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Y RESEÑAS “La última escena: la avanzada en la Escuela de arte U.C. de los años 80 (1978-1983)”
Galería Artespacio, AV. Alonso de Córdova 2600 -Vitacura
(entre el 15 de junio al 13 de julio)
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Rita Ferrer
Mayo
2022
El espectador de esta exposición se enfrentó por primera vez a obras iniciales de cinco estudiantes -en nuestros días, connotados artistas chilenos-, por mor a la investigación de su artista curador y académico, Jorge Padilla. Se trata de Arturo Duclos, Carlos Gallardo, Silvio Paredes, Mario Soro y Alicia Villarreal. Todos ellos, curador y artistas, tienen la experiencia en común de haber sido formados en el Taller de Grabado de Eduardo Vilches de la PUC, entre 1978 y 1983.
El espectador se encuentra con piezas y vestigios que tienen como punto de partida una matriz, cuyos ejemplares son reproducciones seriadas por contacto o vaciado: signos indiciales: huellas que impelen a editar series, que extienden sus alcances alegóricos a espacios sociales que exceden la institucionalidad de la enseñanza artística, en el contexto violento que vivencian estos artistas cuando eran estudiantes. Silvio Paredes, músico fundador de Electrodomésticos, reconoce que la Escuela fue un lugar fundamental para pensar: “yo empecé a cavar fosas, a hacer ediciones y las presenté como hueco grabado… si no hubiese pasado por la Escuela, quizás no me hubiera dedicado a la música o no hubiera desarrollado una capacidad reflexiva para enfrentar estéticamente una obra”.
El concepto de “desplazamiento del grabado” surge, según Carlos Gallardo, como una necesidad, como una respuesta desesperada frente a una carencia. Él propone, como trabajo final para obtener la Licenciatura, considerar el conocimiento y oficio de matarife del Matadero Industrial como procedimiento cognitivo que puede ser pensado como matriz de un grabado que se consuma en la edición de diez sacrificios fotografiados. Para Gallardo, el grabado es una he - rramienta para recoger huellas, para filtrar la materialidad que estaba en el medio ambiente. Define el ritual de la matanza de las vacas (documentado en el matadero) como edición en que cada cuerpo ejecutado por la matriz-muerte es editado y seriado como grabado animal.
Arturo Duclos, grabó con letras de molde versos de Nicanor Parra en diferentes soportes de madera: objetos domésticos, bancos de parque, barracas de venta de madera, entre otros. El desplazamiento de la xilografía a la conceptualización de la madera derivó a los huesos y a la pintura en “La lección de Anatomía”, obra que el artista presentó como examen de Licenciatura en 1983. Deriva de los residuos de la madera a residuos humanos.
En la noche previa a una entrega de trabajo, en 1981, Mario Soro, a partir de una matriz de cartón, imprimió con cal blanca 600 cruces que emplazó en el patio del campus Lo Contador. Al distribuirlas en el suelo, realizó un pequeño desplazamiento con el propósito de emular una trama y no confundirla con una retícula, de modo tal, que toda la superficie de la sede quedara prisionera de una red. Relata que, al día siguiente, con la luz de una mañana otoñal se produjo un dominio del terreno y recuerda que las personas que transitaron aquel día pasaban hablando bajito, como si estuviesen en un camposanto. Las 600 cruces era el mismo número de personas desaparecidas que se conocían en ese momento.
Para Alicia Villarreal todo lo relacionado con la carne, con la muerte, tenía mucho sentido con la violencia que se estaba viviendo en Chile. Se propuso realizar un registro de la producción y faenamiento industrial de gallinas, que resultó muy agobiante por las condiciones que tenían los animales en las distintas fases de dichos procesos. “Era tremendo, parecían galpones de exterminio y las gallinas estaban tan sometidas como nosotros en ese momento”. Su propuesta de 1981 consistió en hacer un montón de gallinas ficticias, falsas, objetos realizados manualmente, para conferirles variabilidad, con la fantasía de interrogarse qué pasaría si esas gallinas se escaparan y llegasen a la ciudad. Su respuesta fue desplazarlas a diferentes espacios y calles de Santiago. La idea fue justamente la posibilidad de interrumpir la vida cotidiana de las personas que se encontraran con esas gallinas: en la galería de la Escuela, frente a una vitrina en el centro, en un supermercado o en el pasillo de circulación de los Dos Caracoles, donde las intervenciones debían ser veloces, puesto que “tenías que salir rápidamente del lugar porque te echaban”.
Estas obras iniciales son antecedentes insoslayables de estos artistas cuando eran estudiantes atentos, vinculados y, algunos, prematuramente reconocidos por la escena artística en los extramuros académicos, principalmente por algunos artistas que se han inscrito como de la Escena de Avanzada; y otros creadores concomitantes, filósofos, escritores, activistas conectivos en la formación de una masa crítica que alteró irrevocablemente la manera de pensar el arte y sus procesos creativos, hasta constituirse en lo que hoy llamamos arte contextual, conceptualismo latinoamericano (Luis Camnitzer), Escena de avanzada (Nelly Richard), arte post histórico (Arthur Danto), arte postmoderno, o arte contemporáneo en términos amplios, en contrapunto al arte moderno greenbergiano.