodelquesetuvonoticiafuedesechado en1755,porelavanzadoestadodedescomposición en que se hallaba. El ejemplar de dodo frente a mí tenía un plumaje y la mirada resplandecientes.Embelesado,contemplabaal ave cuando una voz pausada y afónica me interrumpiódiciendo:

—Siquierequelemuestrecualquierobjeto delatienda,nodudeenpreguntar;estoyasus órdenes.

—¿Cuántocuestaeldodo?

—Señor,temoadvertirlequeeldodonoestá alaventa.

—A lo largo de mi trayectoria he hecho extensos estudios sobre el vuelo de las aves, en especial sobre las extintas. Soy biólogo zoologista, no sabe lo que este hallazgo significaparamicarrera.Estoydispuestoalo que sea con tal de quedarme con él. ¿Cuánto quiereporelpájarododo?—saquélachequera de un bolsillo interior de mi levita —. Le ofrezco quinientas mil libras esterlinas.

Eloctogenarioaceptóvendermeeldodopor esa cantidad; hice el cheque y se lo entregué. Mientraselancianoenvolvíalajaula,mirécómo de sus ojos brotaban lágrimas.Antes de irme delatienda,élmeadvirtióquenodestaparala jaulaalairelibreporningúnmotivo.

Emprendí el camino hacia el mesón donde pasaríalanoche.Mientrasatravesabalaplaza mayor,choquéconunamujer.

—Tengamáscuidado—dijoelladisgustada, mijaulalehabíalastimadoelbrazo.

Norespondínada.Mequedéobservandoa la joven porque me pareció conocida. En cuestióndesegundos,elclimatuvouncambio radical: de soleado, caluroso y seco, pasó a nubladoyventoso;seformaronremolinosque me llenaron los ojos de arena. Decenas de pájaros volaban sobre mi cabeza, emitían graznidos insoportables y defecaron en mi chaqueta. Sin percatarme del momento, la mujerquehabíacreídoconocerdesapareció.

Pensé en agarrar la jaula del dodo y correr hacia el palacio de cristal para resguardarme

de la inclemencia del clima; pero, apenas la hube tocado, sentí que algo me mordió el pulgar.Midedosehabíainflamadoysangraba, lochupéconelfindepararlahemorragia.Las aves revoloteaban cada vez más cerca de mi cabeza.Conunamanoenlabocaylaotrasobre micompra,mepuseasalvobajotechoprimero, y después rompí el papel que cubría el armazónpara ver qué era lo que me había lastimado. Examiné el dodo disecado, pero había mantenido la misma posición en la que siemprehabíaestado.Tanprontocubrílajaula con mi levita, las aves se retiraron, no así los vientos.

Retomé el regreso a la posada. Mientras caminaba,empecéasentirundolordecabeza que fue intensificándose a tal grado que perdí elconocimientoapenascrucélaentradademi habitación.

Despertécercadelasnuevedelanoche.Me sentía exhausto y desconcertado por lo sucedido. Tenía hambre, así que toqué la campanaparaqueunempleadovinieraatomar mi orden. Me pidió que esperara media hora. Mientras tanto, comencé a desnudarme para tomarunaducha.Mirécómoalgunaspelusasy plumaspequeñasquetraíaadheridasalaropa caían al suelo.Al principio fue gracioso, pero dejó de serlo al observar que mi piel parecía pellejo de pollo.

Me asusté aún más con las siguientes transformacionesqueexperimenté:lapuntade mi nariz fue creciendo hacia el frente y deformándose,seensanchócomounmonedero y decoloró extrañamente; los poros se recorrieron hacia los costados. La mandíbula me creció hasta emparejarse con el tamaño delanariz.Micuerposeinclinó,mivientrese colgóyacojinó,mispiernasseencogieron,mis brazos se doblaron y retrajeron hacia atrás, quedándome un par de alitas poco útiles; los

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016 20

dedosdemispiesaumentarondetamañoyse separaron,lasuñassetornarongarrasdeavey mebrotaronplumasdecolorblancoygris.

Grité, pero en vez de un alarido, emití un fuerte gorjeo. Quise taparme la boca por instinto, pero ya no tenía manos. No entendía loqueestabapasándome.Conpasoscortosme acerqué al espejo de pie. No podía ser real lo queestabaviendo,¡mehabíaconvertidoenel ave que compré horas antes! ¡Un dodo! Sentí ganas de llorar, pero en vez de sollozos, me salieron chillidos de pájaro.

Estaba lamentándome por mi nueva condición cuando oí que alguien llamaba a la puertaconinsistencia,lacenaestabaservidaen el comedor. Al no obtener respuesta, el camarero empujó la entrada y ésta le cedió el paso.Lanzóungritodehorroralverme.

—Por favor, no me lastime — gemí — . No soy una especie rara, ¡soy Gregory Gibbons,elhuéspeddeestahabitación!Selojuro, soyinofensivo.

Misesfuerzosporidentificarmeresultaron inútiles, el mozo quería echarme a la calle. Intentóagarrarmedelvientre;yo,comopude, me zafé con mi largo pico. Pensé en correr hacia la ventana, pero las garras de mis patas eran tan largas y mis dedos estaban tan separados entre sí que me hacían demasiado torpe. Finalmente, me escondí debajo de la cama,enunrincóndondeelempleadonologró alcanzarme. Tras un par de minutos, el muchachoseretiróiracundodelahabitación. Yotemblabademiedo,sentíquemiintegridad sehallabaenriesgo.

Instantes después, recuperé la forma humana. Me golpeé la cabeza contra los tablones de la base de la cama durante el proceso. Salí de mi escondite. Afuera, sentí vergüenza cuando me percaté de que el per-

sonal del hotel me rodeaba. Estaba recibiéndolesdesnudo.

—¡Quéfaltaderespetoesésta!—exclamé conindignación.

El gerente del lugar responsabilizó al camarerodelinconveniente.Eljoven,alverse inculpado,intentódefendersediciendo:

—Cuando abrí la puerta, encontré un ave parecidaaunagaviotaounpelícano,peromuy raro. Quise echarlo del cuarto, pero se escondiódebajodelacama.

Nadie creyó al empleado. El gerente me ofrecióunadisculpaanombredelacompañía y se marchó de la habitación, seguido por los demás.Bajéalcomedor.Esanochecenévino, ensalada y pescado con papas. Mi secreto estabaasalvo,peromepreocupabaelextraño fenómeno. Apenas volví a mi habitación, me precipitéaretirarlamantaquecubríalajaula. Se me congeló la sangre al descubrir que el dododisecadosehabíahechopolvo.¿Quérayos mehabíavendidoaquelancianodelatiendade antigüedades?

Me levanté antes del amanecer, estaba tan asustado por mi metamorfosis que no pude conciliarelsueño.Mipielestabamáspálida;y mis pupilas, más dilatadas. Tomé un baño de tina, recorté mi barba y desayuné en el refectorio. Antes de abandonar el mesón, el recepcionista me entregó un paquete que alguienhabíadejadoparamí.Eraunlibroyuna carta. Me apresuré a leer la nota, que decía:

Insensato, ha subestimado mi advertencia. ¿Acaso no le dije que no destapara la jaula en espacios abiertos? La maldición del dodo albino ha resurgido cuarenta y cinco años después, y usted se ha convertido en portador de ella. Gracias a su necedad, mi hijo por fin descansa en paz; pero siento remordimiento

ante el desenlace que a usted le aguarda. Si quiere salvarse, lea este libro. Apresúrese, el tiemposeacaba.Noreaccioneaestemensaje con indiferencia y actúe pronto. Se despide, René Tablian, dueño del almacén de antigüedades.

Metí el libro en mi equipaje, liquidé la cuenta del alojamiento y abandoné el pueblo de inmediato. Con suerte, si me iba, la maldición terminaría por sí sola.

Reciénvolvíacasa,tuvecuriosidaddeleer el libro, pero estaba escrito en neerlandés antiguo,idiomaquenoentendía.Sutítuloera: Vreemde bezweringen rond de Aarde en hun remedies, impreso en 1868. Hojeé la publicación entera para contemplar las litografías que traía. Gracias a las ilustraciones supe que trataba de muchas metamorfosis humanas: licantropía, vampiros, hombres elefante, mujeres barbudas, golems, zombis, viudas negras, centauros, princesas cisne, príncipes sapo, duendes, enanos, dragones pintos y hombresdodo.

En la página anterior al capítulo de los hombresdodohabíaunailustracióndetodala página que comparaba el aspecto de un dodo real con uno humano. No hallé diferencias notorias. Debía desvelar el contenido de ese libro de inmediato; para esto, necesitaba la ayuda de un erudito en quien yo tuviera confianzaplena.

Decidido a triunfar sobre la maldición, telefoneé a mi mejor amigo, el doctor WilliamBlumberg,directordelzoológicodeLondres,yunapersonaversadaenvariosidiomas. Leplatiquélasperipeciasdemiviajealpueblo demiabuelaydelextrañoencantamientoque había contraído por la mordedura de un dodo enaparienciadisecado.Aloírme,dijo:

—Voy a tu casa esta noche para que me enseñes el libro y juntos ver qué podemos hacer

Horas más tarde, cuando mi amigo tocó el timbre de la casa, me apresuré para abrirle la puerta. Estaba tembloroso, mareado, sucio, ojeroso,conlosojosamarillos,laspupilasaún más dilatadas, y la piel amarillenta y llena de pliegues.Lorecibíconangustiademuerte:ya me había convertido en dodo tres vecesen el transcursodeldía.

—¡Qué demacrado te ves! -exclamó mi amigo.

Asentí con la cabeza y lo invité a pasar. Le mostré el polvo del pájaro y la jaula en que venía, y abrí el libro en el capítulo de los hombresdodoparaqueseconvencieradeque lamaldiciónquepadecíaerareal.Alterminar de leer, el doctor dijo:

—Ellibrohabladelamaldicióndelhombre dodo,originadaenlaislaMauriciodesde1646, atribuida a una gitana española de nombre Ocairy,ylaexpansióndelhechizoaEuropay América en los años siguientes hasta la publicación del libro. Es irrelevante contarte la historia ahora. Lo importante es que sepas que a las setenta y dos horasposteriores a la mordida,serásundodoenestadopermanente; sin embargo, aquí dice que existe un antídoto paraquerecupereslaformahumana:frutosde laisladeCargadosCarajos.

Me invadió la angustia de saber que me quedabanmenosdedosdíasparaconvertirme en dodo para siempre y que un barco tardaría mínimounmesenllegaraloscarajos.Pedíal doctor Blumberg que fuera a la isla para conseguir las frutas, le hice un cheque por la mitaddemifortunaparacostearsusviáticosy pagarsushonorarios.

—Pronto mi casa será muy grande para un dodo solitario, tendremos que pensar en un lugarmásadecuadoparaqueviva-reflexioné envozalta.

—ElLondonZoologicalGardeneselúnico refugio que puedo ofrecerte mientras encuentro ese antídoto. Acondicionaré un hábitat para ti solo, con alarma para evitar robos. No se ven dodos vivos todos los días, alguien podría robarte para ganar una fortuna con tu exhibición en un circo itinerante.

Enlosdíassiguientesseguíconvirtiéndome en dodo ante la mirada atónita de mi amigo, a quienlepedíquenosesepararademiladohasta queyanorecuperaralaformahumana.

He vivido en el zoológico durante seis meses. William cumplió con su palabra de brindarme protección en un área confortable, verde y amplia.Se presume, tomó un barco a Mauricio para conseguir los frutos que me liberen del encantamiento para siempre. Mientras tanto, yo soy la mayor atracción de este parque. Soy tan popular que hasta el rey Jorge V del Reino Unido ha venido a conocerme. Debo tolerar la insoportable cantidad de fotos que los profesionales me toman, el constante acoso de los científicos quevienenaquíparahacermeestudiosfísicos, conductuales,genéticos,ylapresióntangrande alaquemesometenadiarioparaquepreserve mi especie. Debo reconocer que los cuidadoresmealimentanmuybien,comotanto que creo que pronto tendré problemas de sobrepeso.

No entiendo el código lingüístico de las aves, tampoco puedo comunicarme con los humanos y ningún cuidador se ha acercado a mi jaula para darme noticia de mi amigo. Todavíacomprendoelinglés.

Ansío recuperar mi existencia normal. No quieromorirconlaformadeundodoycorrer lamismasuertedelhijodelseñorTablian.No quieromorderaningunodemisvisitantespara que esta maldición no siga propagándose. No quieroserdisecadonicocinadoalanaranja.

WilliamBlumberghatardadotantotiempo enregresarquehellegadoapensarquequizás hayamuertoenelviaje,orobadomidinero,y yanovolverá.Deseoestarequivocado.

—¿Túsíentiendesloquedigo?

Del otro lado de la reja, un niño rubio, con boinaypantaloncillosgrisescortos,tratabade imitarmisgorjeos,sereíaacarcajadas,quería abrazarme, estaba pasándola muy bien conmigo;enseguidallamóasuspapásparaque conocieranalgordito,giganteypatosopichón.

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016
delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016 25

La otra mañana

Hepasadotodalatardeaquí,ynosóloesta tarde,sinotodaslasanteriores,desdeque

me dejaron sosteniendo este faro que ilumina lahabitación.

Hoyporlamañanaellaseacercócaminando ensustacones,recorriólascortinascomocada mañana y abrió la ventana. La luz solar me alcanzó y se expandió sobre mi superficie tornándose más clara y brillante. Luego ella, la de los tacones se alejó. Minutos más tarde regresó con un ramo de flores amarillas; eso me puso alegre, sabía que los insectos zumbonesvendríanavisitarlas.Porunashoras todoquedóensilencio,ydesdeaquí,dondeyo estoy, se puede mirar el jardín en toda su amplitud. Será por eso que el silencio me parecedecolorverde.Peroalmediodía,como todoslosdías,comenzaronallegarlospájaros rompiendo el silencio con su algarabía; alborotados y revoltosos agitaron las ramas y las hojas del gran árbol que sombrea la casa. Secorretearon,seembuyeronenelaguadela pequeña fuente al centro de los rosales. Al escucharlos, me parece que hablan a gritos, peronolosentiendo.Alqueentiendomuybien, es a él, al árbol. Siempre tiene algo que decirme. Conoce muchas cosas, conoce la historia de ella, y la de su madre y la de su abuela. Pero no sólo eso, conoce la historia desde el principio. A mí me ha dicho que un díamecontarádedóndevengo.

La otra mañana, sucedió algo extraño, un pájaro clavó su pico repetidas veces en su tronco,ymientrasyoloobservabapudesentir sus piquetitos sobre mí. Desde entonces, no dejo de pensar en sus palabras. ¿De dónde vengo? Ese es el pensamiento que guardo en elprimercajóndemícostado.Esperoansioso

todas las tardes a que se dé tiempo de explicarme. Pero hasta hoy, ha estado muy ocupado cuidando los nidos de los colibríes; sontanpequeñoscomounamonedaytieneque cuidarlos del viento. Hoy entró uno de ellos, deloscolibríes,revoloteótanrápidosobrelas flores amarillas que no pude ver con claridad sus alas, pero al agitarlas sentí un aire ligero comocuandoagitanunabanico.

El sol ha comenzado a ocultarse, el árbol estádormido,losnidosestánllenosycallados, lasramasquietas.Ella,regresócomotodaslas noches, pero esta vez no la escuché, dejó en algún sitio sus tacones. Se acercó en silencio a la ventana, pero antes de cerrarla, entró una corriente de aire fresco que me trajo el perfume de las flores. Ella ha dejado las cortinas abiertas. La escucho decir que la luna está espléndida,luego,prendeelfaroquesostengo desdelaprimeratarde;habíaolvidadodecirque éste,mifaro,llevaalgoparecidoaunsombrero sin tapa, como una falda al revés, o algo parecidoaunparaguasquelafuerzadelviento ha invertido; una especie de solecito que no medejaverbienlabrillantezdelaluna.

Finalmente ella, sin sus tacones, se sentó enelsillónquemeacompañadelladoderecho, tomó el libro que descansa sobre mí todos los días y que todas las noches despierta al abrir suspáginas;parecieraqueéltambiénmehabla como el árbol, pero con voz de mujer. Su voz mearrulla,ynoséenquémomentomequedo dormido como siempre y sueño con las cosas quemedice,perosuvozsevaalejandopocoa pocohastaqueyanosésiestoysoñando.Sólo recuerdounpensamiento"Esperoquemañana elárboltengaunpocotiempo".

