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“Dirigir me hizo renacer en plena pandemia”

La pasión por dejar una huella positiva Líderes en balance vs. el estrés

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“Dirigir me hizo renacer en plena pandemia”
La pasión por dejar una huella positiva Líderes en balance vs. el estrés
Bienvenidas y bienvenidos al número uno de la revista C-LVL (C-Level) del sello editorial Innspira, Contenidos Innolvidables. Festejamos el arribo de este nuevo espacio entre artistas de todo tipo, los que practican alguna de las siete o nueve artes generalmente reconocidas, pero también entre los que desarrollan ciencias, disciplinas y oficios innovadores, siempre con la mirada puesta en convertirse, mantenerse, evolucionar o ser reconocidos como líderes apasionados que pretenden influir e inspirar a sus equipos de trabajo para cumplir no sólo objetivos de empresa, sino propósitos de vida en una realidad que nos exige actuar en forma innovadora y ágil.
Pero algo más grande que celebrar el nacimiento de nuestra revista es la oportunidad de iniciar una relación con cada uno de ustedes, apreciables lectoras y lectores, como parte importante de nuestra comunidad de líderes, dando por hecho que compartimos premisas fundamentales como el bienestar total (wellness) de cada ser humano, el reconocimiento de la igualdad entre las personas, el despertar del genio interior, el crecimiento exponencial, el hábito de innovar y la resiliencia transformacional.
En estas páginas encontrarán relatos de mujeres y hombres que, al igual que Horacio Franco, nuestro homenajeado e invitado de honor, se caracterizan por ser humanistas, tecnólogos, innovadores y futuristas, quienes nos enseñan a salir del estado de comodidad y hacer de tal decisión una ventaja, además de prevenir a líderes semilla, emergentes, ascendentes e incluso icónicos acerca de la necesidad de cambiar antes de que los cambios nos arrastren.
Los esfuerzos por innovarnos dan cuenta de la necesidad de adaptarnos a la digitalización. Por ello, nuestra editorial contempla el uso de tecnologías como Realidad Aumentada, plataformas colaborativas, Inteligencia Artificial y gamificación, entre otras, de modo que la experiencia C-LVL sea, edición tras edición, más vívida, intensa, asombrosa y significativa.
Agradecemos la oportunidad de acercarles contenido memorable de valor para seguir haciendo de nuestras vidas y de nuestras organizaciones espacios más humanos, efectivos, éticos, innovadores e innspiradores. Los esperamos en nuestras redes sociales para seguir conversando y compartiendo.
Víctor Cruz
Fundador y Presidente
Luz Baena
Directora General y Editora
Christian Yair Tafoya Ávila
Editor de Arte y Diseño
Hugo Armando Lazos Ramírez Diseñador
Cofundadores | Consejo Editorial (en orden alfabético por apellido)
Bogart Montiel
León Felipe Sánchez
Germán Stadelmann
Alonso Uribe
María Teresa Zavala
Fotografías e ilustraciones de Envato Elements y Freepik
C-LVL (C-Level), el arte de dirigir Agosto - Septiembre 2022
Publicación bimestral de Editorial Innspira, Contenidos Innolvidables. Parral No.6 Col. Condesa, C.P. 06140, Alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México. Editor responsable: Luz Baena del Valle. Reserva para uso exclusivo del título ante la Dirección General del Derecho de Autor: 04-2018-102410174700-102. Precio del ejemplar: $97 MX. Impresa en los talleres de Smartpress Vision, S.A. de C.V. Postes No. 254 Col. José María Pino Suarez, C.P. 01140, Alcaldía Álvaro Obregón, Ciudad de México. Para venta exclusiva a mayores de edad.
Nota: Esta obra no debe ser reproducida total o parcialmente sin autorización escrita del editor.
La información, la opinión, el análisis y el contenido de esta publicación son responsabilidad de los autores que los firman, y no necesariamente representan el punto de vista de esta casa editorial.
MAKING OF LA FUERZA DEL VIENTO EN CLAVE DE C LIDERAZGO CREATIVO PARA EJECUTAR PROYECTOS
DECEO UN LÍDER CONECTADO CON EL FUTURO: Entrevista a León Felipe Sánchez
WELLNESS NUTRIENTES PARA EL CEREBRO LÍDER
LÍDERES EN BALANCE VS. EL ESTRÉS: Entrevista a María Teresa Zavala
REC-LIENCIA
OMNIEMPRENDIENDO
BACKSTAGE
LA PASIÓN POR DEJAR UNA HUELLA POSITIVA: Entrevista a Mónica Flores Barragán
BOLD ¿EN QUÉ MOMENTO DEJAMOS DE CREER?
LA MARCA PERSONAL: TAMBIÉN SOMOS
CHOPIN, MAESTRO DE LAS EMOCIONES
PERIPLO UN PARÍS INVERNAL
CONVITE
OSTERIA: COCINA ITALIANA SIN PRETENSIONES
CINECLUB
INGMAR BERGMAN: EL UNIVERSO DE UN CINEASTA IRREPETIBLE
EL INSTANTE NOTAS EN TORNO A LA CATÁSTROFE ZOMBI
Entrevista a Alejandro Cortés 68
DETRÁS DEL LIENZO LA SINCERIDAD ES ARTE:
Descarga la app C-LVL, acerca tu celular a las páginas de esta edición ¡y vive una experiencia más intensa y asombrosa!
Sí te reconoces? Le preguntó el pintor mexicano
Alejandro Cortés al flautista Horacio Franco cuando develamos su óleo el mismo día que entrevistamos al músico como protagonista del número que tienes en las manos. “Cómo no, soy yo”, respondió Horacio.
Alejandro lo pintó en una escena totalmente obtenida de su propia mente, es decir, no se trata de la imagen calcada de una foto previa o de un video. Lo ha nombrado La fuerza del viento.
“Cuando llegas a resolver la técnica y la maestría en cualquier disciplina, puedes empezar a desconectarte del mundo y a canalizar sonidos desde otras partes. Lo represento con los brazos desfragmentados: como si estuviera desvinculándose del mundo
material y entrando al espiritual para traernos algo de allá”. En la mirada de Horacio en el cuadro, podemos ver que se está enfrentando a la nada. La composición y el manejo de la luz son barrocas, como la música predilecta de Franco. Por otro lado, en la mitología hindú, a los semidioses los representaban con el color azul: “tus manos como la divinidad que controlas”, le dice Cortés al flautista.
A Horacio le pareció que su manera de interpretarlo “es muy barroca en el manejo de los claroscuros, pero también muy mística a partir de la idea de que soy viento, soy aire. Está entre lo barroco y lo místico, y con una gran técnica”.
Disfruta las entrevistas a Horacio Franco y Alejandro Cortés en las páginas de esta edición.
Hace días platiqué con un buen amigo sobre los diferentes proyectos de liderazgo que ha coordinado alrededor del mundo, muchos de ellos de gran importancia y alto costo. Me pregunté qué tan difícil es lograr que los equipos participen continuamente de manera cordial, a pesar de lo demandantes o retadoras que puedan ser sus actividades.
No me quedé con la duda y le pedí que me compartiera alguno de sus tips en términos de integración de las personas al proyecto. Su respuesta inició con una frase que pongo, a continuación, a modo de subtítulo.
¿Cómo? Mi amigo me sorprendió con la explicación: “Cuando ejecutas nuevos proyectos, usualmente lo haces a contracorriente del trabajo de los miembros de la organización y esto representa para ellos una carga adicional que tarda en reflejarse en eficiencia o que desemboca en la reducción del ritmo habitual. En las sesiones que lideres, podrías encontrar malas caras, incluso malos modos en el trato, y en general un ambiente de incomodidad o hasta de hostilidad”.
“Es importante que te sientas cómodo en esos ambientes para que puedas avanzar. Recuerda que estás contratado para buscar avanzar, para facilitar, para abrir caminos, no para convertirte en freno al descontrolarte por la reacción de los demás”. A este primer tip, voy a agregar dos más en los siguientes puntos.
No sólo para el liderazgo de proyectos, sino en general para la vida y las relaciones humanas, la inteligencia emocional es una habilidad imprescindible que, en lo personal, me ha permitido ejecutar, con éxito, proyectos de gran relevancia.
El concepto viene del término que popularizó Daniel Goleman, psicólogo y escritor estadounidense, en el libro del mismo nombre que fue publicado por primera vez en 1995, donde señala que usualmente los seres humanos, por un instinto de supervivencia, reaccionamos de manera emocional antes que racional. Por ejemplo, si escuchas que alguien
grita y ves que corre, más allá de querer establecer un dialogo racional en ese momento con esa persona, probablemente también saldrás corriendo sin saber por qué. Lo haces porque tu instinto te indica que debes hacerlo.
Lo mismo suele suceder en las sesiones de trabajo: nuestro cerebro llega a funcionar en automático. Cuando escuchamos algo que no nos gusta o notamos alguna intención en contra nuestra —quizá alguien que levanta la voz o habla en forma grosera—, nos desconectamos de la parte racional y queremos contratacar con algo que provoque que la otra persona se retracte o se sienta mal, incluso con el objetivo de vencerlo.
Dicha circunstancia se conecta con el hecho de que no siempre escuchamos con verdadera atención cuando discutimos, ya que diversos estudios han arrojado que los seres humanos no escuchamos más de 10 segundos lo que otra persona dice, aunque tampoco es una regla. Es común que ocupemos el tiempo de la intervención del otro en preparar nuestra contraofensiva. La combinación de enojarse y no escuchar realmente (sólo lo primero que nos dijeron y en lo que nos enfocamos o estancamos) puede convertirse en una “bomba”, y esas bombas rompen sesiones, generan pleitos y, por supuesto, frustran proyectos. Lo he visto muchas veces en las organizaciones.
¿Hay solución? Sí. El primer paso es atender a cada participante de las reuniones de trabajo sin revestir de un tono emocional lo que diga: escucha su intervención completa hasta que concluya (no lo interrumpas). Un truco para que no lo olvides: escucha sus palabras como si tu vida dependiera de lo que está diciendo. Valora sus comentarios y tómalos en cuenta para mejorar. No te enganches y busca siempre que la sesión fluya.
Escucha las palabras de cada participante como si tu vida dependiera de lo que está diciendo. Valora sus comentarios y no les des un tono emocional
Recuerdo una reunión con compañeros de un área técnica en la que les compartía la estrategia de ejecución de un proyecto. Les anuncié que lo haríamos utilizando la administración de proyectos con un enfoque de mediano y largo plazo, aunque con entregables de corto plazo cada cuatro o seis semanas (me gusta tener la rigidez del primer enfoque y la flexibilidad e iteración del segundo).
Uno de los participantes me dijo que no estaba de acuerdo con los tiempos en el plazo corto; preguntó de dónde había sacado aquello y aseguró que ese abordaje estaba mal. Le contesté que, sin duda, todas las aportaciones eran útiles —y así lo creo, a pesar del tono reprobatorio que ocupó el participante—, pero que los plazos propuestos se basaban en estándares internacionales que utilizan muchas organizaciones a nivel mundial: la metodología ágil de Scrum y la metodología de administración de proyectos del Project Management Institute.
Tras fundamentar con conocimientos técnicos, el interlocutor no dijo más. En todo momento, mi respuesta fue cordial y respetuosa, únicamente buscando explicar el porqué de los tiempos propuestos. Lo importante fue contar con una base sólida para las decisiones que se habían tomado en torno al desarrollo del proyecto.
Así es como me gusta utilizar los tres tips compartidos en este espacio, a fin de impulsar los proyectos y lograr que sean exitosos. No olvides que lo más importante de tu rol como director del proyecto es ser un facilitador. Lo más fácil es enojarse y romper las sesiones (y con ello, los proyectos). Lo complejo es construir y es ahí donde podemos encontrar la grandeza y el crecimiento.
Felipe Morales Torres Es Ingeniero en Computación, Maestro en Ciencias de la Computación y actualmente estudia un doctorado en esta área. Está certificado como administrador y Scrum Master. Ha dirigido diversos proyectos de tecnología e innovación. Es apasionado del desarrollo centrado en el usuario, el liderazgo consciente y el cómputo cuántico.
Lo más fácil es enojarse. Lo complejo es ser un facilitador de los proyectos y ayudar a construir
Un padre es el superhéroe de sus hijos, quienes, con su enorme capacidad imaginativa, consiguen consagrarlos en su mente como figuras que desempeñan peligrosas labores para protegerlos a ellos y a la humanidad, así se trate de un dentista. Para León Felipe no era diferente. Con sólo cinco años de edad, ansioso esperaba en casa a su padre, Epigmenio Sánchez, un reconocido abogado mexicano que, en aquella ocasión, regresaba de conseguir la denominación de origen del tequila ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y traía historias de otros lugares que al niño le encantaba escuchar. Así fue como León creció: admirando al héroe sin capa que le transmitió un fuerte sentido de justicia, el gusto por el aprendizaje continuo y la pasión de viajar por el mundo. A nadie le sorprendió que se convirtiera en su aprendiz y sucesor. Pero no en uno común. Asistió a la Universidad Nacional Autónoma de México para graduarse como abogado y realizó estudios de posgrado en propiedad intelectual, también en la UNAM, y en Derecho Informático en la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard. Tempranamente descubrió que, para entender a quienes requerían su ayuda, debía derribar las barreras del lenguaje y saber de tecnología. La tarea no fue difícil para él: tenía corazón de abogado, pero espíritu de ingeniero. Se adentró en la estructura y los alcances de internet desde que supo de su existencia, y ha luchado por los derechos del internauta
desde 1996. Comprendió que la interconexión es tan necesaria como el cuidado de la privacidad de los usuarios y el respeto a los derechos de autor.
Desde 2006, León Felipe Sánchez es socio y CEO de Fulton & Fulton, despacho de abogados especialistas en propiedad intelectual, Tecnologías de la Información, derecho marítimo y litigios civiles y mercantiles, con base en la Ciudad de México. Además, es Vicepresidente de la ICANN (Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números, creada en 1998). Trabajó activamente en las rondas de negociaciones del Acuerdo Comercial Antifalsificación (ACTA), la Ley de Cese a la Piratería en Línea (SOPA), el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPPA) y el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), dando seguimiento a los procesos relacionados con ellos.
Fiel a lo que le apasiona, viaja frecuentemente a otros países para contribuir con su experiencia en foros regionales e internacionales. “Me gusta viajar para conocer no sólo el lugar, sino su cultura, qué
hace la gente local, qué comen, cómo viven… Trato de sumergirme en su ambiente, aunque sea por unos instantes”. León siempre vuelve porque no hay lugar como el hogar, donde lo esperan su esposa y sus hijos.
Solemos pensar a los abogados como personas serias e incluso duras. León se toma la vida y sus propósitos muy en serio, pero es flexible y tiene un sentido del humor que le abre puertas. Se ocupa de aquello que puede cambiar y se protege de aquello que no. Busca tratar a los demás como quiere que lo traten a él. “No es cuestión de ganarte el buen trato, sino de no perderlo”.
