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Potencial exportador de Colombia en 2016
Opinión
Sergio Clavijo Director de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras - ANIF
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En 2016 continuó el ajuste en las cuentas externas de Colombia, tras el desbalance que había dejado el fin del auge minero-energético. Luego de que el déficit en cuenta corriente alcanzara el -6.4% del PIB en 2015, los desbalances externos de la economía colombiana han comenzado a corregirse. En efecto, en 2016, el déficit en cuenta corriente cerró en el -4.4% del PIB, con una balanza comercial deficitaria en un -3.6% del PIB.
En materia comercial, las exportaciones siguieron contrayéndose, a pesar del estímulo que representó la devaluación peso-dólar adicional del 11.2% (promedio) en el último año. En todo caso, las exportaciones cayeron un -12.9% anual en el último año, un menor ritmo frente al de 2015 (-34.9%), ver Comentario Económico del Día 13 de marzo de 2017. Sin embargo, la mayor parte del ajuste comercial vino por el lado de las importaciones, al contraerse un -17% anual (vs. -15.4% en 2015). Allí no solo habrían incidido los altos niveles de la tasa de cambio peso-dólar (lo que ha impulsado la sustitución de importaciones por producción local), sino también la desaceleración económica del país (con crecimientos del 2% anual en 2016 vs. 4.5% anual promedio del último lustro).
A pesar de la corrección señalada anteriormente, Colombia sigue estando quedada en materia exportadora debido a que: i) el país no está bien posicionado para aprovechar los Tratados de Libre Comercio (TLCs); y ii) no existe una política sólida para la promoción de las exportaciones, ver Informe Semanal No. 1322 de julio de 2016. Así, no resulta ser un accidente que, por ejemplo, hoy Colombia luzca rezagada en su participación en cadenas globales de valor, donde solo un 26% de las exportaciones constituye valor agregado local (vs. Perú, 42%; México, 44%; y Chile, 48%), según la UNCTAD. Es primordial, entonces, seguir trabajando en reducir los altos sobrecostos de transporte, logísticos y salariales, resultantes de los atrasos en la llamada “agenda interna”.
Como ya es costumbre, Anif hace un balance del grado de aprovechamiento de los TLCs que tiene Colombia actualmente. El análisis llevado a cabo para 2016 corrobora nuestra tesis expuesta anteriormente: “aun con la corrección de los desbalances externos de la economía, el país sigue perdiendo potencial exportador”. Dicho de otro modo, Colombia presentó pérdidas comerciales en seis de los trece TLCs firmados, registrando ganancias en apenas tres (Costa Rica, CAN y Panamá). Asimismo, se encuentra que Colombia tuvo pérdidas comerciales en cinco de los doce sectores, mostrando ganancias en tan solo dos de ellos (refinación de petróleo y plástico-caucho). partes de dichos flujos (BCR menor a -0.33); y iii) neutro comercialmente (amarillo), si la BCR se sitúa entre -0.33 y 0.33 (ver cuadro 1).

Metodología de evaluación de los TLCs
Dicho lo anterior, nuestro análisis del potencial exportador de Colombia se concentrará en: i) la dinámica del comercio bilateral entre los firmantes de cada TLC; ii) la canasta importadora de dichos países y su complementariedad con nuestra canasta exportadora; y iii) el tamaño del mercado de los competidores que enfrentamos.
Para ello, calcularemos la Balanza Comercial Relativa (BCR), midiendo allí el grado de competitividad sectorial. Dicha BCR arroja valores entre 1 y -1, pues corresponde al cociente entre la balanza comercial (exportaciones–importaciones) y el comercio total (exportaciones+importaciones). A partir de allí podemos clasificar nuestro aparato productivo nacional como: i) exportador neto (verde), si las exportaciones representan más de dos terceras partes de los flujos totales de comercio (BCR mayor a 0.33); ii) importador neto (rojo), si las importaciones representan más de dos terceras
Evaluación de los TLCs (2015-2016)
En 2016, las exportaciones totales de Colombia se contrajeron un -12.9% anual hasta los US$31.074 millones (ver gráfico 1). Dicha tendencia se presentó en la mayor parte del año, aun cuando en los últimos meses se observó un ligero repunte. Esto último fue particularmente evidente en el caso de las exportaciones hacia Estados Unidos (US$9.870 millones; +0.2% anual). Entre tanto, las ventas externas a la Zona Euro (US$4.958 millones; -17.2%), la CAN (US$3.013 millones; -20.5%) y el Mercosur (US$1.213 millones; -12.9%) mostraron caídas mucho más marcadas.
De otra parte, las importaciones totales (en valor CIF) se redujeron un -17% anual en 2016 hasta los US$44.905 millones (ver gráfico 2). De esta manera, se registraron caídas importantes a lo largo del año en las compras a Estados Unidos (US$11.878 millones; -23.4% anual), la Zona Euro (US$6.296 millones; -23.2%) y el G3 (US$3.415 millones; -11.4%), los tres mayores proveedores de Colombia.
Nuestro análisis sectorial usa la métrica del potencial exportador antes explicada. Las variaciones de 2016 respecto de 2015 las marcamos con dos signos positivos (++) cuando el sector haya pasado de rojo (importador neto) a verde (exportador neto), y con uno solo (+) cuando el tránsito haya sido de rojo a amarillo (neutro) o de amarillo a verde. Igualmente, denotamos las pérdidas exportadoras con dos signos negativos (--) al pasar de verde a rojo, y con uno solo (-) al pasar de verde a amarillo o de amarillo a rojo.
