

MORA PAN
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PANADERÍA LA CREMA
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PANADERÍA EL CAIRO
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PANADERÍA LOS ÁLAMOS
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LAS VELAS Y EL PAN TAN CAROS
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EL PANADERO Y LA ÓPERA
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TRIVIA SALTILLENSE
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EL MERENDERO
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DULCES DE SALAZAR
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DON CASIANO
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PANADERÍA EL RADIO
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EFEMÉRIDES
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AVISOS DE OCASIÓN
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CRUCIGRAMA SARAPERO
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CUPONERA Página 38
DIRECTORIO
Francisco Tobias Hernández Director Editorial
Arq. Carlos Roldán Ilustraciones
Prof. Juan Campos Rodríguez Corrección Ortográfica
Victoria López García Diseño Gráfico y Fotografía Editorial
Yo Soy de Saltillo - La Revista Publicación mensual
MARZO 2025
Impresa en México en los talleres gráficos de Impresos Rivera
DERECHOS RESERVADOS
En esta ocasión te platico sobre una gran tradición Saltillense que se ha compartido durante ya seis generaciones, me refiero al pan de pulque de “Mora Pan”.
Esta gran historia tiene sus orígenes a principios del S. XX, 1906 para ser precisos, cuando Don Antonio del Bosque y Doña Lucita Flores dejaron su tierra natal, San Pedro de las Colonias, para llegar a esta hermosa ciudad de Saltillo con sólo medio costal de harina y azúcar, materia prima con la cual junto algo de pulque elaboraron pan, sí ese mismo pan que los nativos tlaxcaltecas trajeron en el año de 1591, el pan de pulque.
El matrimonio de Lucita y Antonio procreó 9 hijos, 6 damas y 3 varones, integrándose en un principio al negocio del pan sus hijos Antonio y Ramiro. Sin embargo, con el paso de poco tiempo y por enviudes su hija Rebeca se ve en la necesidad de
encender el horno de leña que tenía en su casa para elaborar pan de pulque con un toque femenino y hogareño.
Rebeca del Bosque viuda de Aguirre aprendió de sus padres hacer batidas de huevo, chorreadas, semitas y chocolate de metate, productos que elaboraba para vender en su propia casa. Doña Rebeca gracias a su trabajo, amasar harina, a su horno y a su amor, logró darles sustento a sus cinco hijos Sergio, Javier, Elba, y las cuatas Lidia y Laura Emma. Para el año de 1955 Rebeca junto a sus hijos se mudó a la vivienda marcada con el número 738 de la calle de Acuña, lugar en donde sus hijas Elba y Laura Emma aprendieron a amasar, elaborar y hornear el pan de pulque.
Laura Emma durante las épocas navideñas elaboraba repostería propia de la época hasta el año de 1979 cuando decide elaborar para su
venta pan de pulque, utilizando la técnica y recetas que son parte de la herencia familiar desde Don Antonio y Doña Lucita. Laura mamá durante muchos años, por no decir que toda la vida, elaboraba el pan de pulque en su casa y toda la producción se hacia abajo pedido.
Pasaron los días, las semanas, los meses, los años y Laura, hija de Laura, nieta de Rebeca, bisnieta de Lucita se volvió panadera, con esa técnica tan peculiar y única que hace unos cuantos años, cuando Don Danielito de León le compró pan de pulque al llegar a su casa, su esposa al ver el pan dijo: “esas batidas son de Rebeca”.
Hoy en el negocio de la elaboración
del tradicional pan de pulque trabaja ya la sexta generación. Además, elaboran pan de pulque en tierras regiomontanas, donde los vecinos del cerro de la Silla, tiene la oportunidad de probar un verdadero y delicioso pan de pulque. Esta es una historia como muchas que tenemos en esta hermosa ciudad, una historia que fusiona tradiciones Saltillenses, aromas y sabores únicos de aquí de Saltillo.
Si un día quieres probar un pan de pulque elaborado en el mismo lugar donde se vende y con una gran tradición familiar no dudes en visitar a Laura en “Mora Pan”.
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En esta ocasión te platico de un lugar de sabores exquisitos, me refiero a la Panadería “La Crema”, ubicada en la calle de Acuña entre Aldama y Victoria, vecino de negocios emblemáticos como “La Azteca”, “Para petacas las mías”, “Casa Iglesias”, entre muchos más.
Don José García Cruz es el propietario de dicho negocio que ha surtido de sabor a más de tres generaciones de Saltillenses.
