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Ciro Najle
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Singularidades y Modelos Ciro Najle
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Cuando un sistema, es decir, una serie de mecanismos lógicos de producción de un proyecto arquitectónico, guiados por criterios internamente coherentes y dirigidos a fines estratégicos, produce una circunstancia fuera de sí desde dentro de su lógica, es decir, mediante y como consecuencia de la aplicación sistemática de sus mecanismos, o dicho de otro modo, cuando un sistema produce un excedente consistente y necesario, pero en principio impredecible desde el punto de vista de sus razones y criterios, nos encontramos, ya no frente a una inconsistencia, un accidente, una paradoja, una ineficiencia, o un efecto negativo, sino frente a un efecto no lineal, cuyo cambio de clase excede las precondiciones de la formulación inicial. Cuando la positividad de este efecto no lineal adquiere forma deliberada y consciente, es decir, cuando el excedente del sistema ya no se acepta como la capitalización de un imprevisto, ni se compara retrospectivamente con la lógica que lo ha producido para reconocer su sentido, sino que sus efectos organizativos nuevos se consolidan y se formulan fundados en la artificialidad de su forma, nos encontramos, ya no frente a un efecto no lineal, sino frente a una singularidad.
Si un efecto no lineal difiere de un accidente por el hecho de que revierte su carácter negativo, es decir, porque supera su condición crítica y la transforma en un efecto que contiene una positividad de otro nivel, una singularidad difiere de un efecto no lineal en que el sentido de su positividad trasciende la dependencia en el giro conceptual y el cambio de signo que esta operación implica, adquiriendo una entidad completamente nueva e irreductible, asumiendo afirmativamente su nueva forma en tanto formulación, y volviendo su irreductibilidad el fundamento de un campo de sentido sin precedentes. Este campo de sentido se propaga de regreso hacia el sistema que lo ha generado, y no solo lo trastoca, volviéndolo paradójico, del modo en que lo haría un efecto no lineal con sus premisas, sino que lo transmuta, constituyendo una estructura cuya lógica pasa a depender de la cualidad irreductible de la singularidad producida. El sistema se vuelve así determinado en reversa por la singularidad que genera, y ésta se constituye, ya no solo como fin inevitable, sino como principio. Se trata de un fin postdeterminado, que irradia conocimiento hacia atrás y se constituye como modelo hacia adelante.
¿Qué es una singularidad en arquitectura, en este contexto? Una singularidad es un proyecto que se trasciende a sí mismo y constituye autonomía como modelo de conocimiento no mediante la crítica o la superación de la crítica, sino mediante la masa crítica vuelta cualidad completamente nueva que, aunque nutrida de saberes dados, supera las limitaciones de su herencia. Una singularidad es un sistema que, mediante la pregnancia del exceso de lógica, es capaz de transcenderse. Una singularidad es un objeto que se despliega por fuera de los límites de un sistema. Una singularidad es una normatividad nueva que redefine la norma, y con ello la idea misma de lo normal. Una singularidad es un campo operativo que delimita sus alcances sin por ello perder su apertura, un tipo arquitectónico que, dada su diferenciación extrema, es irreductible a su género, una referencia que no depende de referencialidades externas para sostenerse, un ser que desborda a su autor y le impone la forma y las motivaciones de su autoría por sobre sus razones, un objeto vuelto manifestación de un nuevo estado de cosas. Una singularidad es un sujeto-arquitectura, un modelo que, por intensamente peculiar, deviene general.
Una singularidad, en síntesis, resulta de un sistema no lineal cuyo estatuto de novedad, por sostenerse sin referencialidad, ha superado la dicotomía entre crítica y creatividad, y que obtiene su forma de la destilación, hasta la liminalidad, de las características de la no linealidad que dicho sistema produce. Una singularidad ordena el mundo mediante su pregnancia, ni critica sus razones ni lo supera en eficacia, sino que, consolidado formalmente mediante su peculiar estatuto, lo redefine al impregnarlo de un orden y un sentido completamente nuevos: sus propensiones, exacerbadas, devienen líneas de fugas, a la vez que sus inercias, consolidadas, devienen cosa en sí. Un sistema se constituye como modelo cuando, habiendo construido singularidades, éstas iluminan su sentido mediante el conjunto consciente y consistente de su forma. Las operaciones de un modelo de este orden se vuelven modalidades de su artificio, y su singularidad deviene su fin. Tal idea de modelo trasciende la expresión de un sujeto libre y supuestamente deliberado, y en cambio se proyecta sobre éste mientras lo somete a su ineludible fuerza, embebiéndolo de liberación respecto de sus naturalizaciones previas.