Le gusta inspirar a quienes lo siguen, liderar con el ejemplo y ser humilde a pesar de su extensa trayectoria. Para León Felipe Sánchez, “el liderazgo no es cuestión de indicar en qué dirección tiene que ir alguien, sino inspirar para que alguien vaya en esa dirección y lo haga convencido, logrando que se identifique con lo que está haciendo”. Con estas ideas en mente, busca a un sucesor o varios, y se ha convertido en maestro para que, con ayuda de otros, pueda abrir más puertas.
Nunca eres tan importante como para no ser amable con alguien
liderar pero no inspira, no puede ser líder
Queen El Rey León
Gladiador
El príncipe de Nicolás Maquiavelo
padre Elon Musk Amistad
Su
A partir de la crisis de la COVID-19, el teletrabajo llegó para no irse. Sin embargo, hubo empresas que tuvieron visión de futuro y arribaron a esta modalidad con mucha anticipación, como es el caso del despacho de abogados que fundó y lidera León Felipe Sánchez, Fulton & Fulton, el cual retiró la oficina física hace 12 años. Para él, el único impacto en la productividad durante el confinamiento fue lidiar con los trámites físicos ante algunas dependencias de gobierno y, por tanto, ajustarse a tiempos distintos. Por fortuna, se agilizaron muchos procesos en línea y en algunas oficinas de la administración pública fueron reducidos los tiempos de espera y atención al mínimo.
“El mejor catalizador para la digitalización fue la pandemia”, reflexiona León con un whisky Balvenie en la mano. Nos dimos cuenta de que no es necesario estar físicamente en un lugar para poder entregar resultados”. Según el abogado, cada empresa determinará su plan de negocio y qué le conviene más de acuerdo con las reformas a la Ley Federal del Trabajo en materia de Teletrabajo, de manera que se cumpla con las obligaciones que marca la ley, ya que hay que pagar a los empleados ciertas cantidades en servicios como internet, equipo de oficina y otros rubros.
Eso sí, León está convencido de que un líder debe permanecer cercano a la gente y que al toque humano y personal de la reunión frente a frente no lo sustituye nada. “Es un aspecto que no debemos descuidar como líderes”. Recomienda involucrar al equipo en la búsqueda de nuevas formas de hacer el trabajo y nuevos mercados, de modo que la organización no pierda oportunidades y las personas sigan creciendo.
En estos últimos meses, León Felipe ha confirmado que reacciona con rapidez, flexibilidad y apertura al
cambio y al aprendizaje permanente, algo indispensable en un buen líder. Reconoce que también ha lidiado con “la incertidumbre y la montaña rusa de emociones”, pues cree que la pandemia ha impactado a todo el mundo, en diferentes niveles y con diferentes intensidades, en la lucha contra un enemigo invisible, como es el nuevo virus. “El tener hijos en edad escolar acentúa el temor, la ansiedad y la sensación de lo incierto. La inteligencia emocional juega un papel fundamental en cómo hemos afrontado la pandemia”.
Derecho de autor en internet:
¿a dónde va?
Para el Vicepresidente de la ICANN, el derecho de autor está en un mejor lugar que hace 10 años, ya que la población en general está más consciente de la necesidad de respetar los derechos de propiedad intelectual en internet, pero no hemos llegado a donde queremos estar.
“Necesitamos trabajar mucho más, pero es importante destacar que ya surgieron modelos de negocio que consideran los derechos de los titulares a través de un pago, y cada vez se van haciendo alianzas para remunerar si no adecuadamente cuando menos tangencialmente a los titulares de derecho, cosa que antes no se hacía”.
Lo ideal es que estos modelos de negocio permitan una retribución justa y real para los creadores, como nos explica Sánchez, de manera que sigan viviendo de crear obra y contenidos. “Vamos transitando hacia allá poco a poco. El precio justo que retribuya a los creadores y convenga tanto al consumidor como a los productores ayuda a combatir la piratería”.
León Felipe Sánchez prepara su primer libro sobre los retos y las oportunidades del derecho de autor. En cuanto salga del horno, lo estaremos anunciando a la comunidad de líderes C-LVL.
1 Hay que estar conectados con el futuro para poder crearlo. Lo más importante es estar atentos y observar siempre lo que sucede a nuestro alrededor, por ejemplo, la evolución de la tecnología y los hábitos de consumo.
2 Pregunta a los demás cómo ven las cosas. Investiga continuamente las impresiones y las necesidades de otras personas. La observación fina y profunda es la mejor forma de asomarte al futuro.
3 Nunca creas que lo sabes todo. Ten la apertura y expectativa de aprender cosas nuevas todos los días. Si eres abogado, sigue revisando la ley porque en cada lectura encontrarás algo nuevo.
4 Sal de tu país. Conocer otros lugares amplía tu visión y crea una mentalidad multicultural que aprecia otras posturas, otras culturas, otras formas de resolver retos, lo cual sirve para aplicarlo en tu ámbito.
Tu cuerpo puede recibir un boost para que logres altos niveles de concentración y tomes mejores decisiones.
Oxígeno
Es el nutriente natural para el cerebro, así que hidrátate bien (dos litros de agua diariamente). En bloques de uno a tres minutos (varias veces al día), inhala profundamente, mantén el aire y exhala.
Activarás la neocorteza cerebral y emitirás ondas alfa que te ayudarán a sentirte en paz y contrarrestar el estrés, el cual es el peor consejero en la toma de decisiones. Éste libera cortisol, hormona que activa la parte más impulsiva y emocional de nuestro cerebro, no el razonamiento.
Glucosa
Este elemento es un combustible esencial para el buen funcionamiento del cerebro. Sólo hay que tener cuidado con la cantidad de azúcar que ingerimos, pues una carga muy fuerte puede cambiar los niveles de insulina y generar un gran cansancio.
Prefiere el azúcar de la fruta natural. En vez de jugos, come la fruta como tal para que la cantidad de glucosa se vaya liberando paulatinamente.
Antioxidante que apoya la salud en general, el rendimiento físico y mental, la reducción de los niveles de colesterol y como antiinflamatorio. Puede ayudar a que te sientas con más energía durante el día.
La encuentras en carnes, pescados y frutos secos, aunque en baja cantidad, por lo que se recomienda en un suplemento alimenticio.
Triptófano
Aminoácido necesario para la formación de proteínas y neurotransmisores, como la serotonina que regula el estado de ánimo y el sueño.
El cuerpo no lo puede producir. Puedes obtenerlo del frijol, la berenjena, la carne y la leche, entre otros.
Nuestro cuerpo fabrica esta proteína a partir de aminoácidos (ácido glutámico, cisteína y glicina) para tener funciones de antioxidante, antiinflamatorio, parte del sistema de defensas y activador de la habilidad de aprender, recordar información y resolver problemas. Está en el aguacate, la cúrcuma, la espinaca, el suero de la leche y suplementos especiales.
Con información de María Teresa Zavala, especialista en neurociencias y autora del Programa de Aprendizaje Acelerado del idioma inglés. Consulta a tu médico sobre los nutrientes que necesitas.
Caminemos la mente, el corazón y las “tripas” de las mujeres y los hombres que dirigen el destino de las organizaciones.
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¡Conozcamos el lado B de los C-Levels!
Si el término emprendedor llega a parecer trillado, ¿qué opinas de omniemprendedor que suena a derivación de lo mismo? El vocablo tiene su razón de ser: un mundo de cambios y reinvenciones frecuentes, así como de oportunidades laborales y de participación en la sociedad cada vez más variadas —como ciudadano, voluntario y activista—, exige individuos capaces de ser proactivos, “venderse” a las organizaciones, ejercer el autoempleo, convocar a otros en actividades valiosas para la sociedad y, claro, estudiar, leer y aprender toda la vida.
No es un mundo sencillo. Dista mucho de la vida laboral “de 9 a 5” que les tocó a otras generaciones. Este es un mundo más interesante y con más posibilidades para una vida expansiva, uno de nuevos retos con más ideas llevadas a la práctica y potencialmente de mayor impacto.
En este nuevo terreno, los individuos más capaces de prosperar son aquellos que crean y refuerzan una marca personal o intelectual: los que comparten sus pasiones e intereses con el mundo, quienes profundizan en su conocimiento y habilidades en algún tema al grado de poder dar clase, y que, al ver su currículum, resulta fácil identificar una o varias líneas de especialidad.
Hablamos de personas que pueden tomar una postura en su industria, expresarla claramente y aterrizar sus ideas en diferentes formas: dentro de la
empresa, como emprendedores, como freelancers de alto valor agregado, como profesores o conferencistas, o como escritores, youtubers y colaboradores en algún medio de comunicación, e incluso muchas de las anteriores al mismo tiempo. Justo el omniemprendimiento es eso: la proactividad en el ejercicio de nuestras capacidades y conocimientos en todos los ámbitos a nuestro alcance.
No es algo que ocurra automáticamente al llegar a un cierto nivel jerárquico: muchos propietarios de empresas y directivos pueden ser expertos en un tema y líderes en sus firmas, pero no han desarrollado una voz única ante el mundo o la voluntad de compartirla, o bien, han optado por no llevar su talento y experiencia a ámbitos distintos al laboral, ya sea en el plano comunitario, académico o extracurricular. Es una lástima.
Sin embargo, abundan las excepciones: en las escuelas de negocios recibimos a muchos directivos y altos profesionistas que sí desean compartir su conocimiento con el mundo, ya sea como conferencistas, invitados, profesores de cátedra o, en el caso de EGADE Business School, dentro del programa Leadership Voices, en el que empresarios, emprendedores y directivos de la talla de Xavier López Ancona (KidZania), Carlos Slim Domit (Grupo Carso),
Arturo Elías Ayub (Uno TV) o María Ariza (BIVA) vienen a impartir una asignatura.
Pero la pasión por un tema, por sí sola, no te vuelve un omniemprendedor. Hay expertos que son grandes entusiastas de una materia y buenos voceros de su conocimiento, pero que no han desarrollado la capacidad para aterrizar las ideas. Ser omniemprendedor también significa trabajar en nuestra capacidad para operar exitosamente en la realidad, es decir, poder generar recursos económicos o, en todo caso, lograr un proyecto real y sostenible con nuestras ideas.
En su libro Antifrágil, el célebre ensayista Nassim Taleb argumenta que las estructuras y organizaciones más resilientes* son aquellas que tienen más puntos de apoyo, más fuentes de conexión con la realidad y una mayor flexibilidad. Incluso afirma —controversialmente— que lo deseable es no limitarse a apuestas de riesgo medio, sino combinar estrategias conservadoras con arriesgadas, y así beneficiarse de los dos extremos. Sin duda, mucho de lo que él señala sobre la fragilidad aplica a nuestras vidas personales y profesionales: el omniemprendimiento implica la adopción de un verdadero portafolio de proyectos, conocimientos y pasiones, y es, en esa medida, una receta para vidas más potentes, flexibles y, sospecho, interiormente plenas. Nada mal para un chispazo semántico.
*resiliente: que tiene resiliencia, o sea, la capacidad de adaptación a una circunstancia difícil o adversa, obteniendo aprendizaje y fortaleza para seguir adelante.
Jaime Martínez BownessEs Director de la sede Ciudad de México de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey. Ha destacado como empresario en los sectores educativo y social por más de 20 años. Tiene la Licenciatura en Ciencia Política por el ITAM, MBA por Duke University y certificaciones en educación continua por UC San Diego y UC Berkeley. En EGADE imparte las asignaturas de Liderazgo Responsable y Sostenibilidad Corporativa.
El omniemprendimiento es la proactividad en el ejercicio de nuestras capacidades y conocimientos en todos los ámbitos a nuestro alcance
No es simple resumir la trayectoria de una de las líderes más reconocidas y relevantes de nuestro continente. Desde 2013 es Presidenta de ManpowerGroup LATAM, empresa líder global en soluciones innovadoras de capital humano, siendo responsable de la operación en 18 países (hablamos de 3,700 empleados) y afrontando los retos de guiar una fuerza laboral multigeneracional. Inició en la organización como Directora Comercial en 2003 y cuatro años después ya era Directora General de México y Centroamérica, si bien tomó la presidencia de Fundación ManpowerGroup en 2004, con el propósito de impulsar el empleo, el autoempleo y la capacitación a personas en situación de discriminación laboral.
Suele protagonizar programas de foros en Europa, Asia y América como conferencista, panelista y promotora del talento, la diversidad y la innovación en el mundo del trabajo. No es de extrañarse que haya sido merecedora de cuantiosos premios, por ejemplo, el de “Mujer de la Década en Innovación y Liderazgo” por el Women Economic Forum en 2019.
Mónica es mexicana: nació en la Ciudad de México, estudió la Licenciatura en Actuaría en la UNAM
y cuenta con dos maestrías, una en Filosofía por la Universidad Panamericana y un Máster en Dirección de Empresas por el IPADE Business School. De 2017 a 2019 fue Presidenta de AmCham México (Cámara Americana de Comercio de México). Es miembro de diversos consejos de instituciones educativas, gubernamentales y empresariales, así como autora de los libros Cómo conseguir tu primer trabajo y En sus marcas, listos… ¡empléate!
Se considera una apasionada del estudio y el aprendizaje continuo. Le gusta saberse actualizada: ha complementado su formación académica con diplomados, cursos y talleres de todo tipo. Durante la pandemia, Mónica tomó cursos online de marketing digital, automatización y filosofía sobre la persona contemporánea, entre otros.
Cuando le contamos del proyecto C-LVL a la contundente Global Brand Leader, de manera muy generosa nos abrió un espacio para la entrevista aún en días de confinamiento y con una agenda ceñida, especialmente interesada en inspirar a los líderes más jóvenes.
No has parado de trabajar desde 1988, año en que concluiste tu maestría en dirección de empresas. ¿Cómo surge tu liderazgo?
“Como cualquier individuo fui evolucionando. Los años te van permitiendo adquirir una visión distinta, donde ves el trabajo no sólo como el modo de ganar dinero para vivir, sino como una forma de realización. Cuando trabajas en lo que te apasiona, en donde eres mejor persona, es mucho más fácil lograr tus objetivos”.
¿Qué te ha impulsado a llegar a resultados extraordinarios? ¿Cuál ha sido ese propósito que, en tu caso, puede mover montañas?
“Mi propósito personal empata perfectamente con el de ManpowerGroup como empresa: dejar una huella social positiva. Esto a través del ejemplo, un consejo, una decisión. También con lo que pueda hacer para la generación de riqueza. Quiero que mi entorno sea mejor cuando me vaya que cuando llegué”.
Muchas veces, el líder olvida el balance o la armonía entre los distintos planos de su vida. ¿Qué tan difícil ha sido para ti integrar los mundos laboral y personal?
