Manuel Isorna Folgar y Antonio Rial Boubeta (Coords.)
Sumisión química y uso de sustancias psicoactivas en las agresiones sexuales
Prevención, detección e intervención de un problema multidisciplinar

Sumi Sión química
y u S o de Su S tancia S p Sicoactiva S en la S agre Sione S Sexuale S
p revención, detección e intervención de un problema multidi S ciplinar
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José R. Agustina (Dir.)
Manuel Isorna Folgar y Antonio Rial Boubeta (Coords.)
Colección: Atelier Criminología y Sistema Penal
Directora:
Elena l arrauri pijoan
Catedrática en Derecho Penal y Criminología en la Universitat Pompeu Fabra (Barcelona)
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p rólogo
En los últimos años, los datos oficiales referidos al consumo de sustancias psicoactivas en jóvenes y adolescentes, unido a la creciente casuística de los asaltos sexuales asociados al ocio nocturno, vienen suscitando un alto grado de preocupación social. En dicho contexto, han proliferado de manera particular las victimizaciones sexuales en las que el consentimiento sexual de la víctima se ha visto gravemente afectado en sus condiciones normales, llegándose a doblegar su voluntad libre por el uso inducido y subrepticio de sustancias por parte del asaltante (sumisión química, en adelante: SQ) o por el aprovechamiento consciente (o no) de una situación de ausencia de discernimiento provocada por una ingesta voluntaria de la propia víctima (vulnerabilidad química, en adelante: VQ).
En este escenario social, la movilización ciudadana generada a raíz del caso de la Manada, espoleada por una agitación mediática particularmente intensa, ha conducido a la reciente aprobación de la Ley Orgánica 10/2022, de 6 de septiembre, de garantía integral de la libertad sexual, que introduce una modificación sustancial en la estructuración de los delitos contra la libertad sexual, al eliminar la distinción técnico-jurídica (típica) entre abusos y agresiones sexuales, así como una profunda reordenación de la escala penológica y de las circunstancias atenuantes y agravantes aplicables a tales delitos. Y, para mayor estimulación del sentimiento social de inseguridad, en el verano de 2022 asistimos a una escalada de extraños sucesos en los espacios de ocio nocturno en nuestro país, en los que un número importante de mujeres denunciaron haber sido víctimas de un pinchazo sorpresivo con intenciones desconocidas1.
Visto en perspectiva, el derecho penal sexual ha sufrido en las últimas décadas una fuerte e intensa sacudida fruto de los cambios socio-culturales vividos desde la revolución sexual de los años sesenta del siglo pasado. Y, en el vértice de dichos cambios, la función vertebradora del consentimiento se ha visto significativamente propulsada por el movimiento feminista y la perspectiva victimológica que, junto a la liberalización sexual de las costumbres, han venido generando un movimiento social de defensa de la seguridad de las mujeres en el ejercicio de sus libertades. Desde la misma entrada en vigor de la Ley Orgánica de garantía integral de la libertad sexual hemos asistido con perplejidad a una sucesión de revisiones de sentencias, excarcelaciones y rebajas de pena de procedimientos en curso, en las que los acusados o condenados por delitos sexuales se han visto beneficiados por la aplicación retroactiva de la ley del ‘solo sí es sí’, generando más allá de la trifulca partidista, una sensación social de estupor, indefensión y profundo malestar. Con todo, la polémica y debate social suscitado en torno al efecto retroactivo de la rebaja en los marcos penológicos no puede eclipsar un abanico de interrogantes sobre las muy diversas modificaciones jurídicas introducidas que, con sus luces y sus sombras, constituyen hoy norma vigente. Sin embargo, no nos vamos a ocupar aquí de tales controversias jurídicas, sino que nuestro abordaje es de carácter empírico o fenomenológico y desde una perspectiva multidisciplinar.
