HaciAdentro

Page 1





ADENTRO

HACI


ISBN: 978-9942-796-13-4 Primera edición, 2020 ©2020 Chacana Editorial www.chacanaeditorial.com www.LUQU.com Quito - Ecuador Dirección Editorial: Santiago Vásconez Y. Dirección de proyecto: Diana Bautista B. Escritores Andrea de Argentina, Ángela María Franco Mejía, Camila Crespo, Camila Rojas, Cecilia Torres Garibaldi, C. Méndez Pabón “Tokiche”, Diana Bautista B., Diana Orbe, Conversación entre Diana y Feli, Gustavo Bedón, Isaac Saaic, Joel Calderón, Katherine Febres, Katty M. García C., Lucy Chamba, David Andrés Duque, Mirna M. Malfinson, Norma Armas, Olga Liliana Reinoso, Martha Yolanda Vargas Caballero (Paloma Domitsú), Patricia E. Prado V., Salomé Febres, Tamaris Arcenuñez, Cecilia Bautista F., Yazmín Caballero, DYTO, Diego Hurtado, Fernanda Cerezo, Karol Alarcón Mieles, Micaela Checa, VO #poesiacrudivora, Jo Naranjo, Nancy Betancourt Ayala, María Dora, García Peláez, Lily Uruchima, Noelia Abregú, Vicenta F Aliaga, Santiago Matute, Michelle Barquín, Nancy Fernández Mancero, Rishima Lemuria. Ilustradores Natalia Mena, Alexander Chicaiza, Joselyn López - YoshiRayando, Tomás Toapanta, Alejandro Morales, Stalin Vásquez, Lu Andrade, Johis Maldonado, Cristina Mendoza, @Galfupa_art, Mae Castro, @tintaquímicamentepura, Julio Pazmiño, Pablo Brito, Oüi, Romina Yela, Michelle Flores, María José Mafla, Kevin Baquero, Jonathan Navarrete, Marlon Mejía, Alan Guallichico, Carmín Rodríguez, Paaaaaaaaaaaaaaaam, Daniela Meythaler, Nalexad, Jean Luca Andrade, Ivette Vanegas, Stalin Aguilar Galvez, Renata Bazurto Menacé,Carolina Velásquez, Sr. Foo, Mónica Eras, Jorge Vargas Nolivos, Delia Piñán, Khatarsio, Erik Medina, Nicky Vásquez, José Yauri I.A.A., Camila Rojas, Valeria Ruiz, Pablo Hierrezuelo, Andriokal (Andrea Lara), Carlos Guevara, Tamia Yaku, Fernanda Chamba, Diesztro, Óscar Urgiles, Sandy Sánchez, Luis Sucozhañay, María José Simbaña Sánchez, Edgar Pérez, Freddy Peralta (Fredd), Pablo Maquizaca, Esteban Alvarado, Lizbeth López @lizilustra, Xavier Ramírez DeX, Francisco Dueñas Serrano, Michelle Benavides. Edición y corrección de estilo: Juan Romero Vinueza e Issa Aguilar Jara. Diseño de portada: Maite Escobar. Diagramación: Santiago Vásconez Y. Marketing: Camila Rojas, Diana Orbe y María José Herrera. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio, sin permiso del Editor. Impreso por Expresa Grafic Impreso en Quito



Diesztro


HaciAdentro El libro que tienes en tus manos es la compilación de poemas e ilustraciones hechas en cuarentena por 100 artistas que externalizan su viaje HaciAdentro, entregan su arte y confluyen en ideas y objetivos. Es la muestra honesta y abierta de todo lo que esta pandemia nos ha hecho sentir. HaciAdentro es el libro de la cuarentena que busca crear memoria sobre este tiempo tan nuevo, incierto y profundo en el cual tuvimos la enorme oportunidad de aprender a vivir de otra manera, valorar las presencias en las ausencias y mirarnos en lo más profundo de nuestra existencia. De igual manera, HaciAdentro busca apoyar de forma sustentable con las ganancias del libro a un grupo de niños y niñas en situación de vulnerabilidad. Esta obra es un sueño hecho realidad creado por manos latinoamericanas, que hace historia y reconstruye el mundo con arte.

Luqu y Chacana

1


Michelle Flores


Prólogo Todo proceso de escritura es un ejercicio. Probablemente, este periodo de confinamiento traiga consigo, además de enfermedad y tragedia, muchos ejercicios escriturales. Pero no solo eso, sino también provenientes de otras artes. Una de ellas, la vinculada con los trazos: el dibujo, la ilustración. Una pequeña muestra de aquello se encuentra en esta antología HaciAdentro, en la cual varias voces de diversas latitudes han contribuido. Los poemas que se encuentran a lo largo de este libro son ejercicios de escritura y reescritura de sus autores. Nosotros, como editores y correctores, solo fuimos unos lectores que aportaron sugerencias a dichos textos. La creatividad, la imaginación y la sensibilidad de estas líneas, les pertenecen a ellos. Este producto salió de su cabeza y su corazón. Nuestra labor nada más fue un ínfimo filtro que buscó, ante todo, respetar el sentido y las ideas que allí se contenían. Como en todo proceso el aprendizaje ha sido bilateral. Tanto los autores de los poemas, como nosotros, hemos aprendido cosas del otro. A través de nuestras lecturas también nos vimos reflejados en los textos. Este confinamiento nos tocó a todos en nuestras respectivas realidades. Sin embargo, los textos logran cierta universalidad respecto del sentimiento ocasionado por el encierro. Un sentimiento que también, como lectores, nos ha producido un eco.

3


Este tiempo ha sido algo extraordinario en el sentido de que ha superado lo normal. Bien puede ser que nos haya superado de buen o mal modo, pero ha sido más de lo que esperábamos. Hemos cambiado la forma de trabajar, hemos cancelado muchos planes, hemos reducido nuestros ingresos, hemos perdido a seres queridos. Nos hemos visto en lo más frágiles y perecibles que podemos llegar a ser. Nos hemos mirado hacia adentro. No solo como individuos, sino como sociedad, como cuerpo social que habita este mundo. La escritura nos ha ayudado a pensar y repensar nuestra vida. No solo en este periodo, sino desde siempre. Por eso, alentamos a los autores a seguir escribiendo, a seguir repensándose. Les invitamos a continuar con este ejercicio, que requiere de manos, mente y corazón. De la misma manera, no nos queda más que agradecer a quienes hicieron que este proyecto sea posible.

Juan & Issa

4




19 de marzo

Dicen las abuelas Rishima Lemuria Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, el aire estará más limpio, el agua más cristalina y los bosques más espesos. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, los picaflores nos cantarán al oído mil secretos de amor, los pingüinos bailarán la más bella danza, y los delfines nos darán la bienvenida. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, seremos libres de pensamientos antiguos, libres del miedo al qué dirán los otros y estaremos libres del apego material. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, la tierra estará llena de flores de los más hermosos colores, las mariposas volarán más alto y los olores serán más dulces que la miel de abeja.

