Revista C-Level No. 7: MUJERES DEL ROCK (edición especial)

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Para venta exclusiva a mayores de edad | $97 MX

mujeres del rock

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EDICIÓN ESPECIAL
Ali Gua Gua Las Ultrasónicas Jenny Bombo Las Ultrasónicas Daniela Villarreal The Warning Alejandra Villarreal The Warning Elis Paprika mayita campos Roxxxy Glam Las Ultrasónicas Sandrushka Petrova Descartes a Kant Paulina Villarreal The Warning Ximbo Tere Estrada Baby Bátiz

MUJERES DEL ROCK

Los que cuentan la historia de la música nos han hecho creer que “el rock es cosa de hombres”. Es un hecho innegable que este siempre ha sido un género dominado por el sexo masculino, lo cual no quiere decir que las mujeres no hayan estado ahí. Nos ha hecho falta valor para hablar de todas esas artistas que han construido la historia del rock desde el primer acorde.

Es por eso que, para esta segunda edición especial Rockabulario de la revista C-Level, nos dimos a la tarea de recopilar información que corrobore cómo en el Festival de Avándaro no solo hubo mujeres encueradas, sino también mujeres en el escenario. Contar en estas páginas que ha habido mujeres ultrasónicas, mujeres sirenas, mujeres kantianas, mujeres de la onda, mujeres de peligro, mujeres del blues, instrumentistas, compositoras, escritoras, productoras, cantantes, líderes, investigadoras, pero, ante todo, históricas. Doce de ellas son nuestra portada y nada puede hacernos sentir más orgullosos: Alejandra, Paulina y Daniela Villarreal (The Warning), Ali Gua Gua, Jenny Bombo y Roxxxy Glam (Las Ultrasónicas), Mayita Campos, Baby Bátiz, Ximbo, Elis Paprika, Sandrushka Petrova del grupo Descartes a Kant y Tere Estrada.

El contenido de este número no solo se enfoca en las mujeres, sino que ha sido generado casi en su totalidad gracias al talento de las mujeres, con la participación de la misma Tere Estrada en la realización de entrevistas y el contacto con las artistas; la icónica fotógrafa Blanca Charolet (la primera mujer fotoperiodista en la historia de México y quien ha retratado a prácticamente todos los grandes artistas de nuestro país y otras latitudes); Julieta Pichardo, Zazu Ramírez, Lala Hela y Tats Rodríguez en maquillaje y peinado; por supuesto, nuestra editora Luz Baena y Luisa Carmona en su equipo; Fernanda Pineda en el diseño; Perla del Olmo en la coordinación que en realidad es estar en el aguante y siempre resolviendo y Paola Santana en la gestión. Indispensables: Norma González, Nancy Velázquez y Daniela Martínez, guerreras que no se ven aquí, pero que, desde las finanzas y la administración, hacen posible que esto camine. Además, las plumas de Dafne Carballo, Layla Sánchez Kuri y Verónica Maza Bustamante se sumaron para escribir artículos en estas páginas de marzo, mes donde las mujeres alzan su voz con mayor fuerza para denunciar la injusticia, el abuso, el dolor, la vulnerabilidad, la desigualdad, y también para reconocer los logros y avances, y no olvidar los sueños, como declaró Blanca Charolet en una de las sesiones fotográficas.

Pasto Pastor Rockabulario

Esperamos dejar un documento histórico con esta edición, un testimonio de la gran aportación de las mujeres al rock mexicano. Pero, sobre todo, deseamos que después de que una niña, una adolescente y una mujer lean esta revista, se sientan inspiradas y quieran aprender a tocar un instrumento, compongan una canción, suban su primer sencillo a Spotify o realicen su primera entrevista. Y que más allá de cualquier discurso, persigan sus sueños y se encarguen de convertirlos en realidad.

Editorial Revista C_Level C-LVL@C_LVLMagazine@revista_clevel

Víctor Cruz

Fundador y Presidente

Luz Baena

Directora General y Editora de Innspira y C-Level

Pasto Pastor Director General de Rockabulario y TSOM Studio

Christian Tafoya Arte y Diseño

Perla Del Olmo Coordinadora de Producción

Cuceb Piloto Coordinador Editorial

Luisa Carmona Edición y Corrección de estilo

Rodrigo Alcalá Redacción

Omero Villafaña Gerente de Distribución

María Fernanda Pineda Güereca Diseño

Ilustraciones de Freepik

C-LVL (C-Level), el arte de dirigir Marzo – Mayo 2024

Publicación de Editorial Innspira, Contenidos Innolvidables. Parral No. 6 Col. Condesa, C.P. 06140, Alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México. Editor responsable: Luz Baena del Valle. Reserva para uso exclusivo del título ante la Dirección General del Derecho de Autor: 04-2018-102410174700-102. Precio del ejemplar: $97 MX. Impresa en los talleres de Smartpress Vision, S.A. de C.V. Postes No. 254 Col. José María Pino Suarez, C.P. 01140, Alcaldía Álvaro Obregón, Ciudad de México. Para venta exclusiva a mayores de edad.

Nota: Esta obra no debe ser reproducida total o parcialmente sin autorización escrita del editor.

La información, la opinión, el análisis y el contenido de esta publicación son responsabilidad de los autores que los firman, y no necesariamente representan el punto de vista de esta casa editorial.

CONTENIDO

OBERTURA

ADICTAS AL ROCK

Entrevista a Las Ultrasónicas

EN CLAVE DE C

LA MUJER: DE MUSA A CREADORA

¿Y AHORA QUÉ?

ASÍ CONSUMIMOS MÚSICA HOY

BACKSTAGE

EL JUEGO CON SENTIDO Entrevista a Sandrushka Petrova

ABRAZAR LOS LOGROS Y LOS AÑOS

Entrevista a Ximbo

BOLD

MUJERES QUE HAN INNOVADO EL ROCK

EL RAP FEMINISTA ES ARTIVISMO MUSICAL

ZOOM IN NOW GIRLS RULE! Entrevista a Elis Paprika

¿LA PIEDRA QUE EL ROCK CARGA? INNERVIEW

LA VOZ QUE ESTREMECE Y SIGUE VIGENTE Entrevista a Baby Bátiz

FLOWER WOMAN FOREVER

Entrevista a Mayita Campos

EN LA TAPA

THE CHARMING WARNING

Entrevista a The Warning PERIPLO 26 AÑOS DE VIVE LATINO DeCEO

UNA SIRENA SIEMPRE AL ATAQUE Entrevista a Tere Estrada

IMPROMPTU LADYTRON VS.
FLECHA
NOSTALGIA:
LA
DEL TIEMPO
CANCIONERO ME VOY 04 12 16 18 62 26 58 30 38 80 42 74 50 70 84 95

¡Dale Realidad Aumentada a la portada de esta edición especial!

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90 PREPOSADA DE ROCK PERIPLO

ADICTAS AL Entrevista a Las Ultrasónicas

Sirena Hechicera Blanca Charolet

Julieta Pichardo, Tats Rodríguez, Zazu Ramírez y Lala Hela

La Bipo Coyoacán | La Escafandra

En 2022, una invitación para tocar en el Festival Rock al Parque (Colombia) impulsó a Las Ultrasónicas a volver a reunirse después de once años de ausencia. Rodrigo Duarte, programador musical y director de la Roma Records Colombia, les propuso este reencuentro. La guitarrista Ali Gua Gua, la bajista Roxxxy Glam y la baterista Jenny Bombo hicieron una pausa en sus caminos personales y se citaron para ensayar y recordar esas canciones que dejaron huella en el público adolescente de los noventa y dos miles.

Los fans, al enterarse del reencuentro, enloquecieron. Fernanda, la cantante de Las Fockin Biches, me confesó que tenía en la mira asistir al Rock al Parque solo para ver a Las Ultrasónicas. Luego su banda le abrió a Las Ultras en el Foro Indie Rocks en 2023. Un concierto memorable donde los fans aplaudieron a rabiar durante varios minutos.

Las entrañas, el cuerpo y la mente recuerdan esos sonidos. A la cuenta de 1, 2, 3, 4, las Ultras volvieron a cimbrar el corazón chilango. Este 2024 tocarán en el Vive Latino y sacarán un sencillo compuesto por Roxxxy, titulado Te la pelaste conmigo . Tienen la intención de seguir componiendo más rolas y grabarlas.

“¡Ya nos picamos! Ha sido muy bonito recibimiento, muy cálido. Es otra cosa lo que está pasando, es otra generación.”, siente Ali y nos lo transmitió en entrevista con el grupo. A la de 1, 2, 3, 4… vamos con ellas en una suerte de rompecabezas.

Primera versión de Las Ultras

Ali: “Yo tocaba con una amiga australiana. Teníamos una banda que se llamaba Las Monas. En ese tiempo estábamos buscando baterista y después, en una tocada de cantautores con mi amigo El Hueso (Mauri Ele Huex), conocí a Jessy y me dijo que ella tenía una banda de garage de chicas. Le dije ¡yo también, pero no tenemos baterista! Esto fue en 1996. Me pidió el teléfono (no había celulares) y pensé que nunca me iba a llamar, pero sí.

Fui a ensayar; tocaban covers pero tenían temas como El monstruo. Me encantó su sonido. Tere Farfisa (q. e. p. d.) y Jenny Bombo fundaron el grupo. Estaba Susy cantando y Jessy Bulbo en el bajo. Cuando oí tocar a Jenny, pensé: ¡Esta es la baterista que estaba buscando! Jenny estuvo tocando en Las Monas un rato, tuvimos una sola tocada. La bajista se regresó a Australia y me dijo que me quedara con Las Ultras”.

R CK

En busca del nombre

Jenny: “Estábamos en la tienda de Tere Farfisa, tecladista de la primera alineación, y su esposo Ernesto Fuzz que era muy fan de Sonic Youth y Los Sonics. Nos dijo: ¿Por qué no se ponen algo que suene como espacial? Y él nos sugirió Ultrasónicas. Suena chingón, él es padrino del nombre. Jessy llegó al ensayo porque era novia del bajista de Los Psicóticos. Tere era muy amiga de ellos. Jessy aprendió a tocar el bajo por su novio”.

“Chicas, chínguenle, no se desanimen, que no las tire nada ni nadie” (Roxxy)

Todos están muriendo aquí

Ali Gua Gua llegó de Veracruz a la Ciudad de México para estudiar cine en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Como parte de sus tareas escolares, le dejaron hacer un documental. Ella escogió filmar a la banda de chicas con las que tocaba.

Ali: “Nos tomó cuatro años hacer el documental Todos están muriendo aquí. Fue con una cámara Handycam en 16 mm con pedacitos de películas que nos regalaban nuestros amigos del cine, que ya estaban en comerciales. Trataba de documentar la escena en general del Foro Alicia del 2000. Fue la primera etapa de las Ultras con Tere Farfisa hasta que se va Jenny a Estados Unidos”.

Por un tiempo fueron cinco integrantes; luego se salieron Tere y Susy. Como trío (Jenny, Ali y Jessy) grabaron su primer disco. En 2000 apareció Yo fui una adolescente terrosatánica , un LP que apareció en Munster Records. Después de este disco decidieron hacer una pausa.

En el estudio

Ali: “En 2001, Marcovich andaba buscando bandas para su sello Termita. Me lo presentaron un día en el Alicia. Le di el primer disco y le interesó. La banda se volvió a reunir ese mismo año. En el 2002 grabamos Oh, sí, más, más”.

En 2002, Jessy se salió de la banda y entraron Flor Eduarda Gurrola en la voz y Roxxxy Glam en el bajo. Tuvieron una gira en Estados Unidos. Flor Eduarda no tenía visa y no pudo acompañarlas. Entonces decidieron trabajar como trío y cantar todas. Han permanecido con esta alineación más de 20 años. En 2007 grabaron, de manera independiente, el CD Corazón Rocker”.

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Por qué la música

Ali: “Cuando vi a AC/DC, que se vestían como colegialas con su uniforme de la escuela, me dije que yo quería ser como ese que se baja los pantalones y trae su guitarra”.

Roxxxy: “Siempre me gustó la música. Empecé a afinar instrumentos y a ser staff. Cuando conocí a Las Ultras, decidí aprender. Me acababa de comprar el bajo. Se me facilitó y en una semana saqué las canciones”.

Jenny: “Escuchando a Guns N' Roses como a los 12 años fue cuando yo quise empezar a tocar. Primero me veía como guitarrista. Pero la gente decía que era difícil y tú te la crees. Entonces me fui a la batería, se me hizo fácil”.

Las marcadas influencias

Ali: “Los Ramones, Los Pixies, Three Souls in my Mind, Red Hot Chili Peppers, el hip hop… Pero luego conocí a Jenny y me voló la cabeza. Se gastaba todo su sueldo en discos. Yo conocía muy poquito de surf y garage. Descubrí a Los Mummies, Los Trashmen, Las

Trashwomen. Un disco cambió mi vida: Arpía, de Cecilia Toussaint. Era muy fan de Santa Sabina, La Castañeda y Flor de Metal, quienes fueron de los pocos grupos que pudieron grabar un disco”.

Roxxxy: “Pixies, Sonic Youth, Rock en tu Idioma… Me da mucho gusto conocer a Kenny y topármela porque yo crecí con eso”.

Jenny: “Guns N' Roses, The Cure, Janis Joplin, Nina Hagen, Las Runaways, Los Pixies, Joy Division, Los Ventures, punk, surf, garage”.

Vente en mi boca

Ali. “Muchas feministas también nos criticaban que cómo podíamos decir eso. Cuando las mujeres quieren expresarse, empoderarse, apropiarse de su cuerpo, siempre van a recibir críticas. Muchas mamás de amigos les molestaba oír la canción.

Voy por la calle y me gritan: ‘Hey, vente en mi boca’. Con la canción Qué grosero nos censuraban en la radio, pero las canciones de Molotov sí las pasaban”.

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“Vernos era raro para los hombres porque casi no había grupos de chicas” (Jenny)

Ser mujer y ser hombre en la música

Ali: “Como hombre te pagan más y tienes más libertad para ensayar, para tocar. Al subirte a un escenario nadie te va a estar sexualizando. Pocas bandas de mujeres han estado a lo largo de varios años tocando, haciendo música. Siempre ves a muchas solistas. Bandas de mujeres sí hay, pero tenemos más trabas sociales, religiosas y de nosotras mismas. Tienes hijos. No es lo mismo, es más difícil permanecer”.

Jenny: “Vernos era raro para los hombres porque casi no había grupos de chicas. Siempre te estaban sabroseando. En general sí les latía, salvo uno que otro comentario misógino como ‘tocan bien para ser mujeres’.

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Nosotras estamos más expuestas. El hombre no llega a su casa, se va con sus amigos y no hay pedo. Pero, como mujer, sí tienes que llegar a tu casa, aunque toques. Los papás tenían miedo de que te fueras a las drogas o salieras embarazada”.

El rock y los papás

Jenny: “Mis papás siempre me apoyaron, eran rockeros. Tenía carta abierta”. Ella es hija de uno de los integrantes de La Tropa Loca.

Roxxxy: “Mi mamá sí se sacaba de onda porque ellos estaban allá (Veracruz) y yo acá (CDMX)”.

Ali: “Me decían que la música no y el rock menos,

que no iba a comer de eso. Mi mamá me rompía los discos y los pósters. '¡Mariguanos, satánicos!', gritaba. Justo gracias a eso me aferré”.

No quebrarse

Ali: “El público mexicano es mucho de la lucha libre, muy agresivo, les gusta mucho gritar. Hay que tomárselo con calma, no quebrarse, tocar lo más rápido para que no te bajen.

Nos gritaban: ¡Chichis pa’ la banda! ¡Te hago un hijo! ¡Menos cuerpo, más música! Ahora la gente tiene más cultura para los festivales”.

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Jenny: “En 2003, cuando tocamos con Misfits, nos aventaron un buen de monedas. No nos bajaron. Seguimos tocando y nos valió. Hasta estuvo divertido. Era como un reto: ahora te chingas”.

Ser mamá rockera

Roxxxy: “Aunque lleguemos a la hora que sea, tenemos que pararnos a las seis de la mañana para llevar a la escuela a las niñas, hacerles el lunch, peinarlas, hacerles el desayuno, en la tarde las tareas.

Es más estresante para las mujeres. Como hombres son más libres, les vale. Eres la protectora. Lo que más me dolió es que dejé a Lía recién nacida de dos meses por irme de gira. Yo me sacaba la lecha y la tiraba. Mi hija estaba tomando leche de bote. La dejé muchas veces. ‘Mamá, no te vayas’, me decía. Eso a la fecha me duele”.

Los disfraces

Jenny: “Disfrazarse era parte de la diversión. Nos hemos disfrazado de enfermeras, muñecas, mucamas, piratas, Barbies”.

Roxxxy: “Nos gustaba el glamour. Mi mamá me decía: ‘¡Que exagerado te vistes, mija!’ Sorry, aquí puedo explayarme”.

Mensaje para las morras

Roxxxy: “Chicas, chínguenle, no se desanimen, que no las tire nada ni nadie, ni siquiera sus hijos. Lejos de verlos como una carga, vean a sus morros como un empuje y demuéstrenles que todo se puede hacer. Pónganse a las vivas con la gente que las rodea para que puedan estar bien apoyadas y seguras, tanto ustedes como sus hijos”.

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Ali: “Gracias a las nuevas generaciones que nos aprecian de otra manera. Las mujeres nos hemos empoderado más. Están el movimiento Riot Grrrl, el Me Too, el feminismo. Me encanta rockear en la menopausia. Nos cansamos más, pero tocamos mejor que antes. El rock uno quiere dejarlo y no te deja”.

Con más experiencia, con más amor a la camiseta, Las Ultras renovadas están recogiendo el amor que sembraron en los fans y ahora en las hijas de los fans. La invasión sónica está más viva que nunca.

“El rock uno quiere dejarlo y no te deja” (Ali)
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Sirena Hechicera Compositora, cantante, guitarrista y socióloga. En lo musical, Tere Estrada fusiona géneros como blues, rock, jazz y ritmos latinos. Tiene ocho discos.

LA MUJER:DE MUSA A CREADORA

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Dafne Carballo @dafcarballo

Alo largo de la historia del arte, la figura de la mujer ha sido representada frecuentemente como musa, inspiración y objeto de deseo para artistas masculinos. Sin embargo, si dirigimos la mirada al pasado, en la mitología griega, las nueve Musas eran deidades que inspiraban la creación en diversas disciplinas artísticas y científicas. Mujeres activas y fértiles que fueron deformadas para convertirse en figuras pasivas, objetos de contemplación. Musas silenciosas, a menudo retratadas desnudas y subordinadas ante la mirada de un creador masculino.

