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Economía Social y Solidaria

La economía convencional basada en la producción no solo de la materia, maquinaria industrial y no de la vida comunitaria, generando una creencia individual del ser humano, con un solo objetivo de “mejorar” su situación. Así, en la modernidad capitalista patriarcal, aprendemos desde temprana edad a darle prioridad a la producción y al consumo a costa de otras formas de valorar la existencia, pasando de Ser a poseer (Escobár, 2016).

El concepto de Economía Social y Solidaria (ESS) surge a mediados del siglo pasado como una solución frente a la desigualdad que genera el sistema capitalista y que se comenzó a visualizar con el surgimiento de la revolución industrial, proponiendo así una estrategia de resistencia frente a la precarización de la vida y las injusticias sociales que ya se comenzaban a vivenciar en ese entonces. Propone unas prácticas alternativas al sistema económico actual mediante la aplicación de valores universales, como la equidad, la justicia, la fraternidad económica, la solidaridad, el compromiso con el entorno y la democracia directa. Para la ESS estos son los valores que deben regir la sociedad y las relaciones entre las personas, aunque a menudo podemos ver la sorpresa que provoca combinar ambos conceptos en una sola expresión como si la palabra “economía” y la palabra “solidaridad” que forman parte de un lenguaje común, sólo pudiesen convivir en discursos separados como indica Luis Razeto.

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El concepto de Economía Social y Solidaria (ESS) abarca una diversidad de experiencias prácticas que pretenden dar respuesta a los graves problemas de desigualdad que el sistema actual genera y que han ido tejiendo una red de iniciativas que juntas constituyen otra visión de la economía. Tomando la ésta como “la ciencia social que estudia los recursos, la creación de riqueza y la producción, distribución y consumo de bienes y servicios, para satisfacer las necesidades humanas”, la ESS pone en el centro de la economía el bienestar de las personas, situando los recursos, la riqueza, la producción y el consumo como meros

Es así como podemos decir que la economía social y solidaria nace como una propuesta de “Diseño Social” que se integra a la sustentabilidad, desarrolla valores centrados en la comunidad y en la crítica del enriquecimiento propio a base del individualismo económico, paradigma que para nuestra organización es uno de los pilares fundamentales en la ejecución de proyectos y actividades, conjunto con los valores referidos a la colaboración, el ser sobre el tener y el trabajo colaborativo, horizontal e inclusivo, ocupándose del desarrollo integral de las personas y fomentando la colaboración por sobre la competencia, tal como lo hace la naturaleza, como la base para conseguir la sustentabilidad comunitaria a través de Parte importante del desarrollo de este camino social, justo y ecológico son los principios y ejes que proponen el marco de este modelo económico según la REAS, (Red de redes de economía alternativa y solidaria), los que compartimos a continuación:

Ejes:

La Autonomía como principio de libertad y ejercicio de la corresponsabilidad. La Autogestión como metodología que respeta, implica, educa, iguala las oportunidades y posibilita el empoderamiento.

La Cultura Liberadora alternativos que nos ayuden a buscar, investigar y encontrar nuevas formas de convivir, producir, disfrutar, consumir y organizar la política y la economía al servicio de todas las personas.

El Desarrollo de las Personas en todas sus Dimensiones y Capacidades, físicas, psíquicas, espirituales, estéticas, artísticas, sensibles, relacionales, en armonía con la naturaleza, por encima de cualquier crecimiento desequilibrado económico,

La Compenetración con la Naturaleza, siendo parte responsable de un todo.

La Solidaridad Humana y Económica como principio de nuestras relaciones locales, nacionales e internacionales.

Principios:

Principio de equidad: Consideramos que la equidad introduce un principio ético o de justicia en la igualdad. Es un valor que reconoce a todas las personas como sujetos de igual dignidad, y protege su derecho a no estar sometidas a relaciones basadas en la dominación sea cual sea su condición social, género, edad, etnia, origen, capacidad, etc. La igualdad es un objeto social esencial que cuando se vincula con el respeto y reconocimiento a la diferencia, lo denominamos equidad.

Principio de trabajo: Consideramos que el trabajo es un elemento clave en la calidad de vida de las personas, de la comunidad y de las relaciones económicas entre la ciudadanía, los pueblos y los Estados. Reconociendo la importancia de recuperar la dimensión humana, social, política, económica y cultural del trabajo que permita el desarrollo de las capacidades de las personas, produciendo bienes y servicios que busquen satisfacer las verdaderas necesidades de la población.

Principio de sostenibilidad ambiental: Se considera que toda actividad económica y productiva está relacionada con la naturaleza al estar insertas en ella, por lo que la compenetración y el reconocimiento de sus derechos es un punto de partida. De esta forma se impulsa que todas las acciones se ejecuten en respeto y armonía con ella, evaluando el impacto de forma permanente.

Principio de cooperación: Se favorece la colaboración en lugar de la competencia, dentro y fuera de las acciones vinculadas a la organización. Fomentando el aprendizaje y el trabajo cooperativo entre personas y organizaciones, mediante procesos de colaboración, de toma de decisiones conjuntas, de asunción compartida de responsabilidades y deberes, que garanticen la máxima horizontalidad posible a la vez que respeten la autonomía de cada una, sin generar dependencias.

El modelo económico que practicamos y económicamente viables, sostenibles e integralmente rentables, cuyos los proyectos así como al apoyo de otras iniciativas solidarias de interés general, participando de esta manera en la construcción de un modelo social más humano, solidario y equitativo.

Principio de compromiso con el entorno: Este se concreta en la participación en el desarrollo local, sostenible y comunitario del territorio, donde las organizaciones están plenamente integradas en el entorno donde se desarrollen sus actividades, lo que implica generación de redes y cooperación para fortalecer el tejido social.

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