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La reforma tributaria, duro golpe a la mipyme; el POT de Bogotá, una oportunidad
Editorial
Alfredo Castellanos, presidente de Junta Directiva de Acopi Bogotá-Cundinamarca
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Como si fueran pocos los efectos que el contrabando, el costopaís, la desgravación arancelaria unilateral y los mal negociados Tratados de Libre Comercio les han causado a la producción y al empleo, el presidente Iván Duque, su ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo y el Congreso, acaban de asestar un golpe más a las micro, pequeñas y medianas empresas.
Lamentable lo del Congreso que, con sus mayorías enmermeladas, a pupitrazo limpio y sin la discusión que ordenan los reglamentos, le dio vía libre a la reforma tributaria, bautizada con el nombre sofista de Ley de Inversión Social. La nueva norma les subió el impuesto de renta a las mipymes, que generan más del 80 por ciento del empleo formal en el país.
Fueron desestimados los pronunciamientos de varios congresistas de diferentes vertientes políticas, tanto en Cámara como en Senado, que intentaron debatir las varias propuestas radicadas para que a las mipymes se les fijara en el impuesto de renta una tasa menor que a la gran empresa, a fin de dar cumplimiento a la progresividad de los impuestos, tal como lo ordena la Constitución Política y como lo hacen varios países, y también para impulsar el desarrollo de las empresas pequeñas y medianas. Muchos parlamentarios presentaron incluso proposiciones en esta vía, un hecho para saludar.
No solo no se atendió la petición que desde Acopi Bogotá-Cundinamarca se ha presentado en las recurrentes reformas tributarias de los últimos cinco años, y que estuvo a punto de ser incluida en la última reforma tributaria de Santos-Cárdenas, sino que, en esta oportunidad, en vez de fijar un impuesto de renta más bajo y diferencial para la mipyme, se lo subió del 30 al 35 por ciento. Qué ironía: no fueron tocadas las odiosas e innecesarias exenciones a la gran empresa, que según los entendidos le cuestan al Estado más de 10 billones de pesos. Y lo peor, como a manera de burla, y con la complicidad de nuestra presidente ejecutiva Nacional, dizque como impuesto diferencial se impuso el Simple, fórmula que grava los ingresos y no las utilidades.
Desde Acopi Bogotá-Cundinamarca insistimos en que el impuesto de renta debe ser progresivo y no proporcional. Insistimos además en que el Gobierno debe hacer uso de la tecnología disponible para controlar que las empresas se subdividan para acogerse a un eventual impuesto más bajo. No es presentable ni justo que una gran empresa pague la misma tasa que una micro o pequeña, y aún menos sabiendo que el costo fiscal para el Estado de conceder a la mipyme una tasa menor es muy pequeño, y, en cambio, el impacto negativo para este sector de empresas sí es muy alto.
A propósito de que vienen ahora los nuevos días sin IVA, se solicita al Gobierno incluir en la lista de productos con ese beneficio los bienes producidos en Colombia, pues como se vio el año pasado, la medida favoreció más que todo a productos importados.
Pasando al ámbito local, está en discusión el POT de Bogotá, la hoja de ruta para la ciudad en los próximos 12 años. Desde Acopi Bogotá-Cundinamarca vemos con buenos ojos muchos aspectos de la propuesta, porque contempla varias de las peticiones y sugerencias de las pequeñas y medianas empresas.
Saludamos que en esta oportunidad se haya incluido el tema de la industria manufacturera y se proteja su funcionamiento dentro de la ciudad, evitando su desplazamiento a otros municipios, se delimiten las zonas industriales y se reconozcan los sectores en donde tradicionalmente funcionan pequeñas y medianas empresas de producción industrial y artesanal.
Aunque algunas inquietudes y propuestas están por ser llevadas a las mesas de socialización del POT y al Concejo Distrital, esperamos que el Cabildo estudie y acoja las iniciativas que se le presentarán para que ayude a generar un ambiente propicio para robustecer la manufactura mediante programas y proyectos específicos. El POT es una oportunidad para tener una ciudad creadora de riqueza y empleo.
Coletilla: Recomiendo leer juiciosamente el más reciente libro de Aurelio Suárez, “Saqueo: Estudio de la economía colombiana 1990 - 2020 Soluciones alternativas”, que detalla las causas y efectos de la crisis, y sugiere salidas diferentes.