Tongoche

Page 1




ISBN: 978-9942-796-06-6 Primera edición, 2019 ©2019 Chacana Editorial www.chacanaeditorial.com Quito - Ecuador Textos de Antonio Carlos Zambrano Diagramación: Santiago Vásconez Y. Retrato del autor: Héctor Chaves Álvarez Edición y corrección de estilo: Santiago Vásconez Y. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio, sin permiso del Editor. Impreso por Soluciones Publicitarias. Impreso en Quito.


Tongoche Juventus K’ Oticus

Antonio Carlos Zambrano



Tongoche Juventus K’ Oticus

Antonio Carlos Zambrano



A mi hija Ana Carla. Yo sé que me estoy yendo. Prefiero el dolor, no me entienden, el dolor es lo único que me ha dejado la vida. Todos mis sueños terminaron ya, no tengo nada. Poco a poco me voy, todo lo perdí para siempre. Ya se fueron para siempre, las cosas que quería ya no están. Se fue, se fueron las únicas cosas que tenía. Todas las cosas pequeñas que me hacían feliz se fueron se fue mi sonrisa, se fue la música, todo para siempre. Mi sonrisa se fue para siempre todo me lo quitaron porque nunca me escucharon, todo se fue. Solo quería que me escucharan no me escucharon. Todas las cosas que me hacían especial las perdí para siempre ya no soy especial soy un ser que muere.

Ana Carla Zambrano falleció debido a un cáncer a los trece años.



A ellos‌

‌y a tantos otros amigos y amigas que con su amistad y amor me dieron razones para vivir.



El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, ni participa en los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio del pan, del pescado, de la harina, del alquiler, de los zapatos o las medicinas dependen de las decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece e hincha el pecho diciendo que odia la política. No sabe, el imbécil, que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos, que es el político trapacero, granuja, corrupto y servil de las empresas nacionales y multinacionales.

Bertolt Brecht 1898-1956



Como siguiese Topa Ynga Yupangue a sus enemigos y ellos le hubiesen ganado mucho espacio de tierra metieronse en la provincia de los Mayos Mayos en un fuerte que en ellas hay junto a un pueblo llamado Tongoche...*

*Citas de Juan de Betanzos “Suma y narraçion de los Yngas…”, Manuscrito s/n, Biblioteca Bartolomé March, Palma de Mallorca, 153 folios, 1551. Suma y narración de los Incas (1551), María del Carmen Martín R., Ed., Atlas, Madrid, 1987.



Tongoche



La economía sana es hija de la ganancia y cuando la economía gana, alguien pierde. Se enriquece una reducida élite y precariza hasta extremo inimaginable la vida de favelas y barriadas de la pobrería.



Fiesta Tongoche, ciudad de 4 millones de habitantes, “en el país de las maravillas”, amaneció envuelta en un manto somnífero después de una noche de jolgorio y bulliciosa diversión, de ventanas y puertas abiertas. No era para menos, el acuerdo alcanzado entre el Burgomaestre y Ángel Pinzón, un expresidiario líder de la recién creada asociación Seres Somos, que aglutina al 99.9% de los ladrones y rateros de la urbe, establece deberes y derechos a las partes: por un lado, la Ilustre Municipalidad, en sentada cabeza y juicio del señor Alcalde, se compromete, entre otros compromisos a: 1.- garantizar la reinserción sin mácula de los cerca de ochocientos cincuenta y tres delincuentes de las diversas especialidades delictivas de hurto y robo: todos los salpicadores, pungistas, arranchadores, mecheros, cuenteros, fleteros, atracadores, escaperos, raponeros, carteristas y 19


las especialidades de alta tecnología en calidad de informáticos y cloneros; 2.- revisar los expedientes y autos procesales y amnistiar a los convictos por los delitos antes señalados que guardaren buena conducta o hayan cumplido la mitad de la sentencia; 3.- mejorar las condiciones físicas de las instalaciones de los presidios y el trato del personal penitenciario a los recluidos; 4.- capacitación en pequeños y medianos emprendimientos para que una vez salidos de la cárcel puedan reintegrarse productivamente a la sociedad; 5.- acceso a crédito para la conformación de microempresas de bienes y servicios que garanticen un ingreso económico digno.

La asociación Seres Somos se compromete como contraparte a: 1.- no volver a delinquir y contribuir a la tan anhelada seguridad y paz social; 2.- respetar las diversas formas y expresiones de la propiedad privada; 3.- velar por los intereses comunes y generales del ser social; 4.- ser garante y responsable en el cumplimiento de los acuerdos para el logro de los fines propuestos; la integridad y bienestar general de la población.

20


Esa noche, con bombos y platillos y en la hora de mayor rating (para los que no entienden este léxico, la hora en que mayor cantidad de gente consume la televisión, importante para la industria televisiva por la venta de publicidad), el señor Burgomaestre, acompañado de todas las autoridades del ejecutivo desconcentrado, Oficiales de la Policía Nacional, del señor Obispo y, por supuesto, del líder de Seres Somos, con mayúsculas, ÁNGEL PINZÓN, se dirigió a los tan adictos televidentes para informarles de este feliz acuerdo, que según sus palabras, será de trascendental importancia para la vida económica y social de la urbe; logrado después de arduas y fatigantes horas y días de negociación con intervención y asesoramiento de otras insignes instituciones del Estado y de la sociedad civil, de ONGs y con la sacrosanta presencia de la Iglesia Católica en la figura del preeminente señor Obispo. Acuerdo, según palabras del Obispo y apoyado gestualmente por el Burgomaestre, único en la historia milenaria de la humanidad, cuando el primer hombre llevado por la influencia, probablemente del maligno, dio el paso para apropiarse de lo ajeno; primero, presumiblemente de alguna piel para proteger la desnudez corporal del frío inclemente y de miradas sesgadas; después, para tomar todo aquello que le fuera posible. Triste momento en que apareció en el hombre 21


el ocio y la holgazanería, en detrimento de la armonía y de la existencia humana. Ejemplo este, merecedor de ser propalado a los ocho vientos si incluimos, además del norte, el sur, el este y el oeste, el noreste, noroeste, sureste y suroeste, para que sea imitado y universalizado. Caso nunca sucedido en otros tiempos ni lares y que demuestra, sin ambigüedades, la presencia del Dios perdonador y misericordioso, preocupado siempre de su rebaño, de su tendencia a la desobediencia por la acción persistente y tentadora del mal como opción de libre albedrío del cual fue provisto. El señor Burgomaestre, no queriendo quedarse atrás, le arranca sin contemplación ni cordura la palabra al señor Obispo y anuncia que la llamada que atendía, y pide disculpas, era del señor Presidente de la Nación, para felicitarlo y ofrecer elevar a la Asamblea un proyecto de Ley que modifique la Constitución de la República a fin de declarar el día del acuerdo, como día festivo, como el día de la Concordia Nacional y le invita, lo mismo que a Ángel Pinzón, a la Presidencia a un homenaje especial para, junto a sus ministros, examinar el proceso seguido y lo pactado con Seres Somos a fin de lograr extenderlo al resto del país y, llegado el caso, por qué no, globalizarlo.

22


Esa es la moda que se estila: ¡la globalización! No podemos quedar fuera de ella y hoy es el momento oportuno. No hay que perder de vista que este es un hecho inédito, en cuanto no ha trascendido aún las fronteras patrias y recordemos: un hombre sin ambición, es un hombre sin destino. El éxito le huirá siempre, se alejará de prisa; el éxito tiene miedo a los medrosos, a los timoratos, a los que pican y huyen. Con el poder mediático en nuestras pulquérrimas manos, la noticia será difundida día y noche durante el tiempo que sea necesario, porque, volviendo a lo de la ambición y, como la define sucintamente la Real Academia de la Lengua, es el deseo ardiente de conseguir poder, riqueza, dignidades o fama, es el momento de aspirar a cualquiera de los cuatro propósitos enmarcados en la magnánima definición. No hay que olvidar que, hasta el día de hoy, a pesar de los ingentes esfuerzos realizados por iniciativas de los gobiernos locales y las organizaciones de la sociedad civil, hemos fracasado al no lograr tan anhelada imagen y reconocimiento. Es hora de que se conozca nuestro nombre y se nos ubique en el mapa de la tan accidentada geografía mundial. El último intento de establecer un Récord Guinness al preparar el tamal más grande del mundo fracasó porque, cuando ya estaba ubicado el estrado 23


donde serían recibidos los jueces con cinta métrica en mano, los medios de comunicación y, después de haberse realizado un somero análisis de la conveniencia o no, el mismísimo señor Presidente, una turba incontenible de indigentes hambreados y harapientos superó el cordón de seguridad policial y depositó una parte del tamal en sus vísceras vacías. El resto del sabroso plato, por el fenomenal enfrentamiento con los garantes del orden, terminó con sillas y mesas rotas y el cuasi galardonado platillo esparcido por el suelo. La noticia de este infortunado acontecimiento, como sucede siempre tratándose de hechos infaustos y deshonrosos, fue recogida no solo por la prensa nacional sino por la internacional, desdibujando la representación lumínica de la realidad, con el consiguiente descrédito y afectación global. Frente al portentoso suceso y retrotrayéndonos a lo antes expuesto: el asunto de la ambición, concepto vapuleado por unos y defendido por otros (y este es mi caso), por qué no pensar en el premio de mayor realce internacional: el Premio Nobel de la Paz, instituido en memoria nada más y nada menos que del mismísimo Alfred Nobel, inventor y fabricante de armas, famoso principalmente por la invención de la dinamita, artilugio que, desde luego, tanto beneficio ha traído a la humanidad, ni más faltaba no tenerlo en cuenta; 24


sin duda, habrá que descontar los millones de muertes por su uso, algunos por accidentes al manipularla y otros, la mayoría con largas, en guerras injustas casi siempre declaradas a pequeños pueblos indefensos. Aspirar a este reconocimiento es más que justificado y con toda razón, con pruebas de un logro consumado y no por probar cómo han sido algunos de los casos de la entrega de este premio a personajes que, al recibirlo y dar media vuelta, han masacrado pueblos enteros, quizás, y esto merece un estudio psicológico profundo, movidos por el deseo inconsciente de identificarse con el espíritu del inventor de cañones y otros armamentos.

25



La comisión Ángel Pinzón, quien por algunas ocasiones había reincidido en la comisión de delitos y visitado con prontitud las cárceles del país, insumiso por naturaleza y con excepcional memoria e inteligencia, aprovechó su vida en la guandoca para introducirse, a su cuenta y riesgo, en el enredado laberinto de los innumerables tomos escritos por ilustrados y renombrados juristas nacionales e internacionales, a saber: Código del Trabajo, Código Penal, Código Civil y los volúmenes de cuanta ley se ha escrito en nuestro pueblo, tan necesarias como cadenas para atar a esta criatura hecha de una amalgama de imperfección y a semejanza de…, mejor no lo digo para evitar herir susceptibilidades, sin cuyos mamotretos se vería impelido a cometer todo tipo de desafuero. 27


Comprobado está, en algunos casos, no en todos, pues el hambre pesa, que la delincuencia es directamente proporcional al desconocimiento de lo que otros, por experiencia directa de sus propias fechorías, recogieron en escritos que establecen las penas y castigos para cada una de las susodichas. Autodidacta empecinado, con ansias de saber y manejar el léxico habitual de los capos defensores de la ley con el que convencen y sacan importantes tajadas a unos y a otros, Ángel llegó a memorizar incluso todo el articulado de la Constitución de la República. Pertrechado con sus nuevas armas, legalmente aceptadas y muy distintas a las hasta entonces manejadas (cuchillos, puñales, navajas, revólveres, pistolas, escopetas, linchacos, cadenas, patas de cabra y, las más depuradas para someter a sus víctimas, las sustancias hipnóticas como la escopolamina, mejor conocida en la jerga delictiva como burundanga), Ángel Pinzón, aún en la cárcel, supo elevarse por encima de su padecer, puso su felicidad en el bien de los demás y con una imaginación que desbordaba sus conocimientos, inició la labor de persuadir a sus compañeros de prisión a variar el rumbo y resarcir, de una única forma, los daños ocasionados a sus semejantes, semejantes sí, porque parecidos somos aunque diferentes sean las andanzas. Con su carisma y verbo logró, en poco 28


tiempo, convencer a sus congéneres los ideales de la nueva vida que les aguardaba en el futuro como un cofre de sorpresas. Ya fuera de las rejas, no perdió un minuto de su tiempo y, con las nuevas señas expresivas que le permitían diferenciarse de los demás de su camada, se puso en contacto con cuantas autoridades provinciales y nacionales estuvieron a su alcance y con toda ONG que, con ojo visionario y con su ropaje progresista y dadivoso, encontrara en su proyecto quimérico la oportunidad de seguir lucrando de la necesidad, del estoicismo de seres marginados y excluidos socialmente de una vida con horizonte prometedor para una existencia digna. Los órganos de control estatal y las diferentes dependencias del Ilustre Municipio, por invitación e insistencia de Ángel, recorrieron las cárceles de la provincia y pudieron constatar en persona y superar las dudas acerca del trabajo realizado por este ex convicto, expresado en una nueva actitud y disposición de los reclusos para dejar atrás un pasado de riesgos y tormentos, de sufrimiento y dolor, de exposición a ser dados de baja por una bala de dos centavos, así como lo oyen de dos centavos. Pues es verdad que en este sistema sale más barato darles muerte que dejarlos con vida; más costoso aún resulta capturarlos 29


y torturarlos en interrogatorios infructuosos para que delaten a sus compinches y a los cachineros donde comercian sus mercancías, esto cuando se trata de ladrones no especializados, claro está, pues hay los que, premunidos de la tecnología, negocian y hacen sus transacciones comerciales por internet y de esta manera permanecen ocultos bajo un pseudónimo y una fotografía de cualquier caricatura pintoresca. Otro es el cantar cuando los susodichos han sido capturados por los guardias de seguridad de las tantas empresas que agotan la urbe para proteger los bienes, bien o mal habidos, de las figuras de la rancia sociedad; y todo empeora cuando quienes los atrapan son los afectados por el delito que, en su cólera y alejados de toda humanidad, no dudan en quemarlos vivos, cumpliendo con la advertencia escrita en grandes cartelones públicos y en rima para que entone y quede bien claro y grabado en la memoria: Ladrón capturado. Ladrón quemado. Ejemplos de esto último sobran en los anales de asaltos y robos, bien publicitados por la prensa, televisión y radio, con imágenes, fotos y narrativas escalofriantes, para inútil escarmiento, cuando ya sabemos que más pesa el hambre o la necesidad, que el mismísimo miedo.

