Boletín CELIT N°3

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Boletín informativo del Centro de Estudiantes de Literatura UNMSM Ce lit MENSUAL OCTUBRE MMXXII AÑO 1 N° 3 «Ecce quantam penam pateris! Quam bene decepi eum!» 2022

Boletín informativo del Centro de Estudiantes de Literatura UNMSM

Boletín CELIT - UNMSM

Directores: Raúl Morales Herrera, Enrique Toledo Navarro

Sección informativa: Kevin Vasquez

Sección de crítica: Raúl Morales Herrera

Sección creativa: Carlos Daniel Ventura

Prensa y difusión: Yadira Bazán y Juan José Bernardo

© Los textos aquí presentes deben ser difundidos, 2022

Diseño y diagramación: Raúl Morales Herrera Enrique Toledo Navarro

Corrección de estilo y cuidado de edición: Vera Aldana

Imagen de la portada: Ars moriendi. «Tentación diabólica de la impaciencia»

Editado por: Centro de Estudiantes de Literatura - UNMSM

Tercer piso de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas UNMSM

Tercer número – Octubre 2022

Contacto: celit.flch@unmsm.edu.pe

Contenidos

Informes

Crítica

El caso de la Escuela de Literatura UNMSM: entre el silencio y la emergencia

El orillero

La tentación del fracaso (o sobre la excelencia universitaria)

Alejandra Guillermo

Creación

Lima, una ciudad normal o mortal Lorena Melendez Señor loquero

Alejandra Aldana

Sobre el hecho de pronunciar... Vixey

Hecho en la ucronía de un palimpsesto

Marianela Garrido

Editorial 6
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Variedades 27 Auspicios 28

Editorial

No generamos ninguna discusión al afirmar que la universidad pública se encuentra en un estado deficiente, lo cual forma parte del enorme catálogo de problemas de este país. Ya estamos acostumbrados a decir que las cosas no funcionan bien, pero, ¿cuán seguido nos preguntamos por qué no lo hacen? Esta incómoda tarea requiere partir sobre una base reflexiva y crítica, ejercicio que no se hace si no es en términos burocráticos y que, en este espacio, nos traslada al caso específico de la Escuela de Literatura de San Marcos. Ofrecemos al lector las interrogantes que surgen a partir de la pregunta principal: ¿cuál es el problema con nuestra escuela?

¿Será que los estudiantes de la Escuela de Literatura —entre quienes nos incluimos— viven desinformados y que no saben cómo funciona la malla curricular que rige sus estudios, que no saben cómo funciona la Escuela a la que le entregan más de un lustro de su vida, que no entienden cómo funciona la Universidad a la que orgullo samente postularon y que tampoco están interesados en conocer todas estas cosas? ¿Será el problema que buena parte de la población estudiantil se rige por la ley del mínimo esfuerzo? ¿Será que leen muy poco, que leen a medias, que leen solo lo que el profesor indica, que han perdido, en la esterilidad académica, el gusto por

la lectura? Que entregan sus trabajos de curso solo por cumplir, sin rigor ni autoexigencia, persiguiendo tan solo el alivio de una nota aprobatoria, ¿ese será el problema?

¿O, acaso, radica en el lado opuesto: en los docentes de la Escuela de Literatura? ¿Será el problema que estos no actualizan los contenidos de sus cátedras, no renue van sus lecturas, no varían sus evaluacio nes, que dictan siempre los mismos cur sos? ¿Quizá que son eternos e intachables, que si hacen mal las cosas están blindados por su nombramiento y por sus colegas, ya que no se puede ofender su importante estatus de catedrático sanmarquino? ¿O el problema es que hay docentes que no revisan los trabajos que dejan a sus alumnos, que no retroalimentan a los estudiantes, que hacen clases mecánicas y aburridas que son antes anecdotarios que cátedras, que no promueven el debate ni la investigación? ¿Ese será el problema?

¿O será el problema que la burocracia universitaria es ineficiente, lenta, res trictiva y absurda? Nos parece que ha quedado claro, lector, que todas estas preguntas contienen en sí la ansiada respuesta: el coche anda sobre cuatro ruedas. No hay solución que no implique primero reconocer que todos los impli cados tenemos algo de responsabilidad en este continuo fracaso.

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Informes

SUSPENSIÓN TEMPORAL DE PRÉSTAMO DE LIBROS

Se ha suspendido el servicio de préstamo de libros de la Biblioteca del Celit. El motivo consiste en el registro y reordenamiento del material bibliográ fico que se viene realizando por parte de la Secretaría de Organización. Esta actividad se ejerce con el fin de lograr una mejor sistematización para el conocimiento, cuidado y préstamo de los libros y revistas que se hallan en nuestra biblioteca. Se ha previsto que a partir del próximo lunes 21 de octubre se reanudaría el servicio de préstamos, el cual contará con el registro bibliográfico del Celit publicado para que los estudiantes de la Escuela de Literatura conozcan cuales son los libros que se encuentran en el local del Celit, además del reglamento para el préstamo correspondiente.

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SEMINARIO: 100 AÑOS DE TRILCE DE CÉSAR VALLEJO

La Escuela Profesional de Literatura UNMSM, nos invita al Seminario por los 100 años de Trilce César Vallejo «Vusco volvvver de golpe el golpe».