7


Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, no hablaremos ni de patria ni de matria, ni tendremos fronteras, ni apellidos, ni religión, ni banderas. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, apagaremos la televisión para siempre y miraremos las estrellas todas las noches, y nos contarán la verdad, aquella sin pasado, ni futuro. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, nos miraremos sin vergüenza a los ojos, nos tomaremos de las manos y seremos una sola tribu, la tribu de los SERES humanos porque haremos menos y seremos más. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, correremos por los cerros y subiremos montañas muy altas, reiremos a carcajadas y jugaremos y bailaremos como niños, porque la vida será un goce constante. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, llevaremos la más bella corona, el más hermoso corazón y la más pura mirada. Dicen que cuando volvamos a abrir la puerta, re-conoceremos el paraíso en la Tierra, caminaremos descalzos sin prisa y sin equipaje, y no buscaremos propósitos para vivir, sino que simplemente viviremos. 8


Alejandro Morales



21 de marzo

Cuenta la distancia, cuenta Cecilia Bautista F. Cuenta, cuando quieres correr o volar al lado de los tuyos, esos seres que tanto amas y aunque distantes, los llevas en el corazón y no los apartas de la mente. Cuenta, cuando tus manos y tus brazos están ansiosos por sentirlos, y los recuerdas, imaginas junto a ti, sientes que los miras, sientes su amor, les sonríes, abrazas con el alma, y pides al cielo mil bendiciones para ellos. Cuenta, cuando no existe ese vuelo de avión que nos reúne, cuando darías todo por comprar un boleto sin retorno que hoy, ni con todo el dinero del mundo puedes alcanzar. Cuenta la distancia, cuenta, cuando tienes una sombra que te persigue todo el día, tu propia sombra a la que debes abrazar, imaginando los entrañables y cálidos abrazos de tus padres; esos que alimentan y fortalecen. 11


¡Cómo cuenta la distancia, cómo! Cuando esperas que llegue la noche y tus sueños te lleven donde ellos están, y por instantes mágicos estás a su lado, pero tienes que despertar...

12


Carolina Velรกsquez



Encierro David Andrés Duque Paredes de concreto bloquean voces se intensifica el supuesto aburrimiento, me conmueven, ¿es acaso el aliento de los balcones? solo ha pasado el tiempo con conclusiones mortales de los hechos. Jeringas y batas sobre un frío y resbaladizo campo de batalla ¿quién ampara a las solidarias almas? no hay adioses ni últimas serenatas, así de egoísta es la actual trama. ¡Economía colapsada tiene esperanza! Pero no habrá mejoría anímica en ciertas casas. ¡Maldito mal que enferma a los sabios! Los retiene como presidiarios y otros se vuelven guardianes de sus aliados. Extraño hace un año sus nostalgias relatadas antes del siglo milenario.

15


Asfaltos silenciados, parques respiran aliviados mirlos y tórtolas en masa pasean un par hacen caso omiso ¿qué no ves que esta paz es un disfraz anticipado de nuestro pronto calvario? Este encierro no es nefasto comida y programación para rato, sello cayó sobre mi mano, cara los que viven del diario…

16


Alan Guallichico



La capa invisible Camila Rojas Querer hacer un millón de cosas para olvidar que el día es largo. No pensar en mañana porque hoy es demasiado grande. Mirar series, trabajar, redactar comunicados, cursos en línea, jugar con la familia, no parar... Al final no puedes evitar ir a la ducha y encontrarte contigo. Tu mente no se calla. Grita por atención, igual que tú. Tu mente viaja de un lado a otro, sin querer olvidar, sin querer recordar. ¿Por qué en medio de los pensamientos siempre se navega con rumbo equivocado?

19


No quieres saber, ni te importa. Querer hacer un millón de cosas, siempre, y no saber por qué. El agua sobre tu rostro no limpia lo suficiente. Están todos en tu cabeza, obligándote a hacer un millón de cosas para olvidarlos. Está mamá entrando casi a tiempo. La abuelita sin escuchar, La tía en la panadería, Un primo con su juguete. Papá cuidándote, desde donde pudo, y una capa invisible que juró protegerte.

20


Johis Maldonado



En un mundo gravitatorio L.F. Fuel (Lucy Chamba) Mi querido lector, pareciera que en este gravitatorio mundo, solo sube el número de cadáveres, suben las deudas, y se incrementa la corrupción. Al mismo ritmo, bajan las esperanzas, bajan los ingresos, se acaban las camas de hospital. Pareciera que no tenemos nada que agradecer. Quiero invitarte a ver el lado bueno que aún nos queda. Quiero invitarte a agradecer, por la vida. De quienes llevan uniforme blanco, por estar en la vanguardia, por preservar otros latidos. A quienes visten de verde, por exponerse en las calles, por proteger el orden.

23


A los del chaleco, micrófono, cámaras y grabadoras, por cubrir todas las partes del territorio, por comunicar con veracidad. A los de delantal y azadón por mantener las tiendas abiertas por abastecer las perchas. A todos esos uniformes que están guardados en casa y estudian o trabajan por internet. Quiero agradecer por tu vida, por la mía, y por la de los que ya no están.

24


Jonathan Navarrete


Pablo Brito


Casa Diana Orbe

No es donde duermes, donde callas donde escondes los cuarzos o las esmeraldas un sucio cojín o una llave vieja una ventana abierta con vista al jardín Bloques cosidos por impenetrables propósitos peroles gastados, llenos de hollín escaleras de la noche y la mañana libertades y muchas ganas de huir Tener donde dormir no es lo mismo que vivir Dormir es ignorar vivir es latir

27


28


Cuarentena que no es ajena Isaac Saaic

Hoy decidí no aplazar la alarma sonó y ya tenía los ojos abiertos, en la misma red social, en el mismo perfil que informa. Mis pensamientos sobre ¿qué me pongo hoy? cambiaron a ¿será que hoy desayuno o como más tarde? El teletrabajo me espera, mi nueva oficina me espera, me traje un cactus para tener la impresión de no estar en casa. Cierro los ojos y creo escuchar la impresora, oigo pasos mis colegas de trabajo sueltan alguna carcajada. Decidí no encender más el televisor, las noticias negativas también enferman. Estamos hechos de hábitos, este encierro ha despertado nuevos y ha tratado de adormecer otros.

29


Dicen que acabará pronto, dicen que durará más. Yo sigo en la nueva rutina, pensando en qué hacer cuando termine, si volver a la normalidad o crear una nueva.

