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Sistema de admisión a la educación superior: entre el centralismo y la autonomía responsable

Antes de la aprobación de la LOES el 2010, el sistema público de educación superior carecía de un régimen nacional de nivelación y admisión. No solo que cada institución de educación superior (IES) tenía sus propios regímenes, sino que estos variaban de una facultad y carrera a otra (Araujo, 2016). También existen evidencias de que en algunas IES la admisión estaba influida por redes clientelares, pagos y hasta sorteos para la asignación de cupos. La nivelación, muchas veces, no cumplía con su propósito, por ejemplo, cuando se la cedía a organizaciones estudiantiles, que le daban una orientación de inducción política y no de introducción académica.

La LOES del 2010 puso un freno a esta autarquía, instaurando un sistema nacional para el registro y asignación de cupos con base a: a) la disponibilidad y capacidades de cada IES y carrera, b) una prueba nacional única y c) un solo proceso de postulación de los aspirantes, con varias opciones de selección de carrera e institución.

El cuestionamiento académico central a esta lógica fue a la existencia de una única prueba estandarizada como parámetro de ingreso. También se cuestionó la asunción de que puedan existir pruebas que midan unas aptitudes que serían independientes de las destrezas cognitivas y de las propias aptitudes esculpidas por el entorno.

El texto del 2010 pensaba en mantener esta nivelación por un período de hasta cinco años, una vez que, supuestamente, se hubiesen disminuido las grandes diferencias entre el perfil de egreso de buena parte de los bachilleres con el exigido para el ingreso a la mayoría de las universidades, escuelas politécnicas e institutos superiores. Pero esta brecha no se superó y sigue colocándose sobre los hombros de la IES la responsabilidad de subsanarla a través de sus procesos de nivelación.

Más adelante, esta prueba nacional fue complementada con otros parámetros establecidos por el MINEDUC y las IES. En julio de 2022, el presidente Lasso, a través de un decreto de reforma al Reglamento General de la LOES (Presidencia de la República del Ecuador,

2002), intentó modificar esta situación, hasta que sus asesores jurídicos se percataron de la imposibilidad de hacerlo legalmente, sin una modificación a la LOES. Esto, dado que esta Ley define a la SENESCYT como el organismo rector de la política pública responsable de diseñar y ejecutar el sistema nacional de ingreso (Asamblea Nacional, 2018). En este contexto, la devolución de las competencias de admisión a las IES ha fracasado pues se creyó, erróneamente, que con un decreto se podía modificar lo dispuesto en una norma superior, esto es, en una ley orgánica. El actual malestar de los estudiantes y las autoridades y personal académico no se han hecho esperar, “haciendo ruido” en los últimos días de un gobierno en retirada.

Con la nivelación el problema es otro. Las IES se toman con seriedad académica y responsabilidad social estos procesos, pero no han recibido un solo dólar adicional para diseñarlos, prepararlos y ejecutarlos. Estamos asistiendo, nuevamente, a una heterogeneidad en los contenidos y métodos de la nivelación en entre las diferentes IES.

Frente a esto ¿qué alternativas caben de cara al próximo cambio de gobierno? Queremos destacar tres aspectos contextuales a considerar: a) Los próximos ejecutivo y legislativo apenas contarán con un año y medio para realizar cambios normativos. Estos no deberían ser parciales y “parches”, sino integrales y fundamentados en una definición coherente de la política pública para la educación superior. b) Las soluciones no pasan, únicamente, por una reforma o una nueva Ley de Educación Superior, sino también (o, acaso, sobre todo) por una nueva política de financiamiento de las IES públicas y cofinanciadas, incluida una reforma al FOPEDEUPO. c) La propia reforma a la LOES vigente, o el debate y aprobación de una nueva, no se pueden limitar a transferir las competencias de los procedimientos de admisión y nivelación a cada IES de manera autárquica. Estos deben ser pensados como una política nacional, con niveles que combinen procedimientos comunes definidos por el Estado y un acuerdos entre las IES, con aquellos que deben diseñar y ejecutar estas últimas en ejercicio de su autonomía responsable.

