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Sanitización y distribución

Durante el inicio de la pandemia explotó la crisis sanitaria que veníamos evidenciando por décadas en los territorios, más aún en la periferia y sectores rurales donde se experimenta con mayor crudeza el limitado acceso a un sistema de salud digno e igualitario, que sumado a las declaraciones de autoridades de gobierno en esa época producto de una brutal desconexión con nuestra realidad, terminaron provocando un colapso total del sistema de salud que nos empujó a tomar resguardos y buscar soluciones en comunidad.

Es así como surge nuestra necesidad de crear un protocolo de cuidados y prevención para la salud comunitaria que fuera acorde a nuestro contexto y que nos permitiera ejecutar el proyecto con seguridad tanto para el equipo como para la comunidad, ya que en la mayoría de las poblaciones donde trabajamos se repiten dos factores que nunca fueron considerados por las autoridades que difundieron el plan de Gobierno. Por un lado la población de la tercera edad que en su mayoría vive en el abandono y que realiza esfuerzos incluso empleándose informalmente, quienes pueden y con mucho esfuerzo, para poder sobrevivir con una “pensión de muerte” como ellos y ellas mismas denominan, necesitaba un apoyo constante y ojalá en su mismo domicilio al ser uno de los principales grupos de riesgo de contagio. Y por otro lado el alto y cruel nivel de hacinamiento que se vive en la periferia, situación que se agudiza en las poblaciones cuando esta vulneración de derechos va más allá de las inhabitables y pequeñas dimensiones de una vivienda, también lo block de departamentos, o en la falta de espacios comunes y para qué decir de la inexistencia de áreas verdes. Esto sumado a que la mayoría de las personas que ahí habitan trabajan informalmente o en empleos esporádicos, por lo que necesitan generar recursos día a día para poder vivir y por lo tanto se torna imposible el quedarse en casa o aislarse en una pieza en caso de contagiarse.

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Es por esto que son muy relevantes las instancias que faciliten la formación de redes, cooperación, acceso y acompañamiento en salud, educación y cuidado del entorno, con lo que surge este protocolo, desarrollado por el equipo para la salud comunitaria liderado por nuestro compañero Simón Farías Rojas, para ser aplicado en cada etapa del proyecto tomando en cuenta los cuidados recomendados por la OMS, ACHS e IST a la cadena de labores de recolección, distribución y manipulación de alimentos y residuos, con la naturaleza y con nuestra salud. Los objetivos de este protocolo son tener un “paso a paso” para el resguardo y seguridad de todas las personas partícipes de la Minga y que sea versátil, así las organizaciones que trabajan para alimentarnos colectivamente en tiempos de crisis y pandemia puedan aplicarlo también. El documento fue puesto a libre descarga desde nuestra página web y también lo imprimimos como una pequeña revista en papel reciclado para ser repartido a cada familia participante.

Gestión de alimentos: sanitizar, envasar y armar cajas

Debido a la pandemia se visibilizó lo indispensable que es la sanitización en la manipulación de alimentos, en todas sus etapas, por lo que recomendamos gestionar los alimentos siempre con las medidas sanitarias y de prevención, (guantes, mascarilla y overoles), además de seguir el siguiente orden:

En el lugar donde estamos recuperando o comprando, asegurarnos de recibir la guía de despacho o factura como respaldo y contabilizar que estén todos los alimentos confunden por la cantidad de organizaciones que recuperan.

Trasladar desde el centro de recuperación al centro de operaciones donde tenemos nuestra bodega de almacenaje y distribución.

Sanitizar los alimentos que llegan al centro donde funciona la bodega de almacenaje y el espacio para la organización comunitaria. Se higieniza con una bomba pulverizadora al descargar, antes de ser almacenados y si es necesario envasar alimentos, también se realiza previamente a las bolsas que vamos a ocupar.

Pesar y contabilizar los alimentos que llegan y están sanitizados, ya que este dato nos servirá para nuestro registro de impacto y transparencia, además del ingreso al inventario con los datos reales que después nos guiarán en la distribución. Esto para todos los alimentos que ingresen.

Revisar los alimentos disponibles en la bodega que han quedado de las semanas fundamental antes de comenzar la distribución.

Distribuir los alimentos en las planillas de cada comunidad, de acuerdo al inventario y según necesidades. En este paso es importante separar el contenido que tendrá cada caja de acuerdo a la cantidad de integrantes del grupo familiar, o en el caso de olla común, de acuerdo a la cantidad de familias.

Contabilizar y ordenar las canastas según comunidad, revisar que estén todas las cajas con los nombres de cada familia y dirección según corresponda para disponerlas en una sala donde se realizará el armado. Para esto imprimimos una lista que nos permite ir tickeando cuando está lista cada canasta.

Traspasar la información de la planilla de distribución de alimentos de cada comunidad a una pizarra dispuesta en la sala de armado para que todo el equipo que concrete esta tarea pueda estar visualizando constantemente el contenido que llevará cada comunidad y canasta.

Armar las canastas, o separar alimentos que van a olla común, para entregar a los o las lideresas de esa comunidad que luego distribuyen en su territorio.

Imprimir las planillas de entregas de alimentos que sean necesarias de acuerdo a las canastas o la guía de despacho de alimentos para ollas, las que se entregan a les representantes de cada territorio, (JJVV, colectivo, etc), que harán la distribución.

Recuerda que puedes revisar en detalle cada uno de estos pasos en la página 59 (Roles y responsabilidades).

