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Dos empresas se pusieron la misma camiseta para ganar un partido en campo de juego complicado
by Aapresid
El establecimiento ‘El Ceibo’ es un claro ejemplo de que “la unión hace la fuerza”. A partir de una alianza entre empresas, pasaron de un campo de cría empobrecido a un sistema agrícola-ganadero totalmente estabilizado.
El Ceibo, un establecimiento cercano a la localidad de Bolívar, abrió las tranqueras para compartir su experiencia en un campo de cría que desde hace tres años lleva adelante una alianza estratégica para potenciar aquellos lotes con mayor aptitud agrícola, favoreciendo un esquema de rotaciones con girasol, maíz en baja intensidad, cultivos de servicios con fines agropecuarios, que permitieron maximizar los beneficios.
Para conocer la historia y el trabajo que hay detrás, la regional Bolívar fue la encargada de organizar este encuentro que tuvo lugar el 12 de noviembre y que contó con la presencia de más de 150 personas y el acompañamiento de 40 empresas e instituciones.
250 vacas y un campo empobrecido
A partir de una herencia familiar, en el año 2010, la contadora Adriana Cisneros, tuvo que hacerse cargo de la producción de un campo de cría muy empobrecido y con varias deficiencias estructurales y productivas, y con un rodeo de 250 vacas.
Para hacer frente a este escenario desafiante, en mayo de 2014, Adriana decide contactar al Lic. Mariano Iturriaga y le propone transitar juntos el camino de mejora del establecimiento. Después de haber lidiado y atravesado inundaciones, problemas de un rodeo envejecido, lotes enmalezados que venían de pastura sobre pastura y una agricultura de subsistencia a la que acudían solo para limpieza de los lotes, decidieron pegar el volantazo juntos y encarar un cambio radical.
Como primer paso, se reemplazó el rodeo y se pasó de hacienda pampa a hacienda Aberdeen Angus. Por el lado de la agricultura, les estaba costando encontrarle la vuelta para comenzar, hasta que sin querer Mariano se reencuentra con un viejo alumno, el Ing. Agr. Emanuel Diaz quien trabajaba para una empresa grande, y a quien invitaron a sumarse al equipo. A partir de allí, pusieron manos a la obra y diseñaron un plan de rotaciones específicas para cada lote, incorporando cultivos de servicio, verdeos y todo lo que estuvo a su alcance para aumentar la frontera de la agricultura, aunque sin perder el objetivo principal que era la ganadería.
¿Cuál fue el resultado de esta simbiosis? Actualmente, el campo de 900 hectáreas, destina 500 has para cría y 300 para agricultura, y está totalmente estabilizado y en continua mejora.
“La acción simbiótica que logramos entre las dos empresas fue fantástica, y estoy convencido de que los logros obtenidos tienen su sustento en el factor humano y la capacidad de entendimiento y paciencia entre las partes”, destacó Mariano.
¡Hora de salir al campo! Manejo de fungicidas en trigo y girasol en los márgenes
“Tomarse el tiempo para repasar algunos conceptos clave, nos ayuda a entender mejor cómo funcionan los productos y así poder tomar mejores decisiones”, afirmó el Ing. Agr. Fernando Murillo (ST Syngenta), quien tuvo a su cargo la charla sobre aplicación de fungicidas en trigo, con alguna mención en cebada.
El aumento en la superficie de cultivos de cosecha fina y la influencia de enfermedades vienen de la mano con el creciente uso de fungicidas, por lo tanto, se deben tener cada vez más consideraciones al momento de decidir una aplicación. Conocer la dinámica de las enfermedades en los lotes resulta clave en esta tarea, por eso el especialista repasó el ciclo de desarrollo de algunas de ellas, como la Roya amarilla, Roya de la hoja y Roya del tallo.
Nunca está de más recordar que las visitas al campo y el monitoreo continuo, además del conocimiento de umbrales y conceptos de incidencia y severidad, resultan fundamentales para llegar a tiempo con las aplicaciones y lograr buenos resultados sanitarios, remarcó Fernando.
En el ensayo a campo se mostraron los resultados obtenidos con tres productos: Amistar Xtra, Elatus Ace y Miravis Triple, y los momentos de aplicación óptimos para cada uno.
Para conocer detalles sobre el manejo de girasol en la zona, especialmente en campos marginales, el Ing. Agr. Mariano Moro (ATR Regional Guaminí-Carhué), lideró la recorrida por distintos ensayos comparativos de rendimiento y respondió preguntas vinculadas a malezas, enfermedades e insectos clave, productos recomendados y momentos óptimos de aplicación.
