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DESMONTAR, PICAR E IMPUGNAR

Para este número la sección de fotografía latinoamericana propone un texto escrito por Roberto Brodsky (1957), novelista, guionista y profesor chileno, en el contexto final de la exposición “Documentalismo Refractario” realizada en Washington D.C. el año 2017. La muestra fotográfica aludida expone los procesos que han seguido las imágenes fotográficas en América Latina, y que han conducido al distanciamiento de esencialismos identitarios generalizantes.

Este gesto disidente y contemporáneo hace posible una independencia discursiva y estética que interroga a la misma fotografía documental abriendo estratos de significación que se encuentran más en la experiencia de ser latinoamericano/a que en la descripción de su eventualidad1. El relato documental en el texto refuerza la idea de que la fotografía latinoamericana –aquella hecha en América Latina– incomoda, agita y desarticula lo que ésta quiso ordenar y acomodar en su momento para la conciencia hegemónica y su conveniente invención imaginal del Nuevo Mundo; pero hoy sabemos que toda representación es una ficción convenida y fortalecida por su original, buscando lugar en el mundo. La reflexión que hace el autor sobre la imagen fotográfica y su doble, apoyada en el mito de chullasaqui2, se expande al poder que tienen las fotografías para ocultar la verdadera intención de su mimesis, a la vez que su insinuante realismo nos hace vivir en ellas como “el máximo acabado de lo real”.

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1 Estas reflexiones forman parte de la investigación y texto curatorial. Curadores C.Moller y J. P Concha.

2 Leyenda popular de la selva peruana en que el chullachaqui puede tomar la forma de un doble, persona o animal, para engañar y raptar a sus víctimas haciéndolas desaparecer.

3 Colectivo peruano activo desde 2006. Sus miembros son: Oe, Tunchi, Petituars y Fokus.

Junto con este relato presentamos cuatro series fotográficas del colectivo limeño (Perú) LimaFotoLibre3, fotógrafos que fueron parte de la exposición en cuestión. El interés de este colectivo es el gesto callejero y desinteresado de la vida diaria. En el registro fortuito de situaciones cotidianas no hay acontecimientos relevantes (aunque la detención del tiempo ya es un acontecimiento en sí) ni estigmatizantes, pero sí se advierte con esto la resistencia a un devorador modelo mediático que nos somete todos los días a coyunturas extraordinarias y extenuantes bajo la lógica de la denuncia o la apropiación. La fotografía callejera, ésta, precisa e inmóvil de LimaFotoLibre, se presenta como un contrapeso político a la funcionalidad del registro documental y pornográfico de la violencia ideológica, de la pobreza como residuo y de la facilidad de la muerte, que se ha trazado recurrentemente en la fotografía documental latinoamericana. Ninguna de estas fotografías serán documentos, pues el nihilismo fotográfico de este colectivo activista devuelve su imagen al ciudadano común en una provocadora actitud liberadora.

La convivencia de representaciones -el colectivo fotográfico y el texto de Brodsky- se explica por el simple hecho de insistir en el paradojal impacto que tienen las imágenes hechas en América Latina, junto con su objetivo de desmontar o desvincularse de la privatización hegemónica y de su doble ideológico.

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