Esto nos aboca a la necesidad de un nuevo pacto social por la educación, en general, y por la educación superior, en particular, que procese las coincidencias y diferencias de los actores sociales e institucionales involucrados.

La aprobación de una nueva LOES, o su reforma, así, debe ser el resultado de un debate que contemple los tópicos académicos, técnicos, financieros y normativos requeridos para este fin.

Este pacto social debe partir de evaluar con rigor las ya mencionadas brechas entre la formación de buena parte de los bachilleres ecuatorianos y los requisitos de ingreso al sistema. Estos son definidos desde la ciencia y la cultura, desde los objetos de las carreras, y no pueden ser “rebajados” por presiones políticas para incrementar la matrícula en las IES. Así mismo, frente a los resultados de esta evaluación deben proponerse y ejecutarse, después de años de diagnosticar el problema y no viabilizar soluciones, estrategias realistas y viables que dejen de poner la responsabilidad de las deficiencias de los bachilleres, en manos de las IES que supuestamente “no quieren” ofertar suficientes cupos a los aspirantes.

Existen, adicionalmente, situaciones condicionantes del ingreso y permanencia de los estudiantes de la educación superior, expresados en el alto grado de deserción. Así, la tasa nacional de deserción en el 2019 fue 48% (Pineda, et al., 2020). La tradicional idea de que se puede identificar y orientar de vocación profesional de las y los adolescentes durante el bachillerato está perdiendo terreno frente a nuevas evidencias. En efecto, entre los 16 y 18 años el desarrollo personal de los jóvenes, las expectativas de sus familias y la dinámica de las profesiones, la ciencia y el mercado laboral, diversifican las opciones de estos, siendo aún muy temprano para que decidan la carrera a seguir (v.g. Gagnon, et al., 2019).

Con estos antecedentes, un nuevo sistema de admisión y nivelación para la educación superior debe sopesar varios elementos, entre los que cabe destacar como: a) Conservar un sistema nacional de registro, seguimiento y asignación de cupos, a fin de que los aspirantes puedan manejar varias alternativas de estudio en un solo proceso de postulación. b) Las IES, en coordinación con el organismo rector de la política pública de educación superior, pueden conformar equipos o unidades técnicas que establezcan los parámetros comunes a las pruebas de ingreso (¡imposible eliminarlas!) y aquellos que deben ser específicos a las diferentes áreas de conocimiento. A partir de ello se pueden establecer elementos estandarizados de las pruebas, así como sus dimensiones diferenciadas. c) En la era de los big data, debe sistematizarse y analizarse científicamente la información de las trayectorias de las y los chicos desde su inserción en el sistema formal de educación, hasta su graduación como bachilleres. Allí se podrán encontrar patrones, tendencias y valores que pueden ser considerados como dimensiones que definan el acceso a las IES. d) La nivelación no debe reducirse a unos pocos meses de clases y actividades académicas, sino que requieren una etapa previa de articulación de las IES con el bachillerato de las instituciones educativas en el nivel regional y local y llegar, más adelante, hasta el acompañamiento (tutoría a lo largo de la carrera) durante toda la trayectoria estudiantil.

Bibliografía:

Araujo, L. (2016). El sistema nacional de nivelación y admisión. En Ramírez, R. (coordinador). Universidad urgente para una sociedad emancipada, 135 –170. SENESCYT – IESALC.

Gagnon, É., Ratelle, C., Guay, F. & Duchesne, F. (2019). Developmental trajectories of vocational exploration from adolescence to early adulthood: The role of parental need supporting behaviors. Journal of Vocational Behavior. Journal of Vocational Behavior. 115, 103338.

Pineda, R., Moreno, G.R. & Moreno, G.M. (2020). Análisis de la Deserción Universitaria en el Departamento de Ciencias Económicas, Administrativas y de Comercio de la Universidad de las Fuerzas Armadas. Revista Científica Hallazgos21, 5(1), 1-10.

Presidencia de la República del Ecuador (2022, 21 de julio). Registro Oficial. No 110.

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