• Modalidad presencial: 25 de octubre.

Lugar: Auditorio José Antonio Russo Delgado - Facultad de Letras y Ciencias Humanas UNMSM.

• Modalidad virtual: 26 de octubre.

Plataforma: Transmisión por Letras TV.

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Crítica

El caso de la Escuela de Literatura UNMSM: entre el silencio y la emergencia

El orillero

Hace un lustro se publicó Parkinson, alzheimer y literatura. La reorientación de los estudios literarios en el Perú (en adelante PAL) del profesor, investi gador y teórico literario Dorian Espe zúa Salmón, libro que, al parecer, transcurrió silenciosa e injustamente no solo en el circuito intelectual o de prensa —dígase, crítica literaria—, sino también —y aún peor— en los claustros universitarios, entre profe sores y, sobre todo, estudiantes. Este hecho no aislado permite compren der el actual horizonte académico al que aludiremos en adelante.

En el mismo año, en la Escuela Profesional de Literatura (antes Escuela Académica Profesional de Literatura) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, se realizaban las Jornadas Curriculares1, donde se propusieron una serie de cambios que se han visto materializados en el actual Plan de Estudios (2018) de nuestra carrera. Todo esto dentro del marco de la nueva ley universitaria que significó un proceso de «ade cuación forzada» de la universidad

nacional a las demandas del mer cado ocasionando, por ejemplo, la eliminación del rótulo «académico» de algunas escuelas de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas, entre esas, por supuesto, la de Literatura.

En este contexto, el presente texto se plantea principalmente tres obje tivos: valorar las ideas planteadas en PAL como una defensa de los estudios literarios en un contexto de crisis de las humanidades, plantear ciertos criterios sobre el silencio académico luego de su publicación y estudiarlo en relación con los cam bios que se dieron en la Escuela de Literatura de San Marcos con el nuevo plan de estudios que a día de

1 Actividad que se desarrolla cada tres años en las escuelas sanmarquinas que tiene como objetivo realizar un diagnóstico del plan de estudios vigente con la finalidad de evaluar los aciertos y desaciertos como también plantear cambios y modificaciones de gran envergadura que rigen la formación profesional de cada carrera. En teoría, estas deben surgir como un diálogo entre estudiantes y profesores al erigirse como agentes activos en la aplicación y uso de los planes de estudio; no obstante, se ha evidenciado muchas veces el carácter uni lateral de las autoridades que ha devenido en problemas que muchas veces han perjudicado a gran cantidad de estudiantes. Tómese como ejemplo reciente el de la Escuela Profesional de Filosofía UNMSM en el año académico 2021.

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hoy sigue vigente. De esta manera, pretendo esbozar una reflexión sobre dos derroteros trazados que han derivado en, por un lado, silencio y, por el otro, la necesidad de hacer un balance tras cinco años de haberse implementado.

Ahora nos centraremos en algu nas ideas del libro en mención. En el apartado "Cuatro departamentos y escuelas de literatura", Espezúa ilustra la problemática que viven las carreras de Literatura a nivel nacional (PUCP, UNFV, UNMSM Y UNSA). Por un lado, encontramos el tema de la deficiente formación disciplinar que responde, entre diversos facto res, a la falta de docentes formados en la carrera, como también a las nuevas currículas que reducen cada vez más la cantidad de cursos ligados a la carrera; por el otro, está tam bién el problema de las tesis y, por consiguiente, el de las titulaciones2. El panorama es crítico y el caso de San Marcos no muestra una realidad distinta. Al respecto, salen a tallar algunas preguntas que merecen ser

2 El autor explica en dicho capítulo que en dos de las universidades (PUCP y UNSA), la titulación es en dos disciplinas: Lingüística y Literatura. Asimismo, por el lado de los profesores, también está la problemática de que muchos de estos están formados tan solo en docencia y no en Literatura propiamente (UNFV), que evidentemente repercute en la formación del estudiante.

resueltas: ¿en qué realmente se está formando a los futuros egresados de la carrera?, ¿cómo redireccionar este desvío?, ¿ser pedagogos de la literatura o literatos con pedagogía?, ¿por qué este problema que demanda atención está siendo ignorado?

La propuesta desarrollada en PAL apunta a una cuestión, considero, medular: salvaguardar los estudios literarios3. Debido a la extensión del texto, me es imposible abarcar el balance y el marco desarrollado por Espezúa, para ello invito a que se remitan al libro. No obstante, me centraré en la necesidad de priorizar el estudio disciplinar de la literatura como ciencia dentro del ámbito académico, que viene siendo desplazada por los intereses del mercado y los estudios culturales en el marco de la posmodernidad, regresándola al difuso espectro de las Letras o lo que algunos docentes sostienen como una «propuesta humanística». En ese sentido, defender los estudios literarios no significa volver sobre un solipsismo estéril, sino establecer un centro de referencia o base desde el cual partir para abordar el fenómeno de lo literario. En palabras

3 Se recomienda revisar también los siguientes textos: «El rol de los valores estéticos en los estudios literarios» (2012) de Susana Reisz, «In Defense of Poetry. Put the literature back into literary studies» (1999) de Marjorie Perloff y El canon occidental (1994) de Harold Bloom.