30


Ante los hechos referidos y vencida la resistencia, el Burgomaestre nombró una comisión especial para tratar el caso propuesto por Ángel Pinzón. Comisión integrada por cinco abogados especialistas tanto en lo civil como en lo penal, dos trabajadoras sociales, tres psicólogos: uno clínico, uno familiar y uno conductual, dos secretarias, dos médicos generales y un director como cabeza de la misión. Se les proveyó de toda la logística necesaria: una oficina integrada con espacio para cada una de las especialidades, sala de reunión, computadoras portátiles, varias grabadoras, cámaras fotográficas, artificios estandarizados para medir el cociente intelectual, transporte y, para garantizar la seguridad del equipo en el cumplimiento de su misión, un grupo integrado por escoltas entrenados en artes marciales y defensa personal, pertrechados con lo necesario para el cumplimiento de su arriesgado trabajo, sin escatimar en la compra de chalecos antibalas, gas paralizante y el arma de fuego de dotación oficial. La autoridad municipal en forma perentoria estableció un plazo de dos meses para una resolución, tiempo considerado suficiente por el Burgomaestre, tomando en cuenta la cercanía de la campaña y del proceso electoral en el que aspira nuevamente candidatearse. El Burgomaestre sintiéndose enredado, pretende desenredarse para lograr la reelección 31


que busca. La razón de ser de su vida la encuentra en mantener el poder con sus fáciles prebendas; su personalidad orientada al punto cardinal de su limitado horizonte se justifica en el tener, poseer, dominar e imponer, se le niega la posibilidad de otro mundo, de otro ser, de compartir y dar. Sus años cargados y el tiempo en el gobierno le han permitido acrecentar sus riquezas y disfrutar sin más de los placeres sensuales que complementan su vanidosa existencia, paseando sin pudor su cáscara reluciente. Su imagen de oropel se desintegra al no dar cumplimiento a sus ofertas de campañas, al clamor ciudadano de rostros demacrados y famélicos. Necesita los siguientes cinco años para tapar la olla donde se han cocido contratos, componendas y acuerdos. Para esta flamante Comisión el trabajo fue arduo y difícil. Comenzaron con los delincuentes recluidos. El grupo de abogados y trabajadoras sociales indagaron y llenaron hojas de vida, revisaron cuanto expediente y prontuario se les cruzó. Los médicos, por su parte, constataron la condición de salud de cada preso, y los psicólogos valoraron su comportamiento y aplicaron diversos test tipificados para el cociente intelectual. Ante las quejas por el trato recibido y las condiciones infrahumanas del penal, el equipo, junto 32


con el ex convicto Ángel, sin excluir a ninguna de las especialidades y contando con la autorización del director del centro y el apoyo del personal de la guardia carcelaria, decidió inspeccionar, sin restricción alguna, las instalaciones. Inmediatamente salieron de su burbuja y se ahogaron en una realidad escalofriantemente pavorosa. Se encontraron con que en un calabozo de 3m2 habitaban siete cuerpos semidesnudos arropados por una penumbra fétida, que se entreven por una oxidada reja guarnecida con tres cerrojos provistos de gruesos candados. Uno de los reclusos se acercó en silencio, no necesitaba palabras, su rostro gritaba su desesperanza y tragedia. —Están advertidos. Pidió al guardia que abriera la puerta para dar paso y acoger a la singular visita. Una vez dentro de aquel mundo inimaginable, el estupor paralizó la actividad neuronal confundida por el asombro de los visitantes. Lo primero que llamó su atención fue el hueco en el centro del calabozo donde los presos hacen sus necesidades a la vista del resto, y en el que la mierda acumulada en forma de pirámide 33


exhala su profundo hedor. A su alrededor, duermen los desdichados tirados en el suelo salpicado de orines. Todos hablan al mismo tiempo, sus voces afligidas piden ayuda. El sufrimiento físico y moral de estos hombres clama misericordia. Sus miradas salpican suplicantes y se aferran a esos seres pertenecientes a otro mundo, a una realidad tan cercana y tan distante, apenas separada por las barreras que se levantan con la mezcla de prejuicios y discriminación. Esos otros, que no pueden ocultar el asco y la repugnancia que produce el mugriento zócalo, aterrorizados, quisieran salir corriendo de aquel espacio inseguro en que se encuentran; los guardias, por seguridad, han puesto candado a la puerta. Ahora, también se sienten prisioneros y el miedo entra por la ventana de la culpa que cabe por su indiferencia ante un mundo canalla que les hace ruines, miserables y aún más bajos que los accidentados compañeros de celda. —¿Hasta cuándo? —preguntan los presos. —Pronto, pronto. Por eso estamos aquí, censando y recopilando toda la información necesaria para crear las condiciones jurídicas, económicas y sociales, con el propósito de que, cuando ustedes salgan en libertad, 34


se encuentren con seguridad, con un proyecto de vida que cambie su existencia —contestan tartamudeando. Una trabajadora social se percata de una foto pegada a la pared y se acerca. Impresa en el papel está la imagen de una mujer con un niño en brazos. —¡Es mía! —grita uno de los presos y los otros reos le acompañan con risas—. Son mi mujer y mi hijo de 6 meses. Han pasado 4 meses que no los veo. Todos bajaron la mirada y se dio por terminada la visita a la cárcel. La despedida fue un eterno intercambio de súplicas y promesas. En la Cárcel de Mujeres se repitió el mismo protocolo. Con la experiencia adquirida y en un entorno menos agresivo, se desarrolló la labor. Se llenaron 233 hojas de vida con el mismo patrón, incluidos los deseos y sueños anhelados una vez fuera de rejas. La mayoría de las prisioneras estaban recluidas por delitos menores: adulterio, hurto y robo sin agravantes, otras por microtráfico y muy pocas vinculadas a crímenes. Si algo impactó al equipo fue la presencia de niños conviviendo con las reclusas. Si bien las instalaciones eran mejores que las del establecimiento carcelario de varones, las circunstancias no eran las más conveniente para ellos a quienes, en su inocencia, 35


resultaba difícil explicar el ambiente represivo de guardianas que gritan y ordenan, y el ruido de puertas que con estrépito se cierran, el chirrido de cerrojos y el sonido de candados al chocar con el frío hierro. Era difícil entender la situación de sus madres vedadas de ejercer su voluntad, encerradas en celdas estrechas, a veces hacinadas y obligadas a cumplir una rutina de vida amarga y desolada, impedidas de salir a la calle, disfrutar con ellos de un parque, de un plato de locro hecho con cariño, de un helado, de un espacio armónico para interactuar y dar rienda suelta a la imaginación, al juego y a la espontaneidad; maltratadas por otras prisioneras que con fuerza aplican su poder físico y moral sin escrúpulo y se imponen a la horda, abusando, doblegando y humillando. Para desarrollar amor a la vida es condición imprescindible convivir con seres humanos que la amen. Un niño que todo lo absorbe, viviendo en un ambiente rústico, denigrante, viendo a sus madres expresarse naturalmente con pena y dolor, envueltos en una atmósfera donde ese amor, el respeto y el cuidado escasean, compromete y roba su futuro. Completado el trabajo del equipo interventor y entregados los resultados al Burgomaestre, este les convoca a una reunión con la presencia de Ángel Pinzón. Era necesario tomar una decisión pensada y meditada, una decisión, quiérase o no, con una carga 36


política. Olfateando como buen sabueso, ducho en estas lides, presumía que de esta decisión dependía su reelección y lograr mantener el poder.

37



Decisiones En Tongoche la gente deambulaba descarrilada por las calles cĂŠntricas, con miradas sin destino ni provecho, buscando lo que no encuentran. Avenidas pintorescas con grandes y opulentos edificios de muestrario para postal y acogimiento de turistas donde el capital ruletea con la cocaĂ­na. Barrios sin almas, voraces, vestidos con exuberancia y riqueza donde habita el poder y la fuerza altanera y se come en abundancia. Desde la otra orilla, sin puente, profundamente triste se levantan grandes barriadas con el dolor despedazado en chabolas, caras lĂĄnguidas asomadas a las ventanas esperando que caigan del cielo nubes con peces. NiĂąos jugando en calles encharcadas y pestilentes, corriendo con viveza de un tumbo a otro 39


haciéndole el quite a la miseria. Muchachos en las esquinas en precarios vuelos siderales. Aquí, el sufrimiento y la desesperanza malgastan e inutilizan la vida, las ollas están vacías y los platos rotos por el hambre desafían las amargas miradas. Ella espera que él llegue si la suerte le acompaña en el trance decisivo, trayendo el pan con la adrenalina necesaria para sobrevivir. La ciudadanía estaba harta de la delincuencia. Veía cómo el fenómeno se salía de control y cómo las medidas adoptadas por el Estado para reprimirla: ojos de águila en cada esquina, aumento de la fuerza policial con su respectivo equipamiento, agentes encubiertos, equipo motorizado, cámaras ocultas, batidas esporádicas, patrullaje constante y botones de pánico, todo se hacía insuficiente, por lo que cada habitante de la ciudad debía implementar sus propias medidas: rejas electrizadas, tres y cuatro aldabas en puertas y ventanas, alambre de púas y vidrios en muros, alarmas en patios y traspatios conectadas por satélites a empresas de seguridad, guardias privados, calles cerradas, perros amaestrados en localizar ladrones; pero todo era inútil a la hora de controlar este fenómeno que amenazaba con salir de su cauce y como un río de lodo cubrir toda la ciudad. No había barrio, ni 40


un solo rincón de la ciudad, que no estuviera expuesto a esta manifestación delincuencial que mantenía en vilo y afectaba la vida y la propiedad. Ángel Pinzón sabía que la vida de un delincuente no era fácil, que no era una “profesión” para envidiar, que son muchos los peligros que un ladrón afronta por más mojigato o experto en las artes de la planificación. A pesar de las precauciones que puedieran tomar, los imponderables siempre están presentes como circunstancias imprevisibles que amenazan a cada paso. Una alarma que se activa, un sueño liviano que despierta, un transeúnte que sorprende, un cruce inesperado con la policía, pueden hacer que el desafortunado delincuente termine, en el mejor de los casos, apaleado o prisionero, y en el peor, quemado o con un balazo mortal; caso contrario, terminará con graves lesiones, como un vegetal, o como uno de sus mayores compinches que arrastraba su vida en una silla de ruedas desde que “se dejó coger” en medio de una de sus fechorías. Estaba convencido de que el problema de la delincuencia debía enfrentárselo con otras armas. Instaurar la pena de muerte, como pedían a gritos algunos honorables, no sería la solución para esta

41


manifestación de un problema social que compromete a todos. Llegó a la reunión preparado y decidido a defender su punto de vista, creencias y propuestas, con mentalidad propia, razón y conciencia. Su proyecto, revisado previamente por el equipo interventor, explicado y discutido con el Burgomaestre, se sostenía en el principio siempre polémico y examinado por expertos de las ciencias sociales: la sociología, la antropología, la psicología y por la mismísima psiquiatría, de que el ladrón no nace, se hace. Tenemos que buscar las causas en la sociedad que la produce. El hombre no nace ladrón, el ladrón se hace y se cuece en las entrañas de la sociedad en la que crece. Es indudable que quien hace a los delincuentes no es la herencia sino la sociedad. Partiendo de esta premisa, la solución planteada para eliminar la delincuencia no serán aquellas medidas disuasorias implementadas antaño, ni la justicia punitiva que ha ido cobrando fuerza. Causa – Efecto. Las políticas implementadas han estado dirigidas a combatir los efectos, mas no la causa. Solo combatiendo los motivos para tal obrar, se logrará superar el problema. En el caso que nos atañe, no es otro que la condición de profunda pobreza en la que vive el pueblo de Tongoche. 42


Afirmaba Pinzón en un alarde pretencioso de sus habilidades retóricas. Para apuntalar lo expresado recogemos el fruto dejado por santo Tomás Moro, venerable quien fuera guillotinado por el “representante” de Dios en la tierra, el rey Enrique VIII. En su libro Utopía, escrito en el siglo XVI nos recuerda que estamos acostumbrados, por ignorancia o por inconsecuentes, con el constantemente tarareado “el que no conoce la historia está condenado a repetirla”, en lenguaje prosaico a caer en el mismo hueco o tropezar en la misma piedra una y otra vez. Escribió el Santo: Pues ni el simple robo es un delito tan grande que deba sancionarse con la pena capital ni hay pena tan grande que pueda disuadir de robar a quienes no posean otro medio para conseguir su sustento… Se decretan severos y terribles castigos contra el ladrón, cuando sería mucho mejor proveer algún medio de vida para que nadie se viera en la cruel necesidad de robar primero y perecer en consecuencia después… ¿Qué otra cosa hacéis, pregunto, que ejecutar a los ladrones que vosotros mismos hacéis?