Veinticuatro de diciembre

Nocabíantodoslosregalos;seencontraban encualquierlado:mesa,piso,sala.Mucho menos las personas; las maletas, regadas por lahabitación.Norecuerdocuántoséramos.No demasiados, pocos tampoco. Invierno tras invierno llegábamos a ese pequeño departamento atestado de gente después de ochohorasdeviaje;gentequeeranfamiliares; gentequeahoraesdesconocida.

Mi parte favorita de la noche era cuando abríamos los regalos, luego la cena, luego Santa Claus. Nunca fue ver las sonrisas de todos;avecesmedanascolaspersonasfelices. Supongo que yo no fui feliz en esa época. La verdad es que no me gustan los eventos masivos,menosfamiliares.Apesardeeso,me sentía extrañamente cómoda cuando me despertaba en la mañana en una cama que no eralamía.Metranquilizabaescucharqueenla otra habitación ya había vida y que pronto desayunaríamos el recalentado de la cena de anoche.Yojugaríatodoeldíaconmisprimas y nuestras abuelas nos consentirían. Nos preguntarían qué seríamos de grandes, como si "de grandes" fuera un futuro muy lejano; como si supieran que ellas ya no vivirían ese futuro o al menos no conscientemente. Los padresdesaparecíanporque"eranvacaciones". Así lo recuerdo y así me gusta recordarlo. Hace poco volví a aquel lugar; ya no era el mismo de antes. Incluso el aire se sentía diferente, aunque seguía oliendo como a gas mezclado con comida refrigerada y baba de perro. El perro ya ni siquiera era el mismo; habíamuertohaceaños.Ésteenverdaderaun perro; el otro no, el otro era un miembro de la familia.Todavíanisiquieraentrabaaledificio

Andrea Calderón Villaseñor y ya se sentía en el ambiente centellas de añoranza;dequeañosatrásaquíhabíafelicidad, vida, juventud. Con cada escalón que subía llegaban los recuerdos, la inocencia, el saber que ya nos estaban esperando cuando llegáramosalúltimo.Sinembargo,eseúltimo estabavacío.Eldepartamentonolucíaigualque hace diez años, había envejecido, así como la persona que lo habitaba. No podía creer que ese lugar era el mismo en el que descubrí que SantaClausnoexistía.Todoeltiempopensaba que aquí hacía falta algo y no fue hasta que comenzamosahablardeese"algo"cuandome di cuenta de lo que era: "ella era hermosa de joven, me acuerdo de su sedoso cabello amarradoendostrenzaslargas"Miabuela.Yo nomelapodíaimaginarasí,joven.Paramíella siempre existió con sus arrugas en la cara, su cabello cortísimo y sus dientes amarillos; lo quemásrecordabaerasucomida.Esacomida que, tanto su perro como cualquier miembro delafamilia,disfrutaba.

A veces intento borrar de mi mente la imagendesucarachupada,pálida,susmanos retorcidashaciadentro,lasondaqueagujereaba su estómago porque ya no podía comer, las radiografíasquemostrabanquesucerebrocada vez se hacía más pequeño, que cada vez iba olvidandomáscosas,quecadavezibaolvidando quién era, pero no logro hacerlo. No puedo olvidarsusumiradaenferma,quedecía"yano quierovivir".Yoloveía,peromedabamiedo. Mearrepientodenohaberloentendidoenese momento.

Las paredes del departamento emitían enfermedadymuerte.Lapersona,quealguna vez nos culpó de no haber cuidado bien a su

hermana, ahora tenía aspecto de una anciana decrépita y no de la mujer que, años atrás, era la tía más linda. Esas dos mujeres por las que sejuntabatodalafamiliacadaveinticuatrode diciembre ahora no existían: una se había muerto;otrasefueapagandopocoapocopor laausenciadeella.Debidoaeso,lafamiliase fue separando, culpándose unos a otros del descuidodemiabuela;peleandoporlaherencia yporelpocodineroquehabíadejado,sindarse cuenta de que rompieron a la familia, la fragmentaronylequitaronlosveinticuatrosde diciembre.

Noextrañolassonrisasenlacaradetodos: extrañoalafamilia,verlosunavezalaño,sentir que disfruto mis vacaciones, el departamento desordenado que a nadie le importaba porque eranavidad.Extrañoverlosatodosnoenfermos yesaspreguntasqueeran"¿quévasapedirlea los Reyes Magos?" y no "¿ya tienes novio,

mija?".Extrañonosentirmeagobiadaantesde las fiestas de Navidad, porque estoy sola. Extraño esos perros que comían todo lo que nosotroscomíamos.Extrañolosmínimocinco regalosporcabeza.Extrañoquemedigan:"¡ya vaasernavidad!",ysonreír;nohacercomosi nomeimportaraycomosidetestaralanavidad.

Nunca me gustaron los eventos masivos familiares, de eso estoy segura; sin embargo, eran parte de mi vida y ya los había aceptado, ya me había acostumbrado. Creí que así sería porsiempre;queyotambiénllevaríaamishijos allá, con los hijos de mis primos, con mis tíos siendo sus abuelos. Duele ver que, con la muerte de alguien, todo a lo que estabas acostumbrado,cambie.Almorirsemiabuela, eleslabónquesosteníalapirámidefamiliarse desmoronó.Intentaronconstruirnuevas,pero siemprefaltaba;siemprefaltayfaltará.

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016 29
delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

El siervo de la guerra

DIván Noé Espadas Sosa

eaquelcafédelCairo,aúnrecuerdoaquelladesconcertantehistoriaquemeconto el mercader delYemen. Alejandro de Macedonia no murió en Babilonia como siempresehacreído,elconquistadorfuelosuficientementeinteligenteparasaberque teníamuchosenemigosinclusohastaentreloshombresquevelabansussueños.Cada díasearmabanydesbaratabanconspiraciones.Unanoche diounafiestaensupalacio, se mantuvo sobrio pero hizo creer a todos que se había embriagado. Caminaba dando tumbosybalbuceandocanticosdeguerra.Conunacopallenadevinoenlamanofingió una aparatosa caída; ya estando en el suelo el vino se derramo bajo su cuerpo, los comensales pudieron ver la imagen de su líder muerto bajo un charco de su propia sangre o al menos eso fue lo que el conquistador quiso que vieran. Sus escoltas lo llevaronasuaposento,allífingiódeliriosydemenciadurantelossiguientessietedías. Los conspiradores enfundaron sus espadas y vertieron los venenos en las arenas, pensaron que era obvio que alguien se había adelantado para poner fin a la vida del magno,yanohabíanecesidaddemanchaselasmanosyladesusdescendencias.Enuna nocheelgranconquistador selevantosinquenadieloviera,sevistiódeesclavopersa yhuyohacialascordillerasdelCáucasoenlosconfinesdelimperio.Suprimercírculo degeneralessabíaquecualquiera pudohaberlomatado previniendounalargaagoníay deshacersedelcuerpo.Enpocosdíasseanunciolamuertedel conquistadordelmundo conocido,entodoelimperiosecelebraronjuegosfunerariosensuhonor.Alejandroen sunuevavidaeraunsimplemortalalejadodelamanodesusejércitosydesusdioses. Teníaqueganarselavidayelúnicooficioqueconocíaeraeldelasarmas.Llegóauna ciudad cerca del mar caspio y allí se empleo como soldado mercenario al servicio de unseñordelaguerra.Asípasaronmuchosaños.Secuentaqueundíadepagadespuésde esperar su turno entre sus compañeros,Alejandro miro con asombro una moneda de oroquelehabíandado.Reconociólaefigiegrabadaydijoenvozalta:Yohiceacuñar estamoneda,paracelebrarunavictoriasobreDarío,cuandoyoeraelgranAlejandrode Macedonia. Sus compañeros se rieron de él, no solo era un buen soldado sino que tambiéneragracioso.

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

Perderse en Acapulco

o hemos vuelto a hablar de esa noche. Tuvo que ser una historia que vivieron otraspersonas,ounamalacomediaromántica quesevolvióunanálisisridículodeTarantino visto por el canal de paga. Lo cierto es que ninguno de los dos ha tenido los arrestos para volver a mencionar los hechos, las tantas equivocaciones,elarrojoquenoscostópoder salir de aquello, libres de culpa pero con el remordimiento de haber casi arruinado nuestras vidas y guardar en la memoria el recalcitrantegolpeteodeaquelmarquenunca podremos sacarnos de los oídos.

Pero lo logramos sin visitar terapeutas ni ninguna de esas situaciones engorrosas que siemprehabíamoscriticado.Quénecesidadde que personas externas tengan que meterse a resolver las situaciones de una pareja que por terquedadsemeteencamisadeoncevaras,oa tratar de resolver esas discusiones de dos que undíatienenunmaratónsexualyalsiguiente se vuelven un fluir de reclamos, dramas, o preguntas sin sentido sobre las relaciones amorosas.Aquellosreclamossutilesde:¿Qué estápasandoentucasa,dímelo,cómosonlas cosas en tu casa?, había llegado tantas veces, en los momentos menos oportunos.

Quizá por eso la vez que el canadiense volvieraanuestroimaginariotuvoqueseruna maldita broma. Esther se había secado el cabelloyleaquejabauncansancioépicoenlos hombros. Yo trataba de redactar alguna aplicación para una beca que me llevara al extranjero y no quería escuchar de sus planes de salir a caminar o al cine. Luego pude entenderqueparaellatodoeraunestarmetida

en mis ojos, en mi aliento, en mis brazos, un escaparse de los continuos mensajes que le llegaban al celular y que por educación se animabaaresponder.Ellasabíaqueyonoera un hombre celoso, pero tenía muy en cuenta mimalditocarácterquealgunauotranochele habían lastimado la nostalgia. Me largo. ¡Siempreerestúelqueseva!,Notengorazón paraquedarmeasoportartusestupideces.¡Me dejas! No puedes discutir sino solo irte, ¡y azotarlapuerta,maldito!

Yo sabía muy bien, y ella estaba enterada, quemicapacidaddeherirlaconmispalabrasy gestoscrecíademaneraexponencial,ymucho secuidabadenosacareseserquehabitabaen mis adentros y que yo intentaba mantener siempre bajo llave, dentro de mis músculos, muyalfondodemicráneo.Peroelcanadiense habíasidoinsistente,llevabavariosdíasenla ciudadyqueríahablarconella.Habíantenido una relación de tres años que los llevó a vivir un ideal los últimos seis meses juntos, una relación de tal engranaje merecía alguna que otrapláticaparadejarlascosasenclaro-según Esther-, dado que lo único que se pudieron decirfueatravésdeunarejaenlasoficinasde inmigración,yaquelintercambiodeamorvía internet que los llevó a prometerse matrimonio. Esas eran las razones por las que el canadienseleexigíaverla:Youoweme;isnot adate,justawaytosaygoodbye.Peronopudo importarme razón alguna y Esther tuvo que darse cuenta cuando le desbaraté el departamento. Ella bajó a hablar con él sin decírmelo,dejándometrabajandoenlacomputadora, ensimismado en ideas de proyectos y

posibilidadesparadesarrollarmefueradelpaís; y en la compostura de versos que siempre terminaban por secuestrarme la mirada. El tiempo de todos mis días se ocupaba en tales asuntos.

Esther tuvo que preverlo, entender que las cosas no podían ser así de simples. ¿Quieres algo?, la escuché preguntar, Iré a comprar helado,tengomuchocalor,asíaprovechopara comprar agua, no nos queda. La miré y asentí paraquetrajerarefresco.Notuveoportunidad de saber cuánto tiempo tardó en regresar, yo había pasado de la aplicación de la beca a la corrección de algunos poemas para mi siguientelibro,cuandolamiréentrar,meterse albaño,pararsefrentealespejodelvestidory decir: Hablé con el canadiense. No entendí al inicio y luego, con el departamento desbaratado, mis dedos atrapando su ropa, su rodillaenmipecho,defendiéndosetiradosen la cama, atenazándole las muñecas, supe que las cosas se habían salido de control. Me levanté,cogímiscosasensilencioymelancé a la calle, con la voz de ella persiguiéndome porelcorredorylaescalera.¡Erestúelquese va,elquemedeja,siempreerestú!

Mis días en ese entonces eran de desempleado.Apenasteníaalgunospesospara lagasolina,unayhastatrescocacolasdiarias, yverdóndecaerporlastardesparaelalmuerzo. Esther se enojaba porque siempre dijo que podía comer con ella todo el tiempo, me encantaba lo que cocinaba, pero colgarme de su dinero me parecía más irresponsable aún, queelhechodesalirconellasinterminarcon la relación que tenía antes, con la mujer anterior,conFabiola.

¿Cómoestuvidaconella?Eralapregunta queEsthermehabíahecho.Cuéntame.¿Cómo son los días en tu casa? Yo pude decirle todo sobreFabiola,queapesardeaceptarnosermi

mujer, mantenía la esperanza de que estuviéramos juntos, que esperaba con resignación aquellos momentos en que yo volvíaacasaparadarmeunaducha,cambiarme loscalzones,opreguntaralgunacosasobresu día, que aceptaba que yo volviera aunque sea brevesinstantes;peroEstherseequivocabaal creerqueyobuscabaregresarconFabiola.No podía comprender que además de Fabiola estaban mis hijos, mi ex esposa, a la que puntualmentelepasabalapensiónalimenticia, ypensarencómoconseguirdineroparacubrir miscompromisosmearrebatabalasnochesdel insomnio, y no el olor vaginal de otra mujer. Para el amor y el sexo me bastaba con Esther. Oesosuponía.

NecesitabatantoaEstherporelinsomnioy la maldita ansiedad, porque quería estar en calma, me sentía feliz con ella, adoraba su cuerpo,tomarlatodalanoche,ygozarsupiel, sus pechos del tamaño de naranjas, sólidos como peras; anhelaba todos los días embarrarme el vientre de aquellos agridulces jugos y la espuma vaginal que siempre se formabaenelrocedelapenetración.Paramis noches quería el poder carnal que Esther me regalaba,susfelacionesmehacíanestremecer las piernas, y ese mirarla gotear mientras mantenía mi verga llenándole la boca es una imagenquenocesoderepetir.Arrebatadopor susolores,perdidoensucarnetodasudor,todo calor,parapoderasirmeenladesesperacióna quemeaventabaestavidademiserableenque ahoramepresentía.

Yo no podía dejar de estar susceptible por el daño que había causado al corazón de Fabiola,perovaya,yalohabíahechoynopodía andar arrepintiéndome de cada acto de hijoputismo que llevo al cabo. Seguro ella te lavalaropa,¿verdad?,tecocinatodoslosdías el almuerzo. ¿Qué es lo que quieres que

responda? Es sólo una pregunta, responde lo que es. ¿Cómo son los días cuando estas con ella? ¿Qué le dices? También le dices que es muy linda cuando amanece. No quiero que duermas en esa casa, no quiero que duermas enotracamaquenosealamía.Ylosdíaseran unaruinainsalvable.

Los celos que Esther escupía sobre mi voluntaddemachocabrío,nohacíanotracosa quereventarmeenelespejoygritar:Mándalas a las tres al diablo, ¿las tres?; Sí, la madre de tushijosincluida.Cogetuscosas,ylárgatede estaputaciudad,quesejodan;yaencontrarás enelcaminoalguienquequierasumarseatus conquistas;eresunpobrepariaquesiempreha tenidosuerte,usalasuerteatufavorylárgate. Tushijossiemprevanasertushijosdondesea que estés. No des explicaciones, no des más razones para pelear, para qué alimentar discusiones; siempre vendrá una mujer a romperteloshuevosconsuspreguntasacerca dequécoñoshacescontuvida.

Y en el ordenador apareció de nuevo Carmen,fuelamismanochequemesalierade casa de Esther, la noche del canadiense y la discusión, y la bofetada, y las cosas del departamentoquehabíarotoylanzadoporlas paredes, la noche de astillas de vidrio en el colchón, y colillas de cigarro revueltas en el ventilador de techo. Me había subido al automóvilyrecorrílasoledaddecadaavenida cerebral,laciudadardíaperoaúneratemprano; mi pensamiento estaba nublado, ocupado por laira.Nadamesalvaríaenestemomentomás que correr a los brazos de mis hijos. Déjame entrar, dije a mi ex esposa. Qué quieres, los niñosduermen;déjameentrar,necesitoverlos y abrazarlos, y apenas se hizo un lado corrí a meterme entre los brazos de mis pequeños, para tratar de salvarme de esta furia que me

subía por las piernas y me hinchaba las venas del cuello.

