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Bello y no Bello
Carrera de Arquitectura, 2017. Materia: Estética y Teorías de la Arquitectura. Curso: Figuras de la Belleza. Profesor: Alberto Delorenzini. Ayudante: Inés Molinari. Proyecto: La Belleza como Singularidad entre Mundos. Alumnos: Federico Bonessi, Agustina González Bustamante, Federico Marzano, Tomás Meneghetti, Martín Zemma.
Según el conocimiento común sabemos que: los sólidos platónicos (en honor al filósofo griego Platón) son poliedros convexos tal que todos sus ángulos sólidos son iguales entre sí y que todas sus caras son polígonos regulares iguales entre sí. (1)
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También que: Étienne-Louis Boullée fue un visionario arquitecto francés del neoclasicismo (nacido en París en 1728), cuyo proyecto más célebre, el Cenotafio para Isaac Newton (1784) es una esfera de 150 metros de radio hundida en una base circular y cubierta de cipreses. (2)
Y que: Teoría estética es el título de una obra del filósofo alemán Theodor Adorno (1970) que localiza el contenido de verdad en el objeto artístico (en vez de en la percepción del sujeto), el cual se encuentra en la relación entre las múltiples interacciones dialécticas que emergen de la posición relativa de la obra de arte entre el sujeto y la tradición, y en la dialéctica interna dentro de la obra. (3)
Sin embargo, no es sino hasta conocer este trabajo que los podemos pensar juntos: dentro del Cenotafio de Newton, vacío y de dimensiones imposibles, resbala y rota un sólido platónico, un dodecaedro, que contiene toda la información del universo, y traza, mediante puntos y colores, la noción de belleza que Theodor Adorno lee en Platón. Todo esto para construir un modelo que interpreta la tensión que se produce entre el mundo sensible y el mundo inteligible al producir belleza.
El valor filosófico de este proyecto puede ser, si no desconocido, dudoso, sea por su esquematismo o por los saltos que dejan extensas distancias sin recorrer (entre Platón y Adorno, o entre la información, las ideas y la belleza). Pero su capacidad de operar como modelo, quizás teóricamente impreciso, pero efectivo en su capacidad de objetivar y de organizar intuiciones sensibles, es indudable.
Para medir al proyecto (sus imágenes y su texto) en sus propios términos, podemos utilizar el momento en el que dice que cuando percibimos belleza se produce compresión y tensión en un espacio de indeterminación entre el mundo sensible y el mundo inteligible, producto de un proceso continuo entre ideas e imágenes. Entonces, podemos decir que:
01_El momento previo a la unión entre los puntos del dodecaedro y la luminaria del interior del cenotafio es bello, porque produce un proceso continuo entre la idea de los puntos como índices y la imagen de los puntos abigarrados pero interconectados en función de algo que, aunque no terminamos de comprender qué es, nos hace pensar en su significado, constituyendo un enigma levemente magnético.
02_El momento siguiente, el de la unión entre la luminaria y los puntos, es poco bello, porque es imposible no ver sin cesar dos imágenes separadas por las diferencias entre sus geometrías, y porque, a su vez, se explicita la costura por donde se unen Platón, Adorno y Boullée.
01 Reescritura de: https://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%B3lidos_plat%C3%B3nicos 02 Reescritura de: https://en.wikipedia.org/wiki/%C3%89tienne-Louis_Boull%C3%A9e 03 Reescritura de: https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_est%C3%A9tica