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Carta abierta a un empleado
CARTA ABIERTA A UN EMPLEADO
Mi querido amigo:
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Ya hace no sé cuanto tiempo, aprobaste la oposición (la de antes del 13 de Junio.......) y previo el examen médico, te enviaron a una sucursal.
Al principio te dijeron que la Caja era algo seguro y no pagaba mal del todo y ello porque esto no era una empresa, sino una Institución o Entidad, o algo parecido. En realidad lo que estaba en el ambiente era que no tenia accionistas, que el beneficio no se repartía entre los dueños, porque aquí no los había.
Luego cuando los aires democráticos (inorgánicos) soplaron en la “piel de toro”, la verticalista Junta Sindical en sus copiosas y sabrosas circulares, te abrumó con el término “empresa” (el que manda) contrapuesto al término “trabajador”.
Indudablemente si por empresa entendemos la conjunción de medios de producción y de grupo humano que trabaja, en las Cajas de Ahorro se mezclan estos ingredientes.
Comúnmente, se confunden en este campo los conceptos de Empresa y Sociedad; tratándose de definir la primera en función de la forma jurídica, las Cajas de Ahorro a pesar de su forma jurídica –indefinida- no dejan de ser una unidad de producción, que en economía, se denomina empresa.
Pero mi querido amigo, de ninguna manera cabe pensar en equiparar el término empresa con “explotador”. El propio Marx, en su crítica de la economía política clásica, distingue perfectamente entre la clase que ostenta la propiedad de los medios de producción (capitalista), y los trabajadores, pero nunca iguala empresa y capitalistas; la primera es la organización y coordinación de los medios (materiales y humanos) y queda fuera quien ostente la propiedad de esos medios.
Pero adonde iba. La Caja ha sido algo mas que una unidad económica, yendo más allá de la consecución de unos objetivos cuantitativos, y tú mejor que nadie sabes que por encima de rentabilidades y de incrementos ó de tipos de interés, está el servicio al cliente, la amabilidad, la atención a las personas con independencia de sus saldos, por el simple hecho de ser persona, en fin conseguir que el trabajo sea – como leía hace poco en un artículo de prensa“productivamente útil, personalmente realizados y socialmente integrados”.
Estoy seguro que esto último es la Caja, que desea seguir siendo, y que tiene un Balance Social como pocas “empresas” en el país.
Un abrazo.
Ángel Montero Pérez