Nacido en la tierra del barrio de San Miguelito, pero adoptado por esta tierra bendita a la edad 6 años y a los 8 años inició en el negocio como entregador de la panadería “La Azteca” la cual se encontraba ubicada en la calle de Xicoténcatl subiendo Victoria, hoy a la edad de 83 años, continua en el comercio del pan y de la harina.
En sus inicios se encargaba de la entrega del pan en la tienda del 8,
con “los Mery” quienes hacían maletas, con “los Trani” que elaboraba camas, recorriendo la calle de Zaragoza, concluyendo su recorrido, en el salón “Paris”. Sus maestros panaderos fueron Fermín Morales y Cruz Hernández, esto en el año de 1945, cuando José trabajaba en la Panificadora Saltillo, cuyo propietario era el Profr. Alfredo Jaime, ubicado en el cruce de la emblemática calle de Victoria y Xicoténcatl, recuerda bien que el primer pan que preparó fue “un bolillo”, y al preguntarle que pan es su predilecto asegura que cualquiera siempre y cuando sea de dulce, aunque se le nota que prefiere “las conchas”. En el año de 1965, es decir ya hace poco más de 50 años nos ha deleitado el paladar con su panadería que decidió llamarle “La Crema”.
Trabajador desde niño por necesidad, ya que tuvo que hacerse cargo de su madre, al quedar huérfano de padre, casado en dos ocasiones, la
primera ocasión con María del Socorro Rodríguez de quien enviudó y después con María Guadalupe Rodríguez, padre de 15 hijos, de los cuales todos en su momento han colaborado en la panadería, abuelo de 48 nietos, sin llevar la cuenta de los bisnietos y hasta de sus tataranietos.
Cuando le pregunte por sus hijos me dice que tiene abogados, arquitecto, enfermeras, ingeniero, terapeutas, por lo que le dije oiga pues gracias a la harina pudo sacar a sus hijos adelante, momento en el que me corrigió, para asegurarme que es gracias a sus clientes.
También conocedor de la historia de cada uno de los tipos de pan de elaboran en su panadería ejemplo de ello, fue la cátedra que me dio sobre el origen del “Pan Gariel”. La elaboración de este delicioso pan, me asegura Don José que no tiene
receta secreta y tampoco ingredientes mágicos, sino el hacerlo con pasión, para sus clientes, ya que, gracias a Dios y a ellos, su negocio cuenta con más de 5 décadas.
Don José es un Saltillense, de más de 84 años de edad, de mente lucida y con mucha fuerza, quien en realidad no aparenta la edad que tiene, y al preguntarle por la receta para mantenerse de esa manera, me asegura que sólo se puede mantener joven comiendo todos los días pan de “La Crema”.
Si quieres comer un sabroso pan, te recomiendo que vayas a la panadería “La Crema”, en Acuña entre Victoria y Xicoténcatl, estoy seguro que te deleitaras con el sabor. La Crema y Don José indiscutiblemente son algo muy de Saltillo, y que vale la pena presumir.
En esta ocasión te platico de una panadería que se encontraba, y en tres ocasiones, sobre la calle de Allende en aquel pequeño Saltillo de 1945, me refiero a la panadería “El Cairo”.
Sus propietario fue el matrimonio conformado por Doña Lucia Martínez y Don Jesús Guillén, quienes abrieron la puerta de este negocio en un principio sobre la Calle de Allende casi casi donde se encuentra la Zapatería Victoria, pero en 1957 se mudaron a unas cuantas puertas para establecerse en la mera esquina de Allende y Callejón de Rodríguez, callejón que hoy conocemos como la calle de Miguel Alesio Robles, de hecho cuando inauguraron este local, el evento estuvo amenizado por los mismísimos “Montañeses del Álamo”.
Al inicio de la elaboración y venta de pan por parte de la panadería el Cairo, esta hermosa ciudad de Salti-
llo contaba con poco más de 45 mil habitantes, en aquella época en la cual se decía que en Saltillo quien no es poeta vende cajera. En aquella época en la cual la venta del pan se hacía en paquete de tres piezas y el precio era de 25 centavos, sí escuchó bien 25 centavos por tres deliciosas piezas de pan. De hecho, en la década de los 50´s sus clientes pagaban con las famosas pesetas de la balanza, aquellas que estaban elaboradas de plata. Me comentó mi amigo Don José Abraham, nieto de los fundadores de la panadería, que recuerda bien, muy bien que su abuelo le decía cada domingo:
“abra el cajón y tome su domingo mi ´jo”, pero además tiene presente que casi a diario llegaba un hombre bajo de estatura, muy colorado y con botas tamaulipecas a realizar su compra de pan, siendo este personaje nada más y nada menos que el General Francisco Coss.
