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Mecanismo Des-Control

Carrera de Arquitectura, 2017. Materia: Morfología. Curso: Acercamientos Analógico Digitales a la Generación de la Forma. Profesor: Carlos Campos. Ayudante: Hernán Deswarte. Proyecto: Sin Título. Alumna: Lucía Bosich.

La máquina de dibujo es un mecanismo de control que establece restricciones sobre un trazo capaz de continuar infinitamente, trackeando su movimiento, en principio homogéneo, de desplazamiento sobre una hoja de papel. Por medio de decisiones ensambladas, se determinan las modulaciones entre las piezas, los puntos de rodamiento, los ángulos y los radios de rotación de dos ejes de articulación, y la posición de dos brazos. Un segundo set de restricciones proviene del tamaño de la hoja, una superficie de 50 centímetros por 70 centímetros, complementada por un bastidor.

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Las prescripciones de la máquina son lo suficientemente abiertas como para permitir que se repita la misma acción sin obstáculos, aunque interactuando con las restricciones productivas del campo de trabajo que alteran su trayecto. Desde su puesta en funcionamiento, la rotación de los brazos produce un movimiento que genera un desplazamiento, trazando un patrón de giros sucesivos compuesto por seis arcos de radio pequeño que se orientan hacia el centro de la hoja, y dos de radio mayor que se orientan hacia su perímetro. Cuando los brazos se encuentran con los límites, las curvas se deforman por la resistencia que oponen al encuentro con el bastidor, y modifican ligeramente el vector de dirección original. El rozamiento con la hoja, en principio regularmente errático y áspero, también intensifica sus propiedades cuando ambos brazos rebotan contra el perímetro, produciendo aumentos de grosor y reverberaciones en la trayectoria. La máquina se acerca a las esquinas hasta que, en un punto no programado, cambia de dirección debido a su resistencia al encuentro, alterando el patrón de rotaciones y produciendo acercamientos en las aristas. En un momento la máquina rebota contra el cuarto perímetro de la hoja, y allí parece volver a empezar, pero no lo hace por el mismo punto en que el proceso se había iniciado, variando sucesivamente el patrón según el tiempo en que se decida dejarla dibujando. A partir de la interacción de la máquina con el medio, se introducen variaciones generales y locales, graduales y disruptivas, generando un dibujo que cambia cada vez que se renueva la acción.

El dibujo emergente del proceso nunca produce repetición, sin por ello dejar de cumplir con las mismas reglas. La multiplicidad genera organizaciones estrechamente vinculadas a las determinaciones de origen, que producen novedad a partir de la compleja interacción entre máquina y medio, mientras proliferan comportamientos de alta especificidad, donde cada rebote es singular e irreductible a la repetición. La elección de los procesos que subyacen a las acciones exacerba la arbitrariedad del diseño, a la vez que se vuelve incierta su operatividad y pierde coherencia su sentido.

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