Esta obra colectiva se propone, de este modo, arrojar luz sobre una de las cuestiones más importantes desde el punto de vista de la prevención, detección y reacción ante las agresiones sexuales. En efecto, resulta evidente que los contextos de ocio nocturno en los que se propicia el consumo, voluntario o subrepticio, de sustancias psicoactivas constituye un factor de riesgo de singular relevancia. En el informe recientemente presentado por el Hospital Clínic de Barcelona con los casos registrados por agresiones sexuales de 1 de enero a 31 de octubre de 20222, el 65% de las víctimas agredidas declararon que antes de ser atacadas se encontraban saliendo de fiesta. Del total de las víctimas por agresiones sexuales (N=556), un 37,6% presentaba indicadores de intoxicación, bien de tipo intencional (17%), bien de tipo oportunista (83%). Nos hallamos, sin duda, ante un reto para la prevención y concienciación de riesgos que merece enfoques multidisciplinares como los que aquí se recogen.
La singular importancia que merece el factor facilitador o precipitante del consumo del alcohol y drogas para la comisión de los delitos sexuales ha sido constatada por diversos estudios, en los que se acredita que el consumo de alcohol y drogas producen, en efecto, un incremento de la victimización sexual (AbbeY et al., 2002; Testa/livingston, 2009), sin que por ello se deba culpabilizar a la mujer
https://www.elespanol.com/reportajes/20220804/pinchazos-espana-denuncias-ninguna-prueba-sumision-quimica/692681045_0.html (último acceso: 10 de enero de 2023).
2. Informe presentado el 24 de noviembre de 2022 a los medios de comunicación bajo el título «Violència sexual atesa a l’Àrea d’Urgències de l’Hospital Clínic de Barcelona» por la Comissió de Violència Intrafamiliar i de Gènere de dicho hospital. Se puede descargar mediante el siguiente enlace: https://www.clinicbarcelona.org/noticias/el-clinic-consolida-su-modelo-integral-de-atencion-a-las-agresiones-sexuales-en-un-contexto-de-mayor-demanda (último acceso: 10 de enero de 2023).
que consume alcohol o tóxicos, como causante de su victimización. Esta circunstancia no debe, en este sentido, generar duda alguna respecto a que es el agresor, casi siempre hombre, quien debe ser responsable criminal de toda agresión inconsentida, y respecto a que es necesario que la prevención se dirija de forma preponderante a la perpetración masculina (Redondo/Martínez-Catena, 2012; Testa/ livingston, 2009).
El uso de sustancias psicoactivas tiene relevancia tanto en la prevención de delitos sexuales (ex ante) como en la imputación de responsabilidad (ex post facto). La ley del solo sí es sí prevé junto a la reforma (que en realidad es adicional) del Código penal, un abanico de medidas dirigidas a la prevención y formación, en sentido amplio, para garantizar la libertad sexual. Sin duda, dentro de los problemas que se pretenden abordar en esta obra, el objeto principal no es otro que tratar de determinar cómo reducir, detectar y reaccionar de forma adecuada ante síntomas de influencia del uso de sustancias que puedan haber afectado en el consentimiento sexual libre y consciente de la víctima. A los efectos jurídicopenales, la disposición final cuarta modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, lleva a cabo, como ya señalamos la eliminación de la distinción entre agresión y abuso sexual, considerándose a partir de ahora «agresiones sexuales» todas aquellas conductas que atenten contra la libertad sexual sin consentimiento. Y, por lo que aquí especialmente interesa, debe destacarse que a partir de la reforma se introduce expresamente como forma de agresión sexual (y no simple abuso sexual) la denominada «sumisión química», cuando el agresor se sirva del uso de sustancias y psicofármacos que anulan la voluntad de la víctima. Y no solo eso, la reforma prevé que esta forma de agresión se castigue de manera agravada con un marco penológico sensiblemente superior al de una violación simple (la pena prevista es de 7 a 15 años de prisión, frente a la de 4 a 12 años señalada para la violación sin agravantes). Por tanto, la cuestión del uso de sustancias psicoactivas reviste a partir de ahora mayor relevancia, si cabe, no solo en términos preventivos sino también a los efectos de imputar responsabilidad penal y determinar la pena imponible.