Cuando le pregunté a Don José Abra-
ham por el tipo de pan que elaboraban, suspiro tal vez al recordad el olor y sabor de las conchas, del pan francés o de los bizcochos, asegurándome que su papá de nombre Jesús, era el mejor bizcochero sobre la faz de la tierra y que su mayor entretenimiento era golpear policías.
Pero no era todo Doña Lucia, semana tras semana visitaba las rancherías, ranchos y ejidos rumbo a Zacatecas, como lo son Agua Nueva, Derramadero, La Encantada, saludos a mi amigo Alfio, Carneros y demás para vender pan, café y hasta cigarros. Aaaah y es que no les he dicho que no conformes con tener la panadería “El Cairo”, la familia Guillén Martínez puso en funcionamiento un café llamado por supuesto “El Cairo” y entre semana la familia entera elaboraba cigarros, en su propia casa, armando paquetes de 12 que amarraban con una tirita de maíz para así venderlos en los ejidos.
Doña Lucita como la conocían en las rancherías era buena para el negocio, para el comercio, ya que cuando sus amigos del campo le decían: “Lucita no hay dinero” ella rápidamente respondía hagamos un truque.
El mundo cambia, la historia queda atrás, pero generalmente nos da un ejemplo para bien, y así lo puedo asegurar después de la larga y amena
charla que tuvimos mi Preciosa Princesa Mágica RBK y yo con Don José Abraham, quien además de platicarme de esta gran historia Saltillense me dijo que era también papá de tres Princesas, María de Lourdes quien es licenciada en química, Karoll Cristina diseñadora y Rocío Verónica quien trabajó en la ONU y fue sobreviviente del atentado de los aviones en Nueva York el 11 de septiembre de 2001.
Definitivamente la panadería “El Cairo”, el café “El Cairo”, los cigarros “El Cairo”, Doña Lucia y Don Jesús Guillén son algo muy de Saltillo y que vale la pena presumir.
En esta ocasión te platico de un negocio de un lugar que durante más de 130 años se ha dedicado a mantener viva una tradición muy Saltillense, me refiero a la Panadería de Pulque “Los Álamos”, sí esa mera que esta frente al HU, donde por cierto nací, pero esa es otra historia.
En el año de 1890 la Sra. María Dolores Guzmán y su esposo
Joaquín Suárez dieron vida a un negocio que aún perdura hasta nuestros días, el “Merendero Los Álamos”, su primera ubicación fue sobre la salida de Saltillo rumbo a San Pedro en lo que hoy es la calle de Lerdo, donde ofrecían tamales, enchiladas y pan de pulque recién horneado a los viajeros. Para la década de los 50 del siglo pasado se mudaron sobre la Calzada que hoy conocemos como Francisco I. Madero.
La segunda generación del negocio
estuvo encabezada por la hija María de Jesús Suárez Guzmán y su esposo
Teófilo Mena, y si le suena el apellido es justo aclarar que la Panadería “Mena de México” debe su nombre a Don Teófilo. Era muy común visitar el negocio y preguntar por la Sra. Mena quien se encargaba personalmente desde la cocina hasta el atender a los clientes y comensales. Entre hornos, platos, mesas, clientes, platillos, harina, pulque y azúcar creció Lilia Mena Suárez, junto a sus hermanos Jesús Carlos y Joaquín Ernesto, mientras la abuela de ellos, la Sra. Mena, Mamá Chita para la familia, seguía haciéndose cargo del negocio.
Cuando Mamá Chita partió al paraíso para elaborar un delicioso pan de pulque al Creador y a los Ángeles, Lilia se involucró de lleno al negocio, pues la tradición familiar y Saltillense tenía que continuar. Se tomaron varias decisiones al interior de la familiar, Jesús Carlos se quedaría con
el local e iniciaría con “Pan Mena de México” por su parte Lilia se encargaría del legado de la Panadería “Los Álamos” dejando a un lado la cocina del merendero y mudándose a su ubicación actual, casi casi frente a la entrada principal del Hospital Universitario.
Lilia se casó con Miguel Vázquez junto con quien procreó y educó a 7 hijos, Margarita, Gloria, Alma Cristina, Mario Eugenio, Adolfo, Javier y Lilia. Cuando se mudaron, Doña Lilia contó con el apoyo de su hija Alma Cristina, quien se involucró de lleno a la elaboración del pan de pulque.
