Capítulo General
cada uno de los capitulares escribió lo que intuía como sueño de Dios para la Congregación. De estas intuiciones compartidas en grupos de ocho a diez personas se resaltaron los aspectos comunes. Cada grupo amalgamó los aspectos claves de lo compartido en un único sueño colectivo, formulando dos preguntas que permitieran explorar los modos de profundizar en él. Por la tarde, hubo tres rondas de grupos simultáneos en los cuales los capitulares se anotaron libremente con el objetivo de explorar las
preguntas realizadas a partir de los sueños compartidos. Al volver al aula, nos encontramos con la visita sorpresa de Mons. Card. João Bráz de Aviz, Prefecto de la Congregación de Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA) quien compartió un diálogo franco y ameno con los capitulares. Entre los puntos más sobresalientes, el cardenal João Bráz nos instó a continuar haciendo nuestra la propuesta de transformación eclesial del papa
Francisco y a hacerlo sin miedo, aunque para ello sea necesario re formular nuestros esquemas men tales, modos vetustos de vivir que poco o nada tienen que ver con el Evangelio de Jesús y que están enquistados en la vida consagrada, e incluso estructuras pastorales que nos impiden ir a las periferias con sencillez y audacia, al estilo de los apóstoles. Finalmente, antes de partir, nos bendijo y alentó a continuar adelante con la agenda prevista y el trabajo de estos días de discernimiento y proyección mi sio nera.
XXVI Capítulo General / 28/08/2021 Por Gobierno General
Hacer nuestros los sueños de Dios Nemi, Italia. El sueño de Dios sigue siendo mundo justo y en paz, un mundo donde la gratitud ha diluido cualquier ansiedad y la generosidad ha eclipsado toda codicia. Dios sueña con un tiempo en el que el amor y el respeto mutuo unirán a la humanidad y la profunda belleza de la creación será atesorada. Por su parte, el ser humano contempla, sueña e interroga, y cuando lo hace es que ya se encuentra en el espacio
del ser interior. Ese soñar comienza en la contemplación de lo creado a lo que responde la palabra callada de su hermosura: Mi pregunta era mi mirada, y su respuesta, su apariencia (Conf X, VI, 9); así diría san Agustín, de quien celebramos su memoria y pedimos su intercesión. Justamente a ello se nos ha invi ta do este segundo día dedicado a los sueños: soñar para nuestra
Congregación los sueños de Dios. Después de compartir y dialogar en grupos, hemos seleccionado los sueños más concurrentes en los frutos de nuestras reflexiones. Basta mencionar algunos de esos sueños para darnos cuenta de que seguimos vibrando con el carisma y el celo apostólico que hemos heredado: ¿Cuáles son las periferias en las que debemos estar presente hoy y qué implica concreta mente al cuidado
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