Revista C-LVL No. 6: Edición Especial de Rock

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6 Para venta exclusiva a mayores de edad | $97 MX 0 6 0 1 5 5 7 9 6 7 8 7 9 0 6 rock EDICIÓN ESPECIAL

EL ÉXITO ES HACER LO QUE UNO AMA

Es un placer darles la bienvenida a la sexta edición de la revista C-Level dicionalmente enfocada en temas de liderazgo para enfrentar el futuro con éxito y que, en esta ocasión, se viste de rock en conjunto con Rockabulario, sello hermano que produce el podcast del mismo nombre y eventos musicales inolvidables. Nuestra portada está inspirada en Queen II, el segundo álbum de estudio de la banda británica Queen, y tiene a seis figuras icónicas y muy queridas del rock mexicano, que ustedes conocen bien.

Más allá de que este género musical sea una expresión cultural que no conoce fronteras, los artistas que conforman la edición han desafiado normas y cuestionado el statu quo, superando obstáculos y retos para poder construir carreras exitosas que se basan en la autenticidad. Son líderes en su campo, ya que con su pasión, determinación y perseverancia han inspirado a grandes audiencias en la búsqueda de su propio camino.

A lo largo de las siguientes páginas encontrarán entrevistas exclusivas con algunas de las personalidades más importantes de nuestro país, desde integrantes de bandas legendarias de la ola del rock en tu idioma, hasta artistas top de la escena musical actual. Descubrirán más sobre Cha, el multifacético bajista de Fobia; los orígenes y el camino hacia la fama mundial de Alemán; y la calidad humana de Abulón, de Víctimas del Dr. Cerebro. Confirmarán la relevancia musical de Jaime López y sabrán de dónde surge la creatividad de Gil Cerezo, de Kinky, mientras que María Daniela y Tere Estrada nos recordarán cómo el rock ha sido construido por talentosas mujeres. También conocerán quién es la mente y el corazón detrás de Rockabulario

No se pueden perder los artículos de reconocidas plumas como Uili Damage, Miguel Solís y Sergio Morales. Rodrigo Alcalá nos recomendará música nueva y refrescante que es digna de escucharse. Por si fuera poco, Beatriz Cabrera, cronista culinaria, nos llevará a un par de lugares donde la mezcla de rock, drinks y platillos diferentes es, simplemente, exquisita.

Este número nos demostrará que no hay límites para el aprendizaje y el crecimiento personal, y que el mayor éxito es hacer lo que realmente amamos y nos apasiona.

Agradecemos el apoyo y la creatividad de todo el equipo de Rockabulario para hacer posible esta edición especial. ¡Que viva el rock and roll!

Bog-Art Montiel

Cofundador de C-Level y Director de Líderes al descubierto

Editorial
C_LevelC-LVL@C_LVLMagazine@revista_clevel
Revista

Víctor Cruz Fundador y Presidente

Luz Baena Directora General y Editora

Christian Yair Tafoya Ávila Editor de Arte y Diseño

Luisa Carmona Edición y Corrección de estilo

Omero Villafaña Gerente de Distribución y Suscripciones

Consejo Editorial (en orden alfabético por apellido)

Bogart Montiel

León Felipe Sánchez

Germán Stadelmann

María

Alonso Uribe

Teresa Zavala

Fotografías e ilustraciones de Freepik y Picryl

C-LVL (C-Level), el arte de dirigir Diciembre 2023 – Enero 2024

Publicación de Editorial Innspira, Contenidos Innolvidables. Parral No. 6 Col. Condesa, C.P. 06140, Alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México. Editor responsable: Luz Baena del Valle. Reserva para uso exclusivo del título ante la Dirección General del Derecho de Autor: 04-2018-102410174700-102.

Precio del ejemplar: $97 MX. Impresa en los talleres de Smartpress Vision, S.A. de C.V. Postes No. 254 Col. José María Pino Suarez, C.P. 01140, Alcaldía Álvaro Obregón, Ciudad de México. Para venta exclusiva a mayores de edad.

Nota: Esta obra no debe ser reproducida total o parcialmente sin autorización escrita del editor.

La información, la opinión, el análisis y el contenido de esta publicación son responsabilidad de los autores que los firman, y no necesariamente representan el punto de vista de esta casa editorial.

CONTENIDO

¿Y AHORA QUÉ?

EL FUTURO ES HOY

BOLD

INSTRUCCIONES PARA HACER SONAR

UN LASSER

Entrevista a María Daniela

LIDERAZGO DE LAS ROCKERAS MEXICANAS

REC-LIENCIA

LA VIDA DESPUÉS DE SER ROCKSTAR: ¿ES VIDA?

BACKSTAGE

LA RAÍZ DEL CEREZO

Entrevista a Gil Cerezo

INTROSPECTIVO, SOÑADOR Y LÍDER

Entrevista a Abulón

TOP 5

LANZAMIENTOS 2023 DEL ROCK MEXICANO

INNERVIEW

“NO HAY PRISA, PERO

NO HAY TIEMPO QUE PERDER”

Entrevista a El Cha

Entrevista a Jaime López

IMPROMPTU

EL ETERNO VELVET DESDE DISTINTOS ÁNGULOS

ZOOM IN

EL CAMINO DEL PATRÓN

Entrevista a Alemán

PERIPLO

PALOMAZO DE ROCKSTARS

DeCEO

PRINCIPIO KISS

CONVITE

LUGARES PARA AMANTES DEL ROCK

EN CLAVE C

AMOR POR EL ROCK, SIN PURISMOS

Entrevista a Israel Pastor

FUEREÑO
FOREVER
CANCIONERO CÍRCULO
AMOR 04 06 26 14 18 74 29 32 62 40 44 52 60 69 88 95 Contenidos I olvidables
DE

81 RAPSODIA ROCKERA MAKING OF

¡Dale Realidad Aumentada a la portada de esta edición especial!

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EL FUTURO ES HOY

No saben la alegría y la emoción que siento al ser parte de este emocionante proyecto. Puede que tenga un toque romántico, posiblemente un guiño a la nostalgia, pero lo que realmente me emociona es que exista una publicación tan especializada, dispuesta a aventurarse en lo desconocido para contar historias relacionadas con la música.

Ahora que hemos superado la pandemia, hagamos una pausa y analicemos el momento actual para los proyectos musicales en todo el mundo. Esos meses que hoy recordamos como intensos y estresantes mar-

caron un periodo crucial en la historia de la humanidad. Todos compartíamos la misma ansiedad, y en medio de esa tormenta, las artes, y sobre todo la música, nos abrazaron y nos refugiaron. En lo más profundo de la relación del ser humano con la música, se produjo una reconciliación durante ese tiempo.

Comprendimos lo importante y esencial que es para nosotros. Sin embargo, una vez que la emergencia se desvaneció y la vida volvió a la normalidad, la música fue una de las últimas industrias en regresar, por razones obvias.

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Miguel Solís @soymiguelsolis

El regreso de la música fue un acontecimiento excepcionalmente visible debido a la necesidad global de volver a estar juntos. La narrativa y el seguimiento de la industria musical se convirtieron en un fenómeno mediático meticuloso que observamos desde los streamings hasta los innovadores espacios como los autoconciertos y los aforos donde todos tenían su espacio móvil. Nunca antes habíamos presenciado una generación de contenido musical tan prolífica, ni una urgencia tan apremiante por ser escuchado y experimentar la emoción de un concierto en vivo.

Todo esto parece estar en un pasado lejano, pero apenas han transcurrido dos años desde que estas experiencias ocurrieron. Los vicios regresaron, la presión aumentó y, junto con una demanda masiva, llegó un espejismo para la industria. Ahora nos encontramos en un momento en el que algunas áreas han experimentado una saturación y una especie de recesión. Corrimos frenéticamente para satisfacer la necesidad primordial de reunirnos, bailar y disfrutar sin restricciones.

Y aquí es donde arranca esta columna, en el último trimestre del año 2023. Entonces, nos preguntamos: ¿y ahora qué? Lo primero que queda claro es que el ser humano, como mencionábamos al comienzo, ha comprendido la importancia y la necesidad de la música para escuchar, sentirse protegido y, para muchos, crearla, compartirla e incluso vivir de ella. Si observamos los datos de consumo, queda claro que la música es un negocio en auge. La frase "hay público para todos" es más cierta que nunca, con nichos y segmentaciones aún más definidos.

Es hora de respirar y evaluar dónde nos encontramos en este mundo de constante evolución. Estamos en un momento en el que no hay un único mainstream, sino muchos. Debemos explorar todas las formas posibles de llegar a nuevos oyentes. Esta columna se centrará precisamente en esos caminos, en las historias de aquellos que ya han cruzado tales sendas.

En este contexto y con una comprensión clara de la necesidad de bases sólidas y una reactivación en varios niveles, han surgido iniciativas que merecen ser analizadas y replicadas. Un ejemplo de ello es "On the Road Again", un programa lanzado por Live Nation, en colaboración con Willie Nelson, para apoyar a artistas emergentes en sus giras por Estados Unidos. Ofrece mil 500 dólares por concierto para cubrir gastos de gasolina y transporte, así como el cien por ciento de las ventas de merchandising en salas de conciertos que son propiedad de Live Nation. Una iniciativa que se basa en un

objetivo de desarrollo, con la premisa de que al apoyar a las escenas que están creciendo se apoya a todo un ecosistema.

Hay cerca de 4 mil salas de conciertos chiquitas y medianas en Estados Unidos. En ellas se llevan a cabo alrededor del 70 por ciento de todos los conciertos cada año. Y los números y proyecciones demuestran que el aumento y la fluctuación de los costos de las giras han sido muy fuertes, casi dramáticos. Pensar en hacer una gira hoy (ojo: en Estados Unidos y en cualquier lado del planeta) es pensar que en los gastos se va a ir gran parte de lo que la propia gira pueda generar. Considerando que los shows son una parte crucial del sustento de los artistas, la propuesta busca que sea más fácil para ellos que puedan seguir actuando en más ciudades del país.

"Las giras son importantes para los artistas, así que cualquier cosa que podamos hacer para ayudarlos, creo que deberíamos hacerlo. Este programa impactará a miles de artistas este año y ayudará a que las giras sean un poco más fáciles", dijo Willie Nelson, de quien se está usando la canción On the Road Again , como himno del programa. Claramente, lo que este impulso persigue es proteger el ecosistema, y lo hace buscando unidad, pensando en los artistas, sí, pero también en los venues , en las empresas de transporte, en que la música en vivo es el centro de todo esto. Hay que analizar esta iniciativa a niveles locales, platicarla, discutirla y ver qué podemos aplicar de ella o, lo que es lo mismo, buscar quién es el guapo. La música es este ente que, como el agua, siempre encuentra su camino. Nos vemos en el próximo número.

La música es este ente que, como el agua, siempre encuentra su camino

Miguel Solís

Locutor especializado en música alternativa en español por más de 20 años, participando en proyectos como Órbita FM, Reactor 105, RMX, CocaCola FM, Terra, Rock 101, Indio TV y un largo etcétera de iniciativas que han buscado compartir la creación de las escenas latinoamericanas.

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INSTRUCCIONES PARA HACER SONAR UN LASSER Entrevista a María Daniela

Cuceb Piloto

Jesús Cornejo

Julieta Pichardo

María Daniela Azpiazu es una cantante y compositora mexicana, reconocida por su trabajo con el proyecto de electro-tecno rock pop —género musical que me atreví a crear deliberadamente para esta entrevista— María Daniela y su Sonido Lasser (MDYSSL). Ha hecho una prolífica carrera en coautoría, colaborando con diversos artistas como Natalia Lafourcade, Jay de la Cueva, Nortec, Emilio Acevedo (colega en MDYSSL) y Leonel García, entre muchos otros. Conozco a María Daniela desde hace ya algunos años, por amigos en común y fiestas del medio musical. Hago alusión a este reencuentro porque, a pesar de no haberla visto durante mucho tiempo, el ambiente que se formó en el estudio fue de confianza y amistad. Como era de esperarse, al llegar a la sesión de fotos Dani comenzó a acomodar en un perchero diferentes outfits: algunos llenos de color y lentejuelas, y otros de tonos más oscuros, pero sin dejar de lado un estilo bastante fashionista, elemento que siempre ha sido parte importante en su identidad artística.

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Bastó con ver que entre sus opciones de cambio llevaba un atuendo parecido a una túnica de monja para entender que iba a ser una tarde alejada del aburrimiento y la solemnidad.

El juego que salió muy bien Maria Daniela nació y vivió sus primeros dos años de infancia en la Ciudad de México, para después mudarse a Satélite. “Fui chica Maddox”, declara con acento fresa y un aire algo burlón, refiriéndose a la Academia Maddox, colegio bilingüe y católico de dicha zona. Desde pequeña se crió con sus tíos; la cuidaron una larga temporada entre semana mientras sus papás trabajaban. Su madre se dedicó a la política y su padre tuvo varios emprendimientos, desde tortería, juguetería y papelería, hasta encontrar su vocación en el diseño de muebles.

“Soy hija única y tuve dos papás y dos mamás. Mi tía era muy estricta y católica, y mis papás eran todo lo contrario, superhippies y consentidores. Siempre tuve esos extremos, pero crecí con mucho amor". Esta

dualidad entre la disciplina y lo permisivo fue una constante en su educación, lo cual hoy le permite viajar libremente entre los dos extremos.

Sus íconos musicales de la adolescencia fueron Fey (de quien incluso tenía un llavero) y la banda de pop Jeans. Poco a poco se enamoró del high energy (música electrónica con influencia disco y pop) y, tiempo después, comenzó a interesarle la música de España. “De la movida española me gustaba más el punk. Me gustaba que no era tan virtuoso. Las voces eran muy crudas, muy amateur. Entoces yo pensaba: ‘Yo puedo hacer eso’. Mi filosofía musical era más así, más en crudo”. Otra de sus primeras influencias fue el grupo Titán, del que Emilio ya formaba parte. “Creo que MDYSSL se trata mucho de toda esta mezcla y con mucho humor, además, porque mi carácter es así. No me gusta tomarme las cosas tan en serio”.

En un principio, tratando de encontrar un camino para expresarse y crear, Daniela inició un curso de fotografía, pero no lo concluyó. Pensó estudiar diseño de modas (una de sus grandes pasiones), pero, al no

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haber concluido la prepa, decidió entrar a un CECATI, en el que cursó la carrera técnica de Corte y Confección. Finalmente, estudió la carrera de Diseño de Modas en la Universidad Jannette Klein, donde trabajó poco tiempo, pues el ambiente no fue lo que esperaba. “Siento que en realidad no hay mucha moda en México”.

Para entonces, se hizo mucho más cercana a Emilio, que tenía un estudio casero de grabación, lugar donde terminaban haciendo todas las fiestas. “Un día Emilio me dijo: ‘Me gusta tu voz. Grábame unas cosas’. Él me daba CD’s con música instrumental para grabar encima mensajes de superación personal. Recuerdo que había una especie de cumbia muy lenta y el texto decía algo así como: Usted es usted. Sea usted mismo, pero no loco”, me cuenta entre risas.

Fue a partir de esa música instrumental que se inspiró para escribir una letra propia. Sus referencias visuales de películas y videoclips le ayudaron a imaginar la historia, la cual ya en pluma y en papel mutó en su primera canción: Miedo. En ese preciso momento no solo se había creado su primera autoría, sino que acababa de gestar todo un concepto, el embrión de lo que más tarde se convertiría en María Daniela y su Sonido Lasser. “A mí me salió esto de chiripa. Todo comenzó por el gusto de ir a casa de Emilio y ponerle letra a la música que me diera; era como un juego. Yo decía ¡nadie me va a escuchar! Entonces era muy honesta en las letras y así empecé”.

Lo que en un principio fue un pasatiempo, de pronto se convirtió en un proyecto musical profesional. La disquera independiente Nuevos Ricos les propuso a Daniela y Emilio incluir sus canciones en un compilado e irse de gira a España, Suiza y Países Bajos. “Yo nunca había ido a Europa y entonces dije: ‘Pues me voy a hacer el ridículo, ¡me vale!’”.

Durante su gira en Europa, el compilado llegó a la estación de radio Reactor y Miedo se convirtió en un hit generacional. Las disqueras trasnacionales comenzaron a acercarse, entre ellas EMI, con quien María Daniela decidió firmar su primer contrato discográfico.

“Cuando me subí la primera vez a un escenario sentí muy chingón. Me sentí muy libre, algo muy poderoso. Era muy yo. Amé esa sensación. El escenario sí me da mucho chance de hacer lo que yo quiera. Y me parece divertidísimo”.

Daniela experimentó el poder eléctrico y energizante que se conecta con la tarima. Había encontrado su alma y su vocación en escena. “Yo sí era de las que se arreglaba y cantaba con el desodorante frente al espejo, pero nunca me imaginé tener un

público. Me daba terror ser juzgada porque nunca tomé clases de canto, ni de baile, ni tampoco sé de música”.

El escenario se convirtió entonces en el mejor pretexto para usar y mezclar sus habilidades de diseñadora y fashionista con la música. Estos tres elementos se fusionaron para crear una marca muy personal, tanto en lo musical como en lo visual.

“Mis letras son directas. Yo no le entro mucho a la metáfora y cosas así”
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Honestidad y primeras veces

Para la creación de letras, María Daniela siempre ha preferido hablar, literalmente, de las cosas cotidianas, aquellas de las que platicarías con amigas o familia, con un lenguaje alejado de la retórica. “Mis letras son directas. Yo no le entro mucho a la metáfora y cosas así; no le entiendo, no escucho ese tipo de música tampoco. En mi época estaba el TQM, vales mil, nunca cambies, y todo eso lo metía en mi manera de escribir”.