Más tarde, esa misma noche, luego de levantarmeysalirdelahabitacióndemishijos, le pedí permiso a mi ex mujer para quedarme en la sala a escribir un rato; tuvo que verse conmovidapormicaradebestiasolitariayme invitóuncaféparaterminardiciendo:Cierras cuandotevayas.Yonecesitabacontnuarconla revisión de aquellos poemas, tenía la insólita idea que quizá ganar un premio o lograr la publicación me devolverían un poco de la dignidadperdida.Necesitabagritarquepodía lograrlosinlapieldeEsther,sinsuenrojecido rostroquesehabíagrabadoenlapalmademi mano derecha. Que podía ser un refugiado poético, lejos de todas las personas, de todos loscomplejos,peronoeramásqueuncobarde que quería esconderse en la blanca luz del ordenador,yescribirparanopensar.

Abrí la lap top y apenas conectarme tuve noticiasdeCarmen,quehabíasidoalumnadel taller literario y huyó de Mérida prendida en eldesamor.Esahembrafashonistaquegustaba de caminar los cuadros de la ciudad, los días, como si lo hiciera por una pasarela; derramandoporlascallesnosólosensualidad sinolaaperturasocialdetodaunatrendsetter, ayudadaporsufisonomíaquesiemprelahacía llamarlaatenciónendondeseleviera.Aveces incluso atorada en la moda de Robert Smith, aquel icono del glam ochentero. Carmen era andrógina, sin pechos y con el talle largo y espigado,piernasestilizadas,yelcabellocorto de su personalidad que, para poder verse siemprediferente,loalaciabaoloesponjabaa su gusto y en combinación o contraste con el resto de su indumentaria. Las pelucas eran su valioso aliado. Para Carmen como para la literatura, cada cosa tenía razón vital en su

indumentaria. Más allá de tanto encanto femenino, era una delicia contemplarla. Carmen, esa mujer a la que deseaba tanto meterlelalenguaportodoslosrincones,había huidomesesatráscondestinoaAcapulco.

—¿Acapulco?

—AhíviveRodrigo.Esdiseñadordemodas ytieneunastiendasderopavintage.Quiereque lointentemosotravez.Fuimosnovios,yestoy segura que estaba enamorada; ¿recuerdas cuandotedijequeeramuytoscayarrebatada?, pues alguna tontera nos separó. Claro…, me metíconotro,cómoolvidarlo.PobreRodrigo, lerompíelcorazón.Iréconélparaolvidarme de este pueblo; te confieso que estaba muy feliz, pero mi novio yucateco me ha despedazado,ymiraquejamáslocreíporque siempre he hecho lo que quiero con mi vida. ¡Éste maldito me tiene en el puño! Jamás he sidoasíyahoramesientogolpeada,nopuedo dormir, ni comer, ya no tengo dinero. Estoy viejaparamodelardenuevo,ymisdiseñosde ropanosevenden;acálagentenocompramis creaciones. Rodrigo me ha depositado dinero para que pueda sobrevivir. Pobre. Tengo que estarconél.Nimodoquemedesvanezca,ylo deje ahí retorciéndose como ratoncito por segundavez.

—¿Aunquenisiquieraestésenamorada?

—Pero lo estuve. Rodrigo me lo ha recordado.Yoauneraunachicaloca.Yélme aceptaba.Medijoquehubieraaceptadoaquella infidelidad.Loquieroporeso,nocomoaeste estúpidodeahora.SabequemevoydeMérida, y no hace nada por retenerme. No me quiere. Eshijodemami.Denadalesirvevivirsolo,si se la pasa haciendo que su mamá lo cuide cuando se enferma o cuando se queda sin empleo.Aúnasídijoqueiráavisitarmeadonde

yo esté. ¿Puedes creerlo? Sé que yo cederé cadaquemebusque.

—Te tiene por los ovarios.

—¡Poresomelargo!MevoyconRodrigo. Veremos cómo continuar la relación que dejamos morir hace tiempo.

Aquellanochefuelaúltimavezquelahabía visto. EsamismasemanasefueparaAcapulco, y no quise despedirla en el aeropuerto. Me parecíaidiotasuactitud.Ellasabíaqueyoera reacio a aceptar la derrota en el amor, mucho peor si la consideraba una mujer tan hermosa que podría conseguir el hombre que quisiera con solo desearlo. No supe de ella hasta que me la tope de nuevo en la internet, la noche quesehabíaincendiadomirelaciónconEsther.

-Venaverme,bebé.-fuesuprimermensajeSequeestáscon Esther,venteconella,tráela; acálaarmaríamosbiencontusproyectosy los míos;conseguirástrabajoypodrásmandarlea tus hijos. Así te alejas de una vez de Fabiola quenodejatucasa,ydela madredetushijos quenotedejadejoder.Estherpuedeconseguir trabajoigualyasí losdospuedenformarsesu niditodeamor.Comolastortugasenlaplaya. ¿Cómoves?¿Vienen?

Yohabíapublicadoen la redquemesumaba a las filas del desempleo, y Carmen lo había leído, por eso me contactó. Su actitud me pareciótierna.Cómoibaaimaginarelmundo enelquemeestabametiendo.Esanochenole hice mucho caso.

Al día siguiente que mi ex mujer se fue al trabajo y mis hijos a la guardería, arreglé las cosas con Esther. Sus besos y sus caricias me hicieronolvidarlasmalditasescenasenquele arrebataba el aliento con mi mal carácter. Se metió de nuevo a mi cuerpo. Quiso que fuera

por ella a la oficina para enredarnos sobre el colchón como dos serpientes que pueden hacerse daño a mordidas, listas para inocularsevenenohastahacerseinmunes. Esa tarde Fabiola me escribió poco al móvil, y le contestémenoslosmensajes.Teníaquematarle laesperanza,peronolograbahacerlo.

Luego de retozar en la cama con Esther, animados por la calma, y perdidos dentro del mirarcíclopeenquenosgustabapermanecer, le conté lo que me había comentado la noche anterior Carmen, las dos se conocieron en el taller literario. Jamás pensé que acabaríamos haciendoplanesparalargarnosaAcapulco.

—Tu aplicación a la estancia va a seguir donde estés. Y sabes lo mucho que me duele quelosfinesdesemanaregresesatucasacon Fabiola.Prefieroquenosvayamosdeacá.

Lasituaciónsefuetornandocomplicadacon aquellodedividirmisdíasendiferentescasas y ni Fabiola ni Esther consentían en dejarme, niyodejabaaEsthermetersedellenoamivida. Noselopermitíaporelabsurdodeprotegera mishijosdeconoceraotramujerdiferentede su madre, demasiado tenían con Fabiola, y el haberconvividoconella.

La tarde del encuentro con su canadiense Esthercometióelerrordecontármelodespués dehaberlovistoynoantes.Unonopuedeandar picándole el lomo a un toro tan violento que acabeporromperleeldepartamento,darleuna bofetada,yestrellarcontralaparedelmaldito celular.Sólolousasparaligar.PeroEsthertenía razón, siempre que peleaba con ella acababa sumergido en los brazos y el consuelo de Fabiola o de mi ex esposa, para terminar de cerrar el ciclo de la hipocresía en que yo tejía los ideales de mi egoísmo. Era necesario salirme de esta historia tantas veces repetida. Colgarmeparasiempredelaspantorrillasque Esther me ofrecía para amarrar mis días, las

manos,lalengua,paraalfindejardevagarpor el desamor y creer por fin que con ella podría salvarme la soledad: el uno dentro de la otra. Mehabíadecidido,nosiríamosaAcapulcopara comenzarunahistoriapropia.

Aldíasiguienterecibíelsiguientemensaje de Carmen: Dejé a Rodrigo, me estoy quedandoencasademiamigoMarv;dimeque sí vendrás, que vendrás solo o lo harás con Esther pero vendrás. Te necesito. Estoy muy deprimidayaunqueMarvesdivertido,meestoy precipitando, lo siento en mi cuerpo; tengo pocas ganas de estar despierta, y mis pensamientos no dejan de hablarme. Tu presenciaserámimotivación,estoysegura.

No hay otra oportunidad, intentaba convencerme. El dinero escaseaba y después deaquelbofetón,necesitabacambiardeciudad para volver a ser una persona digna. Acá no podemos ser felices, convencí a Esther que seguía recostada en mi pecho. Siempre pensarásqueestoyconella.Seríanunaslargas vacaciones, y cuando aprueben la beca nos vamosdelpaís.Vivamosjuntoslaexperiencia. Y lo acordamos: Me iría el viernes por la mañana,yEsthermealcanzaríaelsábadopor la tarde. Estaríamos separados las últimas veinticuatro horas, para luego unirnos para siempre. Para qué los sicólogos o terapeutas sexuales, o esos irresponsables que se hacen nombrarconsejerosdeparejas.Todoeralograr acuerdos,yEstheryyo,noscreíamoscapaces deesainteligencia.Habríaqueprobarlo.

Lamadredemishijosteníatrabajo,asíque no se las verían mal en lo que yo lograba reponerme. Y Fabiola tenía que arreglárselas por ella misma. Ya era suficiente de que una mujer viniera a cambiarle los días a mi vida. Le conté a Fabiola la decisión de irme, con la esperanza que entendiera los tiempos que me tocaban vivir, que le tocaban a ella a partir de

esemomento,niseinmutaba.Noteníaadónde ir y no hacía mucho por encontrar una forma de salir adelante lejos de mí.Ypor esa mujer quepermanecíaenmicasaEsthernopermitía latranquilidad.¿Cómosonlascosas,dímelo? Habla tú con ella, si no me crees. Sabe que estoy contigo y no se va, no la voy a correr a patadas.Loheintentado,hastalahearrastrado porlacasa,jalándoladelospies,parasacarlay se va agarrando de cuanta cosa hay en el camino.Nosevaasalir.Lomejoreslargarse.

Le dije a Carmen que sí, que me diera alojamientoporunosdías.Llegaríaelviernes y el sábado Esther me alcanzaría. Decidimos viajar por separado. La madre de mis hijos decidióllevarme,acompañadademisbebos,y despedirme en el aeropuerto. Esther había renunciado a su trabajo con anticipación, y estabapreparandoalachicaquesequedaríaen su lugar. Su liquidación se la darían hasta el viernesenlatarde.

—¡Estoyemocionada!Hayunbuenrincón acá en casa de Marv y podemos recibirte, ya habléconél;vasaverqueesdelomejor;nos lapasaremosgenial.Estarémuyfelizdeverte, de verlos, te lo juro.

Yaestabahecho.Esthermeteníatranquilo, diciendo lo mucho que me amaba y que siempre haría todo para estar conmigo. No te alejaré nunca. Iré a todos lados para estar contigo.Seremosmuyfelices.Lodecíacomo unamaldición,comounmalditooráculo.

Acapulco nos hará bien. Será genial comenzarenAcapulco,nena.Ahíteesperaré, le di un beso y la dejé. Me despedí de Fabiola encargándole mucho mi casa. Si nunca vas a salirte, cuídala, que no se te caiga encima. Y pasélaúltimanocheenbrazosdemishijos.

Esther era mujer de decisiones exprés, no seibaporlasramasymelovolvióademostrar

Cuando ella quería algo lo tomaba. Si quería alejarsedealguienlohacía,sintantaslágrimas y sin prolongar dolores. Por eso exigía el mismo trato. Pero tenía que asumir la responsabilidad de conocer a alguien que era diferente,queteníademasiadosimpedimentos para las acciones plenas. Volvió a demostrar su decisión: vendió el carro para comprar los boletos,ysehabíaelaboradoelplancompleto tanto para ella como para mí. Llego al medio díadelsábado,iráspormíalaeropuerto.

TuveladichadeveraCarmenapenasbajar del avión. Mientras caminaba hacia ella, que meesperabaconunahalteryunospantalones cortosdetela,conlentesoscuros,medicuenta quenosabíanadarespectodesuvida.Solola habíavistoeneltallerliterarioqueyoimpartía, y apenas habíamos tenido algunas conversaciones, pero poco sabía sobre sus gustos,susamistades,eldesarrollodesuvida; nosabíaquiéneseransuscompañeros,quienes sufamilia.¿Acasoimportanlosotrosquenos handadoformayconciencia?

Quizá lo de Carmen, el dejarme arrastrar hastaAcapulco,setratabadealgunaatracción quenoqueríaconfesar.Otravezmovermivida respecto a perseguir los olores de una mujer. ¿Acaso había involucrado la vida de Esther y su trabajo, porque lo único que quería era cogerme a esta flaca? Me sabía dispuesto a disfrutarlaencualquiermomento,peroellano parecíadelamismaidea,poresonomelanzaba. Tienes mujer, eres de todas y yo quiero un hombre solo para mí, dijo en alguna ocasión. ¿HabíavenidohastaAcapulcosóloporqueme laqueríacoger?Eloloracocoquemanabade su piel y su cabello era de tal manera afrodisiacoquelleguéapensarqueestoeraun error. Que Esther me había mandado a AcapulcoparatenersexoconCarmen.Queyo la había forzado a ello. Que solo tendría esta

noche, que solo necesitaba esta noche para arruinarmedenuevolavida.

Carmen no estaba sola, la acompañaba su amigo Marv. Su amigo era un chico delgado que vestía sport de algodón, color melaza, y unos pantalones cortos de mezclilla, calzaba mocasinesrojos,yvestíaunsombreropequeño depaja,queteníaenlazadounateladelmismo color que la camiseta sport. Con esos lentes oscuros que ambos usaban semejaban dos hermanas,dosprimasoamigasquesetomaban delamano,doblabanlasrodillasflexionando las piernas hacia las nalgas, y aplaudían mientrasmeacercabaaellos.Estabanvestidos de una manera tan artificiosa, que no sabía si eranpartedealgunapuestadeescenahipstero si la cosa era más parecida a dos tipos salidos deunarevistademoda.

—Marvtambiénesdiseñador,querido.

—Que tal— Y qué cosa diseña, ¿clones?, pensaba.Losademanesdeltipoteníanalgode los movimientos que Carmen realizaba; sus muecaseranunaespeciedecopiaquebuscaba laperfección.¿Dequésetrataba?Siempreme había parecido que en el arte del trasvestismo es necesaria la mímesis, escoger bien el modelo y buscar imitarlo. Ellos no eran idénticos,peroteníanalgodecercanos.Como aquellosjovenzuelosqueseacercanbuscando laaceptaciónyterminanporformartribuscon qué enfrentar la sociedad. Marv no dejaba de mirarysonreírleamiamiga.Sumiradanoera de admiración, en su sonrisa y en la luz que expelían sus ojos había un patente deseo de estudiar cada gesto e intentar perfeccionarlo.

—Carmen te ve con buenos ojos, — dijo mirándomedepiesacabeza—peroyono.No meparecesnilamitaddeloquemecontarade ti.Marvsesientedecepcionado.

Qué más puedo añadir a esa idiota forma introductoria de tratarnos. Quizá yo le daba demasiadaimportancia.AlgunavezFabiolalo había expresado y entonces la miré con sorpresa, hasta me sentí incómodo con su comentario: Siempre andas analizando a la gente, la conoces y comienzas a mirar de una forma como si quisieras meterte a su cerebro yentenderelporquédecadapalabra,elporqué de cada gesto; eres desesperante.

—Solo bromea, así es Marv con todos; ya lo conocerás.

No tenía ganas de estar con aquel tipo, ni conlaCarmenconlaquemehabíaencontrado, quemeclavóunbesoenlaboca,merodeócon los brazos el cuello como si estuviera sujetándose de un antiguo amor al que recién volvía a ver. ¿Acaso solo había venido a cogérmela?Nomegustabalaescenanielpapel que estaba desempeñando; sentí el artificio, comosisuactitudfuerapartedeunplan.Marv no me permitía dudarlo, me miraba como si yo fuera sujeto de estudio. Tenía ganas de estrangularlo. De romperle la cara: Me tienes harto,cállate,yapenashabíanpasadoalgunos segundos de conocerlo. La pareja no me causaba confianza; abordamos el Honda que llevabanymanejamoshaciaeledificiodonde teníansudepartamento.Nomefijémuchoen elcamino,teníalosojosenlanucadeCarmen, en ese pequeño tatuaje de mariposa de perfil que no le conocía, pero no tenía cuando la vi por última vez en Mérida. Estaba demasiado entusiasmada,susojosvidriaban,yselenotaba levantadaconalgunapastillaquesegurosehabía metido antes de venir al aeropuerto. No lo podía ocultar. Momentos antes de abordar el carro, en el estacionamiento del aeropuerto, sus comentarios volvieron a dejarme intranquilo.