“Las mujeres no somos únicamente familia y trabajo: somos individuo, familia y trabajo. Es importante mirar este aspecto en la ecuación. Y como individuo tenemos cuerpo y alma. No es fácil; hay épocas o momentos de estrés en los que no te sientes en armonía con todo lo que te rodea. Lo importante es tener claras tus prioridades y saber que, si hoy no estás en armonía, tienes que trabajar para ello y lograrlo, sin pensar que vas a vivir en un desajuste permanentemente, sino poner las piezas en su debido lugar con la debida priorización y disciplina para llegar a la paz mental a la que todos aspiramos. Hay que trabajar para soltar culpas y miedos con actitud propositiva”.
“Por supuesto. Todavía vemos muchos sectores, industrias y negocios con culturas francamente masculinas, donde aún no se da entrada a la mujer por el simple hecho de ser mujer, en los que todavía no hay programas de inclusión consciente para lograr esta diversidad que todos queremos.
De acuerdo con la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), en la pandemia perdimos 10 años de avance en la participación de las mujeres en el mundo laboral porque, de entrada,
estaban más representadas en las empresas o sectores que tuvieron que cerrar, como entretenimiento, turismo o bienes raíces.
De acuerdo con la última encuesta que ManpowerGroup hizo a nivel internacional, hoy las empresas necesitan personas con competencias y habilidades humanas que, en palabras de Mónica Flores Barragán, son difíciles de robotizar o imposibles de automatizar. Ella nos transmite los resultados:
2 1 3 5
Accountability (rendición de cuentas), confiabilidad y disciplina
Resiliencia, adaptabilidad, empatía y tolerancia al estrés
Iniciativa
4
Razonamiento para resolver problemas complejos
Liderazgo e influencia social
Seguimos en una cultura donde la mujer está en desventaja. Ha habido avances, pero no suficientes. Hay mucho que cambiar desde la parte cultural y social, y por supuesto en el lugar de trabajo. Tenemos que seguir trabajando en términos de educación y lenguaje, sobre todo para que las niñas y los niños vean que sí es posible seguir el ejemplo de una mujer exitosa, que otra realidad es posible”. 7
Pensamiento crítico y capacidad de análisis
Colaboración y trabajo en equipo
Creatividad
Learnability (habilidad de aprender)
Curiosidad para explorar nuevas formas de hacer las cosas
6 8 10
9
“Las empresas no sólo venden productos o servicios: proveen una experiencia a sus clientes y también a sus colaboradores”
¿Crees que en México aún existe un techo de cristal para las mujeres?
Flores Barragán ocupa la presidencia para América Latina de una organización que conecta a millones de personas que tienen diversas habilidades. El objetivo: conseguir un empleo sustentable y con propósito en el que aporten su talento y soluciones innovadoras que contribuyan al crecimiento y éxito de las compañías.
La relación patrón-empleado ha cambiado con la pandemia. Para Mónica, pasó de ser contractual o de remuneración a una vinculación ganar-ganar, y las empresas tienen que redimensionar muchos aspectos para quedarse con los mejores colaboradores.
“Mucha gente perdió su trabajo y muchos negocios cerraron. Sin embargo, en lo positivo, la adopción digital acelerada ha sido un beneficio. Proyectos de adopción tecnológica que tenían cinco años guardados en el cajón se tuvieron que implementar en cinco días para poder laborar remotamente. Se ha probado que el trabajo remoto o desde casa funciona y que puede ser igual de productivo que el presencial. Hay que encontrar el perfecto balance de los modelos híbridos de empleo porque no todo es para todos, ni todo el tiempo. En cierto sentido, se están democratizado las oportunidades laborales, siempre y cuando estos modelos híbridos se implementen de manera ordenada dando las herramientas (es muy importante que el personal tenga internet y computadora).
Las organizaciones tienen que definir nuevos KPIs* en la generación de equipos virtuales que se enfoquen más en la aportación de valor que en el número de transacciones, y mantener la comunicación de otra manera, siempre interesadas o preocupadas por el estado de salud física, mental y emocional de las personas. Tienen que hacer una
inversión en ciberseguridad y manejo de la información remota, así como en capacitación al personal en términos de las competencias que hoy se requieren.
El mundo se ha reseteado en el sentido de cómo trabajamos, cómo convivimos, cómo compramos, cómo aprendemos y cómo nos divertimos, y todo esto hace que, además, tenga que resetearse el plan de negocios en las organizaciones. Las empresas no sólo venden productos o servicios: proveen una experiencia a sus clientes y también a sus colaboradores. La organización se tiene que convertir en quien retenga, mantenga y motive a sus colaboradores como una marca empleadora que se haga atractiva en el mundo del siglo XXI, que es cada vez más sofisticado.
Las empresas nos hemos convertido en constructores de ciclos de talento que ahora suelen ser más cortos, pues la gente necesita mejorar sus habilidades a la velocidad de la revolución tecnológica que vivimos”.
“Observar y estar en contacto con la gente me ha dado una visión más amplia para saber qué es lo que quiere mi equipo a fin de seguir trabajando comprometido y motivado, cómo han ido evolucionando las necesidades de mis clientes en términos de talento, cómo trabajan diversas industrias en la capacitación, los retos que enfrenta Recursos Humanos para los siguientes años.
Ejercito la curiosidad: pregunto, leo, me entero de lo que pasa en el mundo, cuestiono, me impregno de todo, no sólo de lo que tiene que ver con liderazgo y los negocios”.
¿Qué aspectos o rasgos consideras los más importantes en un(a) buen(a) líder?
*KPIs o Key Performance Indicator son los indicadores clave que pueden medir el desempeño de una estrategia o empresa rumbo a los objetivos establecidos. Cada proyecto determina sus propios KPIs. Tienen que ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y oportunos.
“Un líder tiene que ser un gran comunicador, empezando por compartir su sueño con pasión. Humilde para aprender permanentemente (la soberbia mata). También innovador para marcar un antes y un después en la empresa.
Alguien que entienda la importancia de la salud mental y emocional para el alto rendimiento de un equipo, y que ayude a cada colaborador a encontrar el equilibrio en su vida para poder ser mejores juntos. Alguien con quien las personas estén más contentas cuando llegue que cuando se va”.
La Presidenta de ManpowerGroup LATAM comparte consejos que a ella le hubiera gustado recibir cuando nacía como líder:
1 Tienes que estar consciente de cuáles son tus sueños: qué quieres ser y lograr, no lo que te impusieron tus padres, la sociedad o tu pareja. ¿Qué quieres para ti?
2 Plantéate qué pasos dar para materializar tus sueños. Si tomas la carretera a Puebla, no vas a llegar a Acapulco.
3 Ten claras tus prioridades. No todo puede ser igual de importante y urgente al mismo tiempo. Además, jerarquizar minimiza los riesgos de estrés.
4 Trabaja con disciplina. La suerte no existe o es una mezcla de talento y trabajo arduo.
5 No son suficientes los títulos universitarios: ten siempre la ambición de aprender más. Por otro lado, ya no buscamos líderes que sepan todo, sino aquellos que generen confianza e inspiren, los que sepan hacer las preguntas correctas.
“Las empresas nos hemos convertido en constructores de ciclos de talento”Narrado por Luz Baena
uántas veces hemos dicho “Yo no sé dibujar”, “No es para mí, me queda pésimo”, ¿Pintar yo? Estoy muy grande para aprender, eso es cosa de prodigios” o “Para estudiar pintura o dibujo se necesita mucho dinero”. Hace poco, en el reto que plantea dar clases a distancia y no perder la atención de las y los asistentes, empecé a usar distintas aplicaciones que permiten el trabajo remoto-colaborativo, esas en las que, por ejemplo, varias personas situadas en lugares diversos pueden ver en pantalla el mismo lienzo o pizarra en blanco. En una de las sesiones, el ejercicio exigía realizar dibujos con los lápices, plumas o marcadores electrónicos. De inmediato y casi al unísono, Carlos y Frida dijeron: “Es que yo soy fatal dibujando”.
Sin dibujos, la mecánica colaborativa no funcionaría, pero eso era lo menos importante: la mía es una clase de innovación a nivel maestría, es decir, los asistentes tienen al menos 25 años de edad, de los cuales han estudiado cerca de 20 o más. Si pensamos que los dibujos son sólo líneas, círculos, cuadrados y su combinación, ¿cómo es posible que nos descalifiquemos? La respuesta radica en la confianza creativa.
Al escucharlos, recordé el libro de los hermanos Tom y David Kelly, creadores de la empresa global de diseño IDEO, precisamente titulado Creative Confidence. Unleashing the creative potential within us all o Confianza creativa. Liberando nuestro potencial creativo, traducción que propongo. Así que, antes de continuar con un curso donde la innovación es el objetivo, y tomando en cuenta que la creatividad es un requisito para que surja, encargué la lectura de algunas partes de la obra.
Los Kelly, a través del relato de historias interesantes y convincentes, nos dan recetas para desbloquear y fortalecer la creatividad que está presente en todos nosotros. Para ello refieren el resultado de diversos estudios científicos y análisis psicológicos que permiten entender por qué todos somos creativos y, por lo tanto, podemos innovar.
A lo largo de ocho capítulos, ellos nos ayudan a vencer los mitos expresados en párrafos previos, recordándonos que, como niños, todos hemos sido creativos al haber hecho modelaje con tierra o plastilina, o simplemente dibujos con garabatos. Nos llevan
a ver que todos los seres humanos tenemos ideas y revelaciones, por lo que en cada uno de nosotros existe el potencial para innovar.
David y Tom Kelly demuestran que la creatividad es una mentalidad, una decisión, una manera de pensar, una forma de acercarnos a la identificación de una solución. Nos enseñan también que existen metodologías para esparcir la creatividad entre todos nosotros y para que, tal como hacemos con los músculos, mientras más la usemos, más fuerte y presente estará. Quizá no todos lleguemos a ser artistas, pero podemos ser doctores, profesores, abogados, administradores, economistas, vendedores o arquitectos más creativos.
Luego de la lectura, los asistentes a mi clase están más motivados y saben que la innovación y la creatividad influyen de una forma muy importante en los logros de todo tipo de negocio, y que ambas son habilidades que todo líder requiere para enfrentar el futuro con éxito.
Autor del libro Innovación Publica: cómo tener la certeza de hacer bien las cosas y además innovar. Los proyectos de administración de innovación que ha dirigido han recibido varios premios. Es Socio Director en TSOM US, Managing Director Mexico de Prosperas y fundador del movimiento SoyThinkie a través del cual se guía el talento de niñas, niños, jóvenes y no tan jóvenes para adquirir las habilidades necesarias que ayuden a enfrentar el futuro con éxito.
Coordina el Diplomado para Titulación de la Maestría de Innovación Pública en el INAP y es Coordinador de Innovación en la revista Buen Gobierno. Sus conocimientos en innovación le han valido la certificación de Designer Thinking por IDEO y han dado lugar a que sea consejero de varias empresas en México y el extranjero en dicha materia.
La creatividad es una mentalidad, una decisión, una manera de pensar, una forma de acercarnos a la identificación de una solución
he Dark Side of the Moon de Pink Floyd es uno de los pocos álbumes que no sólo se han vuelto clásicos, sino que también han creado sus propias leyendas urbanas, como Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de The Beatles, Led Zeppelin IV y Rumors de Fleetwood Mac.
Lanzada en 1973, esta suite sobre las dificultades y presiones de la vida moderna y la locura llevaba un año de haberse ensayado en giras con el nombre de Eclipse. Fue tal su éxito que lo tocaron en su totalidad hasta 1975. Incluso tanto el Pink Floyd tutelado por David Gilmour como Roger Waters solista lo interpretaron en sus giras de 1994-95 y 2006-07, respectivamente. Hay infinidad de bootleg de concierto.
Tiene récords de ventas y de permanencia en cuanta lista de popularidad existe en el planeta.
Abundan las teorías y especulaciones sobre cada detalle sonoro, e incluso en 1995 se difundió la hipótesis de que la obra estaba sincronizada con The Wizard of Oz.
¿Por qué el éxito de The Dark Side of the Moon? Según escribió el baterista Nick Mason en sus memorias, el primer factor fueron las letras profundas y universales de Roger Waters. Segundo, la interacción entre los teclados de Rick Wright y la guitarra de David Gilmour: el sello de la banda. A esto añadió el tiempo que tuvieron para madurar el proyecto, el saxofón, las coristas y la calidad en la producción. Así es: describió todo y nada, pero así estamos todos.
Sorprende la cantidad de tributos que se han grabado. Para este artículo encontré 18 versiones distintas, considerando el álbum en su totalidad. Hice un ranking para distinguir lo que vale la pena. ¿En qué me baso? En dos criterios: en primer lugar, que sean versiones divertidas; si cansan a los 10 minutos, no sirven. En segundo, que arrojen perspectivas distintas sobre el original.
1. Celebrating The Dark Side of the Moon, por el músico francés Nguyên Lê, con Michael Gibbs y la NDR Bigband, de 2014. La interpretación reinventa el disco que tanto conocemos, agregando nuevos arreglos y piezas.
2. Dark Side of the Moonshine, por la banda Poor Man’s Whiskey, de 2003. ¿Una versión bluegrass? Los arreglos son complejos, dan ganas de pararse a bailar, y el cambio de la letra de Money por Whiskey no tiene precio.
3. The String Quartet Tribute to The Dark Side of the Moon, por Vitamin String Quartet (VSQ), de 2003. Aunque no me gustan los arreglos “clásicos” por predecibles, el disco demuestra gran ingenio en la composición y ejecución.
4. The Not-so-bright Side of the Moon, por The Squirrels, 2000. Esta banda voló el disco en pedazos, mezclando parodia, extrapolaciones con rockabilly y Frank Zappa, y excelentes interpretaciones.
5. From the Dark Side of the Moon, por la cantautora estadounidense Mary Fahl, 2011. Versión oscura y onírica, alrededor de efectos vocales e instrumentaciones electrónicas.
1. The Dark Side of the Moon, por The Flaming Lips y Stardeath and White Dwarfs, con Henry Rollins y Ke$ha, de 2009. Por momentos uno piensa qué hubiera pasado si el primer líder de Pink Floyd, Syd Barrett, no se hubiera vuelto loco en 1968 y hubieran sacado este disco.
2. The Dark side of the Moon, por Martin Miller Session Band, 2017. ¿Cómo interpretarían
Encontré 18 versiones distintas de tributos que se han grabado de The Dark Side of the Moon de Pink Floyd, considerando el álbum en su totalidad
los arreglos básicos músicos con capacidades técnicas e interpretativas más trabajadas? El resultado suena muy interesante.
3. The Dark Side of the Moon, por Phish. Grabado en 1998, hacen una interpretación algo “palomeada” del álbum alrededor de las dos horas con quince minutos. Si les gusta escuchar a una banda jugar en escena con un clásico, vayan aquí.
4. The Jazz Side of the Moon, por Sam Yahel, de 2008. Arreglos libres que dan juego a las melodías originales.
5. The Dark Side of the Wu, por Wu Tang Clan vs. Pink Floyd, 2019. Un mash-up de estilos, donde
los raperos hacen su propia historia sobre alienación, marginación y reivindicación mientras remezclan el clásico.
6. The Dub Side of the Moon, por Easy Star All Stars, de 2003. Una interpretación en reggae bastante amena. Y es la única versión de las aquí incluidas que he escuchado en un bar lounge sin que nadie diga nada.