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de Espezúa: hacer de la literatura una ciencia interdisciplinaria, es decir, que dialogue con otras disciplinas, pero desde las categorías propias de la teoría y crítica literaria, mas no transdisciplinaria; en esta última, las ciencias se diluyen y arriban a una hermenéutica adecuacionista, por tanto, acientífica y falaz.

Sin embargo, este llamado de atención no fue considerado y, menos aún, implicó algún debate que permitiera el enriquecimiento o la derogación de dichas propuestas. O todos estuvieron de acuerdo o nadie lo estuvo, pero el silencio que hasta el día de hoy ha recibido viene siendo, cuanto menos, curioso. En algún momento, el profesor Miguel Ángel Huamán Villavicencio se refirió a la crítica literaria peruana como un «diálogo de sordos»; actualmente, ni siquiera eso existe. En estos últimos años, autoridades, profesores y estudiantes (más allá de ciertas manifestaciones como eventos culturales y académicos que se han ido generando aisladamente como el caso de la Semana de la Literatura) han brillado por su monologismo y, acaso, su indiferencia. Todo indica que están más ocupados en aprobar cursos y publicar artículos que en aprehender y desarrollar el conocimiento en las aulas, consecuencia también de la implementación de la reforma

universitaria que cada vez tiene menos de académica. Habría que poner sobre una balanza también la figura del investigador y del docente que no se excluyen , así como los deberes que no se reducen a la mera producción de conocimiento, sino también al incentivo y generación del mismo entre los estudiantes.

¿Acaso pertenecer a Renacyt anula el pensamiento crítico, en pro de uno cientificista y utilitario? No lo creo. No obstante, la labor en el aula muchas veces queda reducida a un mero dictado de clase sin que se promueva activamente la labor académica, lo que se expresa en los escasos grupos de investigación de la facultad y en el hecho de que, si estos existen, los estudiantes tampoco conozcan sobre ellos.

Deteniéndonos en la situación de nuestra escuela, mencionaré de manera general, para quienes no estén al tanto, los cambios que se dieron en nuestro plan de estudios. La malla curricular anterior (2014) que precedía a la vigente será denominada «rígida», ya que, en esta, los estudiantes llevaban una mayoría de cursos obligatorios, no existiendo así una especialización propiamente dicha, sino una formación común con una cantidad mínima de electivos a escoger en los últimos años de la carrera. En las

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jornadas curriculares del 2017, se hicieron cambios profundos que se materializaron en el actual plan de estudios. La nueva malla, denominada «semiflexible», cuenta ahora con tan solo un 35% de cursos obligatorios, siendo el resto cubierto por electivos, lo cual permite al estudiante elegir cursos de su interés, formándose en dos áreas o «especialidades» (rotuladas como «concentración mayor» y «concentración menor»). Esto, en teoría, permite al estudiante formar una línea académica desde prácticamente inicios de la carrera, dotándolo de mayor autonomía. No obstante, esto conlleva a su vez una mayor responsabilidad, la cual, a día de hoy —subrayo— no ha sabido ser gestionada4.

En este periodo, surgieron algunos problemas que mencionaremos a continuación. En primer lugar, es problemático el tema de la oferta académica, que se ha evidenciado

4 Quisiera resaltar que la responsabilidad, aunque parezca, no solo es del estudiante. Muchas veces —y me incluyo— no encontra mos la oferta necesaria para cubrir nuestras demandas en ciertas concentraciones; en otros casos, los horarios también pueden no ser muy favorables, dificultándolo todavía más. Sumado a ello, las asesorías y seguimientos que debió hacerse desde la Escuela fueron casi nulas, labor que muchas veces fue suplida por el Centro de Estudiantes de Literatura, pero estos esfuerzos no han sido suficientes.

en la deficiente apertura de cursos pertenecientes a la concentración de literaturas orales y lenguas nativas, que ha sido casi nula en estos últimos años; sucede lo mismo, aunque suene paradójico, en la concentración de literatura peruana. Estas dos carencias son alarmantes tratándose de la Escuela de Literatura de San Marcos, que presenta una gran tradición crítica y literaria en estas dos áreas. Además, es disonante, desde lo personal y con base en el perfil profesional que delinea el Plan de Estudios 2018, que la concentración de escritura creativa sea considerada como concentración mayor. ¿De qué herramientas profesionales se capacita un estudiante que escoja esta como su especialidad? Incluso existe un posgrado enfocado en esto. Sostengo que en el pregrado se debe brindar a los estudiantes herramientas metodológicas y teóricas que lo doten de competencias que permitan su adecuado desarrollo en el ámbito de los estudios literarios. En ese sentido, bastaría —aún con ciertos reparos— con que la «escritura creativa» sea solo una concentración menor que sirva de complemento y no constituya el centro de la formación académica.