—¿Sabes? Ya no fumo, lo he dejado. Deberías felicitarme.

—Yollevovariosmesessinbeber,lesonreí.

—¡Qué par de aburridos!; Me prometiste unafiestatodoelfindesemana,ynomeparece quepuedahaberfiestasitúytuamiguideplano son un par de ancianos, una no fuma y el otro no bebe. Mira que me lo prometiste, Carmen. —enverdadqueríagolpearlo.

Lo anterior lo dijo doblándole la muñeca a Carmen,quienlomiró,irritada.Sabesqueno tengonadadeaburrida.Habráfiesta,cálmate. Marventonceslasoltóylepalmeólaespalda, para cruzar su brazo derecho sobre su nuca. Carmen hizo por soltarse: con ambas manos cogióelbrazodeMarvyloretiródesucuello mientras se apartaba de él, y me tomaba del antebrazoizquierdo.¿Tequieresbañar?Vamos a ir al apartamento de Marv, siéntete en casa. Iremosahaceralgunascomprasyluegovolveremos por ti. No te preocupes si tardamos, duerme si lo necesitas.

—Lovasanecesitar,— rematóMarvcomo si nada, arrastrando las letras, metiéndose las manos en los bolsillos del pantalón, mientras caminaba.Carmenentonceslomiróyaenojada, y Marv se encogió de hombros y comenzó a silbar.Yolosmirabaprecavido.

—Si quieres descansar cierra un poco los ojos y deja que el tiempo vaya pasando. En Acapulcoeltiempoesmásquerelativo,yalo verás.— Yesafuelapromesa.

Una vez en el apartamento, me enseñaron aquel rincón ofrecido para dejar mis cosas, y el cuarto de baño. Si quieres comer, el refrigerador está repleto.

—Pero limpia tus trastes. Había añadido Marvcontoda'gentileza'.

Cuando se fueron aproveché para intentar charlarunratoconEsther.Llamévariasveces a la oficina pero no conseguí contactarla, le marqué a Fabiola y la escuché llorar un rato, sesentíaabandonadaasusuerte-quieneneste mundo no lo está-, luego charlé con la madre de mis bebos y me alegré mucho de que me permitieraescucharsusvoces.Conseguiréalgo pronto,yaverás.Volvíatratardecontactarcon Estherynada.

Las dos horas prometidas por mis anfitriones se volvieron eternas -era verdad aquello del tiempo, o se trataba de su poca cortesía-, me dejaron antes del medio día y volvieronpasadaslasseisdelatarde.Después me vi caminando con esos dos por la Costera Miguel Alemán, no apenas el sol se iba metiendoporlabahíadondetodoeramúsica, lucesybullicio.Estaciudadnoduerme.Yate daráscuenta.Eltiemposepasasinqueunolo note, repitieron. Todo son tiendas, centros nocturnos, restaurantes, el ambiente de diversiónnoparabadurantetodoeldía,ymis compañerospensabanenbuscaralgúntipode aventuraquenosduraratodalanoche.Todose les iba en cuchicheos y risas. Me estaban hartando. Ellos estaban entusiasmados, y no estaba seguro de que no se hubieran metido algomásparamantenerseatonoenesapequeña caminata.Siquisedejarmeconducirfueporla alegría con que Carmen se condujo y debía participar en ese juego que ella proponía con su sonrisa que me parecía una invitación. En verdaderahermosa.Lodicho,solohevenido aAcapulcobuscandotenerla.

—Vamosairaunafiestaenunaresidencia privada. Espero te animes— mi cara no era muyprometedorayellasedabacuenta—;ya mañana que llegue Esther podrás buscar algo de tranquilidad por la playa; que también el

puerto tiene esos sitios para relajarse. Pero para esta noche de viernes, lo mejor será sólo disfrutar

Noquisepreguntarmás,eranotorioqueno teníaánimoparamuchaacción;seguroestaba queCarmennopasaríalanocheenmisbrazos, y cómo me estaba excitando ese olor de coco mezclado con el sudor a alcohol que ahora desprendíaportodosucuerpo.Meimaginaba suhúmedavaginayelagridulcesaboraorina quetendríaenloslabiosdespuésdecomérmela a sorbos, pero era muy cierto que esa posibilidad estaba vedada. Solo los acompañaría pacientemente sabedor de que en cualquier momentomequitaríasimeapetecía.Antesde comenzaryapensabaabandonarlos.

Nuncahesidodelosqueabandonanunafiesta, pero mis cuarenta años, y el mundo que reciénhabíadejadoatráseransuficientefreno paralanzarmeacualquiertipodeaventura.No era consumidor de drogas y ya no bebía alcohol.Lomíonoeranlasmultitudes,megustaba salir con alguna mujer y charlar, era lo único quemeapetecía,charlarasolasconunamujer, y si las cosas ocurrían meterme entre sus piernas. Nada más tenía significado, ni las demás mujeres hermosas que clareaban sus ímpetos bajo las ropas, y desprendían los olores del éxtasis con cada movimiento de cintura; tampoco las luces me ilusionaban, ni el estilo hipster de aquel bar inicial donde haríamos tiempo para ir 'estirando el cerebro' como ellos habían declarado; tampoco me pareció diferente aquel antro que luego visitamos,ynoporquefueseunconocedorde sitios de aquel estilo, sino porque mi ánimo estaba del carajo, me estaba aburriendo de ellos, y a cada instante el tal Marv me encabronaba más. Ni toda la parafernalia que miraba alrededor me hacían relajar los músculos,MarvintentabaimitaraCarmencon

losademanes,eraunhecho,erasumodelo,lo imitable,sumolde.

—¿Qué estás haciendo?— Le pregunté al oído.

—Me divierto, nene, eso hago.— Carmen estaba entretenida en una charla con algunas personasdelamesacontigua.

—¿Tu intención es parecerte a Carmen? ¿Eseestujuego?

—Por partida doble, corazón; por partida doble.—Peroquéputarespuesta.

Tuvehambreyfuimosacomeralgoligero, luego caminamos un poco frente a La Quebrada, me asomé al balcón y sí resultaba sorprendente la altura de más de 30 metros a dónde saltaban aquellos clavadistas, la estrechez del espacio de agua entre las rocas en el quecaenmediovértigo,ytuvequepensaren ese ingenio que surge para conseguir dinero; vimoselespectáculodelasochotreinta,yme percaté que tenía varias llamadas perdidas de Esther. Quise hablar con ella pero tampoco logré contactarla. La memoria voló hacia nuestrodepartamento,haciasumóvilrompiéndosecontralapared:Esperoquenocreasque puedesseguirrompiendomiscosas,mehabía dicho la tarde que compró el nuevo móvil en elque—malditasea—nolograbacontactarla.

Laresidenciaadondenosdirigimosestaba rumboalalagunadeCoyuca,alnortedeAcapulcoenlasalidahaciaIxtapa-Zihuatanejo,y claroquedabaalmar;ensuoscuraplayarecibía aquelsonsonetedeloleajequebrindacalmaa quien se dedica a la contemplación, pero que puededejarlocoalquetienemuchodeneurosisdentrodelasvenas,comoloéramostodos losinvitadosaesahora,atrapadosenhormonas, dispuestos a los golpes de endorfina para olvidarlasdepresiones.Carmensabíaqueme dejaba conducir hipnotizado en sus olores,

oyendoaqueloleajecorrerdemisoídoshacia mis pulmones, hacia mí cerebro. Tan sólo llegar, bajaron del carro aprisa y corrieron haciadentrotomadosdelasmanos,ycargando consigoaquellasbolsasenquetraían—melo habíandicho—susindumentariasparalafiesta. Porpartidadoble,nene;ysecargabandelarisa.

Mequedéunmomentosoloparadojuntoal carro.Saquéuncigarroeintentéfumar.Volví a tratar con el móvil, y me volvió a mandar al buzón de voz, así que le deje un mensaje a Esther:Porquécoñosnocontestas.Estoycon este par de locos en una fiesta, sepa dios en quéputolugar.EslacarreterarumboaIxtapa, quizáconozcas,yaqueacápasabaslosveranos cuandoeraspequeña;enesemalditopuertoal que ya le estoy agarrando rencor por no dejarme descansar; lo dije tal cual, como si fuera culpa del sitio y no de los personajes, o peor, como si la culpa de mi mal humor no la tuvierayomismo.

—Dimequemeveofenomenal.

No le contesté a Carmen cuando regresó y se me puso enfrente. Me le quedé mirando. Traía una peluca negra de cabello lacio como lausadaporlaThurmanenPulpFiction.

—¡Te ves fenomenal. Me encantas! Gritó Marvconunavozdiferente,adoptandodesde ya el personaje que representaría. Usaba la mismapeluca,mismovestido,igualmaquillaje, los mismos zapatos. Mi sorpresa no fue mayúscula; estaba un poco decepcionado. Se acercaronabrazadasporlacintura.Lasdosde cintura pequeñísima, las dos sin senos donde retozar, pero imaginaba los rosados pezones deCarmencomolaprimeradiferenciaqueno podríamirar,nisentir.Enestaduplicidadacepté quemeseríadifícilreconocerquieneraquien; hastalehabíacopiadoeltatuajedelamariposa enlanuca.Ymelasrepresentéatodas.Aesas

mujeresquemehabíaninventadohacíatantos años, y habían afectado mi destino. Esas que un día fueron trofeo y al otro, oscura memoria.

Lo que siguió después aun no ha podido aclararse en mi mente. Esther me contó las partes faltantes cuando desperté en el hospital,yhaciendousodelosreportesdelaprensa. Con ternura, mientras me pasaba la mano por el rostro, acariciándome la barba, dijo lo que tuvoquehacerparadarconmigo,paraencontrarme.Asu narración sumó los comentarios de los agentes de la policía que se portaron mejor de lo que Esther hubiera imaginado. Marv escapó de ir a la cárcel por pegarle al agente que lo conducía al ministerio público, corrió desnudo aún con la peluca puesta. Siempreescapabaolodejabanescapar.Esther quisohablarconélrecibiendosólonegativas. ACarmen no la pudieron encontrar. Se había desvanecido.Todoshablabandelamujerdela peluca como si se tratara solo de Marv. Nadie tenía claro, tampoco, quién era el dueño de la residencia a la que habíamos asistido, y estoy seguro—porloquerecuerdo—quelosconsumibleserantantoscomoparaquécualquierhijo de vecino pudiera sostener a tantos invitados sin que las viandas, el alcohol y las drogas se agotaran.Esthersufrióparalocalizarme,—lo contóabrazadademicuerpohechaunmarde llanto; primero para localizar la residencia de la que nadie daba información. Lo único que tenía era el mensaje que le dejara en el buzón devoz.

ArribóaAcapulcoantesdelmediodía,ysu sorpresa empezó cuando no estaba en el aeropuerto esperándola. Llamó cientos de vecesamimóvilsinrespuesta.Sabíaelnombre de mis anfitriones pero no su dirección, ni dóndetrabajaban,odequé.Esemismosábado pusoladenunciapormidesaparición,entreel

enojo,elsentirseabandonada,ylaangustiaque empezaba a correr por su garganta. Por las redessocialessepusoencontactoconFabiola, quiensinmuchaamabilidadalprincipio,pero conlaangustiacompartidaledijonosabernada respecto de mí. Se preocupó y Esther quedó deavisarle,nuncalohizo.Eldomingoalmedio díallamólapolicíaparadecirqueempezarían a buscar. No era el único desaparecido ese fin de semana. Familiares de las otras personas reportabanunafiestalanochedelviernesyla madrugadadelsábado.Comenzaronaindagar enlacarreterarumboaIxtapa,hastaquedieron con la residencia.

CuandoEstherllegóallugarellunesporla mañana-acompañadadealgunosagentes-quedó sobresaltada.Lamúsicacontinuaba.Luegode tresdíashabíapersonasqueseguíanbailando. Muchos aún bebían, otros cogían, la mayoría estaban desnudos. Los personajes eran separadosporlospolicíasyporsusfamiliares. Nadie fue violento, nadie fue grosero, nadie quiso huir. Hombres y mujeres eran conducidos sin ropa a las camionetas de la policía y de ahí a los separos. Quienes lo requeríaneranllevadosalhospital.

Esther dio conmigo en el sótano de la residencia,enuncolchónyacíajuntoavarios. Los orines, excrementos y demás fluidos lo manchabantodo.Porladescripcióndelaropa y el tatuaje falso de la mariposa en la nuca,

reconocíaMarvdentrosuhistoria;Estherme contó que aquel trasvestido tenía en la boca y lasmejillasmuchosrastrosdesemenysangre, que yo tenía los nudillos amoratados, la muñecaderechadislocada,elculoroto.Quizá sololoinsinuara,peroquieropensarquequise defenderme,quizáfueranecesariopensarloasí para que mi relación con Esther tuviera algo delástima.Quizáfueraunainiciación,unritual, vaya dios a saber, en mi mente no está claro. RecuerdolosojosdeCarmen,recuerdoestirar mi mano hacia sus pezones que tanto necesitaba para establecer la única diferencia y escuchó aún su risa que escalaba por la habitación, que se volvía un recalcitrante sonsonetecomodeaquelmarqueibalamiendo laplaya.

Lo de mi ano roto, y aquellas cortadas en cuello,brazosytóraxcasimecuestanlavida. Miorganismonoteníarastrosdealcoholpero habíaunafarmaciadentro.Nadiefuealacárcel. ¿Quién hubiera sido el cínico para reportar estragosenunafiestainterminablededrogas, alcohol y sexo casual? A Carmen nunca la volvimos a ver, se desvaneció dejándonos revolcar en el suelo como ratoncitos. Sabía hacerlo. Con todo, Esther y yo, decidimos quedarnos a vivir en Acapulco en lo que dictaminaban lo de la beca, y decidimos no volverahablardeaquellanoche.Todosetrata dellegaraacuerdos.

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

La vi

Estuvimosaescasoscentímetros,ellapagabalacuentadeuncorsé mientras yo esperaba mi cambio.Al principio no la reconocí, pero su mirada insistente como si me conociera me hizo observarla de reojo.Tenía los ojos grandes, los mismos que alguna vez vi cuando veíanamiexesposo.Ellapagócontarjetadecréditoysalió.Inquieta pregunté al empleado si podía darme el nombre de la joven que acababa de salir porque me pareció conocida. Vio el boucher pero contestó que como era de crédito no aparecía el nombre.

Al salir, ella aún se encontraba en la entrada, pase de largo, tomé mi coche y me fui de ahí, recordando que era ella, sí era ella, la mujer por la que me había divorciado.

La mujer que tuvo un hijo cuando él aún era mi esposo. Ahora ella está sola, yo también y él vive con otra.

Eternidad

Ellanoquierequenadiesepaqueleextraña,perorevisasucelularcadavezque puede,quiereverelnombredeesequeleestádandovueltasensucabeza.Llega Blanca Vázquez al trabajo y teclea los oficios que quedaron pendientes el día anterior, sabe que su jefallegarámolestaydeunmomentoaotrolospedirádemanerainmediata.Teclea una oración y se detiene para ver si un mensaje ha entrado y aunque nada en ese aparatoparpadea,ellanoquierequeélporunmomentopiensequenolehavisto.

No han pasado más de quince minutos desde que llegó a su oficina y como si fueran lustros imagina que tiene tanto que no lee que la extrañan, la aman o por lo menosledanlosbuenosdías.Sesabenerviosa,contrariada,imaginaquepudohaber perdidoelcelular,quequizátuvounaccidenteodeplanodejódegustarleporqueha subidounpocodepesoyyanoestanbuenoestarconellaenlacama.Dejaentonces elcaféconcremayelpaquetitodegalletasquehabíapasadoatraerconlaseñoradel elevador. Se alisa la blusa, saca ese Motorola y toma una selfie, quiere verse, comprobarse, mirarse a través de un filtro y quererse. Se gusta. Decide dejar el aparatejoeseenlomáshondodesubolsoypiensaquenadiemereceestardesesperada.

