Capítulo General
XXVI Capítulo General / 16/08/2021 Por Gobierno General
Gozo y reconciliación para empezar a caminar Nemi, Italia. Lo repiten los sabios por doquier: todas las cosas impor tantes de la vida requieren tiempo, lucidez y hondura. El tiempo que trae consigo la calma, la lucidez que abre la puerta a la claridad, la hondura que nos conduce al amor. Después de la jornada inaugural, la experiencia de este vigésimo sexto Capítulo General ha entrado en el Tiempo del Espíritu, en la Luz del Señor, en la Misericordia del Padre. Son ellos los que nos abrirán camino durante tres días de retiro espiritual, animado por los dos facilitadores de Capítulo, Hna. Jolanta Kafka, rmi y P. Paulson Veliyannoor, cmf.
mediodía la eucaristía, presidida por el P. Joseph Mbungu-Mutu, cmf, quien nos ha invitado a volver a la raíz vocacional de nuestra historia, fuente perenne de dicha y salvación. El compartir de la tarde, en clave de misterios dolorosos, nos ha llevado a caminar de dos en dos, como los discípulos misioneros enviados por Jesús que anuncian la Buena Noticia también a través de sus heridas y sufrimientos, con la convicción de que «la providencia jamás nos llevará a ningún lugar donde no podamos ser sostenidos por su gracia», en palabras del P. Paulson. Todo ello, recogido y elevado al cielo al caer el sol a través de una celebración penitencial sobria y sentida, en la
que hemos confesado nuestros pe cados como congregación ante el fuego purificador y hemos do blado nuestras rodillas ante Je sús-Eucaristía, pan vivo del que nace la comunión, vino nuevo que se entrega para para nuestra reconciliación. Ha sido un día denso. Y gozoso. Y reparador. El Señor ha estado grande con nosotros, como lo estuvo siempre con Claret, como lo está con todos los que se acercan a él con un corazón sincero. En la noche de Nemi, cuando cada uno se retira a su soledad, se escucha musitar una oración: Aquí estamos, Señor, para hacer tu voluntad.
Tomando como imagen evocadora la del Santo Rosario, hemos reco rrido juntos esta mañana los mis terios gozosos que nos ha traído nuestra vida y misión claretianas, comunicando en pequeños grupos las alegrías vocacionales que, en su bondad, el Señor ha hecho llover sobre nosotros. El gozo recibido inmerecida y humildemente ensan cha el corazón: lo llena de gratitud y lo impulsa a la adoración. Con este espíritu hemos celebrado a 15