Para el año de 1999 Mamá Chita no se daba abasto con la elaboración del pan de pulque en el cielo, Dios al verla tan ocupada decidió llevarle ayuda, siendo esta Lilia Mena. Falta-
rían 15 años para que Alma Cristina junto a su hermana menor Lilia siguieran al frente del negocio, hasta el 2014 cuando su hermana Gloria junto a su hijo Jorge continuarán con esta deliciosa tradición Saltillense.
Esta es la historia de un negocio, de un merendero, de una panadería de pulque, de 5 generaciones de las cuales en 4 las mujeres han estado al frente del negocio, viviendo realmente, en toda extensión de la palabra, un matriarcado. Esta es una historia de una familia Saltillense que día a día por más de 130 años se han dedicado a mantener con vida una tradición deliciosa de nuestra hermosa ciudad de Saltillo, el pan de pulque.
Matamoros 373, Zona Centro
En esta ocasión te platico de una reunión de suma importancia que se realizó en esta hermosa ciudad de Saltillo en el mes de junio del lejano año de 1825. En aquella época, en aquellos años cuando no había energía eléctrica y por lo tanto se usaban velas para aluzarnos, los Saltillenses saciábamos el hambre con un delicioso pan.
Dicen, que las velas costaban no un ojo sino los dos ojos de la cara y que los panaderos, habían ya amasado y no la masa sino una fortuna con la venta de sus productos, y quienes pagaban los altos precios tanto por las velas como por el pan eran los consumidores finales, Saltillenses ellos.
La autoridad municipal sostuvo reuniones con los productores de velas y los panaderos, en las cuales acordaron, que la torta de pan
blanco, francés o semita costará medio real. El pan de menudencia tendría un precio de cuatro piezas por medio real. Además, se estableció que dichos precios deberían de estar a la vista de los compradores en una tabla.
Por su parte la venta y el precio de las velas era más complicado, pues el cabo labrado, sólo podía ser dividido en dos, tres y hasta cuatro velas, cuyo precio, sin importar la presentación, seria de medio real. Por cierto, por acuerdo de la autoridad y de los productores de las velas, quedaba estrictamente prohibido la entrega de “un pilón”.
Estimada y estimado Saltillense la vigencia de estos precios iniciaba el 12 de junio de aquel año de 1825 y para nuestra des fortuna no sigue vigente. La autoridad señaló firmemente “¡ay de aquél que trafique con
el alimento de su prójimo!, pues el peso de la ley se posará sobre su panificadora cabeza”.
Así es, en aquellos años, cuando el pan y la vela costaban mucho, los Saltillenses necesitábamos llenar nuestro estómago, y para llenar la panza por la noche en la cena no lo
podíamos hacer a oscuras.
Bodegas 51/52
Mercado de Abastos (844) 412 2186
Blvd. Colosio 1595
Col. San José Residencial
Merca do San o
Blvd. Colosio 1595
Col. San José Residencial (844) 688 1500
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En esta ocasión te platico de una historia algo increíble de creer, que encontré en una revista estudiantil llamada “El Ateneo”, por supuesto elaborada por alumnos del glorioso Ateneo Fuente.
Pues bien, en el año de 1940 el 30 de julio, un estudiante narró, de manera extraordinaria, la anécdota de un panadero Saltillense, pero no vaya a creer que era un panadero solamente, no, era un virtuoso y amante de la música, incluso, comentaban que tocaba de manera maravillosa la flauta, el violín y el piano.
Un buen día, se anunció que en esta hermosa ciudad de Saltillo se presentaría un artista europeo, italiano para precisar con la ópera “Rigoletto”. El panadero, por supuesto fue el primero en comprar boleto, con la emoción y seguridad
que sería una de las mejores veladas que tendría en su vida.
La entrada al teatro obrero, estaba “atiborrada” antes del inicio de la ópera, los asistentes estaban a la expectativa, por supuesto dentro del teatro, que estaba ubicado en la calle de Aldama entre Acuña y Xicoténcatl, en primera fila se encontraba el panadero virtuoso, ansioso por la presentación de la composición gramática musical que iniciaba.
Dicen que el cantante, con su fuerte y fina voz era capaz de hacer retumbar todos los rincones del teatro, que tenía al borde de sus asientos a los Saltillenses, y al panero, cuyo nombre no pude encontrar, las lágrimas empezaron a rodar sobre sus mejillas, por la emoción que vivía.
