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PREOCUPANTES PERSPECTIVAS DE LA ECONOMÍA COLOMBIANA
Notas económicas
El bajo crecimiento, la disminución de la inversión, la dependencia del comercio exterior en los precios de productos básicos, el aumento del endeudamiento y el desempleo e informalidad denotan una orientación macroeconómica pendiente de revisión. A continuación se detallarán cada uno de los elementos mentados, dando muestra que el optimismo del gobierno nacional se aleja de la realidad.
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La economía colombiana apenas creció un 1,1% durante el primer trimestre de 2017, porcentaje inferior en 1,6 puntos respecto del mismo trimestre de 2016, mostrando el peor desempeño durante los últimos 8 años.
Por su débil comportamiento es de resaltar el caso de la industria manufacturera con un crecimiento de apenas un 0,3%. Este mismo sector perdió 0,1 puntos de participación en el total del PIB, pasando de 11,2% en el primer trimestre de 2016 a 11,1% en el mismo periodo de 2017. Por el contrario, el sector que más ganó participación en el PIB fue el financiero, que pasó de 20,7% en el primer trimestre de 2016 a 21,3% en el mismo periodo de 2017, siendo el sector más ‘importante’ en el PIB colombiano.
En lo que respecta a la producción, ventas y empleo, el sector industrial tampoco sale bien librado. Los datos con corte a abril de 2017, reflejan que la totalidad del sector industrial redujo su producción un 1,5%, y decrece un 3,5% sin tener en cuenta al subsector de refinación. Lo mismo sucede con las ventas que crecen al 1,6%, y sin refinación un 3,9%; mientras que en el empleo el comportamiento con y sin refinación se mantiene casi inalterado con una variación negativa de 0,4%. De las 28 de las 39 actividades incluidas en el sector presentaron
variaciones negativas, siendo las más afectadas la fabricación de artículos de viaje, bolsos de mano y artículos similares en cuero: -28,3%; la fabricación de carrocerías para vehículos automotores y remolques: -25,3%; e Industrias básicas de metales preciosos y no ferrosos: -21,9%.
Al enclenque crecimiento y la baja en la industria se le suma la disminución de la inversión. La merma ha sido alta: el año pasado creció 16,7% como producto del alto nivel de entrada de recursos por cuenta de la venta de ISAGÉN1. Esta situación se contabilizó como inversión extranjera directa y favoreció el comportamiento de este rubro durante 2016. Teniendo en cuenta esta situación, es posible ver que para el primer trimestre de 2017 el nivel de inversión llegó a los USD 2.515 millones, valor inferior en 46,5% que lo registrado en el mismo periodo de 2016.
En detalle, los sectores manufacturero y petrolero son quienes han atraído la mayor inversión, ya que del total recibido un 28,2% y un 23,7% llegaron a estos sectores respectivamente. Las principales fuentes de inversión en Colombia durante el primer trimestre fueron Estados Unidos (14,7%), España (13,4%), Panamá (11,2%), Islas Caimán (10,5%) y Uruguay (7,9%).
En términos comerciales se ha hablado de la recuperación de las exportaciones y un mejoramiento del intercambio de Colombia con el mundo, pero la realidad pareciera distar de esta afirmación. Las exportaciones han repuntado un 24,9% a mayo de 2017 al parecer por un leve aumento coyuntural en los precios internacionales de materias primas como el petróleo, y en consecuencia a que el sector extractivo sigue significando el 53,3% de las exportaciones colombianas. En cambio, el comportamiento del sector manufacturero tampoco ha sido el más favorable en términos comerciales, ya que representando el 19,5% de las exportaciones del país, las ventas al extranjero se redujeron un 2,4%. Así mismo, el déficit comercial industrial hasta abril de 2017 asciende a los USD 8.830 millones, un 11,5% más que para el mismo periodo de 2016.
Por otra parte, otro de los reflejos de que la economía no va por buen camino es el endeudamiento en el país, el cual muestra que hasta abril de 2017 la morosidad llegó a los $ 17,3 billones de pesos, 39,3% más que lo registrado al corte del mismo mes de 2016. En línea con esta tendencia, la deuda del Gobierno Nacional llegó a los USD 132.413 millones ($ 386,7 billones) hasta mayo de 2017, lo que representa un 42,2% del PIB.
En materia de empleo es posible ver una tendencia de aumento del desempleo en el país. Durante 2017 la tasa ha llegado al 10,1%, cifra levemente superior a la registrada en el año corrido de 2016, cuando era del 10%. Aunque la informalidad se ha reducido en 563.000 personas, la tasa de informalidad sigue alrededor del 48% de los ocupados, de los cuales el 12,4% están en el sector industrial manufacturero.
Por su parte, las cifras de inflación muestran una tendencia a la reducción por cuenta de las decisiones tomadas por el Banco de la República durante 2016, quien aumentó las tasas de interés en 8 ocasiones, presionando la economía a la baja en un momento en el que el consumo de los hogares se venía ralentizando. Con esto, la inflación a junio de 2017 llegó a un 3,35%, cifra inferior a la registrada en 2016, pero continúa siendo la cuarta inflación anual más alta desde 2009.
A modo de cierre, los factores mencionados son consecuencias de una forma de direccionar la economía. Por este motivo es menester que los actores involucrados en la toma decisiones macroeconómicas reflexionen sobre los ejes axiales de la dirección económica del país: se debe revisar qué funciona y qué no. De lo contrario las cifras no serán diferentes y no bastará el optimismo gubernamental para calmar las preocupantes perspectivas de la economía colombiana.