Esa sensación de autoconfianza sólo dura cinco minutos e inmediatamente se vuelveatronarlosdedosysepreguntaporquénohaescrito,revisatodaslasredes. Élnoestáenningunaparte.Revisaohacequerevisaeloficioqueestáescribiendo, no le interesa saber que se avecina un nuevo referéndum, ni que llega otro director de recursos humanos, sus dedos le tiemblan, no quiere escribirle, no quiere que él piensequenotienenadaquéhaceroquedeplanolatraemuerta.

Ledadeplazohastalasdiezdelamañana,esosminutossontaneternoseimagina que así debe sentirse la muerte. Son nueve con cincuenta y como resorte decide marcar ella misma y hacer como si nada pasara, su corazón late de prisa, ve a su alrededor y todos están ensimismados en sus computadoras, no cree que estén trabajando, quizá actualicen su estado de facebook o jueguen desde temprano un solitario. Timbra una, dos, tres veces, de pronto del otro lado se oye un ¿Bueno, bueno?¿Quiénhabla?¿Bueno,bueno?

Cuelga. Respira profundo, su corazón se apacigua poco a poco, se conforma pensandoqueseleolvidóelcelularencasa,esavozdemujerledaconfianzadeque nolaengañaconotra,essuesposaynotienenadadequédesconfiar.Tendráporlo prontotodoeldíaparaplanearcómojustificaresallamadaeldíademañana.

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016 47
delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016
delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

Carrera desbocada

Desperté con dolor en la mano derecha. Era una molestia insoportable que me impedíamoverlosdedos,algradodenopermitirme escribir con la seguridad de siempre en la computadora portátil. Un engarrotamiento de tendones que, iniciando en la muñeca, se extendióconrapidezportodomicuerpo.¿De dónde vino? ¿Quién lo mandó? ¿Cómo se produjo? Fastidiado de la molestia física que nomepermitíahacernada,fuialacocinapor untragodewiskiyuncuchilloparacercenarme la mano. Era el dolor o era yo.Antes de la cuchillada,recordémisueño.

Caminaba por un pueblo cercado de montañas enormes y ríos que se desbordaban sin misericordia. Allí también estaban Leonor y Lesia, mujeres con las que da gusto soñar. A Leonor, cuando la vi, no pude menos que besarlaenloslabiosyacariciarlelasnalgas.A Lesia,lasaludédebesoenlamejilla.Después acordamosirabañarnosaunrío,queporalguna razónnosedesbordabacomolosotros.Esuna buena oportunidad para hacer el amor, pensé mientras tomábamos un camino polvoso que seperdíaenlalejanía.Hastaallítodoibabien. Lasdos,comosidebutaranenunapasarelade modelaje,caminabancontoneandolasnalgas. Fue también el momento en que apareció Eduardo, mi hijo, quien se encaprichó en acompañarnos.¡Quémaneradejoderunsueño!, pensé. ¡Por qué chingados no fuiste a entrometertealsueñodetumadre!,masculléporlo bajo,mientrasLesiayLeonor,consucaminar depalomainquieta,seperdíanenlalejaníadel caminoaquel.

Antes de llegar al río, Eduardo emprendió una carrera desbocada por una calle polvosa, semejantealasdelviejooeste.Loseguícomo pude,puesenelsueñonopodíacorrerdebido amisobrepeso.Acadazancadaquedaba,reparé que, sobre las aceras, enormes serpientes de ojilloscomobraza,empezabanadesperezarse deunsueñoqueparecíaleshabíaduradoaños. Pueden devorar a mi hijo, pensé angustiado. Corrí en la medida en que mis piernas lo permitieron,mientraslegritabaaEduardocon desesperación.Cabedecirqueparaestashoras mi corazón era como una bomba a punto de estallarporelesfuerzofísico.Cuandoparecía que mi búsqueda no tendría éxito, encontré a mi hijo en una tienda donde había juegos electrónicos. Lo llamé y, cuando llegó, le jalé las orejas como si quiera arrancárselas. Después continuamos el viaje, pero ahora sin saberadóndedirigirnos,puesdeprontoyano estábamos en el pueblo, sino en un camino sobrelacrestadeunamontañainterminable.

El caminito zigzagueaba entre el escaso monte, mientras a nuestro lado, los abismos seabríanespantososcomobocasdelobos.En un valle vimos una casita improvisada con varejonescomoparedesyhojasanchascomo techo.Dentrodeellahabíaplátanos,melones y mangos maduros. Teníamos hambre y no pudimos resistirnos. Eduardo entró. Sin embargo,cuandotomólasfrutas,lacasaempezó a inclinarse hacia el abismo. Eduardo daba gritos de horror, mientras la casa se inclinaba cadavezmáshaciaelvacío.Conunamanome aferréaunárbol,yconlaotratomélamanode

Eduardo que pataleaba para no caer. Toda la fuerza de mi cuerpo se concentró en mis brazosqueerancomounpuenteentremihijo yelárbol.Losdoloreseraninsoportables,pues mismúsculosycoyunturasempezaronacrujir, indicando que pronto se harían pedazos.

Entonces,comopude,levantéaEduardopara colocarloentierrafirme.Cuandopusolospies en el suelo, mis brazos ya no soportaron mi pesoycaíaeseabismointerminable.Mientras micuerpocaía,despertéconunasensaciónde

estarahogándome.Loprimeroquehicefuever a mi hijo en su habitación. Allí estaba, durmiendo como un osito en invierno. Sin embargo, también estaba el maldito dolor en lamuñecadelamano.

Entoncesbajéalacocina. Bebíeltragode wiski, cerré los ojos y sin más miramientos, asesté el golpe. Cuando la mano cayó al piso enuncharcodesangre,yodespertédelsueño sintiendounmalditodolorenlamanoderecha.

El misterioso patio de la señora Jerez

Era noche de brujas, y como todo niño me ilusionaba mucho esas fechas, eran las 6:13 de la tarde, pero parecía aún más oscuro por el horario de

invierno.Estabamirando,desdelaventanademihabitaciónenelsegundopisode la casa, hacia el patio de la señora Jerez, el vidrio estaba algo empañado por la lluvia que había caído aquella tarde, a lo lejos podía vislumbrar unas calabazas naranjas,unpocopálidasyconunasgrandeshojasverdeoscuro.

Abríunpocolaventanaparapoderobservaryderepentevislumbreunosojos brillantes en una de las calabazas que reposaban en el descuidado jardín, ¡no es posible! pensé en voz alta con los ojos abiertos al igual que mis labios. En ese momento me senté en mi cama y me quedé pensando en aquellos ojos naranjas resplandecientes,teníaunsentimientodeangustia,sentíaquemipechoseoprimía, quizánohabíavistobien,talvezsoloeramiimaginación.

Escucheunasvocesqueveníandeabajo,misamigosAmandaySebastiánhabían llegado,salimosdemicasajuntosysentimoslanochefríaysilenciosa,miamiga AmandainsistíaquefuéramosaunacasaqueestabaabandonadaySebastiánsugería iracomerhamburguesasalpuestodesutío,elloshablabanyyodije¡alto!,tengo algo que decirles, entonces les conté mi visión con la calabaza y no dejaron de reírse de mí, les dije que si ellos querían podíamos ir a buscarla, sin pensarlo dijeron que sí.

Incrédulos miraban las calabazas decían que lo había inventado y cuando se dieron vuelta para regresar, una calabaza a los pies de Amanda se convirtió en polvodeescarchaycomenzóasilbar,¡lapielsenosestremecía!,deprontotodas las calabazas encendieron sus ojos y empezamos a correr con todas nuestras fuerzas,nuestrospiessetiñerondenaranja,noséacuántasaplastamos,llegamos amicasa,subimoslasescaleras,nosencerramosenmicuartoyconlarespiración entrecortadanosasomamosporlaventana,todoestabacomoantes,lascalabazas solo eran eso, verduras. Pero entonces ¿qué fue todo lo que nos pasó?, los tres consternadosmirábamosconlacaracasipegadaalcristalydeprontounsilbido se escuchó.

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016
delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

Una flor quería entrar por mi ventana, Poniatowska

en

el CCH Vallejo

ntra al CCH Vallejo un carro Versa con placas W55ADX y vidrios polarizados. Camina lento entre los angostos pasillos del Colegio,alestilojudicial.Cientosdeestudiantesseemocionan,gritan,vitoreanyaplauden. Se abre la ventanilla y aparece el rostro sonriente, asombrado y agradecido de Elena Poniatowska.Lehacenunavallaparaentrarala biblioteca. Nunca he visto tantos estudiantes juntos en una biblioteca de este ni de ningún otropaís.Loschicosquierendarportazocomo si de un ídolo rockero se tratara. Se dirigen a ellacomounaamiga”YallegóElena”,“Ellaes LaPony”,“Quélindamujer”.

"Tuvemiedo—esunadesufrases,después deunapresentaciónbio-bibliográficawikipediada—cuandoviatantosjóvenes".Advierte que venía a hablar de Lupe Marín, pero al ver tanto entusiasmo prefiere contestar las preguntas de los estudiantes, a quienes se refiere como una ”multitud muy amorosa”, comodiríasuqueridaCastellanos,”unmarde amor”. Señala que le emociona mucho estar enesterecintouniversitario,lamentándoseella no haber podido serlo, pues ”yo fui a un colegio de monjas” (golpeándose el pecho), ”por mi culpa, por mi culpa”; también dice indignadaque”mataraunjovenesmatarelfuturo de un país”. Para fortuna hay eco y comienzan las preguntas estudiantiles sobre movimientos, vocaciones y otras pasiones estudiantiles. Ella, como es su estilo característico, contesta con humildad, claridad, emoción y fino humor. No tiene miedo a

declararseseguidoradeLópezObrador:“Hasta ahoranoledescubiertounamentira,niséque haya robado… A él, a diferencia de muchos políticos,síleentiendo”.Poniatowskasiempre hace alusión a los marginados de este país, al que llegó como niña y miraba las grandes diferenciasentre“lasindiasylosdescalzosque se orillaban para que pasaran las señoritas rubias”. Ese sentido humano, humanista, humanitario que tiene en cada una de sus palabras, frases, crónicas y novelas, le hacía preocuparse porque llevaba unos cuantos libros, pues creía que ”sólo vendrán quince alumnos”, y ahora cómo se repartirían, “prometohacerlesllegarmáslibros”.

Lamayoríadelaspreguntassonformuladas por mujeres que se emocionan hasta las lágrimas,tiemblanconelmicrófonoenmano yelnerviosismolesquiebralavoz.Labatalla de amor no cesa: “Ustedes me miran pero yo también las miro, veo que tú tienes un sombrero, tú un libro y tú el pelo pintado”, dice con tierna perspicacia. Preguntan sobre todo: reformas educativas, Politécnico, Morena, o sihayunaseparaciónentresulaborysuvida. En su caso ”ser persona y ser escritora es lo mismo.Llegaraserpersonaesdifícil.Asívivo yo la vida, escribiendo, sin ver porque soy mecanógrafadesde1954”.Hablódeloficiode escribir como el de un ebanista o zapatero, y que las mujeres son como el ”resistol porque aglutinanalafamilia”,hablódelosolvidados del68,Campa,Vallejo,Uzueta;hablódelChapo y de Kate del Castillo. Dijo que ella no daba

consejos, que no sabía nada, que por eso era periodista,porquesólosabíahacerpreguntas. A mí me consta: en una ocasión que tuve de charlar con ella, sólo escuchaba atenta y, de repente, me hizo una pregunta: ”¿Dónde le comprasteesacapitaatuhija?”

Laadmiracióndelosasistentes—ensumayoría cecehacheros, profes, administrativos y convidados de piedra— no acaba. ”Honor”, ”privilegio””emoción”sonlaspalabrasqueya se quedaron entre los volúmenes de La noche deTlatelolco,viejísimosyleidísimosdurante más de cuarenta años, pues fueron de los primerosejemplaresquesecatalogaron,cuandolacronistavisitóelplantelparainaugurarla sala José Revueltas, a quien, por cierto, se refierecomounescritorpocovaloradoporsu militanciapolítica.Partedesuhumanoestilo, comoexcelenteconversadora,esquesiempre tiene una anécdota para cada suceso político, social, artístico o literario de este país. Como el relatar que Revueltas —acompañado de su esposo, el astrónomo Guillermo Haro— visitabanlugaresrecónditosparapresentarlibros yacababanenlacantinaplaticandoconlagente, porque casi nadie llegaba a la presentación, incluso”Revueltasundíalesechósudiscurso a los perros porque no había nadie”. O sobre Rulfo que era muy tímido: "Un día una bella chica le preguntó que qué sentía cuando escribía. Y él contestó tímidamente: ”remordimientos”.

“La risa, ella sola ha cavado más túneles útiles que todas las lágrimas de la tierra”, escribió Julio Cortázar. El sentido de humor de Elenita, como le dicen propias y extraños, aparece siempre que comienza a hablar. Recuerdo a Aristóteles, a Umberto Eco y a Borgesporquehoyhuboenestabibliotecamás risasjuntasquelasqueyocreohahabidodesde su construcción. Cada comentario suyo nos

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016 56

lleva a la ironía, al humor inteligente, incluso al sarcasmo cuando se trata de políticos. ”Me caebieneldirigentedelPRD,AgustínBasave, porque tiene cara de perro”. Sus anécdotas también hacen doblarse de risa como cuando contóqueJesusaRodríguezleofrecióuntoque demariguanayaellanoleproducíanada,hasta que la Jesusa mejor se lo quitó. O cuando JosefinaBórquez—elpersonajequeinspiróa JesusaPalancares,ensunovelaHastanoverte Jesúsmío—ledijoqueerauna”pinchecatrina puesnosabíaniamarrarleunapataalasgallinas para que se escaparan”. También recomendó dos cosas: que los que quieran ser escritores debenescribirundiariodetodoloquelespase, aunqueseadolordepanzao”chorrillo”,ydijo queeramuybuenoparaelestómagocagar”de aguilita”. En mi opinión, esa forma de ver el mundoconhumorhalogradoquelanarradora de 84 años haya enterrado a todos sus amigos e influencias, desde Octavio Paz y Carlos FuenteshastaCalosMonsiváisaChemaPérez Gay—conquienalgunavezvimarchandopor ReformaenapoyodeAMLO.SisigueasíllegaráalaedadqueenesteañotendríanRevueltas o Rulfo.

Enestaocasión,contantohalagoyagradecimiento,sinembargolaPoninofue—nuncale ha gustado serlo— la protagonista, pues tuvo oído para cada uno de los estudiantes. Fue como una obra en diez actos, o una novela de diezcapítulos.Resaltarécuatrobellasescenas: lachicaqueleregalóuntextoque”metoméla molestiadeescribirleausted”; unajovenque llevabacomoamuletoellibroqueleyócuando tenía11años,Denochevienes(”queahoraes parte de mi existencia”), o mi alumnaAranza quefueejemplodeladiferenciaentrelosestudiantesdeantesylosdehoy,laúnicadiferencia esquetúestáshablandoenpúblico,sinpenay que tienes los labios pintados de azul, yo tambiénquisierapintármelos;yotrachicaque

conmovió hasta las lágrima a la escritora, algunasprofesorasymásdeunalumno,yaque contó como la admiraba desde hacía años graciasasumadre,solteraydeunaprovincia machista,“sólomimadrecreyóenmícuando ledijequequeríaveniraestudiaralaUNAM”. Plenayevidentementeemocionadalecontestó “tú llegaras muy lejos, ya has llegado”, refiriéndose a su amor y valor. Y la emoción siguió: “Cada una de ustedes debe confiar en sí,ypararseenunaesquinaygritar:aquíestoy, yovalgo,creoenmí”.Agregóquelasmujeres de hoy cada vez son más valientes y profesionales.DijolaFacultaddeFilosofíayLetras está llena de este tipo de mujeres.

La escritora y las chicas hicieron varias vecesalusiónalmiedoenestepaís,miedoala faltadeoportunidades,miedoalaexplotación, miedoasergolpeada,aserviolada,aserdesaparecido, a ser invisibilizado. Una de las últimaschicaslepreguntóque,asuedad,después dehabervividotantascosas,quélemotivabaa trasladarse y venir a platicar con estudiantes.

Ella, que siempre habla de la esperanza y lo refleja en su rostro, ella, que “recordaría con emoción todo el 2016 cómo me recibieron”, contestó sobre el sentido de ser y el sentido deestarahíentrejóvenesestudiantes:“Quizá porqueunaflorqueríaentrarpormiventana”.