En segundo lugar, también cabe mencionar un dato no menor que se obtuvo a través de unas encuestas realizadas a las bases 18 y 19 respecto

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de las concentraciones de su interés5. Los resultados fueron significativos: la concentración por la cual se inclinaba la mayoría de estudiantes era la de literatura comparada y mundial; esto responde parcialmente a los intereses de los estudiantes, pero también puede tener relación con el hecho de que sea la concentración con mayor oferta académica. Cualquiera fuera el caso, nos lleva a la siguiente cuestión: si el estudiante formado en la carrera tiene intereses hacia la literatura comparada o mundial, ¿no es contradictorio que la tesis (o tesina) se reduzca al ámbito de la literatura peruana? ¿Qué se hace para promover el estudio de literatura comparada que permita situar nuestra literatura nacional en un ámbito global? Los datos del libro Nuevos caminos de la crítica. La investigación literaria en San Marcos (2006-2016) de Larrú, Viera y Huaytán muestran que la retórica y la semiótica son las principales metodologías utilizadas por los estudiantes para la realización de sus trabajos; además de estas, se encuentran otras como el psicoanálisis, la oralidad y la narratología, pero nada respecto de la literatura comparada, disciplina fundamental en los estudios literarios

5 Estas encuestas fueron organizadas en el periodo académico 2021 por el Centro de Estudiantes de Literatura UNMSM.

que, significativamente, tiene una demanda que lo sustenta y debiera ser atendida. Como último inciso, es importante señalar el problema de las contrataciones y nombramientos docentes: ingresan profesores a dictar cátedras específicas, pero terminan dictando otras que, a veces, son bastante disímiles, generando así un problema de distribución en la oferta y un desequilibrio de docentes por áreas.

En síntesis, tras cinco años de la implementación de la nueva currícula, se observan problemas graves, lo que ha motivado la necesi dad de hacer un balance para, en conjunto, buscar soluciones urgen tes. En este momento, se hace deter minante volver sobre el libro de Espezúa y responder las válidas preguntas que se nos plantean, como también poner el dedo sobre la llaga para tra tar —idealmente, sanar— la herida terminal. No miente el autor al decir que estas escuelas y departamentos a día de hoy sufren de dos enferme dades degenerativas: parkinson y alzheimer, porque el problema ya no es externo sino estructural. Esto se refleja, en San Marcos, por ejemplo, en el informe de diagnóstico que se publicó en enero de este año, que muestra la desequilibrada relación entre docentes y estudiantes (37 pro fesores para tan solo 250 alumnos).

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Suman a esta realidad la insuficiente renovación docente, el ingreso de estudiantes con pocas lecturas (que se agrava con el año desperdiciado en Estudios Generales) y el pre cario mercado laboral (el cual nos deja en evidencia con el famoso curso de «prácticas preprofesio nales» de naturaleza obligatoria según la nueva ley universitaria)6. Por tanto, la única solución con sistiría en cambiar dicha estructura; pero aparece otra pregunta: ¿quiénes están dispuestos a eso? He allí el otro problema. Indudablemente, son necesarias nuevas fuerzas y una nueva visión que dialogue con nues tra realidad, sin someterse a esta. El presente texto se convierte, entonces, no solo en una defensa de los estu dios literarios, sino también de la dimensión académica que nuestra escuela de literatura —y todas las escuelas en sí— debiera defender y, progresivamente, recuperar.

6 Estos datos se obtuvieron a través de la página de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas UNMSM y el actual director de Escuela Marcel Velázquez, quien compartió dicha información. Revisar en: https://letras.unmsm. edu.pe/noticias/primer-informe-del-diagnos tico-de-la-escuela-de-literatura/

La tentación del fracaso (o sobre la excelencia universitaria) Alejandra Guillermo

Con la finalidad de aclarar algunas cuestiones respecto de las problemáticas en torno a la elección y aplicación de la vigente malla en la Escuela Profesional de Literatura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, hemos dividido esta breve disertación en cuatro apartados. Esperamos que el lector pueda comprender y aprehender de la exposición de estas observaciones una conclusión valedera a fin de alimentar una discusión saludable y provechosa.

Malla curricular

Se puede discutir de manera extensa sobre la malla curricular semiflexible que rige la estructura de la carrera en nuestra escuela. Para empezar, es necesario entender que la denominación «malla» hace alusión a una serie de hilos conductores que ordenan los conocimientos que el alumno ha de adquirir o, mejor dicho, aprender. El listado de cursos que componen esta estructura se ha diseñado, en principio, considerando cuáles son los contenidos educativos requeridos por los futuros literatos. Sin embargo, esto no siempre se condice

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con la realidad de las aulas —tanto virtuales como físicas— de la escuela.

Aunque en el año 2018 el plan de estudios se hizo más amplio respecto de la oferta de cursos, esto no significó necesariamente un cambio favorecedor. Es más, nos atreveríamos a señalar que ocasionó graves obstáculos en el desarrollo formativo de los estudiantes de literatura. Es posible caer en la tentación de señalar como razón de este empobrecimiento la falta de una plana docente preparada para afrontar las exigencias de un plan curricular con tan amplia selección de cursos electivos, lo que conllevaría a la impotencia de un plan que, en el papel, parece ser efectivo. También se podría adjudicar el fracaso del plan actual a las adversas condiciones de la pandemia y el obstaculizado proceso de adaptación a la virtualidad, pues solo una base (la que ingresó en 2018) pudo llevar la carrera presencialmente, durante el año 2019, después de cursar estudios generales. Sin embargo, no es prudente deducir que estas sean las razones fundamentales de la fallida aplicación del diseño de la malla curricular.

