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Hermandad del Santo Sepulcro
Santo Sepulcro Rafael Jesús Jiménez Espartero
Queridos hermanos en Cristo, Como todos sabemos hemos pasado y seguimos pasando por momentos muy duros. Aun recuerdo aquel jueves 12 de Marzo de 2020, esa reunión de última hora en la cual nadie imaginaba que iba a pasar con el próximo miserere, el de Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto. Todo se empezó a desmoronar; muchas preguntas, dudas de qué pasaría y mucha incertidumbre en un pequeño salón parroquial en el que por momentos, a muchos de los que estábamos allí, nos parecía inmenso, sin terminar de entender muy bien la gravedad de la situación a la que nos íbamos a enfrentar en los siguientes meses.
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Con el paso de las horas y los días entendíamos que se trataba de una difícil decisión, pero no podíamos hacer más que compartirla y respaldarla con el fin de buscar una estabilidad y la salud que todos deseábamos en tan duros momentos. Eran muchas cosas las que ya había preparadas para aquel miserere, mucho trabajo que, sin imaginarnos, quedaría en el aire pero, como bien he dicho, entendíamos todo lo que se nos estaba avecinando. Pasaron los días pero no perdíamos la ilusión y ganas de trabajar por nuestras hermandades. Días de muchos rezos y peticiones sin olvidarnos de dar gracias y de que, a pesar de la crisis sanitaria que padecíamos en nuestro país, lo veíamos como algo lejos que parecía que no llegaría nunca, pero meses después llegó y por eso no debemos confiarnos.
Aún quedaba algo de esperanza entre todos nosotros por tener una de las semanas más bonitas del año, ¡qué ilusos! La situación sólo acababa de empezar, y semanas después fuimos concienciándonos del riesgo que podíamos sufrir si no hacíamos las cosas bien. Quedaba lo más duro, lo que jamás pensábamos que pasaría… ¡quedarnos sin Semana Santa! Sin poder seguir preparando nuestros titulares para verlos por las calles de nuestro pueblo, sin escuchar esos tambores, los chillones, que nos anuncian la cuaresma con sus redobles, y los roncos, que nos recuerdan la pasión que vivimos esos días, sin ese olor a incienso, sin abrazos ni reencuentros, nada…nos quedamos sin nada. No imaginábamos algo así pero nos llegó y tuvimos que aceptarlo y afrontarlo por el bien de todos, la situación que estábamos comenzando a vivir nos había dejado como si nos echaran un jarro de agua fría. Una Semana Santa atípica pero igual de especial que las vividas otros años, llena de emociones y sensaciones que jamás hubiéramos imaginado sentir. Supimos adaptarnos y vivirla a través de los cultos retransmitidos por redes sociales, llamadas y videollamadas de ánimo, y sobre todo, de unión.
Que el Señor y nuestra Madre estén con nosotros y nos protejan para no tener que vivir algo así otra vez, estoy seguro de que nos pusieron a prueba pero han podido contemplar gozosos que, a pesar de las adversidades, nuestra fe sigue en pie y que aunque no podamos desfilar por las calles, nuestra Semana Santa la sentimos desde nuestras casas, desde nuestros balcones y desde nuestros altares.
Esto también pasará queridos vecinos, y juntos podemos rezar mucho, que ellos cogerán nuestras oraciones y plegarias para que pronto salgamos de todo. Muchos se cierran a Dios porque consideran que es una proyección de nuestros deseos y anhelos de sentido, pero no es la esperanza o el deseo el que “crea” a Dios, sino que es Dios quien modula nuestros deseos y suscita nuestra esperanza.
Agradecer a toda la hermandad por su apoyo, por colaborar de una manera u otra en aportar su granito de arena a estos momentos difíciles. Por supuesto, agradecer a nuestra hermana Cori por sus saetas dedicadas a nuestra hermandad y nuestro titular y también al hermano mayor de la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores, Juan Francisco Moreno Márquez, por su plena colaboración y ayuda en el montaje del video que preparamos ambas hermandades para el Viernes Santo.
Y, por último, comunicar a todos que desde la Hermandad del Santo Sepulcro seguimos trabajando para que sigamos creciendo en fe y amor. Os hablo de un proyecto que hace años acordó la antigua directiva y que pronto podremos informar de qué se trata. Sin más, es un honor estar un año más brindando mi ayuda a todo aquel o aquella que necesite de esta, nuestra hermandad.

N.P. Jesús Orando en el Huerto
Francisco Rosales González
El año 2020, es y será un año para olvidar, nos ha hecho cambiar nuestras rutinas, nos ha dejado sin nuestra Semana Santa, o eso se creía él, hemos sido capaces de reinventarnos, de hacer una Semana Santa en nuestras casas, en nuestros balcones y procesionar con nuestra imagen en nuestros corazones. Vestidos con nuestra túnica, disfrutamos de esa saeta que nos regaló Cori, a la cual se lo agradezco de corazón.
Solo deciros que vendrán otros años, en los que veremos a nuestra Imagen procesionar, sobre los hombros de sus costaleros, con esas filas de nazarenos con sus velas alzadas, con los judíos abriendo esa procesión que tanto nos hace sentir el Miércoles Santo, con esa Agrupación Musical que nos ha acompañado y esperamos que nos siga acompañando.
Ya solamente queda daros las gracias, a todos aquellos que nos ayudan, ya sea vendiendo lotería, ayudando o estando cuando se os necesita.