Los elementos que utiliza mayormente para componer son parte del lenguaje social actual que ella misma ocupa en su manera de hablar. En ese sentido, el mensaje de cada una de sus canciones llega directo al sistema de quien las escucha, sin darle muchas vueltas. Por otro lado, le resulta muy interesante componer con artistas cuyo estilo o perspectiva es distinto al suyo, por la frescura que esas diferencias le aportan al lenguaje y a la propia canción.

Además, el factor de no ser estrictamente músico o tocar instrumentos le permite viajar por estructuras y tonalidades distintas, ser más libre de reglas o dogmas que muchas veces los músicos ya tienen muy

arraigadas. “Para componer para alguien más sí hago un estudio de su música y de dónde viene, y me trato de poner en sus zapatos. Pero siento que lo que pega y tiene mucha alma es la honestidad. Ser muy honesto contigo mismo es lo que hará que tu arte sea verdadero y conecte”.

El momento en que esta pasión por hacer música, cantar y jugar en el escenario se convirtió en un negocio fue cuando, al lanzar su segundo disco, María Daniela se dio cuenta de la gran responsabilidad que conlleva tener seguidores a la expectativa de lo que cantaba, bailaba, decía o vestía. Para ella, esa conexión y compromiso con su público fue el parteaguas que la hizo desarrollar su proyecto con una visión más enfocada y estructurada. “Se ha acercado gente que me ha dicho: ‘Tu segundo disco evitó que me suicidara o que terminara con mi novio. Pasé un proceso difícil escuchándote o ese disco lo oía con mi mejor amiga y ella ya no está’. Eso me conecta con la gente, ¡durísimo!”

Daniela fue encontrando su camino mientras lo labraba por sí misma. Al tomar clases de canto y de baile descubrió que lo que más le funcionaba era, simplemente, ser lo más “ella” posible. Tener una relación estrecha con su esencia le hizo encontrar un estilo propio y sentirse segura con él. "Tuve un padre cero machista que confió en mi juicio. Y junto con la disciplina que me enseñó mi madre, me ayudaron a tener la libertad de escoger qué quería hacer, sin tabús”. El apoyo, mas no el consentimiento, fue ante todo un fundamento que le dio lo necesario para sentirse segura de elegir su carrera.

La etapa de la adolescencia marcó muchos de los caminos a los que se iba a dirigir más tarde su creatividad y su música. Para ella, esa parte de su vida involucró varios cambios drásticos y transformaciones. “Mi adolescencia fue muy dura porque justamente me cambié de casa de mis tíos a casa de mis padres. También me cambié de escuela de monjas a escuela mixta, donde si no entrabas o llegabas tarde a la clase, el maestro no te decía nada. Entonces, obviamente, reprobé dos veces segundo de secundaria. Empecé a ser muy rebelde, experimenté con drogas. Fui muy desmadrosa”.

De alguna manera, todo ese cúmulo de cambios y nuevas experiencias terminaron filtrándose hasta el núcleo de sus inspiraciones y canciones; toda la rebeldía y dualidad de su vida encontraron en sus creaciones un lugar donde habitar. “La adolescencia es toda mi inspiración. Siento que me jalan mucho las primeras veces: el primer beso, las primeras drogas”. Por otro lado, el alimento para su monstruo creativo

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no es problema: la vida cotidiana, una película, la comida o viajar la estimulan y mantienen su creatividad fresca y saludable.

Cree que ser una líder está totalmente relacionado con ser perseverante en hacer lo que amas y, de esa manera, volverte experto en lo que haces. Y aunque la disciplina y la rutina pueden llegar a ser temas complicados en un alma libre y creativa como la suya, en el trabajo ha logrado ser siempre responsable y eso es, para ella, un fundamento de su liderazgo. “En 18 años que llevo de carrera, solamente he cancelado dos shows; he tocado enferma, incluso con el pie roto”.

Para Daniela ha sido difícil adaptarse a las nuevas maneras de distribuir y exponer música, pero está a favor de las plataformas digitales y de generar estrategias en las redes sociales, de las que ha aprendido a retomar opiniones antes de sacar un proyecto a la luz, junto con los puntos de vista de su manager y el equipo con el que trabaja.

Después de casi 20 años de hacer música de manera ininterrumpida —a finales de agosto pasado lanzó el sencillo Ya me la sé —, ¿cuál es tu razón

fundamental para seguirlo haciendo?, le pregunté a María Daniela a modo de conclusión. Con firmeza y sin dudar un segundo, me respondió: “La gente. La gente me pone muy viva, su cariño. Y el rush de haber creado algo me satisface muchísimo”.

“Siento que lo que pega es la honestidad”

Cuceb Piloto

Cantante, compositor y productor de la Ciudad de México, mayormente reconocido por su trabajo como fundador y vocalista de Miró, banda de rock que lanzó tres discos, el primero de ellos bajo el sello EMI (2011). Hoy está enfocado en su proyecto como solista: Cuceb 333 Piloto, del cual podemos disfrutar los sencillos A la deriva y Manicomio en todas las plataformas digitales.

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LA VIDA DESPUÉS DE SER ROCKSTAR : ES VIDA? ?

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Desde los tiempos del Renacimiento, por allá del siglo XV, y hasta el día de hoy, una de las formas más recurrentes de disfrutar la música es a través de recitales en vivo. Vemos a uno o varios músicos ejecutar sus instrumentos de manera sincronizada para generar melodías, armonías y ritmos, produciendo así piezas musicales que determinan nuestras vidas y forman la banda sonora de ellas. A raíz de estos eventos multitudinarios, han nacido figuras mitológicas, casi comparables con los dioses y héroes griegos o los emperadores romanos, de las que solo sabemos por los libros de historia o por Brad Pitt y Joaquin Phoenix disfrazados de ellos, respectivamente.

Así como los conciertos y recitales en vivo han sido parte de la cotidianeidad hasta nuestros días, desde aquellos lejanos años 1400, los artistas han encontrado distintas vías para difundir su obra: mecenas, patrocinadores, filántropos, fondeadoras, productoras, fundaciones, institutos de cultura, disqueras, plataformas de streaming y demás organizaciones gubernamentales o privadas que les han permitido exponer su talento a partir de contratos que no necesariamente favorecen al artista que accede a firmarlos. Sin embargo, muy pocos son aquellos que pueden vivir de su arte; muchos menos son los que pueden vivir de hacer un solo tipo de arte. Entonces, después de haber sido un ídolo de masas y haber probado las mieles del estrellato, ¿qué es lo que hace un artista cuando su arte ya no alcanza para vivir como lo hacía?

Mi mentor de vida, un chef que fungió como mi profesor en la carrera de gastronomía, siempre ha dicho que el ser humano no está para hacer una sola cosa en la vida. Siguiendo su consejo, estoy escribiendo estas líneas mientras espero la llamada de mi trabajo para irme a manejar un camión de carga, al mismo tiempo que preparo la comida de los siguientes tres días. Por otro lado, mi padre constantemente decía: “Primero lo que deja, luego lo que apendeja”. Ambos consejos tienen mucho de verdad y, para los artistas, mucho de realidad porque, al adentrarse en discusiones y peleas creativas, o

porque las organizaciones antes mencionadas consideraron su arte como un negocio que ya no era redituable —el mismo que fue su mayor fuente de ingresos—, se han visto en la urgencia de explorar otras áreas que no necesariamente pudieran estar relacionadas con su principal talento.

“El ser humano no está para hacer una sola cosa en la vida”

La necesidad de seguir vigente

Si nos enfocamos en algunos de los exponentes más importantes del rock mexicano, conoceremos historias que no tienen nada que ver con llenar el ego insaciablemente, sino con la necesidad tanto de continuar vigentes creativamente, como de mantenerse a flote en lo que es y ha sido una crisis cultural permanente como la que se vive en nuestro país, donde, para muchos ciudadanos, el arte no es parte de la canasta básica.

Existen artistas cuyo talento les ha permitido explorar otras áreas de la música y mantenerse en la escena jugando un rol tal vez no tan protagónico como el que tuvieron durante esas épocas de gloria de Rockotitlán, El Rock Stock o La Diabla. Pero su nombre sigue siendo sinónimo de talento y constancia.

Lino Nava, guitarrista y productor de La Lupita, quien después de la salida de Poncho Toledo, Rosa y Bola Domene, se dio a la tarea de explorar la composición de música para películas como Seis días en la oscuridad (2013) y Km 31 (2013), actualmente sigue haciendo esa clase de proyectos y mantiene en funcionamiento, junto con Héctor Quijada, la banda que los lanzó a la popularidad.

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Personajes como Emmanuel del Real, Tito Fuentes de Garay y Paco Ayala —el primero, miembro de Café Tacvba, y los otros dos de Molotov— se han convertido en exitosos productores que dieron paso a una nueva camada de bandas que sucedieron a su generación y que, a la fecha, siguen explorando nuevos sonidos en aras de preservar la escena del rock mexicano. Poncho Toledo, anteriormente mencionado como exintegrante de La Lupita, también se dedica a la producción de proyectos musicales, siendo el más conocido Los Concorde, integrado por Leonardo de Lozanne (Fobia), Atto Atie (Atto & The Majestics), Mauricio Clavería (La Ley) y Tavo de Resorte, QEPD.

Sin hacer de lado la música y explorando otras disciplinas artísticas, se encuentran José Fors, exvocalista de La Cuca, y Salvador Moreno, vocalista de La Castañeda, quienes han desempeñado su papel como delanteros de sus respectivas bandas a la par de su inquietud como artistas visuales, llevando sus obras a distintas galerías no solo de México sino del extranjero. “Chava”, por ejemplo, este año presentó su trabajo en el Musei di San Salvatore in Lauro de Roma, Italia, como parte del Concurso Internacional de Pintura Caravaggio.

En el ámbito académico-docente, existen tres figuras que, a mi parecer, se destacan del resto porque supieron dar un salto hacia otras áreas inexploradas al momento en que les llegó la fama y el reconocimiento de los fans. Manuel Suárez, vocalista de Guillotina y quien funge como director del Instituto de Geografía de la UNAM, desde hace casi ocho años sostiene su faceta como cantautor haciendo shows en solitario, con una fiel base de seguidores en cada escenario que se presenta.

José Luis Paredes “Pacho”, quien por años ha sido director del Museo Universitario del Chopo, perteneciente a la UNAM, fue miembro fundador de una de las bandas más importantes de México: La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio, con la que grabó cinco álbumes de estudio y la canción “Lo pasado, pasado” en el multipremiado Un tributo a José José Rita Guerrero, quien a mi parecer ha sido la vocalista femenina más importante en la historia del rock nacional, no solo fue líder de Santa Sabina, una banda tan virtuosa como enigmática. Además, supo llevar su talento a un área tan importante como la docencia en un país ávido de educación y cultura. Su aporte como directora del Coro Virreinal de la Universidad del Claustro de Sor Juana (del que su servidor formó parte en algún momento) la convirtió en una pieza fundamental desde que fue fundado en 2005. Hoy lleva su nombre (Coro Virreinal Rita Guerrero) y se mantiene como una de las actividades más destacadas de la universidad.

“Muy pocos son aquellos que pueden vivir de su arte”

Sergio Morales Es músico, chef y últimamente escribe y hace podcasts. En sus ratos libres maneja un camión de carga por todo Estados Unidos. Lleva más de 25 años siguiendo la escena del rock nacional e internacional, y su mero mole siempre ha sido Pearl Jam. Fanático de la taquería Los Parados, en la Roma, actualmente vive en San Diego, California, y próximamente irá al DF por su westie Elaine para irse a vivir a “Los Lunaited“ con él.

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LA RAIZ

DEL CEREZO Entrevista a Gil Cerezo

Gil Cerezo es internacionalmente conocido por ser el frontman, compositor, director y creador de videos de Kinky, una banda que amalgama rock, funk, música electrónica, norteño, rap y varios géneros más en un estilo vanguardista, parte importante de lo que fue llamado Avanzada Regia, movimiento musical de los noventa que se expandió desde Monterrey a todo México y el extranjero. Este año, Gil Cerezo emprende también su proyecto homónimo en solitario, paralelo a Kinky, sin soltar el apellido de la banda, pero dejando el Cerezo bien sembrado en todo lo que hace.

Llega puntual a un llamado bastante mañanero para nuestra entrevista en la colonia Roma, Ciudad de México. Elegimos el estudio del fotógrafo Chucho Tragaluz como locación matutina, a pesar de que un rockstar usualmente habita en la penumbra de la noche, donde acontecen sus ritos ante el público.

Lo vemos entrar con un atuendo que bien podría servir para dar un show: pantalón negro de cuero con botas rockeras y camisa roja. Al principio lo percibimos algo tímido, pero conforme surgen los saludos y el equipo se va familiarizando con la imponente presencia de Gil, la mañana comienza a fluir de otra forma. Las fotografías terminan de romper el hielo entre los recovecos y escaleras de un antiguo

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BACKSTAGE

edificio de principios del siglo pasado; esta es una sesión de fotos imbuida de mística, elegancia y contraluz, algo vampírica, con la personalidad y el sello que caracterizan a Cerezo.

Llegada la hora de la entrevista, entro a indagar sus orígenes: ¿en qué entorno se desarrolló desde pequeño?, ¿qué lo ha inspirado para crear? Me cuenta que, desde niño, el rock en inglés era prácticamente el desayuno de sus oídos, así como el grunge y el glam, pero también los sonidos de íconos del rock mexicano como Café Tacvba, Caifanes y Fobia.

"Cuando tuve la madurez para empezar a producir mi música, sobre todo a juntarme con la escena regia, ya tenía mucho de la influencia electrónica. Entraban los beats de los Chemical Brothers y el trip hop. Estaba muy buena esa mezcla a finales de los noventa, que fue cuando empezó a cuajarse lo que era mi estilo. Y obviamente la parte regia de los acordeones y los sombreros. Desde muy chico escuché a Bronco y a Los Tigres del Norte… Esa parte regional siempre tocaba fibras en mí muy naturalmente; esa inspira-

ción del día a día en Regiolandia estaba muy inmiscuida en mi música”.

A los 21 años se mudó a la ciudad de Los Ángeles, California, e inició una temporada de 15 años que definitivamente marcó una pauta aún más ecléctica en el desarrollo de lo que él llama "cómo empaquetar las canciones”, refiriéndose a todo el concepto que rodea cada pieza, no solo musicalmente, sino también la imagen, el diseño y aquellos elementos que son importantes para expresar lo que uno es y quiere decir con cada creación.

La relación geográfica con Monterrey influyó en su curiosidad para encontrar nuevos sonidos, al estar tan cerca de otro país —aunque no es una ciudad fronteriza— y tan cerca de una cultura musical que no podía ser consumida tan fácilmente en todo México cuando el internet aún no existía. Este contexto nutrió la musicalidad de Gil y su manera de percibir y unir géneros, algo que vemos muy presente en su obra. Nos referimos a la versatilidad y la mezcla de culturas, ritmos, instrumentos y lenguajes.

“Desde pequeño me fascinó la mística de los artistas, que en ese entonces era mucho más misteriosa”

La arquitectura de su música

Si bien Gil no viene de una familia "artística", por decirlo de forma rigorista, desde joven recibió el apoyo de sus padres para convertirse en lo que hoy es. Un papá ingeniero y una mamá dedicada a los bienes raíces lo fueron acercando, desde muy chico, a museos, galerías y exposiciones que pusieron el arte en un lugar especial para él, y que lo fueron conduciendo al camino de la creación.

“Mi sueño era ser pintor”, nos sorprende con una sonrisa y evidente emoción en los ojos. “No existía ningún caso de éxito en el tipo de música que en ese momento comenzábamos a hacer y, sin embargo, me daban la libertad para intentarlo. Lo que rescato de mis padres es la apertura para dejarnos intentar lo que quisiéramos, incluso prestándonos la cochera de

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la casa para ensayar. Admiro mucho que aguantaron el ruido de los ensayos, que es un infierno. Cuando lo veo en retrospectiva, digo ‘Wow’; eso es lo más admirable que mis papás me brindaron”.

De sus figuras materna y paterna, Gil aprendió a enfrentar y administrar los miedos, a tener una estructura, más allá del éxito, con todo lo que conlleva solventar y mantener una empresa musical en México, actualmente y hace veinte años, cuando la cultura era distinta y escasas las herramientas que daban exposición al trabajo. Aprendió también a tener sentido de responsabilidad y un plan para diseñar el futuro, habilidades que han sido fundamentales para él.

Por otro lado, el impacto de escuchar a bandas poderosas del rock en los ochenta y noventa, como Guns N' Roses, y leer a los autores que en ese momento iban apareciendo con su halo de incógnita y aquella figura melancólica de soledad, lo sedujeron al grado de lanzarse a buscar su poder personal para hacer canciones. “Desde pequeño me fascinó la mística de los artistas, que en ese entonces era mucho más misteriosa”.

Autores como Chuck Klosterman (Los noventa, 2022), Jennifer Egan (A Visit from the Goon Squad, en español El tiempo es un canalla, 2010) y Efraim

Medina (Érase una vez el amor pero tuve que matarlo, 2001) son algunos de los que han alimentado sus sentidos y lo inspiraron a crear. Aunque de joven no le gustaba mucho leer, en la escuela secundaria le llegó un relato que lo cautivó: Sólo vine a hablar por teléfono, de Gabriel García Márquez en su libro Doce cuentos peregrinos, y ahí comenzó su hábito por la lectura y su gusto por las voces que son distintas en su manera de expresar.

