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Lavando lana

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La silueta

La silueta

Terminamos nuestro desayuno y nos encaminamos al río, a la isla donde iba cuando era niño.

-Está cambiado acá mamita, le dije.

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- Está hermoseado me contestó.Dice la alcaldesa que debemos cuidar este lugar y mantenerlo ordenado, ya que no faltan los maldadosos que lo quieren destruir. - Sí mamá, veo que ahora hay estacionamientos.

Caminamos hacia el río, mientras ella me contaba de cómo estaban cuidando la isla.

Por fin llegamos, ella buscó un lugar en donde poder lavar su lana. Se adentró un poco en el río y me dijo, - ¡aquí la lavaremos¡ - Está bien mamá le contesté

Luego comenzó con su ritual, así le llamo yo, porque le pide permiso al río para ocupar sus aguas y luego le agradece porque aún se puedan usar.

-Mamita, le dije. ¿Se acuerda cuando veníamos a pasear a la isla con mi madrina y la Rosi?

-Como no recordarlo hijo.

-¿Se acuerda cuando se nos quemó el asado con el Juanjo, por estar piropeando a las chiquillas que venían llegando? Usted se enojó porque nos quedamos sin el almuerzo y tuvimos que comer huevos duros y pan.

- Si hijo, si me acuerdo de ese día, nos pasaron muchos accidentes. La Rosi se cayó en las murras por ir al baño, pobre Rosi, quedó todita rasguñada. Ahora están limpios los caminos y tenemos baños.

Sabes, antes de la pandemia hicieron un lindo show acá y también se puso una feria con artesanías y productos locales.Vino bastante gente y dejó a la isla a otro nivel.

Tú estabas por la capital esa vez.Ojalá vuelvan a repetir esos eventos.

¿Te imaginas celebrar el aniversario de Pitrufquén acá con fuegos artificiales?

-Mi mamita y sus deseos que ojalá se cumplan.

¿Te acuerdas mamá cuando el río se llevó la canasta con la lana de mi madrina, y que casi se ahoga tratando de alcanzarla? Como nos reímos ese día mamá

Ay mamita, tantos recuerdos en esta isla, le dije con nostalgia. Así es hijo, por esta razón no debemos terminar con nuestras tradiciones.

-Las aguas del río Toltén son mágicas me dijo, los tejidos quedan maravillosos porque sus aguas traspasan su belleza y pureza a la lana, y sabes ¿por qué? Lo que pasa, es que estas aguas traen tantas plantitas medicinales arrastradas desde la cordillera, y en ellas vienen los remedios para nuestro cuerpo.Entonces cuando yo lavo la lana, esta queda impregnada de los poderes curativos del agua, los tejidos quedan más calientitos, y la lluvia se encarga de traspasarlos a nuestro cuerpo.

Así seguimos conversando mientras lavábamos la lana.

Oye hijo, mientras termino ve a buscar unas ramitas de maqui para teñir la lana para dejarla de color café clarito. Acá en la isla hay muchos arbolitos que nos sirven. Ah¡, no te olvides de pedirle permiso a los arbolitos antes de cortar las ramitas.

-Bueno mamita, le dije. Tan sabía que es mi viejita pensé….

Terminamos de lavar la lana y la subimos a la carretilla para regresar a casa.

-Hijito, me dijo, esta isla y este río siempre van a estar aquí. Yo me iré de este mundo, pero ellos quedarán acá por siempre. Debemos enseñar a nuestros niños a cuidar de ellos, porque son hermosos y necesarios para todos.

-Si mamita, le dije. Creo que todos estamos tomando conciencia de cómo cuidar nuestra isla y nuestros ríos. Pero usted mamá, también será eterna. Su recuerdo quedará por siempre en esta isla. Cuando ya no esté, vendré hasta acá para sentirla cerca.

Así seguimos conversando hasta llegar a casa. Sentí mucha pena y nostalgia porque pronto debería volver a mi rutina para continuar con mis labores. Sin embargo, mi corazón regresaría lleno de energía y felicidad por haber compartido con mi madre tan bellos momentos y recuerdos, y por haber visitado el hermoso pueblo que me vio nacer.

LORENA SANCHEZ

Los mochileros y el bosque mágico

Agobiados de tanto caminar y ya cansados de tanto estirar los dedos, cuatro mochileros pensaron en poner sus carpas a la orilla de la carretera 5-sur, pero una luz en el fondo les esperanzaba, así que siguieron caminado de sur a norte, hasta que llegaron al peaje de Pitrufquén, y le preguntaron a un misterioso hombre que transitaba a caballo por un camino alternativo.

-Hola amigo ¿disculpe? ¿Cómo se llama este pueblo? Preguntó uno de los mochileros.

“Pitrufquén” , dijo el hombre misterioso.

-¿Sabe donde nos podemos alojar?, preguntó la que iba más cansada.

-Si! pueden ir pal´ rio, hay es lindo y pueden quedarse, tienen que seguir la diagonal, llegar a la plaza y después pregunten a alguien como llegar, les dijo el autóctono.

-Ya gracias amigo por el dato… respondió el que iba medio “chambleado” .

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