En la actualidad, las antiguas Musas han recuperado su fuerza. En su vientre, lleno de arte, se gestan mundos que reflejan experiencias personales y, al tiempo, cuestionan las normas sociales a través de un discurso que explora la sexualidad, la libertad y el empoderamiento desde un posicionamiento distinto. Mujeres que dan vida a lugares seguros y fascinantes que nos arropan para entrar en contacto con nuestras complejas emociones y su bella crudeza.

Desde pioneras como Sister Rosetta Tharpe hasta íconos contemporáneos como PJ Harvey, Kim Gordon, Diamanda Galás, Patti Smith y nuestra Rita Guerrero (por mencionar solo algunas), las mujeres han abierto nuevos caminos para la expresión y la experimentación en el arte sonoro.

Hoy tres músicas mexicanas que, desde su campo, están constantemente en búsqueda de reinventarse. En exclusiva nos hablan de su proceso creativo para este especial.

Leika Mochán

Compositora y pionera del live looping en México

“Entré al mundo de la creación musical por una profunda necesidad de la psique. Desde pequeña había cosas que me movían profundamente, a veces desde la confrontación, a veces desde la emoción. Muchas veces no encontraba cómo procesarlas, entonces encontré en la canción mi medicina.

En un inicio, creaba desde un lugar muy visceral. Pasaba todo el tiempo vomitando ideas para sacar de mí las avalanchas de sentimiento. Con el paso del tiempo, he aprendido a tener calma y a escoger lo que quiero decir. Ya no siento la urgencia de crear sin parar; ahora siento másla urgencia de sentarme a escuchar, de contemplar.

Semillas de inspiración en mi vida ha habido de todo tipo: la naturaleza, la belleza y sus variedades, el miedo, el estrés, el pájaro que pasa, la injusticia, el aire, la duda, la maternidad, la amistad, los dolores, los sabores, el río, los encuentros y desencuentros, la mar...”

Sarmen Almond

Artista sonora, compositora y performer vocal “Desafortunadamente, nuestro lugar surge como la inspiración del artista 'hombre'. Siempre hombre, con H mayúscula. Sin embargo, me pregunto: ¿qué sería del hombre, del ser humano, si no hubiera mujeres creadoras, mujeres que paren a otros y los crean para existir, y después generar?

La mujer, desde siempre, ha producido obra de todo tipo. Pienso que es nuestra labor mencionarnos como las incitadoras, las provocadoras, y enfrentar esa carga de líder que, bien o mal, se hace presente desde la cultura patriarcal.

Las mujeres han abierto nuevos caminos para la expresión y la experimentación en el arte sonoro

Me cuesta un poco pensar en el lenguaje creador femenino sin vincularlo con loseventos fisiológicos inherentes a los cuerpos y a las relaciones sociales establecidas desde hace siglos. Me parece que la fisonomía, las sensaciones y sensibilidades, la poderosa capacidad de dar vida nos atraviesa. El lenguaje entonces deviene femenino y ¿qué es eso si noun regazo, un abrazo, un sanar y parir? Creo que todo lo que hago tiene el fin último de con-mover No pretendo gustar o disgustar al otro, pero sí atravesar”.

Chiosan

Compositora y tecladista de Austin TV

“Todas las mujeres nacemos creativas, ¡somos capaces de crear cosas inimaginables! Con el paso del tiempo, esa creatividad se va inhibiendo, se va achicando, cuadrando con lo que se supone es correcto.

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Ver a mi pequeño Roni no seguir ninguna de estas reglas me inspira, ¡me emociona! Su asombro al ver los ojos de un caracol o cómo la luna va cambiando de forma. Verlo descubrir líneas en sus manos y preguntarse: ¿qué es eso azul debajo de la piel?

Soy música, ilustradora, también mamá, amiga, hija, hermana, esposa, cocinera, lectora, diseñadora. Soy musa y soy creadora, muchas cosas que no se pueden separar. De ahí es donde absorbo y tomo fuerza para seguir con la magia creativa.

Ser mamá no es fácil, menos estando lejos de tu país, de tu familia, de tus amigos, y tener que desarrollarte en una cultura completamente diferente de la que vienes. En esas circunstancias comienzas desde cero a crear tu propio mundo. Y entre jugar al astronauta e ir al supermercado, ¡encontrar el momento perfecto para seguir creando!

No ha sido fácil, ni convencional. El tour comienza y no puedes poner pausa a la maternidad, ni a muchas otras de tus obligaciones. Entonces hay que buscar soluciones. Porque la música, como todo lo demás, ¡debe continuar! Mucho amor y fuerza a todas las mujeres creativas”.

Contra viento y marea

La paradoja de la Musa refleja la complejidad de la experiencia femenina en el mundo del arte: una lucha entre la inspiración y la opresión, entre la creatividad y la limitación. Sin embargo, contra viento y marea, las mujeres continuamos transgrediendo normas, reclamando nuestra voz y redefiniendo lo que significa crear en un mundo que, aunque cada vez menos, a menudo nos ha relegado al silencio.

Soy mi propia musa. Soy el sujeto que mejor conozco. El sujeto que quiero conocer mejor
(Frida Kahlo)

Dafne Carballo Cantante, multinstrumentista y escritora ocasional, nacida en la ciudad de Guadalajara. En 2010 se mudó a la Ciudad de México con el proyecto Descartes a Kant, al que perteneció durante 17 años.

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EASÍ CONSUMIMOS MÚSICA HOY

chemos un ojo a lo que nos trae el 2024. En esta columna, más que soltar buenos deseos al aire, vamos a anclar nuestros pies en la tierra y a mirar de frente a dónde nos ha llevado el torbellino de la música en estos tiempos locos. Porque, amigos, la industria musical no es la misma bestia que era en los ochenta, ni siquiera la misma de hace un par de años. Así que, desde esta trinchera, con un oído en el pasado, otro en el futuro y con muchas ganas de ver hacia dónde vamos, he hurgado en informes y estadísticas para tener una radiografía honesta del panorama musical y su transición durante los últimos tiempos.

De acuerdo con un artículo publicado en el sitio web de Sympathy for the Lawyer (SFTL), compañía especializada en gestión del negocio musical, el 2023 se definió por un auge continuo en el streaming de audio, con un impresionante 73% del público activo entrando a estas plataformas. El dato más revelador, que nos habla de un cambio que ya no tiene marcha atrás, es que casi el 50% de estos usuarios optó por suscripciones de pago, dejando clara su predilección por el formato. México resaltó particularmente en di-

cho escenario, convirtiéndose en un líder regional de suscripciones de streaming. Este fenómeno no solo refleja una preferencia por la comodidad y la variedad que ofrecen estas plataformas, sino también un cambio cultural en la forma de consumir música.

Y hablando de géneros, ¿quién dijo que seguimos creyendo ciegamente en las etiquetas? La diversidad musical se ha enriquecido notablemente. El pop sigue siendo el rey del mainstream*, pero por increíble que parezca, estamos en el momento de los nichos; hoy existen muchos mainstreams. La apertura hacia una gama más amplia de géneros —incluyendo el rock, hip hop, rap, dance, electrónica y especialmente ritmos latinos— ilustra la presencia de una audiencia más exploradora y diversa. Este eclecticismo musical no solo muestra una apertura hacia diferentes culturas y estilos, sino que subraya una búsqueda de identidad

*mainstream: se refiere a la música comercial y de masas, a diferencia de la música underground o alternativa.

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Miguel Solís @soymiguelsolis

y expresión personal a través de la música, avanzando en un proceso donde los momentos de polarización o segregación basada en “lo que escuchas” están quedando atrás.

El universo de la oferta musical

La música nueva nos llega de maneras más diversas y emocionantes que nunca, reflejando su constante evolución tecnológica y cultural. Las plataformas de streaming de audio como Spotify y Apple Music lideran el juego, siendo el punto de encuentro favorito para el 73% de los oyentes. Pero, ¡ojo con los videos en línea! YouTube y TikTok se están convirtiendo en verdaderos campos de batalla para los hits musicales, con un crecimiento del 31% en su uso para descubrir nuevos sonidos. Y no podemos dejar de lado las demás redes sociales y apps de corta duración, donde un contenido puede convertir una canción desconocida en un éxito viral de la noche a la mañana.

Los podcasts y radios online siguen teniendo su encanto, ofreciendo una experiencia más curada, mientras que los medios especializados siguen siendo el santuario de los clavados (como tú que tienes en tus manos esta revista) que buscan un contenido mucho más profundo y específico en el multiverso musical.

Las playlists editoriales y las recomendaciones algorítmicas de las plataformas de streaming también están jugando un papel crucial en este nuevo escenario, afinando nuestros gustos y permitiéndonos descubrir joyas ocultas que están basadas en nuestras preferencias. Está muy cabrón cómo hoy las playlists influyen en la llegada de nuevo contenido a diferentes tipos de audiencias (sería necesario todo un análisis en un artículo completo que dejaremos para otro momento).

Y claro, la experiencia en vivo sigue siendo la piedra filosofal sin la cual no hay nada. Los festivales y conciertos aún son el alma de la fiesta, donde se respira la pasión y se hace la magia. Así, en un torbellino de tecnología y tradición, la música nueva encuentra su camino hacia nosotros a través de una ola de miles de notas musicales, el momento de la historia donde hemos estado expuestos a más música que nunca.

En 2023 casi el 50% de los usuarios de streaming de audio optó por suscripciones de pago

Más allá de la propia música

No olvidemos el rol crucial que juega la música respecto a uno de los temas pospandemia más importantes: nuestra salud mental. En estos tiempos en que el mundo parece no tener pies ni cabeza, 71% de 43 mil personas encuestadas en 26 países para el estudio Engaging with Music 2023 de IFPI (Federación Internacional de la Industria Fonográfica) afirmó que la música es su ancla emocional. Más que entretenimiento es un salvavidas, una herramienta esencial de bienestar y autocuidado.

Y, por supuesto, el dinero también habla; esto es un negocio. De acuerdo con Forbes México, de 2021 para acá, el mercado mundial de la música creció un 18.5% y Latinoamérica está en primera fila de la lista. El streaming representa una parte significativa de este crecimiento, redefiniendo no solo cómo se consume la música, sino también cómo se monetiza. Brasil y México, en particular, mostraron incrementos notables en ingresos, destacando el potencial económico y la importancia de la región en el ámbito musical como representación de muchos otros en los que están compitiendo de tú a tú con cualquier región del mundo.

Estos aspectos nos ofrecen una imagen clara de una industria en constante evolución, que se adapta ágilmente a los cambios tecnológicos y culturales. La música en Latinoamérica no solo es un reflejo de sus ricas y diversas culturas, sino también un indicador de tendencias globales en consumo, tecnología y bienestar emocional.

Así que, mientras nos preparamos para lo que sigue en 2024, una cosa está clara: en la música, como en la vida, el cambio es la única constante. La innovación y la adaptabilidad serán claves. La relación entre música y tecnología promete seguir redefiniendo las experiencias tanto para artistas como para audiencias. En esta intersección de cultura, tecnología y negocio, la música latinoamericana no solo tiene la oportunidad de crecer y expandirse, sino de liderar en la escena global.

Miguel Solís Locutor especializado en música alternativa en español por más de 20 años, participando en proyectos como Órbita FM, Reactor 105, RMX, CocaCola FM, Terra, Rock 101, Indio TV y un largo etcétera de iniciativas que han buscado compartir la creación de las escenas latinoamericanas.

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EL JUEGO CON SENTIDO Entrevista a Sandrushka Petrova

El nuevo milenio nos trajo una explosión de propuestas en la escena musical independiente mexicana, esto impulsado en gran parte por el auge de la plataforma digital Myspace. Una de las bandas más sólidas, propositivas y experimentales de esa época, y que hoy se mantiene vigente, es Descartes a Kant (DAK).

La mente maestra, la iniciadora de DAK, es Sandra Michel o Sandrushka Petrova, a quien conocí en el 2012 durante un festival en Guadalajara. En esta ocasión pude entrevistarla para la segunda edición especial Rockabulario de C-Level, sin imaginar lo que iba a descubrir a partir de esta gran plática.

Sandrushka y Sandra

“Sandrushka Petrova es mi nombre artístico y surgió como todo, como un juego.

En la secundaria, un amigo me llamó por teléfono y, super random, me dijo Sandrushka Petrova. El nombre me gustó y lo empecé a usar para firmar mis poemas y dibujos; jamás hubiera imaginado que me seguiría toda la vida.

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BACKSTAGE

Sandra Michel es mi nombre terrestre. Me gusta distinguir a mi persona del personaje artístico. Sandrushka es este ser apasionado, intenso, histriónico, y Sandra Michel es muy callada, observadora. Supongo que somos una misma”.

Sandra Michel y sus influencias “Desde muy pequeña escuché musicales; mi favorito sigue siendo El Mago de Oz. Me encantaba ponerlo en loop y aprenderme las canciones. Ahí nació un amor genuino por la música y eso fue mutando al performance . No sabía exactamente que quería hacer música, creí que quería ser actriz, hasta que empecé una relación obsesiva con Gloria Trevi y me hice muy fan. Me atrapó el personaje tan feroz y esa energía femenina fuera de serie que nunca he visto en otra persona. Yo la asocio mucho con Descartes a Kant y sus contrastes.

Fui una niña muy creativa. Con mis amigas inventábamos mundos; no necesitábamos más que música e imaginación. Hasta el día de hoy, mi vida ha sido una extensión de ese juego. Después conocí el grunge, género del que me atraían las mujeres gritonas, disruptivas, rebeldes, que se salían del molde de lo que

se esperaba como femenino. Me obsesioné con Courtney Love, PJ Harvey, L-Seven, Veruca Salt, The Breeders… Todas estas artistas me inspiraron a tomar una guitarra”.

El origen de DAK

“La primera guitarra que me regalaron era de juguete, ni siquiera se podía afinar. Después mi hermano empezó a enseñarme acordes básicos para tocar las rolas que me gustaban. Ahí descubrí que me encantaba imitar lo que escuchaba, sacar las notas y cantar, hasta que empecé a escribir mis canciones sin saber nada de composición.

En la secundaria nació DAK, que originalmente concebí como un proyecto de puras mujeres, pero más adelante decidí no segmentar de esa manera y hacer un grupo mixto. Nos juntábamos para aprender a tocar y DAK se volvió mi taller de composición intuitiva. Poco a poco y sobre la marcha fui aprendiendo; después estudié música. Ha sido una evolución interesante, pero sobre todo ha sido un juego que tuvo sentido.

El mismo nombre surgió de forma lúdica: estaba leyendo un libro muy complejo sobre filosofía, justo en el periodo de la filosofía moderna de Descartes a Kant.

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Conecté cables y dije: 'Quiero un nombre de banda que no suene a banda, que suene más como un libro’. Hice una lista y mi hermano eligió este. Ahora es demasiado lo que tengo que contar sobre esa decisión”.

Pioneros de la estética

“Antes de tocar la guitarra, yo sabía que todos nos íbamos a disfrazar de personajes para salir al escenario. La primera idea de outfit que se me ocurrió fue vestirnos de Alvin y las Ardillas. Esta manera de crear universos en mi cabeza lo tengo desde chiquita.

Desde mi trinchera no podría decir que hemos sido una influencia estética para la música u otras disciplinas, pero siento que está cool ver a alguien haciendo algo que tú no sabes si va a funcionar, pero funciona y te inspira, como a mí me inspiró Gloria Trevi. Ella tenía una imagen que no se parecía a la de ninguna otra artista; miles de niñas queríamos vestirnos como ella. Recuerdo que tenía unas botas que mandé pintar moradas para que fueran como las de la portada de Me siento tan sola (1992).

A partir del Paper Dolls, nuestro primer disco (2007), la estética se convirtió en un sello característico de DAK. Hacíamos prácticamente un vestuario nuevo

por show, ¡lo cual era insostenible!, y la gente lo esperaba. Mi mamá nos ayudaba a crearlos. Hasta que le abrimos un concierto a Sonic Youth y salimos a tocar como enfermeras sangrientas. En su camerino nos tomaron fotos y Kim Gordon me preguntó qué pensaba mi mamá del vestuario, a lo que yo respondí que ella lo había hecho. En ese momento supe que el vestuario era el sello de DAK”.

“A partir de nuestro primer disco, la estética se convirtió en un sello característico de DAK”

Casi 20 años de procesos creativos “Para mí, cada disco es como terminar una maestría porque aprendo mucho de los procesos, no doy nada por sentado, y todo el tiempo estoy empujando límites con nuevas curiosidades y nuevas preguntas. En Paper Dolls quizá era inexperta en muchos sentidos, pero tenía claridad.

En ese álbum, el proceso de composición fue muy largo; consistió en agarrar la guitarra, probar acordes extraños, romper estructuras, experimentar, incluir varios géneros en dos minutos de canción. Es un disco muy crudo, tiene garage, noise, hardcore, cabaret. Hello Tarantino es la única rola surf que hemos hecho, pero se ha vuelto la que más reproducciones tiene. Fue todo un viaje abordar ese estilo y no ha sido fácil encontrar personas que crean en propuestas como estas. De quien era yo en Paper Dolls a quien soy ahora puedo decir que soy la misma en esencia, pero con más preguntas y más ganas de explorar.

Il Visore Lunatique (2012) fue más experimental. ¡Hasta el proceso de grabación fue una locura! Duramos como dos o tres años en el estudio probando cosas. La rola You May Kiss The Bride surgió por la idea de un solo de tap. ¿Qué pasaría si en un show de punk alguien empezara a bailar tap? Y ese reto me motivó a escribir un musical que me llevó muchísimo tiempo: me puse a analizar todos los musicales de Broadway, escuchar las progresiones, a estudiarlos. Cuando terminé, la pregunta fue: ¿cómo hacemos que suene a DAK?”.

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La banda internacional “Ha sido un largo camino recorrido en ese sentido. La primera vez que tocamos en la Ciudad de México tuve mucho miedo; todo el mundo decía que aquí te bajaban del escenario si no les gustabas. Pero al ver la aceptación de la gente, me di cuenta del alcance. No lo planeamos, las cosas se fueron dando y comenzaron a surgir invitaciones.

La primera vez que salimos de México fue al festival South by Southwest. Nos gustó mucho ver cómo reaccionaba el público en el extranjero; vimos que para la gente no importa el idioma porque conecta con la música y esta trasciende el lenguaje. A partir de ahí fue causa y efecto, y nos fueron invitando a más festivales: Rock al Parque en Colombia, Iceland Airwaves en Islandia, Roskilde en Dinamarca.