Cerezo considera que la arquitectura —carrera que cursó— y el estudio de grabación son laboratorios muy parecidos. Relaciona el modo de tratar varios materiales para ir construyendo los cimientos de una edificación, con el manejo de los elementos rítmicos y armónicos que sirven para crear la base de lo que se convertirá en una canción o un disco. Toda esa forma de estructurar en el experimento creativo viene de sus bases como arquitecto.

Antes solía empezar a componer con un ritmo o un beat programado. Hoy, en su proyecto solista, suele iniciar con armonías y melodías para pasar después a la producción musical. Eso sí: en ambos casos ha existido un hilo conductor poético, pero también una dosis de humor que es fundamental en su personalidad.

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“El humor es una de las maneras más inteligentes de creación y expresión. La prueba de esto es que, hoy en día, los comediantes son una de las voces más propositivas y transgresoras en la escena”.

Y ya que hablamos de su vertiente musical como solista, Gil Cerezo asegura que no tiene intención alguna de alejarse de la familia Kinky. Gil lo asume como un camino transformador para canalizar nuevas sensaciones, aspectos e inquietudes que no caben dentro del “esquema familiar”. Transgredir su propia personalidad artística es para él un modo de crecer y renovarse. “Si no te sales de tu zona de confort, te estancas, se vuelve aburrido y puede marchitarse la parte creativa. Hay que volver a pararse en la orillita para sentir otra vez el vértigo”, remata con precisión.

Ponerse metas e irlas cumpliendo sistemáticamente es la clave de Gil para alimentar la adrenalina y sentirse motivado. El show en vivo es aquello que lo recarga de energía. “Es emocionante el glamour y los viajes, o la fama, pero todo el proceso que implica probar sonidos, ser una rata de laboratorio, elegir, producir y luego resumirlo en esas dos horas que puede durar un show es lo que mantiene saludable a

un organismo musical o artístico. Todo ese proceso me mantiene en movimiento y en crecimiento”.

La innovación tecnológica también es una fuente de inspiración para Gil. Nos platica que, para su último show con Kinky, se basó en imágenes que fueron creadas con Inteligencia Artificial. Le resultó muy estimulante ver el resultado de algo que se gestó dentro de una especie de caja negra, como si hubiera sido formado en la profundidad sin luz del océano. Al mismo tiempo, le pareció atemorizante, una fuerza que ya no se puede parar.

“Hay que volver a pararse en la orillita para sentir otra vez el vértigo”
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El amor viene con pelos

Se acercan más canciones en solitario y videos, seguidos de un disco completo y más experimentación como actor de cine y creador de música para películas (en 2022 le dio vida al personaje Aarón en el filme ¿Qué culpa tiene el karma? ). Por el momento, podemos escuchar dos sencillos que ya están disponibles en todas las plataformas. El primero fue El amor viene con pelos, canción bastante divertida, con beats irresistibles y una producción musical muy fresca que aplica las leyes del humor de las que platicamos antes con Gil, como una vía poética e inteligente de abordar las contradicciones de la vida en pareja y los efectos opiáceos del amor.

“El amor viene con pelos, con fluidos y con babas, con gemidos y con caras, y al terminar hay que limpiar las sábanas. El amor viene con pelos, con mal aliento en la mañana, viene con caspa en las almohadas y una lagaña en tu mirada. Y aun así, perfecto, como un cuento de hadas”, declara la letra de la canción con la que debutó como solista. De este corte, además, ya está disponible el video, que Gil produce y dirige, lleno de colores y excentricidad.

Gil Cerezo deja un mensaje a todos los nuevos creadores y artistas que nos leen. “Creo mucho en la experimentación y en encontrar tu propia voz, la cual se forma con base en las influencias que tú vas escogiendo. Es importante consumir todo lo que pueda nutrir tu voz para formar la propia. Y no dejar de experimentar”.

Bogart Montiel, quien nos acompaña en la entrevista, pide a Gil que describa esta sesión en una frase, a lo que responde: “Eye liner” (delineador de ojos). Para mayor explicación, ver las fotos.

“Creo mucho en la experimentación y en encontrar tu propia voz”
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26 LIDERAZGO DE LAS ROCKERAS MEXICANAS Tere Estrada @sirenas07 @tereestradamx

Alas mujeres en el rock nos han querido borrar de la historia, pero no han podido. Cuando empecé mi investigación sobre mujeres en el rock mexicano en los noventa, iba al Tianguis del Chopo a buscar información. Entre los puesteros me decían que solo encontraría a dos o tres. Para sorpresa de todos, entrevisté a 100 rockeras (compositoras, cantantes, instrumentistas, managers) de los años cincuenta al 2006. Actualmente escribo el segundo tomo donde hago un recuento de las rockeras mexicanas en los últimos 15 años.

El rock mexicano ha tenido apoyo mediático por temporadas y lo que ha sido promovido es la punta del iceberg. En realidad, ha tenido pocos espacios en la radio y la televisión. A veces está de moda, a veces no. A veces las disqueras trasnacionales lo cobijan, otras no. Pero se mueve, existe, más allá de las modas y las presencias mediáticas. Más allá del internet y la viralidad desechable donde hoy eres trending y mañana, no. El rock mexicano existe porque alguien

Gloria Ríos

Fue la primera persona que grabó un disco de rock en 1956. Hacía covers de Bill Haley y sus Cometas, pero también grabó el tema La Mecedora, original de Mario Patrón. A través del cine difundió el ritmo en películas como La locura del rock ´n roll (1957).

Las Mary Jets

A fines de los cincuenta eran instrumentistas egresadas del Conservatorio, pero en vez de tocar en Bellas Artes, lo hacían en los night clubs , algo que era considerado de mujeres “perdidas”. En lugar de contar con Bach o Beethoven en su repertorio, interpretaban a Pat Boone y Chuck Berry. ¡Cómo se atrevían! Sus padres y maestros se escandalizaban.

Las Hermanitas Jiménez

Grandes promotoras del twist, eran acusadas en medios como Notitas Musicales de bailar con “movimientos antiestéticos y morbosos”. Mover las caderas era pecaminoso a principios de los sesenta.

Leda Moreno

Por hablar varios idiomas fue de las primeras letristas. Hacía versiones al español de éxitos estadounidenses y sus textos fueron cantados por los Hermanos Carrión y Enrique Guzmán.

asistió a un concierto o compró una descarga, un LP, un cassette, o guardó la canción en su playlist. Existe y es parte del almuerzo o la merienda. Forma parte de los recuerdos de varias generaciones de fans que asistieron a una tardeada, un café cantante, una pista de hielo, un foro estudiantil, un festival por la paz, un hoyo fonqui o un antro exclusivo.

Las rockeras mexicanas serán recordadas no por cuánto dinero dejaron a las disqueras o los empresarios. Serán recordadas porque se atrevieron a construir un camino donde no había. Se aventuraron a nadar en las aguas masculinas del rock. Su atrevimiento es reseñado y honrado en mi libro Sirenas al ataque, testimonio fundamental y corazón vivo de lo que ha sido el rock hecho por mujeres en nuestro país.

El liderazgo femenino tiene que ver con participación de las mujeres en diferentes áreas donde se encuentran en una posición de poder, toman decisiones y dirigen grupos de trabajo. En el caso del rock mexicano, tenemos varios ejemplos de mujeres líderes.

Julissa

Con Los Spitfire cantó Ven cerca, un tema interpretado de manera tan provocativa para la época que fue censurado en la radio. Julissa dice que solo trató de imitar la versión original Come Closer de Johnny Restivo. El resultado fue que las “buenas conciencias” se asustaron de que una menor cantara de manera tan sensual.

Vianey Valdez

A fines de los sesenta se atrevió a cantar más rocanrol que balada. “Me hacían cantar baladas románticas. Querían algo sweet como una muñequita de papel, pero yo no me identificaba con esa imagen”. Muévanse todos se convirtió en un éxito rotundo, original de The Isley Brothers. Así se llamó el programa de televisión que conducía en el Canal de Monterrey. Vianey también se atrevió a aparecer en televisión con pantalones. Fue un escándalo para la sociedad regiomontana. ¡Las señoras la paraban en la calle para regañarla!

Margarita Bauche

La compositora se atrevió a cantar, en la Villa Olímpica, su canción sobre la matanza del 68 en plenos Juegos Olímpicos. Fue perseguida y tuvo que esconderse durante algún tiempo.

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Mayita Campos y Marisela Durazo

Fueron las únicas mujeres que cantaron en el Festival de Avándaro en 1971, la primera con Los Yaki, la segunda con el grupo Tequila.

Baby Bátiz, Norma Valdez y Mayita Campos

Resistieron los eventos en los hoyos fonqui durante los setenta. Había muchos grupos y pocos espacios. Vivieron, a flor de piel, el tocar en la clandestinidad y salir ilesas, temiendo ser hostigadas sexualmente.

Kenny

Con su banda Los Eléctricos fue parte del sello Comrock, una compañía independiente que logró que la trasnacional WEA distribuyera su catálogo. Tras muchos años de ausencia del rock en los medios masivos, una voz femenina volvía a la pantalla chica en programas juveniles.

Hebe Rosell

Además de tocar con El Séptimo Aire, la banda de Guillermo Briseño, armaba sus shows, como la Hebestroika, con monólogos, poesía, su piano, su voz y sus canciones. Una mujer todoterreno que se convirtió en maestra de canto de muchas generaciones.

Cecilia Toussaint

Tocó en todos los espacios posibles para todos los públicos. Fue uno de los íconos durante la huelga del Consejo Estudiantil Universitario en 1987. Con letras de Jaime López y Pepe Elorza, entre otros, con una imagen andrógina cercana a Patti Smith y su trío, abrió el mercado para el rock mexicano hacia mayores audiencias.

Alquimia

Cantante, tecladista e ingeniera de audio, fue lanzada durante el boom del rock en español. Mientras Fobia y Neón despuntaban, ella decidió emigrar a Londres para buscar nuevos horizontes. Durante los noventa empezó a grabar discos en el baño de su departamento en Londres. Es la mujer que más ha participado en álbumes acoplados en toda la historia del rock en México.

Betsy Pecanins

Es la reina del blues en México. Cuando comenzó su carrera, era tal el alboroto que daban portazo en el Museo Universitario del Chopo. Entrega, sensualidad, pasión y gozo.

Rita Guerrero

Fue cantante, letrista y activista que utilizaba elementos teatrales para acompañar sus shows. Un deleite visual y sonoro era verla con su banda Santa Sabina. Con el colectivo La Bola, organizó eventos masivos para los zapatistas y llevó ayuda a las comunidades indígenas en Chiapas.

Ely Guerra

Compositora, cantante y guitarrista. Con productores, sin productores, con disquera, sin disquera, con músicos, a capela. Surcando, resistiendo, encontrando su propia voz.

Estos son algunos ejemplos de mujeres que en la escena del rock mexicano han florecido, ganado espacios de poder y quedado en pie. Merecen todo nuestro amor y respeto por abrir camino.

“A las mujeres en el rock nos han querido borrar de la historia, pero no han podido”

Tere Estrada

Compositora, cantante, guitarrista, socióloga y autora del libro Sirenas al ataque Historia de las mujeres rockeras mexicanas . En lo musical fusiona géneros como blues, rock, jazz y ritmos latinos. Tiene ocho discos. Un blues en la penumbra es el más reciente, basado en su primera novela homónima. Es coach vocal e imparte talleres de voz y autoestima. En mayo de 2023 recibió la Medalla Hermila Galindo, que otorga la Comisión de Equidad de Género del Congreso de la Ciudad de México, por impulsar la cultura.

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LANZAMIENTOS 2023

Habiendo tanta música disponible en plataformas, en una época en la que los discos físicos son más un souvenir y los artistas optan por liberar sencillos periódicamente, hacer un ranking de lanzamientos se torna algo complicado. Sin embargo, este año nos trajo grandes canciones, grandes sorpresas, y sobre todo grandes álbumes.

Con este conteo no aseguro que sea lo único que se estrenó; solo creo que es lo más destacado, sin dejar de lado grandes sencillos como A la deriva de Cuceb Piloto, Cosas de grandes de Javier Blake, Tenochtitlan de Mon Laferte o Nunca tuve tanto de Ximena Sariñana y Nanpa Básico, o discos como Todo pasa de Arroba Nat, Tiempo futuro de Bengala y Perder para ganar de Sabino.

Rizoma

Austin TV

Una mañana de 2022 nos despertamos con la noticia de que Austin TV estrenaba sencillo. Anunciado esto, y tras varias presentaciones en vivo, en 2023 Austin TV nos regaló álbum nuevo, 13 años después de su último lanzamiento.

Rizoma, que primero fue el EP Ésta es la Razón, es lo que esperábamos de su regreso, un alivio a la sensación de abandono musical que nos dejaron en 2013. Los nueve tracks son un paseo por el pasado, sin caer en la nostalgia. No se siente como un estancamiento, sino como una continuación, donde todos los instrumentos están muy bien balanceados y los sampleos, una vez más, aparecen como otro integrante más de la alineación. Este disco es un gran regalo para los fans de antaño y un gran acercamiento para los nuevos.

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Rodrigo Alcalá @elroalcala

Damaleona

Vanessa Zamora

En más de una ocasión se ha dicho que el tercer álbum de un artista es el que define su sonido y con el que alcanza cierta madurez musical. Puedo decir que para Vanessa Zamora así ha sido con la producción estrenada en 2023 y presentada en el Auditorio BlackBerry (BB).

En esta ocasión, podemos encontrar un álbum con 11 temas que tienen un concepto sonoro que las unifica. Las canciones están bien compuestas de origen y nos hablan de distintos temas desde puntos de vista muy personales, que van acompañados de géneros como el funk, el pop, el rythm and blues y algo de psicodelia, con buenas melodías vocales. Creo que este trabajo es un parteaguas en la carrera de la cantautora tijuanense. Siempre es un gusto encontrar buenos trabajos de artistas independientes.

Prismarama

León Larregui

Siempre que el frontman de una banda se lanza de solista, por obvias razones, hay dudas sobre su futuro, pero con León Larregui no hay que preocuparse. Prismarama es su tercera entrega en solitario y, para la ocasión, decidió hacer algo mucho más personal al tomar el control total de la producción.

Compuesto por 15 temas, algo extensos para los cánones actuales, Prismarama es el trabajo más experimental y tal vez electrónico en el que se puede escuchar una especie de libertad creativa desbocada, donde experimenta incluso con otros idiomas y con temas mayormente instrumentales. Por fortuna, se percibe una separación del sonido de Zoé, cosa que pocas veces los solistas, que son integrantes de una banda, pueden lograr con éxito.

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Chimborazo Son Rompe Pera

La cumbia es el nuevo punk, el nuevo rock. La cumbia es el futuro. Chimborazo es el segundo álbum de la banda originaria de Naucalpan, grabado totalmente en Colombia, cuna de la cumbia.

Con la marimba una vez más como protagonista, este disco de cumbia fusión nos regala 12 temas originales, varios de ellos instrumentales, y un cover, “Toño y el demonio”, que no nos dejan parar de bailar, ya sea de cachete pegado o en el slam. Al igual que su anterior producción, esta tiene varias colaboraciones con artistas como el rapero colombiano N. Hardem, el guitarrista mexicano Gil Gutiérrez y la banda chilena Anarkia Tropikal. Se nota una evolución en el sonido de la banda, tanto en la ejecución como en la captura. Es indudable que han crecido con el paso de las giras y las presentaciones. ¡Gracias por la cumbia!

Noches de Salón Enjambre

Sin duda, Enjambre es una de las bandas mexicanas mejor consolidadas y constantes de su generación. Durante su carrera nos han entregado grandes trabajos, pero, para este 2023, nos sorprendieron con su octavo álbum: Noches de Salón , uno de sus mejores trabajos.

Grabado en el Salón Los Ángeles, completamente en vivo, y acompañados de ocho músicos invitados, en este disco Enjambre nos demuestra que pueden sonar todavía más retro, al reversionar 15 de sus temas más icónicos, como “Manía cardiaca” o “Sábado perpetuo” en distintos géneros que van de la salsa al bolero, bossa nova, son cubano y danzón, entre otros. Podemos decir que en lugar de hacer un álbum de covers, Enjambre decidió autocoverearse rindiendo tributo a la Sonora Santanera, Los Panchos o el Buena Vista Social Club, y se los agradecemos mucho.

Rodrigo Alcalá Compositor, bajista y escritor originario del ya extinto Distrito Federal. Formó parte de una de las bandas de ska más importantes del país: Los Victorios. Hoy milita en Segunda Gloria, grupo de ska fusión, y en Alcalino, su proyecto solista donde explora con canciones propias cuya letra es parte fundamental. Ha sido seleccionado en tres ocasiones por el portal Diversidad Literaria para formar parte de sus publicaciones. Es colaborador de Rockabulario

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“NO HAY PRISA, PERO NO HAY TIEMPO QUE PERDER ”

Entrevista a El Cha

Cuceb Piloto

Siempre que se pregunta por un bajista famoso o líder de una banda, la gran mayoría recurre a nombres como Sting, Flea, Les Claypool y, obviamente, Paul McCartney. El público más especializado podría mencionar a Esperanza Spalding, Marcus Miller y Jaco Pastorius. Pero cuando se trata de bajistas mexicanos, invariablemente tendríamos que hablar de uno de mis ídolos: Javier Ramírez Gómez, alias El Cha, a quien, por cierto, le desconcierta que le digan Javier porque siente que su papá lo está regañando.

Oriundo del sur de la Ciudad de México, Cha es fundador de Fobia, una de las bandas más representativas de la ola del rock en tu idioma. Asimismo, ha sido bajista de bandas como Gran Sur y ha colaborado con muchas otras agrupaciones de manera ocasional como Lost Acapulco. Curiosamente, se parece mucho a Xavi Moderatto, aunque, según palabras del Cha, Xavi es mucho más sexy, divertido y alocado.

