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La obesidad una enfermedad que no hace “gorditos felices”

En México se ha presentado mayor atención a los problemas de desnutrición que a los de mala nutrición por exceso. La creciente urbanización y el desarrollo económico han producido cambios en las condiciones y en los estilos de vida. Estos cambios generan modificaciones en la dieta y en los patrones de actividad física de la población, lo que aumenta el riesgo de obesidad.

La obesidad es una enfermedad que afecta tanto a hombres como a mujeres y no distingue color de piel, edad, nivel socioeconómico, sexo o situación geográfica. Anteriormente se consideraba a la persona con sobre peso como una persona que gozaba de buena salud, “un gordito feliz”, sin embargo ahora se sabe que la obesidad tiene múltiples consecuencias en nuestra salud.

La obesidad puede ser clasificada como leve (del 20 al 40% de sobre peso), moderada (del 41 al 100% de sobre peso) o grave (más del 100% de sobre peso). La obesidad es una amenaza para la vida, es una enfermedad progresiva y crónica que puede afectar a todos.

Causas:

La obesidad es el resultado del consumo de una cantidad de calorías mayor que las que el cuerpo utiliza. Existen varios factores que influyen en el peso del cuerpo.

Factores Genéticos:

La herencia contribuye en un 33% aproximadamente al peso del cuerpo. La herencia tiene un papel importante, tanto que si los padres son obesos, el riesgo de sufrir obesidad para un niño es superior a lo normal, esto se debe a que los hábitos alimenticios y sedentarios contribuyen a repetir los patrones de obesidad de padres e hijos.

Factores Socioeconómicos:

Estos factores contribuyen fuertemente, sobre todo entre las mujeres. La frecuencia de la obesidad es más del doble entre las mujeres de nivel socioeconómico bajo que entre las de nivel más alto. Las mujeres que pertenecen a grupo de nivel socioeconómico más alto tienen más tiempo y recursos para hacer dietas y ejercicios.

Actividad Física:

La poca actividad física es una de las razones principales para el incremento de la obesidad entre las personas. Los individuos sedentarios necesitan menos calorías.

Tipos de Obesidad:

Según la distribución de la grasa se puede hablar de:

Obesidad Androide:

También conocida como obesidad abdominal, se presentan en un mayor número en hombres. Es la acumulación de grasa por encima de la cintura. Se localiza en la cara, cuello, tronco, y parte superior del abdomen. Es un factor de riesgo para enfermedades como: hipertensión arterial, enfermedades cardiacas, hiperinsulinismo, y diabetes mellitus.

Obesidad Ginecoide:

Se presenta con mayor frecuencia en mujeres. Se refiere a la acumulación de grasa en bajo vientre, caderas y muslos. Predomina en el abdomen inferior, caderas y glúteos.

Daños:

La acumulación de exceso de grasa debajo del diafragma y en la pared torácica ejerce presión en los pulmones, provocando dificultad para respirar y ahogo, incluso con un esfuerzo mínimo. La dificultad en la respiración puede interferir gravemente en el sueño, provocando la parada momentánea de la respiración (apnea del sueño), lo que causa somnolencia durante el día y otras complicaciones.

La obesidad puede causar varios problemas más ortopédicos, incluyendo dolor en la zona inferior de la espalda y agravamiento de la artrosis, especialmente en las caderas, rodillas y tobillos. Es frecuente así mismo, la inflamación de los pies y los tobillos, causada por la acumulación a este nivel de pequeñas a moderadas cantidades de líquido (edemas)

Las personas obesas corren un mayor riesgo de enfermar o morir por cualquier enfermedad, lesión o accidente, y este riesgo aumenta proporcionalmente a medida que aumenta su obesidad. La obesidad abdominal está vinculada con un riesgo mucho más elevado de enfermedades coronarias y con factores de riesgo como: la hipertensión arterial, la diabetes y las concentraciones elevadas de grasas (lípidos) en la sangre.

Algunos tipos de cáncer son más frecuentes en los obesos, por ejemplo el cáncer de mama, de útero y de ovarios en las mujeres y cáncer de colon, de recto y de próstata en los varones. Los trastornos menstruales son también más frecuentes en las mujeres obesas y la enfermedad de la vesícula biliar se produce con el triple de frecuencia.

Prevención:

Esta enfermedad se previene manteniendo un estilo de vida que incluya, una dieta balanceada en donde la ingesta de energía sea igual al consumo. Así mismo, es necesario practicar ejercicio.

Diagnóstico y Tratamiento:

Aunque la obesidad es evidente, se determina midiendo la estatura y el peso. Estas mediciones se expresan como índice de masa corporal, el peso (en kilogramos) dividido por el cuadrado de la estatura (en metros). Un valor superior a 27 indica una obesidad leve, mientras que un valor igual o mayor a 30 indica la necesidad de un tratamiento. El tratamiento tiene cuatro pilares:

• Tratamiento Dietético: Con una dieta hipocalórica.

• Tratamiento Quirúrgico: Mediante la realización de diferentes técnicas quirúrgicas,

• Tratamiento farmacológico.

• Cambios en el Estilo de Vida: Cambios en el hábito alimenticio y realizar ejercicio.

La pérdida de peso generalmente alivia las complicaciones y mejora el humor de la persona, su autoestima, la imagen del cuerpo, el nivel de actividad y la capacidad para trabajar y relacionarse con otras personas. La dieta debe de ser adecuada a la actividad de las personas. Una vez alcanzado el peso ideal, debe mantenerse la vigilancia del equilibrio de entradas de alimentos y consumo de energía.

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