Así las cosas, en esta obra se pone a disposición del lector un interesantísimo elenco de aportaciones multidisciplinares sobre la misma realidad y la diversa fenomenología de los casos de vulnerabilidad y sumisión química. Las distintas aportaciones combinan distintos enfoques metodológicos y disciplinares, necesarios para abarcar la complejidad de los problemas objeto de estudio. Tales aportes científicos que ahora se ponen a disposición del público deberían ayudar a los operadores jurídicos a actuar con mayor conocimiento ante un reto como el que plantean estas nuevas formas de atentar contra la libertad sexual.
Más aún, este conjunto de aportaciones puede prestar un servicio muy valioso, a modo de manual, para diversas carreras o especialidades, tanto del ámbito sociosanitario (medicina y psicología forense o psicología comunitaria) como en el
educativo en sentido amplio (educación social, psicología educativa, psicología de la salud), así como en el ámbito del trabajo social y, por supuesto, en el de la criminología, que los incluiría a todos ellos. Sin duda, estos trabajos deberían haberse utilizado no solo como base previa para cualquier reforma legislativa en la materia, sino también para el diseño e implantación de políticas públicas relativas a la prevención, detección e investigación de los problemas objeto de estudio. No existe en España ningún manual que aborde de forma integral y multidisciplinar el problema del uso de drogas facilitadoras del asalto sexual (Drug-Facilitated Sexual Assault) [en adelante, DFSA] y la recolección de los trabajos que aquí se incorporan posee una función esencial, también en la línea de ayudar a trabajar con conocimiento de causa en los programas de prevención y formación que se proponen en la nueva Ley Orgánica de garantía integral de la libertad sexual. Se persigue, en definitiva, un triple objetivo:
(1) Establecer una base de conocimiento sólida en torno a una temática de gran preocupación social, recogiendo de forma clara y rigurosa los diferentes conceptos teóricos que se relacionan con la violencia sexual ejercida a través de las DFSA, su consideración legal, así como los síntomas y perfiles tanto de la víctima como de los agresores.
(2) De igual modo, y con un claro enfoque aplicado, se pretende poner al alcance de profesionales e instituciones los diferentes instrumentos y recursos disponibles en la actualidad, tanto por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, como de los diferentes dispositivos socio-sanitarios, en lo referido tanto a las pruebas de laboratorio que generalmente se emplean para su detección y evaluación en los hospitales, como a los protocolos y/o pautas establecidas para la atención a las víctimas.
(3) Por último, se revisan de forma crítica las medidas preventivas desarrolladas hasta la actualidad y se proponen nuevas líneas de trabajo que, en buena medida, constituyen las claves y desafíos para la lucha contra esta creciente lacra social.
III
En la primera contribución a esta obra colectiva, introducen PanYella-Carbó/ Agustina/Martín-FuMadó los conceptos clave desde un punto de vista criminológico para adentrarse en la diversa fenomenología delictiva que propicia el uso de sustancias psicoactivas, partiendo su análisis de una muestra de sentencias y enfocando el mismo hacia la ulterior prevención. En concreto, en su estudio se examina la concurrencia de distintos factores o categorías en la muestra de sentencias obtenida, abarcando tanto elementos que integran el modus operandi, como aquellos que pueden contribuir a configurar un perfil de agresor y de víctima.
En segundo lugar, Burgos-GarCía presenta un resumen del informe Noctambul@s en el cual se aborda la violencia sexual como uno de los principales riesgos de la noche, principalmente para las mujeres. La especificidad del ámbito del ocio noc-
turno se percibe por una parte de los acosadores como un contexto con una alta permisividad sexual. Se presenta una radiografía de «la noche de marcha», poniendo el foco en la prevención con perspectiva de género, sin promover la limitación de la libertad de las mujeres.