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INNERVIEW

No conforme con ser un referente del rock mexicano, como diseñador gráfico el Cha ha sido responsable de darle color, imagen y forma a muchas portadas de discos e identidades visuales de muchísimos artistas de todos los géneros, tanto en este país como en el extranjero. También nos ha regalado grandes momentos como locutor de radio en estaciones como Órbita, Reactor, W Radio y, actualmente, en Convoy. Pero lo más importante es que es un gran ser humano, gran conversador y gran catador de tacos al pastor.

En esta ocasión, el Cha nos abrió las puertas de su casa en la Ciudad de México —la misma donde vivió de niño y creció— para ser entrevistado por Cuceb Piloto, dejándome a mí, Rodrigo Alcalá, el honor de narrar dicha plática en esta edición especial de C-Level

Cha, por Javier Ramírez

“Javier Ramírez y el Cha, la existencia de ambos personajes, es un tema que he tratado en terapia. Aunque suene trillado, soy muy tímido, pero cuando me toca estar frente a un micrófono o en un escenario, cambio totalmente.

Xavi Moderatto es un locazo; su personalidad es muy diferente a la de Cha de Fobia, Cha de Gran Sur y Cha, el locutor. Tantos yos es una manera de enfrentar la vida que he abrazado con gusto”.

Cha, el origen

“El mote de Cha se originó porque en los años ochenta se usaba mucho 'cha', onomatopeya alusiva a la percusión, como en canciones de The Police. Cuando tuve una de mis primeras bandas con Marcelo Lara e Iván Morales, entramos a un concurso y no teníamos nombre, así que le pusimos Cha.

“Xavi Moderatto es mucho más sexy, divertido y alocado”

Después, cuando conocí a Paco Huidobro (me nombró bajista de Fobia, muy al estilo del Rey Arturo) fue Leonardo de Lozanne quien me presentó como Cha porque lo tenía pintado en la mejilla por mi banda. Sospecho que en realidad no sabía muy bien cómo me llamaba. Desde ese día se quedó el nombre, además de que Javier Ramírez no está tan padre para rockear”.

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Cha, el bajista

“Yo quería ser baterista. Me encanta la batería; es el instrumento que mejor toco después del bajo. En los shows prefiero ver al baterista que a los cantantes. Cuando le dije a mi papá que quería ser baterista, se negó, pues él tenía mucho la onda de que yo pudiera tocar un instrumento para poder ligar y en la batería nadie me iba a ver. Entonces empecé a tocar la guitarra, pero nunca hubo onda entre ella y yo. Luego entré como cantante a una banda de rock progresivo, pero como no cantaba bien, me sugirieron tocar el bajo; un punto medio entre mi papá y yo.

Así tuve mi primer bajo, que es una guitarra con dos cuerdas menos, ¡bendito Dios! Ahora sé que sí tiene que ver con mi personalidad: no estoy atrás en mi trono como baterista; estoy al frente con el guitarrista, pero sin tanta complicación ni protagonismo, y me gusta cómo suena, cómo se siente en mis manos y cómo hace sentir a la gente. Cada año que pasa me gusta más tocar el bajo”.

Cha, el diseñador

“El diseño gráfico llegó por accidente, aunque siempre me gustaron los cómics y las portadas de discos y libros. Realmente empecé a diseñar con el segundo disco de Fobia porque, como lo grabamos en Nueva York, se recortó presupuesto del diseño. Así que no había portada, pero habíamos juntado dinero para que Carlos Somonte nos tomara unas fotos; agarré una de ellas donde estamos en la playa, la recorté y la intervine con un libro de ciencia ficción de mi papá. Esa fue la idea principal que terminó de diseñar Mario Lafontaine y que se volvió la portada del disco Mundo Feliz. Fue ahí donde decidí tomarlo en serio y estudiarlo como carrera. ¡Me titulé y todo! También soy licenciado Cha”.

Diseñar portadas de discos, vestuarios, flyers o escenografías es la manera en que el Cha aporta a sus proyectos más allá de lo musical. Y como para ilustrar la respuesta, a sus espaldas había una pared tapizada con cuadros —obras propias y ajenas—, entre los cuales destacaba uno: el cartel de los 20 años de Fobia, obviamente diseñado por él.

Cha, ¿el dentista?

“Mis papás y mis tíos, por el lado materno y el paterno, son dentistas; crecí rodeado de dientes. Por eso cuando era niño, antes de que yo pudiera contestar qué quería ser de grande, mis papás respondían que dentista, pues ya estaba todo puesto. Además, crecí en una época donde vivir del rock era imposible y había una insistencia por hacer una ‘carrera de verdad’.

Tan fue así que acabé estudiando dos años de Odontología en la UNAM. Pero no estaba contento en la carrera, dejé de ir a clases y me iba de pinta a casa de Paco (Huidobro). Me sentía mal con mis papás, pero no me atrevía a contarles. Hasta que los mandé a ver la película La sociedad de los poetas muertos y logré decirles la verdad”.

Cha, el exitoso

“Me considero exitoso porque me gusta lo que hago y vivo de ello desde hace muchísimos años. A mis 55 puedo seguir tocando, diseñando y haciendo radio con gente que admiro y respeto. Me hace sentir exitoso poder inspirar a otros con distintos proyectos, como Moderatto, Fobia, Gran Sur.

Llevo años trabajando con las mismas personas que se han convertido en amigos. Soy muy feliz y eso para mí es el éxito. Tengo mis momentos de bajón, pero es parte de experimentar la vida. Me gusta mucho cómo he llevado mi vida hasta ahorita. Mi éxito no solo es personal: es un éxito en conjunto gracias a las personas que he conocido, como mis amigos de las bandas y de la radio”.

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“Soy muy feliz y eso para mí es el éxito”

No sé si soy un líder, más bien me he dedicado toda la vida a hacer lo que me gusta, acompañado de gente nueva con ideas distintas a las mías y que me han hecho crecer, y con gente que conozco y quiero mucho”.

Cha, el gurú

“Este asunto de la explosión de gurús y de los coaches de vida me parece hasta peligroso, pues todo el mundo tiene acceso a lo que estas personas pueden decir en redes o a esta positividad tóxica de que ¡hay que estar felices todo el tiempo!

Yo no tengo hijos y no tengo pensando tenerlos, pero sí creo que es importante que los papás estén pendientes del contenido que ven los niños en internet. Ya no hay filtros de ningún tipo y esto va a cambiar mucho la manera de pensar de los más jóvenes, pues estamos viviendo una época dura entre cambios climáticos, inteligencias artificiales, narco, entre otras cosas. Las nuevas generaciones están viviendo una revolución parecida al descubrimiento del fuego o la invención de la imprenta”.

A raíz de esta plática, surgió el tema de la galería de arte que Cha tuvo alguna vez en la colonia Roma y que, justamente, se llamaba Gurú, ya que su intención principal era darle exposición a la obra de artistas nuevos para que se encontraran con artistas reconocidos o consagrados, y que en dicho encuentro ambos aprendieran algo.

Cha, ¿el fracasado?

“He fracasado muchas veces, pero he aprendido con los años que el fracaso no es el fin del mundo. El fracaso es necesario; te ayuda a mejorar.

Cha, ¿líder social?

“Aunque mi trabajo puede impactar a las personas, nunca me he pensado como líder social; hago las cosas para mí y para mis compañeros. He aprendido, con el paso de los años, que va a haber gente a favor y en contra de tu trabajo, así que no puedes guiarte por lo que los demás digan o piensen. Pero sí creo que es bien importante estar preparado profesionalmente y estar aprendiendo siempre. Yo sigo yendo a clases de canto, de actuación, y sigo preparando mis entrevistas de radio para no hacer las mismas preguntas de cajón.

Hay que estar con los ojos, los oídos, la cabeza y el corazón abiertos. Todo lo que vivimos pasa por el filtro que somos; por eso es importante estarlo alimentando, limpiando, cambiando. No soy la misma persona que era a los 20 o a los 30.

Parte de esto lo aprendí tocando con Jay, que tiene un carácter muy fuerte. Porque cuando yo me equivocaba, me sentía fatal, pero a la larga me ayudó a ser un mejor músico”.

Cha, el rockero

“El rock es mi vida. Aunque ya no sea como lo conocimos, el rock no va a morir jamás. Siempre va a estar ahí junto con el jazz, música de nicho que no va a desaparecer, y eso quizás lo haga mucho más interesante que hace diez años. El rock es como el refresco de cola: se mezcla con todo. ¡Corazón rocker siempre!”

Lo dijo mientras señalaba en el bolsillo de su saco un corazón con un ojo al centro, símbolo de su banda Gran Sur. “Amo el rock, sin dejar que me cierre otras puertas”.

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Cha, el de Fobia

“Fobia significa muchísimo orgullo de algo que hicimos cinco chamacos —yo tenía 18 años— en un cuarto de ensayos en la colonia del Valle. Hacíamos para nosotros canciones raras con letras raras. Nos vestíamos como queríamos y terminamos siendo muy importantes para la vida de muchas personas.

Esto último lo veo con canciones como Hipnotízame cuando tocamos en vivo. También Fobia es el origen de muchísimas cosas buenas en mi vida; es algo que me llena de satisfacción”.

Los temores de Cha

“Me da miedo la vejez en el sentido de no poder seguir haciendo lo que me gusta y no ser independiente. Mi papá tuvo Alzheimer antes de morir y mi mamá tiene Parkinson. No sé si eso me entristece o me da miedo…

Me da miedo ir perdiendo gente, que las personas que conozco se vayan muriendo y no poder hacer nada. También le temo a perder la capacidad de asombro y a no querer aprender nada nuevo; ir disminuyendo en capacidades y no poder dibujar, tocar o perder la voz para cantar. Pero también he aprendido que nunca es como esperamos”.

Cha y las plataformas de streaming

“Utilizo un par de música, pero creo que los músicos deberíamos hacer huelga como los actores y escritores en Estados Unidos. Es una miseria lo que pagan, y gente como yo, que no somos autores o tenemos porcentajes muy bajos en las canciones, tendríamos que poder vivir de los millones de reproducciones de las canciones que hacemos.

Está increíble tener todo al alcance de la mano, pero, como músico, es una falta de respeto. Y lo que las plataformas invierten, comparado con lo que implicaba hacer un disco, no es nada. Sí es una chingadera”.

Cha, el creativo

“Hasta hace poco tiempo, me di cuenta en terapia de que soy una persona muy creativa. Me costó mucho trabajo confiar en mí como creativo, darme el crédito necesario. Con el Unplugged de Fobia, me quedó más claro al hacer el diseño del disco y de la escenografía.

Hay gente cuyo fuerte es la capacidad técnica, pero no es tan creativa. Yo me considero al revés y, sin embargo, me he dedicado a trabajar la parte técnica”.

La filosofía del Cha

“No hay prisa, pero no hay tiempo que perder. Hay que estar siempre muy agradecido”.

Con esta última reflexión, Cha nos dio las gracias y nos compartió su emoción por formar parte de este viaje al pasado y poder participar en una revista impresa, como lo eran antes.

“El rock es como el refresco de cola: se mezcla con todo”
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#necesitamosencontrarnos

Reservaciones: @alvaroromamx

EL ETERNO VELVET DESDE DISTINTOS ÁNGULOS

Uili Damage @uili

En 2021, el cineasta estadounidense Todd Haynes sacó el tema de The Velvet Underground otra vez, y cada tanto, ignoramos pretextos con tal de retomarlo, o buscamos la excusa que sea, hasta debajo de las piedras, para eternizar la conversación. Justo, iniciando el 2023, Ecstatic Peace Library, editorial de Thurston Moore (guitarra y voz de Sonic Youth), estrenó el pastadura Linger on: The Velvet Underground del reportero Ignacio Julià, cofundador de la revista Ruta 66 y probablemente el documentalista más serio y completista (u obsesionado) de la obra del grupo neoyorkino.

La cinta que publicó Haynes hace dos años, titulada simplemente The Velvet Underground, recopila una cantidad de material documental muy abundante que, si acaso ya se vio algo o mucho de allí, no aparenta —solo a primer vistazo— estar organizado de una manera cronológica que insistiera en la trayectoria del cuarteto... ¿quinteto? Sin embargo, sabemos que se trata del eterno Velvet. Y de esa banda, lo que sea es interesante.

Haynes ofrece una perspectiva más, una casi de infiltrado, descubriendo escenas y escenarios que solo los actuales sobrevivientes de esa aventura contestataria conocían y gustosos repasan a cámara para mimar a los hiperconectados de hoy. Agrega comentarios puntuales de archivo y más archivo con los personajes principales desenmascarándose, y mejor aún, evadiendo sardónicamente aquello que los entrevistadores del momento consideraban “lo que todos quieren saber”.

En cuanto al libro del barcelonés Julià, cuenta con textos de Bobby Gillespie (Primal Scream), Debbie Googe (My Bloody Valentine, Snowpony) y el propio Moore; un abundante acervo fotográfico inédito, capturado por la lente de James Hamilton, y, por supuesto, entrevistas profusas con Lou Reed , John Cale, Moe Tucker, Sterling Morrison , Doug Yule y Nico

Si transitamos exclusivamente las canciones como suelen ser entregadas por la discografía oficial general, sin lados B, sin rarezas, sin demos, solo los álbumes finales, en estudio, de edición regular, en orden de aparición, ya con eso empezamos a encontrar las peculiaridades sonoras. De resultados más que vigentes, al ubicarlas en la historia musical resultan ciertamente anacrónicas, sobre todo al comparar los lanzamientos que sonaron en las listas populares conforme iban apareciendo los de este grupo.

En listas actuales, The Velvet Underground & Nico , el debut de la banda, queda en inmediato segundo lugar de “los mejores álbumes de 1967”,

atrás de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de The Beatles. Repito: eso es hoy. En 1967 el escenario era muy diferente. No había competencia alguna con los listados de entonces que traían el debut de The Doors, Forever Changes de Love, Are You Experienced de The Jimi Hendrix Experience, Nina Simone Sings the Blues, Songs of Leonard Cohen, Cold Sweat King de James Brown, The Piper at the Gates of Dawn de Pink Floyd, Disraeli Gears de Cream, Reach Out de Four Tops, el primero solista de Scott Walker, y Dionne Warwick, Duke Ellington, Otis Redding, Donovan, Bob Dylan, Wilson Pickett, The Left Banke, The Turtles, The Supremes, Procol Harum, Sinatra & Jobim, Jefferson Airplane, B. B. King, The Rolling Stones, The Moody Blues, The Who, The Kinks, The Beach Boys, The Byrds, Buffalo Springfield, Big Brother and the Holding Company, 13th Floor Elevators, Aretha Franklin y los menos comunes

Captain Beefheart, The West Coast Pop Art Experimental Band, The Mothers of Invention… Todos con álbumes que azotaron la historia y varios hasta con dos o tres grabaciones en el mismo año, o recopilaciones de éxitos que también se volvieron obligadas en las colecciones particulares. La música popular en inglés de 1967 era groovy y su influencia perfiló la cultura mundial.

El cineasta Todd Haynes ofrece una perspectiva más de The Velvet Underground, una casi de infiltrado, descubriendo escenas y escenarios que solo los actuales sobrevivientes conocían
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Impromptu

El chisme de Moe

El recorrido de Haynes, que arranca con la juventud de los cuatro integrantes, explica la fórmula VU desde una variedad de ángulos. Descubrimos a un Lou Reed que abrevaba de las contraculturas con la misma apertura y hambre de escandalizar que de su oficio como compositor pop en jefe de Pickwick Records, un sello que se dedicaba a sacar canciones que sonaran a los éxitos que todos conocían (una línea de producción de sound-alikes).

A John Cale, un “músico de conservatorio” y visionario de la experimentación sonora —aprendida con La Monte Young— que buscaba cómo hacer de “su ruidero clásico/conceptual” algo “funcional y autorizado” en la radio.

A un complemento disciplinado, diestro y autosuficiente en Sterling Morrison, quien mantuviera la forma de canción de cada cabriola musical en la que se sumergían los otros dos, el poeta y el orfebre sónico; una guitarra de acompañamiento capaz de hacer solos nutridos y memorables.

Y de manera fundamental, a Maureen Ann “Moe” Tucker, la percusión que aportaba la extensión y métrica apropiadas, más la red de seguridad donde los demás pudieran caer a salvo después de los ciclones que conjuraban.

Jonathan Richman, primer fan del grupo y después líder de los Modern Lovers, decía que “no solo era buena baterista: para aquellos que estaban hipnotizados por su sonido, ella era una de las hipnotistas principales. Aquellos suficientemente atentos como para darse cuenta de su camino en el ritmo y su sonido electrizante, mientras estaba ahí parada pegando, probablemente lo recuerdan aún… y aquellos de nosotros que amamos el sonido de esa banda, sabemos que su estilo de percusión era tanto una marca de la casa como cualquier otro de sus sonidos. Era crudo y salvaje”.

Allí, sentada en el piso, abrazada de unos pocos tambores, en la cinta de Haynes, Moe se recuerda a sí misma como una veleta que indicaba el camino; y lo repasa en entrevistas aparte, junto con toda la alegría que vivió en los cinco o seis años, más o menos, que duró la aventura que, en contraste inesperado, se percibe más bien sórdida y atormentada. Con un afecto que va de fraternal a maternal, Tucker disfrutaba con Sterling apoyando a “esos dos lunáticos” (Reed y Cale) en sus fechorías, haciendo uso de sus primeras enseñanzas: acompañar con tambores los discos donde tocaban Ringo Starr o Charlie Watts.

