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Un tesoro de Comitán
from Arenilla 34
by Arenilla
(cuarta y última parte)
Una vida intensa es la que ha vivido doña María del Carmen. Con generosidad nos ha regalado sus recuerdos. Escuchemos la última parte de su testimonio, un testimonio que habla de nuestra idiosincrasia, del modo de ser comiteco. ¡Adelante!
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“Un día llegó el doctor Jesús Kumate, era el jefe de salubridad, con un puño de doctores. Fuimos a Las Margaritas, ahí nos dieron el maletín para trabajar. Un doctor me agarra y me dice: usted va a dar la bienvenida a los médicos que vienen de la Ciudad de México. ¿Yo? ¿Qué voy a decir? Bueno, subí y dije: que Dios me alumbre, les hablé, unos hasta lloraron, porque dije: ellos son unos médicos que nos vinieron a quitar la venda de los ojos, para que podamos ayudar mejor a la humanidad, que no hagamos ninguna cosa mala, que los ayudemos a vivir, porque a veces hay muchos que mueren porque no sabemos cómo ayudarlos, defenderlos, y agregué: quisiera yo tener diez años menos de vida para poder ayudar a la humanidad, hay tantas jóvenes que quieren aprender, a todas ustedes dejarlas bien preparadas, y cuando alguna compañera tenga problemas, llamen, que nos unamos a trabajar en bien de todos.
“Yo viví en Yalchivol muchos años. Ahí nacieron todos mis hijos. Ya mi Eliazar nació aquí.
“Fue muy bonito. A mi trabajo le tuve un cariño tan grande y un amor, una dedicación, porque mi maestro me enseñó: cuando venga tu enferma, tienes que tratarla con mucho cariño, lo mejor que se pueda, no atropellarla, no hacer que tenga miedo, hablar con ella, todas dicen ya me voy a morir, no se van a morir, si se murieran nadie se casara, así conformalas. Y así les decía yo, y todo pasó con bien, no se me murió nadie, ni mujeres, ni mis criaturitas, por eso las tenía yo todas con el doctor, para que las revisara antes que vinieran. Porque algunas andaban andando y no sabían que su bebé ya estaba muerto, trasque ahora me estoy dando cuenta que empieza a faltarles agua, empieza a faltar movimiento del bebé y cuando vienen a ver ya se quedó muerto y ni lo sienten. Decía el doctor: entonces llegan con usted y a usted le van a echar la culpa de que lo mató. Entonces mejor así, si quieren se los saco yo y si no vayan con ella, venían, ahí nacían, pero ya sabían que estaban muertos. Ay, Dios de mi vida, no lo he dicho con nadie, hay cosas muy tristes, muy tristes, trasque hay gente que no nace bien, nace deforme”.