En el tercer capítulo, titulado «El continuum de las violencias sexuales y de género (online vs offline) que sufren las mujeres», Martínez-RoMÁn/RodríguezCastro/LaMeiras-FernÁndez pretenden visibilizar la forma en que se expresa la violencia en la vida de las mujeres como un continuum en el tiempo-espacio. Para entender esta perspectiva de las (ciber) violencias desde una realidad constante y continua a lo largo de la vida de las mujeres, en esta contribución se analizan las situaciones de violencias sexuales que sufren adolescentes y mujeres a lo largo de la vida, tanto en la esfera online como offline, y se profundiza en las intervenciones en el ámbito de la educación sexual, especialmente dirigidas hacia el colectivo adolescente.
GarCía-CouCeiro/Rial/Isorna abordan en cuarto lugar la prevalencia de los casos de SQ, VQ y DFSA que, aunque suelen ser utilizados como sinónimos en multitud de ocasiones por los medios de comunicación, impiden conocer las prevalencias reales de cada una de las casuísticas. Por otro lado, los autores también constatan las bajas tasas de denuncias y consultas sanitarias derivadas de este tipo de agresiones, lo cual dificulta el registro y/o notificación de casos y derivan en una posible infravaloración de las cifras reales.
En la quinta contribución de esta segunda parte, Isorna/BerMejo/Ben AMar abordan las diferentes sustancias con el propósito de someter la voluntad de una persona o alterar su comportamiento con diversos fines, entre ellos el abuso y la agresión sexual. Se identifican los mecanismos de acción de las drogas más utilizadas por los agresores para someter o aprovecharse de las víctimas. En el texto se constata que el consumo de drogas por parte de la víctima y del agresor de forma previa a la agresión, tiende a interactuar con otras variables situacionales, conductuales y del agresor (agresividad del perpetrador, aceptación de mitos sobre la violación, resistencia de la víctima, situaciones sociales de riesgo, etc.).
En el sexto capítulo, Cruz-Landeira/De-Castro-Ríos establecen un perfil de las potenciales víctimas y de los factores de riesgo que suelen acontecer en los casos de SQ y VQ. Por otro lado se aborda el correcto manejo clínico y jurídico de las víctimas de SQ y VQ, funciones esenciales del personal sanitario de los servicios de urgencias, pero el abordaje diagnóstico de estos casos es complejo y no siempre el adecuado. Entre los problemas que se pueden plantear figuran la dificultad para identificar estos casos, ya que, salvo que la víctima refiera haber sufrido SQ, su cuadro puede pasar como una intoxicación etílica o por el consumo de drogas en ambientes de ocio nocturno, pues no siempre hay evidencias claras de agresión sexual. Otros problemas importantes son el no reconocer la urgencia de la atención médica, no tratar a la paciente como una víctima o no documentar las pruebas forenses adecuadas en el momento oportuno, precisamente cuando la víctima no tiene conciencia clara de haber sufrido una agresión sexual es cuando el diagnóstico de sospecha por parte del clínico cobra mucha más relevancia, siendo esencial para activar el protocolo de SQ.
Quintana-touza/Moreno-rodríguez realizan en el séptimo capítulo una revisión de algunos aspectos que se antojan esenciales para la investigación policial, así como algunos hallazgos del estudio que desde la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil se ha hecho de este fenómeno. Los autores ponen el énfasis en aquellos aspectos que desde el punto de vista criminológico y de investigación policial se han mostrado relevantes y pueden ayudar a una comprensión global del fenómeno. Para ello analizan el modus operandi de los agresores, la víctima y la escena del crimen.
En el octavo capítulo, XiFró aborda un fenómeno que causa una gran alarma social, la SQ y VQ en delitos sexuales con agresores múltiples, analizando casos como el de «la(s) manada(s)», es decir, las violaciones en grupo. El autor aborda la intersección de dos aspectos de la violencia sexual que son de gran importancia social, criminológica y forense: la SQ y la VQ y la violencia sexual en grupo (VSG).