Con base en esta metodología, Anif encuentra que el TLC con Costa Rica (que entró en vigencia a mediados de 2016) obtuvo el mayor potencial exportador para Colombia al haber elevado su balance de +8 a +9. El segundo TLC con mayor potencial fue el Triángulo del Norte Centroamericano, el cual mantuvo su potencial exportador en +8. Cabe señalar, sin embargo, que el volumen de comercio con estos países es mínimo. A estos dos TLCs les siguió la CAN, elevando su potencial marginalmente de +2 a +3, gracias a las mayores exportaciones de productos refinados del petróleo. Entre tanto, Chile mantuvo el potencial exportador de 2015 (+1), aunque mostrando ganancias en el sector de plásticocaucho y pérdidas en alimentos.
Por su parte, Estados Unidos (el principal socio comercial de Colombia) tuvo un balance exportador negativo al pasar de 0 a -1, tras un débil desempeño de las exportaciones de plástico-caucho. Con el EFTA, Colombia perdió potencial exportador, pasando de +1 a -1, por caídas en las exportaciones mineras, mientras que con Canadá se mantuvo el potencial exportador del año anterior (-2). Ahora bien, el TLC con la Zona Euro perdió potencial exportador, pasando de tener un balance exportador neutro a -3, ya que las exportaciones de los sectores de cuero-calzado, metalúrgico y refinación de petróleo (productos no tradicionales) siguieron contrayéndose.
Finalmente, los TLCs de Corea del Sur (que entró en vigencia a mediados de 2016), el G3 y el Mercosur tuvieron los balances exportadores más desfavorables. El primero de ellos tuvo un deterioro en su potencial exportador de -2 a -3 en el último año, debido a contracciones en las exportaciones de confecciones. El TLC con el G3 mostró el mayor deterioro en potencial exportador, reduciéndose de -1 a -5, tras el débil desempeño de las exportaciones de productos mineros, refinados de petróleo y alimentos. En el caso del Mercosur, el balance exportador pasó de -4 a -5. Pero, aun cuando solo se perdió potencial exportador en el sector textil, este TLC sigue representando los mayores riesgos para el país con el balance más desfavorable para Colombia.
Los TLCs que aún no se encuentran vigentes son aquellos con Panamá e Israel. En el primer caso, el TLC no ha podido concretarse debido a: i) las discrepancias comerciales que han suscitado las medidas proteccionistas de Colombia ante el creciente contrabando técnico desde la Zona Libre de Colón; y ii) la dificultad en lograr un acuerdo para el intercambio de información tributaria. En el segundo, la ratificación del TLC sigue en manos del Congreso de la República, aun cuando se han endurecido las posiciones en contra del acuerdo por la legitimación que se le estaría dando a las violaciones de los derechos humanos por parte de ese país.
En materia de potencial exportador, los resultados de estos TLCs son altamente cambiantes, debido a los bajos volúmenes que se comercializan actualmente. Panamá (+12) sigue destacándose por su alto potencial exportador, al haber exhibido ganancias en los sectores de refinación de petróleo y metalúrgico. Por su parte, el TLC de Israel (-2) continúa siendo el más riesgoso, a pesar de que en 2016 el país mantuvo su balance inalterado.
A nivel sectorial, se observa que el mayor potencial exportador lo tuvo confecciones (+10). A dicho sector le siguieron la minería (+9), el sector de cuerocalzado (+6), refinación de petróleo (+4) y alimentos (+3). Sin embargo, de estos, el único sector que mostró ganancias fue el de refinación de petróleo, en parte por la entrada en funcionamiento de Reficar, lo cual favoreció la sustitución de importaciones.

En contraste, los mayores riesgos se vieron en los sectores textilero (-5), metalúrgico (-4) y plásticocaucho (-3). De estos sectores, el único que exhibió mejoras fue el de plástico-caucho, que se vio favorecido por el efecto Reficar, al participar de la cadena petroquímica. Entre tanto, vehículos (-3), químicos (-2), papel (-2) y agro (-2), siguieron mostrando un balance exportador negativo pero estable al haber mantenido el potencial exportador de 2015.
Conclusiones
En síntesis, el balance de los TLCs en 2015-2016 fue negativo para el país, con deterioros en el potencial exportador tanto a nivel de TLCs como sectorial. En particular, preocupa la pérdida de potencial exportador con Estados Unidos y la Zona Euro, nuestros principales socios comerciales. De igual manera, la pérdida de potencial exportador en los sectores de alimentos, cuero-calzado y textilero refleja la difícil situación por la que atraviesa la industria local, donde ni siquiera los altos niveles de la tasa de cambio peso-dólar han logrado estimular las ventas al exterior.
Mientras tanto, Colombia sigue recargando su canasta exportadora en commodities (actualmente participan del 63% de las exportaciones totales del país), dejando de lado sectores como la agroindustria, donde se sabe que existe un gran potencial. El problema radica en que el llamado Costo Colombia (las regulaciones ambientales, laborales y tributarias) hace que los costos para el agro y la industria colombiana sean muy altos. De allí que nuestras exportaciones no tradicionales hayan seguido cayendo de niveles de los US$15.000 millones a solo US$11.000 millones durante 2008-2016, representando tan solo un 37% del total.