La obra terminó, todos caminando
rumbo a sus casas, en aquel Saltillo pequeño, platicaban con emoción de la gran ópera que acababan de presenciar. Pero la noticia al día siguiente, no fue la voz del tenor que participó en la obra de tres tiempos, basada en una obra de Víctor Hugo, la nota tampoco fue sobre el moderno teatro Obrero cuya construcción inició en 1917, ni los precios tan elevados fueron lo que llamó la atención. Y si usted está pensando en el panadero, sí, fue él quien se robó las notas periodísticas, los comentarios en la sobremesa de las casas Saltillenses, pues había amanecido muerto, textual la narración
dice: “El panadero amaneció muerto, parecía entregado a un dulce sueño y su cuerpo no revelaba indicio de una agonía desesperante. El dictamen médico diagnosticó una muerte repentina del corazón a consecuencia de una emoción exageradamente fuerte”.
Así es estimada y estimado Saltillense, aquí en esta hermosa ciudad de Saltillo tuvimos un panadero, que además de tocar varios instrumentos y ser culto en eso de la música, se murió ahora sí de la emoción, por presencial una ópera de la cual dicen que fue magistral.
¿En qué año terminó de construirse la torre prinicipal de la Catedral de Santiago?
Respuesta a la trivia de febrero 2025: Inocencia Escobedo del Bosque
En esta ocasión te platico sobre un lugar muy Saltillense, que tiene más de 150 años funcionando. Hoy, aún se dedican a la elaboración y comercialización de nuestro tradicional pan de pulque, este negocio inicio operaciones cerca de la huerta los pilares, de hecho, cuando se fundó, allá por el año de 1857 se llamaba, merendero “Los Pilares”, para 1920 se cambiaron de ubicación, a la Calzada Madero 1445, frente al Panteón de Santiago. Así es, estimados amigos Saltillenses, hoy desde temprano hacen pan que hasta los muertitos se saborean.
La rutina dominguera de los Saltillenses, de aquella época, era misa, Alameda, panteón y merienda.
Cuando el presidente Juárez vivió en Saltillo todos los días iba a deleitarse con las delicias de Doña Chonita fundadora de este emblemático lugar. Cuyo menú estaba compuesto
por enchiladas, tamales, atole, café, chocolate y por supuesto del ya tradicional pan de pulque.
Un lugar visitado por el Chef Oropeza, el Profesor Jirafales, mi Gral. Francisco Coss, un establecimiento que mantiene vivas las tradiciones y sabores de Saltillo y que fue parte de reportajes del famoso noticiero 24 horas de Televisa con Jacobo Zabludovsky.
Un lugar en donde empiezan a laborar un día antes a las 6 de la tarde, limpiando la nuez, preparando el piloncillo, haciendo la masa la cual como a eso de las 11 de la noche esta lista para que repose toda la noche, al día siguiente a las 8 de la mañana se hornea y a las 10 ya están a la venta, las empanadas, las semitas y esto es cosa de todos los días.
Lugar visitado por gobernantes, la
familia Berrueto, mi general Francisco Coss. Su delicioso pan de pulque ha llegado hasta Estados Unidos, Brasil, España e Italia. En el merendero de Saltillo se mantiene viva una tradición artesanal y familiar cuya quinta generación ya trabaja en el negocio de la masa y pulque, negocio que hoy encabeza María del Carmen García Coronado, bisnieta de Doña Chonita.
La panadería “El Merendero”, mantiene viva una de las tradiciones que llegaron junto con los tlaxcaltecas
que fundaron el pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, y que, al fusionarse con la Villa de Santiago del Saltillo, dio vida a esta bella ciudad de Saltillo.
Este es un lugar muy Saltillense, donde pareciera que la alquimia se hace presente para transportarnos al pasado con la el delicios olor que produce la mezcla del olor a canela, miel, vainilla, anís, piloncillo y por supuesto el aguamiel, lo que te envuelve en un halo delicioso que solo Saltillo puede presumir
En esta ocasión te platico de un deleite, de una verdadera delicia Saltillense, me refiero a los Dulces de Salazar, llamada así, no por el apellido de sus propietarios, sino por estar ubicados en la calle de Salazar, anteriormente en el número 432 y hoy en el 455 para ser precisos.
Don Julián Clemente Lozano fue quien empezó con la elaboración de jamoncillos y dulces de leche, esto en el lejano año de 1890, para el año de 1935 don Julián, saca de estudiar a su hija María de la Luz Lozano Leíja, quien cursaba el primer año, sin imaginar, que ella sería quien lograría dar fama hasta internacional a los dulces de la de Salazar.
