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Guerra con los azules

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Bibliografía

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perosobretodo puso enjuegosushabilidades administrativaspara afirmarlaidea de que solo él era capaz de imprimir eficiencia a la gestióngubernamental. Supopularidadse recuperó con facilidad, ya que elsentirdelpueblo no tomó encuentasu anterioradhesión a España. En un país destruido tras dos años de guerra, la poblaciónúnicamente deseabaque elgobierno lograra mejorarlasituación. Ensusmemorias, Luperónadmitelainmensapopularidad de su enemigo, que explicapor el recuerdo que dejó en la población campesinaladevaluación monetariade 1857. Desdeluego, entodo momentoBáezsepreocupó de retroalimentarlaimagendeque era unprotectordelpueblopobre, lo que lepermitiríadiferenciarse de los liberales azules, quienes concedieronprioridad a laprotección de laelite comercial, sector al queveían generador del progreso.

GUERRA CON LOS AZULES

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En 1866todavíano sehabíarecuperado del todo lapreeminencia de Báez a causa de que la mayor parte de los generales de la Restauración-principalsectordirigente de los asuntos públicosno habíantenido participaciónpreviaen lapolíticanacionaly, por ende, no habían sido baecistas. Esta situación permitió que algunos de los prohombres de la Restauración se coaligaran contra Báez, alparecerporquecalibraronque trabajabapara adquirirprerrogativas absolutas. Primeramente Cabral marchó al exterior, se pronunció contra el gobiernoy preparó una expedición en Haití. Luperón desembarcó en Puerto Plata, donde el gobernador Manuel Rodríguez Objío dio laespalda algobierno,yel movimiento se extendiópor el Cibao. Elgobierno destinó a PedroA. Pimentel, secretario de Interiorpara aplastarla insurrección, pero al llegar alCibaosecambió de bando. Báezcayó enpocos días yabandonó nuevamente elpaís.

Noesdeextrañar,pues, queenlo adelanteelpartido antibaecista tuviera por jefes a Cabral, Luperón y Pimentel. Pero entre ellos hubo divergenciascasiconstantes, mientrasque en el partido rival habíaunliderazgoúnico enmanos de Báez, a pesar de que se apo-

yaba en caudillos de estirpe primitiva. Fue a raíz de la caída del tercergobierno de Báezcuandose produjo el deslinde abierto entre sus partidarios ylos rivales liberales.

Para dirimirdivergencias, entre losliberalesse designó un triunviratoprovisional,perofinalmente lapresidenciarecayó enCabral, elmás influyente de los tres generales. Elpaísse polarizó entrelos que gritaban devozen cuello "VivaBáez"yquienes sele oponían. Se reformaron los colores rojo y azul, usados en la guerra civil de 1857 a 1858, por lo que muchos han sostenido que los azules de 1866eran los antiguospartidariosde Santanaopuestos a Báez por motivos personales, como lo explica Manuel Rodríguez Objío en su libro Relaciones. Ésta es una conclusión equivocada, porque el Partido Nacional se nutrió de los liberales de Santiagoyde personas que recién se iniciaban en la política con esas ideas, aunque reconoce que algunos viejos santanistas se les unieron por odio a Báez.

A pesar de contarcon gran parte de los intelectuales, la ineptitud de los azules en el manejo de los asuntos públicos fue aprovechadapor Báez. En poco tiempo obtuvo la adhesión de casi todos los caudillos que habían tomado parte en la Restauración. Hasta Benito MondónyFederico de Jesús García, dos de los guerreros más connotados de lapasada guerranacional en la Línea Noroeste,yhasta poco antes adheridos a las filas de los azules, se pasaron al bando de Báez. El retorno de Báez era un reclamo de la gran mayoríadelapoblación,porloque loscaudillos, quelo idolatraban, tendieron a levantarse en armas.Difícilmente, en el resto de la historia dominicanase haya producido unfenómeno parecido de tanta popularidad de unjefepolítico. Empero, los azules, porconsiderarque ostentabanungobiernolegal, procesaron a algunosde los insurrectos y los condenaron a la pena capital, como Pedro Guillermo, en Hato Mayor, yJosé Barriento en Monte Cristi.

En octubre de 1867estalló una revuelta enMonte Cristi, dirigidaporFranciscoAntonio Gómezyotros caudillosrojos, queya no pudo sercontenida. Luperón narra en sus memorias que los campesinoscibaeñosselevantaronmasivamentecontralosliberales en elgobiernoycercaronlas ciudades. Lasegunda administración de

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