Una vez fuimos a Rusia y fue una locura, ¡éramos como los Beatles! La gente gritaba y conectaron heavy; los fans de allá me siguen escribiendo. Es de las cosas más bonitas que te puede dar la música y que no tiene precio. Si yo fuera de turista a Rusia, no tendría el mismo sentido que ir, presentar mi música y que la gente enloquezca con eso.

En noviembre hicimos una gira superintensa y pesada por Europa, donde tocamos casi diario, y eso nunca lo habíamos hecho. Fue un gran entrenamiento tocar todos los días.

Es cierto que existe un prejuicio con las bandas mexicanas que cantan en inglés, pero en nuestro caso ha sido nuestro fuerte en el extranjero. Hay a quien le caga, hay a quien le da lo mismo. Siento que este recelo solo existe aquí; nadie cuestiona por qué Björk canta en inglés. DAK no es un grupo que representa el folklore mexicano o la tradición, por eso creo que funciona. Ahora el reto personal es hacer música en español”.

“Es cierto que existe un prejuicio con las bandas mexicanas que cantan en inglés, pero en nuestro caso ha sido nuestro fuerte en el extranjero”

After Destruction

“Este nuevo disco es conceptual y gira alrededor de un personaje: la DAK, una máquina que nació a partir de la catástrofe mundial de la pandemia, que nos llevó a todos a una crisis personal y a relacionarnos de otra forma con los dispositivos.

En ese proceso, la banda cambió de alineación y pasó de ser un sexteto a un cuarteto, lo que no dejó de ser un duelo. Entonces me pregunté cómo podía representar en el mundo del arte esa depresión por la que estaba pasando. Pensé en esta máquina, la DAK, que no solo iba a sustituir al hombre y a tocar lo que otros integrantes ya no iban a tocar, sino que iba a ser un interlocutor para reparar el daño emocional, llevándonos por distintos niveles del duelo.

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Los diálogos los escribí junto con un psiquiatra, que es mi mejor amigo, para poder hablar sobre la salud mental y darle esperanza a la gente. El proceso creativo fue largo; nos tardamos un año trabajando en los vestuarios, la imagen y el software de la DAK”.

Un consejo para las nuevas generaciones

“En retrospectiva de mi propia vida, todo empieza con el juego y con ese algo que nos hace el suficiente sentido solo por hacerlo, no por esperar la fama, los usuarios, los corazones.

Primero tiene que llenar nuestro corazón y después vendrán los likes . Yo empecé cuando eso no existía; ahora dependemos mucho de la validación exterior, pero la respuesta siempre es hacia adentro.

Haz lo que tenga sentido para ti y habrá personas que crean en lo que haces por ser sincero, por hacerlo de corazón. Hay que darles forma a las ideas, persistir y ser auténtico”.

Rodrigo Alcalá Compositor, bajista y escritor. Formó parte de una de las bandas de ska más importantes del país: Los Victorios. Hoy milita en Segunda Gloria, grupo de ska fusión, y en Alcalino, su proyecto solista donde explora con canciones propias cuya letra es parte fundamental. Es colaborador de Rockabulario.

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“Haz lo que tenga sentido para ti y habrá personas que crean en lo que haces por ser sincero, por hacerlo de corazón”
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MUJERES QUE HAN INNOVADO EL ROCK

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Verónica Maza Bustamante @veromaza

Inventar una forma nueva de hacer las cosas. Eso es la innovación. Zambullirse en la vanguardia para crear, diseñar o componer algo que no existía o que mejoró potencialmente tras una segunda intervención. A lo largo de la historia del rock podemos ubicar a personas y momentos que han generado una ruptura semejante.

“En México, los lugares sociales que el rock ha ocupado son muy diversos y aun opuestos, por lo que en su evolución ha transformado su discurso y la forma de comunicarlo. La cultura del rock ocupa una posición dinámica entre el entretenimiento masivo, la expresión popular disidente y la creatividad artística”, explica Laura Martínez Hernández en su libro Música y cultura alternativa

Pensando en ello, podemos hacer un seguimiento de aquellas mujeres que han generado algo nuevo, ya sea al crear un sonido, porque generaron un cambio social o por su atrevimiento al salirse del estereotipo femenino.

Los orígenes

El rock llegó a México a mediados de los años cincuenta a través de la influencia de músicos como Bill Haley y Elvis Presley. Las reacciones apasionadas de la gente por este nuevo sonido, sumado a la mala fama que le dieron diversas películas, fueron gestando una mitología que amenazaba con desafiar la rígida estructura de la sociedad patriarcal mexicana.

En este marco surgió la diosa primigenia del rock: Gloria Ríos. Enfundada en un vestido ajustado de lentejuelas, movía su cuerpo al frente de las Estrellas del Ritmo.Era canción y pecado al mismo tiempo. Su atrevimiento se preservó en los sesenta y los setenta, cuando varias mujeres osaron darle un toque femenino al naciente género. Julissa, Olivia Molina, Angélica María, Ela Laboriel, Ginny Silva, Maru Enríquez, Emilia Almazán, Vianey Valdez, Laura Abitia y Hebe Rosell son recordadas por su valentía al sumergirse con entusiasmo en un mundo masculino.

En su libro Sirenas al ataque. Historia de las mujeres rockeras mexicanas, Tere Estrada señala que entre 1956 y 1969 se lanzaron aproximadamente 106 cantantes mujeres. Las Mary Jets fue la primera banda de rock and roll en México conformada exclusivamente por mujeres. Las Chic’s dieron un paso adelante al fusionar ritmos como el garage, el pop rock y el reggae. Se aventuraron a crear música alternativa en una época en la que eso era mal visto.

Por su parte, Baby Bátiz contribuyó significativamente en el desarrollo del rock en México. Llegó a la capital luego de vivir en la zona fronteriza con Estados Unidos y desde niña estuvo influida por el rock, el

blues y el soul. Trajo toda la escuela de cantantes negras con una forma de interpretar muy diferente a la de las cantantes de balada rocanrolera.

Mayita Campos llegó al Festival de Avándaro con el grupo Los Yaki. Además, colaboró en Sonido 5 con Los Shakes, Javier Bátiz, Los Esclavos y Lucifer, explorando el circuito universitario, sin miedo al qué dirán, en los tiempos en que se prohibieron los conciertos. En esa época fue parte de Las Loquettes, con Baby Bátiz y Norma Valdez, esta última conocida como La Bruja Sísmica del Rock y el Blues Mexicano. El papel de Norma fue vital para el blues y el rock setentero. Siempre alzó la voz para hablar de las dificultades de cantar rock siendo mujer. Con ellas, el camino del rock nacional estaba arado desde la propuesta y el talento.

Estas mujeres pioneras han enfrentado desafíos diversos y han dejado una huella significativa al redefinir la narrativa del rock en México

Los ochenta: identidad y destino

Los años ochenta se caracterizaron por el uso del español como lenguaje del rock en México. Una de las mujeres que transformó la escena fue Cecilia Toussaint, quien junto a Jaime López impulsó el rock hecho en casa. Su imponente presencia, su voz multifacética, su habilidad para experimentar con diferentes sonidos y su actitud de mujer fuerte en un mundo masculino la transformaron en una gran influencia.

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Betsy Pecanins es considerada la cantante más famosa y reconocida de blues en México. Su visión para fusionar el género con folk, jazz, rock y música ranchera es inolvidable, al igual que la capacidad como instrumentistas de la bajista Nohemí D’ Rubín y la tecladista Rosa Flora Moreno, ambas del grupo de rock progresivo Iconoclasta, o la tapatía Kenny Avilés, quien agregó una locuacidad que sacaba ámpula entre las buenas conciencias. Además, supo explotar la naciente tendencia de los videoclips, aportando para que el área de creación fuera más allá de lo musical e integrara imágenes poderosas.

Brenda Marín fue la gran pionera del heavy metal en México y Nina Galindo mezcló el rock con el blues en un estilo vocal inigualable. Sus canciones son historias completas con juegos de palabras, anécdotas de mujeres enfrentadas a los claroscuros del amor. Al otro lado del sonido están mujeres como Chela Lora, quien le dio un giro radical al management de las bandas de rock, y Fernanda Tapia que, con su simpatía y espacios radiofónicos, impulsó el movimiento.

Los noventa y la explosión del rock en español

Si alguien marcó el rock de los noventa fue Rita Guerrero, una de las mujeres más seductoras y hermosas que se han visto en este país. Al frente de Santa Sabina, destacó por su voz inconfundible, por su enfoque ecléctico e innovador que diversificó el sonido del rock mexicano, por sus ideales sociales y por asumir libremente su ser sexual desde el escenario.

En esta década, Tere Estrada comenzó a hacer de las suyas con Esquina Bajan, una banda de rock y blues disruptiva donde el vozarrón de La Sirena de la Música y las Letras, junto con el sonido rasposo de su guitarra, dejaban en silencio a la concurrencia. Tiempo después, siendo solista, haría una inigualable aportación a la historia de la música en México con su libro Sirenas al ataque, investigación en torno al papel de las mujeres en el rock nacional.

Otras diosas de esa época fueron Las Ultrasónicas, quienes le entraron al punk, el garage y el sonido Manchester, llevando por bandera el movimiento feminista y la defensa de la diversidad sexual. También Ely Guerra, una de las mexicanas que más ha explorado los sonidos y se ha arriesgado al hacer discos conceptuales, cambiar su aspecto de manera radical y compartir su amplia gama vocal, creando atmósferas musicales inigualables.

Empoderadas, rabiosas y experimentales, ellas saben cómo romper las barreras que aún impone el mundo machista
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Los dosmil y más allá Una nueva década llegó y con ella, la fusión. Natalia Lafourcade hizo aparición en la escena del rock, con una juvenil petición femenina de libertad. Unos años después surgió Mystica Girls, agrupación de heavy metal integrada solo por chicas, inspiración de la inigualable banda The Warning, vigente en nuestros días.

La tapatía Sara Valenzuela, además de explorar sonidos, jugar con su voz e impulsar el funk y el jazz, ha hecho una gran labor como promotora de la música. Elis Paprika, con su particular estilo, ha dado clases de perseverancia, flexibilidad y de no tener pelos en la lengua. Las cantantes de bandas unisex, como Sandrushka Petrova (Descartes a Kant), Chiosan (Austin TV) y Denise Gutiérrez (Hello Seahorse!), han destacado por explorar con sus instrumentos y voz.

Actualmente se están abriendo camino Silvana Estrada (con sus influencias de folk latino), Tessa Ía (quien destaca en creatividad), Carmen Ruiz (directora musical y multinstrumentista), Kafi (entre el blues, el rock y el jazz), el torbellino psicodélico llamado Marion Sosa y Marcela Viejo, fundadora del movimiento Mujeres en el Rock.

El futuro se vislumbra interesante. Inmersas en una realidad totalmente diferente a la que les tocó vivir a las pioneras del género, las jóvenes mujeres en el rock tienen absolutamente todo por decir. Empoderadas, rabiosas y experimentales, saben cómo romper las barreras que aún impone el mundo machista para extender sus alas y volar hacia donde se les hinche su regalada gana, siempre con la premisa de ser únicas e irrepetibles. Nada más y nada menos.

Verónica Maza Bustamante Comenzó su carrera en el periodismo hace 33 años escribiendo de música, pasión que no ha abandonado. También es educadora en sexualidad, coach sexual, educadora cannábica y guía de meditación. Es conductora del videopodcast El Punto y ha escrito siete libros sobre el placer.

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Rule! NOW G RLS

Entrevista a elis paprika

Cuceb Piloto

Blanca Charolet

Julieta Pichardo y Tats Rodríguez

La Bipo Coyoacán

He tenido la oportunidad de estar cerca de Elis y convivir con ella en diferentes ambientes relacionados con sus diversas facetas y las actividades que realiza. La he visto tocar en vivo con su banda The Black Pilgrims, produciendo festivales que ella misma arma o buscando espacios para compartir con sus compañeras, también obreras de la música y guerreras de los derechos humanos. Hasta he podido probar los deliciosos panes que hornea. Además de disfrutar de cerca su trabajo, he tenido la fortuna de ser testigo de la constancia, generosidad y disciplina que pone a cada uno de sus proyectos, característica que, desde mi trinchera, me parece admirable.

Por todo esto, estaba augurado que la entrevista fuera no solo interesante, sino muy divertida. Y la verdad, ¡así mero fue!

En busca de un sonido propio

Elis Paprika (Erika Elizabeth Nogues) es una cantante, autora, compositora y activista mexicana. Nació en Guadalajara, Jalisco, y es la menor de tres hermanos. Atleta y gimnasta desde pequeña, nunca tuvo en la mira la música. En realidad, su sueño siempre fue ser

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bailarina profesional y presentarse al lado de Michael Jackson y Madonna. Jamás imaginó volverse líder o formar parte de una banda, pero reconoce que desde pequeña había rasgos de liderazgo en ella.

Al perder a su padre a temprana edad, su madre —que enviudó a los 26 años— se transformó en el mayor símbolo de fuerza y temple para Elis. “Cuando vi a mi madre tan cabronsísima después de que mi papá murió, eso me inspiró. Tener la imagen de una mujer fuerte me empoderó durísimo”. También fue la persona que introdujo el rock en su vida. Recuerda su casa sonorizada con Pearl Jam, The Cure, Sound Garden, entre otras grandes bandas. “De hecho, muchas de las cosas que sé y que son mi fuerte me las enseñó mi mamá”.

La rebeldía siempre estuvo presente como parte de su personalidad. Fue expulsada de varias escuelas, por lo que su madre la envió a vivir a Querétaro con una tía, quien la obligó a estudiar música. Aunque hubo varias materias complejas para Elis, igualmente se la pasaba cantando. “By the way, cantaba muy mal”.

Curiosamente, en ese entonces entró a un concurso de canto en el cual quedó en segundo lugar. El hecho de cantar frente a un público y la sensación de estar en el escenario la acabó de transformar. “Había bailado enfrente de la gente, pero cantar me voló la cabeza. ‘Esto quiero hacer todo mi vida’ fue lo que pensé”. De nuevo, la expulsaron de la escuela, por lo que volvió a Guadalajara, pero ahora con el objetivo claro de cantar y dedicarse a la música. “Cuando regresé, le dije a mi mamá: ‘Voy a ser música y quiero prepararme’”.

Años más tarde, comenzó a trabajar en una veterinaria donde conoció a un amigo músico que le presentó a más amigos, y así empezó a formar un círculo de personas con sus mismos intereses. “En ese tiempo me hice medio darky y gótica, y cantaba como cantante de ópera”. Fue un momento de búsqueda, donde probó diversos tipos de música para poco a poco ir encontrando una manera propia de interpretar, sonar y componer canciones. También formó parte de varias bandas que, aunque terminaron separándose, le

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ayudaron a forjar su carácter y el camino hacia una mayor preparación. “Me corrieron de varias bandas porque me decían que no cantaba tan chido o que solamente cantaba y no tocaba algún instrumento. Con el carácter que tenía, pues no iba a aguantar vara, pero lo que sí hice fue prepararme”.

Inmediatamente después de terminar la preparatoria, comenzó a estudiar en la escuela de música, en donde estuvo solo año y medio porque, una vez más, fue expulsada por su rebeldía. Decidió entonces probar suerte yéndose a vivir a Londres. Las canciones que componía aún no la satisfacían. Pero continuó la búsqueda de un sonido propio y auténtico. “En Londres viví el día más triste de mi vida. Me encerré y empecé a componer Give me love”.

Con la idea de hacer un proyecto discográfico de estas canciones que nacían, decidió volver a México, donde ya tenía contacto con músicos y gente de la industria. Al principio, con el miedo muy presente de mostrar su voz por los comentarios que antes había recibido, preparó sus audios en grabadoras de periodista (esas de casettes chiquitos) para poder mostrar sus canciones. A veces no le creían que era ella la que cantaba o la que componía. “Mis amigos me decían: ‘Wey, ¿cuándo has visto que las morras compongan chido?’”. Con temor e inseguridad, tomó una guitarra y logró tocar y cantar sus propias canciones para demostrarles que sí era ella. “En realidad, mi desarrollo como música no fue en las otras bandas, sino fue en el mismo Elis Paprika”.

Escoger las luchas

“Tener la imagen de una mamá fuerte me empoderó durísimo”

Con el tiempo, Elis también fue encontrando la manera de usar distinto su energía. Lo que al principio era una potencia completamente explosiva, poco a poco fue teniendo matices y otras temperaturas que le dieron un equilibrio. “Muy pocas veces llegaba a mis puntos medios; al principio era o te odio o te amo”.

En algún momento, hace un par de años, tuvo la noción de llevar mucho tiempo deprimida. Se dio cuenta de que las letras de sus canciones estaban llenas de furia, tal vez por la partida de su padre y otros procesos personales. La terapia le cambió la vida y ha logrado sanar, mirar las situaciones desde otra perspectiva, estar más tranquila y quitar de su camino una buena cantidad de ansiedad. “He aprendido a reconocer mis sentimientos. La depresión fue una consecuencia por aparentar siempre ser fuerte o tener todo bajo control”. Esto llegó a un punto de quiebre con la muerte de sus perritas, por lo que decidió probar con la psilocibina y ahora se encuentra en un estado

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mental más tranquilo y balanceado.“A mí sí me cambió la vida bien cabrón la psilocibina. Dejé de contener lo que según yo controlaba. Ahora escojo mis luchas”.

Para Elis, todo el proceso creativo, desde el sentimiento que se convierte en melodía y letra hasta el momento en que una persona escucha su canción, es un acto de sanación, tanto para quienes creamos como para quienes escuchan. “Al momento de componer, nunca pienso si le va a gustar mucho a la gente. Solo pienso en compartir y sacar todo lo que traigo encima porque creo que ahí es donde sucede la conexión”.

Le pregunto si Erika y Elis son diferentes, a lo que me responde con un gran ¡sí! Erika y Elis son dos partes de un mismo ser latente. Erika es más formal y a veces hasta gruñona. Se encarga de la gestión humana y empresarial de este asunto llamado vida, mientras que Elis es el personaje, la “pedera”, hedonista y rebelde, la parte que se encarga de soñar y escupir. Al final, se complementan, han encontrado la manera de trabajar en equipo. “Para Erika, Elis es un escape”.

Gracias a las diversas habilidades que ha desarrollado, Elis lleva ya 14 años autogestionándose, haciendo el booking, management y las relaciones públicas de sus proyectos. Todo lo anterior lo desarrolla de una manera profesional y generosa, compartiendo espacios y creando festivales para y en conjunto con sus colegas mujeres de la industria musical o con proyectos emergentes. Tal es el caso de La Marketa, un festival de bandas con mujeres al frente y bazar con venta de mercancía elaborada por emprendedoras. Alrededor de todo este compromiso y generosidad, Elis también resalta la importancia de trabajar para sacar adelante nuestros propios proyectos, porque no podemos esperar a que alguien llegue a sacarnos adelante, si nosotros no estamos haciéndolo de raíz. Ese es el fundamento de su autogestión: haberse dado cuenta de que nadie lo iba a hacer por ella. “Todo lo que me propongo, lo hago”.