El aumento en la superficie de cultivos de cosecha fina y la influencia de enfermedades vienen de la mano con el creciente uso de fungicidas

Expandir la superficie cultivable de la mano de los cultivos de servicios
Desde que la regional Bolívar comenzó a participar en la Red de Cultivos de Servicios de Aapresid, se vienen evaluando distintos cultivos, fechas de siembra y niveles de fertilización, entre otras cosas. El objetivo es conocer qué alternativas y posibilidades de manejo se adaptan mejor y son más beneficiosas para la zona y para cada lote en particular.
Hasta el momento, se observan buenos resultados no solo en el control de malezas y en la fijación de N, sino que se evidencian balances positivos de carbono y mejora estructural en el perfil, lo que favorece a la infiltración y permanencia de agua en el perfil. “Creemos que los cultivos de servicios no son un único camino a seguir, sino que son una herramienta más que vale la pena conocer y utilizar para la estabilización y mejora de nuestros sistemas”, afirmó la Ing. Agr. Victoria Sotullo, vicepresidente de la regional Bolívar y responsable del seguimiento de los ensayos de cultivos de servicio (CS).
A pesar de los costos en los que se incurre al implantar un CS, se obtiene una ganancia que se refleja tanto en un menor impacto ambiental -por la reducción en el uso de productos durante el barbecho largo-, sino que en ciertos casos, como por ejemplo con un CS de vicia villosa inoculada y fertilizada, se obtuvo un MB positivo en el cultivo de maíz sucesor. Con la alternativa Vicia+Centeno, también se evidenciaron márgenes brutos positivos pero inferiores a los registrados con la opción de vicia sola.
La segunda parte de esta sección estuvo a cargo del Ing. Agr. Emanuel Díaz, quien comentó en detalle la experiencia de utilización de CS en el sistema mixto del establecimiento “El Ceibo” y cómo los incluyeron en sus rotaciones para mejorar la capacidad productiva de los lotes agrícolas y poder expandir la superficie cultivable.
“Creemos que los cultivos de servicios no son un único camino a seguir, sino que son una herramienta más que vale la pena conocer y utilizar para la estabilización y mejora de nuestros sistemas”

Suelo: las calicatas tienen la posta
“El suelo es algo que nos habita, todo lo que tenemos pasó por el suelo, de él nace todo lo que somos”, dijo el Ing. Agr. Alberto Quiroga del INTA Anguil, durante el inicio de su charla en la que habló sobre cómo se expresan los suelos frente a la influencia de nuestro manejo y los indicadores visuales en calicata que nos hablan de cómo está actualmente.
El suelo no es algo estático, es muy sensible y cambiante, pero se toma su tiempo para sus procesos, sobre todo para aquellos vinculados a la sustentabilidad que requieren por lo menos 10 años de efectos acumulados. “Siempre que hacemos algo, el suelo acusa, responde y el gran desafío es aprender a identificar esa respuesta”, afirmó el especialista.
Es muy importante empezar a mirar el suelo como un sistema complejo con múltiples variables para comprender mejor los resultados que obtenemos. Por ejemplo, el nivel de fertilidad que arrojan los análisis de suelo no siempre refleja la fertilidad real del mismo. La capacidad que tienen las raíces de los cultivos para acceder a esos nutrientes está directamente condicionada por la estructura que posee el suelo y la densidad de los agregados que presenta. Este es un gran punto a considerar, ya que a veces es imposible para las raíces explorar el interior de algunos agregados muy densos pero que guardan un gran nivel de nutrientes en su interior, que de hecho se ven reflejados en los análisis (luego de un tamizado y desagregado, los nutrientes allí están). Por estas cuestiones es importante conocer nuestro suelo y aprender a interpretar lo que nos cuenta, “aprender a hablar su propio idioma”, sentenció Quiroga.
El ingeniero brindó numerosos tips y recomendaciones para lograr una mejor interpretación y manejo de los suelos. “Hoy en día tenemos la tecnología suficiente para hacer lo que queramos, el problema es que muchas veces no sabemos cuándo tenemos que optar por una u otra tecnología. Lo que nos falta es conocimiento, análisis e interpretación”, concluyó.
Las empresas más humanas son más sustentables
El broche final para esta jornada repleta de actividades y aprendizaje estuvo a cargo del Med. Vet. Carlos Peñafort quien habló de las relaciones humanas como factor de producción y buen desempeño de las empresas agropecuarias.
El especialista puso como ejemplo la relación construida entre los miembros del equipo que llevan adelante la producción del establecimiento “El ceibo” y generó un espacio de debate e intercambio muy enriquecedor entre todos los presentes que finalizó con agradecimientos y valorización de los logros alcanzados conjuntamente