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Saluda del Presidente de la Diputación de Córdoba
Presidente de la Diputación de Córdoba
Antonio Ruiz Cruz
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Adentrados ya en la cuaresma, una cuaresma atípica, y cumpliéndose un año desde que se desatara en el mundo una pandemia sin precedentes, volvemos la vista atrás y vemos con otra perspectiva lo sucedido en este último año, afrontando el presente y el futuro más cercano con un horizonte mucho más esperanzador.
La cuaresma del 2020, se inicio con cierta normalidad, y así fue en Albendin, donde llegastéis a celebrar los primeros misereres. Después estuvo marcada por el miedo y la incertidumbre que causaba algo tan desconocido. Pero pronto esa situación se torno en un ejercicio de superación colectiva, de cohesión, de ejemplo de sociedad, que nos permitió enfrentarnos al COVID-19 con todas nuestras fuerzas y con todos los recursos a nuestro alcance. Desde luego podemos decir que el sentimiento de hermandad que protagoniza la Semana Santa, se puso de manifiesto en su máxima expresión en un ejercicio de solidaridad.
Desde la Diputación de Córdoba siempre hemos tenido durante todos estos meses, y tenemos muy presentes, a todos y cada uno de los pueblos de la provincia de Córdoba, y hemos venido haciendo un gran esfuerzo por apoyarlos en los difíciles momentos que hemos vivido, situando a la institución provincial, ahora más que nunca, junto a los Alcaldes y Alcaldesas, a sabiendas de que ellos se pusieron desde el primero momento en la primera línea de batalla contra esta crisis sanitaria.
Recuerdo las primeras conversaciones con los Alcaldes y Alcaldesas, también con los Alcaldes Pedáneos, como vuestro Alcalde José Antonio, en quienes su voluntad y afán por proteger a sus vecinos y vecinas contrastaba con la escasez de medios y materiales que hubo en las primeras semanas, y la dificultad que tenían, de poder acceder a un mercado que en ese momento era caótico. Por eso, pusimos toda la maquinaria de la Diputación en marcha y pudimos dar una respuesta inmediata a las necesidades del momento. Pronto pudimos empezar a desinfectar las zonas más concurridas de cada pueblo, mientras se organizaban para poder acometer estas tareas los propios Ayuntamientos. Y quiero destacar el ejemplo de solidaridad que se mostró en Albendín, con la creación de ese grupo de voluntarios y voluntarias, muy ligados a la Semana Santa que nos ocupa, y también a los agricultores, los cuales, todos y todas, merecen nuestro más sincero reconocimiento y aplauso. Desde la Diputación de Córdoba, en coordinación con la Alcaldía de Albendín, pusimos a su disposición todo lo que se estaba en nuestra mano: cerca de 900 litros de hipoclorito, 800 guantes de nitrilo, gel hidroalcoholico, más de 2000 mascarillas, 20 equipos de protección individual, entre otras cuestiones, todo con el objetivo de minimizar los efectos del COVID-19, y también poder ayudar a quienes siguieron con su actividad para que pudiéramos seguir con nuestras vidas: comerciantes, sanitarios, trabajadoras de ayuda a domicilio y tantas y tantas personas que se esforzaron porque nada nos faltase en esos días de confinamiento. A todos ellos y ellas nuestro agradecimiento y admiración.
Pero dejemos el pasado y hablemos de presente y de futuro, el cual decíamos es esperanzador. Ya el año pasado tuve la oportunidad de dirigiros algunas palabras desde esta ya consolidada publicación, que anualmente edita la Agrupación de Hermandades y la Alcaldía de Albendín, y recordaba las enormes potencialidades con las que cuenta nuestra provincia, y también Albendín, y os decía que era necesario ponerlas en valor para afrontar los retos que teníamos por delante. Pues hoy más que nunca, se hace necesario que sigamos caminando en ese objetivo, para lo cual, desde la Diputación de Córdoba seguiremos trabajando junto a los municipios cordobeses, para que la reactivación de la actividad, de la economía y del empleo, sea lo más rápida posible, y además nos permita salir fortalecidos de esta crisis.
Volver a la normalidad lo antes posible es nuestro objetivo, y por eso este año, como es normal y habitual, se vuelve a editar esta revista con motivo de vuestra Semana Santa, porque el COVID-19 ya nos ha arrebatado demasiadas cosas, y no debemos ceder por tanto en que sean más, por eso, espero y deseo que celebréis vuestra Semana Santa, como también me costa que hicisteis el pasado año, adaptándola desde la responsabilidad y ajustándose a la normativa y recomendaciones sanitarias, pero también con la pasión que os caracteriza, manteniendo viva la llama de esa Semana Santa pansiverde cada vez más conocida y reconocida fuera de Albendín, y que se convierte en una de esas potencialidades que hacen de vuestro pueblo un lugar único.

Alcaldesa de Baena
Cristina Piernagorda Albañil

Es un honor para mí volver a colaborar en esta publicación tan esperada cada año por albendinenses, cofrades y apasionados de la Semana Santa de Albendín que disfrutan del contenido de la revista Miserere.
Aprovecho la oportunidad que se me brinda en estas páginas para mostrar mi admiración hacia las hermosas tradiciones de la localidad, estas costumbres arraigadas en nuestra forma de ser, debemos ir inculcándolas a las nuevas generaciones que serán las encargadas de llevarlas a cabo en un futuro. Nuestra fiesta mayor, como no podía ser de otra manera, también está cargada de estos ritos y hábitos que conforman nuestro acervo cultural y forman parte de nosotros. Por ello me emociona tanto ver a pequeños cofrades seguir las tradiciones de sus padres y abuelos que, orgullosos, ven como sus descendientes continúan lo que ellos, a su vez, asimilaron de sus antepasados. Debemos aprovechar esta difícil situación para escuchar a nuestros mayores, y recordar a los que ya no están con nosotros para aprender de lo que ellos hicieron por nuestra Semana Santa, aplicarlo a nuestra vida e inculcárselo a nuestros familiares más jóvenes para que ellos también sepan apreciar y respetar tanto esfuerzo y sacrificio y sean capaces de recoger el testigo. Estas festividades que deben vivirse principalmente desde la fe, son el culmen de nuestra religión, nuestra fiesta más sagrada, por su importancia. Debemos escuchar y abrir nuestros sentidos y nuestro corazón a la Palabra de Dios, que desde el púlpito se nos regala, alimentando nuestra fe, dando testimonio de como Jesucristo venció a la muerte y nos ofrece la Vida eterna.
El año pasado os anunciaba que era la primera vez que me dirigía a todos vosotros desde estas páginas, y lo hacía totalmente ilusionada. Nunca pensé,mientras lo escribía,que no podría tener la oportunidad de acompañaros en actos y procesiones que no se llegaron a producir en ese trágico año, trágico en todos los sentidos, que desafortunadamente nos ha marcado a todos. Por desgracia todo apunta a que este año tampoco vamos a poder disfrutar de nuestros desfiles procesionales por las calles de Albendín, otro año más que no podremos disfrutar de nuestras imágenes en la calle. Pero quiero que sepáis que mi corazón ha estado y estará siempre con todos los vecinos y cofrades.
Sin más, os envío todo mi apoyo y os deseo una feliz Semana Santa.