Burillo-putze/FernÁndez-alonso muestran en su contribución, desde el punto de vista de los Servicios de Urgencias hospitalarias, la importancia de la correspondiente recogida de muestras de manera precoz para el análisis toxicológico, así como para valoración ginecológica y valoración/apoyo psiquiátrico de las víctimas. La asistencia precoz en el Servicio de Urgencias para la toma de muestras biológicas destinadas a la determinación de tóxicos, aumenta la posibilidad de detección de tóxicos implicados en la agresión sexual/actividad delictiva, y con ello una tipificación más fácil del delito como caso de SQ y, desde el punto de vista de la víctima, una comprensión razonable de lo sucedido, disminuyendo en lo posible su incomprensión o dudas sobre el hecho delictivo, sus sentimientos de culpabilidad, etc.
En el décimo capítulo, lópez-rivadulla/lendoiro belío abordan el papel que desempeña el laboratorio en los casos de SQ. Cabe la particularidad de que en la clínica diaria de un hospital el laboratorio juega un papel complementario y el personal sanitario sabe que lo primero y más importante es el tratamiento inmediato de los síntomas que presenta el enfermo, y no la identificación de la sustancia implicada en la intoxicación. Sin embargo, en los casos de SQ apenas comprometen la salud de las víctimas, pero las características que rodean al caso (retraso en denunciar los hechos, dosis pequeñas de sustancias, etc.,) hacen que el laboratorio juegue un papel esencial en estos casos; rol que intentan destacar a lo largo de este capítulo y que supone para los toxicólogos un importante desafío ya que un buen resultado del laboratorio ante el juzgado es una prueba codiciada para resolver de manera adecuada y objetiva los casos de sumisión.
En esa misma línea, en el capítulo undécimo AlMeida/gonzÁlez/henríquez/ HernÁndez Y boada plantean la posibilidad que las técnicas de screening pueden dar resultados falsos positivos y/o falsos negativos, por lo que todos los resultados han de considerarse presuntivos hasta que se realicen las pruebas confirmatorias (cromatografía de líquidos o de gases acoplada a espectrometría de masas) que son técnicas fiables ya que permiten resultados en base a la detección de la molécula buscada y no en base a la lectura de una posible reacción inmunológica que pueda producirse o no. Por otro lado, también se abordan los factores relacionados con la generación de falsos negativos y positivos en casos de SQ y la necesidad de la existencia de protocolos de actuación ante casos de sospecha de SQ en los
que deben colaborar los profesionales del ámbito clínico, medicina legal-forense y de laboratorio.
Por último, en el capítulo undécimo, GonzÁlez-FernÁndez, Director del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de La Rioja, plantea la importancia de la exploración médica de una víctima de agresión sexual ya que puede ser por sí misma traumatizante, al ser experimentada como «otro asalto» en el peor de los casos o como una situación incómoda e invasiva en el mejor. Por ello cada superviviente debe ser evaluada y tratada como alguien único, anteponiendo sus necesidades como persona y evitando cualquier situación que pueda agravar su estado. El autor establece cuáles son esas «buenas prácticas» que ayudan a evitar la revictimización. A todo ello debe añadirse que estas buenas prácticas son también necesarias con el fin de asegurar el procesamiento de los autores, puesto que la forma en cómo las víctimas son tratadas afecta a la extensión y calidad de la evidencia recopilada, ya que influye en su voluntad de cooperar y en la confianza en el proceso legal.
Esperamos —ese es nuestro propósito principal— que esta obra colectiva contribuya a clarificar las complejas cuestiones que plantea la respuesta social frente al fenómeno de las violencias sexuales facilitadas por el uso de sustancias psicoactivas. Sin duda, es necesario seguir avanzando hacia un modelo integral de prevención, detección y atención a las víctimas de agresiones sexuales. En el ánimo de todos los autores ha estado también presente contribuir a esta importante causa.
Deseamos agradecer a Elena Larrauri, directora de la Colección Estudios de Criminología y Política Criminal, y al editor, Juan J. Trigás, el apoyo entusiasta para hacer posible la publicación de la presente obra colectiva. Y a todos los coautores, por haber contribuido con sus aportaciones a que el resultado que llega ahora a manos del lector suponga una ayuda y un poderoso estímulo para seguir trabajando en construir una sociedad más segura, en la que los instrumentos para combatir las agresiones sexuales sean cada vez más efectivos y coordinados.