“No necesita ser tu amiga la de al lado, pero siempre pueden trabajar juntas por un bien común”

Abriendo caminos

Enfocada en crear espacios para impulsar el trabajo de artistas y profesionalizar el talento de las mujeres en México, Now Girls Rule es una organización artística, musical y cultural feminista, desde la cual también se imparten talleres para la educación de las artistas emergentes. A través de este proyecto, Elis busca que el modelo de negocio de la música en México se transforme, que no haya exclusión de género y se alcance equidad de oportunidades y espacio para todas y todos. Su mayor interés es que el proyecto continúe, aunque ella ya no esté. “No se trata de mí. Se trata de que hay un chingo de morras haciendo cosas y no están siendo consideradas. Me interesa abrir camino”.

El estandarte de Elis Paprika es la creencia de que la confrontación y la violencia entre los seres humanos solo resta. Lo que realmente fortalece a las personas es la unión, las alianzas que se enriquecen

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con distintos puntos de vista. “No necesita ser tu amiga la de al lado, pero siempre pueden trabajar juntas por un bien común”.

2024 para Elis Paprika

Este año, finalmente podrá retomar el tour que estaba programado para el 2020. Durante julio se presentará en diferentes países de Europa. En septiembre dirigirá el rumbo hacia Asia para visitar Corea, Japón y Taiwán. Hará, además, un par de shows en México durante mayo y agosto, coincidiendo con la próxima edición de La Marketa.

Elis tiene muchas canciones nuevas. Solo hace falta entrar al estudio a grabarlas para sacar el disco

Canciones tristes para gente feliz. Se dedicará también a realizar la difusión pendiente del álbum Camino a casa.

Para terminar nuestra entrevista, decidí hacerle dos últimas preguntas: ¿Qué es el éxito para ti? A lo

que ella respondió: “El éxito es hacer lo que a uno le gusta”. Cuando le pregunté si es feliz, sus ojos y su semblante me contestaron antes de articular palabras. Su respuesta honesta no necesita edición: “Sí, soy una persona feliz. Soy también una persona sumamente afortunada y satisfecha. Tengo una bonita familia, trabajo en lo que más me gusta (sí, me tiene muy estresada eso), pero finalmente toda mi vida he hecho lo que más me gusta y eso es ser superafortunada”.

Cuceb Piloto

Cantante, compositor y productor, mayormente reconocido por su trabajo como fundador y vocalista de Miró. Hoy está enfocado en su proyecto como solista: Cuceb 333 Piloto, del cual podemos disfrutar los sencillos la deriva y Manicomio en todas las plataformas digitales.

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“El éxito es hacer lo que a uno le gusta”
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LADYTRON VS. LA FLECHA DEL TIEMPO

Uili Damage @uili Tony Molina

La belleza, fragilidad y desechabilidad de la cultura que nos rodea, así como el regocijo de autoliberarse de las estructuras, son algunos temas que retoma la banda de electropop Ladytron en su séptima grabación Time’s Arrow, publicada en enero de 2023. Cuando se anunció el cartel del Festival Corona Capital de noviembre pasado, los grandes nombres de las agrupaciones estelares acapararon la atención, distrayéndola, en buena medida, del amplio y deslumbrante listado que se complementaba con actos supuestamente menores. De entre los nombres menos vistosos, se asomaba nuevamente la visita del grupo de Liverpool: Ladytron.

Vía directa con su manager y a pesar de las complejidades logísticas, ya que todos sus integrantes viven en sitios del mundo muy distantes y su agenda es apretada, logramos concretar una recopilación de sus testimonios, principalmente sobre temas de su más reciente producción.

En Time’s Arrow vuelven los sintetizadores analógicos, las campanadas distorsionadas y los panoramas alucinógenos con los que el grupo irrumpió en la escena electroclash en 1999, buscando que la pista de baile regrese al estatus contestatario que tuvo en aquel cambio de siglo. En esta nueva oportunidad, la placa aporta mayor riqueza sónica y ambientes más distantes, y se incluye la potencia hipnótica de esa fuerza hoy conocida como shoegaze*; un sonido que inexplicablemente siempre estuvo al alcance de las voces inconfundibles de Helen Marnie y Mira Arroyo, pero hasta ahora caminan el mismo sendero.

Optimismo en la distopía

El título del álbum y su tema de cierre, Time’s Arrow, son una reflexión sobre la paradoja de la vida que señala que “ha de vivirse caminando hacia el futuro, pero solo puede sopesarse reflexionando en retrospectiva”. Aquí, Mira canta “La flecha del tiempo se desliza por tu corazón”, haciendo hincapié en una de las premisas que la música electrónica ha pregonado: “Si se alcanza la perfección, se logra detener el tiempo”, a lo que el multinstrumentista de la banda, Daniel Hunt, agrega: “Cuando nació esta canción

era evidente que iba a ser el tema titular; por sí sola encapsulaba todo lo demás”.

El estado de ánimo de Time’s Arrow, dentro de los parámetros tradicionales de Ladytron, se presenta optimista, liberador, hasta utópico. ¿Acaso dejaron su pasión por la distopía? “Bueno, actualmente la ciencia ficción distópica ya no tiene sentido porque ya estamos hundidos en ella”, responde Hunt. “Viéndolo así, diría que el disco es optimista”.

“Haciendo las letras nuevas, me arrebató la idea de soñar”, añade Marnie. “Estamos inmersos en un mundo extraño sobre el cual no quiero pensar. Los nuevos temas no son necesariamente alegres o felices; pueden ponerse muy oscuros, pero quisimos presentarlos bajo un humor de ensoñación, incluso optimistas”. Daniel continúa: “Se encuentran referencias a la costa oeste norteamericana en los cortes City of Angels y California, pero no como el paraíso en el que pensarías a la primera impresión. Más bien trata del colapso de la memoria cultural. Hablan de olvidar lo frágil que esta es”.

La banda de Liverpool ha crecido paciente y naturalmente, permaneciendo unidos en la distancia: Helen Marnie reside en Escocia, Daniel Hunt se asentó en Brasil, Reuben Wu vive en Chicago, enfocado en la fotografía y las artes visuales, y Mira Arroyo en Londres, donde, además de colaborar en Ladytron, es realizadora de cine documental para la BBC y Netflix.

Para Mira, el nuevo material refleja paisajes en movimiento y postales apenas captadas de reojo, como si se vieran desde la ventana de un tren en movimiento. “La naturaleza del tiempo es fugaz”, dice. “Creo que algunas de estas canciones tratan sobre vivir el momento; estar consciente de eso y de alguna manera, embotellarlo. Cuando escribo, constantemente me llega la música antes que las letras, pero todos vamos juntando ideas de frases, imágenes y momentos sonoros como un álbum de retazos. Esto recopila vivencias personales y la respuesta emocional a momentos muy definidos”.

*shoegaze: subgénero del rock alternativo; se compone de las palabras en inglés shoe y gaze, haciendo alusión a que los músicos de este estilo solo miraban sus zapatos, sin hacer contacto visual con el público.

Tras estas animadas reflexiones sobre la última grabación de la banda, nos intriga y hasta incomoda que en su paso reciente por el Corona Capital 2023, del Time’s Arrow solo se escuchara City of Angels , pudiendo darle mayor importancia a los demás cortes, que no demeritan en lo más mínimo. El resto de la presentación consistió en un repaso innecesario de su discografía, siendo que no se trataba de su primera visita a la Ciudad de México.

El show fue una especie de recapitulación en la que se mostraron complacientes e incómodos, como

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“saliendo del paso” con las canciones que todos aplaudirían, alejados de aquel grupo contestatario que se presumía anteriormente. Los temas Fighting in Built Up Areas, Discotraxx y Ace of Hz estaban en el listado y no los tocaron. En orden, la presentación incluyó: Ghosts , City of Angels , Deadzone , True Mathematics , The Animals , International Dateline, Paper Highways , Seventeen y Destroy Everything You Touch. Buena selección, pero incluso hasta más disfrutada en los correspondientes remixes, territorio en donde banda y canciones brillan más intensamente.

“Algunas de las canciones tratan sobre vivir el momento y, de alguna manera, embotellarlo” (Mira)

De vuelta al rompecabezas

Al paso del confinamiento mundial y contrariamente a la disolución que les supondría a muchos grupos, la banda se reagrupó en 2022, pues para ellos la pandemia se integró como parte de su proceso creativo cotidiano. “Llevamos años residiendo en continentes distintos y cada vez que nos reagrupamos, entramos cómodamente en nuestros roles”, revela Helen. Sobre esto, Mira elabora: “Ladytron siempre ha funcionado como un rompecabezas y nos ha permitido aportar ideas frescas. Igualmente nos acercamos a gente con puntos de vista afines para colaborar. Además de buscar mentalidades similares, es importante compartir el tipo de actitud subversiva y sentido del humor para llegar al tipo de sonido que nos representa”.

Esto definitivamente habla a favor de su trabajo en estudio, pero no refleja directamente el temperamento y la calidad de su presentación en vivo antes mencionada. Además, hace evidente el carácter de universalidad y atemporalidad que toda la música tiene, y lo inesperada que es la conducta de la gente en internet, por ejemplo, al decidir incluir en el show la canción Seventeen , de su álbum de 2002, Light & Magic. El corte cuenta actualmente con unos 200 mil clips creados por usuarios de TikTok, suficientes para hacerlo sonar nuevamente en 2023.

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Apuntando una vez más a su desempeño escénico, ante un consenso de 51 reseñas sobre shows de Ladytron al paso de sus 24 años de trayectoria, la crítica especializada los califica por debajo del promedio de los conciertos de artistas en vivo en general, aun cuando pasen de vez en cuando por ser hipnóticas y fascinantes. No olvidemos que, por sus características naturales, la presentación en festival es apresurada, corta, con poca oportunidad para que una sesión crezca y atrape la atención de manera memorable. Sin duda, una función individual de Ladytron, en un espacio más conocido y controlado, con uno o dos grupos invitados, es algo que merece el álbum, el grupo y su ferviente público, sea local o internacional.

Vale el esfuerzo recopilar las canciones de Time’s Arrow en una lista de reproducción y disfrutarlas en condiciones mínimas para apreciar la calidad de su música: un buen bosquejo, recomendado para describir y descubrir a una banda que no deja de sorprender.

La banda de Liverpool ha crecido paciente y naturalmente, permaneciendo unidos en la distancia

Fotos: Cortesía de Tony Molina en el Belasco, L.A. para JankySmooth.com (diciembre 2023)

Uili Damage

Músico, locutor, productor musical y de conciertos, consultor de cultura y entretenimiento, curador. Previamente editor, periodista y colaborador para Revista Marvin y más publicaciones. Coleccionista de música por más de 40 años. En fin: junkie de la cultura y las artes.

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ELA VOZ QUE ESTREMECE Y SIGUE VIGENTE

Entrevista a Baby Bátiz

l 4 de febrero de 1961, en el escenario del Centro Mutualista de Tijuana, Baja California, una niña de 11 años caminaba rumbo al micrófono para cantar con los TJ’s, banda fundada por su hermano, el guitarrista Javier Bátiz. Era la primera vez que se presentaba ante un público nutrido que la vio aparecer de cabello negro lacio, suéter, calcetas, falda arriba de la rodilla y sonrisa fácil.

Para la ocasión, la pequeña preparó una canción que estaba muy de moda y que aprendió de la radio local que, como era habitual en una ciudad fronteriza, transmitía principalmente música en inglés. Aquel sábado, la debutante interpretó Angel Baby. No tenía otro tema preparado. El auditorio la despidió con aplausos y ella lo tomó con la mayor naturalidad, entre el gozo y el juego. La pequeña continuó cantando baladas románticas de rock and roll en tardeadas y bailes de escuela. Su nombre artístico era Baby Bátiz, a quien ya la apodaban así, dentro de su círculo familiar, por ser la menor de cinco hermanos (eran conocidos como los Bátiz porque su papá, Andrés Medina Bátiz, usaba más su segundo apellido).

Seis décadas después, la Baby —de cabello negro lacio, la misma sonrisa fácil y acompañada de su

grupo musical, Los Místicos— sigue electrificando el micrófono y refrendando su título de La Dama del Rock y Blues, cual suelen presentarla on stage. Para muestra, en 2021 participó en el concurso La Voz Senior, de TV Azteca, donde ganó el subcampeonato; con su cover de Piece of my Heart fue la más ovacionada por coaches y audiencia.

María Esther Medina Núñez, alias Baby Bátiz, ha sabido mantenerse vigente diversificándose en géneros musicales y maneras de conectar con su público. Por ejemplo, hoy en día promueve su propia marca de mezcal artesanal: Baby Bátiz, Tú serás mi Baby, en homenaje a uno de sus más grandes éxitos. La etiqueta del mezcal tiene un diseño psicodélico de etiqueta rosa con flores coloridas, el símbolo de la paz, una manita que entreabre dos dedos para decir Peace and Love y, por supuesto, la firma de su creadora.

La ocasión de platicar con ella se dio en el Foro La Escafandra de la colonia Roma, Ciudad de México. Baby se maquilló previamente y solo quiso un ligero retoque para la cámara de Blanca Charolet. Así es la Baby: le gusta ir un paso adelante y hacer las cosas por sí misma, como caminar mucho, en lugar de usar coche, y cocinar todos los días. Su especialidad: el

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INNERVIEW

pozole rojo que, en tiempos de pandemia, puso a la venta entre sus amigos y conocidos para sobrellevar el cierre temporal de los escenarios.

El próximo 24 de noviembre cumplirá 75 años de edad, pero la Bátiz habla, se mueve, canta, bromea, carcajea, recuerda, imagina y sabe sorprenderse como veinteañera. Quizá sea el efecto de vivir impregnada de rock, blues, soul, rythm and blues y otros géneros que ha incorporado a su repertorio, con una voz que sigue entrenando permanentemente para que conserve y renueve su potencia, su vibrato, su énfasis, su capacidad de decir y transmitir emociones. “Mi formación fue en el escenario, en el diario aprendizaje, no tuvo nada que ver con profesores ni academias de canto”, aseguró Baby, si bien llegó a tomar clases con Lulú Quintero en los años setenta.

Pero esta voz única e inconfundible, que hemos escuchado aún más de lo que pensábamos, como veremos párrafos más adelante, no siempre fue comprendida ni apoyada, lo que no sirvió para desalentarla.

“Mi formación fue en el escenario, no tuvo nada que ver con profesores ni academias de canto”
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Dándose vuelo

Baby Bátiz fue parte de la exitosa oleada de artistas tijuanenses que llegaron al entonces Distrito Federal entre 1963 y 1964, como Javier Bátiz, Maricela Durazo, Ginny Silva, Los Tijuana Five y Los Ángeles Negros, entre otros. Durante sus vacaciones escolares, Baby venía al DF a cantar con su hermano en los cafés cantantes, como el 170 La Ru, donde la disquera Peerless la descubrió.

Tenía 14 años cuando grabó su primer disco como solista: Aconséjame, mamá (1965), bajo la dirección musical de Eduardo Magallanes. Los temas eran covers en español de éxitos americanos e italianos. En la disquera le pidieron que no le pusiera tanto ímpetu, pues eso no vendía.

“Me decían que yo cantaba con mucha onda porque lo que yo traía, desde Tijuana, era el feeling negroide, por así decirlo, de la música cincuentera que escuchaba de chavita, sobre todo las voces

femeninas increíbles (Las Shirelles, The Chantels, Etta James, más adelante Aretha Franklin). Porque así me crie, fue lo que escuché, así lo sentía, también escuchando boleros que mi hermana mayor, Cristina, ponía en la radio. Y es que en esos días sonaban en México Angélica María, Leda Moreno, Mayte Gaos, Pyly Gaos, Queta Garay y todas las baladistas que cantaban muy bonito. Pero yo venía con otro punch, con garra, con otro tipo de rock, no el rock fresita, como le llamaban en esa época”.

Como su mamá, Cleotilde Núñez, era maestra en Tijuana y no podía dejar sola a su hija adolescente haciendo promoción del disco en el Distrito Federal, Baby tuvo que regresarse con ella. Aun así, la cantante siguió trabajando en los cafés cantantes del DF cuando tenía vacaciones y se presentó en programas de televisión.

Baby considera a la señora Cleotilde como una de sus grandes inspiraciones: “Mi mamá se crio en los

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Estados Unidos. Era muy musical. Influyó mucho en Javier y en mí. Nos sugería escuchar y poner ciertas canciones. Como mi papá se fue de la casa siendo yo muy bebé, mi mamá se hizo cargo de nosotros. Para sacarnos adelante, empezó a dar clases de inglés con un solo alumno. Poco a poco, la sala se llenó de más estudiantes y la casa pronto se convirtió en una academia”.

Desde 1968, Baby Bátiz vive en la Ciudad de México. Ya perdió la cuenta de cuántos discos ha grabado en solitario y cuántos con su hermano Javier. Nosotros recordamos especialmente su álbum Abrázame, bésame de 1973; los covers en español Demasiado tarde y Un lugar cerca del sol (1971); Dancing Loco Disco (1979) en colaboración con Mister Loco, como parte del grupo Las Loquettes (con Norma Valdez y Mayita Campos), el cual pegó muy fuerte en Europa por sus canciones mexicanas al estilo disco; el álbum Grandes Musicales con Andrew Loyd Webber (1999); y de 2003, De veras me atrapaste, en el que destaca su versión rockerísima de You Really Got Me . En plena pandemia, la Baby lanzó dos discos para el sello Denver, Remembranza 1 y Remembranza 2 , en los que pudo explorar todo lo que ella quería: “Aproveché y grabé 17 canciones en cada disco, temas sesenteros, setenteros, boleritos, rancheras… Me di vuelo”.

El rock es vida

“Tengo 63 años vigente, eso es lo mejor. Nunca me he retirado. Solo pausé unos meses cuando nacieron mis dos hijos, Maggie y Jay. Pero, desde bebés, me los llevaba a las giras”, nos compartió Baby Bátiz sobre su carrera de mamá, que inició en 1977. Actualmente, Jay es músico; Maggie, pedagoga. “Mientras fuimos pareja, el papá de mis hijos siempre me apoyó, sobre todo en cuidarlos para poder cantar. Él era beisbolista y viajaba mucho también. Nos coordinábamos para seguir nuestras carreras”.