30


Romina 31 Yela



Haciéndonos al amor en tiempos de coronavirus Andrea de Argentina Y ahí vamos, y así estamos, entre micro mundos, desde acercamientos microscópicos, recalando en gestos repetidos hasta el cansancio como lavarse las manos o mirarse de reojo manteniendo la distancia sugerida, y algunos distanciamientos, lecturas en perspectiva, análisis macros, desde hipótesis conspirativas hasta mensajes apocalípticos. Y en medio, apenas, cuerpos sensibles, temerosos, reconociéndose en su finitud, sospechosos, sospechados, asépticos, deseantes, temblorosos, negadores, transgresores, impotentes, ansiosos, reaccionarios.

33


En el medio vos, entre vos y yo, un nosotros de tiempos impuestos, de recreación de espacios, de virtuales contactos, de extrañezas y añoranzas, expectantes, pendientes de aislamientos, de consciencias, de solidaridades, dependientes, enredados.

Y en nosotros la vida que nos late, nos regenera, nos transciende.

Así vamos, y ahí estamos, haciéndonos al amor en tiempos de coronavirus.

34


Tomรกs Toapanta



22 de marzo

En casa Nancy Fernández Mancero Estoy ya entrada en años y nunca pensé vivir este encierro obligatorio que me ha tocado sufrir. Las noticias nos alarman tanto que puedo ver muchas personas llorando sin siquiera contener, sus lágrimas y dolores para hacernos entender que esto es algo grave y no se puede creer. Día a día aumentan los contagios por doquier mientras en casa pasamos sin tener nada que hacer.

37


Con calma y prudencia debemos sobrellevar este trance tan terrible que se nos vino a presentar. Pido a Dios que todo pase para volver a salir y sin recelo ni dudas, saludar, abrazar y sonreĂ­r.

38


Alexander Chicaiza


Cristina Mendoza


Alumbramiento Cecilia Torres Garibaldi



23 de marzo

Contigo Katherine Febres Las lumbreras del día y la noche se apagaron vi la tristeza en tu rostro, y aquel enemigo acechando en la oscuridad. Pasaron ante mí los años junto a ti, todo se desmoronó como una nube de papel que destruyó la lluvia de invierno. Ahora, tu dolor es mío. Me quiero ir contigo. Tantas guerras y sudores compartidos, tantas alegrías y sonrisas. Te aislaron, no puedo verte. ¿Quién decide que no merecemos vivir? ¿Quién me dicta que debo estar lejos de ti? No comprenden, nuestros años nos delatan, más si pudieran abrirme por dentro, verían mi juventud, mi deseo de vivir y estar contigo. El sol no brilló más, no pudimos acabar el vino, aquella historia que nunca me terminaste de contar… esperaré para reunirnos de nuevo y no alejarnos.

43


Y no es justo y no lo acepto y no quiero. DespuĂŠs de tantas lunas vividas y soles compartidos, lo Ăşnico que me queda por decirte, amor, es que entre morir a tu lado o no despedirme de ti: Me quiero ir contigo.

44


María José Mafla


Nalexad


Enemigo Patricia E. Prado V. Nadie lo ve. Se mueve por todo lado. Llega donde quiere mientras se lo permitimos. Contamina el mundo entero. Parece inofensivo, pero ataca desde el anonimato. Solo nosotros mismos lo podemos parar. La pregunta es ÂżDe quiĂŠn estoy hablando? ÂżDel virus o del ser humano? La respuesta es complicada.

47



Hasta cuándo Patricia E. Prado V. Una leyenda dice: “¡Hasta la vuelta, Señor!”. ¿Qué pasa si no hay regreso? ¿Qué pasa si cada superficie que tocamos nos aleja del hogar? ¿Qué pasa si ese amor que sentíamos en cada abrazo se esfuma con los días? ¿Qué pasa si el único calor que logramos percibir es el sol detrás de un vidrio? ¿Qué pasa si el aire, aunque limpio, no entrara en tus pulmones? ¿Qué pasa si ya no existiera esa gente que te cuida? ¿Qué pasa si ya no hay quien ponga comida en tu mesa? ¿Qué pasa si ya no hay quien proteja tu salud? ¿Qué pasa si todo se vuelve anarquía y hasta la policía desaparece? ¿Qué pasa si salir se vuelve lo más trascendental?

49


Todo cambia cuando piensas en el “hasta cuándo”. Es que podría resultar, no ya un “¿hasta cuándo el encierro?” Sino un “¿hasta cuándo haremos lo que veníamos haciendo?”. Una leyenda dice, quizás acertadamente: “¡Hasta la vuelta, Señor!”.

50


Jean Luca Andrade



Unidad Patricia E. Prado V. Solo ahora parece que deberíamos entender que somos uno. No hay otra opción. Nos cuidamos entre todos, o todos nos morimos. Y no me refiero solo a la especie humana. Me refiero a todo. Somos uno, mi destino está unido a mi hermano. Mi quehacer y decisiones afectarán a quien esté cerca. Solos no somos nada. Somos uno, la tierra y yo funcionamos juntos. Es una simbiosis.

53


Debemos convivir prudentemente. Hay que cuidar, entonces, todo. Somos uno, por eso no hay ataque, sino solo el que nosotros mismos efectuamos. La mejor opciรณn es cuidar a quien estรก a tu lado para que nunca nos falte nada.

54


Ivette Vanegas



24 de marzo

Lo que un día fue Salomé Febres Aguas cristalinas, llenas de vida, que se movían de un lado a otro, como los sonetos que me hacían querer volver a nadar en ese cálido mar. Eso extraño. Añoro el tiempo pasado que cayó de mis manos Como cuando una madre anhela volver a ver a su hijo que se fue a la guerra. Ahora, me he vestido de luto, al sentir tu ausencia. Estoy aquí sin poder liberarme de esta prisión. Si salgo tal vez nunca te vuelva a ver, porque una sombra tenebrosa asecha al mundo. Fue tan efímera la manera en cómo pasó. Un día estaba en libertad. Podía escuchar el sonido de los pajaritos que me coloreaban la vida con su canto. Y ahora lo que más amo me puede matar.

57


Es tan inefable sentir el sol, la brisa, el aire, la suavidad de un hermoso felino, el abrazo de una persona, pero ahora es algo muy lejano en mi vida. Se han puesto distancias entre los humanos. Aun cuando necesito el contacto con alguien más para ser feliz, es parte de mi vida, sin embargo estoy aprisionada a lo que es correcto. Como un pajarillo enjaulado que sabe que si se atreve a volar fuera, quizás un depredador acabe con su aliento y nunca más pueda ver a los suyos. La luz que observaba al oscurecer, se llenó de tristeza. Oía los gritos de ayuda de gente esperando que esto acabara. Solo gritos. Desesperados. Por eso y más espero cultivar resiliencia en mi melancolía y muy pronto volver a tener la libertad que me fue arrebatada aquella tarde de marzo.