Esto fue lo último que escuché porque, al estilo sesentero, la emoción comenzó a desbordarseconelfindehacermáspreguntas,de ganarse uno de los quince libros, de fotografiarseconella,depedirleunautógrafo.Elorganizador del evento, Noé Agudo, quien ha invitadoyaaotrosescritores,cadavezseponía más enérgico, pero los alumnos que pueden cambiarelmundonoatendían.Noséquepasó. Mequedopensandosinosucedióloqueenel cuentodeCortázar,“LanochedelasMénades”, enqueelpúblicoenfebrecidoportansublime bellezaselanzasobreelescenarioysedevora al artista. Y es que Elenita es tan dulce, tan tierna, es un pan, y a quién no le dan ganas de comérsela.

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016
delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016
delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

Ser tu mamá

Jéssica de la Portilla Montaño.

Laprimeravezqueteviaúnnonacías.Noerasmásqueunpuntitoindistinguibleenmi vientre.

Yo quiero ser tu mamá durante noventa y nueve años.Ysi la ciencia lograra hacernos casiinmortales,quisierasertumadrenoventaynueveañosmás.

Quieroqueseanmisbrazoslosquetecarguencontodoy túnelcarpiano,sinimportar cuántopeses.

Quiero llegar del trabajo cada madrugada y no dormir de inmediato porque me exiges que ya te alimente. O regresar de la oficina a la hora que sea y encontrar tus párpados cerrados mientras sueñas que eres mi bebé.

Seréquienplatiquecuántospañalesensuciasyconquégracialohaces.

Seré quien presume cada nuevo fonema que forman tus labios. Y quien harte a sus conocidosporpublicarcienmilveceslamismafotoconapenasunasvariaciones.

Despiertodiarioinnumerablesvecesparaalimentaralluceroquegateaentremissábanas. Dormito apenas a la espera de sentir tu menor movimiento y evitar que te escapes, que caigas o te golpees.

Sacaré tus moquitos con la uña del meñique en lo que aprendes a usar un pañuelo. Me seguirás jalando el cabello y presumiré moretones porque aún no entiendes que me produces dolor.Aguanto las lágrimas cada que estoy lejos y antes de despedirme de ti en los días laborables. Río a tu lado ante todos tus gestos y hoy descubro el amor como no lo habíaexperimentado,comonadiemeadvirtióqueeraposiblellegarloasentir...

Porque no puedo decir que estoy enamorada de ti en la clásica acepción de la palabra, pero es un hecho que te amo.

Porque no puedo negar que desde que decidí concebirte mi mundo cambió, y cambió parabienporquemicasaymihogarerestú.

Quieroserquienteformepiezaapiezayconstruiréuncastilloinviolableeinamovible dondetesientassegurayenverdadloestés.Yanodeseocambiareluniversosinohacerde tu vida la más hermosa y feliz, contestar tus preguntas y plantearte otras nuevas mientras agradezcoquetúseashoyysiempremipequeñaypreciosahijita.

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

Kloddariana.

9:45pm, hora de la tierra.

No tienen tiempo suficiente para las palabras lindas, para el juego previo al acto sexual,muchomenosparaabrazarseydormir. Quisieran amanecer juntos al menos una vez, dormir en la misma cama, bajo las mismas sábanas, sin que el tiempo o la presión social interfiera. “Voy a dejarlo todo, te lo prometo. Por ti, porque quiero estar contigo”, le dice él peroesedíajamásllegará,ellaestáconsciente. “No hagas promesas que no podrás cumplir”, contestasiempreresignada.

Quisiera creer en sus propias palabras, cumplirsupromesaperosucarrerapolíticaes mucho más importante. Ha luchado, conspirado, y arriesgado el pellejo por estar endondeestá.Serelrepresentantedetodauna galaxiaesalgoquenocualquierapuedelograr; se necesitan ciertos contactos y mucho estómago. Enelúltimodecretodelparlamento terrícola se ha aprobado la invasión a Kloddaria,élmismofueelgranimpulsor,ella estansolounarefugiadaenelplanetatierra.

¿Qué diría la sociedad terrícola si su diputado en el congreso galáctico, un hombre casado y con hijos, se dejara ver por ahí con una kloddariana?, el pueblo kloddariano, extremadamente conservador, tampoco aprobaría esa relación. La ley de los Klods castigaesasgravesfaltasconlapenademuerte.

Se encuentran en un motel, él acaricia su húmedapielazulconmotasgrisaceas.Lequita labatatípicadesuplanetaydejaaldescubierto

unpardepezonesanaranjadosbrillantes.Los senos son pequeños, vestigios de un pasado mamífero que la evolución de su especie ha dejadoatrás.Conlapuntadelalenguarecorre la aureola de aquellos pezones mientras sus manos bajan por la espalda hasta las nalgas pronunciadas. Ella mueve la cola, de aspecto reptil,ylaenrollaenlapantorrilladesuamante. Susseispequeñoscuernos,cambiandelcolor hueso a un color melón cuando está lista para el acto sexual.

10:00pm, hora de la tierra.

Ella se pregunta si de ser otra la situación estarían juntos formalmente. A penas unos meses desde su primer encuentro: fue el mismo día en el que se conocieron. Ella lo abordó a él, preguntando la hora. Lo demás ocurrió. Su sorpresa vino al verlo en el noticiero, explicando la posición del parlamento galáctico, a los pocos días.

Hallegadoacreerquelascosasnocambiarían, que tan solo es una más para él. Sin embargonadadeesovalecuandoélledicequela ama. En su planeta natal las cosas son mucho másfrías,laépocadeapareamientoocurreuna vezcadaseisosieteañoslunares,fueradeeso no existen los encuentros sexuales.

Esprobablequenadacambienuncaentrelos dos, que todo muera en cuestión de meses, quizás semanas, quizás días pero ya no le importa.

Se pone en cuatro patas sobre la cama y levanta su larga cola, rodeando con ella la cadera de su pareja. Con una fuerza sobrehumana lo atrae hacia él y lo aleja, una y otra vez, cada vez más rápida e intensamente, mientrasellaaprietaconlosseisdedosdesus manoslasábanayelcolchón,gimiendo.

10:10pm, hora de la tierra.

Cada encuentro representa una verdadera odisea para ambos. Ni siquiera pueden entrar o salir juntos del motel, siempre tienen que llegar casi disfrazados, con sombreros, bufandas,anteojosogabardinasqueresguarden susidentidades.Enunprincipiolesocasionaba incomodidad, ahora ninguno de los dos le da granimportancia.

La esposa de él sospecha que tiene una amante y por eso ha contratado a uno de los mejores detectives privados de la galaxia que lo sigue día y noche. Un saturniano, ex miembro de las fuerzas especiales de su planeta.

10:20pm, hora de la tierra.

Ella se da la vuelta y abre las piernas colocando sus pezuñas sobre los hombros de suamante.Éllaembisteconunafuerzatalque ella rebota levemente. Mete los dedos en su bocayellalossaboreaconsulenguabífida.

Bajalaspiernasyenrollalacolaenelpene hinchado de su hombre, luego lo agita violentamente.Esteemiteunaseriedesuspiros profundos y en cuestión de segundos deja escaparunchorroblancoyespesosobrelapiel húmedaysalamandrinadelvientre.

10:30pm, hora de la tierra.

Sin aliento, se miran a los ojos, los de ella son enormes, completamente negros y los de élsondetamañohumano,conunapupilaverde en medio de todo ese blanco.

Es el momento: él le dirá que es muy peligroso seguir frecuentándose. Él pone demasiado en riesgo e, ingenuamente, espera queellaentienda.Sepreparaparaabrirlaboca, para dirigirse a aquel cuerpo humanoide y húmedo, para decirle que ojalá todo fuese distinto.

Justo antes de emitir sonido alguno se abre la puerta y un flashazo los sorprende, es la cámaradeldetectivesaturnianocapturandoel momentoperfectodeladesnudezhumanayla kloddariana.

76200 hrs, hora del reloj común intergaláctico.

Lafotodeldiputadointergalácticoterrestre sorprendido desnudo en un motel con una kloddarianaque,apenas,secubreelpechocon lasábanaeslanoticiamásescandalosaentodos los noticieros de la galaxia.

El parlamento galáctico ha revertido el decretodeinvasiónalplanetaKloddaria.

Élyellajamásvolveránaverse.

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

El pacto

Lo despertó un dolor en el abdomen, pero no halló herida o golpe. Dormí mal, se

dijo. Hizo sentadillas para desentumecer los músculosyluegopaseóporeledénqueeraun valleresplandecienteyhabitadoporanimales. Todo estaba en calma y el cielo tenía un azul intenso. En el aire se percibía aroma a flores silvestres y a tierra recién hecha.

Adán caminaba erguido, orgulloso de mandarenaquelparaíso.Miródespectivoauna serpiente con alas que descansaba sobre el pasto,lacual,envenganza,lemostrósulengua bífida.Elprimerhombredelacreacióndeseó arrancarle las alas por igualada; sin embargo, continuó el paseo.

Topó con un arrollo donde nadaban peces decolores,locualmaravillóalprimerhombre que agradeció a su padre Dios hacerlo dueño dellugar.Enesospensamientosandabacuando descubrió su imagen reflejada en el agua. Contempló sus piernas largas, fuertes y torneadas. Después observó aquella cintura estrechayágil.Leseguíaunabdomenmacizo. Másarriba,eltorsocomocoraza.Empuñólas manos y sintió la fuerza recorriendo los músculos. Soy hermoso, se dijo cuando notó la blancura de su rostro contrastando con el azul de los ojos. Aún seguía observándose cuando reparó en aquello. Entre las piernas colgabaunpedazodecarneflácidoyalargado. Lo adornaban un par de bolas semejantes a huevos de pava. ¿Qué haré con esto?, se preguntó.Conlamanoacaricióaquelmiembro que despertó como serpiente ante el peligro. Aquella carne que reposara inofensiva, se

convirtió en bestia. Adán descubrió que con cada caricia, el miembro le generaba sensaciones que aceleraban su respiración. También notó que toda su fuerza se concentraba allí, por lo que empezó a manipularlo con ansiedad. Después de unos minutossintióunapunzadaenelabdomen,pues de aquella cabeza rosada salió disparado un liquidoblancoquedejóalprimerhombrecon los ojos en blanco. Luego vino el sopor con sentimientos de culpa, pero Adán había descubierto la masturbación y supo que era buena.

**

Despertó melancólico. La causa se originó la tarde anterior, después de nombrar a los animales.Volvíaalacuevacuandoobservóque losmachoscortejabanalashembras.Buscóa su alrededor, pero aquellas bestias que caminabaneneledénnoseparecíanaél.

Llamósuatenciónelcaballoylayegua.La hembra mordisqueaba pasto, mientras el machonegroymusculosotrotabaasualrededor. Despuésseacercócautelosoalayeguablanca. Éstalepropinóunpardepatadasqueelcaballo resistiósinrelinchar.Conlaspatadas,elpotro aumentó su deseo sexual, pues de entre sus patastraserasaparecióaquelmiembrogrueso ylargoqueelgarañóngolpeteócontralapanza. Adán vio que la yegua no quitaba los ojos de aquelarmamentoyquizá,pensóelpadredela humanidad, hasta sonreía coqueta. El caballo se acercó a la hembra y le mordió el cuello.

Luego, impulsándose con las patas traseras y apoyándose con las delanteras en el lomo de la yegua, pudo encajarle aquel miembro monstruoso.Layeguaselimitóamordisquear más pasto, mientras el caballo satisfacía sus instintos de reproducción. Segundo después, el corcel eyaculó un líquido lechoso que al padre de la humanidad se le antojó repulsivo. Después de ver la escena, Adán siguió su caminomástristeypensativo.

Cuandomásapesadumbradoestaba,miróa dios,unancianodecabellosblancos,quevenía del oriente. Adán sintió pena por el viejo encorvado y rugoso de piel. Se veía débil e indefenso. Le acercó una piedra para que descansara.

—Te noto triste—, dijo dios jadeante.

Adán miró a occidente donde el sol enrojecía el horizonte. Al volver la vista contemplóadiosencendiendouncigarro.

—Dimequépasa.Cuéntametodoquesoy tu padre.Te sientes solo, ¿no es así?

Adánasintiódemalagana.Luegomusitó:

—Ayervialcaballomontandoalayegua.

El anciano se carcajeó.

—Asíqueeseso—dijo—.Mira,sidecidí mandarte solo es porque no necesitas más. Bueno, espera- tosió el anciano-, todos necesitanalgo.

Adánobservóadiosconcuriosidad.¿Cómo loarreglará?,pensó.

—Alosanimaleslesdiunaparejayatino, pero eso puedo arreglarlo. Sólo tienes que prometer que llevarás el control de todo.Ala quetedaréporcompañeralallamarásEvaque por naturaleza es lista y astuta. Yo mismo no confío en ella. Es más fácil entendernos entre nosotros los hombres.

Adánnoentendíanada.

—Explícate,padre,quenoentiendo.

diosrespondiódemalagana:

—Quiero decir que la mujer es imprescindibleparaelhombre,aunqueseasu destrucción.Siteladoyteencargarásdeella. Llevarás las riendas de la relación y sólo tú, óyeme bien, deberás decidir. Si aceptas esta condición,tedoycongustounapareja.

Adánaceptóeltratoconalegría.Cuandoel anciano terminó el cigarrillo, le pidió que se acercara.Frenteadios,elprimerhombredela creaciónsearrodilló,perocuandoconlafrente ibaatocarlatierrasintióeltrancazoenlanuca. Despuéssóloescuchó,muyalolejos,unavoz quedecía:

—Cuando despiertes, hijo, tendrás lo que tantodeseas—,luegosedesmayó.

Adán despertó adolorido. Recordó las palabrasdelviejo:"tendrásquebuscarla",pero no sabía dónde empezar. ¡Que madrazo!, se quejóalrecordarelgolpedelanciano.Elviejo esimprevisible,sedijo.Aparececuandonose lenecesitaydesaparececuandoselenecesita.

Empezaría a buscar cerca del lago, sin embargo, el calor tibio de la mañana y el roce de los testículos le propiciaron una erección, así que se detuvo a la sombra de un roble para masturbarse. Estaba en ello cuando oyó una risita que provenía del lago. Se levantó del suelo temeroso. Se acercó al lago y la vio.

Eva jugaba en el agua con un par de cisnes blancos. Sus ojos verdes tenían la inocencia de un recién nacido.Adán decidió observarla antes del encuentro. Más allá del lago, un montón de mariposas revoloteaban sobre las

flores. A un costado, los animales pastaban. Reconocióalleónyaltigreagazapadosparala caza. A su lado vio a la misma serpiente con quien días antes se disgustara. Le sonrió amable, pero el reptil, de nuevo, le mostró su lengua bífida como en una sonrisa irónica. Luegoechóavolar.

En tanto, Eva se observaba en el agua. Su pelo rubio ensortijado se desparramaba sobre los hombros estrechos y frágiles. Sus dientes blancoshacíanjuegoconlanarizafilada.Sus pechos como frutos se le antojaron a Adán exquisitos.Seguíaunvientreplano.Comotoda mujer,Evanoresistiólavanidad.Giróunpoco yapreciósusnalgasredondas.

Salió del lago y caminó inocente por la orilla. A su paso descubrió animales que la saludaroncongraznidos,rugidos,siseosycantos;sinembargo,nohallónadieparecidoaella. Entonces recordó al anciano que dijo:

—Alguien vendrá a tu encuentro, pero no debes ceder a sus caprichos. Te resistirás—, le ordenó el viejecito mientras encendía un cigarroysealejabahaciaoccidente.

Evavolviósobresuspasos.Adánllegaríaen cualquiermomento.

Elpadredelahumanidadtuvootraerección. Eva observaba nerviosa de un lugar a otro. Seguro me espera, pensó Adán. Recordó la escenadelcaballoylayeguaydecidióactuar.

—¡Mujer!—gritóavanzandohaciaella.

Eva vio el pene como estaca y olvidó las recomendaciones del anciano. Se lamió los labiosyensusojosaparecióunamiradadegata encelo.Alencontrarsedefrente,Adánlatomó delacinturaylabesóagresivo.Evarespondió conlamismafiereza.Laslenguasseenlazaron comoserpientesenunapeleaamuerte.Ellalo tomó del cabello y arañó su espalda. Después

se tumbaron sobre el pasto. Adán probó a mordiscos los pechos de Eva y esta, con las mejillas encendidas, decidió probar aquel miembroquepalpitabasobresuvientre.Adán secontorsionóypensóqueaquelloerabueno y debían practicarlo a cada momento. Luego acomodóaEvaencuatropatasyobservó,por unos segundos, aquellas nalgas redondas. Después lamió aquella raja rosadita. Cuando lapenetró,Evagritódeplacer.Despuésdeunos minutos,ambosdescansabanextasiadossobre lahierbaehicieronunpacto.Evapodíahacer loquedeseara,siemprequeAdánlapenetrara cuandoquisiera.