María Esther ha sido una de las coristas de discos de estudio y cantantes de jingles más importantes de nuestro país, empezando por participar en la canción Muévanse todos, de Los Rebeldes del Rock, en 1964. Grandes voces, como la suya, la han elegido por su amplio registro vocal y versatilidad. “En vivo, trabajé 11 años con Yuri y 4 años con Lupita D'Alessio. Fue muy bonita experiencia estar en sus shows. Antes de trabajar con ellas, yo hacía muchos coros y voz para comerciales famosísimos, como El canal de las estrellas, nuestro canaaaal”. Baby se arrancó cantando el tema institucional de Televisa, sosteniendo la última nota hasta que terminó en sonrisa. “También grabé el

primer comercial del Teletón, el de nueve, nueve, nueve, nueve”. Baby Bátiz hizo coros a Deep Purple cuando la banda británica se presentó en el Auditorio Nacional en el año 2000. “A mí donde me dicen canto, ¡yo canto!”.

Después de seis décadas, a la Bátiz, además, la contratan mucho para eventos privados y no para de trabajar. “Hace poco me contrató una señora que cumplió 90 años y quiso que yo fuera a cantar en un salón de un hotel muy conocido. Me siguen llamando mucho y me encanta. En mi show canto rock, pero también meto bossa nova, bolero, mariachi… Canto lo que quiero porque lo puedo cantar. Canto de todo y lo hago de corazón. Yo nací para cantar. Esperemos que lo siga haciendo muchos años más. La música es vida, el rock es vida, una inyección de energía y vitalidad. Soy feliz porque hago lo que me gusta”.

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Pero regresando al rock, por el hecho de ser mujer, ¿Baby Bátiz también se ha enfrentado a mayores dificultades en la industria musical? “Fíjate que sí”, soltó de inmediato. “Y todavía existe ese machismo. Hay muchos grupos rocanroleros, compañeros y amigos, que no me han tomado en cuenta para sus eventos. No sé por qué, si yo canto rock, si tengo un buen grupo musical y un buen repertorio, si somos cuates, si mi voz está muy bien. Pero no me hablan. Ha sido un poco difícil”. ¿A qué lo atribuye? “Pues a que son… macho, macho men ; a que ellos se apoyan entre hombres”. Asentó cuando concluimos que el patriarcado también ha atravesado el rock mexicano. “Siempre nos han querido hacer a un lado, no nos apoyan. Macho, macho, man! Esa es la única explicación que encuentro”.

No podíamos desaprovechar la charla con Baby Bátiz sin resolver un enigma: ¿por qué no cantó en el Festival de Avándaro en 1971? “Yo sí fui al festival con mi hermano Javier. Nos llevó el señor Ernesto Vals, que era el dueño, en aquel entonces, del Terraza Casino, donde trabajábamos. Iba con nosotros Macaria, quien tiene un hijo con Javier (por cierto, cantábamos juntas y a la fecha seguimos siendo amigas). Macaria iba embarazada y llevaba todas

las molestias, como vómitos y mareos. Y, aparte, estaba lloviendo en la carretera, había mucho tráfico, mucha gente caminando. Nos quedamos como a 10 kilómetros de llegar al Festival de Avándaro y decidimos regresarnos. Eso fue todo. No cantamos, no tocamos en Avándaro, pero sí se hizo el esfuerzo. Esa fue la historia de nuestro Avándaro frustrado”.

“A mí donde me dicen canto, ¡yo canto!”

en

Periodista cultural.

y editora de Innspira y la revista C-Level . Adicta al cine, el rock progresivo, el country rock, Chopin, Debussy, Bach, el bolero y las guayabas.

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“Canto de todo y lo hago de corazón. Nací para cantar”
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EN LA TAPA

THE CHARMING

La madrugada del 24 de enero atravesé, de extremo a extremo, el aeropuerto de la Ciudad de México, cargando el equipo de un reportero. Desde aquel momento emanaba ya la energía que acompaña una experiencia nueva y emocionante. Se aproximaba mi reunión con tres artistas que más tarde, llegada la hora, se encargarían de alivianar el encuentro y regalarnos una tarde ¡con madre!

Aterricé en Monterrey a las 6:40 a.m. y el rugido de mi barriga me hizo imaginar un machacado con huevo (desayuno digno de un visitante chilango a la Sultana del Norte), un cafecito o por lo menos algo que me alisara un poco la cara de desvelo.

¡Dicho y hecho, se armó la machaca! Y también el café activador. Entonces decidí caminar hasta la locación para aprovechar el respiro norteño con sabor a carbón, empezándose a encender y disfrutar que ya estaba ahí. Ahora sí que la experiencia completa.

Ya en el estudio, reunido con el resto del equipo de producción, todavía tuvimos tiempo para preparar las cámaras, tener listo algo de tomar para las chicas y su crew , y poner algo de música que creara un ambiente donde se sintieran cómodas para las fotos y la entrevista.

Desde el primer momento y hasta que Pau, Dany y Ale partieron, las integrantes de The Warning tuvieron toda la disposición y la mejor actitud para conversar y compartir, sin contratiempos.

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Cuceb Piloto Antonio Torres

Los fundamentos de la advertencia

Daniela (vocalista y guitarrista), Alejandra (bajista y coros) y Paulina Villarreal Vélez (baterista y coros) son tres hermanas originarias de Monterrey, Nuevo Léon, quienes crecieron en la cuna de la música, principalmente el rock, gracias a los gustos musicales de sus padres, los cuales dejaron una huella en ellas desde temprana edad. Recuerdan que en casa escuchaban y veían conciertos en vivo de Queen, AC/DC, Led Zeppelin, The Doors y Pink Floyd, entre otras tantas bandas legendarias.

A través del oído, comenzaron a tener una relación mucho más cercana con la música y con dicho género, pero lo que realmente despertó su curiosidad y emoción por tocar fue un videojuego que las tres disfrutaban compartir: Rock Band (que, por cierto, no es nada fácil de jugar). Este les dio una razón para no querer soltar los instrumentos. Después, ante la obsesión de lograr los mejores puntajes del juego,

cada una se fue exigiendo más en la ejecución del instrumento que había elegido, hasta que un día su alto nivel las llevó a los instrumentos reales y a escribir sus propias canciones.

Ale: “¡Nos encantaba ese juego! Aunque yo era la más chiquita y al principio no podía jugar. Ahí nos empezamos a enamorar del rock”.

Dany: "Cuando en el videojuego comenzamos a tocar las tres juntas, yo le dije a mi papá: ‘Quiero tocar la guitarra de verdad’. Y luego Pau le dijo que ella quería la batería. Pero cuando Ale decidió tocar el bajo y empezamos a tocar juntas fuera del juego, fue ¡wow! Incluso exploramos sacar covers de canciones de nuestras bandas favoritas”.

Pau: "Cuando empezamos a componer y tocar nuestras propias canciones fue cuando nos dimos cuenta de que eso era lo que queríamos hacer por el resto de nuestras vidas”.

Gracias a las clases de música que tomaban con el maestro Pablo González Sarre (del grupo Los Claxons), descubrieron que podían ser creadoras, artistas y compositoras, pues él les asignó la tarea de hacer una canción a sus nueve, doce y catorce años de edad.

Pau: “Con esa tarea fue como de Oh my God! A mí siempre me gustó inventar canciones mientras iba camino al colegio o estaba guardando mis cosas, pero ya sentarnos las tres a hacer una canción ¡fue algo muy cañón para nosotras! Nos dimos cuenta de que podíamos crear algo juntas y eso nos unió mucho como hermanas”.

Habían encontrado otra conexión profunda entre ellas, además de la sanguínea.

Dany: “Se nos abrió todo un mundo de posibilidades”.

“La música es El Idioma y nosotras planeamos hablarlo por el resto de nuestras vidas” (Dany)
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El equipo es una familia

La conexión familiar es el pilar fundamental en The Warning. El siempre haber sido alentadas a seguir su intuición y su amor por la música, en el sentido artístico y empresarial, es, para ellas, la razón más importante por la que son tan exitosas y felices en su proyecto. The Warning se percibe como una aventura familiar.

Dany: “Todo el equipo de The Warning es una familia, literal”.

Pau: “Es un privilegio tener a nuestros papás cerca y guiándonos, porque empezamos desde muy, muy chiquitas. Una niña de trece años no entiende qué está pasando”.

Dany: “Sí, éramos muy chiquititas al principio. Es más, ¡llegamos a tocar en lugares donde no teníamos la edad para estar ahí y la única mujer era nuestra mamá! Así que tocábamos y nos íbamos”.

Pau: “Es impresionante cómo han cambiado las cosas… Antes los baños en los espacios donde tocábamos eran solo para nosotras porque estaban vacíos y ahora vemos filas de mujeres del crew, ingenieras y también de otras bandas. Es algo muy, muy bonito poder coincidir y saber que entre nosotras nos apoyamos”.

A pesar de la guía y protección de sus padres, ha sido difícil ganarse por ellas mismas la credibilidad en los escenarios donde han dado shows. Más allá de todos los baches que han encontrado en el camino, tienen la convicción de querer continuar y seguir adelante con sus sueños.

Al conversar con ellas, no pude dejar de lado preguntarles cuál es su sentir al haberse convertido en un ícono mundial del rock en México. Soltaron la carcajada a mi pregunta y noté en sus rostros mucho asombro y la permanencia de la ingenuidad —en el buen sentido de la palabra—, pues al tener ellas mismas referentes de bandas tan importantes en la historia del rock, no habían considerado que The Warning pudiera serlo también.

Dany: “¡Qué loco! ¡Definitivamente nunca lo había pensado!”.

Me dejan claro que es muy importante para ellas representar a México en los escenarios internacionales.

Pau: “Tal vez a mucha gente le gusta lo que hacemos y a mucha gente no, pero nosotras somos orgullosamente mexicanas”.

Ale cuenta que el mayor sueño para The Warning, ahora, es seguir haciendo esto por mucho más tiempo

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y seguir encontrando más gente que conecte con su música; que más gente se inspire de su proyecto y que más mujeres se animen a tocar, que crean y sientan que pertenecen porque la música y el rock son para todas y todos.

Dany: “La música es El Idioma y nosotras planeamos hablarlo por el resto de nuestras vidas”.

Pau: "Queremos enseñarle al mundo que México no solo es una cultura increíble, sino que también tiene músicos increíbles. Es impresionante lo talentosa que es la gente en nuestro país”.

Las Villarreal están conscientes y emocionadas por compartir portada con mujeres rockstars de diferentes épocas y que hoy son íconos del rock en México, quienes tuvieron que enfrentarse a muchos obstáculos dentro de la industria musical y el propio entorno social para llegar a donde están. Saben que el camino andado por las mujeres en el rock ha sido largo, de mucho caos, aprendizaje y transformación.

Pau: “Es gracias a esas mujeres que empezaron y que abrieron puertas que nosotras hoy podemos estar aquí. Hay una hermandad entre todas nosotras”.

“Es impresionante lo talentosa que es la gente en nuestro país” (Pau)

Terapia y alquimia

Al inicio, la música y las letras de sus canciones surgieron como una búsqueda externa para encontrar un lenguaje propio. Poco a poco se fueron enfocando en las sensaciones y los procesos personales, como la pubertad o, como Pau dice, la emo face, que fueron labrando su propio estilo, el cual hoy se sigue alimentando de varias fuentes y descubriendo diversas maneras de expresarse.

En sus últimos dos discos han encontrado una manera de hacer del proceso creativo un desahogo, con letras más íntimas a manera de terapia y alquimia de sensaciones. Ellas mismas van notando, cuando escuchan sus discos pasados, cómo han evolucionado y avanzado en sus procesos de vida y su lenguaje musical.

Dany: "¡¡¡Evolucionamos!!!”

Pau: “A veces escucho canciones del álbum pasado y pienso Oh my God!, ya no me siento así”.

Para Dany, cantar significa darle voz a todos esos sentimientos que la han invadido alguna vez; compartirlos con la gente es una manera de darles salida para volver a inspirar. La sensación de que la gente devuelva el sonido con su propia voz es algo que la conmueve de forma terapéutica. El poder cantar y gritar fuerte sus canciones también es para ella una manera de respirar mejor.

Sobre el compromiso que una banda tiene cuando tantas personas están a la expectativa y a la escucha, ellas toman responsabilidad al enfocarse en que sus shows sean de la mejor calidad, además de concentrarse en seguir aprendiendo y evolucionando (como artistas y como personas). Ser auténticas es también un ingrediente indispensable, pues solo de esta manera pueden compartir la felicidad con las personas que las siguen.

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Ser una banda hoy

Ale, Pau y Dany acaban de lanzar, en todas las plataformas digitales, su último sencillo: S!CK. Están listas para publicar un nuevo álbum y lanzarán otras dos canciones, entre ellas un tema en español que les emociona mucho compartir.

Además, tienen preparada su primera gira por Europa en abril de este año. Se presentarán en el festival Vive Latino (Ciudad de México) y estarán en el festival Pa´l Norte (Monterrey). Por si fuera poco, Paulina, a sus 21 años, fue recientemente nombrada “Rock Drumer of the Year” (Baterista del año) en los Drumeo Awards 2023.

The Warning cree que las redes sociales han sido y son fundamentales para existir en la industria, aunque el grupo también opina que existe mucho odio innecesario a través de estos medios. Coinciden en que a veces las redes se convierten en un arma cargada, de la cual es fácil jalar el gatillo y esconder la mano.

En estos casos, ellas se lo toman a la ligera y siguen utilizándolas como herramientas de promoción y difusión genuina de lo que aman hacer. Enfatizan que muchas veces es difícil cumplir con la cuota de atención hacia las redes sociales, pero que intentan ser lo más responsables y disciplinadas para estar en contacto con su gente también de esa manera.

Para las personas que estamos luchando por sacar adelante proyectos artísticos o musicales, ellas tienen dos mensajes: preguntarnos por qué empezamos a hacer eso que nos motiva y no perder de vista la respuesta, si queremos seguir llenos de energía y cruzar los baches. Dejamos que Ale cierre este relato con el segundo consejo: “Es complicado encontrar esa gente, pero es muy importante rodearte de personas que, al igual que tú, les apasione tu proyecto”.

Así acabamos una tarde increíble con The Warning, tres mujeres muy talentosas y exitosas que nos permitieron asomarnos a su vida con todo y advertencias.

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“Es muy importante rodearte de personas que, al igual que tú, les apasione tu proyecto” (Ale)
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EL RAP FEMINISTA ES ARTIVISMO MUSICAL

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Layla Sánchez Kuri La Ciudad de las Mujeres

La canción Siempre viva, de la rapera guatemalteca Rebeca Lane, comienza diciendo: ¿Quién dijo que era fácil ser mujer?/ Desde pequeñita me hicieron creer que era bonita/ Y si no lo era, entonces ya nadie me iba a querer. Esta, como otras tantas canciones, me hicieron preguntar en una conversación con raperos si reconocían la existencia de un rap feminista. Para mi sorpresa, dijeron que el rap es un tipo de música que siempre ha hablado de los problemas sociales, siempre ha denunciado las injusticias y no era necesario ponerle el adjetivo de feminista. Así que consideraban que no.

Pero esta interrogante se volvió central a partir de conocer el video donde la rapera española Sara Socas se enfrentó en una batalla de rimas contra el rapero mexicano Rapder, evidenciando la violencia contra las mujeres tanto en las improvisaciones como en las respuestas del contrincante. Ella remató el encuentro cuando se dirigió al público para pedir, a ritmo de rap, que “ojalá algún día no aplaudáis de estas cosas en eventos”.

El hecho fue abordado en redes sociales como Facebook, donde la rapera fue atacada con comentarios misóginos, mientras otras mujeres dedicadas al rap y al arte denunciaron la violencia que se da en este tipo de batallas y consideraron muy agresivas las rimas de Rapder contra la española. El debate movió a la escena femenina, provocando denuncias sobre el machismo de los raperos a través de las letras de canciones donde las mujeres compartían sus experiencias de vida.

Me dijeron que no me chingue sus espacios/ Les hice iconoclasia en su escena de rap de machos/ Pongan atención, esto sí es rap contra el sistema/ No me hablen de rap si son parte del problema/ De pinches agresores está repleta la escena (Feminismo a través del rap, Prania Esponda).

El rap feminista es artivismo porque combina la estética de la propuesta musical con la lucha social

Acuerpar la lucha de las mujeres

Este fenómeno musical ha llamado la atención tanto de las activistas como de las académicas feministas, al ser la música un potente vehículo para la difusión de las ideas. Muchas mujeres dedicadas al rap se han reconocido como feministas y eso da un giro cualitativo a los contenidos de la lírica. Retoman la agenda del movimiento sociopolítico para difundir y denunciar la desigualdad entre hombres y mujeres, y mostrar cómo la construcción cultural actual pone en desventaja a las mujeres frente a la hegemonía masculina avalada por el patriarcado. No quiero tu piropo/ Quiero tu respeto/ Libres y vivas nos queremos/ Sé bien que te educaron para creer que es muy normal/ Hostigarme y acosarme/ Día y noche al caminar (Libres y vivas, Mare Advertencia).

Las raperas acuerpan la lucha de las mujeres. Salen a la calle con expresiones artísticas donde incluyen el performance , la danza y el grafiti, además de la música y la poesía. Sus acciones recuerdan a las artistas plásticas feministas de las décadas de los setenta y ochenta, quienes intervenían el espacio público con grandes falos para criticar a la sociedad falocéntrica o con alegorías de grandes vaginas, como símbolo de lo femenino en resistencia.

El rap feminista lleva la teoría a la acción. Escriben letras e improvisan rimas a partir de su experiencia. Hablan en primera persona, pero también dialogan con las otras. Salen a la calle a manifestar su inconformidad, utilizando su voz como elemento central para esparcir como lluvia el punto de vista feminista. Abordan la violencia social y sexual, hacen crítica política y señalan al patriarcado como origen de la violencia contra las mujeres. Perciben el mundo por medio de gafas violeta.

Estas acciones, donde se conjuntan expresiones artíticas y participación política, las identifican como artivistas. Un concepto usado por las mujeres que utilizan el arte como vehículo para manifestar el malestar provocado por la cultura patriarcal, pero también como herramienta de liberación del cuerpo y la toma de conciencia del ser mujer, resignificando lo femenino como positivo. Tú no me vas a humillar/ Tú no me vas a gritar/ Tú no me vas a someter/ Tú no me vas a golpear/ Tú no me vas a denigrar/ Tú no me vas a obligar/ Tú no me vas a silenciar/ Tú no me vas a callar/ Ni sumisa ni obediente/ Mujer fuerte, insurgente/ Independiente y valiente (Antipatriarca, Ana Tijoux).