La autoridad municipal, receptiva a esta verdad fundamental y persuadida por la vehemencia con que 43


Ángel defiende su proyecto de crear las condiciones materiales de existencia para la inclusión de esa masa de seres marginados, acepta correr el riesgo político, que lo puede precipitar a un irremediable hundimiento o catapultar a la cima de la gloria. De inmediato, organiza un acto especial para la firma de un acuerdo que, por su originalidad y trascendencia, por el impacto emocional en las subjetividades, amerita. Invita a autoridades del ejecutivo desconcentrado, gentes de bien, artistas, deportistas, modelos y, por supuesto, no faltaba más, al guía espiritual de la comunidad: el Señor Obispo; a medios de comunicación nacionales e internacionales y escoge la hora de mayor audiencia televisiva, la hora en que las gentes estupidizadas viven vidas ajenas, lloran, ríen, sufren, gritan, sienten intensa alegría y tristeza por hechos acaecidos en la realidad virtual, una realidad ajena a sus propias precarizadas vidas. El anuncio del acuerdo logrado entre el Ilustre Municipio, representado en la persona del señor Alcalde, y la organización Seres Somos, representada para el caso por el tantas veces nombrado en este escrito, el converso Ángel Pinzón, tomó por sorpresa a cuantos crédulos e incrédulos lo escucharon.

44


La escenografía montada no dejó escapar ningún detalle, no se escatimó en lo más mínimo a la hora de contratar la decoración, el sonido, los vestuarios, todo lo imaginable para ambientar y representar, con la teatralidad pertinente, tan importante acontecimiento. La presentadora del evento, conocida en el medio de la farándula por sus excentricidades y rarezas, con millones de seguidores en Instagram y Snapchat, fue quien puso lo que vulgarmente se conoce como la cerecita del pastel; con su curvilíneo cuerpo, que incendia las redes sociales y vestida para el caso con un sobrio y escaso atuendo, atrajo de inmediato la atención requerida de los televidentes. Su anuncio sorprendió por lo inesperado, sobre todo viniendo de ella, acostumbrada y acostumbrado el público, especialmente el masculino, a verla faranduleando en comedias donde con exquisitez exhibe sus dotes y atributos. Captada la audiencia, la exquisitez dio paso, cumpliendo estrictamente con lo puntuado en la agenda, a la Banda Municipal que interpretó el Himno Nacional y, a continuación, al actor principal: el Burgomaestre. De seguro, al verlo, muchos habrían apagado sin pérdida de tiempo el televisor, pero allí estaba ella, la animadora, la señuelo, robando miradas lascivas de sus seguidores. 45


El tema era de interés para adeptos y desadeptos, todos quienes venían exigiendo a la primera autoridad medidas drásticas y draconianas; herencias estas de Dracón, legislador de Atenas, sanguinarias y excesivamente severas contra los miserables y desheredados de la tierra, contra ladrones y rateros que, con sus malas costumbres y artes aprendidas en escuelas clandestinas, han robado la tranquilidad y el sosiego de la gente de bien, de buenas costumbres, presentación y modales; han sumido a la ciudad en el insomnio, en histeria colectiva con repercusiones graves para la salud y economía. Hay que tener presente que la gente adquiere sus cosas con mucho esfuerzo y trabajo, ya sean un televisor o una computadora, la lavadora todo en uno, los teléfonos de última o primera categoría, la licuadora picatodo, el horno microondas, las joyas, el auto, la cocina de inducción con horno incluido para el pavo, la refrigeradora y hasta los perros, todo con el sudor de su frente y, por qué no decirlo, de sus axilas. Tanto esfuerzo para que vengan estos rateros y se lleven todo. Y valga el caso aclarar la no oportuna calificación de ratas, pues bien sabido es que las ratas a pesar de ser importantes vectores en la transmisión de enfermedades, son organismos importantes dentro de los ecosistemas, ya que proveen diversos beneficios tanto 46


al construir sus madrigueras que aportan aireación al suelo e infiltración de agua, cuanto con sus heces y orinas generando materia orgánica que hace más fértil la tierra; de igual manera, y no menos importante, y tal vez sea su mayor aporte a la humanidad, son utilizadas sin su consentimiento, interpretando el hombre el mandato divino y reinarás sobre las demás criaturas de la tierra, para experimentación científica sobre las propiedades y los efectos de sustancias químicas y biológicas que posteriormente son aplicadas en el ser humano, en unos casos como fármacos para mejorar la vida y en otros, como componentes de armas de destrucción masiva. Una vez que se ha hecho justicia con este roedor, volvamos a materia: quedamos en que vengan estos rateros a robar nuestras pertenencias. Preocupada de sus posesiones, la gente sufría de trastorno del sueño. Está demás señalar las consecuencias para el bienestar psíquico y corporal, una sociedad que no duerme se enferma, presenta una somnolencia excesiva durante el día, lo que afecta su funcionamiento y su rendimiento en el trabajo. Alterado el estado de ánimo, se agudizan los conflictos interpersonales, el desinterés, la desidia y la indolencia. El matrimonio, institución frágil impuesta para transformar a un ser polígamo por naturaleza en un

47


ser monógamo, surge como sistema para asegurar la propiedad y el derecho a la herencia. Imaginemos por un momento una mujer solo con cinco hombres, solo eso, cinco hombres alternados: hoy uno, mañana otro o todos a la vez. Y, para ser justos, un hombre con solo cinco mujeres alternadas: hoy una, mañana otra o todas a la vez. De esos cinco hombres y mujeres, todos llenos de hijos; en el caso de los hombres, estos sementales, animales llamados a padrear, siempre alfa y posesivo, dueño de propiedades, ¿a qué hijo predilecto heredarán?, si solo está segura la pertenencia materna. Solo la madre puede tener certeza de que sus hijos le pertenecen, para el hombre queda reservada la fe. En este contexto, el enlace para unir a un hombre y una mujer y asegurar el devenir de la propiedad privada se volvió quebradizo y frágil. Ojerudos, mal encarados y bostezando casi todos al mismo tiempo. La gente no aguantaba más su sonambulismo, el estar y no estar despiertos, y las medidas de fuerza, coercitivas y disuasorias aplicadas hasta el momento no daban resultados para controlar este agudo mal, ocasionado por asociales y antisociales sin remedio; urgía una solución pronta y efectiva.

48


El Burgomaestre sereno, con voz templada, cuidando bien la entonación, subiendo y bajando el tono, frío ahora caliente después, de acuerdo al sentido y a la intención, se dirigió a la teleaudiencia y a los radioyentes para dar a conocer el acuerdo firmado por Ángel Pinzón, presidente de la organización Seres Somos y la Ilustre Municipalidad. Hizo un pormenorizado recuento de la gravedad de la situación de inseguridad imperante en la ciudad y en las zonas aledañas, de las acciones realizadas para enfrentar la delincuencia organizada, comentó que en el último mes los hechos delictivos ascendieron a cerca de 1600 casos de diversas modalidades punibles, un incremento del 40% con relación al mismo mes del año anterior. Tan solo el 35% de los bienes robados fueron recuperados en los operativos, y 85 malhechores fueron aprehendidos por la acción oportuna de la policía, vale la pena señalar que al pronunciar esta última palabra el Burgomaestre dirigió su mirada y la cámara enfocó al señor comandante de tan prestigiosa y sacrificada institución quien asintió con movimiento de cabeza. La Gobernación y el Ministerio del Interior habían gastado millones de dólares para la seguridad pública, pero los resultados no eran los esperados y no habían incidido favorablemente en el ánimo de una población que prevenida veía ladrones en todas 49


partes, confundiéndose todos en la misma maraña de desconfianza, acusándose de ladrón los unos a los otros y los otros a los unos, ya sea por la facha, por la mirada cruzada, hasta por el color de la piel. La situación llegó al punto en que ya nadie estaba seguro de no ser acusado y temían, inseguros, emitir alguna señal que los llevara a ser confundidos, apaleados y presos, olvidando la vieja creencia de que al viajero se le reconoce por el equipaje. En este punto, reconoció el Burgomaestre que las estrategias, objetivos y medios que priorizaban el uso de la fuerza, habían fracasado. Recordaba que, en esta lucha, además del municipio, estaban involucrados otros actores como la Fiscalía, el Poder Judicial, la Procuraduría de la República, las Fuerzas Militares con sus diversas armas y con sus aparatos de inteligencia; reconocía que la relación entre el esfuerzo, el volumen de los recursos, humanos y materiales aplicados y los resultados era totalmente negativa. Es en esta situación de desesperanza y quebradero de cabeza que aparece providencialmente una valiosísima alternativa, expresa el Burgomaestre señalando con la mirada hacia el sitio de honor donde, en cómodas sillas, reposan las posaderas de las dignísimas autoridades presentes, incluyendo al señor Ángel Pinzón, el exconvicto, probablemente 50


reconocido o recordado por todos los televidentes y radioescuchas debido a sus robos de película, hechos espectaculares, llevados a cabo con maestría y astucia, convirtiéndose en fuente de inspiración para películas y canciones de colosal interés mediático, que llenaron las páginas y aumentaron el tiraje y las ganancias de los más importantes medios de comunicación privados del país, algunos de estos robos considerados en la lista de los 10 más destacados del mundo.

51



Ángel, conocido en ese entonces con el alias de “La Joya”, excelente profesional en su oficio, digamos, por ponerle un nombre, de “robista”, a quien se le imputaron decenas de robos y asaltos de gran resonancia por la perfecta planificación y porque nunca utilizó la violencia para lograr su objetivo, fue sentenciado a 15 años de prisión por el único delito que la justicia pudo comprobar, sin lugar a dudas, su participación. Se trata del caso de la joyería Oro Puro, de la que sustrajo joyas valoradas en más de un millón de dólares. Caso que llegó a ser un verdadero escándalo a nivel mundial. Inicialmente se vieron implicados dos agentes del orden, que después, gracias a las cámaras ojo de águila, fueron exculpados del delito al quedar demostrado, luego de un estudio minucioso de los 53


videos, que los policías se prestaron sin saber al robo, al ayudar a sostener la escalera por donde el ladrón, portando un balde de pintura en su mano derecha, escalaría pretextando pintar la torre de la iglesia ubicada contigua al establecimiento asaltado. En el video también se pudo apreciar el momento en que, llevando el balde con el impensado contenido oculto por el acuoso esmalte, y nuevamente con la ayuda de uno de los policías, desciende por la escalera, y con un ademán de que “ya regreso”, abandona plácidamente el lugar. Cumplida la mitad de su sentencia, por un excelso comportamiento de singular ejemplaridad, fue puesto en libertad. En la cárcel se superó como autodidacta. Realizó estudios de abogacía y, aunque por encima, una primera mano, un brochazo de psicología. Con ayuda de estos conocimientos y de su proverbial inteligencia, se dedicó al difícil trabajo de transformar la conducta de sus compañeros de reja, no dándose por convencido del pesimista refrán que reza: árbol que crece torcido, nunca su tronco endereza. Si él fue capaz de cambiar, por qué negar ese derecho a otros. Los resultados de su esfuerzo no se hicieron esperar y pronto fue reconocido por las autoridades del penal.