De voz de Maureen escuchamos cuánto odiaban estos east-coasters al hippismo californiano y sus

principios ingenuos de que el mundo cambiaría mágicamente con flores y nada de acciones objetivas. Y en las otras entrevistas, más que en el documental de Haynes, Moe habla del asombro lleno de risas, incredulidad y complicidad que compartía con Martha, esposa de Sterling, viendo suceder la euforia que se vivía en el circo lisérgico al que la cineasta Barbara Bird metió a tocar al grupo: la Factory de Andy Warhol, repleta de cazadores de reflector (igual aspirantes al arte que ricos wannabes que podían pagar la juerga de todos), quienes pasaban día y noche ahí en la bodega, mientras la producción plástica y audiovisual no paraba.

Recuerda todo lo ajena que Christa Päffgen “Nico” era para la banda, y todo lo adecuada, brillante y puntual que fue su intervención cantando en el disco debut, instigada por Paul Morrisey, gestionada por Warhol, guionada por Reed y finalmente administrada por Cale. Y de los requerimientos que la banda le demandaba. Tucker sabe y ventila, sin reparos, que la misión número uno era experimentar con esos elementos: la canción americana perpetrada por el arte/caos sonoro. Además, evoca de sus inicios que quería tocar algún instrumento sin tener que tomar clases. Los cuatro sabían que ella no era músico, que no era baterista consumada, así tuviera pocas horas de vuelo con The Intruders, un trío de chicas que formó con sus amigas del trabajo. Sin embargo, llegando al primer concierto pagado de la banda, apenas con algún ensayo de por medio, todos entendieron que eso necesitaban y no a otra persona. El buen oído que ya traía cada uno y el olfato musical desprejuiciado y libre podrían provocar algo gratificante.

Pocos meses antes de aparecer el trabajo de Haynes, el joven baterista Cam Forrester le dedicó una hora documental a Moe y al Velvet, disectando perversamente qué y cómo tocó cada intervención en el álbum debut del grupo, además de revelar las peculiaridades técnicas sobre la profundidad y genialidad total y espontánea de las ejecuciones minimalistas de Maureen.

Cuarenta y pico años después de dejar el grupo —cuando se iban a meter a grabar su placa “final” Loaded, tras disponerse a iniciar una familia y posteriormente emprender rutas personales dentro y fuera de la música, con un reencuentro de los VU en el camino—, Moe rememora aquellos días como una época de gran diversión. Todas las veces que pensaba lo que le hubiera gustado ser espectadora de esos shows impactantes que daba el VU. Cómo sus presentaciones debían ser dinámicas porque, en una

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época en la que no contaban con monitores de sonido y el volumen de los amplificadores era atronador, tenían que estar viéndose mientras tocaban para saber en qué parte de la canción estaban. Toda la emoción que la recorría al meterse a un estudio de grabación por primera vez, sabiendo que solo disponían de ocho horas para plasmar eso que hacían en el tablado, y lo afortunados que fueron al no haber tenido más tiempo con el que seguramente hubieran perdido la magia perfeccionando. Todos los salones de baile, fuera de Nueva York, donde se presentaban en shows para todas las edades, en los cuales únicamente había venta de sodas y palomitas, y la entrada costaba tres dólares. Cómo la banda empezó a volverse “normal” con la salida de John Cale, aun cuando pudo disfrutar las canciones que siguieron. Lo bien que calzó la llegada de Doug Yule como músico y compañero. Cantar por primera vez con la banda una canción que Lou escribió en específico para ella (After Hours) y, al grabarla, pedir que todos los que no fueran el ingeniero y Lou se salieran del estudio por lo avergonzada y nerviosa que se sentía, para después encontrarse con que se volvió una gran favorita de su público. Seguir recibiendo tanto cariño, hasta la fecha, por parte de la gente que se le acerca a decirle lo que aquella experiencia de apenas cinco años, que pasó hace tanto tiempo, le sigue significando.

Por supuesto que Forrester se enfoca en las características musicales de Moe Tucker, la baterista. Haynes se centra en el fenómeno cultural de todo el universo VU y en la alquimia para que sucediera algo

misma historia. Volver al mismo tema, pero en tono de chisme, casi de secretos confiados, aquí, en corto, sin importar que se esté enterando toda la Tierra. Porque las canciones que se amasan bajo la firma The Velvet Underground, con ruidero y todo, sin importar lo épico y monumental con que puedan empaquetarse y presentarse, me siguen siendo íntimas, de chismes y secretos confiados, aquí, en corto.

Allí, sentada en el piso, abrazada de unos pocos tambores, Moe se recuerda a sí misma como una veleta que indicaba el camino

así en ese tiempo y espacio. Julià, el cronista oficial “universal” del Velvet, al que los mismos sobrevivientes consultan para rectificar datos, puntualiza mares de anécdotas, todas ellas un deleite más para ensalzar esta gran historia.

A mí, sinceramente me entusiasma la intimidad y sencillez romántica con que Moe puede contar la

Uili Damage

Músico, locutor, productor musical y de conciertos, consultor de cultura y entretenimiento, curador. Previamente editor, periodista y colaborador para Revista Marvin y más publicaciones. Coleccionista de música por más de 40 años. En fin: junkie de la cultura y las artes.

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PATRON - DEL

EL CAMINO Entrevista a Alemán

Aarón Enríquez

Paco Díaz

Julieta Pichardo

En cualquier historia de éxito existen dos tipos de personajes: aquellos que lo adquieren por decreto y aquellos que deben luchar para conseguirlo. Con 33 años de vida, Érick Raúl Alemán Ramírez, mejor conocido como Alemán, puede afirmar con orgullo que su historia forma parte del segundo grupo.

Hoy Érick pertenece, indiscutiblemente, a la realeza del rap mexicano al ser un artista que representa a nuestro país como pocos, siendo su música uno de los ritmos más influyentes de los últimos 30 años dentro de la cultura pop global. Cuenta con decenas de colaboraciones con figuras internacionales y leyendas de la escena del hip hop mundial, entre ellas Snoop Dogg y B-Real de Cypress Hill. Además, es asediado por marcas de lujo, grandes sellos discográficos, distribuidoras y revistas. Todos quieren un pedazo de Alemán.

Hablamos de alguien que, a pesar de ser un artista de talla mundial, plaquea con orgullo a su país y a su barrio, Cabo San “Locos”. A donde quiera que va, nunca baja la mirada. Apenas pudimos verlo en el palco de honor de Los Angeles Football Club (LAFC) en un encuentro con el Inter Miami (la escuadra de

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Lionel Messi), saludando a Leonardo DiCaprio y Stan Kroenke (accionista de Los Angeles Rams de la NFL). Después de escucharse el himno oficial del equipo, Alemán no perdió la oportunidad de rapear en español durante el partido. “Ora sí puedo decir que Messi ya me escuchó cantar”, bromea.

Pero no todo inició así. Su vida no empezó ganando.

El origen del camino

Nacido en Cabo San Lucas, al sur de la península de Baja California, Alemán —nombre que eligió como rapero para honrar siempre su apellido— creció dentro de una familia unida y humilde, en un entorno barrial del que poco a poco, y con mucho esfuerzo, pudieron alejarse. “Mis jefes me inculcaron desde niño esa visión de salir adelante. Mi papá no estudió, apenas terminó la primaria, pero nunca quiso trabajar para nadie. Desde el principio supo que no quería hacer dinero para alguien más. A los seis años, mi jefa me puso un puestito de dulces. Me dijo: ‘Si quieres ganarte una feria, ármate unas tortas y unos jugos, y ponte a venderlos en una esquina’”.

No es secreto la historia sobre cómo Alemán pasó la niñez con su familia en una casa improvisada, como paracaidistas en una colonia popular de Cabo San Lucas. Pero desde entonces, y a la par de sus pequeños negocios, desarrolló su habilidad como MC* y jamás claudicó en su visión empresarial.

“Hice la prepa en el Cetmar, ahí en Cabo. La escogí porque te enseñaban cosas relacionadas con los servicios turísticos y yo quería ya salir con un bisne de ahí, algo relacionado con eso. Después estudié un año la carrera de Turismo, pero mientras lo hacía, ya tenía mi tienda de merch , Hip Hop Deporte, que hasta la fecha es mi tienda oficial. Eso ya me daba para comer y estudiar; vendiendo unas ocho o diez sudaderitas yo ya la armaba para toda la semana”, nos cuenta con orgullo. Para entonces, Hip Hop Deporte se convirtió en el centro de operaciones de Érick en todos los sentidos: ahí sucedían cosas interesantes, sobre todo relacionadas con la cultura del rap y los negocios.

“Después de estudiar Turismo un año, me pasé al Tecnológico de San José del Cabo para estudiar Ingeniería en Gestión Empresarial, esta onda de apertura de negocios, mucha matemática, cosas de ingenieros civiles... Pero la neta ni al caso, por eso me salí. Yo quería nomás hacer bisnes, nada de sacar el valor de ‘x’ y esas madres. Los negocios reales los hacía ya en la calle”.

“Mis jefes me inculcaron desde niño esa visión de salir adelante”

*MC: surge de la abreviación de Maestro de Ceremonias (también de Move the Crowd o mover a la multitud) y se refiere a una persona que rapea para inspirar a otras.

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El ascenso del artista

Cuando Alemán decidió abandonar la escuela, muchas cosas estaban sucediendo con su carrera en el mundo del rap: ya podía escuchar sus primeras canciones retumbando en las bocinas de algún coche que pasaba ahí en el barrio, y Doble Rima, el primer grupo que tuvo junto a MC King y DJ Phat, capturaba la atención en otros estados de la República. Pasó por varios crews , primero Mexamafia, sello en el que inició la famosa historia de amistad y enemistad con Gera MX, y después Gooti Records, disquera con la que comenzó su despegue en el centro del país.

Fueron tiempos de sembrar semillas con dos discos que hoy se han convertido en clásicos del rap en español: Pase de abordar (2014) y Rolemos otro (2016). Aunque, en realidad, el gran golpe llegó con Eclipse (2018), uno de los mejores álbumes en la historia del rap nacional.

“Cuando hice Eclipse, yo no tenía dinero y decidí pedir un préstamo de 100 mil pesos. Ocupé 40 mil para comprar los vuelos de todos. Renté una casa completa que me costó 30 mil y ahí estuvimos durante un mes. Los 30 que sobraron fueron para la despensa de todo ese tiempo. Con eso logramos hacer el álbum que transformó mi carrera y, al final, a esos 100 mil pesos les saqué 50 veces más”.

Las cosas no volvieron a ser las mismas para Alemán a partir de Eclipse; el ascenso de su carrera fue inminente. Pasó de hacer tocadas con varios artistas para mil o dos mil personas en varios lugares del país, a cerrar su primera fecha en solitario en el Pepsi Center de la Ciudad de México. Pocos meses después, realizó un concierto en la plancha del Zócalo que sirvió para medir el fenómeno natural que venía.

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La gloria con los pies en la tierra

Después de Eclipse, toda la energía desbordada con la que inició la carrera de Alemán tomó un cauce y una dirección mucho más positiva. Antes de este momento, el rapero mexicano tuvo que luchar, de la mano de su madre, para vencer un cáncer que la aquejaba; perdió a su mejor amigo, Pachón, por la misma enfermedad; y vivió una experiencia catártica con ayuda del bufo Alvarius (sapo del desierto sonorense) y sus compuestos psicodélicos, precisamente para comprender más la muerte.

Érick pudo concentrarse al cien por ciento en aprovechar lo que estaba sucediendo con su música para consolidar su carrera. Desterró lo que consideró que tenía que desterrar de su entorno para crecer y lanzó el álbum Huracán en 2021, otro de los grandes hitos de su discografía.

Tras todo lo anterior, Alemán se mantuvo en ascenso hasta llegar al punto en el que hoy se encuentra. Su último álbum, Haciéndolo fino, se lanzó recientemente y fue presentado en un concierto de proporciones épicas, también en el Pepsi Center.

“Estamos en un momento de mi carrera en el que los niveles ya son top. He llegado a un punto en el que empiezo a conocer gente que habla conmigo de negocios realmente grandes. Un día con el presidente de los Rams, otro día con un empresario multimillonario, otro día con Snoop Dogg. Sé que tengo que estar a la altura, prepararme, estudiar más, aprender y hasta hablar mejor en las reuniones. Todo eso”.

De algún modo, Alemán ya no es el mismo que comenzó a forjar, desde morrillo, un camino que era incierto. Pero si hay algo que lo define, son las raíces que ha nutrido y que hoy se sienten más sólidas que nunca. Tanto, que le permiten voltear hacia atrás para limar viejas asperezas, como aquella que tuvo con Gera MX. “La neta ya no estamos para eso. Los dos vivimos un momento muy diferente al de hace tiempo; ya estamos más maduros y yo creo que los dos pensamos que es el mejor momento para construir cosas y seguir creciendo, en lugar de estar peleando”.

Una charla que se gestó desde las oficinas de Rich Vagos (Gera) y Homegrown Mafia (Alemán), los dos sellos más influyentes para la escena del rap mexicano

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hoy en día, resultó en la reconciliación más mediática que ha existido de dos raperos mexicanos en toda la historia. Bastó con ver la foto de ambos en el backstage de un concierto de Rels B para que el internet se volviera loco durante semanas enteras.

“Estén atentos porque se vienen cosas bien interesantes con los dos”, adelanta el rapero en cortito y como no queriendo soltar prenda. La realidad es que esa colaboración es la más esperada y hypeada de los últimos años.

Mientras terminamos de cerrar este número, en las redes sociales ya circulan fotos de ambos raperos en un estudio de Nueva York junto a DJ Premier, arquitecto imprescindible en la historia del rap y uno de los productores de hip hop más influyentes de todos los tiempos. Algo que ya, de entrada, promete resultados de un nivel jamás antes visto en México. Ojalá así sea.

Y a pesar de todo lo que sucede a su alrededor, algo que proyecta Alemán, como rapero y como persona, es que sigue siendo un tipo real, con una autenticidad que hipnotiza a sus fans. Además, es alguien

que jamás ha dejado de apoyar a su familia, ya que todos trabajan dentro de su negocio y están cercanos a su entorno; no olvida a quienes han estado con él desde el principio y sigue siendo tan leal a sus raíces como lo fue desde el primer día.

Tocar el cielo con las manos

A punto de concluir la entrevista, noto que Érick trae una medalla de diamantes con la foto de Pachón. “Lo traigo en una medalla porque para mí él sigue aquí, conmigo. A veces se me sale, así nomás, hablar con él. Le pregunto cosas o le pido consejos. Cada que puedo, paso con su jefa a saludar y la apoyo siempre con algo de feria, porque sé que sin él no habría pasado nada de esto”.

Antes de salir a poner su firma en las paredes de Sony Music, donde nos entrevistamos, Alemán sonríe y acaricia suavemente su medalla. Supongo que a eso se refiere cuando habla de “hacerlo fino”.

“Traigo a mi amigo Pachón en una medalla porque para mí él sigue aquí, conmigo”

Aarón Enríquez

Periodista musical de origen y destino inciertos, con especial debilidad por la crónica, las rockolas viejas y las cubas de cantina acompañadas de cacahuates.

Titular de los podcasts Fresh y Salvajes , especializados en hip hop y cultura pop, respectivamente.

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PALOMAZO DE ROCKSTARS

Rodrigo Alcalá Adrián Märtz Galicia

Cuando Pasto Pastor, director de TSOM Studio, me contó en una junta que quería hacer la primera Fiesta Rockabulario, me pareció la mejor idea del mundo, y poder ser parte me emocionó mucho. Querido lector, querida lectora, estás a punto de disfrutar una breve crónica de lo que pasó en la primera edición, por si no estuviste o por si quieres recordar la experiencia.

La noche era nocturna y La Piedad Live Music, en el centro sur de la Ciudad de México, nos recibió el tercer miércoles de junio 2023 para celebrar el primer aniversario de Rockabulario, podcast cábula musical en el que músicos, locutores, conductores y personajes de la industria del entretenimiento cuentan sus anécdotas y desastres en cada episodio, conducido por el mismo Pasto Pastor y producido en TSOM Studio.

Fuimos recibidos con una alfombra roja coronada por un back que lucía el logo de Rockabulario, zona donde obviamente nos tomamos muchas fotos y desde la que empezaron a desfilar caras conocidas como Luis Heredia, Saúl Castillo, Uili Damage y Alfredo Fernández de Mamá Pulpa.

Pasto Pastor tomó control del micrófono por unos momentos y abrió lo que todos esperábamos: el show musical. El ritmo arrancó con Los Chicos de los 2Miles, tirando rimas que nos pusieron a rapear y bailar con las manos arriba. A través de canciones como Feroz y Fuego, la banda logró conquistar a todos aquellos que no los conocían.

El siguiente acto de la noche fue ver cómo Yucatán a Go-Go —liderados por Ramoncito a Go-Go— se apoderaba del escenario con su alineación completa para hacernos cantar, junto a ellos, Pollito , Niño mutante y Ajolotzilla

Kenny Avilés, con algunos de sus Eléctricos como Chanona y Alonso, entraron a escena para demostrar que el rock sigue vivo en ella y para dejar muy en claro que, sin duda alguna, es la reina del rock mexicano. Kenny hizo que el público riera y entonara su rola más icónica: No huyas de mí

Con el micrófono caliente, el show avanzó hasta traernos a uno de los primeros invitados del podcast. Ro Velázquez, de los Liquits, subió al escenario para recordarnos las buenas épocas del Myspace,

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Desde que

La nostalgia seguía inundando La Piedad Live Music y empezaron a sonar las canciones de un emblemático disco cuya portada muestra a un niño sin camisa y con botas enormes. Claudio, el chileno más mexicano, nos regresó a mediados de los noventa con rolas como Abril, Ritual y la más reconocida por todos, Botas negras

El cierre de la noche era inminente y el gran acto final nos trajo a una leyenda del rock mexicano: Alfonso André, baterista de Caifanes. Se hizo presente para tocar, junto a la banda de apoyo, algunos éxitos como Aviéntame y un clásico del rock nacional, Afuera. Para el gusto de todos, pusieron Caifanes.

