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Atrofias de la Interioridad Continua
Carrera de Arquitectura, 2017. Materia: Proyecto V. Curso: Bestiario Interior. Profesores: Lluís Ortega. Adjunto: Juan Pablo Porta. Ayudantes: Melisa Brieva, Santiago Miret. Proyecto: Fotomorfosis Interior. Alumnas: Florencia Baserga, Candela De Bortoli, Victoria Saieg, Gabriela Zarwanitzer.
En un edificio de planta profunda se organizan dos sistemas verticalmente según una estructura reticulada de pilares: núcleos de circulación espiralados y lucernarios parabólicos. El primero vincula losas con losas y distribuye usuarios, el segundo penetra los estratos e introduce luz natural. El estado de interior puro surge de la exacerbación, la cualificación diferenciada, y la relación de complementariedad entre ambos sistemas.
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Dos series de parábolas se construyen entre los límites perimetrales de núcleos y lucernarios, en relación a la grilla estructural de pilares. La performatividad lumínica, determinada por el ciclo solar, se relaciona con la forma de la circulación que se expande homogéneamente desde un centro. La tensión entre vectores y puntos dota a los intersticios de direccionalidades múltiples, continuidades aparentes, y segregaciones de usos.
El volumen de luz resultante de la sumatoria del ciclo de exposición solar diaria respecto de cada diámetro de lucernario constituye el volumen de un cono virtual. En la literalidad de la simulación al objeto, el proyecto consigue saltearse la metáfora y a su vez construirla: los espacios vaciados son grandes contenedores de luz, lámparas dentro de las cuales rebotan los rayos, generando condiciones omnidireccionales de iluminación.
Los espacios vaciados tienen máximo desplazamiento lateral en medio de su eje vertical y desarrollos de hasta tres crujías, generando diferenciaciones en altura que condicionan espacios programáticos laterales, inferiores y superiores a las lámparas. Las diferencias de luz en relación con la profundidad de planta regula la distribución programática, desplegando espacios comunes en sus perímetros y de trabajo en sus centros.
Los puntos de la circulación se expanden en anillos concéntricos alrededor de los vacíos, los mayores consolidando atrios con balcones, y los menores espirales de doble circulación concéntrica de escaleras y rampas. Al intersecarse, los atrios mantienen la doble estructura y unifican el recorrido mientras que la pendiente diferenciada de escaleras y rampas construye una doble piel respecto de los vacíos y los espacios contiguos.
Mediante una exacerbación que no genera hibridación se funda la posibilidad de constituir especificidad programática y diferenciación espacial sin alterar estructuralmente el continuo topológico: un diagrama de gradientes de influencias multidireccionales sobre el conjunto. El proyecto deja aun inexplorada la tensión entre forma, como campo de problematización disciplinar, y programa, como invención de un modo de operar.
El recorrido ascendente de la rampa circulatoria se organiza respecto del atrio en planta baja y del punto más alto en la cúpula sin perder su centro, mientras se acerca al volumen contiguo. La cercanía gradual entre volúmenes culmina en la tangencia material en la que el espacio de circulación recibe el deslumbramiento de la superficie de enfrente, constituyendo el grado cero emergente: el programa arquitectónico de la no función.