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Pastoreo de cultivos de servicio, en busca del equilibrio ecosistémico
by Aapresid
Desde la UNR, Julio Galli propone pensar el pastoreo de cultivos de servicio como una herramienta estratégica que potencia los servicios ecosistémicos en la integración agrícola-ganadera.
La UPA Ganadera realizada por la Regional Mar del Plata-Juan Manuel Fangio el pasado 26 de noviembre, se centró en el manejo y la utilización de los cultivos de servicio (CS) en sistemas mixtos como recurso forrajero. Entre los invitados, el Ing. Agr. Dr. Julio Galli, del equipo de Producción Animal de la Facultad de Cs. Agrarias de la UNR, disertó sobre el pastoreo de CS como herramienta estratégica para potenciar los servicios agroecosistémicos.
Como es bien conocido, los CS ofrecen numerosos servicios ecosistémicos a los sistemas agrícolas, como mejorar la cobertura, el control de malezas, la protección contra la erosión y el aporte de materia orgánica, entre otros. Por otra parte, los productores se enfrentan a un gran desafío al incorporar CS a los sistemas mixtos, para sostener sus ventajas ambientales y a la vez aprovecharlos mediante el pastoreo y lograr ventajas productivas.
Dentro del proyecto de Sistemas Integrados FCA-UNR, el especialista y su equipo de trabajo realizan, desde 2011, ensayos para evaluar y comparar el pastoreo de CS con la recría de vaquillonas Holstein con sistemas netamente agrícolas de monocultivo de soja. Además, coordinan junto a Aapresid la Red de Pastoreo de Cultivos de Servicios, de la cual compartió los resultados del relevamiento inicial.
Señaló que predominan dos enfoques dentro del interés de los productores. Por un lado, el agricultor que realiza CS por sus servicios ecosistémicos y se cuestiona si podría aprovecharlos mediante el pastoreo y, por otro lado, el productor ganadero que realiza verdeos de invierno como insumo forrajero y se cuestiona qué servicios ecosistémicos está obteniendo en paralelo. En este sentido, Galli apunta a un enfoque integrado donde surgen propiedades emergentes, que no están presentes en sistemas agrícolas o ganaderos puros. Y resaltó la importancia de reconocer a los servicios agroecosistémicos del pastoreo.

Por otra parte, surge la necesidad de conciliar los enfoques productivistas y agroecológicos, donde resulta fundamental el trabajo de coinnovación entre las instituciones, como INTA y la universidad, en conjunto con los productores y asesores; y donde el pastoreo de CS surge como una solución de conveniencia.
Al momento de decidir los criterios para pastorear un cultivo de servicio, Galli recomienda tener en cuenta varios aspectos, que son diferentes al pastoreo de pasturas. En rasgos generales, es importante mantener los servicios agroecosistémicos de dichos CS e incorporar los servicios propios del pastoreo. También se deberá considerar el tipo de sistema de producción -cría, invernada, tambo-, el objetivo productivo o nutricional -que dependerá de la categoría o dieta- y el período de pastoreo -que es corto, entre 60 y 120 días-. Por otro lado, las condiciones climáticas durante el período de pastoreo y el tipo de suelo y la pendiente, tanto a escala regional como dentro del lote, son factores que también serán decisivos.
Puntualizando en las decisiones de manejo, hay tres puntos clave a definir: la intensidad, la frecuencia y duración de la defoliación y la heterogeneidad. La intensidad está relacionada a la altura de pastoreo y la frecuencia y duración de la defoliación se definen a través del método de pastoreo.
En cuanto a la heterogeneidad, que tiene que ver con el manchoneo, el especialista destacó que “si pensamos en un servicio ecosistémico del pastoreo, quisiéramos que ese servicio sea homogéneo a lo largo de toda la superficie” y si existe sobrepastoreo y manchones éste se pierde, por ejemplo empiezan a aparecer malezas. Además, en el manchoneo disminuye la capacidad de reciclaje de nutrientes y aumenta el riesgo de lixiviación y emisión de GEI.
Hay varios métodos de pastoreo y todos presentan ventajas y desventajas, la elección dependerá de los objetivos, la disponibilidad y adecuación de mano de obra e instalaciones. La principal diferencia entre los métodos radica en la carga animal instantánea (cabezas/ha), que es menor en pastoreos continuos respecto a pastoreos rotativos. En este aspecto, Galli considera que si bien es importante, su elección no es determinante para el sistema como sí lo es el manejo de la intensidad de pastoreo.
“El pastoreo en sí no es el que ofrece el servicio ecosistémico, sino que depende estrechamente de la intensidad del pastoreo”, enfatizó el especialista. Entonces, la decisión no pasa por pastorear o no sino por cómo pastorear. El pastoreo leve o moderado ofrece iguales o mayores servicios respecto a un cultivo de servicio sin pastorear. Julio detalló que -según la amplia bibliografía existente y el trabajo de la propia cátedra-, la agregación del suelo, la biomasa radicular, la disponibilidad de fósforo, la calidad del suelo y la sustentabilidad del sistema aumentan considerablemente. Mientras que la resistencia a la penetración, el stock de carbono, la biomasa microbiana y el rendimiento de los cultivos agrícolas sucesores se mantienen igual en CS pastoreados respecto a CS no pastoreados. Sin embargo, en situaciones de pastoreo intenso estos servicios se ven afectados negativamente.
“El pastoreo en sí no es el que ofrece el servicio ecosistémico, sino que depende estrechamente de la intensidad del pastoreo”
Además, en pastoreos leves o moderados se logra mayor peso de bocado, áreas más grandes, mayor profundidad y eso determina mayor tasa de consumo y mayor productividad animal, respecto a pastoreos intensos.
En cuanto al proceso de pastoreo en sistemas integrados, “no hay que pensar solo en la defoliación porque los animales afectan el funcionamiento de los sistemas de producción a través de todos los procesos”, remarcó Julio. También se produce la excreción de orina y bosteo -que genera un efecto importante sobre la dinámica de nutrientes-, el pisoteo -con sus consecuentes problemas de compactación- y la emisión de gases de efecto invernadero -que influyen en el balance de carbono-.
Un elemento relevante a tener en cuenta, más allá de los aspectos productivos, es el balance ambiental. Es necesario buscar un equilibrio entre el desacople de carbono, nitrógeno y fósforo que los animales producen mediante la digestión y el acople que realiza la vegetación de estos nutrientes. Cuando el desacople excede a la capacidad de acople del sistema, aumenta la emisión de gases de efecto invernadero, el riesgo de escurrimiento de fósforo y lixiviación de nitratos. En este punto, aparece el concepto de carga animal ambiental, buscar una carga animal que maximice no solo la productividad sino también el balance ambiental.
El especialista concluyó en que queda mucho por profundizar en relación a éstas temáticas y que no existen recetas repetibles. Cada sistema de producción es único y tanto asesores como productores deberán adaptar las herramientas existentes a las condiciones locales.
“No hay que pensar solo en la defoliación porque los animales afectan el funcionamiento de los sistemas de producción a través de todos los procesos”