Planilla de distribución de alimentos

Como se puede ver en la página 88 (Planilla de distribución de alimentos) es muy importante anotar lo que cada familia recibe para entregar una canasta variada y nutritiva. Poner la misma planilla que en la página 89 (Luego viene la parte de la distribución )

Entrega de alimentos La entrega se realiza en dos modalidades:

Cajas de alimentos: Las familias llegan a la fundación con sus bolsas reutilizables a buscar los alimentos que se almacenan en una caja de plástico que está etiquetada con el nombre del o de la representante de la familia, si no puede ir a retirarla se le lleva a la casa. Para corroborar la entrega (anexo 3) y esta luego se debe enviar a la Red de Alimentos.

Olla común o comunidad: En esta modalidad la entrega de alimentos se realiza por la totalidad de las familias, esto corresponde al total de lo que aparece en la planilla de registro donde se realiza la distribución de alimentos. Al realizar la entrega el líder o lideresa de la comunidad tiene tanto de entrega como para el inventario.

Gestión de residuos

Como hemos visto a lo largo de este texto, los desechos o basura que generamos en nuestro diario vivir tiene como desenlace diversas problemáticas socioambientales, es por esto que es indispensable para nuestro buen vivir el buen manejo de nuestros residuos y cambiar el paradigma hacia un consumo responsable y, también en este caso, una ejecución responsable de cada proceso.

Como primer paso debemos disponer de un espacio para acopiar algunos de los residuos generados en todo el proceso y es necesario recordar que estos deben estar limpios, secos y separados por tipo. Para esto recomendamos fabricar cubos de madera hechos con pallet revalorizados o bien conseguir tambores de metal grandes, (260 lt), de algún negocio del territorio, en nuestra comuna encontramos estos recipientes en los restaurantes de comida china.

Por otro lado, necesitamos también elaborar un catastro de recicladores y recicladoras de base que trabajen en el territorio, contactos que generalmente entregan los mismos vecinos y vecinas ya que, en muchos casos, pertenecen a la invisibilizado y mirado en menos, por lo que es fundamental comentarles del proyecto e invitarles a ser parte de esta gran red territorial.

En el armado de canastas: El proceso de armado comienza con la descarga del camión y la disposición de los alimentos en la bodega, por lo tanto al sacar los alimentos de sus que más se repiten están los cartones y plásticos, estos se pueden separar y guardar para posteriormente entregar a los y las recicladores base con quienes establecemos un vínculo.

Por otra parte también es importante que cada vez que entregamos las canastas les recordemos a las y los vecinos que traigan de vuelta los residuos para ser gestionados en la fundación o entregarlos a un o una recicladora base.

En ollas comunes: Como en las ollas comunes la entrega de alimentos es en grandes cantidades, debemos mantener la intención de que se fomente el uso de bolsas reutilizables, es por esto que los alimentos como legumbres y cereales son entregados en sacos o en bolsas reutilizables de mayor capacidad, según sea la cantidad que estamos entregando. Estas bolsas deben volver para una próxima entrega y este ciclo solo será efectivo manteniendo un vínculo con la comunidad.

Entonces, ya tomando las precauciones y acercando estas prácticas conscientes o sustentables, resta ocuparnos de los residuos que se generan en mayor cantidad, la materia orgánica, que básicamente son los restos de vegetales y/o frutas que estamos cocinando, además de cartones y servilletas. Este conteo lo hicimos de forma participativa e interactiva a través de una pizarra que cada comunidad ubicó en el lugar donde se realizaron las ollas, en la cancha, la sede o el pasaje, posicionando nuestros espacios comunes como un espacio más de Eco educación popular y de construcción colectiva de la sustentabilidad obteniendo muy buenos resultados, por ejemplo en la comunidad Cinco Pinos, se reciclaron más de 2.240 kilos de materia orgánica.

La recolección de residuos orgánicos se hizo en tambores de plástico de 80 litros, reutilizados desde las industrias del territorio, los que se llenaban durante la semana para luego hacer entrega al equipo de agroecología Mingako que disponía adecuadamente de ellos en las camas de lombricultura. Cabe señalar que el resultado de este ciclo biológico de economía circular es el vermicompost que se ha ocupado en los huertos comunitarios instalados en la misma comunidad que se hizo cargo de forma responsable.

En la entrega: Al momento de entregar los alimentos es importante recordar a les vecines que retiran sus cajas, que pueden llevar los residuos generados en las canastas al lugar que funcionará como su centro de abastecimiento y contarles que estos serán gestionados reciclador/a. Si bien en nuestro caso no resultó como esperamos en un comienzo, al pasar las semanas y sobre todo fortaleciendo los lazos, esta dinámica comenzó a dar resultados, por lo que recomendamos persistir en facilitar la eco educación con respecto a los residuos y una forma de reforzar al inicio es recordar a las familias mediante llamados telefónicos para que guardaran y trajeran de vuelta los residuos. El compromiso creció tanto que luego de un par de meses las mismas comunidades nos pidieron poner puntos de acopio para diferentes residuos en su territorio, los que funcionan hasta hoy e incluso han crecido en cantidad.

Dentro de los residuos que recibimos en este proyecto y que logramos entregar a recicladores de base fueron botellas desechables, (plástico n°1 PET), plástico n°4 y n°5, cartón, latas, vidrio, aceite y también envases de yogurt, (n°6), los que logramos reciclar en nuestras máquinas Precious Plastic que utilizamos en el Laboratorio de fabricación popular.

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