
2 minute read
Comunidad
from Minga Popular
Luego de diseñar participativamente la iniciativa que recoge las necesidades, inquietudes y sueños de una comunidad, debemos pasar a la solo en la acción generamos el cambio que tanto anhelamos y merecemos vivir. Es cierto que muchas de estas acciones deberían ser apoyadas por el estado o cubiertas como el derecho básico que son la alimentación, el vivir en un medio ambiente libre de contaminación o la vida digna, pero en la San Bernardo, como en muchas otras comunas periféricas de la RM o también de otras regiones que se ven afectadas por la centralización del país, los efectos de la pandemia y la crisis social profundizaron problemáticas que tienen su raíz en una desigualdad estructural impulsada por un sistema de dominación múltiple que pone en el centro la acumulación de la riqueza de una minoría a costa de la precarización de la vida de la mayoría de la población y la explotación de la tierra. Así lo indica el último Reporte de Desigualdad Mundial 2022 resaltando a Chile como un país que registra 120 años de desigualdad extrema, donde el 1% de la población con mayor ingreso concentra el 26,5% de los ingresos totales y un 49,6% de la riqueza total del país, (Reporte de Desigualdad Mundial 2022, World Inequality Lab Chancel, Piketty, Sáez y Zucman). Esta profunda desigualdad se observa en la desconexión con la realidad de las autoridades, lo que genera un claro sentimiento de abandono e indiferencia, o también en el motor que nos mueva a buscar soluciones, a crear colectivamente las ideas de subsistencia, porque ¿Quién mejor que la misma comunidad para reconocer e idear las formas que le puedan ayudar a resolver sus problemas?, y es en este caminar colectivo donde el trabajo se consolida, fortaleciendo nuestra autogestión, autonomía y poder popular, sin olvidarnos desde dónde y por qué nace esta iniciativa, ya que en cada acción se fortalece nuestra dignidad, la que nunca dejaremos de exigir, luchar por ella y construir.
Advertisement