Doom Side of the Moon (2017) es una versión metalera/dark predecible. La banda vocal Vocomotion grabó en 2007 Dark Side of the Moon A Capella
y, aunque pareciera una buena idea, los arreglos no dan para tanto. El colectivo The Sound of Apskaft lanzó en 2012 The Dark Side of the Monkey, aunque es una obra desigual. Y la revisión de Easy Star All Stars con The Dubber Side of the Moon en 2010 sólo es apta para clavados en el género.
Por más que Dream Theater haya hecho su versión en vivo en 2005, reproduce nota por nota. En el mismo rango están los tributos The Moon Revisited (1995) y Return to the Dark Side of the Moon
(2006): por más que incluyan a músicos reconocidos como Robert Berry y Billy Sherwood (en el primer título) y Adrian Belew, Robby Krieger, Colin Moulding, Tony Levin y Steve Howe (en el segundo), difícilmente harán algo innovador si los ponen a tocar con una pista pregrabada.
Fernando DworakAnalista y consultor político, experto en temas legislativos y melómano. El orden de los factores puede o no influir en el producto, según el contexto. Todo está registrado en fernandodworak.com.
La pandemia de COVID-19 nos colocó en escenarios muy retadores que aceleraron el aprendizaje, la digitalización y la innovación en distintos ámbitos de la vida, pero también de recesión económica, reducción de los equipos de trabajo, incertidumbre y miedo. La resiliencia de los líderes de América Latina y el mundo está siendo desafiada como nunca, entendiendo ésta como la capacidad de superar un evento adverso y salir fortalecido, en equivalencia al término usado en física y química al designar la capacidad de un material o superficie para recuperar su forma inicial después de que una fuerza lo ha deformado. No en vano proviene del latín resilio que significa volver de un salto, rebotar o resaltar, es decir, resurgir.
Al contraerse los equipos, un mayor sentido de urgencia y la hiperresponsabilidad provocan altos niveles de estrés que afectan la calidad de vida de las personas, especialmente su salud física, mental y emocional. ¿Y qué pasa con el líder estresado? ¿Cuál es el rol del liderazgo ante el estrés y por qué este tema es más relevante que antes? ¿Qué mentalidad requiere un buen líder para manejar el estrés propio y el de su staff?
En busca de respuestas, recurrimos a María Teresa Zavala Alarcón, MBTI Conferencista Internacional (certificada por Myer Briggs©) en temas como El Poder Personal, Liderazgo Empresarial e Inteligencia Emocional. Ha enfocado su investigación en los alcances del cerebro y la fortaleza de la mente para potenciar la genialidad y excelencia de los líderes. Es autora del Programa de Aprendizaje Acelerado del idioma inglés
Tere, como le gusta que le digan, nació en la Ciudad de México en 1955 y desde la adolescencia tuvo contacto con la radiología debido al trabajo de su padre, por lo cual tempranamente se descubrió como apasionada de la aventura científica, tanto así que estudió la Licenciatura en Ciencias en la Universidad Nacional Autónoma de México. Posteriormente continuó sus estudios de radiología y neurociencias en los Estados Unidos e Inglaterra. Tiene un Máster en Negocios con Programación Neurolingüística, así como diversos estudios con los creadores y máximos exponentes de la PNL (John Grinder), PhotoReading (Paul Scheele), Mind Mapping (Tony Buzan), Pensamiento Lateral (Edward de Bono) e Inteligencia Emocional (Daniel Goleman), entre otros. Es fundadora de Practical Education For Executives (PEFE) y Amazing Institute.
Del latín stringere (apretar) y su derivado en inglés stress (fatiga), el estrés es una reacción fisiológica del organismo cuando percibe una situación amenazante. Se construye en la parte más básica del cerebro con propósitos de supervivencia.
Para Tere Zavala, el estrés continuo o acumulado es “esa sensación de cansancio y hastío que te invade el cuerpo y la mente, que te deja varado sintiendo que no puedes dar más y te hace desear darte por vencido. A nivel emocional, el estrés se traduce en agotamiento y, cuando estás agotado, no eres libre”.
El líder tiene la responsabilidad de sacar a flote un negocio del cual muchas familias dependen, mientras está luchando contra una de las mayores adversidades que ha enfrentado la humanidad: nos referimos a los efectos de la pandemia. A mayor éxito, mayor presión, lo que puede llevar a mayor estrés. ¿Cómo contrarrestarlo?
“Para evitar ser víctima del estrés en circunstancias completamente nuevas a las que se han experimentado previamente, les doy un consejo a los líderes”, arranca con todo Tere Zavala. “Las cosas suceden dos veces: la primera vez en tu mente y la segunda en la realidad. Mentalmente tienes que concebir todos los imprevistos que vas a tener que enfrentar en el día a día. Un verdadero líder piensa, en primer lugar, con qué elementos cuenta para regresar a su propia esencia y encontrar su punto de apoyo, incluso si en ese momento no tiene los recursos económicos suficientes para afrontar los problemas: sus fortalezas, sus debilidades, qué peligros corre y qué oportunidades tiene que nadie más tenga”.
“No olvidemos que el estrés es contagioso como un virus y que el equipo tiende a parecerse o ser semejante a su líder. Si el líder está fuera de balance, su equipo va a estar fuera de balance. Recordemos que hay hábitos que te sacan del equilibrio y otros que te llevan a vivir en armonía. En este aspecto se necesita disciplina. Aprende a contar contigo mismo: no pierdas el hábito de hacer diariamente tu rutina de ejercicio o deporte; no puedes descuidar tu balance nutricional. Por otro lado, el estrés afecta el sueño y viceversa; tenemos que aprender a dormir correctamente y ser disciplinados con nuestro descanso”.
Por años se nos han dicho —probablemente desde una concepción machista — que el líder es fuerte y nunca tiene miedo, que es inflexible y no se quiebra con nada, que sabe a dónde va en todo momento y por eso lo siguen. Hoy sabemos que el líder también tiene la tarea de sentir porque es un ser humano y esto es la base para lograr empatía con su equipo. Y sí, tiene dudas y miedos, y su equipo necesita saberlo, pero no se estanca en la queja ni en el pesimismo, sino que mueve las velas del barco y aprovecha el viento. ¿Por qué es importante que un líder ponga atención a su bienestar integral o wellness?
“Parte del liderazgo es dar confianza a través de la vinculación y el reconocimiento de la gente que está alrededor de quien dirige”, explica Teresa Zavala. “Imagínate que tu oficina es como un búnker donde tu equipo de trabajo va a llegar a cargar batería… o a perder energía. Tú eres esa pila que
produce certidumbre. Cuando tu oficina es de wellness*, es importante considerar a dónde quieres llevar a los demás con todo lo que piensas, sientes, haces y dices, y en ello tiene que haber congruencia. Si como hablas piensas, y si como piensas actúas, empiezas a ser congruente. El wellness va a ser el reflejo de tal congruencia; lo que transmitas o ‘manes’ a tu organización estará basado en la coherencia de todos tus aspectos personales. Si no la hay, podrías generar toxicidad dentro de la empresa”.
Nada que ver, entonces, con el mito de que el líder estresado genera productividad o es percibido
*wellness: equilibrio saludable entre los aspectos mental, físico y emocional de la persona, obteniendo como resultado un estado de bienestar general.
como alguien muy comprometido porque suele andar con prisa y angustia. Teresa agrega: “Un líder estresado es contaminante e incluso llega a provocar resistencia al cambio. Recomiendo a los líderes tener un bonsái en su oficina y, en algún momento del día, sentarse a observarlo sin hacer otra cosa. Minutos después pueden reflexionar qué aspectos están afectando el crecimiento armónico de la organización y qué necesitan hacer para fomentar el crecimiento de aquellas ‘ramas’ que quieren nutrir. El tiempo para pensar es esencial; es como cargar gasolina. El líder no se puede perder en el hacer y hacer. No puedes dar lo que no tienes”.
“Aprende a contar contigo mismo”
Un líder que no tiene tiempo para ser buena pareja, buen padre o buen hijo no es líder
Desde la pandemia, la relación entre el líder y su equipo ha tomado distancia física debido al confinamiento. ¿Cómo hacer que el líder siga siendo cercano? Zavala es contundente: “Un líder debe tener presencia, más que nunca, con sus equipos de trabajo, aunque no puedan permanecer juntos en la oficina. Hoy contamos con herramientas digitales que nos permiten seguir conectados. No puedes ignorar las necesidades, anhelos, expectativas, preocupaciones y problemas de las personas que trabajan contigo, por ejemplo, si alguien tiene problemas para conectarse a las reuniones virtuales y qué requiere al respecto por parte de la empresa. Debes escuchar a tu equipo con toda tu atención; la distancia física no puede ser una barrera en estos tiempos. La presencia es parte de la congruencia que transmite el líder”.
“Liderar es guiar; el líder guía a su equipo hacia esa ‘luz’ que es el dónde sí se puede. Para ello, es muy
importante identificar si el talento está en el lugar adecuado. No hay infelicidad más grande que un pintor de alto calibre que se dedica a pintar casas. Es fundamental que conozcas bien los talentos de la gente que está a tu cargo. En la medida en que conoces sus fortalezas, vas a poder guiar a las personas a un camino mejor”.
“Sin importar la distancia física, que ya es relativa con la digitalización, también necesitas conocer qué tan motivada está la gente de tu equipo. Reconoce sus logros y esfuerzos. Hazles saber que están presentes, que son importantes y que sus acciones cuentan rumbo al propósito que persiguen juntos. Motívalos a que transformen su energía en productividad y éxito hacia senderos donde las cosas sí sucedan. Enseña el cómo sí. Cuenta qué se ha logrado y cómo se ha logrado. Los casos de éxito, tanto de la empresa como de otros ámbitos, son un vehículo muy útil. ‘Esto ha pasado en el mundo y ahora cómo lo vamos a lograr nosotros’. Haz el éxito radiante dentro de la organización”.
Resolver retos complejos en una empresa privada u organización pública implica mucho tiempo que suele mermar el cuidado de la salud y los lazos familiares. “Un líder que no tiene tiempo para ser buena pareja, buen padre, buen hijo, buen hermano o buen amigo no es líder”, enfatiza la especialista en neurociencias. “Empezar por nuestro entorno es esencial”.
“En la vida tenemos que aprender a cambiar nuestros escenarios. Si vas a cocinar, por ejemplo, haz todo un escenario de aprendizaje y colaboración con tu familia: pide aportaciones, negocia qué ingredientes poner a los platillos, organicen los días para lavar los platos entre todos como un servicio para los demás. Diseña tu vida: aparta el tiempo que quieres dedicarle a tu familia y vívelo con todo tu ser”.
Ante situaciones demandantes o estresantes, qué importante es la influencia de una o un líder que transmita pasión, pero también paz. ¿Cómo mantener la paz consigo mismo? “Cuando nos vemos a nosotros mismos como un diamante, vamos a cuidar cada una de las áreas de nuestra vida. La primera es la salud: cuida de ti mismo como tu mayor tesoro. La segunda es tu pareja: trátala como el líder que quisieras tener a un lado; apoya su liderazgo. Tu familia es el tercer componente del diamante: qué destino quieres crear para tus hijos y qué influencia deseas generar en ellos, pensando como líder. Otra zona del diamante corresponde a las relaciones sociales: procura que tus amigos sean personas que te nutran. Invierte en tu
Puedes encontrar el libro Neuroliderazgo: Elpoderpersonalparatransformartuvidaytuempresa, de Teresa Zavala, en innspira.me. Contiene audios para trabajo subconsciente.
preparación de forma permanente y vincúlate con las mejores instituciones, empresas y personas de todo el mundo. A la par del sentido de pertenencia, es fundamental el de trascendencia: siempre piensa cómo puedes ver por ti y por más gente alrededor de ti. Tu trabajo y tu economía son otras partes del diamante que se complementan con las demás. No pueden vivirse de manera fragmentada”.
¿Qué pasa cuando el líder se encuentra en un estado de agotamiento extremo, incluso en situaciones de adicción o depresión? “Es importante que el líder aprenda a formar un grupo de apoyo alrededor de él o ella”, recomienda María Teresa. “La depresión es una buena noticia porque es una señal de que la persona tiene mucha energía, pero se está quedando dentro de ella y la frustración es enorme. El primer paso es acudir al médico para revisar la salud física (no olvides revisar tus niveles hormonales que se relacionan con tu metabolismo). Ayuda mucho hacer ejercicio y aprender a meditar (el mindfulness o atención consciente reduce esa obsesión de pensar en lo que no ha funcionado y permite transformar la energía hacia un estado altamente productivo). Aprende a habitar tu cuerpo con mente plena y a ver en una dimensión mayor. El arte del pensamiento hace posible el verdadero liderazgo”.
París siempre es un placer, pero el ambiente invernal le da un toque todavía más especial. Los franceses —de por sí distinguidos— lo son aún más enfundados en ropa de invierno: abrigos, guantes, bufandas de cashmere. Además, el turismo baja, así que enero y febrero son meses perfectos para visitar la bellísima capital francesa con total calma.
La ciudad que capitanea la alcaldesa Anne Hidalgo presume su elegancia en callejuelas, avenidas y tiendas, por lo que recorrer París a pie, a pesar del frío, es lo mejor. Para quienes disfruten las compras, el principio del año es la temporada ideal, pues les garantizo que encontrarán baratas y precios muy accesibles.
Caminen por dos zonas en busca de tiendas pequeñas, ya sean de marcas conocidas o, mis favoritas, de diseñadores jóvenes con nuevas propuestas: Le Marais (y, de paso, visitan la Place des Vosges y el Museo Picasso) o por la de Saint Germain (haciendo una parada en el Deux Magots para tomar una copa).
Si prefieren comercios departamentales, vayan a Le Bon Marché, en la Rive Gauche, con menos turistas. Huyan de las Galerías Lafayette: ¡hasta para entrar a Vuitton hay interminables filas! Después de unas compras tranquilas, atraviesen el parque de enfrente para llegar al recién reinagurado Hotel Lutétia y pidan un kir royal en el bar o reserven mesa en la terraza para la hora del té, a la manera inglesa.
Otro lugar encantador es la Isla de San Luis, detrás de la catedral de Nôtre Dame (cerrada por el incendio). Con tiendas pequeñas y galerías de arte, también hay cafés y bistrós en los que se puede hacer una pausa para descansar, tomar vino caliente y ver pasar a los transeúntes. Observar a la gente es una de las actividades favoritas de los parisinos: adóptenla e imaginen, al ver rostros, maneras de moverse y miradas, sus distintas historias. La calle que atraviesa la isla se recorre en quince minutos. Entren a Pylônes; no se van a arrepentir, pues venden coloridos productos de diseños exóticos: cepillos de dientes, paraguas, tazas, artículos para el hogar y hasta joyas extrañísimas que no pasarán desapercibidas. Y aunque haga mucho frío, no vayan a irse
sin probar un helado de cocoa de la famosa firma Berthillon.