54


Los conflictos internos entre presidiarios y entre estos y los guardias del penal, se redujeron significativamente y, lo más importante, al salir en libertad y cargando consigo oficios de carpintería, corte y confección, artesanías, bisutería, panadería y otros, se ubicaban laboralmente y no volvían a sus viejas andanzas. En un decir, cambiaban sus vidas usando su libertad con lucimiento y decencia. En la cárcel inició su sueño de crear la fundación Seres Somos, convencido en la bondad del alma humana y en lo plástico y maleable del hombre, sin ignorar la presencia viva de lo divino y lo endiablado en toda criatura, convencido además de la necesidad de crear las condiciones objetivas necesarias para el sustento de la vida y para que esta contradicción se resuelva a favor de la voluntad de transitar por el camino de la bienandanza. La creación de la organización no le fue fácil. Después de su pasado turbio y agitado, queda la mancha como castigo infamante que desdora. Fueron decenas de veces que visitó, sigilosamente al Ilustre Municipio, a solicitar audiencia con el señor Alcalde, y fueron decenas de veces, que, una vez escuchado su nombre, le fueron negadas, pretextando por voz de la secretaria, las mil y una excusa, en lista, que en tantos años de experiencia habían sido elaboradas. Excusas 55


del tipo: no se encuentra, está ocupado atendiendo una delegación extranjera, regrese más tarde, se encuentra en la capital, tiene licencia médica por dos meses, hoy es martes tiene reunión de directorio, salió a la radio a su programa El municipio informa… y más. Pero Ángel no desistió y a la terca y tenaz insistencia, que ya molestaba en extremo a toda la oficina y habiéndose terminado las excusas, terminó por vencer la terca, tenaz e inexcusable negativa del Alcalde. Se dispuso entonces que la secretaria indagara los motivos de la reunión y agendara día y hora. Con la participación del equipo de asesores, después de un concienzudo análisis, sin desatender ningún detalle y contando con sus oportunos consejos, se acordó establecer, para la fijada fecha, las medidas de seguridad necesarias. Además de la guardia personal y de la Policía Municipal, se solicitó apoyo a la Gobernación y Policía Nacional. No se pensó pertinente el empleo de drones, bastaba con un equipo de agentes encubiertos para vigilar los exteriores del recinto municipal. Se podrían haber considerado exageradas las precauciones tomadas; sin embargo, lo que se hizo fue seguir el principio universalmente aceptado de que “hombre precavido vale por dos” y en consideración 56


a un personaje que en su momento fue declarado de alta peligrosidad, enemigo público número uno de la ciudad, el más buscado y por el cual el Gobierno central llegó a ofrecer una considerable suma de dinero a quien lo entregara vivo o muerto, ninguna medida se volvía desmesurada. Llegado el momento, falto de quietud y con el equipo de gobierno ubicado estratégicamente en el ámbito de la reunión, el Alcalde recibió a Ángel Pinzón. Lo primero en llamar la atención de todos quienes lo vieron entrar por la puerta del palacio municipal, fue su porte; todos lo imaginaban un hombre alto, fornido, amenazante, usando el lenguaje del boxeo: un peso pesado o mediano; pero nadie esperó un peso mosca; el solamente verlo trajo la tranquilidad y la quietud que a todos les faltaban. Asomó a la puerta inseguro, nervioso, miró a un lado y a otro, no estaba en su medio, no dominaba el espacio gélido al que entraba. De pronto, rodeado de miradas desangeladas y rostros imperturbables, extendió la mano para saludar a la máxima autoridad municipal, quien no le correspondió y le ordenó sentarse. —No tengo tiempo que perder; a ver, hable, tiene cinco minutos —dijo el Alcalde. 57


Ángel Pinzón se sentó despacio, con parsimonia, contradiciendo el mandato del Burgomaestre, sin muestra de afectación en su ánimo por la impostura. Lentamente extrajo una carpeta del bolso que portaba, la abrió y la puso sobre el escritorio. Mirando al Alcalde fijamente a los ojos, levantó la carpeta y la puso en sus manos. —Es el proyecto— dijo en voz alta. En la primera hoja se podía leer con letras profundamente negras: Proyecto Bienandanza para la Reinserción en la Sociedad de Díscolos y Ladrones El título llamó la atención del Alcalde, quien ojeaba superficialmente el documento, pasando las hojas con celeridad y fingiendo desinterés. En un momento, se detuvo ante una lista voluminosa. Se trataba del padrón de delincuentes con nombres y apellidos que firmaban su adhesión y compromiso con Ángel Pinzón y con la asociación por él conducida, de desviarse del camino desviado, tomado por el empuje de la desesperanza y la cruel necesidad, que con su rodillo de hierro doblega las voluntades y nos hace meter las patas. Era evidente que en este proyecto había algo nunca intentado; ante los fracasos en esta lucha sin 58


cuartel y sin tregua contra los enemigos de lo ajeno, el Alcalde decidió, sin la más mínima vacilación, disponer al jefe del Área Jurídica de la Institución que, a la brevedad posible, constituyan un grupo de trabajo en el que se incluya la presencia de Ángel Pinzón, mismo que tomaría el nombre de: Grupo de Inducción para el estudio y extracción del proyecto de Pinzón, de las ideas principales expuestas en las que se sustenta y el principio rector de la propuesta. El Burgomaestre fue perentorio en establecer un plazo inmediato para la presentación de un informe concluyente, determinante y decisorio, en el que se definiera si era o no aplicable y viable la consecución de la meta propuesta con los medios establecidos. Era requerido, por lo apremiante del tiempo, un juicio definitivo, la sociedad civil zaherida y mortificada, amenazaba con paros y con tomarse la sede municipal. Apoyándose en los estudios antropológicos, psicológicos y sociológicos, se concordó que el ladrón, el malandra, el truhan, el pillo, el granuja, el bribón, el pícaro, el bellaco, el rufián, el facineroso, el malhechor, el maleante, el estafador, el cuatrero, el usurero, el timador, el bandido, el chorizo y hasta el ladrón de cuello y corbata, por cierto, la forma más baja de ser ladrón, son una mala hechura de la sociedad. 59


Con un nuevo lente, no con las gafas oscuras y empañadas de prejuicios con que comúnmente se ve y analiza el fenómeno, se llegó a la conclusión de que siempre se ha combatido el efecto y no la causa, que era la sociedad misma, se pasó entonces a entender a la sociedad como responsable de una realidad de la cual todos eran, en algún grado, partícipes. No se puede pedir a un ser, viviendo en un estado de indigencia, tanto física como mental, que interprete los acordes de un violín, que entone una ópera o analice el colorido de un Van Gogh. Después de visitar las cárceles, indagar de los prisioneros su pasado, sueños y esperanzas, sus deseos más sentidos, sus razones para llevar una vida azarosa, el equipo de investigadores llegó a la conclusión de que la sociedad, sin castigo, impunemente, les había robado su niñez y adolescencia, dones tan preciados perdidos para siempre. Cerrado el horizonte y hurtada la posibilidad de establecer un proyecto de vida, por su situación de marginalidad y pobreza, los malhechores se veían obligados a andar por un camino que no habían elegido, empujados a una existencia sin merecimiento. Solamente un esfuerzo de la familia humana, asumiendo sus culpas y esforzándose en crear las condiciones

60


para integrar a ella a los que han sido desamparados y condenados penalmente, podría sanarse. Las políticas públicas fallidas concentradas en la represión, tienen que dar paso a políticas sensibles que miren con ojos de compasión a estos seres apartados de la convivencia comunitaria, que sufren física y moralmente el leviatán de una humanidad que condena sin repararse, sin mirarse al espejo, sin reconocer la monstruosidad, el desorden grave en que se mueve, sin sentir el dolor y la pena que lastima. Analizado en conjunto el fenómeno de la delincuencia se llegó a un acuerdo y compromiso con la asociación Seres Somos, presidida por Ángel Pinzón, en el que el Gobierno Autónomo y Descentralizado se comprometió en generar mejores condiciones socioeconómicas, centradas en empleo, estudio y asistencia social, para reinsertar a los más de ochocientos integrantes de la organización a la comunidad, con el fin de cumplir mediante la mutua cooperación, los fines de vida, como deber humano, dar alegría y no pena. Por contraparte la asociación Seres Somos se comprometía, interpretando el sentir de sus miembros y su compromiso firme con la sociedad, a asegurar el control y la corrección de sus integrantes, ahora sí, eligiendo un camino de enhorabuena y bienaventuranza.

61



Fin del discurso Respetados video oyentes, ustedes, desconfiados ante promesas incumplidas, ante el fracaso de las políticas represivas y violentas, en estos momentos en que robo su tiempo, y perdonen que use esta palabra que estoy seguro pronto dejará de tener sentido y desaparecerá del diccionario, ese es mi optimismo y los hechos lo demuestran, duden y piensen: otra propuesta más y para lo mismo. Apenas han pasado ocho días desde que se puso en práctica lo mutuamente pactado y los resultados hablaban por sí solos y con hechos que a todos agradan y deleitan. En este lapso no se han reportado robos o asaltos y ustedes, queridos ciudadanos, posiblemente no se han percatado o no han tomado conciencia de la ausencia en los noticieros, tanto escritos como 63


radiales o televisivos, de contenidos relacionados a estos sucesos que diariamente venían colmando sus espacios con más del 90% de comunicados bomba, que impresionaban y garantizaban la petrificación del radio escucha, del televidente ante la pantalla, del telespectador aburrido, ávido de sensacionalismo, de crónica roja, acostumbrado al interés malsano, atraídos por acontecimientos desagradables pero que ayudaban a romper momentáneamente con el hastío intolerable de una existencia vacía, insoportable, sin sentido, perdida de rumbo. Ironías de la vida, el más temido, el más odiado, el más vilipendiado, resultaba el más necesario en el mundo virtual, el que alimentaba los noticieros y el tiraje de los periódicos. No sería de extrañar que muchos de ustedes, sin pensarlo, cambiaran frenéticamente de radiodifusora o canal de televisión, al encontrar los programas fastidiosos y pesados, cargados para cubrir el tiempo vacío dejado por los delincuentes, con cansadas y repetidas propagandas. No me queda más que decirles que este es el logro de dos voluntades, que solo quien acomete cosas para la mayoría absurdas podrá lograr lo imposible. Lo hemos logrado.

64


Estoy convencido de que, poco a poco, irán desapareciendo los símbolos que personificaban nuestros miedos, miedos que nos paralizaban y por cuya causa nos sucedían tragedias. Ya no sonarán nunca más las alarmas: ¡Ladrón! ¡Ladrón! ¡Ladrón!, que hoy por hoy nos deshumanizan. Nunca más el triste espectáculo de seres humanos esposados, conducidos por otros que personifican la violencia institucionalizada. Este acuerdo será ejemplo para otros pueblos que no han logrado hacer cara efectiva a este fenómeno con sus políticas públicas violentas en su combate y prevención del crimen organizado. Esta noche es una noche de fiesta, de festejo, de mirarnos unos a otros con los ojos del amor, de puertas y ventanas abiertas, sin recelos, sin desconfianza. Lo imposible se ha hecho posible desde hace ocho días en que se puso en marcha el “Proyecto Bienandanza para la Reinserción en la Sociedad de Díscolos y Ladrones”. Los ladrones han bajado sus armas y han dejado de robar, lo repito: los ladrones han tomado la decisión de dejar de robar y están sin fingimiento comprometidos con lo pactado. Esta noche es noche de regocijo, de relajamiento. Les hago un llamado a festejar. Se han levantado 65


diecisiete tarimas en diversos puntos de la ciudad donde habrá presentación de los más sonados grupos musicales y donde la diversión no tendrá talanqueras. Será una festividad de paz, de sano esparcimiento. La ciudad estalló en júbilo y festejos. La gente bailaba en las esquinas. Desprevenidos, todos se abrazaban, se daban la mano, se reparaban y reconocían como si fuera la primera vez en que el género humano se mirara a la cara. El miedo, convertido en amenaza, cedió el espacio a la confianza firme, a la familiaridad. El retumbar del alborozo se expandía en toda la ciudad como manto suelto llevado por el viento, manifestando la alegría de millones de seres que recuperaban la libertad de esa prisión en que habían sucumbido, perturbado el ánimo, por el recelo de que alguien impensado, emboscado en las esquinas o salido de las sombras, afectara sus dominios. La vida resurgía, la sociedad recobraba nuevas fuerzas físicas y morales en escuelas, colegios, universidades, centros laborales, en parques y avenidas, en centros comerciales, en todo espacio público y privado. Una nueva corriente fresca de confianza y seguridad penetraba, desalojando el aire enrarecido, saturado de temor, recelo y sospecha que entumecía los nervios y entorpecía el movimiento del espíritu.