La principal tarea es identificar las problemáticas de la malla que, más allá del documento, no permiten el desempeño adecuado del modelo

formativo flexible. Además de la gran cantidad de cursos electivos que no siempre se dictan (porque para algunos ni siquiera existen especialistas; por ejemplo, literatura rusa o alemana) se trata de que el desarrollo del plan curricular no tiene un seguimiento oficial: nadie registra ni monitorea lo que hacen los estudiantes. Es decir, la elección de una concentración no quedará registrada en ninguna plataforma —en este caso, el Sistema Único de Matrícula— ni mucho menos se certificará en una constancia o diploma de bachillerato. En pocas palabras, la llamada «especialización» en un área de la literatura está reservada solo para el conocimiento de cada estudiante: bien podría no elegir ninguna y nadie lo advertiría.

Investigación

Para entender el debate en ciernes, es útil recurrir a la noción de educación universitaria planteada por el humanista Miguel Ángel Huamán1, para quien la formación universitaria se debe enfocar en desarrollar las capacidades y la "[...] experiencia como investigador, su manejo de fuentes de información y del estado

1 Huamán, M. A. (2017). Hacia la universidad de la investigación. Una perspectiva interdis ciplinaria en las humanidades. Dedo crítico.

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de la cuestión sobre la problemática abordada [que] asume como objetivo que el alumno aprenda a aprender" (p. 33). Este último objetivo es el predominante, pues marca la pauta de las demás «competencias» que se busca completar: el foco absoluto es la aplicación del conocimiento en la investigación. Si la Escuela está realmente interesada en seguir esa dirección, se requiere de información fiable y objetiva sobre la oferta y el desarrollo de los programas educativos, no solo a nivel nacional, empero internacional, de acuerdo con las exigencias de un mundo globalizado.

La investigación como centro del quehacer universitario no es una cuestión planteada recientemente: «[...] la investigación científica es una tarea pendiente desde hace dos siglos» (íbid, p. 23). Es fundamental lograr un posicionamiento marcado de las habilidades para la investigación científica en cada una de las concentraciones en la escuela, de modo que la elección estudiantil en torno a un área específica de la literatura llegue a ser una tarea menos compleja. Como diría El primo Basilio2 (pseudónimo del literato y periodista Manuel A.

Bedoya) allá por 1908 en una de sus «Impertinencias» sobre la situación crítica de la Universidad Nacional de San Marcos en aquel momento:

¡Que entren los discípulos á [sic] conversar con el maestro, cambiando ideas sobre la infinita variedad de los libros y no se haga de estos jóvenes una caravana de noviembre, de esas que peregrinan al cementerio para leer los mismos epitafios sobre las mismas tumbas! (p. 136)

Algunos de los caminos que nos conducirán hacia un mejor estado son: mayor apertura de los grupos de investigación hacia los estudiantes, la publicación de producción científica que siga una propuesta teórica sostenible en el tiempo y despertar el interés de los estudiantes de pregrado en las áreas relacionadas a la literatura peruana.

Especialización

Elegir una concentración entre la multiplicidad de cursos de las cinco concentraciones de la malla curricular se convierte en una traba para la formación académica del literato. Se debe reconocer que esta elección tiene que estar dirigida por un proyecto formativo coherente y consolidado. Cuando esto no sucede, las falencias son evidentes: los estudiantes se someten a una insondable sensación

2 Bedoya, M. (1908)Impertinencias. Variedades, 1(4), 135-136. Revisar en: http://ddsnext.crl. edu/titles/32473?terms&item_id=578015 16

de desconcierto al no contar con un plan curricular propio, predeterminado y diseñado de acuerdo a las posibilidades que ofrece la malla. La consecuencia es que la principal y más llamativa cualidad del plan curricular —su flexibilidad—, se convierte en su principal debilidad y motivo de ineficacia.

De lo anterior, se deduce la necesidad de una orientación vocacional adecuada para que los estudiantes tomen una decisión formativa eficaz. La falla, en este caso, se origina en las reservas al momento de decantarse por una u otra concentración. En muchos casos, la matrícula es guiada simplemente por el deseo —y necesidad— de completar un creditaje requerido para poder graduarse o, en algunos otros casos, por intereses personales en cursos muy específicos pertenecientes a concentraciones distantes entre sí. El resultado es un programa formativo endeble y lleno de agujeros: una grave ignorancia de la teoría y praxis literaria.

Además, está la cuestión de la insuficiente dirección que ofrecen algunos docentes que no se enfocan en el estudio de la literatura como tal. Todo se ve reducido a sesiones de una hora y media en la que los

docentes exponen sus ideas de forma austera; a veces por falta de una práctica pedagógica adecuada, otras por la falta de interés de los alumnos en la materia que imparten. La denuncia llega en una frase pronunciada en una clase virtual: «¿Estoy buscando entre estudiantes de literatura de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de San Marcos alguien que pueda leer un párrafo en voz alta?», o una ya familiar marca gestual que evidencia la incomodidad por la inasistencia que crece clase tras clase.