Acostumbro ver qué exposiciones temporales hay y, así, elijo museos. Si no quieren hacer largas filas, es esencial que compren sus boletos con anticipación (por internet) para cierta fecha y hora.
Deben ir a la Bolsa de Comercio que renovó el arquitecto japonés Tadao Ando y que ahora alberga la colección de arte moderno del famoso millonario francés François Pinault, suegro de “nuestra” Salma Hayek.
Los museos enormes me dan un poco de fobia, prefiero los pequeños. ¿Mis favoritos? El Marmottan (me puedo quedar horas observando los nenúfares de Monet), el Maillol, la Casa de Balzac y el Jacquemart-André. Este último fue la impresionante residencia del coleccionista Edouard André y se ubica en una zona poco turística pero muy bella. El piso de abajo conserva los muebles originales y, en el de arriba, se montan las exposiciones temporales. Antes de visitar el museo, den un paseo por el parque Monceau.
Y, claro, no pueden irse de París sin la experiencia del Atelier des Lumières con los shows, que se alternan, de Gaudí y Dalí (el de Van Gogh ya llegó a México), ya que vale mucho la pena: imágenes de las obras de ambos creadores españoles proyectadas en paredes y piso, combinadas con una selección de música que, de verdad, atrapa y conmueve. Como a esta ciudad se viene a comer (creo que es mi actividad preferida y se nota en mi eterna
En la Isla de San Luis, detrás de la catedral de Nôtre Dame, también hay cafés y bistrós para hacer una pausa, tomar vino caliente y ver pasar a los transeúntes
adicción a las dietas), ahí les va una lista. Se han puesto de moda los restaurantes en los museos. Si les gustan los mariscos, vayan a La Giraffe, dentro de Trocadero. Casi al lado, en el Palais de Tokyo (Museo de Arte Moderno), les espera un menú original en Monsieur Bleu que, a pesar de su nombre, tiene una decoración en diversos tonos de verde y ni una sola pincelada azul. En ambos lugares basta asomarse a las ventanas para ver la Torre Eiffel muy cerca. En el Grand Palais, en la entrada que da hacia el Sena, está el bar y restaurante Minipalais; si bien la comida no es memorable, el lugar sí lo es, sobre todo si consiguen mesa en la terraza. En otro rubro, mi lugar favorito es, por mucho, el Atelier de Joël Robuchon, en la calle de Montalembert (no confundir con el de Champs Elysées). No es recomendable ir si son más de tres personas
porque no podrán platicar bien, ya que hay que sentarse en una barra que rodea una moderna cocina en tonos negros y rojos. Desde su lugar pueden ver al chef dando órdenes y a varios cocineros jóvenes obedeciendo y haciendo magia. La comida es verdaderamente espectacular... aunque sus precios también. Si hay pasta con trufa, no se la pierdan. También los girolles con macarrones y parmesano y, sobre todo, las costillitas de cordero lechal acompañadas de un puré de papa que los hará flotar al paraíso. El menú ofrece platos pequeños, así que pueden elegir tres de ellos, en lugar de dos de tamaño normal.
Si viajan con jóvenes, los lugares para “ver y ser vistos” son la terraza del Hotel Costes, la de la Ópera Garnier y el Kong. Y a quien le guste ser atendido por meseras que parecen modelos,
además de una buena comida, hay tres restaurantes hermanos con casi idéntico menú: L´Avenue, Le Marigny y L´Esplanade, este último con una magnífica vista de Los Inválidos.
Se dice que los meseros parisinos no son amables, pero ustedes pueden desarmarlos si muestran ganas de hablar francés. Apréndanse, al menos, un Bonjour, Monsieur y un Comment allez vous? y con eso les garantizo una sonrisa y mejor servicio.
Para transportarse, Uber es una buena opción: a mejor precio que los taxis y con conductores más amables. Pero no olviden el sistema de transporte público: los autobuses son magníficos y fáciles de usar. ¿Y el metro? Si en verano el calor de los vagones es verdaderamente insoportable, en invierno se agradece.
Si se niegan a subir a la Torre Eiffel, la mejor vista la tienen desde la plazoleta frente al Sagrado Corazón, en Montmartre, o desde el último piso del Museo Pompidou.
La Ciudad Luz es la favorita de muchos turistas. Es casi un lugar común... pero un lugar común al que todos quisiéramos ir una vez al año. En invierno, a refugiarnos del frío en cafés callejeros o a caminar por las calles, respirando el aroma de las castañas asadas.
Beatriz Rivas
Viajera incansable y novelista. Entre sus libros están Dios se fue de viaje, La hora sin diosas, Jamás, nadie y Lo que no he dicho. ¡Ah! Y ama tomar whiskys en cuanto se sube a un avión (y también en cuanto se baja).
Se han puesto de moda los restaurantes en los museos. Si les gustan los mariscos, vayan a La Giraffe, dentro de Trocadero
La Cuarta Revolución Industrial*, combinada con la disrupción pandémica del COVID-19, está modificando, de forma radical, prácticamente todos los ámbitos de nuestras vidas. Cambió y sigue cambiando la forma en que consumimos, trabajamos, aprendemos, nos divertimos, amamos y nos relacionamos. En este contexto, la marca personal o personal brand, definida hace más de 20 años por Tom Peters en su multicitado artículo “The Brand Called You” en la revista Fast Company, también ha sufrido transiciones importantes: hoy resulta obvio que nuestra imagen profesional se puede gerenciar o administrar para mejorar la percepción de otros sobre nosotros, diferenciarnos de nuestros colegas en competencia y acelerar nuestro crecimiento.
Esta nueva realidad digital generó mecanismos y plataformas emergentes que comunican amplia e instantáneamente quiénes somos, qué hacemos, a dónde vamos, en qué creemos, con quién socializamos, qué comemos, qué nos gusta y disgusta. Con cada posteo, tuit, like, story o foto que compartimos en redes sociales, con cada meme, challenge o
*Cuarta Revolución
Industrial: etapa marcada por la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas que cambiará el mundo tal como lo conocemos. También se denomina Revolución 4.0.
tren del mame al que nos adherimos, vamos construyendo una imagen personal que podría ser absolutamente ficticia o medianamente cercana a lo que somos, pero definitivamente es una construcción editorial personal que puede ser intervenida, planificada y ejecutada con ciertos fines.
Las redes sociales nos empoderaron como individuos y nos convirtieron en curadores y generadores de contenido, expertos en ignorar un maremágnum de información, parafraseando al analista estadounidense Nate Silver: seleccionar y separar la señal (lo que nos interesa) del ruido (lo que no nos importa). El viejo modelo laswelliano de comunicación (Quién dice Qué, a Quién, en Qué Canal y con Qué Efecto), separando roles de Emisor, Mensaje, Receptor, Medio y Efecto, quedó superado por una nueva realidad comunicacional más líquida de roles intercambiables, hipersegmentada, instantánea y explosiva en la diversidad de mensajes, que utiliza canales y medios casi infinitos y que detona una multiplicidad de efectos, en ocasiones opuestos a los deseados.
Así, nos convertimos en una especie de artesanos digitales, internautas prosumidores* de la propia versión de nosotros mismos: esa invención curatorial que llamamos marca personal.
*prosumidor: término formado con las palabras productor (o profesional o proveedor) y consumidor. A partir de internet, y especialmente las redes sociales, el consumidor genera opinión y contenidos que influyen en la comunidad de compradores de un producto o servicio. Puede sustituir al anglicismo prosumer.
Si las personas ya no compramos productos sino las historias que éstos simbolizan, ¿por qué debería ser distinto con las marcas personales?
La gestión de la marca personal está sufriendo la misma transición que ha tenido el marketing de productos y servicios en el mundo: en un primer momento de la industria publicitaria, todo se enfocaba en el producto y sus beneficios funcionales; un segundo momento puso el enfoque en la marca y en sus dimensiones emocionales (lo que siento al utilizar el producto) o de autoexpresión (en lo que creo que me convierto al usar el producto); y finalmente, hoy estamos en lo que Christian Salmon, el experto francés en storytelling, llama la Era Narrativa o el Nuevo Orden Narrativo, donde lo que importa es crear historias para formatear la mente de las personas y construir un orden distinto del relato: uno ficticio que sustituye a la realidad, uno nuevo en el terreno de la teatralización, el entretenimiento y la irracionalidad de los afectos.
Vivimos en un ecosistema comunicacional de relatos cuidadosamente elaborados con las mejores características y formatos para generar engagement (esa deseada vinculación emocional estable entre una persona y una marca) y stopping power (el logro de no ser ignorado entre los cuatro y 10 mil estímulos publicitarios que se calcula que nos impactan diariamente) con las audiencias nómadas, hipersegmentadas y fugaces del mundo digital. El paradigma dominante del marketing es contar historias para atraer a consumidores, audiencias o ciudadanos.
Si las personas ya no compramos productos sino las historias, los mitos y los arquetipos que éstos representan y simbolizan, ¿por qué debería ser distinto
con las marcas personales? Si trasladamos el nuevo orden narrativo propuesto por Salmon a la dimensión individual, entonces no deberíamos tratar de convencer a nuestro interlocutor de que “nos compre”, sino sumergirlo en nuestro universo narrativo. El objetivo central, entonces, es tener un relato a comunicar sobre nosotros mismos para conseguir los objetivos y efectos de imagen y opinión deseados.
Dicha narrativa personal no es necesariamente una historia de vida o una autobiografía (géneros con pretensión de verdad), sino un storytelling, una confección que sintetiza aquello que queremos contar y proyectar: cada tuit, cada foto en Facebook o Instagram, cada elemento compartido de nuestra vida privada o profesional constituye una pieza del collage de nuestra marca personal, una invitación a entrar o salir de nuestro universo narrativo y de la historia que nos atrevemos a contar de nosotros mismos. En la Era Narrativa también somos historias. ¿Cuál es tu relato?
Claudio Flores Thomas CEO de ALTAZOR Intelligence. Comunicólogo Social por la UAM-X, Maestro en Ciencias de la Comunicación por la UIA y Doctor Cum Laude en Periodismo y Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona, donde fue merecedor del premio extraordinario de doctorado por sus aportes de investigación. Especialista en investigación de mercados y opinión pública desde hace más de 25 años. Actualmente es Presidente del Consejo Directivo de la Alianza por el Valor Estratégico de las Marcas (AVE).
Jesús Cornejo
Llegamos diez minutos antes de lo acordado a una casa de fachada color buganvilia. Pequeñas macetas de barro con flores amarillas, rosas y blancas descansaban en el alféizar de las ventanas cuyo marco de piedra estaba coloreado con más amarillo y añil. Atendimos el panorama con una sensación de armonía y alegría a la vez. Nos abrió la sonrisa de una asistente con la invitación a pasar. Mientras maniobrábamos el equipo de grabación, Horacio Franco apareció, desde la calle, en leggings y cubreboca: venía de correr por el circuito que más le gusta de la colonia donde vive. Tocar un instrumento de aliento en una ciudad tan alta y contaminada, como la Ciudad de México, implica una respiración más consciente que Horacio procura a través de técnicas para inhalar con todos sus pulmones y, por supuesto, con el ejercicio diario al que le suma su costumbre de andar en bicicleta. Un clavecín de madera —en tonos parecidos al vino tinto— aguardaba al centro del estudio de trabajo del flautista que ha sido profesor de tiempo completo en el Conservatorio Nacional de Música por más de 35 años. Las paredes del espacio donde al músico le gusta ensayar mostraban fotografías en las que aparece con su flauta de pico, óleos que le han dedicado diversos pintores, libros, dibujos enmarcados, diplomas, preseas y un pequeño busto de Johann Sebastian Bach, al que considera el más grande compositor de la historia.
Minutos después apareció en playera gris, grid pants, sus emblemáticos tatuajes en los brazos y una disposición cálida y sonriente. Si bien hemos seguido sus conciertos online durante la pandemia —recientemente una sesión de música barroca, maya y yaqui—, nos dio un gusto enorme constatar en persona que se encontraba sano tras haber dado positivo a COVID-19 a mediados de marzo de 2020, después de ofrecer un concierto en el Lincoln Center de Nueva York. Fue uno de los primeros casos detectados en México: ingresó al hospital por neumonía con tos intensa y perdió el gusto y el olfato. En tres semanas se recuperó sin que quedaran secuelas. “Me agotaba mucho al tocar la flauta, pero no perdí capacidad pulmonar, por fortuna”.
De un promedio de 150 conciertos al año que solía dar antes de la crisis sanitaria, pasó a cinco o seis, y sólo uno de la orquesta que él dirige desde los noventa —Cappella Barroca de México— para la inauguración del Festival de Música de Morelia. “A todos los artistas a nivel mundial, sobre todo los escénicos, la pandemia nos puso en una tremenda encrucijada de vida, salud, trabajo y emociones. Se nos quitó la manera de ganarnos el sustento, pero también de expresarnos y de ser felices con lo que hacemos en espectáculos públicos”, reconoció Horacio evocando la mística de la música en vivo. “Es un evento de comunicación de ideas, emociones y sentimientos de una manera totalmente ritual con el público presente; un momento único e irrepetible que no puede sustituirse de modo virtual o mediático. La vida que la presencia da al fenómeno artístico se fue con la pandemia”.
Cuando la curva de la COVID-19 hizo posible que se reuniera presencialmente con la Sinfónica del Estado de México y la Orquesta del Instituto Politécni-
co Nacional para dirigirlas, Franco experimentó una bocanada de aire fresco y renovador: “Dirigir me hizo renacer en plena pandemia. Escuchar a los músicos tocar en vivo, aunque sea con cubrebocas, fue como volver a la vida”. Durante un concierto en Zacatecas en agosto pasado, “me puse a llorar de emoción. Ahí estaba el público en persona. Para eso vivo”.
El director de la Orquesta Cappella Barroca de México —ensamble de 18 músicos y 16 cantantes que está dedicado a la ejecución, apreciación e investigación de la música barroca con instrumentos originales de la época— vislumbra que será difícil recobrar la normalidad con las olas de la pandemia. “Tendrá que haber una disminución del número de asistentes a las salas de conciertos y trataremos de sobrevivir haciendo tres o cuatro funciones diarias en lugar de una o dos, cuidando los protocolos sanitarios”.
Tocar en vivo fue como volver a la vida
Para el flautista mexicano que es considerado por la crítica especializada como el mejor del mundo en la modalidad de pico, el trance de COVID-19 hizo que descubriera aspectos muy importantes:
1. “Nos dimos cuenta de todo el tiempo que perdíamos en desplazarnos físicamente en acciones que no venían al caso”.
2. “Me dio por la introspección. Aprendí a no querer apresurar las cosas ni forzarlas”.
3. “Hice lo mismo que realizaba antes, pero desde casa. No dejé de hacer ejercicio ni de comer sano”.
4. “Me acostumbré a dar clases en línea”.
5. “Le dimos vacaciones pagadas a la señora que nos ayuda en casa durante unos cinco meses. Valoré aún más lo fundamentales que son las personas que hacen limpieza porque el cuidado de la casa implica mucho tiempo”.