66


Desde ese momento, Ángel Pinzón y sus discípulos, trabajaron arduamente implementando su proyecto. Con el auspicio y apoyo de organismos internacionales y con el copatrocinio del Ilustre Municipio, trabajó en la organización del seminario La Microempresa y sus Posibilidades, con el objetivo de analizar el contexto económico y social que incide directamente en su conformación y perspectivas, identificar las ramas productivas a desarrollar y sus potencialidades, definir políticas, estrategias y pautas de acción que coadyuven al fortalecimiento de programas productivos. Dentro de su macro de proyecto, se identificaron quince mini proyectos en las áreas de bienes y servicios; desde talleres para la fabricación de pupitres para escuelas y colegios, de confección de uniformes para hospitales y centros educativos, panaderías, talleres de mecánica automotriz, equipo técnico de servicio domiciliario de plomería y electricidad, hasta bisutería y elaboración artesanal de chocolatería. Ángel trabajaba sin cesar, asegurando el acceso a crédito, a capacitación y a tecnologías necesarias para el desarrollo de la magna empresa. Para este propósito, gestionó y logró el apoyo y la presencia de expertos nacionales y extranjeros en asesoría, capacitación y ayuda en procesos de organización; así mismo, consiguió becas, equipos y maquinarias 67


para equipamiento, componentes necesarios para el desarrollo de las destrezas y habilidades técnicas, administrativas y gerenciales de sus asociados. Los miembros de la Asociación identificaron nichos de mercado no atendidos, contactaron empresas industriales para llegar a convenios y ligar su producción a demandas existentes. Trabajaron en el diseño de los proyectos tomando en cuenta, tanto el mercado local, como la posibilidad de exportación, con una capacidad productiva que permitiera un margen de acumulación importante, asegurando un ingreso merecedor a sus integrantes y familias, a la par que contribuya positivamente en la economía nacional. Con gran esfuerzo, Ángel logró el respaldo institucional en aspectos críticos como crédito con períodos de gracia convenientes, bajo interés y un plazo racional ajustado al periodo de implantación y productividad; además de asistencia técnica, como un factor importante en la cadena de producción y comercialización, para lo que se realizó ferias periódicas y se facilitó información sobre productos con demanda internacional. A nivel interno, con el asesoramiento de psicólogos y de trabajadoras sociales, se caracterizó al personal de la organización, determinando inclinación, 68


talento, inteligencia, aptitud y habilidad para su ubicación laboral, con miras a facilitar la adaptación y un buen desempeño en los emprendimientos. Se generó un modelo de estructura organizativa y jerárquica plasmada en estatutos y reglamentos. Para la vinculación financiera de los asociados, se creó el Banco Comunal con un programa de ahorro y crédito con fondos propios, contribuyendo con ello a la reproducción y acumulación de capital para así atender políticas de reinversión y crecimiento, como también las necesidades vitales de los miembros. La reincorporación a la vida económica y social de los dirigidos por Ángel Pinzón, trajo la tan buscada y anhelada paz.

69



Sueño Entrada la noche, la urbe se recogía en sí misma y los que deambulaban a altas horas lo hacían con la confianza del desprevenido que no espera a que llegue el puñal de acero con su punta reluciente, y sabe que lo único que le aguarda es su punto de llegada, un encuentro amoroso, una fiesta, una invitación opípara o frugal y el núcleo familiar. El sueño llegaría quieto, sosegado y sin perturbación. En la mañana, el aire fresco sin señales de peligro y turbulencia, daba los buenos días y ponía en el ánimo tranquilidad y sosiego para emprender con supremo aliento la nueva jornada de trabajo, de gestión o diversión, con la seguridad en la reconciliación social. La ciudad tuvo un cambio total y sorprendente, como si saliera de un quirófano y un bisturí conducido 71


por una mano portentosa realizara una cirugía estética en su alma y apariencia. Un cambio de comportamiento que se manifestaba en una sonrisa amplia, en un saludo cualquiera, en un “buenos días” sin reservas. Se desmontaron las alarmas sonoras que traían inquietud y sacudían las noches; fueron removidos los cercados de alambre de púas que con sus puntas infectadas dañaban su dermis. Desaparecieron de sus calles los uniformes que intimidan y únicamente quedó el sonido de sirenas y las luces intermitentes de emergencia de las ambulancias. Se arriaron las cámaras ojo de águila ubicadas en postes en cada esquina que, sin recato y violando los derechos humanos al desacuerdo y a la discreción, filmaban indiscriminadamente a cuanto transeúnte circulara por sus calles; niños, ancianos, mujeres, tullidos patojeando o en silla de ruedas, nadie escapaba al ojo atrevido. Se desmontó el centro 119 de acopio y monitoreo de la información visual proporcionada para la identificación de los “robistas”. No se volvió a escuchar los gritos degradantes de: ¡ladrón! ¡Ladrón! ¡Agárrenlo! ¡Agárrenlo!, y el espectáculo desdichado de puñetazos y patadas sobre la anatomía del abatido desgraciado. Pronto desapareció de los noticieros la imagen repugnante de turbas “civilizadas”, ensañándose y quemando vivo al infeliz, peor tratado y con menos 72


derechos que un perro, mostrando la perversidad de los “justos” que se deleitan en hacer sufrir, para vergüenza del Señor en que creen, quien les confiere el libre albedrío, la voluntad para hacer lo que les dé la gana, sin sujeción a norma alguna, salvo las inventadas e impuestas por él mismo, para salvar a unos y condenar a otros. Se vivía una nueva realidad, una población convaleciente, saliendo de su larga postración, que amenazaba con su ruina. El Burgomaestre no salía de su asombro, un estado de éxtasis saciaba su alma. Felicitaciones iban y venían, daba conferencias aquí y allá, y fue requerido su ejemplo e imitado con éxito en otras ciudades. Ángel Pinzón pasó a ser reconocido en un acto especial organizado por la Ilustre Municipalidad, con la presencia de honorables y prestantes personalidades, condecorado con la Gran Orden al Mérito “San Nicolás de Bari” (Protector y Defensor de los Pueblos). Hecho que fue aplaudido por unos y censurado por otros, carcomidos por una envidia que no les permitía ver en Ángel al protagonista de la epopeya digna de ser registrada y cantada, sino reparar en su pasado, su condición de alias “La Joya”.

73


Todo remedio produce efectos colaterales como reacción adversa, nociva y no intencionada durante la profilaxis y el tratamiento de las enfermedades. Esta ley, muy en boga por su aplicación indiscriminada y como justificativo a la sangría de vidas inocentes, por Estados que masacran a la población civil utilizando armas de destrucción masiva, en un afán por dominar el mundo, matando pueblos para apropiarse de sus recursos naturales y mercados, no fue considerada en la solución política alcanzada entre el Ilustre Municipio y la asociación Seres Somos, que puso fin a la enfermedad social de la delincuencia que le mantenía en vilo, no fue observada en el tratamiento y el remedio empleado no escapó de esta ley fundamental de la farmacéutica. La recuperación de la salud psíquica-física del cuerpo social fue sorprendente. Pasaron uno, dos, tres meses y la vida transcurría plácidamente, aliviada de la que había sido su más sufriente padecimiento. Sin embargo, la acción terapéutica trajo efectos secundarios impredecibles en su momento, afectando otros componentes del sistema. Las empresas de seguridad creadas en abundancia para proteger la propiedad de la acción delincuencial, perdieron su razón de ser y quebraron al no ser necesarios sus servicios, causando el desempleo de cientos de guardianes. Fábricas de alarmas para domicilio y automóviles, y 74


sus empresas comercializadoras, cerraron sus puertas y hasta fue suspendido el servicio de seguro contra robo. El centro 119 de monitoreo y seguimiento del sistema ojo de águila con sus últimas imágenes congeladas en cientos de monitores fue cerrado. Empresas importadoras y comercializadoras de armas, chalecos antibalas y sistemas varios de defensa, salieron del mercado. Fábricas de uniformes para guardias y policías clausuraban sus puertas. Industrias de herraje para guarnecer puertas y ventanas reducían su personal y otras ponían punto final a sus operaciones. Los noticieros perdieron importancia y la prensa escrita redujo significativamente su tiraje y personal con grandes pérdidas económicas, incluso algunos, como el diario El Cerrojo pusieron fin a su actividad. Empresarios veían, impotentes y aterrorizados el derrumbe de sus empresas y el desplazamiento de su imagen a una clase social que despreciaban Los cachineros, aquellos negocios que comerciaban con objetos robados a sabiendas de que lo eran, liquidaban su actividad con perjuicios de un segmento importante de potenciales clientes que, entusiasmados, se beneficiaban de los bajos costos de los productos expendidos en dichos establecimientos, a vista gorda y paciencia de las autoridades.

75


Se redujo drásticamente el pie de fuerza policial y los agentes del orden vieron menguados sus ingresos por las coimas y los chantajes a que sometían a los delincuentes identificados que deambulaban por las calles en búsqueda de alguna “papaya fresca”. Desaparecieron los actos solemnes donde condecoraban a oficiales por su acción exitosa en el cumplimiento del deber, en el esclarecimiento de asaltos, robos y detención de “robistas”. Se redujo al mínimo necesario el personal de jueces y fiscales, también disminuyó el personal carcelario y se quedaron sin trabajo miles de abogados. Las facultades de Jurisprudencia de diversas universidades fueron cerradas, mandando al desempleo a personal administrativo, maestros y jurisconsultos. La cura apareció de pronto como un fantasma que amenazaba por doquier, peor que la mismísima enfermedad. Al punto de que miles de familias que se veían de la noche a la mañana con el plato vacío, fueron lanzadas a la calle por insensibles arrendatarios que no entendían de razones y no aceptaban esperas en el pago del alquiler.

76


Pesadilla El número de “robistas” que habían abandonado su práctica reprobable, resultaba muy inferior al número de desempleados que originaba su cambio de conducta, elevando su nivel a una escala de valores jamás vivido en la historia del país. Comenzaron las protestas. Primero en el cuerpo policial, con un conato de rebelión que puso en riesgo la institucionalidad, pero pudo ser controlado después de ásperas negociaciones con los amotinados, en las que se llegó a acuerdos de legítimas indemnizaciones, suspensión de reducción del personal con la asignación de nuevas tareas vinculadas a trabajo social en barrios pobres, ancianatos y orfanatos; en ordenamiento de parques y jardines; en 77


prevenir, o detener a infractores en casos de conflictos callejeros o en sucesos notorios y escandalosos de madrazos en disputas conyugales. Sin embargo, estos acuerdos que en primera instancia frustraron los objetivos de la protesta dirigidos a privar de validez lo firmado por el Burgomaestre y Ángel Pinzón, según ellos disparatado, no trajo la quietud esperada. Se sentían sin oficio e inseguros como cuerpo, al haber perdido una de sus razones fundamentales: el control de la delincuencia común y callejera. El gremio de los abogados, el segundo sector más afectado, quedó varado en el limbo. Suspendidos en la sinrazón de la situación, con sorpresa e incertidumbre, veían amenazar su estatus. Sin tener otro remedio que el de pactar, abogados defensores y acusadores, con fiscales y jueces, para darle larga a los procesos y sacar la mayor tajada posible tanto acusador como a acusado. Suspendida la audiencia… suspendida la audiencia… suspendida la audiencia… y así indefinidamente, con diversas triquiñuelas… sacaban dinero para esto y para aquello… para elevar oficio a la instancia superior y a la de más arriba solicitando nueva audiencia… que el caso es difícil, pero tenga confianza que lo vamos a ganar… oficios señalando artículos, páginas, códigos, constitución para acelerar el proceso, ¡para… para…! Con miles de pretextos, con acusado y acusador en 78


tediosas idas y venidas, soportando el letargo de la justicia. Este sector, el de los abogados, sin quererlo, sin beneficio de inventario, obligados no por conformidad, como fue el acuerdo entre el Burgomaestre y Ángel Pinzón, dejaron de delinquir, taimadamente, presionando a los “robistas” y familiares con representación engañosa y falaz de la realidad, para intimidar y extraer el máximo peculio de las pobres víctimas. El efecto colateral produjo una alteración sin precedentes en la vida de la urbe. Una serie de consecuencias negativas en cadena. A los daños directos, se sumaban los indirectos, relacionados con las heterogéneas actividades de las empresas quebradas y con los miles de desempleados que salían del circuito productivo y de consumo. Resultaron afectadas industrias proveedoras de insumos, se redujo la demanda del mercado interno con el consiguiente estancamiento económico. La sociedad entera no tuvo la capacidad de respuesta para absorber el paro forzoso y las reacciones correspondientes al descontento, que iban incrementándose día a día: Plantones en los bajos del Ilustre Municipio, manifestaciones de protesta, ocupación de plazas y avenidas reclamando ubicación laboral e indemnización por los daños sufridos como 79


acontecimiento subsiguiente a la firma del mencionado pacto. El señor Burgomaestre, en extenuantes y dilatadas reuniones con el Consejo Municipal, la Gobernación, el Ejecutivo Desconcentrado y el sector privado representado por Cámaras del sector productivo, no atinaban a encontrar el camino de solución de una problemática que pasaba, inexorablemente, por la creación de fuentes de trabajo para reinsertar al mundo laboral a esa masa de desocupados, producto bruto de su desacertado acuerdo. El Municipio no contaba con recursos para financiar nuevos emprendimientos productivos; la industria, estancada por la fuga de capitales y falta de inversión; la crisis de circulante y de consumo y la invasión de productos extranjeros a precio fácil de pagar, no ofrecía posibilidades de concebir nuevas plazas de trabajo. Uno, si no el único, de los sectores económicos que se benefició de la nueva situación social, fue el sector turístico, que vio incrementados sus ingresos y ganancias multiplicados por cinco. Razonando en lo antedicho, el representante del Ministerio de Turismo propuso la implementación de un impuesto al sector hotelero, que cubriría, en parte y provisionalmente, el costo de un bono de desempleo. 80