Participación estudiantil

La dirección académica de la carrera no se ha propuesto estructurar la malla de forma que los estudiantes adquieran una sólida formación teórica que posibilite la investigación en estudios literarios. Omitiendo las falencias de otras concentraciones como la de literaturas orales o la de literatura comparada, es urgente revisar la situación de concentración de teoría literaria, en la que no se encuentran cátedras que se centren en los progresos de críticos peruanos contemporáneos, como Antenor Orrego, Estuardo Núñez, Antonio Cornejo o Susana Reisz. Cada uno con destacados aportes y avances en su campo investigativo que, al no ser estudiados, se omiten o, lo

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que es peor, se olvidan, pues no se exponen a la revisión y análisis por parte de los nuevos aspirantes a la profesión3. Ya lo dijo Ávalos4 en el primer tomo de este boletín: «el papel todo lo aguanta, aunque no se genere nuevo conocimiento» (p. 12). El estudio de la tradición crítica es la base del desarrollo de la teoría literaria peruana, campo en el que han surgido grandes pensadores, más allá de los amplios talentos creativos nacionales. Por ello, proponemos que el estudio de la literatura no debe guiarse por la ciega replicación de la teoría de autores extranjeros, sino por el desarrollo de una línea teórica propia y crítica. Esto, por supuesto, requiere del interés activo de los estudiantes que busquen formarse en esta importante e imprescindible línea de la carrera de literatura.

Como reflexión final, manifestamos que mientras no exista un proyecto formativo con un propósito bien definido, seguiremos anclados en la antigua premisa que ha guiado nuestra carrera por años: el autodidactismo. Término que no es negativo en sí mismo, pero insuficiente en la actualidad para cubrir las exigencias educativas de un mundo globalizado. Cualquier proyecto formativo debe contar con la participación activa del cuerpo estudiantil (como concepto fundamental en la gestión

universitaria desde la reforma universitaria impulsada por José Antonio Encinas en 19315) que fortalezca y unifique una identidad propia, investigativa y científica de la Escuela de Literatura de la Universidad Nacional de San Marcos.

Si esta oportunidad no se aprovecha, por mayores que sean las capacidades con la que el estudiante de Letras se arme contra la mediocridad, las herramientas que emplee siempre serán insuficientes o, aún peor, obsoletas. Tan solo quedaría aceptar esta historia llena de soluciones que no van a darse, de excelencias que no van a rendir frutos, de esfuerzos que no van a encontrar concreción y de errores sistemáticos sin redención. En última instancia, la resignación de ser el estudiante que reconoce el estado de fracaso y sufre la tentación de someterse a él.

3 Mientras este artículo se encontraba en pro ceso de edición, se abrió el curso Historia de la Crítica Literaria Peruana en el semestre 2022-II, a cargo de Javier Morales Mena.

4 Ávalos, E. (2022). Crítica al programa her menéutico de la Escuela de Literatura. En Boletín del Centro de Estudiantes de Literatura, (1), 11-13.

5 Machaca, N. (2019). José Antonio Encinas y la reforma universitaria de Lima en 1931. Investigaciones Sociales, 22(41), 301-312. Revisar en: https://doi.org/10.15381/is.v22i41.16794

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Creación

Lima, una ciudad normal o mortal Lorena Melendez

Con un pie sobre el asfalto y una mano en los bolsillos, a punto de sacar las monedas, el limeño empieza su día en la ajetreada ciudad. Sea trabajador, estudiante o ama de casa, siempre debe subirse a una chatarra con ruedas y convivir con todo tipo de gente durante una fracción de su jornada. Aunque existe una considerable cantidad de personas que tiene la comodidad de transportarse en un medio particular, muchos son los que emplean el tren y, desgraciadamente, esas custers que parecen haber salido de una estremecedora película slasher, donde las persecuciones a toda velocidad, para captar a sus víctimas, son el pan de cada día.

Tan solo basta poner un pie en las pistas de Grau para que cuatro ruedas pasen sobre tu insignificante cuerpo y corras hasta la siguiente vereda para aguardar la llegada repentina de un viaje hacia la incertidumbre. Es imposible ignorar el ruido que causa el metal viejo y despintado, incluso se siente el hedor del motor mil veces quemado. Sus voceros penetran los oídos e invaden la mente del limeño,

hasta el punto de convertirlo en un salvaje. Hecho un animal primitivo, se introduce en ese vejestorio que recorre la ciudad.

Tal y como un simio se asombra por una fruta tropical, algunas personas sujetan un aparato, anonadados por la gracia que otros de su especie realizan tras la pantalla. Se encuentran tan absortos en su mundo que hacen caso omiso al tintineo de las ventanas, tan rayadas como el rostro de una anciana y grises como el cielo invernal de Lima. Otros, conversan sobre el futuro del sobrino que bebe todos los fines de semana, la madre enferma, el estrés en el trabajo, la infidelidad de la pareja o de la entrometida tía obesa que nadie quiere visitar. Este diálogo no se ve interrumpido por el cobrador cuando estira las manos negras para recibir un par de monedas, pero sí cuando menciona el precio que deben pagar para llegar a su destino.

—Es un sol cincuenta, amiga.

—¿Qué? Pero ayer tomé el mismo carro y me cobraron un sol.

—Ya subió el pasaje, amiga. Y paga el pasaje. Sin embargo, los más avezados se atreven a discutir con el cobrador sobre la situación del país, el combustible y las leyes que lo rigen. Sí, porque los cobradores

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también saben de leyes. Saben que los estudiantes se aprovechan de ellos para pagarles menos de la cantidad correspondiente y que, para colmo, no saben restar porcentajes. Ellos son los incomprendidos, por lo que deben defender sus derechos como transportistas.