El derecho penal y las normas en general poseen un valor limitado en la lucha para reducir la criminalidad en todas sus formas. En este sentido, son determinantes todos los esfuerzos para comprender mejor el contexto sobre el que inciden las normas. Desde esta convicción pensamos que enfoques como el de la presente obra colectiva son particularmente necesarios en un contexto político y social que, en muchas ocasiones, se limita a legislar sin contar con el suficiente respaldo científico ni con los medios preventivos que, en última instancia, junto a la educación y concienciación social, son mucho más decisivos para lograr una sociedad más libre y más segura.
José R. Agustina Manuel Isorna Antonio Rial Barcelona, 20 de diciembre de 2022CRIMINOLOGÍA Y SISTEMA PENAL
En los últimos años, los datos oficiales referidos al consumo de sustancias psicoactivas en jóvenes y adolescentes, unido a la creciente casuística de los asaltos sexuales asociados al ocio nocturno, vienen suscitando un alto grado de alarma y preocupación social. En dicho contexto, han proliferado de manera particular las victimizaciones sexuales en las que el consentimiento sexual de la víctima se ha visto gravemente afectado por sus condiciones psicofísicas, llegándose a doblegar su estado de conciencia por el uso inducido y subrepticio de sustancias por parte del asaltante (sumisión química —SQ—); o bien por el aprovechamiento consciente (o no) de una situación de ausencia de discernimiento provocada por una ingesta voluntaria de la propia víctima (vulnerabilidad química —VQ—).
La ley del solo sí es sí prevé, junto a la reforma de los delitos sexuales, un abanico de medidas dirigidas a la prevención y formación, en sentido amplio, para garantizar el consentimiento y la libertad sexual. El objetivo principal de la presente obra, escrita por reconocidos profesionales e investigadores, pretende determinar cómo prevenir, detectar e intervenir de forma adecuada ante situaciones y personas que presentan síntomas de haber estado bajo la influencia del uso de sustancias psicoactivas y que han podido haber afectado el consentimiento sexual libre y consciente de las presuntas víctimas.
En esta monografía colectiva se pone, por primera vez, a disposición del lector un interesantísimo elenco de aportaciones multidisciplinares sobre la misma realidad y la diversa fenomenología de los casos de vulnerabilidad y sumisión química. Las distintas aportaciones combinan enfoques metodológicos y disciplinares complementarios, necesarios para abarcar la complejidad de los problemas objeto de estudio. Tales aportes científicos que ahora se ponen a disposición del público deberían ayudar en la formación y reciclaje de todos los colectivos profesionales que de una forma u otra actúan ante casos sospechosos de SQ o VQ y así poder actuar con mayor conocimiento ante un reto como el que plantean estas nuevas formas de atentar contra la libertad sexual.
La obra está concebida a modo de manual de especialización para diversos grados o cursos de postgrado, tanto del ámbito socio-sanitario (medicina y psicología forense o psicología clínica) como en el educativo en sentido amplio (educación social, psicología educativa, psicología de la salud), así como en el ámbito del trabajo social y, por supuesto, en el de la criminología, que los incluiría a todos ellos. Sin duda, estos trabajos deberían haberse utilizado no solo como base previa para cualquier reforma legislativa en la materia, sino también para el diseño e implantación de políticas públicas relativas a la prevención, detección, intervención e investigación de los problemas objeto de estudio. No existe en España ningún manual que aborde de forma integral y multidisciplinar el problema del uso de drogas facilitadoras del asalto sexual (Drug-Facilitated Sexual Assault) y la recolección de los trabajos que aquí se incorporan posee una función esencial, también en la línea de ayudar a trabajar con conocimiento de causa en los programas de prevención y formación que se proponen en la nueva Ley Orgánica de garantía integral de la libertad sexual. Para ello se presentan propuestas que, en buena medida, constituyen las «claves y desafíos» para la lucha contra esta creciente lacra social.
ISBN 978-84-18780-94- 3