En 2018, Horacio Franco celebró sus 40 años de carrera artística con un concierto en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, el mismo recinto donde dio su primer concierto como solista, acompañado de una orquesta, exactamente el 14 de abril de 1978, cuando sólo tenía 14 años de edad.
El romance con la música, que está por cumplir 44 años, inició como un flechazo instantáneo. Cuando Horacio iba en primero de secundaria —a los 11 años— escuchó a una compañera de su escuela tocar una pieza de Mozart en el piano. “Nunca había estado en contacto tan cercano con la música clásica y en ese momento me cambió la vida. Me entró un haz de luz al cerebro o algo me pasó que nunca más quise hacer otra cosa que no fuera la música”. El parteaguas coincidió con el descubrimiento de su gran facilidad para la flauta, instrumento con el que entró en contacto precisamente al empezar la escuela secundaria. “Esto significó descubrir mi vocación en edad muy temprana y definirme muy bien, cosa que considero que en México es el más grande problema educativo: la orientación vocacional, pues mucha gente acaba estudiando una carrera para la cual no tiene las facultades suficientes ni la pasión”.
Horacio Franco abrió la carrera de flauta de pico en México. “Yo entré al Conservatorio a los 13 años subrepticiamente porque mis padres no querían que estudiara música. Cuando les manifesté mi interés, me dijeron que de eso no iba a vivir, que estudiara una carrera de verdad y que después iba a poder dedicarme a la música como hobbie. Pero sentí que no podía desperdiciar la oportunidad, pues yo sabía que la música es un arte de acondicionamiento físico”.
Como en el Conservatorio no impartían flauta de pico, tuvo que estudiar violín y su maestro, quien era director de la orquesta de cámara, lo trató con displicencia porque ya estaba grande para iniciarse en el instrumento de cuerdas. “En uno de los ensayos, me le presenté y le pedí tocar un concierto como solista con la orquesta. Pensó que estaba loco, hasta que le aclaré que no era con el violín, sino con la flauta. Entonces, empecé a tocar un concierto de Vivaldi, que aprendí de forma autodidacta, y el maestro quedó sorprendido. Para abril de 1978, ya estaba como solista en Bellas Artes”.
No había nadie que le diera clases a Horacio Franco en México. Al cumplir los 16 años, el director del Conservatorio le ofreció titularse con un examen de colocación, crear planes de estudio e impartir
clases. Así se convirtió en el maestro más joven de la institución. “Yo era un chavo muy nerd. Debí haber sido odioso. Estaba dedicado en cuerpo y alma a la música todo el tiempo. Adelanté materias y di clases”. Pero necesitaba maestros porque “un instrumento no se puede estudiar solo por muy talentoso que seas; no se puede estudiar seriamente sin un profesor y sin bases técnicas muy precisas. Esto no es nada más de inspiración y talento, sino de mucho trabajo, de mucho conocimiento y de una implementación metodológica verdaderamente fuerte y ancestral”.
Decidió continuar su preparación en el Conservatorio de Ámsterdam. Escribiendo un artículo, ganó un concurso de la Enciclopedia Británica —misma que aún conserva y exhibe en el estudio de su casa— y con ese dinero pudo pagar su viaje a Holanda para ingresar al conservatorio a los 17 años. Nunca había tenido una sola clase de flauta y aquello fue distinto. “Llegué a la mejor escuela de flauta dulce a nivel mundial, con una cantidad de flautistas de todos los países que tocaban de forma impresionante. Me quedé con la quijada en el piso y me preguntaba qué tenían aquellos que no tuviera yo. Empecé a observar: lo que tenían era una gran metodología —casi cientificista— del aprendizaje del instrumento. Me cuadré y me puse a estudiar como loco. Después de un año, ya estaba dando clases de técnica con uno de mis maestros”.
Regresó a México a los 21 años. “Ya venía con maestría a comerme el mundo, según yo”. Como había sido maestro del Conservatorio, habló con el director en turno y lo aceptaron para dar clases otra vez, así como en la UNAM y en la Escuela Nacional de Música, además de lecciones particulares. Dio un concierto en la radio, para Núcleo Radio Mil, días después del terremoto de 1985. “Aún en tiempos difíciles, puedes hacer cosas que valgan la pena”. Y siguió trabajando mucho. Le habló a Mario Lavista, reconocido compositor de música de concierto, y de esa amistad surgió la obra Ofrenda que Horacio estrenó en 1987. A partir de ese momento, otros compositores empezaron a interesarse en el flautista y aquello fue como una “bola de nieve” que le brindó un amplio repertorio.
El también activista por los derechos indígenas, LGBT+ y de los grupos vulnerables nos reveló que el público está siguiéndolo cada vez más con la carrera que ha logrado a pulso, “poco a poco con el constante ejercicio de la dedicación, el rigor y la disciplina que aplico en la música y en mi persona. No puedo negar que me ha costado mucho trabajo. Ha sido nadar contra corriente y estoy muy satisfecho por eso”.
¿Por qué adora el barroco? “Es el semillero natural de música para la flauta de pico que tuvo su auge en Europa en los siglos XVII y XVIII, y que en el XIX dejó de utilizarse. Casi nadie escribió música para la flauta incluso en el barroco, excepto Vivaldi, Telemann y Bach. No hay un corpus gigantesco de obra escrita para ella. Como flautista de pico tienes que reinventarte, incursionar en otros tipos de música y dirigir”. Muy pocos flautistas con los que Horacio estudió en Holanda terminaron viviendo de su instrumento. “Es difícil. A mí me ha ido bien con la flauta, pero yo me lo busqué. Tuve ganas e iniciativa”.
“De nada te sirven el talento y la pasión si no trabajas con planeación y rigor metodológico”
“Ningún proceso en la vida puede saltarse jamás. Cada uno hay que vivirlo con la mayor de las intensidades, humildades, enterezas, disciplinas y firmezas. Si crees que con un concierto, un cuadro o una coreografía saltarás al estrellato, vas a estar equivocado".
En 1993, Horacio fundó la orquesta Cappella Cervantina gracias a la inspiración y el impulso de Sergio Vela, el entonces director del Festival Internacional Cervantino que se lleva a cabo cada año en Guanajuato. Hoy se llama Cappella Barroca de México y la batuta está en manos de Franco. No ha sido fácil conseguir subsidios públicos y privados para sustentarla. Además, ha tenido que reinventar la gestión, ya que en la época barroca no existían los directores de orquesta.
“Dirigir no es ser un muñequito de pastel que mueve las manos, como mucha gente cree. Un director es una persona que concentra todas las emociones en la puesta escénica y crea un entorno sonoro con base en una partitura que está siguiendo, pero que también está interpretando por él mismo o ella misma. Como director de orquesta se requiere una capacidad intrínseca y gregaria de comunicación. Hay que soltarse como ‘hilo de media’ con tus músicos para explicarles qué es lo que quieres, cómo quieres que suene y hacérselos notar, por ejemplo, tocando el instrumento”.
Al preguntarle si se considera un líder, respondió que sí y en muchos sentidos, pero que “ha sido difícil entender y hacer entender a otros que un líder necesita ser alguien que ponga el ejemplo y no sólo que ‘cacaree’ o hable. Para ser un líder, hay que predicar con el ejemplo y no puedes flaquear nunca. Implica una enorme responsabilidad: es como tener hijos”. Parte de su liderazgo está concentrada en su
labor de maestro del Conservatorio, sobre la cual agregó: “Inspiro mucho y doy lo mejor que puedo a mis alumnos”.
Es fácil pensar que un artista de su trayectoria internacional ya ha logrado todo en su profesión. Sin embargo, Horacio nos sorprendió: “Nunca vas a llegar al epítome o punto más alto de tu carrera en términos creativos, interpretativos y físicos. El objetivo siempre va cambiando; cada artista determina este punto y si ya llegó o no. Y no creo que nadie llegue”.
¿Horacio Franco es feliz? Respondió al instante: “Sí, soy muy feliz haciendo lo que hago, teniendo lo que tengo, habiéndolo trabajado”.
“En todos los lugares del mundo a los que voy procuro estar en silencio y disfrutarlo”
M úsico favorito :
sabor favorito: Salmón
acordE Musical: Si bemol mayor
P aís E s favoritos :
Aquellos con gran sentido de la colectividad como Holanda, Japón, Dinamarca y Suecia
lugar En El Mundo: Su casa en la Ciudad de México
s lógico que haya buena herencia italiana en la comida de Las Vegas. La herencia culinaria de esta ciudad viene de los que se lanzaron a poblarla y convertirla en lo que hoy conocemos, así que Italia iba a estar presente. Pero más allá de aquella generación de italoamericanos que pobló la ciudad hace 70 años, hoy hay una verdadera devoción por esa cocina que siempre ha sido ejemplo de lo que me gusta llamarle «la grandeza de la simplicidad». En este viaje, me encontré con un nuevo lugar en Grand Canal Shoppes en el Venetian. Pero lo mejor fue la historia que encontré. Esto es Brera Osteria y un poco del Chef Eduardo Pérez.
Carlos Dragonné @sabormexicoCuando me enamoré de la cocina, el primer platillo que cociné fue Spaguetti a la Bolognesa que, para mí, es la quintaesencia de la cocina italiana. Años después, comencé mi colección de libros culinarios —que ya va en un número bastante presumible— con la que muchos llaman «La Biblia de la cocina italiana», La Cuchara de Plata. Y he pasado años cocinando una y otra receta que me encuentro, queriendo entender la grandeza de una gastronomía tan amplia. Por supuesto, sigo siendo un neófito si nos basamos en la enorme variedad de platillos que el país de la bota tiene para ofrecer. Pero puedo asegurarles que tengo bastante idea de lo que vale la pena.
Brera Osteria se basa en los años de experiencia y amistad entre los chefs Angelo Auriana y Matteo Ferdinandi, y ocupa el espacio que ya tenían con su concepto Sixth and Mill. La idea de transformar el espacio en uno que ofreciera una cocina más tranquila, alejada de los manteles largos y el fine dining, fue una apuesta atrevida en un año de pandemia.
Pero como dice un clásico: los mejores retos son los complicados. El Chef Eduardo Pérez nos recibe de manera sorpresiva para contarnos un poco de la historia del lugar y presumir todo lo que se hace en la cocina.
Eduardo, nacido en Guatemala, es un claro ejemplo de lo que la disciplina puede lograr con el sueño de crecer. «Yo no sabía que tenía esta pasión por la cocina. Me encontró la pasión y decidí no soltarla nunca», me cuenta mientras rememora sus años en las cocinas de Wolfgang Puck y el momento de saber que había llegado a lo más alto que podía en la compañía del legendario cocinero. Tras haber estado en Los Ángeles, Las Vegas se convirtió en su nuevo hogar de la mano de Angelo Auriana y fue abriéndose espacio en una cocina que Angelo guarda con recelo. Italiano, al final, celosamente tiene las recetas que lo construyeron con sus recuerdos y Eduardo tuvo que demostrar su talento para hacerse cargo de las ideas que ha construido una marca como Brera.
«Ven. Nada como ver de cerca el proceso de la cocina», me dice a media plática y nos metemos, literal, a la cocina. Más allá de los sabores —que están espectaculares—, mucho de lo que pone en alto a Brera Osteria en el competidísimo escenario culinario de Las Vegas es una serie de secretos para tratar los ingredientes más básicos. Desde la manera clásica y tradicional de cocinar una pizza napolitana hasta dejar que ingredientes como la Burrata hable por sí misma, Eduardo tiene a su mando una cocina que puede presumirse como un espacio fundamental para recargar pilas en medio del ajetreo normal que ofrece la ciudad del pecado. Pasamos a las entrañas de la cocina para preparar un Branzino y los trucos más básicos para cocinarlo. Uno de ellos parece tan lógico cuando lo explica Eduardo, mientras el fuego va levantándose en la estufa que hasta me siento mal por no haberlo pensado nunca. Pero de eso se trata una cocina bien ejecutada: de conocer a profundidad las pequeñas diferencias entre productos para sacarle el máximo provecho.
El Chef Eduardo Pérez tiene a su mando una cocina que puede presumirse como un espacio fundamental para recargar pilas en medio del ajetreo normal que ofrece la ciudad del pecado
Eduardo Pérez tiene una larga lista de trucos por haber aprovechado las oportunidades y aprender de quienes estaban alrededor. «Empecé como lavaplatos en Spago y de pronto se abrió la oportunidad de aprender, de estar en las estaciones, de ir creciendo. Pasé años haciendo pizzas y aprendiendo de todos los que podía». No es ajeno a México: cuando estuvo a punto de irse de California, Wolfgang Puck lo mandó a abrir su restaurante en este país. Pero también se enfrentó a la realidad de llegar al límite de donde podía crecer dentro de Spago. De ahí, Matteo Ferdinandi, con quien trabajó en Los Ángeles, lo llamó para arrancar un nuevo proyecto y helo aquí, cinco restaurantes después, en Las Vegas.
Sabe que esta ciudad vive a un ritmo distinto a otras ciudades y parece completamente relajado con la idea de mantener la idea fundamental de la cocina de Angelo Auriana. Mientras platicamos sobre lo que hace diferente a Brera de la enorme competencia que enfrenta en la ciudad —tanto dentro como fuera del strip—, llega la pasta a la mesa y entiendo, en cuanto la veo, por qué es uno de los platillos estelares de un menú que respeta la sutileza de sus orígenes. El papardelle con salsa de jabalí es perfecto y, ante mi expresión, Eduardo esboza una sonrisa. «El truco es que cada pasta se hace con una receta distinta. La proporción de ingredientes es distinta porque la textura y el sabor que requieres para cada platillo es diferente». No, antes de que me pregunten, no me dio la receta. Van a tener que ir a probarlo ustedes.
Mientras espero el postre, me quedo pensando en los muchos restaurantes de cocina italiana que he probado en la ciudad. Aunque muchos de ellos siguen estando entre mi lista de básicos para comer en Las Vegas, también entiendo que varios dependen de la historia detrás para conquistarte. Ya sea la presencia de un clásico neoyorquino en la ciudad del pecado o el nombre de cocineros que han construido su figura como celebridades, estamos acostumbrados a dejar que el marketing detrás del concepto se convierta en razón para admirarlos. ¿Son malos por ello? De ninguna manera. Los platillos de varios han labrado su lugar muy merecido como
fundamentales de la ciudad. Pero es justo esto lo que hace diferente a Brera Osteria.
Detrás de Brera Osteria no hay parafernalia, espectacularidad que lance el menú a las nubes como un evento en sí mismo o la búsqueda de la fotografía que presumir en tus redes sociales. Detrás de la cocina de Brera Osteria está sólo su cocina, su manejo del ingrediente y su respeto por tradiciones que vienen de muchas generaciones de la familia de quienes pusieron este concepto. La bandera de Brera Osteria es, únicamente, la grandeza de la simplicidad. Se lo comento a Eduardo y atina a decirme: «Y no has probado lo que hacemos en Matteo’s. Ojalá puedas darte una vuelta». Mi cerebro estalla.