Esta propuesta, entendida como la más viable, contó de inmediato con el apoyo de las otras instituciones presentes. Filtrada la decisión antes de que se promulgara una Ordenanza Municipal, la Cámara de Turismo rechazó de plano la idea, con el argumento de que sus miembros y otros alienados grupos, venían de salir de una crisis con pérdidas desmesuradas, endeudados hasta la coronilla, sin apoyo del Estado ni de la Banca Privada, que faltó al compromiso adquirido de reestructurar la deuda y condonar los recargos, multas e intereses y que en su momento, no dudó en embargar, rematar o subastar instalaciones hoteleras, bienes muebles e inmuebles, resultado de la imposibilidad de cumplir con sus obligaciones financieras, con intereses altos, bordeando la usura y todavía más, “ahora sí, acordándose de nosotros como tabla de salvación cuando en aquel momento, naufragando, no fuimos escuchados ni atendidos”, decían. Estos sucesos se repitieron en el resto del país, en toda ciudad donde se puso en práctica el ejemplo de Tongoche: huelgas, paros, tomas de calles y carreteras que sacudían violentamente el tranquilo ambiente nacional. La Fiscalía, el Poder Judicial, Universidades, la Escuela de Abogados, el Gremio de Empresarios, contando con el apoyo solapado de la Policía, unidos 81


en una causa común, unos por el hambre y los más por la avidez, exigían a los Gobiernos Autónomos Descentralizados Municipales revertir lo actuado y volver al pasado, que si bien, en un inicio, el pacto alcanzado con Seres Somos trajo la tan anhelada tranquilidad, otros efectos inesperados chocaban con la realidad surgida de los acuerdos que obligaba a retroceder o cambiar de dirección. Con firmeza y absoluta convicción de que la medicina había resultado ser peor que la enfermedad, decidieron elevar su punto de vista al Burgomaestre, con una propuesta concluyente y perentoria, confiando en que sería acogida, pues la realidad ya no daba para más: declaración de ilegal y disolución de la asociación Seres Somos, responsable, según ellos, de la afectación al aparato productivo y de la debacle de la producción nacional. No resultaba fácil. Lo que aparecía como conveniente para el sector industrial y el resto de afectados por el paro forzoso, no lo era para la mayoría de la población, que continuaba disfrutando de una situación pública de tranquilidad, en contraposición a la turbulencia del pasado. Los intereses de empresarios y comerciantes se sobreponían a la voluntad general de las personas. 82


La rentabilidad económica y el lucro importaban más que el bálsamo del sosiego para el disfrute de una tarde de lluvia, del canto de un pájaro, de contemplar una flor, del baile erótico del fuego que levanta una llama, de una mano cálida y de un beso de ensueño. Los asociados, dirigidos a nivel nacional por Seres Somos, trabajando en pequeñas granjas y en organizaciones comunales, respondiendo a los compromisos adquiridos con disciplina, cuidado y entrega, demostraban que el ser humano podía resarcir y resarcirse de los daños causados como efecto residual de una sociedad socialmente desintegrada. El Burgomaestre, por razonable y justo, por interés político, o por lo que sea, se opuso con determinación. No estaba dispuesto a permitir que por la fuerza de la codicia se perdiera el paraíso ansiado. Las últimas encuestas lo ubicaban sobre su inmediato contendor con un apreciable margen de diferencia, a las puertas de la lid electoral donde aspiraba a su segundo mandato, una demostración clara de apoyo y aprobación de su gestión. Soportó, sin perder su fuerza moral y sin dejarse abatir por los ataques de la prensa, coligada con el poder económico, que prefería una sociedad enferma para mantener una economía sana, de alto consumo y ganancia, alimentando a ese 1% de la población, acostumbrada a hacer dinero a costa 83


de todos, al derroche y al lujo, sin tiempo para mirar, sentir o pensar en ese otro 99% que come la suela de sus zapatos y que con su trabajo incrementa las arcas de poderosos millonarios. Ángel Pinzón y la asociación Seres Somos, sin otro interés que el de seguir con la posesión del bien de su destino, su fortuna, libres de los tormentos y riesgos de una vida pasada, involucrados en una nueva empresa de vida, con ánimos para defenderla y conservarla a pesar del dictamen de la economía, empezaron a sufrir de acoso y amenazas por todo medio posible: WhatsApp, Twitter y llamadas telefónicas; todo con la comprensible complicidad mediática que, con finas y pulidas artes del fingimiento, se solidarizaban con el desacuerdo de este sector que, con bajos sentimientos y como sabandijas, se movía buscando dar el golpe de gracia y precipitar lo que el “capital”, con su esencia y rostro inconmovible, consideraba inevitable. Vuelven… ¡O vuelven! a su profesión de “robistas”, ladrones camuflados, nacidos para robar y ahora pintados de honrados... ¡No los queremos, pillos encubiertos! Vuelven… ¡O vuelven!, eran, entre otras, las amenazas, descontando las de muerte para infundir miedo e incertidumbre.

84


Verano Ángel Pinzón recurría al Burgomaestre, a la Fiscalía y a otras autoridades, reclamando apoyo en la investigación para ubicar a los responsables e instigadores de la campaña de terror que comenzaba a dirigirse y estremecer a la primera autoridad municipal. No tenían pistas. Los anónimos atemorizadores actuaban con un profesionalismo que hacía temer lo peor. Utilizando diversas empresas de servicio del sistema celular, teléfonos no registrados o registrados con cédulas de identidad de terceros, realizaban las llamadas desde diferentes puntos de la ciudad, cuando no de otras ciudades; aprovechaban otros artilugios que hacían parecer “difícil” el trabajo de ubicación e identificación de los autores de la operación de intimidación, orientada a poner en la basura el 85


proyecto desarrollado por la asociación Seres Somos y patrocinada por el Ilustre Municipio. Se acercaba el verano y, con él, las expectativas de un feriado vacacional concurrido como nunca antes. La capacidad hotelera reservada en cerca del 100% de sus instalaciones y servicios, daba a entender, sin más, del gran flujo de turistas que albergaría la ciudad, que se preparaba para brindar la deseable acogida a miles de personas, con diversos eventos recreativos y ferias. Engalanaban con buen gusto restaurantes, heladerías, cafeterías y almacenes de artesanías, para así agradar y ganar la voluntad de los esperados clientes. Los burdeles afinaban sus instrumentos con arreglos pertinentes y servicios a ofertar. Los maricas organizaban el reinado nacional gay, que despertaba el morbo y la curiosidad de turistas cansados y abundantes de tedio, deseosos de contar con algo fuera de lo común que los distraiga y divierta, y así descargar el pesado bulto de la rutina que los agobiaba. El dinero reina por encima del bien y del mal, movilizando el espíritu y la imaginación para satisfacer al consumidor ávido e insatisfecho que todo, hasta el amor, lo convierte en artículo de consumo, lo cosifica y compra.

86


La ciudad ofrecía diversos atractivos: playa, sol, drogas, mujeres para hombres impotentes, frívolos en el amor, misóginos cansados de su amor obligatorio por las convenciones sociales. Ofrece hombres para hombres en búsqueda clandestina de nuevos placeres y hombres para mujeres insatisfechas por la misoginia de sus amados maridos, procurando, por detrás, lo que sus maridos no supieron darles por delante. Las cifras de reserva hotelera resultaban un feliz motivo, pues confirmaban la reanimación del sector azotado por la falta de seguridad. En ese ambiente de preparativos, ilusiones y espera, vivía la urbe. El entusiasmo y la esperanza brillaban en el espíritu de las gentes ansiosas de la temporada ferial, de diversión y de ingreso de dinero para arreglar cuentas, pagar deudas y salir por algún tiempo de su paupérrima existencia. El señor Burgomaestre, a través de conocidos medios, incluidos los de la publicidad de la modernidad globalizada que dicta el comportamiento de los globales, hacía llamados para que visitaran la ciudad, publicitando sus mejores atractivos: sus paisajes, sus bellas mujeres, su exquisita gastronomía y resaltaba la tranquilidad pública, la seguridad, la concordia y el estatus de ciudad de PAZ alcanzado gracias al pacto acordado. 87


Los resultados de su esfuerzo se hicieron evidentes con premura. El presidente de la Cámara de Turismo no tardó en hacerle un reconocimiento público a través de uno de los medios televisivos nacionales de mayor audiencia. Algunos hoteleros emprendedores, esos que se arriesgan, los audaces, y es bueno recordarlo pues así lo dicta la sociedad: la vida es de los audaces, no dudaron en acercarse a la banca privada y gestionar un crédito hipotecario para la mejora de instalaciones y servicios en general, que se habían visto depreciados por la crisis que venían arrastrando desde años atrás por la inseguridad pública o la seguridad de asaltos y robos que sufriera la ciudad y que alejó sin misericordia su temerosa clientela. A la banca, que todo lo calcula con un olfato afinado por la experiencia, con su lista de requisitos a cumplir para acceder a un crédito, entre los más importantes la garantía personal o hipotecaria, tampoco le faltó audacia y desamarró las cajas fuertes repletas de dinero de los ingenuos ahorristas; por último, si no pagan su moneda está asegurada, sale favorecida en el proceso de embargo, de remate y, ojalá, de subasta abierta. Banca que no pierde su calma, que no siente, no tiene nervios, pero actúa con la sangre más fría que la de un cocodrilo, hasta mimetizarse con él en su aspecto de saurio y en el cómo atrapa la presa y la engulle entera, 88


sin pensarlo, sin remordimiento. En lo único en que se diferencian de este reptil es en que a la familia de los emidosaurios si se les pincha o golpea, ellos sienten, les duele, a la banca no le duele nada, no tiene un ápice de sensibilidad y traga sin remordimiento. A falta de un banco, el usurero callejero. Los hoteleros cambiaban los televisores viejos por los nuevos; los de tubos, por los de plasma con pantalla plana; el servicio de internet por cable, a redes de conexión Wifi; repintaban y remodelaban baños y habitaciones, bares y restaurantes, gradas y jardines. Trabajaban en un estado de euforia y optimismo por la visión de una realidad promisoria, aunque distante. Las amenazas y advertencias contra la asociación Seres Somos y contra Ángel Pinzón como su presidente, pasaron de las palabras a los hechos. Un taller de costura fue asaltado e incendiado en horas de la noche. Los salteadores lanzaron en las calles de ciudades y pueblos, panfletos intimidantes, advirtiendo y dando un plazo de 21 días, que si no regresaban a su viejo oficio de “robistas” la pagarían caro. Este acontecimiento no fue publicado. La prensa, informada del suceso, no le prestó importancia y pasó prácticamente ignorado, no trajo efecto en el meterse rico y sabroso en la cama. Esta calma de sábanas 89


calientitas no duraría mucho, ya que, a las puertas de la temporada, cuando estaban a punto de correrse los cerrojos de la ciudad para dar cabida a los miles de visitantes nacionales y foráneos para el disfrute de las bondades del lugar, se sucedieron, según reporte de la policía, 65 asaltos y robos en los diversos modos delictivos, todos en una sola noche. Los inesperados hechos tomaron desprevenidas a las víctimas. En algunas casas asaltadas se perdieron hasta los trapos de limpiar el piso; viejos retratos pegados a la pared y las reliquias que divulgaban la noble ascendencia de sus residentes desaparecieron. Se llevaron todo mientras las familias dormían bajo el somnífero del reposo y la reconciliación lograda. Los medios de comunicación no perdieron oportunidad ni espacios para divulgar la, para ese momento aterradora, noticia. Con lujo de detalles desgranaban los pormenores, entrevistaban, filmaban y fotografiaban a las víctimas de los maleantes. Algunos mostraban magulladuras, otros, heridas y moretones por los golpes recibidos al tratar de oponer resistencia. Captaban las lágrimas de niños aterrorizados. En conferencia de prensa, el ministro del Interior y todos los altos mandos policiales, se perdían en hipótesis, nebulosas y sutilezas, unas con y otras 90


sin base real. Lo que aparecía a los ojos de cualquier inexperto era que la acción había sido programada, planificada y coordinada, con manifestación de capacidad y destreza, permitiendo colegir que, según expresaban las autoridades mencionadas, se trataba de una delincuencia organizada y experimentada. Se lamentaban que, para colmo, fueron arriadas las cámaras ojo de águila, desmantelado el 119 y reducido el pie policial y todo sistema de seguridad ciudadana, que en el pasado fueron de buena ayuda para identificar bandidos y desmantelar las bandas de asaltantes; que en el estado actual, se sentían impotentes al haber perdido los instrumentos de control ciudadano que mostraron, y las estadísticas lo confirmaban, su eficacia. En sus intervenciones, pedían calma. El Coronel de Policía entrevistado dijo que contaban con leves pistas para dar con el paradero de la calificada cuadrilla de maleantes avezados, las que no se crean de la noche a la mañana, sino después de mucha práctica y “es aquí donde nosotros como sabuesos sabemos ubicarnos, en lo de la práctica, palabra mágica que nos permite tener la punta del ovillo para esclarecer los hechos. Dispuse al correspondiente Oficial que revise los archivos donde reposan las fotos, nombres, apellidos y alias de cientos de facinerosos. También he dispuesto, y ya se encuentra trabajando, un grupo de 91


peritos especialistas en retrato hablado, integrado por artistas plásticos, pintores y escultores, diseñadores gráficos y psicólogos para recoger el testimonio de testigos presenciales y afectados en los hechos denunciados. Basados en esta información, crearemos imágenes que ayuden al proceso investigativo. Confiamos en esta técnica de identificación que fue desarrollada a finales del siglo XIX por el antropólogo y médico francés Alphonse Bertillon, conocida en su época como “bertillonaje”, por ser eficaz en el reconocimiento facial sin error. Actualmente, gracias a los programas que se emplean, el retrato hablado tiene un altísimo grado de exactitud. Si me ocupo de este compendioso relato es para darles la seguridad de que los facinerosos serán ubicados y puestos detrás de las rejas ¡No burlarán la ley, ni la justicia!