Luego del acostumbrado altercado, los pasajeros continúan a la expectativa de su paradero final. Todo parece estar calmado, hasta que empieza a subir uno, otro, otro y otro. Apenas se respira en el lugar. Los cuerpos se pegan como trozos de pescado en una lata de atún. Las ventanas se nublan con las agitadas respiraciones de los limeños. Sin embargo, nadie se queja. Porque es normal, porque debes acostumbrarte. No eres el único que vive esta situación, no te sientas especial. Es más, aún hay espacio vacío atrás, así que no seas egoísta y pégate al señor obeso que está sudando dentro de su traje de oficina. Pégate a ese debilucho joven que tose cada dos por tres y que no tiene mascarilla. Pégate a la señora que ha subido con una botella de Piscano. Porque hay gente que necesita llegar a su trabajo, a su casa o a su centro de estudios: no seas desconsiderado. El pasaje ha subido para que las custers lleven menos gente en su interior, sí. Pero todo sube con el pasar de las horas, no será un problema para ti. Así que júntense todos en dos filas, que

ahí entran diez personas más. Poco o nada importa si el chofer o el cobrador llevan una mascarilla. Eso ha pasado a segundo plano. A quién le importa si te contagias, para eso te has vacunado. Además, ya todos se han enfermado, no hay necesidad de protegerse.

Cuando piensas que ha pasado media hora de tu estadía en la cúster, la radio, a todo volumen, indica que solo han pasado diez minutos desde que te subiste: apenas vas en la avenida Abancay. Ahí sube más gente, porque como ya lo hemos dicho, hay lugar para todos. Ningún espacio queda libre, ni siquiera la entrada, puedes ir con medio cuerpo dentro de la chatarra y medio cuerpo al aire. Tienes ventaja sobre cualquier limeño que va sentado o aplastado, pues ellos no pueden sentir el viento recorrer sus extremidades. Estás en la sección VIP, no te quejes. Adentro, la situación es lamentable en invierno. No importa cuánta gente esté encima tuyo, ni el hedor del sudor, ni olor del pan con huevo que saca un estudiante. Por ningún motivo te atrevas a abrir la ventana, pues la anciana del costado puede enfriarse y no queremos eso. Además, ¿quién abre las ventanas en invierno? Estoy segura de que no cometerías esa falta tan grave.

Diez minutos más tarde, vamos en Wilson. El caos reina aquí, pero es parte de la normalidad. Cualquier

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limeño que cruza el centro de Lima para ir al otro lado de la metrópolis está acostumbrado a la congestión vehicular. Lo realmente sorpresivo sería que tu cúster demore cinco minutos en esquivar buses, taxis y motos. En esa travesía, nada impacta. Ni siquiera el cadáver que yace al borde la pista, ni los transeúntes que pasan a verlo. Es más, deberían subirlo a la vereda para que no estorbe el paso. Por fin, el chofer empieza a acelerar. Parece que la peor parte del viaje ha pasado. Incluso, se ve cómo el cielo empieza a despejarse. De pronto, las calles empiezan a ser desconocidas. El cobrador explica que nos desviaremos, ya que han cerrado pistas otra vez y están trabajando. Nadie se inmuta, esas pistas llevan cerradas desde antes de la pandemia. Lo singular sería que culminen los proyectos planteados desde la década pasada para que el camino de Grau hasta Venezuela no tarde una hora. A este paso, terminaremos por estrenar pistas en el tricentenario. Seguro que las custers ya no existirán para entonces. Porque no pueden vivir más años acabando con cada limeño que sale de su casa, ¿o sí?

Pero qué desfachatez lo que piensa el inocente lector, si todos sabemos que seguirán cometiendo crímenes en contra de la salud, la educación y el progreso. Actúan de manera informal como viles delincuentes, aparentando

trabajar para ganarse un sol con el sudor de su frente, o con el sudor de los limeños que lo abordan. Usted no lo sabe y cree fervientemente en su palabra porque es del pueblo. Seguro todos se han enterado del famoso crimen que causó un revuelo entre los peruanos. Si no te enteraste sobre ello, vives en otro mundo porque incluso lo sabe la devota señora que sigue asistiendo a misa de manera virtual. La muerte de "la china" sigue dando que hablar. Las custers dicen que el virus la mató y la gente le cree. Yo no le creo. Los choferes y cobradores son sus cómplices. Ellos manejan la moneda nacional a su antojo, deciden el precio de tu cabeza, si vas a almorzar hoy, si perderás ese examen para el cual estudiaste el día anterior, si podrás llegar a tiempo al hospital para ver a ese familiar que está al borde de la muerte. Aquí se está encubriendo un crimen, pero tú no lo ves, pues formas parte de ello. No interesa si solo te subes para bajar en la siguiente cuadra, debes pagar un sol. "La china" ya no existe, sino mete tu mano al bolsillo. Pronto no quedará rastro de ella, así como la moneda de cinco céntimos.