58


Renata Bazurto MenacĂŠ


Camila Rojas


Apocalipsis Camila Crespo sociedades carencia consumen identidades fotos, ropa e instagram sociedades dictadura invadidas de desconfianza y obesidad sociedades fracturadas sin montaĂąas ni rĂ­os preparan niĂąos wifi ajenos a un latido

61



Carta al padre Camila Crespo no te metas con ellos métete conmigo no llenes sus ojos con silencios ni enredes sus pies con acertijos deja que crezcan con raíces grandes que los sostenga en el camino no te metas con ellos métete conmigo yo puedo cargar la responsabilidad de la que te has desentendido. pero no puedo llenar la ausencia la decepción cada domingo no lances tu ira contra ellos que no vas a poder borrarla ellos crecerán y borrarán tu recuerdo de alivio

63


no te metas con ellos métete conmigo lanza tu ira sobre mi coraza que aguanta más frío ellos todavía creen en ti y preguntan quién regará el jardín ahora que te has ido no te metas con ellos métete conmigo no te vuelvas como tu padre aunque no entiendas lo que te digo

64


Carlos Guevara


Natalia Mena


Décimas desde Chile Tamaris Arcenuñez Tan segura parecía nuestra vida hace un instante tan ajena y tan distante de lo que se vive hoy día. La rutina transcurría apagándonos el alma y añorábamos la calma que hoy parece sofocarnos. No dejemos de acercarnos que el sistema nos desalma. Cuando pasen estas penas no volvamos a lo mismo al camino de egoísmo por tener las manos llenas. No rompamos las cadenas que ante el miedo nos unieron ni los sueños que nacieron de vivir más a conciencia. Nadie pierda de su esencia ese amor que construyeron.

67


Stalin Vรกsquez


El portazo Camila Crespo miras por la ventana mi poca integridad mi vida se fue en peleas comida por la enfermedad sorbes el último expresso haces un gesto al andar yo miro lo poco que queda ropa suelta, zapatos, un libro sin ojear espero el tren a Siberia al frío despertar la puerta estalla en reclamos esperando reaccionar

69



Dos países Diana Bautista B. Vivo en dos países: el primero, es privilegiado teletrabaja, telestudia, televive vive conectado es consciente circula sin toque de queda encuentra formas de sobrevivir decide qué, cuándo, cómo es responsable se queda en casa. El segundo: es vulnerable, es desordenado trabaja para comer circula sin restricciones no se conecta no conoce de horarios no tiene dónde aislarse no puede decidir es responsable sale a la calle.

71


Vivo en dos paĂ­ses, en dos realidades: la de siempre y la que se estĂĄ reinventando.

72


Mae Castro


En cuarentena… C. Méndez Pabón “Tokiche” ¿Será la oportunidad para recomenzar, la humanidad tendrá más humanos, después del caos podremos repensar que el cambio está en nuestras manos? ¿Aprenderemos realmente la lección seremos mejores después de tanto, será esta una macabra operación de lo divino con un toque de espanto? Mi imaginación responde con un ¡ataque! Con un viaje convulsionado de imágenes demasiado nítidas para ser un sueño de ojos abiertos. Cientos de abrazos (abrazos de pésame). El rico piensa ($tengo que recuperarme$). Los pobres piensan (+¡y ahora, carajo!+). La normalidad es urgente (no ha pasado nada).

74


De qué ha servido tanta tragedia si la mayoría piensa en recuperar el tiempo como si fuese lo único que perdimos, de qué ha servido el virus con corona que nos globocolonizó imperialmente. Pero regresarán los besos y abrazos de seguro recargados con más ganas y con ellos se llenarán de nuevo los burdeles las calles de putas, drogas y vicios. Las iglesias se llenarán de golpes de pecho y amenazas apocalípticas para incentivar el diezmo que se lo lleva su dios, porque en la pandemia cerraron sus puertas y alcancías. De qué ha servido entonces el planeta tomándose un descanso si los animales silvestres infelices regresan a sus rincones al paso empujados por la civilización. Otra vez los autos se amontonan con tosquedad y con ellos la prisa, el calentamiento global pasó de moda.

75


Otra vez encienden los reactores, a la bolsa vuelven corredores se construyen mĂĄs armas la disputa del orden mundial, y el made in de las potencias con maniobras navales y uno que otro misil. El de las vacunas se vuelve asquerosamente rico y con ello crece mi desconfianza, en los humanos queda poca esperanza. Aprendimos que solo fuimos nĂşmero y estadĂ­stica...

76


@galfupa_art



25 de marzo

Es más fácil hablar de amor que de encierro Conversación entre Diana y Feli El encierro tiene una capacidad de loquearnos, morirán miles. Estoy muy triste, tengo miedo de que nunca me vuelvan a abrazar, al principio creí que sería mucho más leve. Claro, estaba distante, al otro lado del mundo. No volver a hacer el amor sería terrible, no pasará, ojalá, eso sería una triste muerte sin sexo, sin amor. El amor es como el agua, siempre va al gran río de nuestra alma encuentra las maneras más fáciles de llegar a donde debe. ¡Oh! Es más viejo que toda nuestra conciencia junta y nada lo puede detener. El día que el amor muera, morirá nuestra existencia. ¡Qué lindo! Ojalá y así sea.

79


Encontraremos las grietas de la virtualidad, del te llamo, del te escribo, del me escapo al toque de queda y toco tu ventana con un emoji, de la carta nunca escrita a mano, que te cuenta la vida de los adentros. No dejemos de creer en el amor porque los miércoles de salsa serán vía Zoom y bailaremos solos hasta el amanecer, la fecundidad será in vitro, enviada por robots deshumanizados o perros mensajeros, los orgasmos se guardarán en una playlist de Spotify y los amantes se encontrarán más allá de los muros del encierro.

80


@tintaquĂ­micamentepura



26 de marzo

¿Superpoderoso? Diana Bautista B.

Así me cuenteaste Me dijiste la mente tiene poder compra todo lo que quieras los obstáculos están en tu cabeza. Me dijiste endeúdate nomás vive el ahora, piensa solo en ti. Me hablaste del plan ilimitado, de la ropa que ya no está a la moda de ese carro, ese reloj, ese celular esa farra, ese concierto. ese sabor tan extravagante.

83


Me mentiste, me hiciste conocer lugares inquebrantables. Me vendiste tus ideas. y dejaste que idealizara el mundo. Y yo, sistema traidor, te creĂ­.

84


Julio PazmiĂąo


Julio PazmiĂąo


Y de pronto tengo Diana Bautista B. Tiempo para un nuevo transcurrir de los días y las noches. Tiempo para encargarme. Tiempo para cerrar círculos. Tiempo para pensarte y notar que sigues vigente, vivo. Tiempo para los pendientes. Tiempo para mirarme fijamente, difícil ver hacia otro lado. Tiempo para seguir trabajando. Tiempo para aprender más.

