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Operación Versalles Julián Varas

Operación Versalles

Julián Varas

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La Máquina Versalles compendia y expande el curso homónimo dictado por Ramon Faura en la Maestría en Historia y Cultura de la Arquitectura y la Ciudad en 2013. La investigación que dio origen a ambos -el curso y el libro- es su tesis doctoral Arquitectura Palimpsesto, presentada recientemente en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona.

Sin embargo, su publicación no tiene fines meramente documentales. Más allá de su escritura ágil y robusta, La Máquina Versalles despliega recursos críticos e interpretativos valiosos para los campos de la teoría y la historia de la arquitectura. El libro de-construye la visión moderna de un Versalles cartesiano, es decir, racional y auto-centrado, sugiriendo expansivamente que toda investigación histórica debería desafiar los contextos interpretativos heredados o impuestos por quienes se consideran como los autores y protagonistas de los hechos. Al abordar y desarmar la apropiación moderna del palacio, el libro indica el hecho fundamental, aunque frecuentemente pasado por alto, de que la historia nos llega a través de actos sucesivos de narración, interpretación y decantamiento selectivo e interesado de los discursos, y que por lo tanto aproximarse a ella requiere el desarrollo de un aparato crítico refinado. Es por ello que en el libro pesa tanto la construcción historiográfica del objeto como la reconstrucción de sus procesos generativos. Oscilante y multidireccional, se trata de una historia que desafía la linealidad del tiempo.

El libro puede leerse no solo como una historia alternativa de la arquitectura del palacio, sino como una historización y crítica de los conceptos de proyecto, en tanto forma cerrada y terminada, y del de autor, en tanto agente albertiano encargado de imponer los criterios que determinan esa cerrazón. Si los teóricos canónicos del Movimiento Moderno participaron de una idea humanista y romántica de autor, caracterizada por una relación íntima y personal entre el productor y lo producido, Ramon Faura lee Versalles como una mega-estructura, tal como se la concibió en la década de 1960. Versalles es aquí un organismo que evoluciona y cambia a los largo de los años, y es ese el factor principal que le permite ser funcional a un programa de reforma política. El palacio, entendido no tanto en los términos simbólicos según los cuales lo ve el modernismo, sino como un sofisticado dispositivo técnico y programático, preanuncia un proceso de integración entre arquitectura y ciudad que la mega-estructura parecería haber cristalizado tres siglos más tarde. En las múltiples interacciones entre París y Versalles, y en la propia condición urbana que le otorga el carácter público de sus servicios, rutinas, y estructuras circulatorias, el edificio rechaza una lectura puramente representacional.

A diferencia del programa político que animó las búsquedas del modernismo hasta los años 1960 -la solidificación de la autoridad técnica, artística e ideológica del arquitecto-, Versalles nos es devuelto hoy como un sitio donde reabrir la discusión sobre los modos de construcción de la autoría. Discusión esta que, más allá de una coyuntura teórico-política actual, hace de lo colectivo su epistemología básica, no puede dejar de reconocer el sentido estructurante y estructural de la condición indivisible y singular del autor, entendido ya no como el origen de una producción cultural determinada, sino como su emergente o subproducto. En el mismo sentido en que La Máquina Versalles promueve una lectura del edificio a partir de sus efectos urbanos y políticos y de sus capacidades técnico-funcionales, es necesario hoy retornar a una concepción del proyecto de arquitectura como productor y no solo como producto, como sujeto capaz de accionar y reproducirse más que como objeto manipulado. Hacia allí, La Máquina Versalles abre un prometedor camino.

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