El nombre tiene su anécdota, ya que cuando Doña María de la Luz elaboraba los dulces, su socio, quien era su suegro y encargado de la venta de
los mismos, se instalaba de manera ambulante a las afueras de la Catedral, y cuando los clientes y turistas le preguntaba que de dónde eran esos deliciosos dulces les contestaba: son de la calle de Salazar y de ahí, de ahí viene su nombre.
Un lugar muy Saltillense donde han hecho pedidos especiales para Luis Miguel, Juan Gabriel y ha fueron visitado por personajes como Raúl Velasco, Nuria Bages, Tere la secretaria, Alejandro Camacho, Mario Domm y el mismísimo Pedro Infante, sí el que le cantaba a las chorreadas.
¿Anécdotas?, muchas, como la que me platicó José Ángel, nieto de Doña María, en una ocasión entró un cliente, quien le dijo a María de la Luz: “Le compro todos los dulces”, a lo que la dulcera Saltillense le respondió: “No, porque luego que
vendo”. Cuando le compraban mucho y le pedían descuento, ella decía “yo no malbarato mis dulces, además después tengo que darle el mismo descuento a quien me compra uno, pues tiene el mismo derecho” de ese tamaño, de ese tamaño, era la confianza que Doña María de la Luz le tenía a sus deliciosos productos.
Hoy en día este tradicional y delicioso negocio familiar es administrado por José Ángel de la Cruz Rodríguez, quien pertenece a la cuarta generación que se ha encargado de mantener vivo este sabor y tradición, de hecho la quinta generación ya está involucrada en la elaboración
de dulces típicos que tanta fama le han dado a esta bella ciudad de Saltillo. Un lugar delicioso donde puedes probar muchas variedades de dulce, desde el jamoncillo, la Barra de Nuez por fuera, las obleas, las cocadas, y el dulce Mery, el cual cuando Doña María de la Luz lo probó dijo, “ya me puedo morir”, a los dos meses nos dejó para endulzar el cielo.
Así es amigos y amigas un lugar dulce y delicioso de Saltillo está por la calle de Salazar. Un lugar en el cual se mantienen vivas las tradiciones y sabores de esta bella ciudad de Saltillo, y esto, es algo que vale la pena presumir.
En esta ocasión te platico de quien nació en Viesca, vivió en Torreón y después esta hermosa ciudad de Saltillo lo adoptó. Se incorporó a nuestra revolución un día en el cual hubo una refriega afuera de su casa, abrió la puerta, agarró el máuser de un villista muerto y empezó a tirar balazos, así, así de espontáneo era Don Casiano Campos.
Su señor padre, villista también, fue muerto en el cerro del Coronel allá en Chihuahua, cerro que soñó Casiano antes de ese hecho, cerro que conoció la primera vez que fue a esa ciudad. En la toma de Torreón de 1916, mi General Francisco Villa visitó la casa de Casiano, para entregarle dinero a la familia por la muerte de su padre. El Centauro del Norte fue tajante al decirle: “Cuidado vaya a meterse usted en esta cosa, con su padre hubo, usted se me va a estudiar, esta familia ya colaboró
con suficiente sangre para nuestra revolución”. Incluso Villa sentenció a su secretario particular, prohibiendo reincorporar al joven de Casiano a las fuerzas villistas, y es así como llega a nuestra hermosa ciudad de Saltillo para estudiar en la escuela normal.
En 1923 es designado diputado local, precisamente cuando fue considerado un “anarcosindicalista”, cargo de elección popular que ocupó en dos ocasiones por parte de los mineros, mediante el partido laborista mexicano.
Por defender a los mineros fue sentenciado a pasar 12 años en la temible prisión de Lecumberri, sin embargo, logró su libertad al comprobarle su inocencia, esto debido a la intervención de Don Alfonso Martínez Domínguez, ya fuera del edificio que era sinónimo de martirio, sufrimiento, tortura y muerte,
dio un discurso en apoyo a los mineros que participaban en a la caravana de la pobreza. Y en 1951 cuando la caravana del hambre, de los mineros, cruzó por esta hermosa ciudad de Saltillo, el discurso oficial estuvo a cargo de Don Casiano.
Don Casiano, un hombre, quien por sus ideas y afinidad con el marxismo y el comunismo fue considerado peligroso por el imperio de los Estados Unidos, tanto que el gobierno de ese país envió un espía para vigilar de cerca los pasos y lo que hacía Don Casiano.