87


Lu Andrade


27 de marzo

La carta de Samantha Camila Crespo Samantha escribe en su carta

es una película de terror parecemos fantasmas veinte días que no te veo mira por la ventana

de repente interrumpe una voz ¿mamá, porque no me acompañas? por la tarde juegan con la perra el abuelo no se levanta

89


Stalin Aguilar Galvez


Los nuevos ojos Patricia E. Prado V. El miedo toca la puerta. La distancia nos conmueve. La enfermedad acecha. El virus se aproxima. La casa nos acoge. La responsabilidad nos llama El trabajo nos espera. Cuando todo pase ¿qué vendrá después? La tierra se cura. Las aguas se aclaran. El aire se limpia. Los humanos se unen. Nuestra mirada no puede ser igual. Debemos ver con nuevos ojos.

91



¡Para ya! Martha Yolanda Vargas Caballero (Paloma Domitsú) Ciudades vacías Ahora que el mundo está en silencio quizás ahora si te atrevas a escuchar. Debes detenerte, aunque te asuste El mundo ya paró, llegó tu momento. ¡Para! Detén el ritmo acelerado de tus pensamientos, de tus actos, de tus deseos y de tus ambiciones. Es duro darse cuenta de que realmente no tenemos nada… ¡Hazlo ya! Abandona la rueda en la que corres te darás cuenta de que estás atrapada en una jaula. Pero no temas, es el despertar de tu conciencia

93


Détente, ¿lo escuchas? Te está llamando. Es tu corazón ¿no lo reconoces? Eso extraño que sientes dentro tuyo es tu ser latiente, cálido, viviente la humedad de tus ojos, el palpitar de tu ser. Haz un alto y escucha tus pensamientos aunque te atemorice tu respirar aunque no lo reconozcas, haz un alto y siente tu propio calor. Y aunque te parezca extraño mira profundo en los ojos de quienes viven contigo Sabes, no va a pasar nada ahí afuera. pero en tu interior sí. Eso es lo que importa. No tengas miedo no eres la única. Hazlo hoy y aprovecha este ensayo apocalíptico, y en este silencio sepulcral, podrás escuchar como circula la sangre por tus venas. No te das cuenta, ¡esto es un milagro! Pero detente y mírate como hace mucho tiempo no lo hacías. Aprovecha este tiempo para renacer. 94


Daniela Meythaler



La Parca Mirna M. Malfinson Con sus vestiduras negras se acerca sigilosa, silenciosa, engañosa. Cuando te acecha, se te hiela la sangre, enmudecen las palabras, te recorre un escalofrío por la espalda, se apaga la mirada. Dicen que te lleva a un nuevo nacimiento, pienso que tal vez, sería mejor hacernos amigos, mirarnos de cerca, ¿qué podría ser tan malo? Yo digo que ella, tan segura y altanera, cuando venga a buscarme, se asustará de mí, tengo un altar y una canción para recibirla. Ella no lo sabe. Mi abuelo me contó que el inmaculado blanco de la vida, a veces la encandila. Él la conoce muy bien y ya no le teme. Es un lindo viaje, me dijo, solo asegúrate de no dejar nada pendiente para cuando venga. “Te advierto que acostumbra llegar sin previo aviso. Debes saber que, en menos de lo que dura un chasquido, aparece y no te da tiempo a nada.

97


Ella, La Parca, no es mala. Existe para guiarte y abrir las puertas a otras dimensiones que ni imaginas”. Yo no entendí muy bien las palabras de mi abuelo, pero decidí seguir al pie de la letra sus consejos. Él es un hombre sabio. Estas fueron sus sugerencias para que me impregnara de ese color blanco brillante que encandila a La Parca: 1. Cada día mira al cielo, respira profundo el aire de la mañana y di Gracias. 2. Mira a los ojos de las personas que amas, piérdete en ellos. 3. Alimenta tu alma con pensamientos y palabras amables, amorosas. Eso construirá tu realidad. 4. Mira más allá de tu nariz y ayuda al menos a una persona. 5. Pon tu cuerpo en movimiento, camina, corre, baila. Así, te llenarás de energía y te sentirás feliz. 6. Ten una cita a solas contigo, aunque sea unos minutos. Haz lo que se te dé la gana. Regálate amor. 7. Ríe hasta que te duela la barriga. Si no tienes ganas, hazte cosquillas, pero ríe. 8. ¡Abraza! 9. Contempla el atardecer hasta perderte en el horizonte. 10. Cada noche, antes de dormir, cierra los ojos, observa tu respiración, escucha los latidos de tu corazón y di Gracias, otra vez.

98


Marlon MejĂ­a



El sol camina Norma Armas El sol camina por el corredor del jardín y avanza lento en este día que es exacto a la noche, en la duración, en la espera, en el miedo, de cada minuto planetario. Desde algún país lejano, llegan gemidos y llantos: hijos que despiden a sus padres, madres que despiden a sus hijos. Sin velorio, sin funeral sin abrazos de consuelo. El dolor es insoportable y nos obliga a escondernos. El sol que ha sobrevivido a diluvios y otras pestes, pasa detrás de los árboles y sus sombras le siguen, alargadas, silenciosas en medio de la ausencia total.

101


Hay mariposas en vuelo, colibríes en juego y una pareja de gorriones buscando alguna semilla. En ese mundo sin voces, ni coches, ni parlantes, se puede escuchar la savia trepando por los tallos, la clorofila tiñendo de verde la hierba fresca. La gente está en sus casas. A lo mejor, hace la siesta. Las calles están vacías, y las fábricas y los museos. Ningún humano se mueve. Como jugando a las escondidas, todos están ocultos, quietos, callados. Casi no respiran. Ojalá así el monstruo se confunda y crea que ya devoró a todxs y se vaya a otra galaxia. Ojalá, cuando la humanidad despierte de la cuarentena, no se encuentre convertida en ese mismo monstruo.


Carmín Rodríguez


Kevin Baquero


28 de marzo

El efecto mariposa Katty M. García C. Tanto odio, tanto miedo, tantas pasiones afloran rencores y resentimientos que salen al ruedo, parecen cabalgar con las amenazas de la plaga. Nos gusta echar culpas, sacar a relucir el mal de otros mas quién soy yo para juzgar: “Quien esté libre de pecados que lance la primera piedra”. Todos somos luz y oscuridad, en un mundo de ilusiones donde siempre queremos que brille la sombra. En este caminar incierto, la naturaleza ha vuelto a florecer, los pájaros y otras especies recorren sus espacios otra vez. El agua tinta se torna transparente. Todo afuera está silente… Solo un último recodo de ruido permanece. Es el grito angustiado de seres atormentados que ahora están en cautiverio. Algo bueno en lo profundo ocurre, muchas almas se liberan. Los blancos espíritus salen de las tinieblas. Llegó el momento de observarse, de aventurarse a la paz y soltar las cadenas de una lúgubre consciencia. Muchas mentes aprenden a confiar en el flujo de la vida y JURO que quiero contarme entre ellas.