El primer aniversario de Rockabulario fue una noche llena de nostalgia, grandes canciones, mucha celebración y un desfile de figuras ejecutando canciones como Jardín y poniéndonos a “solfear” su distintivo “Pa pa pa pa” de la canción

Por último, pero no menos importante, nuestro querido Cuceb Piloto y su banda nos terminaron de desgastar la garganta con algunos covers y piezas originales de su proyecto solista, como A la deriva y Manicomio

El primer aniversario de Rockabulario fue una noche llena de nostalgia, grandes canciones, mucha celebración y un desfile de figuras que han mantenido vivo el rock mexicano. Los que crecimos con esas canciones quedamos muy agradecidos

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Una invitada sorpresa

La segunda edición de Fiesta Rockabulario nos sorprendió durante el último fin de semana de septiembre pasado. Se llevó a cabo en una locación distinta, de manera privada, bajo un código de vestimenta en negro y rojo para que nos viéramos muy ad hoc con el logo.

El público era más joven y la incertidumbre se sentía punzante. No suponíamos que el rock iba a estar acompañado por otro género que cerraría la fiesta de forma magistral.

Los amplificadores empezaron a sonar, como si fueran un llamado de guerra, para captar la atención de todos los que esperábamos algo de rock en vivo.

La banda comenzó a tocar clásicos del rock en español, muy conocidos por todos. No podríamos decir que eran del todo covers, ya que la alineación estaba conformada por Poncho Toledo, Mauricio

Clavería e Ismael y Ro Velázquez, quienes han militado en La Lupita, Los Concorde, Los Insurpipol, La Ley, Fobia, Los Liquits y Los Daniels. Con todas esas credenciales interpretaron canciones como Paquita Disco, Rompecabezas, Quisiera saber, El duelo, El diablo y Lamento boliviano que, aunque es víctima de tantos memes, fue una de las más coreadas del set.

Para el segundo acto, nuestro querido Cuceb volvió a deleitarnos con su voz y su rock, ahora con una banda integrada también por Chanona en el bajo y Alonso en la batería. Esta poderosa alineación tocó piezas como Evenflow, Mi vida, Are You Gonna Go My Way y Aférrate de Miró, que iba con todo y dedicatoria para una joven cumpleañera. Cerraron su turno con una petición especial: Kumbala puso a todos a bailar pegaditos para despedir el rock.

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Después de algunas cervezas y rebanadas de pizza, por cortesía de los anfitriones, nadie pensaba que la fiesta se pudiera poner mejor. Pero estábamos muy equivocados. La cumbia, como invitada sorpresa, se adueñó de nuestro espíritu rockero y, a cargo de La Sonora Dinamita, arrancó el último acto para cerrar con broche de oro.

Así es. No dejamos de bailar cumbia por hacernos los rockeritos. Al contrario, nos entregamos a la Dinamita con clásicos como Escándalo , Mil horas y Cumbia barulera, por decir algunas.

Con este gran cierre de la noche, nos quedó claro que ya no estamos para ser unos puritanos del rock y que la cumbia es el nuevo punk, como lo dijimos en otro artículo.

Los amplificadores empezaron a sonar, como si fueran un llamado de guerra, para captar la atención de los que esperábamos algo de rock en vivo

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Coda

Después de todo lo vivido, bailado y cantado en las dos noches de Rockabulario, solo nos queda agradecer a Víctor Cruz, a Pasto Pastor, a Perla, a Cuceb y a toda la gente que ha hecho posible estos eventos. Sobra decir que esperamos con ansias el tercero y más, que narraremos en próximas ediciones.

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PRINCIPIO

La década de los sesenta fue, indudablemente, una época de fuertes conflictos políticos y un gran número de movimientos sociales y culturales a nivel mundial, desde el nacimiento de bandas de rock como The Beatles, The Rolling Stones y Pink Floyd, hasta la firma de la Ley de Derechos Civiles de 1964, la cual abolía definitivamente la segregación racial en Estados Unidos.

Es en este país, y bajo este escenario de cambios y complejidad, que surge el principio KISS, acrónimo de Keep It Simple, Stupid (Mantenlo simple, estúpido); y no, no lo dijo Gene Simmons, cofundador y bajista de la banda neoyorkina Kiss (también escrito KISS por su logotipo). En realidad, este principio se atribuye al ingeniero aviador Kelly Johnson, quien lo habría acuñado alrededor de 1960 en la Marina de los Estados Unidos y que hoy en día sigue vigente. Dicha metodología plantea no complicar las cosas con detalles innecesarios, sino buscar la practicidad en todo lo que hacemos; la simplicidad como clave para alcanzar el éxito e, incluso, la felicidad.

Para 1970, el principio KISS se volvió muy popular, aunque con algunas variantes y acepciones que ayudaban a prescindir de la palabra estúpido, por ejemplo: Keep It Super Simple (Mantenlo supersim -

ple), Keep It Simple, Silly (Mantenlo simple, bobo), Keep It Short and Simple (Mantenlo corto y simple), Keep It Simple, Soldier (Mantenlo simple, soldado) o Keep It Stupidly Simple (Mantenlo estúpidamente simple).

Johnson se convirtió en un mentor para aquellos que buscaban simplificar sus vidas y, al inicio, utilizó ejemplos relacionados con el mundo del diseño a fin de ilustrar su propuesta. Describía cómo el principio KISS podía traducirse en crear productos y servicios que fueran intuitivos y fáciles de usar. En lugar de abrumar a los usuarios con un sinnúmero de características y configuraciones, debía sintetizarse la experiencia de modo que fuera accesible para cualquier usuario. Esto no solo mejoraba la satisfacción del cliente, sino que reducía los costos de desarrollo y mantenimiento, y, en consecuencia, aumentaba las ganancias de las empresas. Un buen ejemplo de esta propuesta es el iPod y los productos inspirados en él, pues solo con un círculo táctil y un botón central se controlaban la mayoría de sus funciones.

No se limitó al mundo del diseño y la mercadotecnia: Johnson también llevó su propuesta a la vida cotidiana. Explicaba a las personas que, en lugar de complicar sus rutinas y tareas con exceso de planea-

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ción y detalles, debían buscar maneras de simplificar su día a día, lo cual les permitiría ahorrar tiempo y energía, y mantener el enfoque en lo que realmente importaba, como tener tiempo libre para actividades que les apasionaran e hicieran felices.

Pero Johnson fue más allá y mostró a sus seguidores cómo el principio KISS incluso podía aplicarse a las relaciones personales y profesionales. Habló de cómo podían simplificar sus interacciones, evitando juegos mentales y manipulaciones. Les instó a buscar la honestidad y la transparencia, con el propósito de crear relaciones sólidas y duraderas, basadas en la confianza y el respeto mutuo.

Desde entonces, el principio KISS se extendió a nivel mundial, mostrándole a la gente que, en una era de globalización, avances tecnológicos y caos, a veces lo más efectivo es mantener lo simple.

La simplicidad como clave para alcanzar el éxito e, incluso, la felicidad

Liderazgo KISS

En un mundo empresarial cada vez más complejo y competitivo, los líderes exitosos son aquellos que pueden simplificar las metas y los procesos dentro de sus organizaciones o empresas, y comunicarlos de manera clara y concisa a su equipo de trabajo.

Un líder que aplica el principio KISS entiende que la simplicidad es fundamental para lograr resultados efectivos: en lugar de abrumar a sus colaboradores con instrucciones complicadas y detalles innecesarios, se enfoca en establecer metas claras y alcanzables, lo que permite que todos los miembros del equipo comprendan lo que se espera de ellos y puedan trabajar de manera más eficiente. Además, este tipo de líder evita el uso de terminología técnica innecesaria que suele confundir y entorpecer los procesos.

En su lugar, utiliza un lenguaje sencillo y comprensible para transmitir sus ideas y expectativas, facilitando la comunicación y evitando malentendidos.

Otro aspecto importante del principio KISS en el liderazgo es la posibilidad de identificar los procedimientos y las tareas que no agregan valor a la organización, lo que no solo mejora la eficiencia y el flujo de producción, sino que aumenta la satisfacción y la motivación del equipo al eliminar obstáculos y permitirles enfocarse en lo que realmente importa.

KISS vs. Kiss

¿Pero qué tiene que ver todo esto con el famoso grupo de rock Kiss? En realidad, varios críticos y seguidores de la banda defenderían que nada, lo cual desde mi punto de vista resulta un tanto tajante, pues para hablar de extremos como todo, nada, siempre o nunca, se necesita, al menos, un poco de estadística.

La razón principal sobre la que se apoya esa opinión es que la banda se convirtió en todo un fenómeno musical a partir de revolucionar el mercado mucho más que con cosas simples, desde la complejidad del vestuario, el maquillaje y los efectos especiales de sus conciertos, hasta todo el merchandising que hicieron de la banda una verdadera empresa. Sin embargo, si escuchamos con detenimiento sus canciones, podemos notar que estas no plantean versos largos ni palabras complejas. Al contrario, se trata de oraciones simples que son acompañadas por coros sencillos. Con esto no quiero decir que su música sea mala, sino que sus canciones se ajustan a sonidos y repeticiones que se disfrutan como sencillas y ágiles.

Además, el hecho de que la música de Kiss haya sido identificada en la época de su nacimiento como hard rock y actualmente sea clasificada como pop, por lo menos a mí me habla de un género más simple de ejecutar. De modo que abro hilo para proponer que, al menos en ello, el principio de Kelly Johnson y la banda neoyorkina sí se pueden relacionar.

Bogart Montiel Autor del libro I nnovación Pública: cómo tener la certeza de hacer bien las cosas y además innovar . Es Socio Director en TSOM (Technological State of Mind) y fundador del movimiento SoyThinkie. Coordina el Diplomado para Titulación de la Maestría de Innovación Pública en el INAP. Apasionado de la pintura y la música, destaca su gusto por el rock, el jazz, el blues y los boleros.

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FUEREÑO FOREVER Entrevista a Jaime López

Cuceb Piloto

Jesús Cornejo

Julieta Pichardo

Juan Jaime López Camacho, mejor conocido como Jaime López, es un compositor, cantante, multinstrumentista, actor, artista de doblaje y, me atrevo a agregar, poeta mexicano. Nació en el norte de nuestro país, exactamente en Matamoros, Tamaulipas, lugar del que emigró para transformarse en huasteco veracruzano y, finalmente, mutar en chilango. Jaime es un fuereño que vino a vivir a la Ciudad de México, a la que sigue nombrando, por decisión propia y rebeldía, como DF, Ciudad Frontera.

Es conocido principalmente por haber escrito Chilanga banda (1994), canción que en sus inicios fue interpretada por José Manuel Aguilera, integrante del grupo La Barranca, y, posteriormente, por Café Tacvba en su disco de covers Avalancha de éxitos (1996). Dicho tema fue un gran éxito, tanto en México como en el extranjero, por retratar y hacer una crónica del argot y la vida barriobajera de la ciudad, a través del rimado de palabras con el fonema “ch”. Otras de sus composiciones han sido interpretadas por artistas reconocidos como Maru Enríquez, Cecilia Toussaint, Eugenia León, Betsy Pecanins, Botellita de Jerez, Tania Libertad, Penny Pacheco y Xavier Gurruchaga.

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Para nuestra entrevista, la locación elegida fue La Escafandra, foro independiente ubicado en la colonia Roma, donde Jaime se ha presentado en varias ocasiones, por lo que los recovecos le son muy familiares. Entre muros de madera, cuadros y alguna que otra escultura, el espacio era perfecto para tomar asiento y abrazar una plática que, sabíamos, sería un manjar de aprendizajes e historias a manos llenas.

Madera de músico

Hijo de una madre ama de casa y un padre Oficial Mayor de Caballería, Jaime López creció rodeado de casas de madera y barracas, propias del ambiente de las caballerías. Más tarde, en Veracruz, vivió en un pueblo que se estableció alrededor de un pozo petrolero, cuyas casas también tenían la peculiaridad de estar hechas de madera. “Han sido algo que ha estado presente en toda mi vida: las casas de madera”, como si ese ambiente jamás se le hubiera desprendido.

Las barracas de aquel entonces eran para las personas que laboraban en los pozos petroleros o en la caballería. “En la milicia de ese tiempo había dos grupos: la tropa y los oficiales. La tropa eran los que llamaban ‘de la leva’, porque los levantaban contra su voluntad. Curiosamente, la caballería estaba llena de músicos. Recuerdo cosas de las barracas que incluso se volvieron leyendas, como que mi padre, en determinado momento, tuvo como subalterno a Cuco Sánchez”.

Desvié mi atención unos segundos para imaginar a Jaime creciendo en un entorno de condiciones similares a las de los afroamericanos que crearon el blues y, posteriormente, el rock and roll; sus dos estilos musicales favoritos. Fue desde esta atmósfera, y gracias al sargento de caballería Vicente Chanona, que surgió su iniciación en la guitarra.

Jaime López conoció el rock and roll a través de sus hermanos. “A ellos sí les tocó en la adolescencia vivir cómo surgió, muy cerca de donde nació. Le llamaban jazz o blues, pero era el principio del rock and roll”. Al llegar este género a nuestra conversación, Jaime inició una reflexión: la gran virtud del rock and roll fue unir a las diferentes clases sociales. Aunque haya tenido un origen netamente negro, se volvió inclusivo. “Creo que el rock and roll ha sido incluyente en todos los sentidos. Empezando por el cuerpo: desde las vísceras, te mueve el corazón y luego el intelecto. Ahora sí que te echas un taco de tripas, corazón y sesos”. Todos estaban invitados: blancos, negros, amarillos, ricos o pobres, permitiéndoles bailar y cantar juntos. “El rock and roll convocó a todas las razas o, por lo menos, a las consideradas como minorías”. También reflexionó sobre la importancia de la esencia mexicana en el rock con Ritchie Valens, Freddy Fender, posteriormente Linda Ronstadt y Carlos Santana. Se considera afortunado por escuchar a esos artistas desde recién nacido y que de aquella música salieran sus canciones de cuna. “Todo ese ambiente ¿cómo no te va a causar felicidad si te mueve el cuerpo? Yo me recuerdo bailando todo el tiempo”.

Sin duda, el acercamiento que tuvo Jaime López con el rock fue, desde el inicio, profundo y feliz. Fue gracias a la cultura tan fuerte que vivenció desde la frontera que logró esculpir una cosmología de mil orígenes, la que hoy le permite experimentar con diversos géneros musicales e impregnarlos de su potente raíz fronteriza, fuereña y chilanga.

De hecho, en algún momento durante la sesión de fotos alcancé a ver un tatuaje en su hombro con la leyenda Fuereño Forever. ¿Qué otra frase podría

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expresar mejor que Jaime López es un hombre de fuera, sin importar el lugar a donde vaya? Quizá como alma errante, pero por decisión propia y, por ello, libre.

“El mejor dinero es el que generas a partir de lo que amas”

Siempre en la frontera

La relación de Jaime con su papá fue cercana. “Yo creo que uno de los intelectuales más abiertos que he conocido es mi padre. Decían que era un hombre de letras y armas”. Tenía un sentido del humor avasallador y con él se podía platicar de cualquier tema. “Siempre estaba de muy buen humor y eso nos lo contagiaba”. Era dado a la fiesta, desafinado para cantar y con el deseo trunco de ser violinista, pues el destino lo llevó a la milicia.

Su mamá fue la contraparte: “Digamos que mi madre era la seria, aunque también tenía su humorcito corazón”. Además, era muy afinada en el canto. Jaime recuerda que sus tías solían cantar a capela y, sin tener ninguna educación musical, lo hacían en armonía, dando primeras, terceras, quintas. “Es curioso. Mi mamá era la afinada; mi papá, el desafinado. Mi mamá era la seria; mi papá, el desmadroso. Pero había esa confluencia entre sus extremos”. Sin duda, existen dos tipos de fronteras: las que dividen y las que conectan. Jaime López eligió la cualidad de las segundas y aún se emociona por las intersecciones del rock and roll y la que había entre sus padres. “Y de alguna manera, sigo creyendo en la corriente alterna y la confluencia entre la locura y la cordura, entre la ebriedad y la sobriedad, la izquierda y la derecha, entre la letra y la música, que a final de cuentas es a lo que me dedico”.

Lo que no soporta es la polarización sin sentido, los sesgos donde no se genera corriente alterna entre las diferencias. Él siempre elige estar en la frontera para generar confluencia entre las ideas, la música y su filosofía de vida. “Al DF por eso le llamo

Ciudad Frontera: si tomas la última ‘d’ de Ciudad y la ‘f’ de Frontera, en medio queda DF. Yo estoy en esta ciudad más que nada porque sigo viviendo en la frontera. En mi moneda de identidad hay dos caras: la nordaca raza y la chilanga banda”.

Cuando Jaime tomó la guitarra por influencia del sargento Chanona, alrededor de los 14 años, él únicamente quería tocar, pero después de un par de semanas compuso su primera canción, experiencia intensa que le causó una sensación sexual profunda. “Terminé masturbándome, francamente”. Había surgido su amor por la creación musical.