Cercadeallí,sobrelasramasdeunárbol,la serpiente alada de colores y dios hablaban en secreto. El Creador del universo movía los brazos con brusquedad y la serpiente sólo siseabacomopidiendocalma.Despuésdeunos minutos parecieron ponerse de acuerdo. Con la mirada fija en la recién pareja, creador y serpienteseunieronenunsolocuerpo.Quizá eramomentodecrearotromundoalcapricho dedios.

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016
delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

Eternamente

—E

ntiéndelo, Rubén, todo ha sido maravilloso, pero me doy cuenta

que cada día nos alejamos más porque nos interesancosasnuevas.—LaspalabrasdeLaura sonabanlejanasperogolpearonmuyfuerteen elpechodeRubén.Eraellaenelcaféquiense despedíayélsequedabasentado,recordando la preparatoria donde se conocieron.

Enlaprepanuncafueelmáspopular,ensu salónteníaungrupodeamigosmuyreducido. Losnerdssiempretendránunadesventajasocial. Aunque se les considere aventajados en otrosaspectos,eselsocialeselmásimportante en la adolescencia.Ahí fue donde la conoció, ensegundogrado.Eradelgada,detezblancay cabellorizado.Alprincipioseacercabaaélpara queleayudaraconlatareadecálculo,claro,él siempre terminaba haciéndosela. En las pláticasdespuésdeclase,mientrashacíanlatarea, comenzaronahablardelauniversidad.Laura quería estudiar arquitectura y le hablaba de cosas que él nunca entendía, pero esa voz angelical y la pasión con las que las contaba, hacía que parezcan muy interesantes. Rubén hablaba de robótica y computación, sus mayores pasiones. Ella nunca entendía, pero élseenamoródeesosojosdedudatangrandes y redondos, siempre verdes, siempre fijos como escudriñando su alma. Nunca hablaron deamor,simplementesebesaronlanochedel baile de graduación. Sin más promesas que seguirjuntospaseloquepasesabiendoquesus carreras los separarían. Afortunadamente no fue así y siguieron viéndose por dos años.

Fuerontantascosasvividasquecuandoelladijo quequeríaterminar,élpensóquebromeaba.

—Entiéndelo, siempre te amaré, pero nuestra relación ya no es como cuando empezó— Rubén se preguntaba cómo podría entender que Laura le dice que lo ama pero debenterminar.—Nollores,nonospongamos tristes.Creoqueeslomejorparaquecadaquien se dedique a su carrera a tiempo completo.— Rubénsehabíaquedadosinpalabras,nopodía más que recordar cuando le hacía la tarea de cálculo y ella le ayudaba con las de dibujo arquitectónico. Sólo tenía en la mente las tardesquepasaronensucasahaciendolasmaquetasparaelproyectofinaldeDibujoTécnico ydeConstrucción.Sóloretumbabaensumemoriaesavozquelecontabaqueseríaunagran diseñadora de proyectos habitacionales que respetaran la ecología. Esos ojos verdes lo taladrabanyyanobrillabancomocuandohacían chistes de los maestros.

—Adiós. Y no me busques. No lo hagas difícil, por favor.— su súplica lo devuelve al presente. No articula más palabras. Mientras ella desaparece y se confunde entre la gente delacalle,élapenaspuedemantenerseenpie.

La noche y el frío le dan el tiro de gracia. No sabe a dónde ir, pero lo peor es que a donde vayanadieloespera.Apenascamina,lascalles lo atacan violentamente. Se ríen de él los anuncios luminosos, los santacloses en los aparadores. Se ríe de él la gente mientras levantansuscopasysedeseanunafeliznavidad.

Todosríenysefestejan,yseríendeélmientras lascallessealejanycaminahastasucasa.

Las casas antiguas son muy grandes y el disparo no se escuchó desde afuera. Sólo un disparo, bien puesto. La habitación está hasta elfondodelacasayesohizomenosprobable quealguienescuche.Ahorahayunaserpiente púrpuraenlahabitaciónquereptafueradesu cuerpo mientras le roba la vida. En la mesita de noche unas botellas vacías y un cenicero lleno. En el suelo una botella de tequila

guardandounúltimotrago.Élestátiradoaun lado, en el piso, inerte sobre un charco de su propia sangre. Mientras se mira desde la ventanaunospájarosleindicanelcaminocon sus trinos. Su alma escapó por un orificio en la sien, lo abandonó en la madrugada del año nuevo.Ellaloacompañaráprontoperoaúnno losabe.Losabrácuandoseenteredelanoticia. Se reunirán de nuevo el 14 de febrero y no se separaránjamás.

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016 73
delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016
delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016 75

Nadie nada nunca de Juan José Saer

Probablemente, entre los improbables lectores de estas líneas, casi nadie haya

leídonadadeJuanJoséSaer,nunca.Haypocos títulos en librerías y un número reducido de estudios si se compara con la obra de otros autores de su generación o del llamado boom latinoamericano.Autordemásdeveintelibros de narrativa, poesía y crítica, de origen siriocatólico, intelectual ajeno a los círculos bonaerenses, residente por voluntad propia en Francia y profesor universitario, Saer es un escritor que exploró diversas técnicas narrativas.Conformauncatálogodeinfluenciasmuy relacionadasconlosmovimientosliterariosen que produce su obra, pero siempre marcadas por una preocupación personal. Me interesa, por lo pronto, el proyecto Nadie nada nunca, novelapublicadaen1980,enunperiodoparticularmente experimental del autor, señalado por la reducción de la anécdota, combinación de voces narrativas, exceso de digresiones, juegos temporales y otros recursos que ya habíadesarrolladoenobrasprevias.

En general, esta narrativa me parece insoportable, por aburrida y presuntuosa; por insistir en proyectos que ya agotó la prosa de Proust, Joyce, las vanguardias hispanoamericanasolanoveauroman;porsuspretensiones líricas,susintaxisacumulativadeparéntesisy oraciones subordinadas; por privilegiar, de todosloselementosdelrelato,ladescripción; por el abuso en las licencias poéticas que supuestamente rechaza, y, sobre todo, por su desprecio al lector. No obstante, me interesa Saerporquelogra,confrecuencia,envolvercon laprosaenesaatmósferaasfixianteyderutinas

intrascendentes.Adiferenciadeotrosautores —el puro juego lingüístico de Salvador Elizondo, el relato como metáfora interminable e irresoluble de Cortázar—, Saer recrea una exploración de la percepción del individuo, comunicada en una combinación de hechos intrascendentesyrevelacionesdelasquepoco dirán el narrador o el personaje. Un relato de lapercepcióndelossentidos,sinintervención de la psicología pero sí de una forma de la concienciapocofrecuente.Además,esteautor combina su obra creativa con una extensa labor crítica que ofrece pautas de lectura de su propia obra. De tal forma que la lectura de la novelaresulta,sinounactodecontemplación, sí un ejercicio de diálogo.

Laestructuradelanovelavadelnarradoren primera a la tercera; de un él que parece perfectamentefusionadoconlaconcienciadel protagonistaaunyoquevuelveacontarloya narrado, para mostrar nuevos matices de la conciencia o, por lo menos, de la percepción. "Nohay,alprincipio,nada.Nada",esellema constante de los episodios: y entonces, al final, tampoco hay nada. No hay sino descripciones: un caballo que ha sido encargado al protagonista, el Gato, el espacio interior y el espacio abierto de una isla, personajes que desfilan ante los ojos del personaje -Elisa, el Ladeado,Tomatis,elbañero-,lasimágenesde losturistasquedesfilanporlaplaya.Elrelato se ocupa de diversas percepciones del Gato: loquepuedever,lassensacionesdelbaño,los escasos encuentros y diálogos con otros personajes, la atmósfera de preocupación en torno a la misteriosa ejecución de caballos en

laregión.Ensusaburridasconversacionescon vecinosybañistas,saleacuentolapercepción delaviolenciacontraloscaballosque,apenas enunguiño,parecealudiralclimadictarorial de ejecuciones anónimas. Incluso, otros vecinos llegan a lanzar la hipótesis de que se tratadeunacortinadehumodelgobiernopara ocultar sus propias ejecuciones. O bien, el recuerdodesituacionesextremasqueterminan porserepifanías,comoladelbañeroquerecrea su tránsito por el río a nado.Yasí se suceden los acontecimientos que no culminan en propósitoalguno,girandoapenasentornoala amenaza de ese "asesino de caballos" que, se insinúa,esunpretextoparalapresenciadelos militares—dequienessesabeporlasdetonaciones que perciben todos los personajes, desdedistintospuntos—enunaépocaenque esta presencia implicaba la represión de la dictadura.

Para 1981, un año después de Nadie nada nunca,publicaelartículo"Lanovela".Según este texto, para Saer, la Nouveau Roman — movimiento francés de renovación de la narrativa— fue el único aporte decisivo a la novela, considera que lo que hoy llamamos "novela"esdiferentealgéneroqueenlossiglos pasados estuvo ligado a la burguesía; y cree, además,quela"inteligibilidadabsoluta"alaque aspiraba la novela tradicional convirtió al género en una mercancía. Considera que el novelistasólopuededarsentidoasutrabajosi arranca a la novela, o al menos rechaza, lo "novelísticoynovelesco"delgénero,acambio de la exploración de lo no novelable: en resumen, escribir una novela es renunciar a escribirunanovela,explorarlasposibilidades de la lengua hasta que su único sentido sea la forma.¿Quéeslo"nonovelable"?Ajuzgarpor esta Nadie…, un elemento de la conciencia humana que podríamos llamar la percepción. No la psicología ni el mecanismo de emocio-

nes del individuo ficcionalizado en el personaje, sino la percepción como primer conocimiento de un fenómeno mediante las impresiones que comunican los sentidos.

El autor renuncia, pues, a señalar las coordenadasdelacreación.Sinanuncioscomo "entonces se dio cuenta de que", "comenzó a leer","sepusoareflexionarsobre"o"soñóque". Encambio,vapresentandolosacontecimientos al lector de tal forma que el lector debe percibiralmismotiempoqueelpersonaje.El narradorexternotampocotieneventajaalguna: por ejemplo, el capítulo XI inicia con un episodio totalmente fuera de contexto: "El Caballero, con toda seguridad, debía preguntarse, ya que los demás le eran exteriores, si lo mismo que que le pasaba a él le pasaba a ellos,esdecir:quecadavezquelosmiembros delgrupo-suhermanalaseñoradeSanÁngel, el pederasta Dolmancé, Eugenia de Mistival, cuyaeducaciónenmateriadelibertinajehabìa sidoelpretextoparalaorgía…"Variaspáginas más adelante, la inserción de este episodio se explica por ser la lectura del personajeespecíficamente, de La filosofìa de tocador de Sade. Este autor francés es una influencia para Saer, pues en esta novela el erotismo no tiene ninguna relación con las emociones. Y, agregaría Saer en oposición a Sade, el acto sexual marginaría el pensamiento, para dejar elsexoenunasuntodepercepción,exclusivamente. Desde ese principio, ofrece episodios eróticos bien logrados por mantenerse al margendetodosloselementosaccesoriosque se le han impuesto, como algún tipo de juicio moral ("El Gato va entrando y saliendo de su cuerpo con movimientos regulares que cambian de ritmo, de velocidad, de profundidad,demodotalquepormomentoselpene entra hasta el fondo, con un envión lento y calculado, volviendo a salir con la misma lentitud") o los sentimientos involucrados

("por momentos Elisa siente una serie de sacudidas breves que se expanden como en ondas concéntricas por todo su cuerpo, estremeciendo al pasar todos sus músculos"); para centrarse en la construcción verbal del acto sexual ("Por momentos, la cabeza rojiza toca un punto crucial, en alguna parte, en el fondo, una especie de nudo que lanza radiaciones circulares y concéntricas que van llegando,atravésdelosórganos,delostejidos, delosnervios,deloshuesosydelosmúsculos, hastalapiel").Loqueimplicamásunexploración en el lenguaje mismo ("y como las primeras no han terminado de expandirse, nuevas raciaciones se superponen a las primeras, de modo tal que su desplazamiento sinfinseinstalaenlamenteyenelcuerpode Elisa,eliminandotodopensamiento")másque en el acto en sí.

Temas como el erotismo, la violencia o las revelaciones determinantes del individuo desfilanaquísegúnloproponeelautorenotro artículo"Narrathon",de1973:"Narrarnoesuna operación de la inteligencia sola: es el cuerpo entero el que la realiza", por eso una novela como Nada, nadie, nunca desafía las posibilidadesdellenguajeylasreglasimpuestas por teorías o la tradición novelesca del escritor. Si el relato es un juego, como afirmó en ese mismo artículo -aludiendo con cierta ironía a otros escritores, pero también en una guía de lectura de su propia obra-, el escritor debe establecer las reglas, tanto en la novela como en la escritura crítica. El lector, por su cuenta, podrá así decidir si interviene o no en el juego.Todo, todos, siempre.

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016 79
delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016
delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016 81

La niña Todomepasa

dice:

Carlos

Slim vs. Chapo

Guzmán:

Por qué tu negocio pega más fuerte que el mío

Hacemuuuchosaños,antesdequelamarihuana fuera legalizada en bastantes pero bastantes estados de Norteamérica, y en uno que otro país como Uruguay (y de forma más recienteenColombia,parausomedicinal)...

Antesdequelospadresdelaregiomontana niña Graciela Elizalde, 'Grace', tuvieran autorizaciónparaimportarunaceitederivado del cannabis para tratar con las graves crisis epilépticascausadasporelsíndromeLennoxGastaut...

Antes de que la Suprema Corte de Justicia delaNaciónautorizaraaloscuatromiembros del grupo Smart (Sociedad Mexicana de AutoconsumoResponsableyTolerante,A.C.) paraquecultivenyconsumanlaplantaconfines recreativos...

...y antes, mucho antes de que el Chapo Guzmánfuerarecapturadoel22defebrerode 2014...

...y antes de que escapara, el 11 de julio de 2015, del penal federal de máxima seguridad El Altiplano gracias a un célebre túnel en la ducha...

...yantesdequefuerarecapturadoeldíade hoy, oh glorioso día 8 de enero de 2016...

...muchoantesdetodoeso,suservidoratuvo a bien escribir el siguiente texto, clásico de la primera etapa de mi intento de blog, TodoMePasa.com, sobre cómo sería una guerra de egos y/o de billeteras entre Carlos Slim, el hombre más rico de México, y el JoaquínGuzmánLoeraalias'ElChapo'.

EnMéxicoaúnnoeslegallamarihuanacon fines medicinales excepto para la pequeña Grace Elizalde. Y tampoco lo es con fines recreativos excepto para las cuatro personas que conforman el grupo Smart, quienes, por cierto, dicen que ni siquiera fuman ni tienen intenciónalgunadehacerlo.

¿Cuálessonlasconsecuenciasquehatenido lalegalizacióndelcannabisendistintosestados de Norteamérica? Lo más reciente ha sido la epidemiadelaheroína,quees'elnuevocrack', porquesegúnesdelomásbaratayadictiva,y porqueestáentodaspartes.

Otraconsecuenciaesqueperiódicoscomo TheNewYorkTimesyTheWashingtonPosta cada rato publican artículos sobre drogas de

diseño como el Spice, vendida como 'marihuana legal' en internet, y drogas naturales como el Kratom, planta de Tailandia con efectos parecidos al opio y que ha hecho recaer a adictos a la heroína.

Laverdaderapreguntaes:

¿Cuáles son las consecuencias en cuestión deseguridadyviolenciadequeenMéxicosiga siendo ilegal esta planta? ¿Si la marihuana 'saliera del clóset', habría más ricos o habría máspobres?,¿seacabaríalacorrupción?,¿en Chiapas dejarían de darle Coca-Cola a los niños lactantes? ¿Bajará el dólar? ¿Subirá el petróleo? ¿Bajaré de peso?, ¿subiré otra vez 25kilosenmisiguienteembarazo???

Piénsenle y a'i me avisan si se les ocurre algo.

¡Canvioyjuera!