105


Oüi


Necedad Gustavo Bedón Soledad en ristre dispar naturaleza vana decadencia necedad. Muerte, bondadosa fortuna anhelo trunco respira sin más. A vuelta de un paso quizá parpadear, instante, segundo, elegía par. Óleo en colores fútiles vieja canción guitarra oxidada cantor sin voz. Hado genuino en luz, bajo sombra, profundo exilio manera de andar.

107


Paaaaaaaaaaaaaaaam


Ausencia Olga Liliana Reinoso Se dejó ir se fue de sí. Olvidó su nombre su respiración y deseo. Se partió en dos. Vivió en planetas ajenos latió otros corazones. Se despojó de piel, boca ojos. Murió de sed mientras cruzaba el río.

109



Y nos nacían alas Yazmín Caballero Nos abrazamos tanto que era inverosímil, no sabíamos que se pudiera abrazar de esa manera. Habían pasado días, semanas, meses, quizá más tiempo sin manecillas. Ahora, solamente entendíamos la dualidad de la noche y el día. El tiempo que transcurría internamente, sutil y suave como ese sonido de las olas del mar a la distancia. El amor, las texturas, los aromas y colores habían perdido sentido, o más bien, recobraban otros: no todos humanos, casi incomprensibles. Los pies sintieron la tierra, la ropa se volvió innecesaria, los sabores fueron más exóticos, las palabras perdieron significado. Tiramos lágrimas al oler el petricor, al escuchar a lo lejos risas de niños jugar, al mirar la lluvia sin empaparnos, al sentir el sol en nuestra piel. Descubrimos cómo comunicarnos, inventamos nuevos lenguajes, nuevos sonidos, otras maneras múltiples de sentir el agua al caer en nuestros cuerpos. Cerramos los ojos al recordar experiencias que parecían lejanas. 111


Querernos ver, nos hizo tener los ojos más grandes y fabricar naves voladoras, aprender sobre teletransportación y aeronáutica del alma. Aprendimos a tejer con el silencio, puentes en cielos estrellados. Danzamos los sueños de todos, nuestro cabello llegaba al suelo y se arrastraba como una capa empolvada de la realeza. Éramos eso, reyes y reinas de nuestro imperio, de nuestro reino interno. Y cuando apenas nos nacían alas a la altura de las costillas, se abrieron puertas y ventanas. Nos maravillamos con lo que vimos afuera.

112


Sr. Foo


Joselyn Lรณpez - Yoshi Rayando


Confinados Ángela María Franco Mejía Un grito callado para permitirnos la osadía de la desventura. Una noche oscura sin mediar palabra. Una frase amarga, un café en el alba Todo se apacigua entra en mí la calma. Los cuerpos inertes yacen en sus camas. Duerme todo el pueblo la ciudad se acalla. Millones de voces reclaman sus alas.

115


Monica Heras


29 de marzo

Querida Elisa Diana Bautista B. Dulce Elisa, gracias a ti tengo la sonrisa prendada. Guerrera Elisa, llegas a travĂŠs de tu valiente madre. Tu nombre es promesa divina. Tu nacimiento es el principio de todo el milagro del presente la esperanza del futuro.

117



Incapacidad humana Diana Orbe No salgas porque está tarde. No salgas porque te pueden robar. No salgas porque pueden violarte. Y, ahora, no salgas porque pueden contagiarte. Durante mucho tiempo no hice caso a las primeras sujeciones Pero, ¡ahora!, ahora he sido acorralada por un fenómeno invisible. No me habla, no me toca y no sé donde está. ¿Cómo reconocerlo? ¿Cómo denunciarlo? Mi amenaza no es la calle. Es mi incapacidad humana de no poder ver nada en el aire ni en el agua para detener este indomable criminal.

119


Quizás, si tuviera un visor de fantasmas o un sensor de mounstruos intangibles. Quizás, así podría salvarme y salvarlos. Pero no tengo nada. Nada más que mi desconocimiento de este mundo.

120


Jorge Vargas Nolivos


KHATARSIO


Eterna completud Diego Hurtado Nada es lo que ya no tengo. Nada es lo que ya no soy. Todos los días, la extraño, Lleno siempre debo estar, con esta despreciable alegría. El vacío, me lo han arrancado, de mis manos, ahora ocupadas siempre están. No me las puedo limpiar, por las esperanzas que en la tv me dan. Me inunda tanta perfección. Ahora, esta risa me desespera. Sólo quiero estar vacío. Sentado, viendo mis nuevas series y programas. Nunca encuentro un espacio donde ser. Sentado, alegre me siento solo en la totalidad. Los recuerdos y los medios no me dejan en paz, siempre en casa debo estar. Alegre me siento. La Nada no me ha vuelto a visitar. 123


Jรณse Yauri I.A.A.


30 de marzo

A dos pasos Micaela Checa Era un sol radiante, un poco de nubes contrastaban con el cielo azul. Estaba feliz, caminaba de tu mano a no sé dónde. Una calle sin ruido, el único sonido: el de mis latidos entonados con los tuyos. La música perfecta la composición del amor de la vida, la del primer amor o quizá el último. Era una calle llena de gente ausente para mí porque solo importabas tú y el camino que trazábamos con cada paso. Estaba feliz y eso me asustaba caminaba de tu mano, temía que me soltaras. Necesitaba leer las partituras acaricié tu piel con mi pulgar y entonces, apretaste tiernamente mi mano, confirmando que la música había empezado. Y bailé como lo hacía antes, como lo hago desde siempre cuando me siento libre, feliz, segura; esta vez… a dos pasos. 125


Andriokal (Andrea Lara)


La generación de mis queridos padres Nancy Betancourt Ayala Serenos tolerantes conscientes más cuidadosos con la naturaleza que nosotros sus hijos o sus nietos. Cocinan con amor reciclan con primor cosiendo muñequitos escuchan y comprenden las señales de este tiempo. Con sus ochenta y piquito siembran árboles y no se cansan de decir: “Paren de comprar lo que no necesitan”. “Paren de botar tanta basura”. “Cuidado con los incendios”. El eco de sus voces se está haciendo más fuerte. ¡No seamos necios!

127


Delia PiĂąan


A mi amor DYTO Cuando todo termine podré abrazarte de nuevo, te acariciaré el cabello y te susurraré al oído un secreto de amor. Cuando todo termine te tomaré de la mano para entrelazarla a la mía y caminaremos muy juntos sin medir la distancia. Cuando todo termine me acurrucaré en tus brazos y descansaré en la noche sintiendo los latidos de tu corazón. Cuando todo termine todavía serás el hombre a quien tanto admiro por tu gran devoción. Médico, padre, abuelo… mi gran amor.

129



1 de abril

Lunes por la mañana Fernanda Cerezo Veo pasar el tiempo como pasan las nubes, con tanta prisa y en silencio, un lunes por la mañana. Viajan cargadas de invierno, vestidas de tristeza de ausencia, de pesar. ¿Marcharán a una boda? ¿O es acaso un cortejo fúnebre, su marcha nupcial? Veo pasar el tiempo como pasan los días, que ayer fueron semanas y hoy se esfuman hacia la nada. Como el vapor del café que deja amargas nostalgias, un lunes por la mañana.