Salgo de Grand Canal Shoppes por la puerta de Venetian y miro los carteles de star chefs que adornan la fachada. Veo los rostros de Lorena García, Wolfgang Puck, Emeril Lagasse, Buddy Valastro y Thomas Keller, las figuras que Venetian impulsa como sus cocineros icónicos. Me pregunto qué faltará para que se den cuenta de que Eduardo Pérez tiene que estar entre ellos. He tenido la suerte de comer en los lugares de todas esas estrellas culinarias en la propiedad y, honestamente, se me ocurre uno que bien podría dejar disponible ese espacio. Sin duda, la cocina que Eduardo prepara bien lo merece.
Carlos Dragonné Escritor, productor y fotógrafo con más de 20 años de experiencia en la industria de la producción y el mundo editorial. En 2008 decidió que la vida era más divertida contando historias a través de la gastronomía, la gente y sus tradiciones. Así comenzó a escribir en El Gourmet, Chilango y otras publicaciones hasta que en 2010 funda Sabores de México y el Mundo, en donde funge como Director Editorial. Ha publicado tres libros y en 2022 lanzará El Recetario de la Abuela, una compilación de platillos clásicos y tradicionales que han vivido en una familia por más de 80 años.
Los líderes exponenciales son capaces de entender, enfrentar y aprovechar los cambios de alta velocidad del mundo de hoy, impulsados por la tecnología. Estos son los cuatro rasgos distintivos del líder exponencial que las organizaciones del siglo XXI necesitan y buscan:
1.
Humanista
Es empático, toma decisiones con impacto positivo en las personas y transmite pasión y compromiso.
2.
Tecnólogo
3.
Innovador
Busca la mejora continua y nuevas formas de sumar valor. Genera un ambiente de apertura y confianza para que su equipo proponga ideas diversas.
Visualiza los alcances de la tecnología y la incorpora como aliada de la empresa.
4.
Futurista
Se anticipa a los cambios y le entusiasma crear el futuro. Planifica escenarios nuevos.
Fuentes: Singularity University Canadian Institute for Exponential Growth
Ya todo está dicho sobre el cine del director sueco Ingmar Bergman, para muchos el más grande cineasta atestiguado en los primeros 127 años de existencia del cine —alguien diría “el Shakespeare o el Mozart del arte de la imagen en movimiento”—. Y, sin embargo, nunca será suficiente hablar de su obra, revivir sus cintas, sumergirse en las oscuras complejidades de un universo tan personal como mítico.
Las películas de Bergman tienen esa cualidad que sólo los clásicos ostentan: son atemporales, universales y, sobre todo, apasionantes. Algunos de los cineastas que han manifestado su admiración son Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, Krzysztof Kieslowski. Pedro Almodóvar, Ang Lee y Alejandro González Iñárritu.
Mención aparte para Woody Allen, de quien podemos retomar, película tras película, un sinnúmero de referencias a Bergman. Ahí están filmes como Otra mujer (1988), Crímenes y pecados (1989) o Deconstructing Harry (1997), en las que aparecen claves retomadas del filme de Bergman Fresas salvajes (1957), por no mencionar la interrelacionada esencia de cintas como Gritos y susurros (1972) e Interiores (1978), la primera del sueco y la segunda del estadounidense.
Propongo en las siguientes líneas presentar algunas trazas que conformaron el quehacer fílmico de Bergman, particularmente en su vertiente menos citada, la de su oficio como director, misma que le permitió consolidar una obra que ha trascendido a lo largo de los años. Antes de eso, algo de contexto que permitirá entender el alcance de este irrepetible creador audiovisual.
Recuerdo muy bien las sensaciones que me causó el primer visionado de El séptimo sello (1957), filme capital del realizador sueco nacido en Upsala (1918): una experiencia apabullante, con unos planos introductorios en inquietante blanco y negro aludiendo al Apocalipsis en plena época medieval. Un caballero cruzado regresa a casa provisto de desasosiego y reta a La Muerte a
una partida de ajedrez en la que su vida está en juego. Lo que se propone el caballero es encontrar respuestas ante la ausencia de Dios, que parece haber abandonado a la humanidad. El discernimiento en el diálogo, la profundidad argumental, la depuración de los encuadres y esos primeros planos tan magnéticos y expresivos configuran una sintaxis fílmica que a muchos nos hipnotizó desde el minuto cero.
El cineasta realizó media centena de películas a lo largo de 57 años (de 1946 a 2003), una película al año en promedio. Aunque en su libro de memorias Imágenes (1990) él mismo dividió su filmografía en seis grupos (sueños soñadores, primeras películas, farsas farsantes, incredulidad-fe, otras películas y comedias), por economía de caracteres estableceré tres grandes secciones. Una sería la de aprendizaje, que abarca su primera quincena de filmes, desde el melodrama Crisis (1946) hasta la comedia dramática Sonrisas de una noche de verano (1955). La segunda lo consagró en el mundo cinematográfico, de un cariz eminentemente existencial, con títulos como Fresas salvajes (1957), la ya citada El séptimo sello, El rostro (1958), El manantial de la doncella (1960), A través del espejo (1961) y Luz de invierno (1963). En la tercera sección afloran, en mayor medida, obras abocadas al análisis crítico de las relaciones humanas, dramas familiares-conyugales entre los que se encuentran La pasión de Ana (1969), La carcoma (1971), Gritos y susurros (1972), Secretos de un matrimonio (1973), Cara a cara (1976), Sonata de otoño (1978) y Sarabanda (2003).
Las cintas Persona (1966) y Fanny y Alexander (1982) serían dos obras para mencionar de manera apartada. La primera, un drama psicológico de formas más bien vanguardistas y transgresoras, y la segunda es la que los especialistas han definido como el “testamento fílmico” del director, pues condensa forma y fondo del resto de su filmografía, además de que aparecen muchas referencias biográficas del cineasta: la tortuosa relación que tuvo con su padre —un estricto pastor luterano— y los primeros acercamientos con la creación artística, en este caso el teatro.
No quedan dudas sobre las referencias culturales que nutrieron el cine de Ingmar Bergman; desde la devoción que tuvo por el dramaturgo sueco August Strindberg (La señorita Julia, 1888), evocada por la densidad intelectual y la carga de malicia psicológica de los personajes trazados, hasta la vena crítica de la burguesía retomada de Henrik Ibsen (Casa de muñecas, 1879), otro dramaturgo, en este caso noruego.
Y es que bien cabe aclarar que Bergman, antes que cineasta, era persona de teatro, disciplina en la que montó unas 125 obras. Y más aún: en sus propias palabras, el director decía que, aunque amaba profundamente el cine, si lo forzaban a elegir se quedaría con las artes escénicas. No obstante, su reconocimiento y trascendencia universal se dio en el ámbito cinematográfico.
Junto con los referentes descritos, no hay que obviar la condición de pastor de su padre, lo que le dio ese matiz religioso a muchas de sus cintas. En boca del propio director (Cuatro obras, 1965), lo estricto de su seno familiar le dotó del rigor para acometer con seriedad sus proyectos artísticos: “Aprendí una cantidad de valores —eficiencia, puntualidad, un sentido de responsabilidad financiera— que pueden ser llamados ‘burgueses’, pero que son, con todo, importantes para el artista. Forman parte del proceso de fijarse a sí mismo normas severas. Hoy, como realizador de películas, soy escrupuloso, muy trabajador y extremadamente cuidadoso; mis filmes entrañan buena artesanía y mi orgullo es el orgullo del buen artesano”.
Además, en palabras de Erland Josephson, uno de sus actores fetiche, retomadas de Los archivos personales de Ingmar Bergman (Paul Duncan y Bengt Wanselius, 2008), en su rol de director Bergman odiaba las sorpresas y se indignaba cuando los actores, en vez de ensayar durante el fin de semana, salían de paseo. “Domina a sus actores, se trate de cine o de teatro. En el mundo de Bergman, los actores son amenazados y liberados al mismo tiempo”.
Estos puntos tienen mucho sentido si consideramos la afinidad de Ingmar Bergman con aquella máxima que él mismo le atribuye al filósofo y escritor Friedrich Schiller: “La única cualidad de la que un artista puede estar orgulloso es de su diligencia”.
Al sintetizar el conjunto de la obra y el universo cinematográfico de Ingmar Bergman, podemos afirmar que estamos ante un director serio, lo mismo en el proceso creativo que en la hondura del arte que filmó, comprometido con los temas que le obsesionaban y con la filosofía rigurosa que le caracterizó como profesional del cine.
En un artículo firmado por Woody Allen el 12 de agosto de 2007, publicado por New York Times a propósito de la muerte del director sueco el 30 de julio de ese mismo año, el neoyorquino afirmó que “Bergman nos dio un menú de increíbles obras maestras. Su trabajo investigó las preocupaciones más profundas de la humanidad, a menudo haciendo profundos poemas de celuloide”. Nada más cercano a la realidad.
Sonrisas de una noche de verano (1956)
Premio al Mejor Humor Poético, Festival de Cannes
El séptimo sello (1957)
Premio Especial del Jurado, Festival de Cannes
Fresas salvajes (1958)
Oso de Oro, Festival de Berlín
El manantial de la doncella (1960)
Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa
A través del espejo (1961)
Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa
Gritos y susurros (1972)
Oscar a la Mejor Fotografía
Secretos de un matrimonio (1975)
Globo de Oro a la Mejor Película Extranjera
Cara a cara (1977)
Globo de Oro a la Mejor Película Extranjera
Fanny y Alexander (1982)
Oscar por Película Extranjera, Fotografía, Dirección Artística y Vestuario
Rodolfo Espinosa Lona
Crítico de cine y analista político. Columnista y articulista en medios de comunicación. Comunicólogo con tesis sobre la cinta El séptimo sello de Ingmar Bergman. Cuenta con estudios de Maestría en Periodismo Político.
Las películas de Bergman tienen esa cualidad que sólo los clásicos ostentan: son atemporales, universales y, sobre todo, apasionantes
Puede que algunos toquen mejor, pero tú realmente sientes la música”, me dijo alguna vez mi profesor de piano, instrumento que toco desde los siete años (hoy tengo 16). Cuando escucho alguna canción u obra musical que me agrada, suelen llegar colores a mi mente y sensaciones de estar con alguien que recita un poema con todo su ser, como si contara una parte de su vida y cada nota fuera una frase.
La música es mi pasión. Ha estado presente en todos mis procesos y me ha ayudado a salir adelante, desde el colegio, hasta problemas en casa e incluso personales. Con su influencia y compañía, he podido desarrollarme como persona consciente y capaz de crear cosas nuevas realizando lo que me gusta, que es lo más importante.
Escucho una diversidad de géneros como la música clásica, el barroco y el jazz. Sin embargo, tengo una conexión realmente especial con Fryderyk Franciszek Chopin desde que lo conocí por primera vez, autor que logra transmitir sensaciones, emociones, sentimientos y colores muy distintos a lo largo de su repertorio, el que no me canso de repasar y recomendar cada que puedo (¿se nota?). Si después de leerme escuchas a Chopin y conectas de alguna forma con él, estos párrafos habrán valido su existencia.
Federico Chopin nació en Polonia en el año 1810 y falleció en la ciudad de París en el 49. Si el piano es el instrumento romántico por excelencia, se debe, en gran parte, a la aportación invaluable de este compositor y pianista polaco. Él fue un prodigio desde los seis años, edad en la que empezó a recibir lecciones de piano por parte de su hermana mayor, Luisa, y enseguida con el compositor y profesor Wojciech Zywny. Dos años después, comenzó a tocar en los salones más renombrados de la aristocracia de su época. A los siete años compuso su primera pieza: una polonesa en Sol mayor. Cuando tenía 15 años, el zar Alejandro I lo escuchó tocar en Varsovia y le regaló una sortija de diamantes.
Aixa Cruz OrozcoEl refinado estilo de Chopin, su espléndida técnica y sus elaboraciones armónicas se han comparado históricamente con los de Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven, Franz Liszt y otros grandes más. En su Fantasía-Impromptu puede notarse la diversidad de recursos de Chopin, su complejidad técnica y esa capacidad de producir emociones con muchísimos matices, desde lo más dulce y sutil, hasta lo más dramático y doloroso que se pueda apreciar en la vida. El Vals Opus 61 número 1, conocido como Vals del Minuto, produce una gran alegría y sensación de naturaleza, incluso si no se acostumbrara a tocar con tanta rapidez.
¿Has escuchado ese efecto de acelerar o retardar el tiempo en un compás musical, y más adelante compensarlo o reponerlo?
Se llama rubato y, si bien no fue inaugurado por Chopin, es un rasgo de libertad muy característico del romanticismo en el que él innovó rápidamente, usándolo de una manera muy particular: la mano izquierda siempre tocaba en el tiempo exacto de la pieza, mientras la mano derecha —la que llevaba la melodía— se iba por su lado a la velocidad que se le daba la gana. Todos sabemos que Chopin murió de tuberculosis, enfermedad que padeció durante varios años y que se fue intensificando. Lo agotador de este padecimiento, que entonces no tenía cura o forma de prevenirse, quedó plasmado en el dramatismo de obras suyas como la Sonata en Si menor o la Mazurca en La menor (escrita unos meses antes de morir). Además, en sus últimos años se separó de su pareja Aurore Dupin, mejor conocida por su seudónimo de escritora, George Sand, con quien vivió unos 10 años hasta 1847. Se conocen las palabras que el compositor dio en su última presentación pública en París, meses antes de fallecer: “Padezco de una nostalgia estúpida; a despecho de mi resignación, no sé qué hacer
con mi persona… Ya no puedo estar triste o feliz; ya no siento realmente nada. Vegeto, sencillamente, y espero con paciencia mi fin”. Relaciono tanto a Chopin conmigo que podría decir que está dentro de mí. Cuando toco su música, es como si mis dedos tuvieran cerebro y se movieran solos; es como si me transportara a otra realidad, a una realidad apasionada. En cada una de sus obras, Chopin expresa cada sentimiento de manera diferente.
La música clásica puede ser apreciada y entrar en el corazón de todo ser humano, siempre y cuando le des la oportunidad, ya que ésta puede hacerte sentir y pensar cosas inimaginables.
1. Fantasía-Impromptu
2. Vals Op. 61 No. 1
3. Nocturno Op. 9 No. 2
4. Balada No. 1
5. Vals en Mi menor
1. Seong-Jin Cho
2. Chrystian Zimerman
3. Martha Argerich
4. Yuja Wang
5. Daniil Trífonov
Sebastián Sepúlveda
Había una vez un joven que dejó la carrera de publicidad y cambió de ciudad para dedicarse a la pintura. Se inscribió en Artes Plásticas de la Universidad de Guanajuato. “Deja de pintar así; eso ya no se hace. Lo que tú quieres plasmar ya tuvo su momento en la historia. Ahora hay otros medios para expresarse”, le decían algunos maestros. “¿Por qué te crees más que los demás y no haces arte posmoderno?”, le cuestionaban en las aulas y lo señalaban en los pasillos de la institución, cuchicheando a su paso sobre lo necio que les parecía por querer aprender técnica y crear retratos o escenas de la vida. “Tu visión es muy romántica” o “Buscamos un arte más analítico” eran algunas razones que los profesores le daban después de reprobarlo.