Según recuerda, con aquella canción “salió todo junto, letra y música”. Aún no estaba bifurcado el camino, pero se partió años después. Fue a su llegada a la Ciudad de México cuando comenzó a desmenuzar con mayor interés la música y la letra, lo que le permitió confirmar que irse a los extremos tiene sentido mientras no se pierda la corriente alterna. Un ejemplo es su convergencia entre el rock y el norteño.

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“En mi música, a veces logro la confluencia y a veces no la logro. Ya sabemos que la música es el arte u oficio de hacer de un error, un acierto”. Jaime López entiende el fracaso como herramienta de crecimiento y evolución. Pero no se refiere a que tengamos que fracasar todo el tiempo, sino a que cuando fracasamos, también aprendemos. “Un bebé es cagón y está en esa etapa, freudianamente hablando, para controlar sus esfínteres. Entonces la cagas para aprender”. Al final de cuentas, se trata de un proceso de aprendizaje. Y más allá de cualquier fracaso, para Jaime López el oficio de songwriter es el más digno.

Rebelde integral

La rebeldía y el escándalo nunca han sido una forma de promoverse, pero, por su naturaleza convergente, ha sido inevitable etiquetarlo de rebelde. Aunque muchas veces podemos decir que ser rebelde es ser de izquierda, él niega esta creencia, y no por ser de derecha, sino porque insiste en la importancia de la confluencia de ambas perspectivas.

“En mi moneda de identidad hay dos caras: la nordaca raza y la chilanga banda”

“Yo creo que la rebeldía es un estado biológico, no cronológico, o sea, obviamente en la adolescencia la rebeldía se encuentra en las vísceras. Ya cuando alcanzas una edad de relativa madurez, la rebeldía está en el corazón y, en la vejez, está en el cerebro. Cuando haces convivir esas distintas etapas en ti mismo, te conviertes en un rebelde integral y no importa si haces yoga, eres vegano o de izquierda”. Me resultó muy importante conversar con Jaime sobre el momento en que se descubrió como persona creativa o con una necesidad de creación musical. ¿Cuándo se convirtió todo esto en un oficio para vivir? “El primer sorprendido fui yo. Pero creo que el pararrayos, en un principio, fue la guitarra. Yo intuía esto de que la música me atraía, bailando antes que nada. Y sigo creyendo que de una canción, lo primero que me mueve es el ritmo”.

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La confesión de Jaime: empezó este recorrido por querer tomar el camino fácil, el cual se volvió el difícil. Sin embargo, se acostumbró a disfrutar la dificultad. “Me han gustado los retos y los riesgos, aunque he sufrido revolcones”.

La filosofía detrás de su manera de hacer negocios es que, si hay algo que amas hacer, la mejor manera de protegerlo es saber cobrar bien. “Yo creo que el mejor dinero, que no se lo estás robando a nadie, es el que generas a partir de lo que amas. A veces te pueden decir puta, claro, pero yo genero empleos y pago mis impuestos”.

En la recta final de la entrevista, Jaime me pidió, explícitamente, nombrar a Janis Joplin como su mayor inspiración, por su música y por su manera tan poderosa de interpretar. Otras grandes fuentes de inspiración han sido el fonógrafo y la radio: “¡Viva Thomas Alva Edison!”, bromeó. Inevitablemente nos seguimos de largo con las influencias. En la música, sus referentes van desde Cuco Sánchez y El Piporro, hasta Leonard Cohen, Morphine y Björk, solo por nombrar algunos. Respecto al cine, declaró que Luis Buñuel representa la máxima expresión de este arte. Y agregó: “Martin Scorsese se me hace un gran DJ. Él engrosó mi conocimiento sobre la música que especialmente a mí me gusta”.

Los discos fueron sus primeros alfabetizadores y Jaime aprecia los momentos de transición por los que ha pasado la industria musical. No refuta, ni se escandaliza por las nuevas alternativas para comercializar la música hoy en día. Esta necesita transformarse en todo sentido, eso ya lo sabemos.

Por fortuna, él se sigue sosteniendo con tocar en vivo, como desde el principio lo ha hecho. “Mi activismo político, no partidario, ha estado, sí, en la calle, en los camiones, como todo mundo dice románticamente. Sigue estando en foros pequeños, medianos, grandes. Pero insisto, a final de cuentas, uno viene a transformar la realidad”.

“Uno viene a transformar la realidad”
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LUGARES PARA AMANTES DEL

Todos los seres humanos, como sociales que somos, buscamos la pertenencia. Todos deseamos que nuestras pasiones tengan cabida en el tiempo y el espacio. Todos queremos expresar nuestra esencia a través de diferentes acciones que nos permitan coincidir con nuestros semejantes. Una de estas grandes expresiones personales, que por supuesto se manifiesta colectivamente, es la música.

Como uno de los idiomas universales de conexión, la música no solo nos permite expresar nuestros sentimientos, sino que une nuestros pensamientos y alma con los demás. La música es, sin duda alguna, magia que vibra en nuestros oídos, que resuena en nuestras cabezas y retumba en nuestro corazón.

Diferentes géneros, ritmos y estilos musicales han permitido transmitir cultura, conocimiento y sentido a lo largo de la historia. Desde mediados del siglo pasado, uno de los géneros más importantes, y que ha forjado una fuerte comunidad, es el rock and roll. Y digo fuerte comunidad porque el rock se percibe como una forma de vida, como una incitación a la rebeldía, como la no resignación ante los mandatos

sociales, como la forma más honesta de expresión, como el sonido de la libertad. Estas son palabras de rockeros queridos con los que he platicado.

Al ser una manera de vivir, los rockeros buscan espacios donde su pensar y su sentir puedan manifestarse, ser acogidos y resonar con fuerza. Sirvan estas líneas para compartirles dos grandes opciones culinarias en la Ciudad de México para los amantes del género. Ambas propuestas diferentes entre sí, pero dispuestas a satisfacer el hambre y la sed de rock.

El Club del Rock & Roll

Ubicado en la colonia Juárez, El Club del Rock & Roll es una sala de conciertos y tienda de discos que ofrece una curaduría enfocada en rock, funk, jazz, punk y alternativo. Si bien el espacio es pequeño, desde su recibimiento nos comienza a sumergir en el ambiente rockero con fotografías, discografía y alegorías a grandes representantes del género. Lany, Sofi Tukker, Nortec: Bostich + Fussible, Spoon y Gabrielle Aplin han pisado el escenario de este club.

Por la mañana, el lugar es un espacio para adquirir viniles y playeras. Por la noche, abre espacio a su

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secret dinner Rebel Rebel, donde coctelería artesanal, cervezas nacionales y diversos platillos, creados a partir de los productos de temporada, buscan saciar el apetito de los comensales. Todo ello mientras el DJ pone en trance a todos según la temática de la noche (Vinyl, Listening Parties o Showcase) o con los diferentes géneros en los que se especializa.

¿Qué platillos y bebidas recomiendo? La hamburguesa de birria que se presenta como una deliciosa alternativa a las tradicionales. El slider de carne Angus con pan artesanal estilo croissant que, al combinar estilos, permite tener un aperitivo diferente y rico (fue mi favorito). Respecto a los líquidos, la carta de coctelería es bastante prometedora. Para abrir la noche, el London Calling, con ginebra, naranja y hierbas, es una fresca opción. Para más tarde, mi sugerencia es el Veneno Vil, que es una combinación de mezcal, cerveza clara, apio y jugo de limón.

Para más tarde, mi sugerencia es el Veneno Vil, que es una combinación de mezcal, cerveza clara, apio y jugo de limón
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Terraza Cozumel

A lo que originalmente fue una academia de música, la pandemia decidió darle otro curso que hoy es la propuesta que les comparto. Enclavada en la colonia Roma, Terraza Cozumel abre en la calle del mismo nombre, en una casona con más de cien años de historia. Además de albergar el restaurante y el foro de espectáculos, cuenta en sus pasillos, patios y salones con diferentes negocios, muchos de ellos afines al concepto rockero: una barbería, un estudio de tatuajes, salas de ensayos y un estudio de grabación.

A lo largo de la semana, en el foro de espectáculos se llevan a cabo diferentes tipos de shows: conciertos musicales, comedia, teatro, cabaret, cine e incluso proyectos corporativos. Su foro está equipado con una pantalla gigante donde también se pueden disfrutar eventos deportivos o conciertos grabados. ¿Quiénes han tocado aquí? Miss Caffeina, Francisco Charco, Gusi, Cantina Calavera, Valeria Jasso y Gonzalo Tahhan, por mencionar solo algunos.

En cuanto al menú, es importante decir que Terraza Cozumel está en constante transformación.

Así, dentro de la vasta carta que presenta, son de destacar los 12 diferentes tacos gourmet, diseñados por el propio chef del lugar, que se han convertido en referente de los tacos de diseño dentro del corredor Roma-Condesa.

De los platillos, mis recomendaciones son variadas. La hamburguesa de mermelada de tocino es un imperdible, con su carne al grill, mermelada y queso cheddar. De los tacos, el de barbacoa de picaña (cocida a fuego lento durante ocho horas) es una joya; el de queso provolone con mermelada de higo y chile, tocino y más queso, pero ahora parmesano y cabra, es un placer para los que amamos este lácteo; y el de chicharrón prensado con queso gouda y camarones al mojo de ajo hace de cada bocado un verdadero deleite.

Acerca de las bebidas: Terraza Cozumel tiene una amplia gama nacional e internacional, con coctelería y cervezas, y un repertorio de botellas de vino para maridar la comilona, sin olvidar el siempre bien recibido 3V de Casa Madero.

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A lo que originalmente fue una academia de música, la pandemia decidió darle otro curso que hoy es Terraza Cozumel

Beatriz Cabrera

Abogada, próxima psicóloga y muy conocida como Amante del Buen Comer®. En 2016 inició su carrera de cronista culinaria con Mexican Times y ha escrito reseñas gastronómicas en Gluc y ContraRéplica , donde podemos leerla cada 15 días. Desde 2023 es Miembro del Consejo de Marco Beteta.

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SONADOR Y LÍDER I

Entrevista a Abulón

En 1987 surgió en México una banda de rock llamada Tecnopal, formada por Jesús R. Flores “Chipotle” y su hijo Ricardo Flores “Abulón”, la cual se desintegró en 1990, a pesar de haber tenido un buen recibimiento. Sus fundadores replantearon su proyecto musical para crear una nueva banda: Víctimas del Doctor Cerebro, a la que se integraron más adelante Arturo Flores “Tuco” y Daniel Flores “Ranas”, también hijos de Chipotle.

Esta nueva agrupación se dio a conocer rápidamente con su rola El esqueleto que fue un éxito a nivel nacional e internacional. Actualmente, Víctimas del Doctor Cerebro es una de las bandas más consolidadas y emblemáticas del rock nacional. De este grupo destaca la participación de Ricardo Flores “Abulón”, líder y vocalista, considerado uno de los mejores frontmen de la escena del rock mexicano de los últimos 30 años, debido a su presencia escénica, su polifacética personalidad y su creatividad.

Con la intención de conocerlo un poco más, nos reunimos con él en una típica casona de la colonia

75 INTROSPECTIVO,
BACKSTAGE

Condesa, en la Ciudad de México. Abulón nos recibió sonriente con su particular carisma, llamativo look y cabello azul eléctrico. “Aquí antes eran las oficinas de una revista muy famosa y paulatinamente se convirtió en el lugar de ensayos de todos mis proyectos sonoros alternos a Víctimas del Dr. Cerebro, como Porno Shop, Six Million Dollar Weirdo y Abominablez. Este es un espacio muy familiar al que siempre regresamos para ensayar, aunque con las Víctimas lo hacemos en un estudio más pequeño en Ciudad Nezahualcóyotl; por eso aquí me siento como en un castillo”.

Tenemos mucha curiosidad por saber cómo eras de niño y qué te gustaba hacer. Platícanos un poco sobre eso…

“Crecí en el Estado de México en una época en la que el lugar estaba superabandonado y solo contaba con servicios muy básicos; las calles pavimentadas o las avenidas iluminadas era algo que solo ocurría en la Ciudad de México.

De morro yo quería escapar de ese entorno: casi no salía a jugar, era muy solitario y solía subirme a la

azotea a escribir o imaginar otros mundos y aventuras. El que me ayudó mucho fue mi papá, que me mostraba todo tipo de cómics y películas, como Encuentros cercanos del tercer tipo o E.T., el extraterrestre . Me ilusionaba mucho pensar que pudieran existir otras realidades, pues, aunque mi realidad no era triste y mis papás siempre nos dieron cariño, la situación en la que vivíamos era difícil. Mi sueño era que llegaran los extraterrestres y me llevaran a otro lugar”.

¿Y cómo eras en la escuela?

“En la escuela era malísimo y la odié. No me gustaba ir a clases porque me buleaban mucho. Siempre estaba buscando pretextos, como hacerme el enfermo, para no asistir. Era un ambiente muy hostil en comparación con la tranquilidad de mi mundo imaginario. En la secundaria técnica había golpes, albures, temas sexuales y de violencia.

No tengo ningún recuerdo agradable de la primaria ni de la secundaria, excepto de las novias que tuve y los momentos chidos de los primeros amores. Mi refugio siempre fueron las películas y los cómics”.

“De niño, mi sueño era que llegaran los extraterrestres y me llevaran a otro lugar”

¿Cómo nace el sobrenombre Abulón?

“Un día, mi papá me llevó con unos conocidos suyos que ya tenían una banda formada, a la cual nos unimos. Primero fui del staff, pero después empecé a cantar y a desenvolverme en el escenario. Ellos decían que me parecía a un personaje de un cómic que se llamaba La mamá del abulón, de Jis y Trino, que era un ostión que tenía unos ojotes como los míos en esa época que estaba morrito. A partir de entonces, se me quedó Abulón”.

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¿Recuerdas cómo surgió tu gusto por la música?

“Mi acercamiento con la música se dio porque, cuando era niño, mi mamá trabajaba en una tienda de discos y llevaba música de todos los géneros a la casa, desde Óscar Athié, hasta Ennio Morricone o Angélica María. Mi papá, que siempre fue músico, se dedicaba a sacar covers para tocarlos en discotecas. Entonces, en las mañanas escuchábamos a mi papá ensayar sus canciones y, por la noche, llegaba mi mamá a poner sus discos.

Aunque admiraba a mi papá y me gustaba mucho la música, él no quería que yo me dedicara a esto, así que probé todos los oficios que se me ocurrieron, pero no me sentía feliz y no generaba dinero. Un día, me vi en el espejo y dije ‘Wey, ¿qué te haces pendejo?, eres músico’. Y me decidí a hablar con mi papá”.

Cuando decidiste dedicarte a la música, ¿por qué elegiste cantar y no tocar algún instrumento?

“Yo quería ser baterista, pero comencé a componer con un teclado —porque combina la armonía y

la rítmica— y a tararear las melodías, lo que condujo a que fuera yo quien terminara cantando las rolas. Además, de los integrantes, yo era el más afinado. Mi papá también cantaba muy bien, pero en un concierto se alocó: hizo un body surfing y le cayó con la tráquea en la cabeza a una chava; ella se desmayó del golpe y él se arruinó las cuerdas vocales y ya no pudo cantar más”.

¿Cuándo comenzaste a componer y cuáles fueron tus primeras influencias?

“Fue inmediatamente después de dejar Tecnopal que comencé a componer con un teclado que tenía mi papá. De hecho, la primera canción que compuse fue Ya tus amigos me dijeron que quieres volver

Aunque yo solía hacer canciones con influencia de grupos que me gustaban, como The Human League o Duran Duran, la realidad es que tocábamos en lugares donde predominaba el rock urbano y el heavy metal. Ahí, si poníamos un sintetizador y no veían guitarras, comenzaban a gritarnos ‘¡Puuutos!’ y a arrojarnos cosas al escenario. Esto hizo que nos

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curtiéramos porque si no tocabas blues, rock o metal, eras puto, pues el público no sentía que tu sonido lo representaba. Después comenzamos a tocar en foros fuera del Estado de México y nos dimos cuenta de que la gente era más abierta. Estuvimos orbitando entre la escena de la Ciudad de México y el Estado de México, y eso nos dio una personalidad muy particular y un bagaje cultural muy amplio”.

Al ser una persona introvertida, ¿de qué manera te conviertes en dueño del escenario frente a grandes masas?

“Una persona introvertida, como yo, se convierte en extrovertida cuando se sube al escenario y tiene que dar entretenimiento. Cuando sabes que eres solo un animador, ese piso te obliga a esforzarte más en buscar que la gente se la pase chido, se divierta, se olvide de sus problemas y que también participe. Por eso me bajo del escenario cuando veo que no está pasando nada, para que los asistentes se den cuenta de que estoy vivo y que ellos también.

La vida nos ha dado, a las Víctimas del Doctor Cerebro y a mí, unos jalones de orejas muy fuertes: así como hemos tocado para 60 mil personas, también lo hemos hecho para 20 de manera aleatoria. Cada proyecto es como volver a empezar”.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de que tu banda sea, de alguna forma, una empresa familiar? “Como yo no soporto estar en una oficina, para mí una de las ventajas es que cuando hay paga o cualquier otro asunto con relación a la banda, todo se atiende en casa, de manera directa y sin intermediarios. Otra gran ventaja es que puedo ver a mis hermanos y a mí papá casi todos los días.

Una desventaja probablemente sea que hay demasiada confianza entre nosotros, por lo que tenemos la libertad de darle una patada en el trasero a quien la riegue, en comparación con otros proyectos en donde tenemos límites muy marcados. Pero en Víctimas no; ahí quien mete la pata recibe su zape, sea quien sea”.

