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S CAFETERÍA

Un espacio íntimo, cálido, con excelente servicio; un espacio que refleja la pasión que le imprime la señora Angélica María Muñoz García, con el respaldo y experiencia de su joven hijo, el empresario Roberto Bolaños Muñoz. Ambos traen en la sangre y en el espíritu el gusto por la gastronomía. Su familia tiene una panadería muy conocida en Comitán, con cuarenta y dos años de trayectoria.

Hoy día, GELY’S CAFETERÍA se ha posicionado en primer lugar en el gusto de muchísimas personas que se sienten a gusto con la atención que ahí reciben. El menú es amplio, para todos los gustos. Con el paso del tiempo, Roberto ha aplicado su experiencia que comenzó por su agrado hacia la panadería y pastelería. Estar en ese ambiente lo iluminó, él cuenta que le gustó estar lleno de harina, amasando la masa, haciendo panes, creando productos innovadores. La cocina lo atrapó: “me encanta ver la expresión de las personas cuando ellas reconocen que se les ofrece algo bonito, delicioso y exquisito. Me he vuelto un poco perfeccionista en esa parte”.

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El nombre se debe a la mamá de Roberto, la señora Angélica, quien dio inicio y origen a la cafetería. Ella también es amante de la gastronomía. El nombre ha trascendido y ya existe un sabor angelical que los comensales disfrutan mucho.

¿Qué se encuentra para el desayuno? Huevos y omelette al gusto, sopes, los famosos chilaquiles divorciados (¡exquisitos!), que pueden ser con chorizo, huevo, pollo o carne asada. También riquísimos antojitos como hamburguesas, sándwiches, molletes (los molletes gourmet están de lujo) y enchiladas suizas. A la hora de sentarse, el comensal de inmediato recibe un café, es una cálida bienvenida, el preludio de la grata experiencia que recibirá.

Para la hora de la comida se antoja una rica milanesa de res o un filete de pescado a la plancha o empanizado. Por el éxito alcanzado, ahora también ofrecen la comida del día, que bien puede ser mole con pollo, pozole o muchas más exquisiteces.

La señora Angélica comenta: “tenemos una amplia sección de postres: una concha gourmet, helados sencillos y dobles, además de unas exquisitas crepas dulces y saladas; capuchinos, lecheros, café late, sodas italianas…”.

Al joven Roberto se le abrieron los caminos hacia la luminosidad, estuvo atento de las señales y tomó la senda correcta. En un curso impartido en la ciudad de Tapachula conoció diferentes modalidades de la cocina, por ejemplo: chocolatería, pastelería, confitería y panadería. En ese momento se dio cuenta que él tenía un don especial, que es de la sazón: “dije: la sazón no se aprende, ¡se trae! Se puede tener la receta, pero si no se posee la sazón ¡no funciona! La sazón se siente, es algo que se siente adentro en el corazón, es algo que es difícil explicar; es el amor que se da a la cocina y el amor que se imprime en cada platillo que creamos”. Y los comensales de GELY’S CAFETERÍA reconocen esa sazón en todo momento.

Él, en la panadería con su papá, aprendió un concepto valioso que hoy aplica en el día a día: liderazgo; pero fue en Puerto Vallarta donde aprendió el valor de la responsabilidad. En su estancia laboral en Puerto Vallarta, trabajando al lado de muchos chefs de talento, aprendió muchos secretos gastronómicos. En la estancia que tuvo lejos de casa logró apreciar a la familia que había dejado en Comitán y superó el sentimiento de soledad.

A su regreso de Puerto Vallarta trabajó en la panadería con su papá, pero su mamá, a punto de jubilarse de su trabajo de enfermera, decidió crear la cafetería y lo hizo con muchas esperanzas de ser los mejores de la ciudad y de la región. Roberto, con la experiencia acumulada en otros lugares, decidió dejar el trabajo en la panadería y apoyar a su mamá en la cafetería. Gracias a esa visión, la cafetería ahora es un espacio muy exitoso. Su mamá un día le dijo: “aplica todo lo que aprendiste”, y así ha sido desde ese momento. A lo aprendido le ha agregado pasión y amor.

“Siempre he dicho: crece de abajo, pero crece con paso firme. Empezamos con 4 mesas, con un aforo para 16 personas; ahorita, gracias a Dios, tenemos nueve mesas, con espacio para 40 personas, y, próximamente, queremos expandirnos, tener más mesas, poder atender más clientes, porque yo siempre he dicho que la base del éxito de un restaurante es tener un excelente equipo de trabajo y así poder brindar una buena atención, esto se los explico mucho a mis meseros: atiende a tus clientes como quisieras que te atendieran a ti. Algo que me han enseñado mis papás es la unión familiar”.

El horario de servicio es de lunes a domingo, de 8 de la mañana a 10 de la noche. Roberto aplica lo que era lema de su abuelo paterno: “la constancia es la base del éxito”.

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