Saltillense por adopción, quien por cierto vendía autos soviéticos, marca Moscovici, y maquinaria de Checoslovaquia, ¿dónde?, aquí en Saltillo, en la mera de calle de Acuña a un costado de donde estaba la tienda “La Azteca”.
Don Casiano es un Saltillense, ciudadano del mundo, que sabía perfectamente el valor de la amistad y expresó de ello sucedió cuando alguien le propuso vender un dibujo que el maestro Diego Rivera le había elaborado y obsequiado, a los que dijo: “déjense de pensar en eso, los regalos de los amigos no se venden”.
Vivió en la calle de Xicoténcatl subiendo Victoria, y luego en la de la
Acuña entre Aldama y Victoria, precisamente donde está el negocio “Para petacas las mías”.
Se casó con Doña Cuquita, fundador del partido social obrero socialista aquí en Saltillo, maestro del Ateneo y de la Escuela de Agricultura. En cierta ocasión cuando los alumnos se manifestaron fueron sancionados y reprimidos, por supuesto el maestro Casiano defendió a los escolapios, acción que le costó una suspensión, sin embargo, buscó el amparo, logrando el amparo y protección de la justicia de la unión, siendo así el primer maestro que sometió jurídicamente a un gobernador.
Don Casiano es abuelo de Sergio, amigo mío y de Tato, compañero entrenador de mi papá, quienes indiscutiblemente heredaron el don del profesor. Un hombre que buscó y encontró “el sonido que hace el silencio”. Vendedor de autos, panadero, vendedor de libros, anarcosindicalista, soldado de nuestra revolución, maestro, diputado, pero sobre todo un Saltillense culto y de firmes convicciones, un hombre que vivió con sus ideas y que las transmitió sin egoísmos alguno, un Saltillense que es un ciudadano del mundo y que, por supuesto es un Saltillense que vale la pena presumir,
En esta ocasión te platico sobre un lugar que alberga recuerdos deliciosos, ubicado en la calle de Múzquiz, aquí en el Centro de Saltillo.
Si tú querías llegar por un pan, para saciar tu apetito era fácil llegar ahí, sí ahí en donde se escucha el radio.
La panadería fue bautizada por los saltillenses como “El Radio”, abrió sus puertas en 1920, en la época que cae el “Carrancismo” y nace el “Obregonismo”. Don Juan Guzmán Morales empezó a elaborar y vender conchas, esas que la gente comía con nata, cuando esta existía.
competencia era dura, cuando había más de 10 panaderías un Saltillo pequeño.
Con el mismo horno de ladrillo y barro con más de 90 años a cuestas, “El Radio” sigue ofreciendo pan elaborado con las mismas recetas desde sus inicios
Crédito: Eugenio Galán de la Peña
El Saltillo de esa apoca era más benigno para la venta de pan, el clima se prestaba para compartir el pan ya sea en el desayuno, comida o cena.
“El Radio” fue la primera panadería que ofreció pan de caja y hoy la única que lo ofrece, su actual propietario, Don Luis, segunda generación en el negocio, acepta que la fama de “El Radio” fue el pan salado, en aquel tiempo cuando la
Me dijo Don Luis, en algún momento pensé en cambiarle el nombre, en el 68 propuso llamarle “panadería olimpiadas o panadería 6 de agosto”, ya que el radio no es un nombre para panadería, pero para su sorpresa los saltillenses no aceptaron el cambio.
Si bien la panadería no contó con el
primer aparato radiofónico en Saltillo, “El Radio” fue el primer negocio al que la gente acudía para hacer sus
Si quieres probar un pan tradicional de nuestra tierra, Saltillo, ve ahí a la
1 de marzo de 1943
3 de marzo de 1794
4 de marzo de 1906
5 de marzo de 1811
P RE S EN T A D A S P O R :
5 de marzo de 1908
5 de marzo de 1947
Se inaugura en Saltillo, Coahuila, la nueva planta Coca Cola, propiedad de Don Emilio Arizpe Santos.
Autoridades de la Villa de Santiago del Saltillo y de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, toman acuerdos en relación a sus linderos. Determinan destruir la acequia que bajaba por la calle de San Francisco para evitar perjuicios a las viviendas.
Se funda en Saltillo, Coahuila, con el nombre de “Círculo Proteccionista y Recreativo de Empleados de Comercio Manuel Acuña”, la Sociedad Mutualista Manuel Acuña.