Desde que iniciaron Tecnopal fueron pioneros en el uso de MIDI, algo bastante innovador para la época. ¿Cuál sería tu consejo para animar a los jóvenes talentos a que se arriesguen a probar cosas nuevas? “Nos hicimos llamar Tecnopal porque, precisamente, éramos unos nopales aplicando tecnología distinta a

la que se usaba. Pero nuestra manera de hacer música e interpretar las rolas se dio más por ignorancia que por querer romper un patrón.

Yo le sugiero a la banda que se atreva a salir del cajón, y la mejor forma de lograrlo es siendo ellos mismos y que les valga madres lo que digan de su música. Si los chavos hacen algo de manera apasionada, algún resultado favorable habrá. No hay nada más disruptivo que el no buscar la lana, ni la fama, sino ir a donde te lleve tu música. El éxito total y rotundo es hacer lo que quieras”.

“No hay nada más disruptivo que el no buscar ni la lana, ni la fama, sino ir a donde te lleve tu música”
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¿La imaginería popular mexicana siempre ha sido un aspecto fundamental dentro de la banda?

“Sí, eso sucedió desde el principio y fue algo que se convirtió en parte de nuestro ADN. En nuestros inicios, nos basábamos mucho en la ciencia ficción y el terror del cine mexicano. Crecimos viendo películas del Piporro, de Ismael Rodríguez, las del Santo, Santo y Blue Demon contra el doctor Frankenstein, etcétera. Hasta la fecha, gran parte de nuestras temáticas tienen que ver con lo sobrenatural y con personajes de nuestra mitología. Aunque quisiéramos, ya no podríamos escapar de eso porque nos da identidad”.

¿Abulón a quién admira?

“Antes era David Bowie, pero ahora admiro a mi mamá porque trabajó demasiado para que saliéramos adelante y, en general, admiro mucho a las madres porque se olvidan de ellas mismas durante 3, 4, 5 años o hasta más para tratar de darle todo a sus hijos. Su chamba no se compara con ninguna otra. Ellas trabajan 24/7. Cuando murió mi mamá, me di cuenta de que el mundo funciona gracias a las mujeres”.

En 2016 debutaste como director del cortometraje de ciencia ficción Misterio 632, ganador del Feratum Film Fest, lo que te convierte en uno de los pocos creadores de este género en México. Cuéntanos sobre ello.

“Casi no hay nadie que se atreva a hacer ciencia ficción porque es caro y, aparte, casi cualquier cosa que salga de México está destinada a ser un churro, porque se intenta imitar la ciencia ficción gabacha o de cualquier otro país, en lugar de buscar un rollo más personal.

Yo nunca creí que iba a ganar; me daba por bien servido con que proyectaran el filme. De hecho, no supe que entró a concurso hasta la clausura, cuando me dieron el premio. Eso me animó mucho a realizar la película en la que estoy trabajando actualmente, que es también ciencia ficción hecha en Ciudad Nezahualcóyotl, el Faro de Oriente y CU”.

¿Tienes algún proyecto en puerta, independientemente de la música y el cine?

“Actualmente estoy creando un cómic llamado Adam Ataúd. Se trata de un actor del cine mudo que vive con desesperación la transición al cine sonoro, pues tiene mucho miedo de perder su fama. Entonces contacta a un mago que lo conecta con fuerzas oscuras y viaja en su ataúd a distintos lugares”.

Me parece que los artistas con tantos seguidores como tú adquieren cierta responsabilidad social. ¿Qué mensaje consideras importante transmitir a tu público, especialmente a los jóvenes?

“Me gustaría decirles que vivan más en el mundo real y abandonen un poco el virtual y las redes sociales. Hay que tratar de salir adelante en este mundo, el real, aunque sea cada vez más difícil”.

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Making of RAPSODIA ROCKERA

Adrián Märtz Galicia @juegaconardillas

Dejemos que la crónica visual nos revele cómo nació la portada de esta edición especial.

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María Daniela

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Gil Cerezo
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Abulón
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Alemán
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El Cha
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Jaime López
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SIN PURISMOS AMOR POR EL ROCK , Entrevista a Pasto Pastor

Ashley Aguirre

En el corazón de Coyoacán, uno de los barrios más emblemáticos de la Ciudad de México, se encuentra La Bipo, restaurante-bar que ha sido testigo de innumerables noches de música y diversión. Este icónico establecimiento fue testigo de mi encuentro con Israel Pastor, mejor conocido como Pasto, talentoso DJ y creador del podcast Rockabulario (YouTube y Spotify), quien ha logrado cautivar a la audiencia con su pasión por la música y su habilidad para transmitir emociones a través de los sonidos.

Pasto también es la mente detrás de TSOM Studio, casa productora de contenido audiovisual que ha dado vida a numerosos proyectos, desde videos cortos y comerciales, hasta podcasts, programas, documentales y conciertos, gracias a su compromiso por producir contenido de alta calidad. El Pasto, en definitiva, ha logrado convertir dicho estudio en un espacio donde los sueños se hacen realidad.

Al grito de ¡cómo está la banda!, dimos inicio a una entrevista sin formalidades en la que Pasto, a manera de narrador de historias, compartió sus más importantes anécdotas, recuerdos y aprendizajes, por los cuales hoy se encuentra en una etapa muy feliz de su vida.

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Israel Pastor nació en Guadalajara, Jalisco, lugar donde no permaneció mucho tiempo, por suerte para él: entre guasa y guasa, agradece haber vivido poco por allá, ya que, de otro modo, sería seguidor de las Chivas. “Durante mi infancia, nos fuimos a vivir a Coapa mi madre, mi padre —que en paz descanse o quién sabe qué chingados esté haciendo—, mi hermana y yo. Somos oriundos de Coapa, no de Villa Coapa, por cierto”.

Alrededor de los 12 años de edad, conoció al tío de una amiga suya apodado El Gato, que tenía una banda llamada Los Gatos. A ellos los ubica como los primeros rockabileros que conoció y que, además, eran los famosos de la colonia porque salían de malosos en la telenovela Baila conmigo. Aunque la banda ensayaba en un departamento de interés social, un tanto lejos de su casa, Pasto se las ingeniaba para ir a escucharlos tocar covers de Angélica María y otros artistas del rock en español de los años sesenta, atraído desde entonces por la música, aunque aún sin encontrar un look que lo inspirara. “Yo siempre estuve muy inclinado al lado skate y punk, desde chavito. Siempre imitaba a la banda que iba a Pericoapa, que era mi bazar favorito, en donde podías comprar patinetas y tenis. Las primeras botas Dr. Martens que vi en mi vida estaban en Pericoapa. Mi sueño siempre fue tener unas, pues en mi casa no tenían como para comprarme unas tan caras”.

Israel Pastor estudió la primaria en el Colegio Quetzalli Chapultepec. Sin embargo, debido a su mal desempeño como estudiante, su madre decidió cambiarlo a una escuela pública, la Secundaria Diurna 228. “Cuando salí de sexto para entrar a primero de secundaria, mi mamá tuvo a bien mandarnos, con mucho esfuerzo, a mi hermana, mi prima y a mí a un viaje a Cuba dos semanas. Entonces llegué a la secundaria después de haber estado en una escuela particular y de haber salido del país. Aunque nunca fui buleado, siempre fui muy señalado. Me decían el Ricky Ricón. Pero nada que ver, vengo de una familia bastante promedio, clasemediera baja”.

Esta anécdota le hizo recordar los esfuerzos de su madre no solo por mandarlo de viaje, sino por sacarlos adelante, y en solitario, a él y a su hermana, quien incluso logró obtener el grado de maestría en Europa. Pasto reconoció no haber sido un buen estudiante como ella, aunque también reconoció que uno de sus grandes atributos es su espíritu guerrero, algo que le debe a su madre. “Mi mamá y yo somos personas bien diferentes, pero lo que sí le pude aprender a la señora Lulú fue a ser perseverante, a no rendirme y tener determinación para, tarde o temprano, hacer lo que quiero”.

Sin duda, Pasto creció en libertad, mas conseguirlo fue difícil, ya que su madre siempre pensó que sería un delincuente o terminaría en malos pasos, no solo debido a su deficiente desempeño escolar, sino por las malas compañías de las que, según ella, su hijo se rodeaba. Pasto reveló que su mamá lo amenazaba diciéndole: “El día que fumes droga, me voy a encuerar y así voy a salir a jugar futbol con tus amigos”. Dicha amenaza, aunque fue una especie de trauma, funcionó.

Es también gracias a su madre que conoce la música de los Beatles y los Doors, a quienes, además de Juan Gabriel y Lucía Méndez, ella escuchaba al trapear la casa a las ocho de la mañana. Recordó, entre risas, que su madre solía decirle que Jim Morrison era su papá, pues la había “preñado” para después salir corriendo (por cierto, en su último viaje a París, Pasto fue a visitar la tumba del rockstar y, obviamente, le mandó a su mamá la foto de su visita “a mi señor padre”).

Al concluir a duras penas la secundaria, entró al Instituto Universitario de México. Sin embargo, su dificultad para estudiar y un diagnóstico tardío de déficit de atención le hicieron tomar la decisión de abandonar sus estudios. “Para mí, la escuela tradicional fue un

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infierno, aunque me dejó muchos amigos, gracias a los cuales comencé a ejecutar un instrumento. En primero de prepa, por primera vez agarré un bajo y no me costó tanto usarlo. Me di cuenta de que tenía habilidades y dotes para poder ejecutar o fabricar cosas que la escuela no me enseñaba. Entonces me volví autodidacta en mucho de lo que hago el día de hoy, por ejemplo, la fotografía. Aunque he tomado cursos, ha sido más en la guerrilla, como viendo, estarle apretando, estar investigando, descomponiendo”.

Para Pasto, las herramientas para desenvolvernos en la vida no tienen que ser adquiridas forzosamente en la escuela y no tienen que ver con las clases sociales; se trata simplemente de la capacidad de una persona de estar en la vida, de hacerse de sus propias herramientas, luchar y descubrir cómo salir adelante.

Curiosamente, y a pesar de haber dejado la escuela, llegó a tener un Mustang del año. “Soy Benjamin Button del trabajo. Yo voy al revés”, confesó entre risas. En realidad, su madre y su padrastro, preocupados por el futuro de Pasto, lograron que entrara a trabajar a la extinta Luz y Fuerza del Centro, pocos meses después de haber cumplido la mayoría de edad. Aunque definió esta etapa como su peor pesadilla, aprovechó que gozaba de un buen sueldo para, después de un año de trabajo, comprarse el auto de sus sueños: un Mustang negro con asientos de piel mostaza, ocho cilindros. Sin embargo, terminó vendiéndolo, ya que muchas veces tenía que ir al trabajo en transporte público por no tener suficiente dinero para la gasolina (eran necesarios 1,200 pesos de aquellos tiempos para llenar el tanque). El decreto de cierre de dicha compañía fue para él la salvación, pues finalmente pudo abandonar ese trabajo sin sentir que decepcionaba a su madre.

Primeras notas

hacia el momento preciso

“Soy Benjamin Button del trabajo. Yo voy al revés”

La facilidad para hacer amigos y tocar instrumentos hizo que durante sus tocadas Pasto conociera a mucha gente, tanto músicos como conductores de programas de radio y televisión, como MTV, Telehit y Exa, quienes le ayudarían a labrar camino en el ámbito de la producción audiovisual. “Me siento una persona muy afortunada por estar en los momentos exactos, a la hora exacta. Muchas veces, aunque te quites, el chingadazo te llega. Un ejemplo es el momento en que conocí a mi mujer: estuve en el momento idóneo para encontrarla. Y así es en todo”.

Poco tiempo después de quedar desempleado y tras acabarse su finiquito, Pasto le pidió trabajo a su amigo el Diablito, Mauricio Barrientos, quien ya tenía el programa de televisión Motel Diablito. Este accedió inmediatamente, advirtiéndole que la paga sería poca, pues no había mucho presupuesto. A partir de entonces, supo que eso era lo suyo. Tuvo maestros como Chan Castilla, que le enseñó a usar la cámara. Por otro lado, comenzó a involucrarse en temas de audio y a hacer conciertos dentro de MVS.

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Después de muchos años y un largo camino de aprendizajes, Paco Vázquez, el Chintro, le presentó a Víctor Cruz, quien primero lo contrató para colaborar y posteriormente para dirigir TSOM Studio. Desde aquí nació el podcast Rockabulario, que se ha convertido en una referencia obligada para los amantes del género, pues encuentran en sus episodios una mezcla perfecta de información, anécdotas y, por supuesto, buena música.

La creación de Rockabulario fue, simplemente, un paso natural. Pasto quería compartir su pasión y sus conocimientos con una audiencia más amplia. Efectivamente, es a través de su podcast que ha logrado conectar con miles de personas que comparten su amor por el rock, convirtiéndose en una voz influyente en la escena musical mexicana.

“Toda esta sinergia ha llevado a que en la portada de la revista esté Alemán, que es un artista que probablemente no sea rockero, pero es hip hop y es contestatario como el rock. El tema de ser puristas del rock está muy de flojera. Nada de que ‘es que tú eres hip hop y no entras dentro del rock, o tú eres ska y no puedes’. ¡No, wey! Hay que ser unidos”.

Por ello, Pasto lamentó que algunas artistas rockeras, a quienes se ha invitado a unirse a este nuevo proyecto editorial, no han mostrado interés e incluso ha sido difícil pasar el filtro de sus representantes, cuando generalmente se muestran inconformes por la poca inclusión de mujeres en este tipo de iniciativas.

“Las herramientas para desenvolvernos en la vida no tienen que ser adquiridas en la escuela y no tienen que ver con las clases sociales”

La banda hablándole a la banda

El Pasto, creador y creativo, nos compartió la emoción que le provoca su nuevo y arriesgado proyecto: el lanzamiento de la revista física Rockabulario, la cual, aunque habrá de competir con revistas como

The Rolling Stones, tiene mucho que decir, ya que, sin duda alguna, el rock en español está resurgiendo. “Creo que se está haciendo un trabajo muy bonito en todos los aspectos. Estoy muy satisfecho”.

Esta publicación, que competirá con el prestigio de otras revistas, tiene un ingrediente clave: está hecha por personas apasionadas y conocedoras de la industria de la música. “Los actores principales son los que están haciendo el contenido de la revista”. La banda hablándole a la banda.

Israel Pastor, a manera de conclusión, hizo una invitación a cerrar filas y unir esfuerzos para que esta nueva etapa del rock sea en beneficio de la gente, los músicos, el staff y todos los involucrados en la industria musical, excepto las disqueras. “Ellas definitivamente no están invitadas a la fiesta”, subrayó. Fiesta que, por cierto, ya empezó en junio pasado, reuniendo casi mil personas y a músicos de la talla de Kenny, La Forquetina, Claudio de Radio Kaos, Alfonso André de Caifanes y Yucatán a Go-Go, los que llegaron a palomear para celebrar el aniversario de Rockabulario

Para concluir, Pasto abrió su corazón: “Quiero agradecer mucho el estar vivo, poder vivir estos momentos. Tener una estabilidad emocional, en pareja y económica, gracias al trabajo que hacemos… Estoy contento”.

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2 tips para los más jóvenes

“Hagan lo que quieran hacer. Sigan sus instintos. No presten atención a las cosas negativas. Mucha gente les dirá que no; conviértanlo en un sí”.

“Sean honestos con ustedes mismos y con los demás”.

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Letra y música: Cano Hernández Intérprete: El Gran Silencio Álbum: Chúntaros Radio Poder (2001)

G = Sol mayor Em = Mi menor Am = La menor D7 = Re séptima

Y sigue la mata dando y yo te estoy esperando

Para decirte que te quiero, para decirte que sin ti me muero

Y quiero que todo mundo se entere que para mí no existen fronteras

Y que me muevo para donde quiera

Porque hay algunas personas que no me conocen y me ven

Y piensan y dicen y sienten creen que

Que solo soy un pobre perdedor, pero eso no me interesa

Porque tengo a mi familia y tengo corazón

Y dos y tres y cuatro y cinco y seis

Y soy feliz todo el día y todo el mes

Pero no importa, yo solo vine para decirte que te quiero

Y que me gusta cantar y cantar y cantar

En la guitarra solamente yo me sé el círculo de sol

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G G G G G G G G Em Em Em Em Em Em Em Am Am Am Am Am Am Am D7 D7 D7 D7 D7 D7 D7

Y eso me basta para decirte que te quiero

Y eso me basta para decirte que te quiero y que te quiero

Eso me basta para decirte que te quiero

Y eso me basta para decirte que sin ti me desespero

Solo besarte quisiera, quisiera, quisiera

Y antes de morirme te quiero decir que te quiero, te quiero

Porque sigue la mata dando

Porque sigue la mata dando

Porque sigue la mata dando

Y yo te estoy esperando

Para decirte que te quiero

Que te quiero y que te quiero

Que te quiero y que sin ti me desespero

Qué lindos ojos tiene mi chata

Cómo relumbran cuando me ven

Son negros, negros como la noche

Y tan serenos como mi fe

Esos ojitos son mi esperanza

No me los quites nunca, Señor

No me los quites, Diosito Santo

Porque sin ellos muero de amor

No necesito que me digas que me quieres porque ya lo sé

Y porque miro cómo me miras

Y también sé que piensas en mí cada vez que me voy

Y cuando no estoy me esperas

Porque sabes bien que tengo que regresar contigo

Porque me gusta estar contigo, como me gusta cantar y cantar y cantar

En la guitarra solamente yo me sé el círculo de sol

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G G G G G G G G Em Em Em Em Em Em Em Em Am Am Am Am Am Am Am Am D7 D7 D7 D7 D7 D7 D7 D7 CORO

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