131


Veo pasar el tiempo como veo pasar la mirada perdida, conformista y taciturna de aquellas almas en pena que bajan estrellas del cielo para iluminar el camino de aquellos que sin temor trabajan sus sueños, un lunes por la mañana.

132


Erik Medina


Luis Sucozhañay


2 de abril

Escondida Katherine Febres ¿Quién dijo que debo ser un héroe? No quiero ser un héroe. No quiero salir todos los días a la calle arriesgarme por gente a la que no le importo, no quiero salir de casa con miedo ni regresar con temor de contagiar a los míos. No quiero pensar en lo que está predicho, no más ansiedad. No soy mártir no lo escogí y no lo acepto. Solo quiero respirar, ser libre, leer, cantar, bailar, sonreír. Solo quiero tomar un café en paz.

135


Nicky Vรกsquez


Libres a tiempo Karol Alarcón Mieles Aunque hayan tardado un poco lo importante es que ya se ven. Se reconocen mujeres libres, libres para poder ser. Han esperado de un virus para quitarse las prendas. Espero que más aprendan mientras aún haya vivos. La vergüenza a mostrarse se ha ido con el permiso a salir de casa. Ya son libres del maquillaje, del sostén y de la farsa. La opinión ajena ha valido lo mismo que ahora un centavo. Si la lección no ha aprendido mejor quédese callado.

137


Pablo Hierrezuelo


3 de abril

Un monstruo gigante Jo Naranjo Ahí fuera hay un monstruo gigante parece ser invencible sometió al mundo entero en un instante, lo temo más por invisible. No nos deja salir a jugar rondando por las calles va, dicen que a los animalitos quiere cuidar y a la naturaleza salvando está. Los humanos deben reflexionar sus acciones tendrán que meditar, las cosas esenciales hay que valorar para un mundo nuevo crear. Hoy haré todos mis deberes, le ofrecí a Dios ayudar con los quehaceres, como ofrenda para proteger a todos los seres que habitan la Tierra hasta que el monstruo nos libere.

139



5 de abril

Desmoronamiento VO #poesiacrudivora en este desconcierto de silencio humano emerge el concierto subyacente del monte, ese al que hemos acostumbrado el oído hasta casi no escucharlo. invisible, como el agua que brota limpia entre arcillas y raíces, se filtran resonando por las ranuras de este no tiempo las partículas nuevas, que se hacen río y luego serán mar. manos imperfectas que no olvidan, que se agarran fuerte aún en la distancia para sostener el tejido desgarrado. desmoronamiento necesario. escucha, los seres de la tierra se revelan cuando baja la marea,

141


susurran la fragilidad irrompible de la vida, voces que cantan en este otoĂąo de chicharras para recordarse. araĂąas reparan los hilos rotos que entretejen los puentes de lo diverso. espejo del barro agua fluyente, aprender la comuniĂłn en la nostalgia del abrazo.

142


Valeria Ruiz


Julio PazmiĂąo


Volveré Vicenta F Aliaga Y seré mejor por mí como nunca antes fui, como jamás creí. Porque no me enseñaron a serlo, porque siempre tuve miedo... Cuando me veo al espejo, no me veo, pero ahora, sí lo siento. Volveré y seré mejor, como no me permití serlo.

145


Tamia Yaku


Sobrevuelos María Dora García Peláez En el tiempo del no tiempo he resuelto un elemento y su magia alcanza. Ayer, fue mi primera flor silvestre balconera hoy, la fantasía de una historia sin fin en una imagen: infinita en un no cielo celestial imaginaria en la no realidad ilusoria en épocas de desilusión colectiva inimaginable para mundos cacerolos irrisoria para almas moneda significativa para quienes mi codo toca en estrecho abrazo… Ojos que miran y me ven sin el hollín de una nube negra.

147



12 de abril

Títere de sainete Lily Uruchima Omnipotente espectro como corriente en mi mente que por demasiada elocuencia parece salido de un sainete. Una última parte sin huellas digitales con claridad turbia perdiéndote en la fortuna. Acobardado forajido que cuando el cielo obscurece te espantas por el olvido de los sueños presentes. Aparentan transparencia los reflejos en los velos perturbándome seguramente con el hablar roñoso que tienes.

149


Una llama de agua crece ebriamente con el antĂ­doto de tus actos inminentes. PlĂĄcido romance esfuerzo funesto mariposa sin flores que permanece soberbia. Los cinco sentidos acaban de consumirse y un espĂ­ritu lamentable yace de otro vestido.

150


Oscar Urgiles



El vuelo de las mariposas Michelle Barquín Los días se han convertido en un eterno sueño las horas nocturnas se han llenado de luz, la libertad es más grande que nunca poesía de alas rotas y listas para sanar. ¿En dónde está la vida? Los sueños fallidos se han quedado en el pasado la posibilidad de reencontrarnos con nosotras mismas no tiene marcha atrás. Sueños, libertad, existencia, comunidad… ¿hacia dónde me dirijo ahora? El vuelo de las mariposas se vislumbra. El dolor en nuestras alas empieza a menguar, fortalecidas, majestuosas, transformadas estamos listas para volar. Sumergidas en medio del todo y la nada, nuestras necesidades se trastocan nuestros anhelos se restauran y nuestras virtudes se enaltecen. El reencuentro entre nosotras no tiene marcha atrás.

153


El vuelo de las mariposas se vislumbra. Nos hemos mirado de frente cientos de mujeres comenzamos a aletear. ÂżHacia dĂłnde volaremos ahora? Seguramente, hacia la libertad.

154


Fernanda Chamba


Sandy Sรกnchez


13 de abril

Despertar Jo Naranjo Siglo XXI al mundo lo tenemos controlado guerras, pandemias y hambruna son asuntos del pasado ciencia, medicina y tecnología están codificadas podemos dormir tranquilos, todo está solucionado. La pobreza, los dramas y las plagas déjalos para la televisión lo imperfecto puede ser parte de la ciencia ficción, por lo pronto, concentrémonos en la financiación de este mundo perfecto de plástico, luces y cartón. Esta mañana despertamos entre cuatro paredes los infectados y muertos se anuncian en las redes los gobiernos confirman que son miles de seres, ¿qué nos queda por hacer? ¿cuándo perdimos nuestros superpoderes? Las cifras no tienen nombres y apellidos ya no se puede ser tan frío con los desvalidos, es tiempo de una introspección, es hora de volver al nido dando sentido y valor a lo que nos brinda verdadero asilo.

157


Pablo Maquizaca


14 de abril

Vientos María Dora García Peláez Vuelen, vientos del sur volteen, vientos del norte por todos lados se entregan pero sigo mi horizonte. Entrecerrando los ojos para seguir en mi centro, no perder el objetivo de iluminar en mi adentro. Por las ráfagas que llegan, con las historias que traen y las historias que llevan, mañanas yo tejeré con otras historias nuevas.

