La marabunta vuelve a sonar
L Javier Sánchez Jiménez ‘Grisom’
En las jornadas aprenden a respetar a los adversarios y al árbitro que se pasa el partido corrigiendo y enseñando... Es un fantástico espectáculo que finaliza con el tercer tiempo
a situación de la pandemia COVID-19 aletargó la actividad de rugby de los más pequeños durante muchos meses. Con un enorme esfuerzo las escuelas de todo Madrid han seguido llevando este deporte a los chicos a los colegios, a los institutos y los clubes deportivos para que siga vivo y la consecuencia es la primera convocatoria de Jornadas de Escuelas que se hace después de volver a la casi normalidad y en la que quizá se bata el récord de participantes, con un total de 56 equipos de chavales de 5 a 12 años. Tanta ha sido la asistencia anunciada que ha habido que habilitar tres sedes para acoger a casi 800 niños. Esta próxima semana los campos de Orcasitas, Tresolivos y Alcalá acogerán la I jornada de escuelas de rugby de la temporada 21-22. Hay clubes que presentan equipos en todas las categorías y en algunas más de uno, denominando por colores los distintos equipos. Es una actividad recomendable para ir a verla. La explosión de colorido y de júbilo de centenares de niños, ordenados por edades, en campos rotulados y aprovechados al máxi-
mo para acoger en las parcelas adecuadas los enfrentamientos de las diferentes categorías. Los partidos no tienen carácter competitivo sino de aprendizaje. Los jugadores han de saber ser un equipo que ha de actuar en conjunto y con un objetivo común, frente a otro que hace lo mismo. Incluso la organización tiene previsto que cuando haya diferencia técnica entre dos equipos, es decir uno de ellos consiga más de un número de ensayos significativo, se continúe el partido mezclando los equipos, con lo que se equilibran las fuerzas. En estas jornadas aprenden a respetar a los adversarios, a los compañeros y al árbitro que se pasa el partido corrigiendo y enseñando, igual que los entrenadores que a veces pueden pasar al campo a corregir las posiciones de los jugadores. Es un fantástico espectáculo que finaliza con el indispensable tercer tiempo, que en los últimos meses no se ha podido hacer y que aunque sea con productos individualizados, es de obligado cumplimiento. Enhorabuena, la marabunta de niños en los campos de rugby, vuelve a sonar.
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DEPORTES EL TERCER TIEMPO
Boadilla-Pozuelo Noviembre 2021