92


Juicio No acababan los ilustres guardianes de la seguridad ciudadana de pararse de las sillas, cuando los noticieros televisivos, al unísono, con una coordinación perfecta, casi concertada con un fin común, transmitieron en letras llamativas por el color y el tamaño para hacerles legibles y atrapar la atención de sus televidentes: “¡ALERTA! ¡ÚLTIMA HORA! Nuevos asaltos y robos se registran a esta hora en diferentes barrios. Los delincuentes encapuchados y portando sofisticadas armas someten a sus víctimas y les despojan de sus pertenencias. De acuerdo a lo que dice la Inteligencia Policial, han sido asaltadas 16 viviendas. Aprovechan que los dueños salen de sus casas, para ingresar y sustraer sus bienes. En otros casos, como el sucedido a la señora Santiaga A., del Barrio Los Espinos, los delincuentes vulneran las 93


seguridades, maltratan e inmovilizan a quienes se encuentran en el lugar y, con amenazas, proceden a llevarse todo lo habido y por haber”. “El hotel El Acertijo fue víctima de los antisociales que, en número de seis, acometieron repentinamente y por sorpresa, sometiendo a empleados y turistas presentes, para robarles joyas, dinero, celulares, computadoras portátiles y hasta la ropa y zapatos de marca que vestían, dejándolos en prendas íntimas atentando contra el secreto de su geografía y de su pudor”. “Bandas delictivas se aprovechan del estado de indefensión en que quedó la ciudad después del acuerdo firmado entre el Burgomaestre y la asociación Seres Somos”. Vale la pena rememorar que esta organización está integrada por ex convictos y ex robistas”.

La sociedad, ese enorme ser colectivo conformado por millones de individuos, entra en zozobra y, alarmada, pide acción pronta y efectiva a la policía, reclamando por la tardanza con que actúan y por el hecho de que hasta el momento no se reporta una sola detención. La industria hotelera al ver amenazados sus intereses, presentó inmediatamente un pliego de peticiones al señor Burgomaestre exigiendo sea atendido con brevedad: 94


.- reinstalación del sistema de observación “Ojo de Águila” y el centro de monitoreo y seguimiento 119; .- incremento de vigilancia abierta y encubierta en el sector turístico, y, .- control de los medios para un manejo prudente, reservado y responsable de la información, con el fin de evitar un estado de alarma exagerado, que ahuyente a los visitantes en la ya presente temporada ferial.

Por una radio se escucha: “Urgente…: un comando de la policía, en hora de la madrugada, realiza un allanamiento a un local de confección de ropa de la asociación Seres Somos. Encuentra televisores, celulares, computadores y otros objetos de valor, capuchas y armas de fuego y cortopunzantes. Al no presentar factura y no poder justificar su procedencia, han sido detenidos cinco sospechosos que se encontraban en el lugar. En estos momentos están siendo sometidos a intensos interrogatorios. Al parecer son objetos hurtados y robados en las últimas embestidas contra la propiedad, lo que confirmaría lo que ya se sospechaba: la autoría de estas pillerías por parte de una organización con vasta experiencia en el arte de apropiarse de lo ajeno. Pedimos a la opinión pública estar atentos a los últimos partes policiales”.

Una campaña por Twitter y WhatsApp se desencadenó airadamente contra la asociación Seres

95


Somos, culpándola de los hechos y exigiendo al Gobierno Central su ilegalización. Pronto, una ola de violencia sacudió al país, lo que obligó que un “Estado de Excepción” sea decretado inmediatamente. La Policía, con el apoyo de las Fuerzas Armadas, intervino en el control del orden público. La Unidad Antimotines reprimió las explosivas manifestaciones que exigían una acción oportuna para detener la racha de operaciones forajidas que mantenían en incertidumbre a los habitantes, por la riesgosa proximidad del asalto que amenazaba la seguridad de la vida y la propiedad. Poco a poco reaparecieron en el paisaje los cercados de alambre de púas en muros y ventanas a lo largo de la ciudad. Para calmar los ánimos, a pedido de un juez, “más vale prevenir que lamentar”, la Fiscalía ordenó la detención, sin pruebas y sin cargo de Ángel Pinzón, conocido presidente de la asociación Seres Somos, para ser sometido a interrogatorio. El señor Burgomaestre, arrastrado y presionado por las desgraciadas circunstancias, solicitó al departamento jurídico de la institución revisar el acuerdo y la aplicación de la cláusula vigente relativa a la disolución por mutuo acuerdo o por decisión de una 96


de las partes del pacto firmado. Dijo estar confundido y avergonzado por el linchamiento mediático al que se lo había expuesto, como si hubiese cometido alguna falta humillante y deshonrosa. La Policía callaba y, en su último parte, reconocía que los detenidos se negaban a hablar y no aceptaban firmar la declaración en la que se manifiestan culpables, lo que muestra, a ojo de buen cubero, es decir sin medición, hasta dónde el maligno une las almas y les da la fuerza de la porfía y el empecinamiento, comportamiento heredado, por buenos y villanos por los siglos de los siglos, de “El Empecinado”, sobrenombre de Juan Martín Díaz, guerrillero español del siglo XVIII, héroe de la guerra de la independencia española, de carácter testarudo. Como dice el dicho “lo que se hereda no se roba”, los cinco detenidos en celdas aisladas, en oscuridad total, con ruido a decibeles insoportables para enloquecer a los más cuerdos, se negaban a reconocer su participación en los hechos investigados y comprobados. —Por tal razón —pregonaba el Burgomaestre—, ante nuestras limitaciones legales, hemos solicitado la ayuda, ya en camino, de una de las mayores potencias y país amigo, que posee jurisdicción especial que les da inmunidad a sus agentes y conciudadanos por crímenes y desafueros que cometan; con peritos en el 97


arte, preferimos no utilizar términos tan asustadizos, de interrogatorios bajo tormento psíquico o físico para obtener la verdad que se guardan con terquedad. Técnicas de ablandamiento producto de cientos de años de práctica”. En esto de la práctica, todos recordarán a la Iglesia Católica Apostólica y Romana quien fundase, en siglos pasados, el Tribunal de la Santa Inquisición para juzgar los delitos relacionados contra la fe y las buenas costumbres, que aportó mucho en los métodos y la elaboración de los instrumentos de dolor. Enseñó la utilización del potro, del tormento de agua, la garrucha, la cuna de Judas, la rueda, la doncella de hierro, la sierra, la pera oral, anal o vaginal, la araña de hierro, la hija del carroñero, que fueron, entre otras perlas del terror, aplicadas a las víctimas “en nombre de Dios” para conseguir la confesión consentida de los acusados y limpiar el alma del pecador. En la actualidad, con el aporte de la neurología, psiquiatría y psicología, estas prácticas se han modernizado en defensa de la democracia y los derechos humanos, contra apologistas de ideas extrañas, opositores de la libertad y la justicia. Estos aportes, han generado nuevos y mejores métodos como el submarino, la privación del sueño, la técnica de la pared, el ahogamiento simulado, el aislamiento 98


o confinamiento, la celda fría, la horca invertida, la utilización de perros de caza (técnica aplicada en la cárcel de Abu Ghraib en Irak) y otras más como el piqueo y la picana eléctrica. En manos de estos angelitos del dolor, dos de los prisioneros doblegaron sus voluntades y terminaron por reconocer la implicación de la asociación Seres Somos y la participación directa de Ángel Pinzón en la planificación y ejecución de los golpes maestros, confirmando la acertada premonición deducible de la palabra mágica: “la práctica”, que permitió desenvolver el ovillo. Según el parte policial, los otros tres detenidos, simple especulación institucional, por el peso de la deshonra, resultaron suicidándose. Con Ángel Pinzón en la cárcel y disuelta la asociación, la represión se desencadenó con total brutalidad contra el resto de los integrantes de la organización, tanto que, tuvieron que dejar abandonadas sus pequeñas empresas, y “patitas pa que las tengo”, huyendo, cuando no terminaron presos en los allanamientos y decomisadas sus pertenencias junto con el botín de sus fechorías. Asunto este extraño, como lo hizo caer en cuenta uno de los televidentes, que sabiendo que estaban en la mira y a punto de ser 99


apretado el gatillo, se mantuvieran en sus lugares, como si nada, con el producto de sus atracos. Este proceder de la policía dejaba dudas en quienes no tragan entero, mastican las treinta y tantas veces antes de deglutir, no se indigestan y procesan la información. Sumado el hecho de que los operativos eran realizados en horas de la madrugada, cuando nadie ve ni oye, reforzaba los interrogantes y sospechas de la actuación policial. Sospecha que se hizo más vehemente cuando comenzó a circular en las redes sociales, que en algunos casos sirve para algo, una serie de fotos y videos tomados furtivamente por un anónimo, al momento en que la policía bajaba de sus transportes, tumbaba puertas e ingresaba con bultos a las casas, para salir después con los prisioneros esposados y el decomiso de objetos y aparatos que presentaban en detalle, en noticieros de todo el país. Las Cámaras de la Producción, Pequeña y Mediana Industria, junto a la de Turismo, felicitaban a la fuerza pública, al gobierno Nacional y al señor Burgomaestre, por la acción efectiva y contundente contra elementos desquiciados que, ignorando la grandeza de alma de la sociedad que les brindó sin cortapisa, la oportunidad de una vida decente y de bien, desprecian y pagan mordiendo la mano de su bienhechor, el ilustre y bien intencionado alcalde municipal y de los diversos 100


organismos e instituciones sin ánimo de lucro, que confiaron en la utopía de la regeneración de psicópatas y de adulterados líderes que, simulando corrección y decencia, burlaron la confianza y la esperanza, sin considerar en nada la enorme inversión económica y de energía realizada sin otro interés que la paz social.

101



Falsa verdad Nos engañaron como a tontos, sin ninguna consideración, prevaliéndose del estado de ánimo de la población que clamaba una respuesta urgente a la violencia que ellos mismos generaban. Escogimos equivocados el camino por ellos propuesto en su inaudita y afrentosa audacia. Afortunadamente, la acción profesional de nuestra heroica fuerza policial, con su coraje y valía, frustró los planes de estos maleantes sin alma, cuya pretensión no era otra que despojarnos de los cimientos de nuestra sociedad: libertad, igualdad y fraternidad. Ahora, muchos de ellos están donde debieron estar siempre, alimañas de rendijas y huecos, escoria social sin derecho a la duda y al perdón. Hago un llamado 103


a no bajar la guardia, la amenaza persiste, a reforzar las medidas de seguridad y protección, a mantenernos alerta, unidos y solidarios como eslabones de una misma cadena hecha de material incorruptible para hacer frente, en sinergia con la fuerza pública, a esta sorpresiva ola delictiva. Mantengamos la confianza y la fe; no pasarán. Las noticias se suceden y la opinión pública, centrada en los acontecimientos, con un hambre inaudita de nuevos hechos y sus pormenores, devora y traga con ansia apresurada, prensa y televisión. En Tongoche, incidentes delictivos ocurren y se hacen presentes a la carta y a la mesa, servidos por la prensa, para hartar esa bulimia que difícilmente se satisface, les divierte, llena la testa de hojarasca quitándoles la necesidad de pensar. Pegados al televisor llega la última noticia de reporteros de la calle, con fuertes imágenes. Dos sujetos fuertemente armados y a bordo de una moto asesinan con ráfagas de ametralladora, a tres agentes del orden que se movilizaban en un patrullero, en el momento en que el vehículo se encontraba detenido en un semáforo en el centro de la ciudad, en el sitio conocido como Las Cinco Esquinas. Según testigos presenciales, los verdugos se movilizaban en una moto sin placa, portaban casco y gafas, tomaron la avenida principal y, rauda, 104


desaparecieron del lugar, dejando a sus espaldas el trágico y lamentable suceso. Noticia en ampliación.