Violación, acoso, abuso sexual, menstruación, aborto, abuso policiaco, violencia de Estado, desigualdad, discriminación, feminicidio, injusticia: lo que se puede vivir por tener cuerpo de mujer. El mandato de

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género como marca de nacimiento imborrable que asfixia y mata como el machismo. La desigualdad como destino anclado por la diferencia sexual. El discurso crítico feminista a ritmo de rap. ¿Dónde está mi hermana / La perdí de vista/ Salió del trabajo en este mundo clasista y machista/ Su cuerpo en un campo baldío/ Desnudo tan frío/ Pudo ser el tuyo o el mío/ Yo le he llorado un río (Cuentan los cerros, Zeiba Kuicani).

Cantar mientras se tejen redes

Una característica de la escena del rap feminista es su compromiso con el trabajo colectivo. Hacer comunidad, tener prácticas de acompañamiento hacia otras, el apoyo mutuo, la sororidad. Combatir la violencia en la casa del rap. Cancelar las batallas de palabras hirientes y combates de guerra. En su lugar, propiciar encuentros amistosos para la rima fresca y espontánea en el freestyle. Compartir saberes porque todas podemos rapear, porque todas tenemos algo que contar. Tu virilidad no me representa/ No necesito de un hombre pa’ que me tomen en cuenta/ Porque mi voz con el viento se conecta/ Haciendo poesía declaro mi independencia (No me representas, Audry Funk).

Con la potencia de la voz femenina, el rap ayuda a dar la palabra para poderse expresar. Calladita no te ves más bonita o, parafraseando a Virginia Woolf, “canten, mujeres, canten, que durante siglos se nos fue negado”.

Tomar la palabra es parte del autocuidado y la autodefensa. El rap feminista es artivismo porque combina la estética de la propuesta musical con la lucha social. Es compromiso con las mujeres y las niñas para vivir una vida libre de violencia. No dudes en usar la fuerza para tu defensa/ Grita fuerte pon al agresivo en evidencia/ Quita del camino a quien te acosa/ Respóndele a quien te insulta, a quien te toca/ A quien te agrede, acusa/ Aunque te digan loca/ Autodefensa es necesaria o sino a la fosa ( Autodefensa , Masta Quba & Marie V).

Tomar la palabra es parte del autocuidado y la autodefensa

Layla Sánchez Kuri Académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y de la FES Aragón de la UNAM. Investigadora independiente en temas de comunicación con perspectiva feminista.

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ABRAZAR LOS LOGROS Y LOS ANOS I Entrevista a Ximbo

Julieta Pichardo y Tats Rodríguez

La Bipo Coyoacán

Dentro del hip hop y el rap mexicanos de hoy en día hay muchos nombres. Sin embargo, hay una mujer que ha estado rimando desde hace ya algunas décadas y defendiendo los derechos de las mujeres en la industria, lo que la ha convertido en el referente femenino por excelencia de dichos géneros musicales en México. Ella es Ximbo, a quien tuve el honor de entrevistar.

Debo decir que me sorprendió mucho su energía, su gran sonrisa, sus movimientos y lo divertida que es. Todo en ella es flow

¿Quién es Jimena de Santiago?

¿Quién es Ximbo?

“Jimena es Ximbo y Ximbo es Jimena. Como con cualquier persona, al subirnos al escenario este espacio saca lo mejor de nosotras, de nosotros, pero, además, el rap se presta mucho para que yo pueda ser muy auténtica. Entonces no hay mucha diferencia entre una y otra.

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BACKSTAGE

Ximbo es un apodo de secundaria; de hecho, nunca pensé en ponerme un nombre artístico, sino que ya me decían Ximbo y se me quedó. Mil veces pensé en cambiarlo, pero muchos ya me conocían por Ximbo, por eso creo que no hay tanta diferencia. Tal vez la única distinción sea que Jimena es mamá de Julia”.

¿Por qué adoptaste el rap como tu manera de expresarte?

“Más que rap, hago hip hop, vivo hip hop, soy hip hop, y hay una gran diferencia entre un género musical y toda una cultura. El hip hop es una cultura global que tiene muchas otras cosas, además de la música y más allá del rap. Eso me llamó mucho la atención, sobre todo en la adolescencia cuando uno tiene tanto que decir, tanto por qué protestar.

También significaba una forma de expresarme de manera independiente, como lo sigo haciendo hoy. No había ninguna academia que hablara de hip hop. La forma de aprenderlo y vivirlo es totalmente libre, autodidacta. Eso me ofreció un terreno que no se parecía a ningún otro. Además, las letras de rap son larguísimas y, como te darás cuenta, hablo un chingo. Entonces pensé: ‘Ahí es donde sí’”.

¿Dirías que hiciste de tu manera de hablar tu fortaleza?

“Pues siempre he hablado un montón, entonces se volvió algo pertinente para no joder a la gente y que me oiga quien me quiera oír. No hay defectos, solo hay que pensar dónde acomodarse”.

¿Cómo han cambiado tus procesos de composición?

“¡Han cambiado muchísimo! Al principio era enfrentarme a una hoja en blanco sin saber usar la voz, sin saber de estructuras, sin saber de nada. Uno va aprendiendo, copiando. Ahora sí pienso en muchas cosas; no hay canción que empiece a componer sin que grabe en el momento, aunque no sea la versión final. Siempre voy maquetando para ser muy precisa en los flows

El día que llego a grabar ya tengo todo superesquematizado. Ahora pienso mucho más en la precisión de la forma, sin que esto me amarre. Creo que los años te dan esa libertad de poder perfeccionar tanto la técnica que esta ya no es una jaula, sino una herramienta”.

“Los años te dan la libertad de poder perfeccionar tanto la técnica que esta ya no es una jaula”

Hablando de copiar, ¿a quién copiabas en tus inicios?

“Me encantaba Da Brat. Ella era una rapera que me representaba un gran ejemplo a seguir. Desde los años ochenta, empecé a escuchar el rap que llegaba a México a la radio más popular, pero no tenía idea de lo que estaba oyendo.

Después empecé a estudiar más la escena del rap, sobre todo gringo, y me di cuenta de que estaba muy fuerte el rollo de la hipersexualización de todas las morras. Eso no era algo con lo que yo me identificara, mucho menos viviendo en la Ciudad de México

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en los noventa. Pero con Da Brat sí me identifiqué porque era una morra que se vestía supertumbada y tenía todo el estilo, pero no tenía que utilizar su cuerpo en ese sentido de sexualizarlo para poder rapear”.

La primera vez que te vi fue como conductora del programa de televisión Vías Alternas . ¿Cómo han nutrido a Ximbo este tipo de proyectos durante casi 30 años?

“Toda mi etapa en Vías Alternas y en otros medios de comunicación fueron muy importantes porque conocí la música mexicana de la época y las escenas que había de las tribus urbanas en ese momento. Aprendí muchísimo porque empecé a oír punk y a las pocas artistas rockeras que existían. Conocí también un montón de proyectos que apenas empezaban y que después se volvieron importantes.

Se me abrió el mundo: pude entender la música como algo más amplio y de primera fuente, pues tuve la gran oportunidad de hablar con compositoras, compositores, y preguntarles lo que yo quisiera. Ejercer esa labor me ha llevado por el lado del periodismo

y por el lado del arte, lo que me ha hecho tener una visión superdistinta”.

Has viajado mucho representando a México en varios aspectos. ¿Qué crees que podríamos aprender de otros países musicalmente hablando? “México es un país al que todo el mundo quiere venir, es el gran trampolín, pero tiene muchas cosas que no están funcionando como quisiéramos. Por ejemplo, la brecha de género es de las cosas que más me interesan. En Argentina hay una ley donde se establece que no puede existir brecha de género en los festivales grandes. Eso aquí no se ha conseguido y no dudo que haya voluntades trabajando por eso, pero no se ha logrado.

Seguimos en una industria musical que está centrada en los números, más que en la calidad, y que no se enfoca en apoyar música que cambie vidas, música profunda. Esto no quiere decir que la música tenga que ser aburrida, hablar de los mismos temas y ser seria. ¡No! Hay música cagada, música de fiesta que te cambia la vida.

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Vivimos en un universo de consumo rápido, de sacar sencillo tras sencillo… Sé que es el pulso del mundo, pero tiene que haber una manera de encontrar un equilibrio, y eso México lo tiene que aprender porque hay lugares donde sí está sucediendo”.

El año pasado realizaste un proyecto llamado Mexicolombia. Cuéntanos al respecto

“A raíz de la pandemia tuvimos más tiempo para trabajar desde casa, lo que me permitió conocer más el folklore de Colombia, sobre el que ya había explorado un par de años porque trabajo con un músico colombiano, Bhajan. Empezamos a experimentar juntos y decidimos aplicar a la beca Ibermúsicas con un proyecto colaborativo México-Colombia.

Nos juntamos con Bungalo Dub, amigo y productor, y decidimos hacer un disco que llamamos Ruta Mexicolombia, que es una fusión de estas dos culturas y sonidos, donde el puente es el rap”.

“Un ejercicio que como mujer he aprendido a hacer es ponerme las medallas que me corresponden”

En 2023, Symphonic Latino le dio a Sello Jueves el premio por “Mejor Se- llo Independiente”. Platícanos sobre este otro proyecto

“Sello Jueves es una iniciativa de Leiden y Adryana Marroquín, el cual surgió como una necesidad. Nos dimos cuenta de que no existía un espacio seguro para las mujeres en la industria, pues todas teníamos historias de terror al respecto.

Se trata del primer sello de mujeres para mujeres en México y abarca muchos géneros musicales. Yo formo parte del equipo de trabajo dirigiendo la parte de hip hop. Queremos que Sello arrope a más mujeres y enfocarnos a otros terrenos como Sudamérica y Centroamérica. Por ejemplo, el año pasado estuvimos presentes en Panamá en el Encuentro Mujer, Música y Territorio. Este proyecto se ha convertido en un semillero de artistas nuevas o que tienen grandes trayectorias, pero que apenas están sacando discos”.

En lo personal te considero un referente en muchos sentidos. ¿Cómo lo vives tú?

“Es difícil hablar de uno mismo, pero un ejercicio que como mujer he aprendido a hacer es saberme poner las medallas que me corresponden; es importante abrazar los logros, los años.

Llevo mucho tiempo trabajando en el mundo del rap y el hip hop, que es duro y muy cruel, y todo eso

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me ha llevado a querer abrazar quien soy. No tengo pena en decirlo porque lo digo con humildad: no creo ser única, ni la non plus ultra, pero sé que no hay una mujer de mi edad en el rap mexicano que siga trabajando como yo, ni que haya abierto tantas puertas”.

Cuando ya no estés, ¿cuál te gustaría que fuera tu legado?

“Me encantaría que las mujeres entendieran que no somos este cuerpo y que hay mucho por descubrir después de asimilar eso. Me gustaría también que, cuando me escuchen, encuentren en mí algo reconfortante en el hecho de que no tenemos fecha de caducidad.

Tengo la fortuna de ser quizás la rapera más longeva de este país y cuando veo a las nuevas generaciones, pienso que me estoy haciendo grande, pero también digo ¡qué chido! Todas las artistas que son más jóvenes van a saber que hay alguien más grande, como yo, que lo sigue haciendo. Y si yo lo sigo haciendo, ellas pueden seguir haciéndolo”.

¿Cuáles son los proyectos musicales que han llamado tu atención últimamente?

“Me encanta la nueva generación de raperas. Por ejemplo, La Cuervo, Santos Woge y cKovi de Guadalajara son mujeres que están poniendo en balance todo el rap misógino que es el que más vende”.

¿Cuál es tu consejo para las nuevas generaciones de mujeres?

“Siempre hay que escuchar al corazón y hacer lo que nos dicte. Todas somos creativas; no hay que buscar que salga perfecto, ni esperar el momento perfecto, simplemente hay que seguir al corazón y preguntarnos, muy en la intimidad, el motivo más profundo por el cual hacemos lo que hacemos.

Cuando encuentres tu razón, anótala. En el futuro van a pasar cosas que te hagan querer tirar la toalla, pero cuando recuerdes el inicio, ese punto de certeza, sabrás que el trabajo vale la pena y siempre te devuelve cosas buenas. Aférrate a tu motivo”.

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“Aférrate a tu motivo”

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26 AÑOS DE VIVE LATINO

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Chava Rock Chava Rock Oficial Iván Castillo

El 28 y 29 de noviembre de 1998, con la primera edición del Festival Vive Latino, se comenzó a escribir una nueva historia sobre la música en nuestro país, cuyos antecedentes fueron muy importantes no solo para México, sino también para su capital.

Cuando nació este proyecto, la Ciudad de México tenía otro nombre: Distrito Federal. Además, recién se cumplía un año de haber elegido al primer jefe de gobierno de esta entidad y OCESA, de Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE), tenía ocho años en la industria (su primer evento masivo fue el concierto de la banda australiana INXS en 1991, en el Palacio de los Deportes).

nuevo rock nacional en los años ochenta, así como del rock generado con el impulso de sellos disqueros durante buena parte de los años noventa.

La escena musical estaba muy viva; tanto bandas independientes como aquellas que firmaban con las compañías de discos trasnacionales protagonizaban ya varios festivales, algunos de ellos impulsados por movimientos sociales. Como si se tratara de un viaje en espiral, el Vive Latino obedece a lo que durante años se ha ido sembrado: un nuevo camino para el rock mexicano.

Semillas en tierra fértil

Mucho se ha querido relacionar al Vive con fortuitos festivales ochenteros, con los eventos masivos en Ciudad Universitaria y conciertos organizados por las compañías de discos. Cierto, en suma, todo ha sido caldo de cultivo. No podemos distanciar al Vive Latino de etapas tan importantes como el surgimiento del

Un principal detonador de una nueva era fue el levantamiento del EZLN el 1 de enero de 1994, que obligó a la sociedad civil a voltear hacia un nuevo momento histórico del país. La participación de los músicos en este movimiento fue de suma importancia. Ejemplos claros: Santa Sabina, Tijuana No, Café Tacvba y decenas de bandas que parecían lanzadas por un vendaval hacia una gran movilización que se dio con otra importante alianza: la de los estudiantes universitarios. A partir de ese momento se generó la idea de hacer conciertos en las escuelas, facultades y estadios, que derivaron en grandes festivales informativos.

Quizá hoy en día sea difícil imaginar la dinámica de un festival en el que la gente entraba por un pago simbólico de $10 más un kilo de alimentos no perecederos para ayudar a las comunidades indígenas, y donde la seguridad estaba a cargo de todos, tanto de asistentes como de músicos. Fue un momento mágico; sin pretenderlo, los grupos encontraron una razón de ser. Gente del ska como Panteón Rococó y La Tremenda Korte crecieron bajo este marco, gestándose así un nuevo derrotero para las bandas latinas y mexicanas en nuestro país.

Estos hitos fueron muy bien sondeados por Jordi Puig, director del Vive Latino. En su cabeza empezaron a fluir las ideas para generar un festival con bandas iberoamericanas que ocuparan un gran escenario.

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Idea semejante a la que tuvo Miguel Ríos, la cual curiosamente también se cristalizó un 28 de noviembre, pero de 1986, cuando realizó en España el Primer Encuentro Iberoamericano de Rock, que duró tres días. En dicho evento participaron diversos artistas como Os Paralamas do Sucesso, Charly García, El Último de la Fila, Rosendo, El Tri y Miguel Ríos, entre otros. Estos dos últimos fueron las leyendas musicales que encabezaron el primer Vive.

En alguna ocasión pude hablar con Alejandro Soberón, fundador de OCESA, quien resumió así el objetivo del festival: “Apoyamos a las bandas de rock y les creamos un festival como el Vive Latino”. En efecto, el crecimiento de esta empresa de entretenimiento no se podía entender sin la presencia de los grupos iberoamericanos. A finales de los años noventa era impensado que un grupo mexicano tocara en el Foro Sol. Si bien el Foro se inauguró con David Bowie en octubre del ‘97, ya antes habían tocado en ese mismo lugar, pero bajo el nombre de Nuevo Foro de Conciertos Autódromo Hermanos Rodríguez, vacas sagradas como Paul McCartney, Madonna y Los Rolling Stones.

Jordi Puig en muy poco tiempo se convirtió en un gran promotor: ayudó en mucho a que las agencias internacionales de representación voltearan a México para que sus artistas incluyeran a nuestro país en sus giras internacionales. Su experiencia y visión en festivales dentro y fuera del país fueron semillas que germinaron en el Vive.

Un espectáculo camaleónico y propositivo

En un principio, se planteó que el festival se denominara Rock n’ Pulque (este fue uno de los tantos nombres que se pusieron sobre la mesa). Los escenarios se identificaban por los números 1 y 2, donde el primero era giratorio. Después se consideró llamarlos Lucio Cabañas y Che Guevara. Al final, quedaron designados por colores y, poco después, por los nombres de marcas patrocinadoras.

Desde un inicio se definieron varios objetivos que aún se conservan: impulsar la carrera de algunas bandas, invitar a marcas patrocinadoras, que la gente tuviera un festival con credibilidad y calidad, y que se acostumbrara a pagar por ver a sus grupos favoritos. La tarea no fue sencilla.

Otro dato importante es que no se pudo llevar a cabo la segunda edición en 1999, sino hasta noviembre de 2000 y con una menor cantidad de grupos. En los años 2001 y 2003, el festival fue solo de un día (en 2002 no hubo Vive). Estos primeros pasos costaron mucho trabajo.

Quizá hoy en día sea difícil imaginar la dinámica de un festival en el que la gente entraba por un pago simbólico de $10 más un kilo de alimentos no perecederos

El primer eslogan del Vive fue Primer Festival Iberoamericano de Rock, mientras que en su segunda edición se le nombró Festival Iberoamericano de México para el Mundo; en la tercera, Festival Iberoamericano. A partir de la quinta edición, en 2004, se quedó el eslogan actual: Festival Iberoamericano de Cultura Musical, esto con la intención de abrir las puertas a varios géneros musicales. Así que, a lo largo de su evolución, se crearon escenarios para la música electrónica, el rap y el hip hop. Solo un escenario llegó para quedarse: la Carpa Intolerante. La música, el rock y los festivales en México se transformaron, y el Vive fue provocador de varios cambios sustanciales. Por ejemplo, Jordi Puig entendía que la brecha entre los seguidores de lo que se conoce como música regional mexicana y el rock no era tan distante. Fue así que nació el Vive Grupero. Su primera edición fue el 15 y 16 de mayo de 2010, con Los Tigres del Norte, La Banda el Recodo y El Gigante de América, entre otros. Fue un fracaso en taquilla. La intención era interesante, pues se pretendía que en algún momento ambos Vives pudieran compartir artistas. A pesar del intento fallido, este fue el antecedente para que el Vive realmente se abriera a otros géneros. Un primer gran paso se dio con la incursión de Los Ángeles Azules, un grupo de mucho arraigo en el país, originarios de la Ciudad de México y reconocidos por sus famosas cumbias, composiciones que ejecutaron en 2013. Al año siguiente ya no fue raro ver a los rockeros de hueso colorado bailar al

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compás del Sonido La Changa y cantar a todo pulmón con los inigualables Tigres del Norte.

