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Madrid El activo más querido

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Epílogo

Epílogo

"AL ACTIVO MAS QUERIDO" NAVIDAD 1991

A la orilla del mar de la confusión, D. José contempló las turbulentas aguas, clavó su profunda mirada mar adentro y observó como al alba, cada ola depositaba un mensaje de reconciliación que reconfortaba su larga vida profesional.

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Y el bueno de D. José, empleado singular y modelo donde los hubiera, reconoció en esos mensajes alguno de los principios que cual cultura, ahora llamada "empresarial", habían sido su norte en las largas horas de soledad profesional.

Es la CULTURA - recordó - un conjunto de comportamientos, principios y estilos que conforman una especial manera de pensar y actuar dentro de un colectivo humano.

La CULTURA se convierte en ideología cuando es aplicada a una sociedad que, como las Cajas de Ahorros, justifica el beneficio en cuanto lo distribuye y se destina para atender su responsabilidad social.

¿Cuáles son los principios? ¿Quiénes los dictan? ¿Cómo se conformaron? En esto pensaba D. José mientras, confuso, desgranaba poco a poco las siguientes razones:

1. Responsabilidad.

* Asumir con plena convicción la función y el papel que nos tocó interpretar, considerando que, en cuanto empresa de servicios, la calidad se consigue con dedicación exquisita en las relaciones humanas.

* Distinguir y tener muy presente, dónde acaba la exigencia de la Caja y dónde empieza la responsabilidad para con las personas de nuestro entorno: familia, compañeros y amigos.

2. Respeto.

* A los clientes (pero también, de los clientes) que representan la materia prima con la que las empresas financieras generan su superávit.

* A los compañeros (iguales, superiores e inferiores) que tienen derecho a ejercer su libertad. También la obligación de reconocer nuestras capacidades.

* A las normas de derecho positivo (civiles, mercantiles y fiscales) tanto en las transacciones financieras, como en la función de asesoramiento al cliente.

3. Confidencialidad.

* En el tratamiento de las operaciones financieras que se realizan por cuenta de terceros. * En la información que nos confían los clientes y los compañeros.

4. Confianza.

* En que el trabajo bien hecho, debe ser en sí mismo suficientemente motivador; pero confianza también en conseguir, además, el reconocimiento del entorno.

* En que la voluntad, la dedicación y el esfuerzo, son más importantes que los resultados conseguidos.

5. Libertad.

* Para realizar críticas contra las pesadas cadenas burocráticas.

* Para decir a los que tejen, unen las telas y establecen las cadenas, cuáles son sus desatinos, sus aciertos y cuáles sus desviaciones.

6. Formación.

* En habilidades, técnicas, métodos, sistemas, productos y procesos, pero...

* Formación para la realización y automotivación personal. Aunque en nuestro lenguaje el número tenga más importancia que la palabra, el trabajo es un servicio para personas.

7. Dedicación.

* A la familia, primer eslabón de una cadena que nos permite y ayuda a la realización como ser humano.

* A la empresa, en la medida que supone una parte sustancial en el transcurso de nuestra vida.

* A los amigos, porque con ellos se da sentido y complemento a nuestra vida.

8. Conciencia Ética.

(Ahora, D. José necesitó dos palabras para titular un conjunto de actividades, no tanto prohibidas, como no permitidas).

NO

* Utilizar en actividades mercantiles propias información obtenida en función del puesto.

* Dedicar esfuerzos y patrimonio a actividades de envites o juegos de azar.

* Confundir habilidades personales con invitaciones a negocios realizadas en función del cargo o puesto que se ocupa.

* Participar en decisiones en las que exista o pueda existir

confrontación de intereses de la Entidad con los del decisor.

9. Conciencia Estética.

SI

* Exigir la excelencia en la calidad del servicio. * Perseguir las "buenas prácticas bancarias" en nuestras relaciones con clientes. * Buscar la formación permanente, como sistema de crecer en cuanto a persona. * Aceptar las innovaciones tecnológicas, imprescindibles para el desarrollo institucional. * Atender a cada cliente y a cada compañero, como si fueran los únicos componentes de nuestra organización. * Denunciar deficiencias a nuestros superiores. * Elevar sugerencias, proponiendo formas de actuación.

En los labios de Pepe se dibujó una sonrisa, recordando cuántas veces había oído e, incluso, dicho eso de que "nuestro principal y más querido activo es el PERSONAL", pero ahora, cuando ya le llamaban D. José, sabía lo recomendable que era en las relaciones con los empleados, aplicar, junto a la técnica, un verdadero paternalismo que conjugue libertad, dignidad y seguridad.

¡FELIZ NAVIDAD! ANGEL MONTERO PEREZ

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