El alumno Alejandro Cortés Rodríguez, nacido en agosto de 1990, no quiso conformarse con las actividades de la materia Dibujo Avanzado, como escribir su nombre en la pared con cátsup, ni exponer un plátano pegado con cinta canela. Sus tareas ya le daban pereza y sentía que no avanzaba, que no se estaba exigiendo nada. Se preguntaba dónde estaba la individualidad y el compromiso consigo mismo. Él quería producir algo propio y, un día de tantos, a sus 21 años, renunció a la academia para perseguir lo que realmente quería con pasión, sin considerar que estuviera equivocado.
“Que quieran destruir tu forma de pensar es como si quisieran destruir tu identidad”, afirmó el pintor mexicano que nos recibió en su taller de la Ciudad de México. “En la academia quisieron quitarme
mi arte para hacer uno que hablara de las cosas que a los maestros les importaban. Sin embargo, detrás de cada puerta que abría estaba Alejandro. Afuera había gente que me decía quién era Alejandro, pero yo podía abrir esa puerta y verlo realmente”.
Entendió, desde sus días de universitario, que el arte debe abordarse con sinceridad y que es fundamental tener la técnica muy pulida para que, cuando la imaginación empiece a fluir, no se detenga. Uno de los pocos maestros inspiradores en la academia fue Eder Contreras, a quien le preguntó dónde aprendió a pintar tan bien. La respuesta: en España con Alejandro DeCinti y Óscar Villalón, dos pintores chilenos. Se dio de baja de la universidad, regresó a la Ciudad de México, ahorró dinero durante un año y “me fui para Madrid a estudiar con ellos. Algunos compañeros y conocidos empezaron a comprarme los ejercicios que hacía, y con eso junté fondos para visitar Italia y Francia. Y sigo estudiando hasta en cursos online, en los que conozco los procesos creativos de otras personas, incluso de creadores de anime”, lo que él define como una cadena de aprendizaje mutuo que amplía el acervo y la manera de percibir el propio oficio, una opción significativa de educación artística que tenemos a la mano en internet y que está posibilitando la formación de comunidades o nidos de arte “diferentes entre sí, pero maravillosos todos”.
Antes del cisma en su vida académica, Alejandro ya se había enfrentado a un dilema semejante con sus padres. Si bien ellos lo alentaron a que estudiara pintura en todo tipo de talleres, cuando les comunicó que quería hacerlo a modo de carrera, ellos le pidieron que tomara una trayectoria más formal y que después se dedicara al arte. Hizo cuatro semestres de publicidad, pero no pudo más: “Sentí que, si no hacía pronto lo que quería, me lo iba a reclamar a mí mismo para toda la vida”.
Descubrió el surrealismo en su adolescencia y con el tiempo fue gustándole más, ya que, según Alejandro, puede conectar con las personas de una manera muy orgánica mediante arquetipos y símbolos, lejos de formar una idea o un concepto rebuscado, o de estar escudriñando la manera más creativa de hacer llegar un mensaje. “No me gusta que le exijas al otro un bagaje similar al tuyo para poder abordarlo. Las imágenes te abordan solas y hablan por sí mismas. Cuando tienes una experiencia artística, no dices ‘eso me gusta’, sino ‘eso soy’. Lo que ves te llega de una manera tan completa que tú sabes que eso eres. De esa forma te conoces y reconoces, pues encontraste algo que te resuena”.
“En el arte, la carta más fuerte es la técnica”
Años después, empezó a exponer en una asociación civil llamada Jardín del Arte que se encuentra en las zonas de San Ángel y Sullivan en la Ciudad de México. “Quise mantenerme en mi línea, aunque no me compraran, por ejemplo, alguna señora que iba en busca de una sandía para su sala y, al ver mi obra, le decía a su acompañante: ‘Ay, no, imagínate tener eso y verlo cuando vas al baño’. Tuve que volver a decidir que iba a ser fiel a mí. Y así fueron llamándome las galerías”.
Las obras de Alejandro están llenas de símbolos y narrativas que reflejan el diálogo que tiene consigo, abriendo el telón de su inconsciente. A través de personajes recurrentes que aparecen en sus cuadros, el pintor se multiplica en el reparto, aunque el mismo personaje viva procesos diferentes en cada pieza. Esos protagonistas le manifiestan, muchas veces, mensajes o preguntas que no se hubiera hecho de forma consciente. Las historias que cuenta contienen, a su vez, más historias que, además, abrevarán de la mirada del espectador, como tiradas de tarot.
Entre las pinturas que le resultan más significativas de su propia obra, Cortés nombra Humo blanco, Humo negro, Color rojo desconocido, La revolución feroz y Concurso de magos. Otros títulos que han destacado por el magnetismo de los universos que expone en su arte figurativo: Asalto nocturno, Pensábamos que no iba a dejar de llover, El rey Poseidón, Pan, El inicio del río y el díptico Seguimos el camino que apareció.
Empieza manchando el lienzo en blanco y nunca tiene claro cuál será la escena final, “como si estuviera viendo las nubes y, de pronto, encontrara una forma que ya no puedo dejar de ver y con la que se ordena el caos”. ¿Cuándo sabe que la obra está lista? “Nunca la terminas realmente”, revela Cortés. “Aún en la exposición, sé qué le pudo faltar a cada cuadro; uno podría seguirle dando trabajo, pero en realidad se acaba cuando lo vendes”. Sin embargo, no da lugar a las vacilaciones ni a las obras inconclusas: “No permito que no me salgan las cosas. Es cuestión de intentar y probar con la técnica. Si no me sale, sólo tengo que repetirlo”.
El pintor ha logrado vivir de lo que es y ama hacer: “El arte, para mí, es una manera de ser Alejandro y no otra persona. Es una exploración interior. No tengo que inventarme un trabajo que no quiero. Con el arte, estoy siendo sincero en cuanto a la manera como utilizo mi tiempo”. También es maestro y
tiene alumnos de todas las edades, como una niña de 13 años que acaba de terminar un cuadro de Pokemones luchando contra bestias mitológicas, en un estilo muy renacentista con Quetzalcóatl y Picachú presentes. Otra alumna renunció a su trabajo relacionado con la medicina y ahora estudia pintura con Alejandro. La enseñanza lo reta a mejorar continuamente.
PintorEs dE quiEnEs
Más ha absorbido:
Caravaggio, Salvador Dalí y René Magritte
Pintora quE Más aMa: Remedios Varo
Pintor con quiEn lE gustaría conEctar, PEro no lo ha logrado: Picasso
color quE Más lE sobra En la PalEta: Rojo
influEncias no Pictóricas: Carl Gustav Jung y Joseph Campbell
Venía fantaseando, desde tiempo atrás, con crear el lugar que le hubiera gustado conocer cuando estaba aprendiendo pintura, ese oasis de libertad y conexión para gente creativa en un ambiente comunitario. El proyecto fue concretado a mediados de 2021, en alianza con su colega Renata Santamarina: la Academia del Sauce Azul, ubicado en la calle de Santander número 58 en la colonia Mixcoac Insurgentes, Ciudad de México. “Hemos construido una comunidad donde las personas se sienten escuchadas, apoyadas y a salvo. Se trata de un lugar de comunicación, fraternidad y camaradería a partir del aprendizaje y el crecimiento. Allí puedes dejar tu armadura en la puerta y eso es bellísimo, sobre todo en plena pandemia”.
En la Academia del Sauce Azul, Alejandro siente que ha crecido profundamente: “Se ha vuelto un lugar de paisajes cambiantes conforme llegan personas de inquietudes diferentes”. En camino vienen exposiciones colectivas con los alumnos, uniendo y complementando tanto voces como técnicas, algo que presentarán como La Cofradía del Sauce Azul. Parte de las satisfacciones y grandes motivaciones que obtiene en el proyecto colectivo es que “veo a la gente emocionada por avanzar y por materializar sus aspiraciones frente a sus ojos de una manera contundente, y no involucrada en una búsqueda teórica o etérea que, de antemano, se sabe que no desembocará en un lugar concreto. Siento que, en nuestra academia, las personas se van empoderando a través de su propio esfuerzo. Es muy bonito el entendimiento y el aprendizaje que nos hace cambiar, para bien, al unísono. Inhalamos la vida y exhalamos en el caballete”.
Qué duda cabe: Alejandro Cortés es un creador que nos inspira no sólo con su obra evocadora de mundos internos y preguntas esenciales que transmite a través de un lenguaje propio, sino con la pasión para liderar su vida y guiar el talento de otras personas. ¿Cómo encauza esa pasión? “La utilizo para mantenerme sincero. Esto viene de adentro. Cuando tienes la pasión a flote, estás muy comprometido contigo mismo”.
“Debemos abordar el arte con sinceridad”
Conoce más de la obra de Alejandro Cortés en Instagram: @gomaguar / @academiadelsauceazul
Hey, sweetheart, no vayas de picnic al cementerio: no vayas a beber al cementerio: no vayas a drogarte al cementerio: no te hagas la gótica esta noche.
Porque las cosas se están poniendo raras; porque encontraron un brazo y el resto de ese cuerpo es un misterio; porque encontraron la oreja de otro misterio y los dientes de sepa el diablo qué sonrisa; porque las cosas se están poniendo hardcore: hey, honey, escucha esta cancioncita idiota: no vayas a bailar al cementerio: no vayas a bailar al cementerio: no vayas a bailar al cementerio: quédate conmigo esta noche.
Una mano saliendo de una tumba: la mano del muerto que al final resulta que no está muerto o no tan muerto: sólo putrefacto: la mano del zombi: la mano que sale al final de la película para anunciar que el final no es el final: habrá segunda parte.
Así la mano que brotó de la tierra como un cactus monstruoso en una fosa clandestina al norte de México. Pero a esa mano nadie la vio y si alguien la vio no lo dijo y si lo dijo no le creyeron y si le creyeron le creyeron demasiado tarde: ahora setenta mil zombis asolan a México según cifras oficiales.
Una mano crispada como una risa en off: ¡la venganza será terrible!
Los zombis: cadáveres caníbales. Los zombis: muertos insomnes. Los zombis: pústulas de lo desconocido: una jauría de podredumbres avanzando hacia ti.
Míralos ejecutar su lenta coreografía de tropiezos: la danza de una cacería sonámbula donde la presa eres tú.
Los zombis: una nueva oportunidad para que el gobierno demuestre su ineficacia y corrupción.
Los zombis: una nueva oportunidad para que la sociedad demuestre su complicidad y corrupción.
Los zombis: la descomposición del tejido social en persona. Los zombis: la persistencia postmortem del hambre y la miseria avanzando hacia ti. Dicen que los zombis son una estrategia del narco para aterrorizar al gobierno. Dicen que los zombis son una estrategia del gobierno para aterrorizar a la población. Dicen que los zombis son una estrategia de la población para aterrorizar al narco. Dicen que los zombis son una estrategia del gobierno para aterrorizar al gobierno. Dicen que los zombis son una estrategia del narco para aterrorizar a la población. Dicen que los zombis son una estrategia del narco para aterrorizar al narco. Dicen que los zombis son una estrategia de la población para aterrorizar al gobierno. Y tú, ¿qué dices de los zombis?
Infórmate: escucha Radio Mictlán: transmitiendo en vivo la insurrección de los muertos.
Las autoridades hacen un llamado a la población a mantener la calma.
Las autoridades hacen un llamado a la población a permanecer en sus hogares.
Las autoridades aseguran que se están tomando las medidas pertinentes para controlar la plaga zombi.
Son las 4:00 AM: la luz sale por las ventanas: las televisiones y las computadoras de todos los mexicanos permanecen encendidas como veladoras: lámparas devotas que son una plegaria insomne para que la noche de los zombis termine.
Ciudadana, ciudadano: si sospechas que un vecino, amigo o familiar ha sufrido un contagio zombi repórtalo de inmediato a cualquiera de los números de emergencia: México necesita de tu cooperación.
Zombis en las calles. Zombis en las oficinas. Zombis en el centro comercial. Zombis en el metro. Zombis en los parques. Zombis en las azoteas. Zombis en el departamento de abajo.
Información importante: Las clases de baile hawaiano se suspenden hasta nuevo aviso.
Una bolsa vacía, blanca, de plástico.
Una bolsa de supermercado con la que el viento juega a los fantasmas.
Una bolsa que se arrastra por la calle desierta y se eleva. sobre la calle, sobre las casas, las fábricas, los edificios, se eleva: sobre los muertos, sobre los vivos, sobre los zombis, sobre nuestra miseria se eleva y se eleva sobre sí y nos hace alzar la vista: una bolsa vacía y levitada como el corazón de un santo: aleluya, aleluya.
Siempre es un pequeño triunfo encontrarte a una expareja convertida en zombi.
¿Le dispararías a la cabeza?
¿Le dispararías por sobrevivencia?
¿Por venganza?
¿Por piedad?
¿Por principio?
Siempre es un pequeño triunfo encontrarte a una expareja convertida en zombi. a menos que la expareja venga acompañada por otros zombis y tú vayas desarmado.
Un alarido.
Los zombis: un feroz antídoto contra la necrofilia.
Un striptease a la manera de la lepra: ¡sorpresa, no hay nada!: carne, sangre, vísceras, huesos: nada.
“Todos somos zombis”: proclaman camisetas, graffitis, esténciles, pancartas.
Porque tú, porque yo, porque nosotros podemos convertirnos en zombis defiende a los zombis: defiende tu futuro.
¿Quieres conocer tu futuro? ¿Quieres conocer qué te deparan los astros?
Llama a Amira: 01800 333 457.
Últimas noticias: Cerca de ochenta personas que se manifestaban en pro de los derechos de los zombis frente a las puertas de Palacio Nacional fueron devoradas por una horda de muertos vivientes sin que la policía ni el ejército interviniesen en su auxilio.
Una ventana: del otro lado del cristal un zombi acecha: ah, la vieja fábula del monstruo en el espejo. .
Luis Felipe Fabre
Poeta, ensayista, profesor de literatura y editor mexicano. Es egresado de la carrera de Comunicación en la Universidad Iberoamericana y realizó estudios de Literatura Hispanoamericana y Española en la Universidad de Salamanca. En 2020 ganó el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska con Declaración de las canciones oscuras. Entre sus libros destacan Leyendo agujeros, Cabaret Provenza, La sodomía en la Nueva España, Poemas de terror y de misterio, Divino Tesoro. Muestra de nueva poesía mexicana y Escribir con caca.
“No trates de ganar con poder y con ego tu lugar como líder y los resultados de tu equipo.
Cree en la gente. Dale tu confianza y respeto. Todos tienen voz y derecho de hablar con su líder sobre sus puntos de vista, propuestas y descontentos”
que comprende tus necesidades y tus aspiraciones
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