
3 minute read
HUGO (hay unas gotitas orbitando
Carrera de Arquitectura, 2018. Materia: Modelos Informáticos II. Curso: Algoritmos Materiales. Profesor: Diego Petrate. Ayudante: Pablo Lionti. Proyecto: Sin Título. Alumnos: Florencia Feldsberg, Carola Garione, María Malvido.
“If nothing were left of an extinct race but a single button, I would be able to infer, from the shape of that button, how these people dressed, built their houses, how they lived, what was their religion, their art, their mentality.” Critical Inquiry, Adolf Loos, 1978
Advertisement
Supongamos que encontramos en una mesa un objeto del cual no sabemos absolutamente nada. Por alguna razón, tomamos el objeto en nuestras manos y pensamos esto es una cosa. La movemos, vemos cómo se relaciona con nuestro cuerpo, la tiramos al aire, y la volvemos a agarrar. No está claro por qué, pero el objeto nos atrae. No lo queremos soltar. ¿Lo queremos comer, robar? No, se trata de algo más leve y banal, pero irresistible. Nos arriesgamos y susurramos acá hay algo, ¿algo más que una cosa? Todavía no sabemos. Una fuerza, un magnetismo nos atrae. ¿Qué es esto? Este pensamiento conmueve todo, porque la atracción que hasta entonces parece inocente se vuelve peligrosa. Esta cosa que tenemos en las manos puede ser algo. Intentamos soltarla, pero no podemos. No sabemos cómo, pero la atracción persevera. No sabemos qué nos atrae de lo que nos atrae. O quizás sea exactamente eso lo que atrae. Nos vemos tentados de reposarnos en la abstracción de la atracción de la atracción, pero la cosa nos exige que, haciendo uso de todas nuestras fuerzas, hagamos explícito qué es exactamente aquello que nos atrae.
Nuestra mirada se concentra mientras esperamos el primer movimiento. Anotamos esto: esta cosa es blanca y uno de sus extremos es notablemente más ancho que el otro, ¿quizás sea su base? Sí, tiene base, y es estable, entonces el otro extremo es la culminación de esa base. Esta cosa tiene progresiones y toda su superficie está redondeada y plegada. Sin embargo, hay unas puntas que sobresalen y se repiten ¿errática o regularmente? Las puntas varían su tamaño. Está hecho de gotas. Si hay unidades, entonces los pliegues son el resultado de la intersección de dos o más. Este es el modo en el que la cosa crece. La progresión de las unidades sucede a lo largo de dos espirales que rotan respecto de un eje central, al que tienden hasta llegar a la culminación. En la culminación, las unidades son más pequeñas y esferoides, pero están más cerca del eje central, por lo tanto más intersecadas unas con otras. En la base, las unidades son más grandes, verticales y ovaladas, y están más lejos del eje central, por lo que no se intersecan con las unidades del otro espiral ascendente. En su parte media, las unidades son puntiagudas y aisladas.
Quizás sea pronto para saber algo, pero creemos que la atracción de esta cosa radica en las unidades redondeadas puntiagudas, como tendencias abruptas que van de lo pequeño al infinito. El modo de conectarse de las unidades es burdo, como si se desbordaran unas a otras. Sin embargo, hay una delicadeza general: ¿son las puntas lo delicado? Puede ser, pero a la vez las puntas son como pinches. Quizás se trate del momento exacto en que lo sutil se encuentra con lo vulgar. O quizás sea el modo que tienen las unidades de brotar unas de otras, como hacen las nubes, solo que aquí sucede a lo largo de un espiral que progresivamente reduce su diámetro. Quizás sea el vacío del centro, su atrio de gigantescas rugosidades redondas y agudas entre las orbitas. O simplemente sea porque las gotas orbitan en una doble espiral ascendente, intersecándose y reduciendo su tamaño, hasta unirse para luego continuar, solo lo necesario, para sugerir que ese no es el final.