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VOLUME 8, ISSUE 10, MARCH 10, 2022 facebook.com/2mas2KC Twitter, Tumblr, Linkedin, issuu, Pinterest, Instagram MOTHER OWL:
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Developing connections among students Desarrollando conexiones entre los estudiantes By Jesús López-Gómez Latino Olathe educator leverages background, lowrider love for student connection
Educador latino de Olathe aprovecha antecedentes y amor por los ‘lowrider’ para la conexión estudiantil
s a young guy growing up in A California, Olathe Executive Di- C rector of Diversity and Engagement Erik Erazo said he never saw many educators that looked like him either in appearance or in personal history. “That was the ‘90s in California. It was crazy, bro,” he said. “Everything you saw in the movies was real. People were getting shot.” Yet, he’s finding that it’s this very background, this experience and his distinct approach as a Latino educator that’s led to a slate of promising new educational initiatives to engage its students, the most distinct among them being a student lowrider club. “My life was the reason these kids started listening to me,” he said. Part mechanic class and part support group, the Olathe School District Lowrider Bike Club has earned a reputation as both a safe space and a cool thing to do after school. Around 40 students, both boys and girls, get together and, through Erazo’s instruction and with the support of adult mentors, build lowrider bikes. Despite being the work of students, the works produced at the club have earned top honors at local automotive shows and sold for thousands of dollars. Erazo said he often thought about taking his mechanic’s training and leaving teaching for a high paying job working the trade, a real consideration to make as he was trying to support Erik Erazo
uando era un joven creciendo en California, Erik Erazo, Director Ejecutivo de Diversidad y Compromiso de Olathe, dijo que nunca vio muchos educadores que se parecieran a él, ya sea en apariencia o en su historia personal. “Eso fue en los años 90 en California. Era una locura, ‘bro’. Todo lo que vieron en las películas fue real. La gente estaba recibiendo disparos”, relató. Sin embargo, está descubriendo que son estos mismos antecedentes, esta experiencia y su enfoque distintivo como educador latino lo que lo ha llevado a una lista de nuevas iniciativas educativas prometedoras para involucrar a sus alumnos, la más distintiva de ellas es un club estudiantil de lowrider. “Mi vida fue la razón por la que estos chicos empezaron a escucharme”. En parte clase de mecánica y en parte grupo de apoyo, el Club Lowrider Bike del Distrito Escolar de Olathe se ha ganado la reputación de ser un espacio seguro y algo genial que hacer después de clases. Alrededor de 40 estudiantes, tanto niños como niñas, se juntan y, a través de la instrucción de Erik y con el apoyo de mentores adultos, construyen bicicletas lowrider. A pesar de ser la labor de los estudiantes, las obras producidas en el club han obtenido los máximos honores en ferias automotrices locales y se han vendido por miles de dólares. Erik comentó que a menudo pensaba en tomar su entrenamiento de mecánico y dejar la enseñanza por un trabajo bien remunerado en el oficio, una consideración real, ya que estaba tratando de mantener a una familia de seis con un modesto salario de educación pública. Sin embargo, “sentí un gran impulso a perseguir”. Ascendiendo en el rango del distrito primero como oficial de seguridad en la preparatoria Olathe North y luego como supervisor de suspensión
pág.5 a family of six with a modest public education wage. Nevertheless, “I felt a big push to pursue.” Rising through the district’s rank first as a security officer at Olathe North High School and then an in-school suspension supervisor who worked with struggling students, he realized he had a lot to offer to students coming from difficult backgrounds as he once had. “When I started as an educator, I thought I was supposed to hide that, that those people aren’t educators,” he said. Despite being a self-described “nerd at heart,” Erazo rated himself an underperforming student as a high schooler. Some of that was due to environmental obstacles, and some due to life choices that complicated his schooling, like becoming a father at 16. The ‘90s and the West Coast hip hop of Snoop Dogg and Dr. Dre was man people’s first exposure to lowriders. For many outside of the culture, they lacked the appreciation for the craft. “When I started talking about lowriding 18 years ago … people were like, ‘Nuh-uh, we’re not doing that,’” Erazo said. He explained that relationship building over the years with law enforcement — both the local divisions as well as the federals ones, like the Drug Enforcement Agency (DEA) — and also with community organizations like the library have helped him sell the idea to a more willing audience over the years. The club was started in 2017. Students building bikes at the club have a peer group there that talks openly about their personal struggles. Erazo has heard students talk about sensitive topics, like a deportation in a student’s family. It’s trust they’ve won from one another while all it really looked like they were doing was building cool bikes. “There, you’re just kicking it with the homies,” Erazo said. Erazo occupies an administrative-level position in his current position, but at the club students approach him freely and easily, perhaps because they see him as someone like them. Erazo said he’s changed his mind about his personal history. Gone are the feelings of shame; in their place is a sense of duty. “All that craziness had a purpose. It wasn’t a mistake,” he said.
Rincón Vida Saludable: Let’s keep protecting & educating ourselves
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en la escuela que trabajaba con estudiantes con dificultades, se dio cuenta de que tenía mucho que ofrecer a los alumnos que venían de entornos difíciles como el que tuvo alguna vez. “Cuando comencé como educador, pensé que se suponía que debía ocultar eso, que esas personas no eran educadores”. A pesar de describirse como un “nerd de corazón”, Erik se calificó a sí mismo como un estudiante de bajo rendimiento en la preparatoria. Parte de eso debido a obstáculos ambientales y parte a decisiones de vida que complicaron su educación, como convertirse en padre a los 16 años. Los años 90 y el hip hop de la costa oeste de Snoop Dogg y Dr. Dre fueron la primera exposición de la gente a los lowriders. Muchos fuera de la cultura, carecían del aprecio por el oficio. “Cuando empecé a hablar sobre ‘lowriding’ hace 18 años... la gente decía: ‘No, no vamos a hacer eso’”, contó. Explicó que el desarrollo de relaciones a lo largo de los años con las fuerzas del orden –tanto las divisiones locales como las federales, como la Agencia de Control de Drogas (DEA)– y también con organizaciones comunitarias como la biblioteca, le ayudaron a vender la idea a un público más dispuesto a lo largo de los años. El club se inició en 2017. Los estudiantes que construyen bicicletas en el club tienen un grupo de compañeros que habla abiertamente sobre sus luchas personales. Erik los ha escuchado hablar sobre temas delicados, como la deportación de la familia de un estudiante. Es la confianza que obtenían entre ellos, mientras que todo lo que realmente parecía que estaban haciendo era construir bicicletas geniales. “Ahí, simplemente estás sacándolo con los cuates”. Erik ocupa un puesto a nivel administrativo en su cargo actual; pero en el club, los estudiantes se acercan a él con libertad y facilidad, quizá porque lo ven como alguien igual a ellos. Él dijo que ha cambiado de opinión sobre su historia personal. Atrás quedaron los sentimientos de vergüenza; en su lugar hay un sentido del deber. “Toda esa locura tuvo un propósito. No fue un error”, concluyó.