Ya estamos por llegar a Breña; este distrito es más tranquilo. Aquí no hay cadáveres sobre la pista, aquí solo roban y matan limpiamente, o al menos eso se ve. Incluso la congestión vehicular es menor. Qué más da el

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número de papeletas que las custers hayan acumulado en los últimos treinta años, eres libre de correr a 180 km/h. Nada los detiene, ni siquiera los semáforos porque, admitámoslo, sirven menos que "la china". Cerca al puente Tingo María, la gente ya no soporta más permanecer dentro del vejestorio, por lo que salen a toda prisa. Es eso o que ya se les hizo tarde. A partir de aquí, todo transcurre de manera veloz. Luego de cuarenta minutos, recién puedes sentarte y observar una parte de la ciudad. Al fin, puedes sacar ese desayuno que no pudiste tomar a las seis de la mañana o abrir las ventanas porque ya se bajaron los más problemáticos. Sin embargo, no cantes victoria. Quince minutos antes de bajarte, debes revisar si todas tus pertenencias están dentro de la mochila o si aún conservas tu billetera. No pasa mucho tiempo para que la avenida Venezuela se haga presente. Ese largo recorrido en el que las personas bajan una tras otra, luego de permanecer enjauladas como animales, resulta un alivio. La única preocupación ahora es no pasarse del lugar al que vamos. Si llega a suceder algo así, no tendrás la misma suerte. Hay custers peores. Es mejor alistarse una o dos o tres cuadras antes de tu destino, sino el cobrador te va a reprender. Ni se te ocurra demorarte en bajar porque su tiempo es oro. Si

te caes, no interesa. El único objetivo es que abandones el vehículo. De esta manera, ellos seguirán huyendo y se camuflarán para que las autoridades no los detengan.

Cuando el cobrador empieza a anunciar la siguiente parada, nos damos cuenta de que debemos dejar ese cómodo asiento con resortes sobresalidos para salir de la cúster. Ya llegamos a nuestro destino. Pisar la vereda nunca fue tan satisfactorio, ni siquiera se compara con echarse sobre el pasto. El aroma de los árboles empieza a inundar nuestras fosas nasales, el viento de las nueve de la mañana aún es fresco y los desayunos todavía se venden calientes en las esquinas. Las custers siguen circulando con su característico ruido y sus voceros continúan exaltando a los transeúntes distraídos.

El día está lejos de terminar; sin embargo, puedes aprovechar estas seis u ocho horas de descanso en tu centro laboral, en el colegio o la universidad. No creas que te has librado del asesino más avezado de Lima, ni de sus cómplices con las manos más sucias que su conciencia. Toma un respiro y aguarda su llegada a las cinco o seis de la tarde que aún debes regresar a casa, si es que regresas. Suerte.

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Señor loquero

Alejandra Aldana

La muerte del martes que viene, sale bailando por mi boca el otro jueves y el mes siguiente. Señor doctor, agoniza la hora

Muere conmigo este lugar seguro, el martes siguiente, el mes que viene

Señor psiquiatra, no factura el tiempo extra, El llanto sobrevive estrellado en sus orejas

En usted entiendo larga ausencia médica adiós, frialdad dolosa inherente a su carrera

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Sobre el hecho de pronunciar mi nombre en el nombre de otra

Vixey

¿Será nominalismo o pura repetición?

Arre-glo de Espe- jos en Tán-dem Transferencia o

Analogía . O quizás una alegoría de lo que es la vida

Re-encarnación.

1 Definición de persona según Jung. Véase Trilce XXXIII

Persona1
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Hecho en la ucronía de un palimpsesto

Existe una utopía en la que discurre el no poder cruzar el espejo si se superan los tres segundos en la frente del foráneo espectro.

No tendrá ya mis ojos la mirada alcázar; será lengua de espía y amenaza de silencios el acercar mis manos a su témpano y descubrir en la dureza de sus dedos la torsión primigenia

del afuera hacia adentro.

Le obsequio los susurros de mis yemas, casi que las toca, casi que las quema.

Se abren los canales y corre lo extinto:

El pequeño miedo, una escala de corta rabia a la medida de juventudes bifurcadas. Los pétalos agujereados de tantas ganas de ser tocados por un manto trasnochado adormecen el peligro de hacer una víctima al revoltijo cifrado:

«Como quiera el quién en su qué el querer qué sin ser quién»

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(El crimen es un poema de contienda. ¿Cuántos veces más invocará el perdón a su culpa, solo para comprobar la inconmensurabilidad del error?)

El mareo ha transitado desde su lado equivocado en el paréntesis de un paso.

Toca soñar que se ha escapado de la prisión de los espacios en blanco y las palabras vacías. Que la nostalgia y el pasado no son sino evocaciones hechas en la ucronía de un palimpsesto que busca entre sus huellas lo que perdure al momento.

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Variedades

El batman peruano del siglo

Manuel Atanasio Fuentes

Ideas para Halloween: (válido en el vasto territorio nacional que dícese llamar «Repvblica»)
XIX también conocido como
´´ ´ ´ 27

Auspicios

«Somos un grupo de estudiantes y profesionales que se propone incentivar y promover el ejerci cio de la traducción literaria en el Perú. Nuestra visión es llegar a ser un espacio cultural de referencia nacional e internacional que aporte al reconocimiento y la consolidación de la traducción literaria a nivel iberoamericano. No olvides seguirnos en nuestras redes sociales».

«Somos un proyecto dedicado a entrevistar a figuras relevantes del ambiente literario peruano. Nacemos de las aulas universitarias y esperamos regresar a estas para invitar a la reflexión. Invitados están a seguirnos en Instagram: @lamparaazul. podcast»

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¡CONVOCATORIA!

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Boletín CELIT N°3 by Centro de Estudiantes de Literatura UNMSM - Issuu