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Qué es la Minga Popular

En San Bernardo, como en muchas otras comunas periféricas de la Región Metropolitana o también de otras regiones que se ven afectadas por la centralización del país y que viven con a un alto índice de vulnerabilidad, los efectos de la pandemia y la crisis social generan y profundizan un entramado de problemáticas socio ambientales que dada la urgencia, requieren soluciones participativas, comunitarias y de rápido efecto, pues no es difícil constatar que en la actualidad la vida está en juego. Por esto, reconociendo y haciéndonos cargo de la responsabilidad colectiva que como fundación hemos trabajado activamente durante ya casi 7 años y de la mano con Fundación Lepe, es que articulamos varias de nuestras propuestas de acción para crear el proyecto “Minga Popular, por la resiliencia

Es así como el 28 de mayo de 2020 nace este proyecto que, junto con el abastecimiento de alimentos de forma colaborativa, genera un gran impacto positivo social y ambientalmente ya que integra la gestión de residuos desde las ollas comunes y familias que son parte, reciclaje orgánico para gestionar responsablemente los residuos vegetales y para la producción de vermicompost que es utilizado en las huertas comunitarias dispuestas en espacios colectivos de las diferentes comunidades, reciclaje de los mismos residuos plásticos generados en la entrega de alimentos para fabricar viseras de protección facial, 100% bajo economía circular, que fueron entregadas a cada familia en el momento de mayor crisis sanitaria, además de cartones, tetrapack y latas que son entregadas a recicladores y recicladoras de base del mismo territorio para seguir dinamizando la economía

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Sumado a esto se integran dos factores relevantes, por un lado la vinculación con familias agricultoras campesinas de producción agroecológica o en transición hacia la agroecología, de la zona sur, (Paine, Lo Herrera, Pirque, Calera de Tango y San Bernardo), a través de una relación horizontal y transparente como parte fundamental de un proceso de comercio justo para la compra de hortalizas, tubérculos, frutos secos y cereales que nos permiten complementar la recuperación de alimentos. Mientras que por otro lado sumamos la facilitación de educación ecológica en cada comunidad y en los almacenes que son parte de la red de abastecimiento, entregando las canastas en cajas y bolsas reutilizables, promoviendo las ollas comunes sin desechables donde cada vecino y vecina asiste con su olla, pote y taza, instancias que van acompañadas de talleres de huertas, medicina natural, reciclaje orgánico, segregación responsable de residuos, consumo buscan desarrollar, junto a los propios vecinos y vecinas, productos fabricados de forma colaborativa y bajo los principios de la economía circular revalorizando residuos de la misma comuna en procesos de reutilización y reciclaje, para su posterior comercialización de forma justa en la tiendita de mingako, plataforma comunitaria para apoyar el ingreso familiar y la economía popular del barrio.

De esta forma, y muy lejos de una lógica asistencialista, es que se han integrado las distintas comunidades participando desde el inicio del diseño del proyecto, forjando una micorriza con eje central en el abastecimiento de alimentos. Es así cómo se integró en primera instancia la Junta de Vecinos Juanita de Aguirre, seguida por la Junta de Vecinos Pedro Aguirre Cerda, la Junta de Vecinos Cinco Pinos, Comunidad Las Hortensias, Campamento Felipe Cubillos, sumando luego a Villa Cordillera, Andes III, Agrupación de Juntas de Vecinos Centro-Sur y Población Santa Marta de la misma comuna. Algunas de estas comunidades se encuentran constituidas legalmente, mientras otras nacen de la organización espontánea de los vecinos y vecinas.

Este proyecto busca dar solución al presente estado de inseguridad alimentaria y a la cada vez mayor precarización de la vida impulsada por el sistema neoliberal impuesto y que se ha visto acrecentada por la pandemia debido a la imposibilidad de generar recursos en el día a día desde empleos informales, factor común dentro de nuestro territorio para las personas jóvenes y adultas, o la incapacidad de obtener recursos adicionales de forma esporádica para complementar la baja pensión que reciben adultos y adultas mayores. Según el informe sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI) 2020 de la FAO, Chile aparece con el 15,6% de su población con inseguridad alimentaria severa o moderada, situación en la que se encuentra una gran cantidad de familias pertenecientes a las comunidades de la minga, enfrentando incertidumbres respecto a una necesidad tan básica como su capacidad para alimentarse viéndose obligadas a aceptar menor calidad o cantidad en los alimentos que consumen. Mientras que otro menor porcentaje se encuentra en estado de inseguridad alimentaria severa, sobre todo en la población de adultos mayores, lo que nos impulsó a formar esta red de abastecimiento, en un inicio, para 8 ollas comunes y 150 canastas en promedio cada semana, apoyando cerca de 2300 personas semanalmente, cantidades que fueron variando de acuerdo a la realidad mensual de cada comunidad.

Junto con el impacto social, esta iniciativa persigue un impacto positivo al medio ambiente ya que la entrega de alimentos se basa en la recuperación de estos por no cumplir con (des)criterios de calibre, estética, su cercanía con la fecha de vencimiento o estar mal rotulados, pero que se encuentran en perfecto estado nutricional, lo que resulta ilógico en relación al panorama actual de crisis. Y para contribuir a una alimentación saludable y balanceada, los alimentos recuperados se complementan con legumbres, cereales y hortalizas que son comprados a productores locales de la zona sur y de producción agroecológica o en transición a esta como señalamos anteriormente.

El funcionamiento de este proyecto se logra gracias a una gran red de acción comunitaria, donde fundación y comunidad nos encargamos de la logística y sanitización de los alimentos, los que se acopian en nuestro Centro Ecoeducativo, la distribución de estos se realiza tomando en cuenta, junto a las comunidades, las entregas anteriores y los alimentos disponibles para cada semana y cada comunidad ha generado un compromiso en la recolección de residuos para su posterior reciclaje entregando estos semana a semana para su correcta gestión, como detallaremos más adelante. También, debido a la pandemia, hemos adaptado un protocolo de salud para la prevención del Covid-19 en la comunidad, adecuado al contexto local, ollas comunes y espacios reducidos, elaborado por el equipo de salud de la enfoque ecológico basados en la Economía Social y Solidaria como modelo de negocio y la economía circular como modelo de producción, para impulsar la autonomía y autogestión de las familias, a través de la entrega de técnicas que les permitan fabricar productos ecodiseñados que posteriormente se comercializan en las plataformas que dispone la organización, aportando con esto a la economía familiar. Estos pasos y el documento que detalla el funcionamiento de la iniciativa, equipos de trabajo, modelo organizacional, relacionamiento comunitario y con productores locales además de la captación de recursos y la eco educación, se han puesto a disposición en la presente sistematización.

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