Organizadas, por lo tanto, por distinción mutua y radical entre sus irreductibilidades divergentes, y no mediante un sistema clasificatorio general que, basado en temas, escalas, agendas, principios, problemas, o métodos, las distribuiría mediante dominios curriculares disciplinarmente sedimentados reduciéndolas a meras ilustraciones de conceptos, detrás de cada una de las Singularidades presentadas en este volumen subyace la escurridiza idea de que un proyecto de arquitectura (en este caso, proyectos desarrollados por alumnos de arquitectura durante su estudio formativo), la mayoría de las veces en respuesta a condiciones o programas que los preceden (en este caso, a un programa académico o, indirectamente, al marco de una Escuela), trascienden sus condiciones de existencia mediante la masa crítica de su proposición como forma genuinamente nueva de arquitectura. Por extensión, esta serie propone la idea de que, cuando un alumno de arquitectura se vuelve arquitecto, la capacidad auto-superadora de su proceso formativo, desplegada mediante objetos singulares, funciona como un plano de consistencia que constituye un imaginario en el presente y anticipa una práctica futura.
Entendido en este contexto, un proyecto singular de arquitectura desarrollado en un proceso formativo, a diferencia de un objeto inusitado o meramente excepcional, resulta parte de una construcción más o menos consciente de una sensibilidad colectiva, abierta al futuro pero consistente respecto de sus éticas y de sus métodos, impulsada por la vitalidad y la fuerza de sus procesos, y no dirigida por las supuestas buenas intenciones de un programa. Tal construcción discurre a través de los trabajos aquí presentados de modos con frecuencia inesperados, pero constituye, por acumulación y mediante influencias entre ellos, un medio de despliegue de ideas comunes flotando por encima de los trabajos mismos, configurando un lenguaje común, tan preciso como indefinible. Este modo de conocimiento, embebido en el trabajo e implícito en sus formas, técnicas, conceptos, discursos, y debates, es por definición inestable, y constituye una especie de intuición compartida, de la que pocas veces son explicitados sus objetivos, pero cuyo contenido aparece como inevitable, incluso imperioso. Ese imaginario forma parte del cuerpo preciso de ideas y modos que constituye la vitalidad de una Escuela.
No son frecuentes los trabajos que, dada su singularidad, constituyen tendencias lo suficientemente enérgicas como para retroalimentar sus fuentes y eventualmente volverse influyentes no solo dentro sino fuera de sus ámbitos naturales, ya no en el contexto de la formación personal, ni solamente en el medio académico en el que han sucedido, sino sobre la cultura arquitectónica en general. Detectarlos implica un nuevo paso en dirección a intensificar sus capacidades prospectivas y ampliar sus alcances, volviendo su intuición razón, su forma
conocimiento, y la complejidad de sus acciones pensamiento. Singularidades procura generar un espacio para el despliegue de tales acontecimientos, trascendiendo, mediante la fuerza de lo peculiar, tanto el narcisismo de lo propio como la tentación de lo genérico como sustrato de validación, asumiendo en el proceso la responsabilidad cultural que tal tarea involucra. Reconociendo la singularidad de proyectos de alumnos, intensificándola y atribuyéndole la capacidad de influir sobre el debate contemporáneo, Singularidades ofrece extractos significativos del pensamiento arquitectónico en desarrollo en la Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos.
Foro Singularidades, Agosto de 2017. Retrato de la audiencia durante las presentaciones. Fotografía: Juan Ignacio Palma, Archivo EAEU.