159


Lizbeth Lรณpez (@liz.ilustra)


Piel otoñal María Dora García Peláez Hoy me contagio de otoño para ser hoja trémula en tu mano. Hoy me contagio de otoño para entibiarme en tus brazos. Hoy me contagio de otoño para mecer mi cuerpo en tu risa. Hoy me contagio de otoño cuando el frío todo achica, quiero acunarme en tu pecho corazón a corazón prisa sin prisa.

161


María José Simbaña Sánchez


La luna en cuarentena Noelia Abregú Camino de su mano por la ventana la miro imagino que corro. Me mira, está grande y rosa aunque cambia y yo con ella. Respiro y la habitación se hace pequeña, exhalo y se expande. Un día más, una noche más... Ella me mira y sonríe porque sabe cómo es mi alma, sabe que quiero subir a la montaña más alta y danzar con ella. Me mira y me observa sabiendo que renazco cada vez que sale. Respiro un día más, tejo y destejo mis ganas de caminar, salir, correr por el monte, por el verde y estas calles. Recorrer el verde, recorrer estas calles. Respirar me mantiene paciente y a la espera. Respirar y me voy hondo a mi adentro, encuentro la paz.

163


La niña en la ventana Martha Yolanda Vargas Caballero (Paloma Domitsú) Martha Yolanda Vargas Caballero Y entonces, simplemente, la vi. Desde mi ventana, entre los sonidos repetitivos que me atacan, con las voces que me dicen que reescriba lo ya dicho en los roles que me atrapan y esclavizan, y esta rutina que me mantiene atada. Vi a la niña que lloraba, que reía, que gritaba, que me dolía, que opinaba. La vi de rodillas, como si suplicara aquella verdad que le debía saldarse. Con sus brazos y sus piernas enterradas al extremo de aquel incrédulo y elegante sillón negro. Mientras tanto yo me aferro a la única salvación: aquella eterna y enorme ventana, promesa de libertad, desde donde observo la ciudad desolada. Aquella niña insolente se veía cual semilla llorando, riendo, gritando, haciendo daño, enjuiciando mi dolorosa verdad.

164


La tomé en mis brazos y la perdoné y también dejé que me perdonara. Eso era lo que ella necesitaba, porque no había nada que perdonar. Me pedía seguir siendo distante, me insistía continuar siendo distinta, me desafiaba para no dejar de ser constante en el reto de encontrar la gran cima. Me decía que la magia existe, que el tiempo no es más que una mentira, que las respuestas están donde una menos lo imagina. Salió corriendo contra toda regla, encontrando amigas que no tuvo antes. Estiró sus alas y deshizo ataduras, usando la ropa que antes no pudo. Y, en medio de mil risas, descalzó su alma. Se dio cuenta que siempre fue hermosa. Se miró al espejo y vio la verdad: la que siempre supo, con adornos y sin ellos. Se miró en el río y se volvió mujer. Se miró a sí misma y se supo Yo. Se tocó mil veces y volvió a llorar, a reír, a gritar, a dolerse, a opinar. 165


¡Pero ahora volaba, soñando y saltó! Mientras tanto yo, la contemplaba en la misma ventana, donde inventé mil amarras. La veía aleatoria, desafiando al viento con dientes rebeldes y sueños insistentes, espejismos consientes de altanería y miedo. Ella es tan mía como nada más lo es. Y, en esta emergencia, ¡yo la liberé! La miré a los ojos y me lancé al vacío cotidiano que antes no tuve, a este cristal que descubre y reta que me retiene y me hace tan consciente: espejo en que mi cuerpo enamora y miente, reinventa y maldice las banales luces de esta enorme urbe.

166


Xavier RamĂ­rez DeX


Esteban Alvarado


15 de abril

Cuarentenaz Camila Crespo el silencio era escalofriante el pan desabrido ni un rastro de piel el olor a zombie se impregnaba en la estufa en la alcoba y en el pensamiento a veces sonaba una canción que moría sin despertar alma alguna hoy era como ayer como anteayer como 21 días antes de ayer el futuro y el pasado eran indistinguibles separados por una milésima de cloro debajo de la cama deambula un alacrán y levanta su cola al fondo un zombie cenando noticias

169


Freddy Peralta


Equinoccio Santiago Matute Despejado está el cielo. Lo veo a ratos, debido al paulatino encierro. El miedo me consume, el temor a un enemigo invisible: un ente que prácticamente ni vive. Minutos son los que permito que los rayos de sol me calienten, antes de aislarme nuevamente. Hoy el equinoccio se vivió puertas adentro. Todo lo sagrado, fue consumido por el pánico. ¿Podrán los ayas perdonar tantas centurias de olvido?

171



26 de junio

Quito inquebrantable Joel Calderón En nuestras heladas cúspides de atrapadas soledades la cuarentena impera sobre los rincones del alma, la sociedad quiteña se angustia por sus costumbres habituales y en casa se turba la poquísima calma. Barrotes invisibles nos niegan un abrazo y los encuentros domingueros con nuestros seres queridos, es tiempo de tecnologizar nuestros irrompibles lazos y reconciliarnos con los que creímos olvidados. ¡Oh, Quito que te atacan mil infamias! La corrupción omnipresente hasta los huesos te quebranta políticos y funcionarios que adornan sus hazañas, su incierta inocencia los desmiente en la cara. Es tiempo de abandonarse al amor a distancia prescindiendo de las caricias palpitantes del amante, es tiempo de ser valientes y con respetable audacia enfrentar la pandemia que a mucha gente da matanza.

173


Obligados a respetar las normas bañados en purgar nuestros errores, una palabra de aliento es mejor que la mascarilla de broma desinfectando el tiempo no dedicado a nuestros mayores. Ardua y dolida etapa se presenta súbitamente hambre por doquier peor que la enfermedad del continente, las calles se llenan de personas constantemente y algunos ignoran si el virus portan latente. Quito enmudecido y dormido por el toque aunque la imprudencia quebranta los decretos anunciados, la vida peligra por un estornudo y que las manos froten los rostros donde prolifera el invisible pacto de muerte. Héroes somos todos, compartamos, pero no lo que sobra ayudemos a los que sin pan ni agua, luchan y remontan. Un pueblo unido por las desgracias que nos agobian en unísona voz, el pueblo del letargo se levanta.

174


Michelle Benavides (IDES)


Edgar Pérez


Francisco DueĂąas Serrano



¡Gracias por leer este libro! Ahora eres parte de la

Visita nuestra página web, cuéntanos si te gustó esta historia y háblanos de ti. Además, te invitamos a disfrutar todas las sorpresas que trae Chacana Editorial, al escanear este código QR.


HaciAdentro, antología poética, forma parte de la colección LUZ de Chacana Editorial.

©2019 Chacana Editorial Quito - Ecuador




Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.