En rueda de prensa comparece, el portavoz policial. Con rostro crispado que adelanta el infortunio y hace sentir su rabia y aflicción, informa a la ciudadanía, con los pormenores del caso, el trágico suceso en que perdieron la vida vilmente asesinados sus compañeros y dio a conocer que dos de los fallecidos pertenecían al grupo de peritos, expertos en retrato hablado, apersonados en el trabajo que ha permitido la identificación de los malhechores que vienen cometiendo la racha de asaltos que azotan Tongoche. —Indudablemente —dijo—, en este hecho que enluta la institución, existe una vinculación directa con los facinerosos integrantes de la cuadrilla Seres Somos, en venganza por los golpes recibidos. Que no les quepa duda que serán buscados hasta en el más recóndito lugar; que no tendrán sitios donde esconderse. El gobierno ha dispuesto una recompensa de un millón de dólares a quien dé información sobre estos asesinos. Un grupo especial, de lo mejor de nuestros agentes de inteligencia, se encuentran al frente de la investigación, para dar lo más pronto con su paradero.

105


Cuando una de las reporteras interpeló sobre la existencia de Ángel Pinzón, respondió que aún se encontraba incomunicado, por razones obvias, para evitar entorpecer la investigación, que ha sido sometido a un intenso interrogatorio, a pesar de que mantiene su testarudez. En la Comandancia de Policía, con la presencia de su Alto Mando, vestidos impecables con el color verde, no el de la esperanza, si no el del camaleón, del señor Burgomaestre, de Ministros de Estado, de representantes de la Iglesia, de importantes medios de comunicación, personalidades de los sectores de la producción, de familiares de los fallecidos y del público en general, se dio inicio a las honras fúnebres de dos de los agentes asesinados en homenaje a, según el alto mando y estas sus palabras: —A estos héroes que, con su ejemplo de honradez, humanidad y valor, enaltecen la institución al ofrendar sus vidas por amor a la causa de la paz. Gloria a ellos y que Dios les abra las puertas del cielo. Y sucedió lo inesperado. La esposa de otro agente, cuyo cuerpo inerte no estaba presente, ni siendo homenajeado, irrumpió en el acto envuelta en llanto y con gritos estridentes, acusando a la policía de ser la homicida de su marido. Según sus palabras: 106


—Días antes, mi amado esposo me manifestó que presentía que su vida corría peligro. Siete de los retratos por él elaborados se asemejaban, sin lugar a dudas, a tres agentes de la institución, situación significativa que lo alarmó y puso en conocimiento de su superior inmediato que, al escucharlo, no se inmutó y como reacción causada por el comentario, le palmoteó el hombro y le pidió cerrar la boca y no comentar esto con nadie; pues, “en boca cerrada no entran moscas”. Mi marido me comentó que al siguiente día encontró al superior cuchicheando con uno de los compañeros por él retratado. Al verse sorprendidos, no pudieron ocultar el nerviosismo y la alteración del semblante. Mi esposo estaba convencido que la racha repentina de robos y asaltos tenía que ver con disposiciones superiores para culpar, reprimir y presionar a los miembros de Seres Somos a volver a su pasado —dijo y señalando a las autoridades civiles y policiales gritó—. ¡Ustedes lo mataron! ¡Ustedes, coaligados, los asesinaron! ¡Asesinos, asesinos! Mujeres policías se lanzaron contra esta infortunada como lanzarse contra un identificado delincuente. Antes de ser sometida y sacada del lugar, alcanzó a lanzar copias de los retratos hablados para los presentes.

107


Aquí no pudo intervenir la censura. Se trataba de una transmisión en directo. El acto continuó con la frialdad de los indiferentes, como si nada hubiese sucedido. A la mañana siguiente, y en cadena mediática nacional de radio y televisión, un vocero del Ministerio del Orden manifiesta a la opinión pública sus disculpas por el hecho bochornoso protagonizado en las honras fúnebres, tratando de descargar de culpa a la señora viuda. —Hay que entenderla en su intenso dolor. Según el diagnóstico psiquiátrico, padece una sicosis reactiva, como resultado del trauma vivido. La institución estatal en su magnanimidad, asume el compromiso de asistirla hasta su recuperación total.

108


Nuevo despertar Un tornado azota y altera el estado de paz y armonía de la ciudad. El capital con inteligencia propia utilizando sus trágicos gestores no pierde oportunidad, eleva loas y da por buenas las circunstancias. Resurgen con robustez las empresas de seguridad, creadas en abundancia para proteger la propiedad privada de la acción delincuencial. Las fábricas de alarmas para domicilio y automóviles y empresas comercializadoras del ramo florecen nuevamente. Comerciantes de armas, chalecos antibalas y sistemas varios de defensa personal se reactivaban con la creciente demanda de sus productos. Industrias de herraje para guarnecer puertas y ventanas diversificaban la variedad de ofertas, a precios 109


especulativos. Fábricas de uniforme para guardias y policías retomaban su actividad. Se activa el servicio de seguro contra robo, aumenta el pie de fuerza policial con su respectivo equipamiento operativo y sitios de albergue y acuartelamiento. Reaparecen los actos solemnes condecorando a oficiales por su acción exitosa en el cumplimiento del deber, en el esclarecimiento de asaltos y en la detención de “robistas”. Se reabre el centro 119 de monitoreo y seguimiento del sistema ojo de águila. Los noticieros volvieron a ocupar el pasado sitial de importancia, la prensa escrita acrecentó significativamente su tiraje y ganancias económicas. Reinició su actividad el diario sensacionalista El Cerrojo. Aquellos negocios que comercializan objetos robados, a sabiendas de que lo son, los llamados cachineros que abundaban la ciudad a vista y paciencia de las autoridades, abren sus puertas con beneficio de un segmento de potenciales clientes que, entusiasmados, se benefician de los bajos costos de esos productos mal-habidos. Incrementa el personal de Jueces y Fiscales. Se multiplica el trabajo de miles de abogados. Las

110


facultades de Jurisprudencia de las universidades, se hacen accesibles a miles de estudiantes y jurisconsultos. La involución resultante dio paso a que se recobrara el dinamismo del aparato productivo nacional, se incentivó el ánimo de lucro de comerciantes e importadores. La economía recobró su crecimiento hasta superar los parámetros de ganancias a la fecha de cuando se firmó el convenio con la asociación Seres Somos. La delincuencia, a fuerza de las circunstancias, creció exponencialmente, para provecho del capital.

111


Regresa el ruido estrepitoso de martillos clavando puertas y ventanas.

112


Se condecoran oficiales, pero no se condecora al “robistaâ€? que les brindĂł la posibilidad de su ascenso.

113


Seres Somos ha muerto. ร ngel Pinzรณn ha muerto. El ser humano ha muerto. ยกVivan los mercaderes del templo!

114


¡SE NECESITA UNA SOCIEDAD DE DÍSCOLOS Y LADRONES, PARA TENER UNA ECONOMÍA SANA!

115



Juventus K’ Oticus



Permítanme una presentación más amplia. Soy Antonio Carlos Alberto; aunque, para serles franco, no me gusta el envuelto de ese largo nombre. Como podrán darse cuenta en la portada de este escrito encontrarán otro antropónimo: Juventus K’ Oticus. ¿Por qué este apelativo? Pues tiene una historia que paso a contarles. Cuando viví en Tosagua, Manabí, todas las tardes paseaba por las calles y siempre, en una casa y en la misma ventana, aparecía la carita de un niño que miraba a los transeúntes. —¡Hola! ¡Adiós! —¡Hola! ¡Adiós! —él respondía. Hasta que un día, hice amistad con sus padres y me abrieron la puerta de su casa. A los niños les encantan los trucos y lo que uno llama magia, con esos efectos que parecen sobrenaturales. Pero la verdad es que realmente sí somos mágicos, solo que, en nosotros, los adultos, esa parte ha sido aniquilada; pero afortunadamente, en los niños esa construcción natural está intacta y por esa razón ellos dan cabida a lo inimaginable. 119


José y yo nos hicimos amigos y, con el recurso de la magia, se fortaleció un afecto fascinante. Por las tardes visitaba su casa, conversaba con sus padres mientras el inquieto José se las arreglaba para atraer mi atención y a la postre la reconvención de sus papás que le llamaban a la calma. Terminado el primer acto de mi visita, entraba el segundo: compartir con José ilusionismo y juego. Todos esos juegos de temporada que hechizaban el tiempo: hoy boliche, mañana trompo, después cometas y así sucediéndose unos a otros sin pedir permiso a nadie. En una tarde de recreación, me pidió que le contara un cuento y, sin pensarlo mucho, le compuse una ficción —José, tengo un hermano gemelo, es idéntico a mí. Tiene la misma cara, la misma cabeza, los mismos brazos y manos, las mismas piernas, en todo es idéntico a mí, hasta la voz. Tan parecidos que a mi mamá le costaba mucho diferenciarnos, creo que nunca nos diferenció a pesar del nombre de mi hermano tan distinto al mío. —¿Y cómo se llama tu hermano? —Juventus K’Oticus. —¡Carlos, qué haces! 120


—No, mamá, no soy Carlos. Soy Juventus. —Siempre se confundía. Al comienzo nos vestía igualitos. Entonces, se le ocurrió diferenciarnos con un vestuario distinto para no equivocarse, pero mi hermano y yo no nos sentíamos bien. Desde el vientre vestíamos la misma ropa y, ahora, con ropa distinta no nos hallábamos. No me hallaba en mi hermano y mi hermano no se hallaba en mí. Además, la ropa se quita y se pone y en quitarse y ponerse aparecía la equivocación que hacía enloquecer a mamá. Así se le ocurrió una idea que ayudó bastante, poner un anillo mágico que crecía con el dedo en la mano de Juventus K’Oticus. —¿Y Juventus, dónde vive? —En el pueblo vecino, en La Estancilla. Siempre viene aquí a Tosagua. Cualquier día lo vas a encontrar. Es lo mismo que yo y vestimos igualito. La diferencia está en el anillo que porta en la mano izquierda; otra diferencia, a mí me gusta jugar boliche, elevar cometas, jugar a la lleva, en cambio a Juventus K’Oticus le encanta contar cuentos. —Quiero conocer a Juventus. —Ya lo conocerás.

121


—Mamá, Carlos tiene un hermano igualito a él, no se diferencian en nada. Esa tarde salí, puesto el anillo. A la distancia vi a José asomado a la ventana. Pasé sin mirarlo. —¡Carlos! ¡Carlos! —me llamaba. Como no reparaba en su llamado, salió de su casa y, corriendo, me alcanzó. Levanté la mano a la altura de sus alegres ojos. —Ah, usted es Juventus K’Oticus. —Sí y tú debes ser José, mi hermano Carlos me ha hablado de ti, que eres un niño muy inteligente, que te encanta la magia. —Verdad que son igualitos. Carlos me dijo que a usted le gusta contar cuentos. —Sí, a mí me agrada la magia de los cuentos. —Cuéntame uno. —¿Pero… aquí en la calle? —No, ven a mi casa, Carlos es amigo de mis papás y como tú eres igualito entonces también eres amigo de ellos. Fue así que me convertí en dos personajes en el mismo cuero. Hoy día en la vida real soy las dos cosas: 122


el que como niño juega con los niños y el que como grandulón cuenta cuentos. Hace poco, y luego de muchos años, volví a ver a José hecho un hombre. Al verme, me dio un abrazo que aún conservo en mi corazón. Con lágrimas, le dijo a su novia: —Él es Carlos, él es Juventus K’Oticus, quien marco mi vida. A él le debo lo que soy. —Y tú, para mí, eres José, el creador de los dos personajes que cargo conmigo. Y nos sentamos a conversar…

123



“Puedo hablar de lo bueno en vosotros, no de lo malo. Porque, ¿qué es lo malo, sino lo bueno torturado por su propia hambre y su propia sed? En verdad, cuando lo bueno está hambriento, busca alimento aún en cavernas oscuras y, cuando está sediento, bebe hasta de las aguas muertas”. Gibran Khalil Gibran El Profeta (1923)

125



¡Gracias por leer este libro! Ahora eres parte de la

Visita nuestra página web, cuéntanos si te gustó esta historia y háblanos de ti. Además, te invitamos a disfrutar todas las sorpresas que trae Chacana Editorial, al escanear este código QR.


Tongoche, de Antonio Carlos Zambrano, forma parte de la colecciĂłn LUZ de Chacana Editorial.

Š2019 Chacana Editorial Quito - Ecuador




Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.