El festival se extendió a tres días a partir de 2010 como una primera prueba. Esto en el sentido de abrirlo un viernes con una fantástica ópera rock: Dr. Frankenstein , del maestro José Fors (Cuca). Fue una grata velada. Los siguientes dos años continuaron los Vive de tres días. En 2013, la aventura fue arriesgada: subir a cuatro días de conciertos. Se especulaba entonces que en un futuro se podría hablar de una semana de festival, en el que los primeros días se incluyeran mesas redondas especializadas en música, exposiciones y diversas actividades culturales alrededor del rock. No fue así.

El Vive creció, pero también otros festivales. El algún momento Jordi señaló: “Ya no estamos solos”. Así es, ahora son solo dos días de Vive Latino. Dos días del festival que, 26 años después de su lanzamiento, sigue generando un gran oleaje y cumpliendo con sus principales objetivos: dar a conocer a nuevas bandas, producir un espectáculo de calidad y reunir a un público ecléctico y amante de la música, que los ha llevado al otro lado del Atlántico. Pero eso ya es otra historia que contaremos en otro momento.

La música, el rock y los festivales en México se transformaron, y el Vive fue provocador de varios cambios sustanciales

¡Disfruten el Vive Latino 2024! Lleva en su raíz esta magnífica historia.

Chava Rock Autor de rocanrol. Con más de 30 años de trayectoria periodística, es pionero del periodismo digital. Ha trabajado en prensa, radio, TV y cine, y colaborado en medios nacionales e internacionales. Influencer antes de que nacieran los influencers.

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FLOWER WOMAN FOREVER

Entrevista a Mayita Campos

Sirena Hechicera

Blanca Charolet

Julieta Pichardo y Tats Rodríguez

Foro Escarabajo

En 1970, Mayita Campos escuchó a Jimi Hendrix en el Atlanta International Pop Festival, un evento que congregó a 300 mil asistentes. Ella no lo sabía, pero un año más tarde estaría en el escenario de Avándaro, el primer festival masivo en México, que uniría a una generación deseosa de compartir el rock, el amor y la paz.

Amiga de José Agustín, alumna de Alejandro Jodorowsky y comparsa de Manuel El Loco Valdés, esta es su historia.

Una infancia musical en Chile

“Mi padre, Enrique El Chilote Campos, fue pionero del cine, actor y bailarín de ballet folklórico. Mi madre fue gente de teatro; ella me enseñó a cantar, tocaba la guitarra. Desde chiquitos, mi hermano Kiko y yo estuvimos en el escenario. Tocábamos la guitarra y hacíamos dueto. Oíamos mucha música clásica, folklor, opereta, zarzuela. Después empezamos con la música pop, el espiritual y el blues. Escuchaba a Aretha Franklin, Connie Francis, Brenda Lee.

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INNERVIEW

Siendo una adolescente, entré como locutora a un programa que se llamaba Savoy Hits en Radio Minería. Se presentaba la música top 40 en cadena nacional. En esa época, la radio era tan importante como ahora la televisión. Los sábados teníamos un reventón musical al que llegaban las bandas en vivo de pop, blues y rock.

Empecé grabando jazz a los 16 años con Emi Odeón (1963). Con big band, yo grabé Al compás de los dedos y Las estrellas, que fueron éxitos en la radio. Hacíamos presentaciones. Mi hermano Kiko era el guitarrista oficial de la orquesta. Era en Chile como aquí, en México, la nueva ola con Angélica María y Enrique Guzmán.

Mis papás se enteraron de que el Teatro de Ensayo de la Universidad Católica solicitaba cantantes para hacer musicales. Querían que hiciera teatro. Lo asumí e hice dos obras.

Hubo una gira a México. No podía salir de Chile porque era menor de edad. Entonces mi mamá vino conmigo. Y en 1966, la familia emigró a México en busca de otros horizontes”.

Operación Ja-Ja y primeros discos

“Valentín Pimstein, productor chileno, nos ayudó para aparecer en la televisión mexicana. Mi mamá firmaba los contratos y mi papá nos llevaba y nos traía. Manuel El Loco Valdés era el conductor del programa Operación Ja-Ja. El actor Zamorita y yo leíamos las cartas; éramos los actorcitos, los comparsas. Aparecíamos diario.

A Manuel le encantaba el rock. En su programa reunían a todos los músicos: Javier Bátiz, Baby Bátiz, Los Yaki, Los Dug Dug's, y los llevaban a la pista de hielo. Manuel El Loco Valdés me bautizó con el nombre de Mayita.

Hicimos un disco para la película Los Perversos (1967), con Fernando Luján, Fanny Cano, Arturo de Córdova y Marga López. Nosotros doblábamos las voces de los actores que cantaban”.

En 1967, Mayita y Kiko grabaron un EP con los temas Lentamente , Señor locutor , No te gusto y La taza de té. “Después hicimos un disco de folk y música de protesta. Asimilamos a Bob Dylan, Joan Báez y Peter, Paul and Mary. Era una generación que venía de los beatniks y que estaba haciendo folk rock”. En 1969, Kiko y Mayita grabaron otro EP para RCA con las canciones La respuesta está en el viento (Blowin' in the Wind), Tren, Tren (Freight Train), Dilo en la montaña (Go Tell It on the Mountain) y Cómo sufro (All My Trials)

“Nos presentábamos en cafés cantantes como A Plein Soleil y Chapeau Melon en Polanco, y en El Harlem, el café cantante de los hermanos Tena, de Los Rebeldes del Rock. Funcionaban de 5 de la tarde a 11 de la noche y estaba prohibido el alcohol. Eran cafeterías con rock, lugares para foguearse haciendo música todos los días”.

“Pude trabajar en conciertos y discotecas de Estados Unidos. No fue fácil, tuve que caminar sola”
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En las pistas de hielo

“Ya ni me acuerdes porque ahí me quebré un pie. Estuve tres meses enyesada. Ponían grandes escenarios y cámaras de televisión en las pistas. Oías a Los Dug Dug's, Los Yaki, Javier Bátiz, La Divisón del Norte, Peace and Love, Blanca Estrada con Los Rockin Devils… Venían de Tijuana, tocaban increíble y no le pedían nada a las bandas gringas”.

Jodorowsky y la pantomima

“El maestro Alejandro Jodorowsky es chileno como nosotros y era profesor en la Escuela de Teatro de Bellas Artes. Ahí andábamos Margie Bermejo, Ofelia Medina, Julio Castillo, Pepe Alfonso, Héctor Bonilla… Éramos de la misma generación.

Y el maestro Jodorowsky nos daba clases de pantomima. Yo no terminé de estudiar porque me fui de gira con Kiko (nos llevaron a Monterrey)”.

Recuerdos de José Agustín

“El escritor José Agustín era amante de la música. Después de las tocadas íbamos a escuchar música a su casa. Tenía una colección de discos gigantesca. Fue un gran amigo que nos enriqueció, nos llenó de sabiduría y nos dejó grandes libros.

Escuchábamos a Frank Zappa; le gustaba el rock. José Agustín es uno de los pilares de la contracultura y de la generación de escritores de esa época que rompieron esquemas y nos dejaron un gran legado”.

Ópera rock

“Yo estuve en una obra de teatro que se llamó Hair, la primera ópera rock que se hizo en el mundo. Aquí lo organizó don Alfredo Elías Calles, nieto del expresidente Plutarco Elías Calles. Él era una persona hip y tenía varios lugares en Estados Unidos y en México, como El Tiberius.

Primero se hizo la obra en Acapulco y luego la grabación para Discos Orfeón. Al estreno llegaron artistas de todo el mundo, pero no se pudo continuar. La represión empezó ahí en enero de 1969”. Las autoridades de Acapulco argumentaron que en la obra de teatro había desnudos y apología a las drogas. Fueron expulsadas del país 17 personas del equipo y Alfredo Elías Calles estuvo detenido.

Conciertos en Estados Unidos

“Yo viví en Nueva Orleans en los años setenta con Los Esclavos, una banda de músicos mexicanos que hacían blues. Tocábamos en El Banco, un lugar muy hip de Benito Gómez. Era la época de la psicodelia y los hippies: flower children, peace and love, San Francisco, Jimi Hendrix, Janis Joplin.

Me tocó ver a Mahalia Jackson y Duke Ellington. Al menos vi a cien bandas. Pude trabajar en conciertos y discotecas. No fue fácil, tuve que caminar sola, relacionarme con gente de allá para enfrentar mis gastos económicos”.

Mayita no pudo asistir a algunos foros donde se presentaban músicos de color debido a la segregación. Tocó con músicos blancos en el barrio francés. Por problemas migratorios regresó a México.

Vivir en la comuna

“La comunidad hip protestaba: no a la guerra, sí a la paz. La gente hip usaba flores en la cabeza y no quería ir a pelear a ningún lado (la guerra de Vietnam marcó a esa generación). La bandera era la música, el amor y la paz. El sentido comunitario es un adyacente de todo esto. Si tú me llamas a una comuna, vamos a crear música, como lo hicimos con La Semilla del Amor”.

La cantautora Margarita Bauche fue fundadora de varias comunas, espacios donde comulgaban con la naturaleza y proponían un estilo de vida fuera del sistema. Varios amigos vivían juntos y hacían actividades como yoga y meditación, cocinaban pan integral, organizaban conciertos. Mayita Campos vivió en una comuna con Margarita y su banda La Semilla del Amor.

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El espíritu de Avándaro

“Ese espíritu hip fue el que llevó a la gente a Avándaro. Pensaron que llegarían 5 mil personas y asistieron 100 mil (otros dicen que hubo 200 mil). Y ahí estaban los chavos con sus sombreros, su mochila, su guitarra, y llegaron de toda la República. Los movía un espíritu: la música, la verdad de querer ser parte de lo que creían. Esa comunidad es la que me tocó a mí, arriba del escenario, a través de la música, el arte, la filosofía. Jamás me arrepentiré de lo que hice, a lo que pertenezco, aunque hayamos sido criticados.

Lalo Toral, tecladista de Los Yaki, me habló a mí: ‘Va a haber un gran festival que está organizando Luis de Llano. La cantante escogida por nosotros eres tú’. Yo acababa de llegar del Festival de Atlanta. Había sido una experiencia increíble asistir a un concierto con 300 mil personas. Si eso lo van a hacer en México, pensé, ¡qué bueno!, como en Japón o Woodstock. Yo acepté. Me pusieron un repertorio de rock y de blues, y también música original de Los Yaki.

Cuando nos subieron al escenario, no alcanzabas a ver dónde acababa la gente. Cantamos, nos bajaron del escenario, nos subieron a un autobús comunitario y nos regresaron. Tardamos como 24 horas en regresar. Había mucha represión y amarillismo. La gente

sufrió. Hubo un momento de declive después de Avándaro. La gente emigró, se regresaron a Estados Unidos. No hubo apoyo de los medios para hacer un disco o video de Avándaro”.

Otros horizontes

“El sueño había terminado. La música grabada desplazó a las bandas en vivo.

Vino otra generación con la música disco. Lalo Toral hizo el grupo Mister Loco con Baby Bátiz, Norma Valdez y yo. El disco tuvo una premiación de Discos Orfeón: recibimos La Palma de Plata. Era música mexicana en inglés, que llevamos a las discotecas de todo el mundo”.

En los ochenta, Mayita se integró a la banda Ginebra Fría. Tocó blues en los hoyos fonqui, alternando con El Tri. Más adelante, Cecilia Toussaint se enfrentaría a esos espacios.

Mayita grabó en 1995 el álbum Un mundo sin hambre . Ha organizado festivales de blues, con la finalidad de pasar la cultura y la experiencia de generación en generación. Es una sirena que ha nadado a contracorriente en muchos momentos de la historia del rock en México. Su legado está presente y puede sentirse.

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“Jamás me arrepentiré de lo que hice, a lo que pertenezco, aunque hayamos sido criticados”
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NOSTALGIA: ¿LA PIEDRA

NOSTALGIA : ¿LA PIEDRA

QUE EL ROCK CARGA?

QUE EL ROCK CARGA?

Sergio Morales

Sabemos que, con regularidad, los temas más comunes a los que una conversación civilizada desemboca en una batalla a dos de tres caídas sin límite de tiempo son la religión, la política y el futbol. De ahí viene el viejísimo consejo de no hablar de estos tres temas en reuniones donde el alcohol juegue un papel estelar, sobre todo en estos tiempos donde todos tenemos una opinión (y más en redes sociales). Pero yo agregaría un cuarto tópico: la música.

En específico, el rock mexicano ha tenido a lo largo de su historia grandes exponentes, desde bandas prefabricadas hasta aquellas que surgieron en los lugares considerados como los más underground del país. Llámese así tanto los espacios populares en los bordes de la Ciudad de México, donde la entrada eran $20 y un kilo de arroz, como los lugares ubicados en la Zona Rosa o en la colonia Ciudad de los Deportes, que de underground tenían lo que yo tengo de americanista: cero.

A principios de los ochenta, el rock resurgía de un periodo de censura por parte del entonces presidente López Portillo y su hermana Margarita, quien estuvo a cargo de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC) y que, abiertamente, le cerró las puertas a géneros alternativos en diversas disciplinas artísticas (tanto así que en ese sexenio hubo un “misterioso” incendio en la Cineteca Nacional).

Bandas como Three Souls in my Mind que dio origen a El Tri, Banda Bostik o Charlie Monttana ( ) solían presentarse con frecuencia en la zona conurbada del entonces Distrito Federal. Por otro lado, grupos como Las Insólitas Imágenes de Aurora (Caifanes), Sombrero Verde (Maná), Neón y Fobia se presentaban en lugares más céntricos y accesibles de la ciudad. Aun con la distancia que existía entre todas ellas, tenían algo en común: tocaban donde la policía y la censura les permitían.

De todo el rock en español que sonaba en esos años y con la llegada de bandas hispanoparlantes extranjeras —mayormente de España y Argentina—, existía un abanico musical lo suficientemente extenso para escoger a la banda o al artista que conectara con nuestra personalidad, gustos, ideales, nuestro corazón hecho pedazos o incluso con lo que los adultos escucharon en nuestra infancia y que resonaba en la sala de la casa en esas reuniones donde terminábamos siendo parte de la decoración.

Una cobija de nostalgia emerge cuando cumplimos 35 o 40 años y jóvenes en sus teens o sus tempranos 20´s comienzan a portar camisetas de bandas que idolatrábamos a su edad. Emerge también una rabia

dentro de nosotros por querer que nos mencionen, ya no las canciones del álbum completo, sino tres, solo tres malditas canciones del Nevermind de Nirvana o que nos digan el nombre del álbum doble que Guns N' Roses lanzó en 1991, pues están usando la playera con la portada del disco Appetite for Destruction Porque si hay algo que nos duele es que nos peguen justo en la nostalgia.

Sin ahondar en detalles sobre el surgimiento y los orígenes del rock —porque entonces tendría que abrir una fondeadora y pedirles que me depositen para escribir una novela sobre el tema (guiño, guiño)—, en México nos cuesta trabajo aceptar que el elemento principal para que una banda funcione, y sobre todo perdure, no es el género, ni la imagen (aunque en muchos casos, sí). Lo que genuinamente funciona es el elemento nostálgico y el efecto de la música ligada a los recuerdos. Sí, aunque nos duela aceptarlo, El Fonógrafo 690 AM tiene razón.

El éxito de muchas bandas mexicanas no radica en su nueva producción discográfica ni en su más reciente colaboración con Bizarrap. A mi entender, radica en cuántas veces esa canción que se lanzó hace 30 años sigue sonando en las estaciones de FM anacrónicas e insípidas que subsisten a partir de la payola*. Su permanencia tiene que ver con escuchar la misma canción en el bar genérico —bajo el concepto de “singular” pub inglés, pero con 100 sucursales en el país—, con la misma banda genérica que toca todos los jueves y con que no podemos dejar de tararear aquella canción que nos hace recordar un viejo amor. ¿Ya se nos olvidó en dónde conviven las canciones más exitosas de las que posiblemente son las bandas más importantes de México? Así es, ejemplos como Eres, La célula que explota, Soñé y Rayando el sol son baladas de poder y todas, sí, con la nostalgia a todo vapor.

El éxito de muchas bandas mexicanas radica en el efecto de la música ligada a los recuerdos
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¿Ya lo pasado, pasado?

La oferta de conciertos que existe en la Ciudad de México es posible que solo se compare con la de Los Ángeles o Nueva York. Es una fortuna que artistas de todos los géneros que surgieron en diferentes décadas puedan presentarse en cualquier momento en estas ciudades. Pero como dicen por estos lares gringos: “Hasta entre mexas hay ciudadanías“. Si bien el mercado de Estados Unidos se ha expandido para recibir a más bandas mexicanas, difícilmente una de ellas podrá tener en este país el éxito de una banda oriunda de Guadalajara donde el vocalista gusta de saltar desde el escenario hacia el vacío y el baterista habla como actor de doblaje de los noventa. ¿Por qué? Nuevamente, por el papel tan preponderante que la nostalgia juega en el negocio de la música.

Hace un par de años, cuando viví en el noreste de Estados Unidos, tuve la suerte de ver anunciada, por la módica cantidad de $20 USD, a una banda mexicana en una ciudad con 97% de población blanca, en la que predomina el country y el rapero Machine Gun Kelly, nativo del lugar.

El grupo estaba de gira por aquel país y se había presentado en el Foro Sol de la CDMX ese mismo año, por lo que al verlos anunciados pensé que sería demasiado tarde y ya no encontraría boletos. Llegué al lugar el mismo día del concierto, enterándome por la taquillera que el evento había estado a punto de cancelarse porque no se habían vendido tantos boletos como planeaban. Entré sorprendido al ver que todo su backline* estaba en un escenario de 15 por 10 metros y que no éramos más de 100 personas en total, incluyendo a los bartenders. La banda abrió el show con Azul y 10 A.M. y yo regresé a 1999, cuando los escuché por primera vez en vivo en un bar de la Roma en el que nadie los volteaba a ver y donde yo, siendo menor de edad, entraba gratuita y clandestinamente gracias a mi hermana, quien mantenía un idilio con el gerente del lugar, que a la postre terminaría siendo mi cuñado.

