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Poesía simple, reporte en la isla
líquidos saturados y aguas servidas. Que tus aguas fluyan libremente, Refrescando el entorno de nuestra hermosa isla, que toda criatura, aquí se encuentre, con la paz y la alegría que tú brindas.
Isla Municipal, hoy me despido... porque de toda actividad ya fuí apartado, solo espero poder llegar a tiempo, antes que las puertas del cielo hayan cerrado. Que no caigan mis versos en los surcos, que preparados debe tener la gente... Mi poesía simple y el sepulcro, no se llevan, porque son diferentes
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MIGUEL LEONNARD
Ron y las tormentas bajo la isla
Ron despertó temprano ese lunes por la mañana, se abrocho la camisa, tomo los cuadernos que encontró más algunas pastillas por si llegaba a necesitarlas y se dirigió a su liceo, volaba con su bicicleta por las calles de su ciudad escuchando música mientras en la esquina el viejo Benito vendía parches curitas porque seguro la pensión no había alcanzado de nuevo, el olor a cerveza y cigarro se sentía por todas partes y el pelo despeinado de ron tapaba sus ojos. al llegar a su primera clase se sentó al final, nunca fue de amigos por lo que espero al profesor mientras rayaba su cuaderno hasta que la voz de ella lo despertó, La primera vez que Julieta se acercó a él, no se conocían todavía ya que ella era nueva pero hablaron toda la clase como si se conocieran de toda la vida y a partir de ahí se volvieron grandes amigos, Julieta le enseño matemáticas y ron le enseño música rara, Julieta le enseño sobre química y él le enseño a trepar árboles, a Julieta no le gustaba llegar a su casa, nunca dio explicaciones, prefería quedarse en la isla de su ciudad, la verdad ninguno sabia porque se llamaba “isla de Pitrufquen ”pero se sentía bien al lado del rÍo escuchando a ron tocar la vieja guitarra de su abuela.