Carlos Slim vs. Chapo Guzmán:

Por qué tu negocio pega más fuerte que el mío

Hacealgúntiempohubounagraaancontroversiacasiconstitucional:

JavierLozanolereclamóalhombremásrico de México por no crear más empleos.

¿Y qué hizo Carlos Slim en respuesta? Pues...¡comprarlaSecretaríadelTrabajo!

¡OBVIO!!!

Como primer paso, Slim contrató a David Henry Sterry para escribir en El Huffington Post un post con el título:

"Narcotraficante mexicano oficialmente agradece a legisladores estadounidenses por mantenerilegaleslasdrogas".

¿Que qué tiene que ver Joaquín Guzmán Loera, alias "El Chapo Guzmán", con Carlos Slim?

¡MUYSENCILLO!!!

Carlos Slim quiere demostrar que la inimaginablefortunadeElChapoNOsedebe a la venta de narcóticos sino a la evasión de impuestos.

Señor Chapo: debe usted tener máximo cuidado con lo que dice por celular. Por lo pronto parece que alguien lo grabó diciendo estoporaccidente(segúnusté,laconversación yasehabíaterminado):

"Nuncamehabríavueltotanapestosamente ricosinGeorgeBush,GeorgeBushJr.,Ronald Reagan,inclusoelpresidenteObama;ninguno de ellos tienen los cajones para detener todo eldineroquequierequeestosigasiendoilegal. Desde el fondo de mi corazón, quiero decir, Gracias Amigos, les debo todo mi imperio a ustedes".

¿Que ni Obama tiene los cajones? ¿cAjones?,¿"cAjones"conA?

Pues...ah,¡caray!

SegúnDavidHenrySterry(yaseaprendieron su nombrecito, ¿verdad?), el presidente Calderón se la pasa escuchando una rola de PeterToshllamada"Legalizeit".

—Oh sí — dijo un oficial cercano al Presidente,— ahoralorecuerdo,hastaparece que sucedió ayer. Felipillo está re loquillo y habla de Eliot Ness, gangsters y una ley de Prohibición. Acá, los niños juegan a que son El Chapo, el hombre más malo de todo el malditopueblo".

ACarlosSlimlebrillaronlosojitoscuando David Henry Sterry dijo algo sobre "ganar

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016 83

billones de dólares en impuestos a las drogas (como se hace con cigarros y alcohol)".

1.Yonosécómoelautorafirma nadasobre elPresidente.EnMéxico,anadieleinteresan las intimidades de los mandatarios y mucho menos las de los Secretarios de Estado.

2. El misterio de "cómo es que Forbes obtuvolacontabilidaddeElChapo"seresuelve aldescubrirquetenientesdedistintoscárteles han abierto cuentas de Twitter para mantenernos al tanto de las últimas declaraciones de sus jefes.

3. El Chapo debe tener mucho cuidado porqueesmásfácilqueloagarreHaciendapor evasióndeimpuestos...

Ahora: hemos hecho cuentas de todos los empleosquesegeneraríansifueselegalcrear unaempresallamada"ChurroselChapo,Inc":

*Contratarcontadores,secretarias,gentede oficina,ydarlescapacitación.

*PagarelIMSSde:tenientes,comandantes, cocineros,cuidadoresdetigres,campesinosy de tooodos los familiares.

*¡Publicidad!!!Laspobrecitastelevisorasse harían millonarias con anuncios de por qué

preferir Acapulco Golden. Los famosos contratados donarán parte de sus ganancias a CentrosdeIntegraciónJuvenil,asícomoAna Claudia Talancón, Jesús Ochoa y Molotov acaban de financiar edificios nuevos para Alcohólicos Anónimos, cortesía de la Fundación Saúl Lisazo "para un Bacacho sin Cirrosis".

*Anuncios en la publicación de Marco Beteta, quien nos deleitaría con la lista actualizadade"Losmejores100coffeeshops paraponersehastalaeme".

*Fertilizantesparachurrosorgánicos(nada de"motatrasgénica,modificadaparaimpedir elmonchis").

*Promociones: En la compra de un kilo, te llevas gratis una pasta (raticida de a treinta varitos). O paga a 12 meses sin intereses... como la tenencia.

*Vigilantes para que nadie se fume la mercancíaantes.

*Donar a enfermos crónicos es deducible.

Ya,enserio:yonoséporquélahacentanto "detos".

Incipit

Coloratura de la añoranza

"Hacía una eternidad que no lloraba, enseñé a mi nostalgia a mantener los ojos secos."

Laañoranzaesesaemociónquerevolotealos recuerdosyvaapilandounoporunohastaconvertirse enunrefugioapacible,obien,enunespacioendonde todo se torna desagradable. El ser humano es un rompecabezasdeañoranzas,añoranzasquesevan arrastrando, que se dejan en un café cualquiera o queseextravían(casiapropósito)enunapretónde manosoenunacamadehotel.

Nadademalohayenañorar,porquétendría queserlo,siseañoratodocuantosepuede;yesque al hacerlo se puede pensar que algo diferente se podríaestarhaciendo.Avecesvaunotransitando porlacalle,conunrostromásqueapuradoyenla mayoría de los casos esos que nos miran piensan quetenemosprisaporllegaranuestrodestino,pero no, a veces es la añoranza que va dando pasos aceleradosysenosinstalalanostalgia.Sepiensa por momentos que una decisión pudo haber cambiado nuestro presente y de repente llega la tristeza. Y casi siempre, como con ganas de ahuyentarlasepiensaenlapróximaquincena,enla citadelatarde,enlasonrisadeloshijos,enlapareja (sisetiene)oencualquierpretextoparapoderquitar eseestadoquetanbiennoshaceperoquealmismo tiemponosconvierteenunmanojodeemociones

que se escapan del cuerpo y nos delatan ante los quenosrodeanycreemosquenosvemosdébiles. Seañoranlosamorespasados,aúnmáscuando elquesevivenohacedeltodobienyseacomoda unoenelrecuerdodeaquellosinstantesenquese sentía que se podía ser feliz; se añora la toma decisiones,lascariciasnodadas,losbesosfortuitos, los éxitos, los libros no escritos, los proyectos no acabados,laniñez,lajuventud,lavida…yserevisa lo que nos rodea y se instala el crepúsculo de la desaparicióncomomencionabaMilánKundera.Por ello es que se recuerda, no se quiere perder la añoranzaporqueeslaideadelregreso,elsueñode unviajesinretornoperodelcualnosequiereuno darcuentaytraemosdetodaslasmanerasposibles imágenes, olores, sensaciones, sabores y hasta pareciera que resuenan en nuestros oídos las palabras,esasquenosacomodanynoscalmanpara seguir la vida. Pero todo eso se estropea cuando dependemosdelaañoranzaparahacernoscreerque todopasadofuemejorynada,nadahayporhacer enesteterribleyestancadomomento.

Muchosdeloslibrosquenoshanacompañado alolargodenuestravidacomolectorestienenala añoranzacomopuntodepartida,parecieraquese

logra una simbiosis y esos títulos se tornan entrañables, podrían desaparecer de nuestros anaquelesaquellosquenadahansignificado,esos que nos obligaron a leer en la escuela o los que creíamosqueeranlosadecuadosparaser"dicen" más cultos, pero esos que traen a nuestro ser

emocionestantas,esosquenadienoslostoque.Esos aunquepasenlosaños,setornenamarillentosyse juntenunosconotros,esos,seacomodanennuestro seryvanformandopartedenuevasañoranzasyes queseañoralavidaporquesesabequenosepodrá tenernuncaotra.

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

Desvaríos de la freaky neurosis

Creer en ti mismo a pesar de todo

"La lectura de todos los buenos libros es como una conversación con los hombres más selectos de los siglos pasados, que han sido sus autores".

¿Qué puede ofrecer al mundo un escritor incipiente?Enprimerlugar,¿quétehacedesearser escritor en un país donde la mayoría de la gente no lee?Espresuntuosodarrespuestaaambascuestiones, pues cada escritor tendrá sus propias ideas y motivaciones al respecto. Lo correcto, sería hablar desdemiexperienciayesoharé.

Como escritora en formación, con cero trayectoria,conapenasuntextoseleccionadoenuna convocatoria(dicenparapublicaryaúnnomelacreo), enmiescuelitavirtual,dondeexistemuchadeserción yapatíaporpartedealgunoscompañeros,realmente no creo aportar más o algo mejor a la historia de la Literatura;aúnestoyhaciendo"pininos".Sinembargo, miamoralalectura,iniciadoenlainfancia,mehizo acariciar el sueño de ser escritora. Desde los ocho años descubrí mi vocación, escribí dos poemas, un breverelatoeinclusorepresentéamiprimariaganando eltercerlugarpornarraruncuento.Ybueno, aunque miinclinaciónalaescrituraserevelópronto,existieron demasiadosobstáculosparallegaralameta.

Crecerenunafamiliaconunpadreausente,una madre controladora, la cual por más esfuerzos realizados,nadaerasuficiente;tehacencuestionarsi eres capaz de lograr algo en la vida. ¡Vaya!, la

autoestima es la más golpeada en todo ello (¡oh sí!, Freud:tienesmucharazón,tútambiénCarlJung,¡no te pongas celoso!. Por favor expertos de la psique, ¡ayúdenmeasuperaresto!).Entenderqueerestúquien siemprecuestionalaautoridadpaterna,aquellaque llamanovejanegra,aúnseasunanenadecinco,ocho, diezaños,adolescenteeinclusoenlavidaadulta,¡eso esintenso!(Nisiquieraentiendotantoacoso,siempre fuibuenaestudiante,nuncabusquéproblemasyjamás reprobé una materia). A pesar de todo, yo deseaba seguir el camino de las letras. Primero, estudié una licenciatura(sabíaquenadieapoyaríamislocuras). Una profesión me daría el dinero necesario para estudiaryconvertirmeen"MaeseLiterato".Notodo hasalidoenbasealoplaneadoyloconfieso,estees mi cuarto intento por alcanzar el anhelado sueño (espero no claudicar o fracasar antes de lograrlo). Trato de aferrarme a la idea y juro hay días en los

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016 87

cualeselpesodemipropiavidaesabrumador.¿Quién lodiría,no?simelapasosonriendotodoeltiempo.¡Ja!

Asíesestenegocio,¿terindesolointentas?, enjugaslaslágrimas,lavaselrostroconaguafría,te metesal"face"paraverlosmemesydemástonterías publicadas, las cuales de tan absurdas parecen infinitamentegraciosas.Respiras,observasatushijos (debesdarlesunejemplodesuperación),tedascuenta de la maldita frustración que arrastras y aun así continúas. Creer en ti mismo, ¿creer en ti mismo?, ¡qué fácil parece!, se escucha grandioso, como una cursi postal, un libro de Paulo Coelho o Carlos CuauhtémocSánchez(¡PorlasbarbasdeFreud!,¡no puedo superar el trauma provocado por leer a estos autores!).Inflarlospulmones,agarrarfuerzasdeDios

sabe dónde y reprimir estas ganas de dejarlo todo y salirhuyendo.Descubrir,apesardeesto,laresiliencia dentrodeti;esacapacidaddeenfrentarlassituaciones límitesysalirfortalecidoconellas.¿Yquéimportasi lamayoríadelagentenolee?,igualquieroescribir. Deseoprobarmiscapacidades,superarelmiedo,quizá escribiralgunabuenahistoriaparalaposteridad,no defraudaraquiendepositalaconfianzaenmitrabajo (comoelpoetalocoqueinsinuópodíarealizarunacolumna),aprovecharlasoportunidadesdelavida,de esosetratatodo.¿Yeldolor?, ¡bueno!,eseloguardo enunabotellitayloutilizoparaconstruirhistorias,todo esválidoparaunescritor.Elsufrimientotambiénproduceobrasdecalidad.

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

Nos vemos en el slam

Nos vemos en la cantina

El centro de la ciudad de Mérida alberga edificioscolonialesconvertidosennegocios,algunos notanlegales,parqueseiglesiasenplenahermandad, unsinfíndeparaderosdecamiónylascantinasmás emblemáticasdelestado,lugaresqueactualmente atraviesan la etapa de la sobrevivencia de sus "estilos", ante la llegada de una moda que intenta imponerentrelasmesasylabarraelcomportamiento delosbaresdelaexclusivazonanortedelacapital yucateca.

Estatransformaciónalofresa,másqueseruna etapaevolutivaenlahistoriacantineradeMérida, parece un cambio completamente radical con el objetivo de atraer a las personas temerosas al verdadero ambiente cantinero, para que por fin puedandeciralmundo"Yoyafuiaunacantina",con selfieincluidodesdelamesaqueapartaronconpreviallamadatelefónicaoinbox.

Aunqueintentaconservarligeroselementos, como las sillas y mesas de aluminio, la barra y la rockola,yanoseviveenellaslafiestadeantes.Los parroquianos que antes eran gente del verdadero pueblo,eltrabajadorolosbohemiosrebeldesdela vidaartística,sonahuyentadosporlosnuevosclientes que llegan en automóviles y sugieren al dueño el serviciodevaletparking,mientrasnodejandedañar elsabordelascervezasconmicheladas.

Laabundantebotanaqueincluíaunplatode comidasirebasadaslatercerarondadecerveza,es reducidaalastirasdezanahoria,pepinoyjícama

conchamoylíquido,cacahuatesdemarcayminikibis; las meseras, dispuestas a tomar una copa pagada conelcliente,yanosonpartedelaplantillalaboraly ademásaumentalaofertacerveceraconproductos artesanalesodeexportación(perocaros).

Entre las cantinas transformadas hasta el momento, existe una que no adoptó estas nuevas características, sino, levemente, dio paso a la expresión artística de mujeres y hombres que defiendenelambientedeantañoquerepresentaa una cantina yucateca. Me refiero a La Jardinera, cercanaalbarriodeSantiago,ubicadafrenteauna universidadprivadayunacasadondeocurrióuno deloshomicidiosmássonadosdeMérida.

De lunes a viernes, La Jardinera respeta los idealescantinerosdebotanatradicional,accesoa cualquierpersona,larockolaconmilesdecanciones, serviciodecaguamasymediasconsusrespectivas promocionesdetrespordos,bañossinunestricto plandehigieneylacoleccióndebotellasvacíasaun costado"parasabercuántastetomatesalmomento depedirlacuenta".

Pero los sábados, además de conservar los mencionados elementos, la cantina se vuelve un espacioabiertoalarte,enespecialalapinturayala poesía. Esta apertura inició con la exposición de cuadros y esculturas visualizadas desde un punto erótico,sexual,pornoypervertido.Obrasquebien

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

pudieron estar en un museo, pero sus autores decidieron hacer algo que hace falta en el arte yucateco,invadirespaciosconrespeto,comodecía elvocalistadeladesaparecidabandadepunkyska

La Mama Ruda y los Skatastróficos Hijos del Henequén.

Luego, llegaron los versos. Los escritores reunidos alrededor de mesas pegadas (porque de manera individual son para cuatro personas), sin micrófono,sinelprotocolodeunapresentacióncurricularparalevantarelego,avivavoz,leyeronsus textosdesdecelulares,hojasylibretas.

Otro sábado, escritores y pintores compartieronsuscualidadescreativasparadibujar oescribirenlasparedes.Alfinaldeldía,lasparedes blancas de La Jardinera se volvieron únicas en el ambientecantinero.Aunqueigualpuedeexistirotra porahí,cercadelmercado,conestafaceta.

Creoqueelacercamientoalartecomolohace

LaJardinera,puedeserunadelasaccionesparala

sobrevivenciadelascantinascéntricasyasíevitar que se convierta en bar fresa. ¿Por qué?, porque atraeráaclientesquesinproblemasetomanunpar dechevasviendoalgunapinturaoescuchandoun poema.Aunqueseaundíadelasemana,eldonde lostecladoslepuededarchanceaalgunabandalocalparaamenizarelambiente(sinslam,paraevitar botellazos),cosasasí.

Novolverásunintentodeforoculturalcomo loquefueLaQuillaoLaCasadeTodos,sinoque undíaalasemanapropongaunelementomásala fiestacantinera,unelementopasajeroperoquedejé nuevosclientesparalosdemásdíasyademás,aunque suene trillado, acerque el arte que por diversas razones no tienen el interés de ir a un museo, la presentacióndeunlibrooaescucharmúsicalocal, quenofueratrovatradicionalojarana.

delatripa: narrativa y algo más, No. 21, Ene. 2016

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.