Durante 2019, en la Gran Manzana, me tocó presenciar casi la misma situación con una banda ya consolidada en México, que recién había lanzado su tercer disco y que había tenido sold out en un recinto

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al lado del WTC de la Ciudad de México. Mientras que a nivel nacional son la banda del momento, sus canciones las corean en todos lados, son carismáticos y hace unos meses agotaron también los boletos en el Auditorio Nacional, en Estados Unidos no figuran al mismo nivel que en nuestro país. Simplemente porque, al norte del río Bravo, el mercado mexicano sigue atrapado en el tiempo pasado que siempre fue mejor que el presente.

Nunca voy a entender de dónde llegó la inspiración para escribir: “Ya vete de flor en flor seduciendo a los pistilos“ o “Rayando el sol, desesperación, es más fácil llegar al sol que a tu corazón“, con esa métrica impecable que caracteriza al vocalista. Lo que sí puedo entender es que el demográfico que sigue a esta banda, además de tener los medios para pagar un boleto de hasta $500 USD que les haga recordar lo que dejaron en su tierra natal, no quieren nada nuevo; simplemente buscan recordar lo que dejaron en sus lugares de origen y confirmar que todo tiempo pasado fue mejor. Mientras eso ocurre, el mérito de los autores de Clavado en un bar consiste en continuar la misma línea recta y aburrida que los hizo llenar 13 veces el Staples Center de Los Ángeles en 2015. Mantienen ese récord porque le dan a la gente lo que quiere escuchar, caen en los lugares comunes de enaltecer la mexicanidad ondeando la bandera tricolor, chiflan como mariachis, piden por la paz y el medio ambiente, y le mientan la madre a los gobernantes (eso sí, con su pasaporte azul en la mano para que no haya represalias).

Por supuesto, escribo estas líneas quejándome de la falta de propuestas y los defectos que le encuentro a la que probablemente es la banda más importante y reconocida de México. Sin embargo, como dicen que “lo que te choca, te checa“, ahí voy a estar el próximo verano en el show que darán, en conjunto, dos bandas de rock mexicano que marcaron a toda una generación, pero que, si ponemos bajo la lupa, cuentan con las mismas carencias en mayor o menor

medida que la banda antes mencionada. Una de ellas sacó su última producción inédita en 2017 y su segundo MTV Unplugged en 2019; cuando van de tour, en una camioneta viaja el vocalista y en otra, el resto de la banda. La otra agrupación en 2024 cumple 30 años (¡sí, treinta!) de su última producción original, ha sacado dos sencillos desde su reunión en 2011 y el guitarrista principal, aquel que le dio el sonido que los llevó a los cuernos de la luna, despotrica, a la menor provocación, contra el vocalista en una guerra sin cuartel por el crédito que, según él, no le reconocen.

Así, la cobija de la nostalgia sigue calentando lo suficiente y nos recuerda que incluso para los protagonistas de estas historias, mientras exista el entorno, se puede vivir muy a gusto de glorias pasadas.

*payola: pago que hace una disquera o representante musical a un medio de comunicación para que promocione determinada canción o disco.

*backline: conjunto de equipo e instrumentos musicales que se utilizan en un concierto o presentación en vivo.

Mientras exista el entorno, se puede vivir muy a gusto de glorias pasadas

Sergio Morales

Es músico, chef y últimamente escribe y hace podcasts. En sus ratos libres maneja un camión de carga por todo Estados Unidos. Lleva más de 25 años siguiendo la escena del rock nacional e internacional, y su mero mole siempre ha sido Pearl Jam.

Fanático de la taquería Los Parados, en la Roma, actualmente vive en San Diego, California, y próximamente irá al DF por su westie Elaine para irse a vivir a “Los Lunaited“ con él.

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UNA SIRENA SIEMPRE AL ATAQUE

Entrevista a tere estrada

Ella es la sirena mexicana por excelencia y se ha vuelto el máximo referente en cuanto a investigación musical de mujeres rockeras se refiere, a las que nombra Sirenas porque con su presencia han impactado audiencias, mercados, empresarios, directores artísticos y productores. En su libro Sirenas al ataque Historia de las mujeres rockeras mexicanas, Tere Estrada explica que la acepción de sirena ha estado plagada de referencias peyorativas (canibalismo, misterio, belleza que conduce a la perdición, peligro, desastre, muerte, perversión, seducción, ferocidad), pero que poco se ha hablado de la armonía de su música, del encanto de su voz, del consuelo que dan con su canto.

Durante años, la socióloga, compositora, guitarrista, cantante y escritora Tere Estrada ha reivindicado a las Sirenas del rock por su capacidad de negociación y perseverancia, por su habilidad para nadar contracorriente y destacar en una infraestructura dominada por hombres.

Tere es una mujer llena de talento, experiencia, tenacidad y sabiduría. Su legado es grande y variado.

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Hablamos de sus canciones, sus libros, sus consejos y su permanente interés por hacer comunidad. Tiene ocho discos. Un blues en la penumbra es el más reciente, basado en su primera novela homónima.

En mayo de 2023 recibió la Medalla Hermila Galindo, que otorga la Comisión de Equidad de Género del Congreso de la Ciudad de México, por impulsar la cultura. Es coach vocal e imparte talleres de voz y autoestima. Una de esas Sirenas que, como ella misma describe en su libro, son “valientes, retan al mar y aprenden la lección. Sirenas sagaces que cambian de piel y renuevan su hábitat”.

El encuentro con el rock

“Somos una familia de cinco. Mis padres son periodistas. Mi papá trabajaba en espectáculos y le daban discos para reseñar. Así descubrí a los Beatles, con el álbum Let It Be que ponía en mi tocadiscos de bulbos. Mi papá no era tan rockero; sus gustos tenían que ver más con La Sonora Matancera, Benny Moré, música para bailar, y a mi mamá le gustaba Pedro Infante y Jorge Negrete.

Y entre esos discos que le regalaban a mi papá, descubrí uno de Las Monjitas A Gogó, una banda de mujeres casadas con Dios, que eran de Michoacán y autoras de las canciones”.

Primeros acordes y escenarios

“Hice gimnasia de los 9 a los 19 años. Llegué a ser campeona de la Ciudad de México, pero me lastimé el tobillo. Justo ese tobillo lastimado fue el cambio. Siempre hay una cosa oscura y luego hay una luz, pero no lo vemos en el momento. Un doctor me dijo que tenían que operarme para seguir entrenando, pero que no iba poder caminar bien a los 40. Entonces la Tere de 19 años dijo que no.

A la par de la gimnasia, tomé clases de piano. Empecé a tocar la guitarra porque estábamos montando una obra de teatro que se llamaba Ídolos de papel, escrita por mi hermana. Se trataba de una crítica al fanatismo que desataban bandas como Los Chamos o Menudo, y en esa obra había un guitarrista que tocaba muy bien. Él me enseñó a afinar la guitarra y una amiga me enseñó Cantares de Serrat. Saqué temas de Serrat, Chava Flores y los Beatles. La primera canción que hice se la compuse a mi hermano. Era una compositora de clóset hasta que gané el tercer lugar en un concurso de composición en el C.C.H. Azcapotzalco.

Por un maestro del C.C.H., que nos puso a escuchar Radio Educación , descubrí el rock mexicano: a la banda Trolebús, a El Tri, Botellita de Jerez, Nina Galindo, Emilia Almazán, Cecilia Toussaint, Los Rupestres, Rockdrigo, Jaime López, Armando Rosas, Rafa Katana… Para mí fue todo un descubrimiento.

Tiempo después, yo le abría los conciertos a Trolebús y, en uno de ellos, conocí a Sergio García Michel, director de cine que tenía un espacio que se llamaba Foro Tlalpan, que fue un semillero de muchos artistas en los ochenta. El 30 de julio de 1988 fue mi primer concierto ahí y lo considero el momento de mi profesionalización porque ya me pagaban por tocar.

Sergio me tenía filmada y yo aparecía entre dos películas: Una larga experiencia, un documental del Three Souls In My Mind, y Un toque de rock. Primero aparecía en la pantalla y luego con mi guitarra acústica. Era un foro pequeño, no más de 60 personas. Pueden buscar en mi canal de Youtube uno de esos videos del Foro Tlalpan”.

“Siempre le digo a mis amigos que tengan cuidado con lo que me cuentan porque luego se vuelven canciones”
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Las primeras grabaciones

“Estuve tocando blues en la banda Follaje, con Lalo Chico que ahora toca en El Tri. También tuve una banda con el baterista de Trolebús y con Pato de Maldita Vecindad, que se llamaba Entenados del Enjambre.

Del 90 al 92 tuve a Esquina Bajan. Quedamos en segundo lugar en un concurso de bandas en La Selva de Asfalto, organizado por el Circo de Asfalto, y grabamos un disco que se llamó Túneles desiertos

Antes de eso, yo ya había hecho mi primera grabación solista, Azul transitando en Violeta, en cassettes que maquilaba de cien en cien y vendía de mano en mano”.

Tere en Guitar Player

“Para la revista Guitar Player me entrevistó Sue Foley, que es como la Tere Estrada canadiense, quien lleva años haciendo una investigación sobre mujeres guitarristas del mundo. En la pandemia, ella vendió esta investigación al medio, actualizó mi ficha y, sin deberla ni temerla, aparezco en Guitar Player. Para mí fue impresionante.

Tomé clases con Héctor Castañón, que fue maestro de Lino Nava. Yo era la más chiquita; no sabía ni agarrar la plumilla. Todo lo que sé de guitarra se lo debo a él. Y cuando me publicaron en la revista, le dije: ‘Te tengo una surprise’. Fue muy importante compartirlo con mi maestro. No lo busqué, se dio solo, y muy pocos artistas mexicanos han sido reseñados, como Rodrigo y Gabriela, Julio Revueltas… Para mí fue como honrar un camino”.

Sirenas al ataque

“Hice una tesis sobre rock en México. La pueden buscar por el título Lenguaje e identidad en el rock mexicano, investigación que abarca de 1985 a 1990. El día de mi examen profesional comenté que mi siguiente investigación sería sobre mujeres rockeras en México, pero jamás imaginé que me iba a tardar 10 años en hacerlo.

Pasaron muchas cosas para llegar a ese libro. En 1991 organicé un encuentro de mujeres, Yo Rockera, cuatro días de mesas redondas, conciertos y exposición fotográfica. Después me invitaron a participar en una enciclopedia de rock en México para Conaculta. Yo hice las fichas de las mujeres. El proyecto nunca se concretó, pero me quedé con la información.

Para mí fue muy importante ubicarme en la historia como guitarrista. En 1990, cuando tocaba con Esquina Bajan, ver a una mujer liderando una banda con guitarra eléctrica no era nada común, y mi pregunta era: ¿dónde están las demás muchachas? Esa pregunta detonó el libro Sirenas al ataque , publicado en 2008”.

Sirena por el mundo

“Mi primera gira a Europa la hice en el 93, con guitarra y mochila al hombro. Yo tenía 24 años. En 2002 me invitaron a participar en un libro que se llama Rockin´Las Americas, que publicó la Universidad de Pittsburg. Escribí un artículo con Julia Palacios y nos convocaron, por parte de la Fundación Rockefeller, junto con otros académicos, a un centro en Bellagio, Italia.

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Como ya tenía mi boleto, armé mi gira. Nos fuimos en camioneta, acompañados de cuatro músicos, desde Milán hasta Oslo. En otra ocasión fui a tocar al Festival de Blues de los Himalayas en Katmandú, una experiencia brutal”.

La gran motivación

“¿Qué hacer para seguir creando? Esa es la pregunta. Porque siempre habrá detractores en el camino: lo que piensa tu familia, lo que piensa tu pareja, cómo te ven los demás músicos, cómo te ve el público. Pero lo más importante es cómo te ves tú. Proyectos hay un chingo siempre, pero tu obligación es echarles agüita todos los días.

Cada entrevista del libro Sirenas al ataque, cuando conocía a una rockera nueva y me contaba su historia de vida, me hacía sentir con un gran compromiso. Sentía la necesidad de socializarlas, no podían quedarse guardadas. Eso me motivaba. Nadie sabe cuántas veces te dijeron que no y qué hiciste cuando te dijeron que no. Eso es lo que te forma como artista.

Hay que asumir que, durante toda tu carrera, los 'no' llegan todo el tiempo. Pero dentro de esos, habrá un 'sí’ y hay que aprender a balancearlo para poder

seguir la carrera, para no morir a la primera. Lo más importante, cuando haces música, es divertirse y gozarlo; sentirte contenta con lo que estás diciendo. Yo no busco un hit: yo lo que busco es conectar con la gente, formar parte del soundtrack de la vida de la gente”.

Sanar con música

“Siempre le digo a mis amigos que tengan cuidado con lo que me cuentan porque luego se vuelven canciones. Tu misma vida te inspira. Pérdidas grandes de parejas, mi hijita que se murió… Todo eso te cimbra cabrón, y tengo que escribir cosas para sanar mi alma. Cantar y escribir para mí son momentos de sanación. Y ese dolor tan profundo, cuando lo compartes, hay gente que se engancha. Por ejemplo, Manantiales de bonanza. Hay quien me ha dicho que llora con esa canción. También me han dicho que la usan para dormir porque les da calma. O Un blues en la penumbra, que también es el título de mi primera novela que, a su vez, es una consecución de Sirenas al ataque, pues justo las historias privadas que me contaron, y que no se podían publicar, las transformé en un personaje, en un arquetipo de rockera”.

El éxito de la sirena

“Para mí el éxito es ser feliz con lo que haces. No se tratar de estar feliz 24/7. Tenemos chispas de felicidad y chispas de momentos gachos.

La vida no es pura luz: hay que aceptar la luz y la sombra de todo, fluir con la vida. Eso te abre muchas otras puertas”.

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“Proyectos hay un chingo siempre, pero tu obligación es echarles agüita todos los días”
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PREPOSADA DE ROCK

n gran logro siempre tiene que venir acompañado de un gran festejo, y déjame decirte, querida lectora, querido lector, que el proceso de creación del primer especial Rockabulario de la revista C-Level fue emocionante, muy divertido y, sí, también arduo. Por eso nuestro primer “bebé” merecía su fiesta de presentación en sociedad. Como no hay dos sin tres, y no hay época decembrina sin posada, aquí les dejo la crónica de la tercera fiesta que llamamos Preposada Rockabulario.

Esta vez, la cita fue el primero de diciembre de 2023 en el Foro La Paz (San Ángel, CDMX), gran manera de empezar el último mes del año, ¿no? Obvio, a la entrada del evento cada asistente recibió su revista en mano.

El show arrancó puntual con una banda emblemática del rock mexicano: Tex-Tex, quienes empezaron a calentar la noche con clásicos como Te vas a acordar de mí y Ahora que no vives conmigo. Su participación fue rápida, pero contundente.

Como siempre estamos apoyando a nuevas bandas, tuvimos la presencia de Okktli, con una propuesta que mezcla el metal con algunos elementos prehispánicos en su lírica y concepto.

Después de estos dos fabulosos actos musicales, vino la presentación de la revista, a cargo de nuestro querido Pasto Pastor, Director de TSOM Studio y conductor del podcast Rockabulario. Pasto agradeció a toda la gente involucrada: colaboradores, fotógrafos, editores, diseñadores y, por supuesto, a los seis rockstars que salieron en la portada (María Daniela, Gil Cerezo, Jaime López, Alemán, Abulón y El Cha) y a Víctor Cruz, fundador de Rockabulario y de la revista C-Level, el arte de dirigir.

Para sorpresa de todos, la fiesta continuó entre máscaras y cabelleras con un encuentro de lucha libre que reunió a dos exóticos: Zorayita y Cariñoso Jr. Ambos hicieron gritar y reír al respetable público.

A la fiesta le faltaba más rock y empezaron los palomazos para hacernos bailar, cantar y gritar. Manuel de Guillotina nos regaló un poco de grunge con canciones como Otra vez y Aquí. También cantamos Paquita Disco y Gavilán o paloma, a cargo de Héctor Quijada de La Lupita. Ismael Salcedo nos hizo corear éxitos de Los Daniels, como Quisiera saber

Dos grandes sorpresas nos llenaron de nostalgia: la reunión de Liquits y María Daniela regalándonos una versión rockera de Miedo. La banda de la casa,

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Aurora, liderada por Cuceb Piloto, se enfiló hacia el fin de la fiesta, no sin antes ponernos a cantar Mi vida en la versión de DLD, acompañados de su bajista Pijey.

Como último acto, el escenario se llenó de surf con la presencia de Lost Acapulco y rolas suyas tan emblemáticas como Tangatutanga, poniéndonos a bailar para despedir la preposada que, además, fue aderezada con un segundo acto de lucha libre.

¡Veámonos en la próxima fiesta de Rockabulario!

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Dos grandes sorpresas nos llenaron de nostalgia: la reunión de Liquits y María Daniela regalándonos una versión rockera de Miedo

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Me voy

Letra y música: Julieta Venegas

Intérprete: Julieta Venegas

Álbum: Limón y Sal (2006)

Saca la guitarra, la armónica, el ukelele, el acordeón o el teclado, y lánzate a cantar este gran éxito.

D = Re mayor A = La mayor Bm = Si menor G = Sol mayor

Porque no supiste entender a mi corazón

Lo que había en él

Porque no tuviste el valor de ver quién soy

Porque no escuchas lo que está tan cerca de ti

Solo el ruido de afuera

Y yo que estoy a un lado desaparezco para ti

No voy a llorar y decir que no merezco esto

Porque es probable que lo merezco

Pero no lo quiero

Por eso me voy

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D G G A Bm A D D D A G G A A A Bm G G D GA D G D

Qué lástima pero adiós

Me despido de ti y me voy

Qué lástima pero adiós

Me despido de ti…

INSTRUMENTAL

Porque sé que me espera algo mejor

Alguien que sepa darme amor

De ese que endulza la sal y hace que salga el sol

Yo que pensé nunca me iría de ti

Que es amor del bueno de toda la vida

Pero hoy entendí que no hay suficiente para los dos

No voy a llorar y decir que no merezco esto

Porque es probable que lo merezco

Pero no lo quiero

Por eso me voy

Qué lástima pero adiós

Me despido de ti y me voy

Qué lástima pero adiós

Me despido de ti y me voy

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A A D D G G A A A A A D Bm G G D
A A G G Bm Bm D D
D Bm D A G G A G A D G A G D G D
CORO
A A G G Bm Bm D CORO
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