Encontrándose en Saltillo, Don Miguel Hidalgo reafirma su convicción de buscar la independencia absoluta, “altamente indignado con los tiranos, iba a romper cuantos lazos había estrechado a esta parte de América con su metrópoli, declarándose por artículo primordial su total independencia del trono de los borbones”.
Se funda en Saltillo, Coahuila, la Sociedad Mutualista “Obreros del Progreso”.
En Saltillo, Coahuila, con una inversión de 7.5 millones de dólares, se inaugura la fábrica “International Harvester” que produciría camiones, tractores y maquinaria agrícola.
9 de marzo de 1727
10 de marzo de 1621
10 de marzo de 1833
14 de marzo de 1805
15 de marzo de 1736
16 de marzo de 1864
20 de marzo de 1813
21 de marzo de 1805
Gregorio de la Paz, Procurador de la Villa de Santiago del Saltillo, ratifica las disposiciones prohibiendo siembras de maíz, trigo u hortalizas en los ejidos, porque el agua que utilizaban era para consumo humano y evitar así carestías. Pide a las amas de casa que no lavasen ropa en las acequias, “ni traigan sueltos a los cerdos”.
El Cabildo de la Villa de Santiago del Saltillo ordena la reparación de las bardas de las Casas Consistoriales que se habían derrumbado.
Juan Martín de Veramendi, Vice Gobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo del Estado de Coahuila y Tejas, declara a la ciudad de Monclova como capital del Estado, sustituyendo como tal a “Ciudad Leona Vicario” (hoy, Saltillo). Se establece el 15 de marzo como fecha para el traslado del gobierno a la nueva capital. Perduraría como tal hasta 1835.
El Cabildo de la Villa de Santiago del Saltillo acuerda mandar construir una caja para mantener el agua limpia de inmundicias que se arrojaban en el ojo de agua principal.
El Ayuntamiento de la Villa de Santiago del Saltillo, en acatamiento a órdenes giradas por el Gobernador de la Provincia de Coahuila, acuerda guardar y proteger los libros de Cabildo y demás documentos en un arca bajo llave.
En Saltillo, Coahuila, Francisco Zarco publica en el periódico “La Acción”, que el Presidente Benito Juárez se había restablecido de una enfermedad que lo había mantenido en cama.
Acusada de apoyar a los insurgentes, el juez Julián Roldán dicta formal prisión a Doña Leona Vicario, que habría de cumplir en el Colegio de Belén. De 1827 a 1834 la actual ciudad de Saltillo, Coahuila, se denominaría “Leona Vicario”, en su honor.
El Cabildo de la Villa de Santiago del Saltillo solicita al facultativo José María Barrospe aplicar vacunación
21 de marzo de 1898
21 de marzo de 1970
22 de marzo de 1834
26 de marzo de 1708
27 de marzo de 1949
28 de marzo de 1805
30 de marzo de 1834
a los vecinos de la Villa.
El Presidente Municipal de Saltillo, Coahuila, otorga a Roberto C. Pate permiso para realizar en la Alameda de la ciudad un espectáculo, consistente en la lucha de un toro de lidia y un león africano.
Con localidades agotadas y una gran afición, se lleva a cabo el primer juego del equipo de béisbol “Saraperos de Saltillo”, en el estadio “Francisco I. Madero” de la capital Coahuilense.
El Cabildo de “Leona Vicario” convoca al Alcalde de “Villalongín”, Toribio Cázares a preparar los trabajos conjuntamente para la entrada en funciones del Ayuntamiento que gobernaría a ambas poblaciones unidas como Saltillo, Coahuila.
Las autoridades de la Villa de Santiago del Saltillo ordenan a todos los criadores de ganado, a los labradores y a los vecinos que retirasen sus bestias de los sembradíos para evitar problemas y pleitos entre sí mismos.
Fermín Espinoza “Armillita” torea su última corrida en su natal Saltillo, Coahuila, alternando con Lorenzo Garza.
El Cabildo de la Villa de Santiago del Saltillo acuerda llevar a cabo la aplicación de vacunas en la localidad.
El Alcalde de Villalongín, Toribio Cáceres, acude al Cabildo de Leona Vicario para acordar el número de casillas para la elección del Ayuntamiento que gobernaría a ambas poblaciones unidas como Saltillo, Coahuila.
Por este medio quiero hacer mención de que en una cláusula de mi testamento donaré para el aceite y luz del Santísimo Sacramento, una casa con corral y huerta, la cual está poblada de árboles frutales que está ubicada en esta villa. Esto lo doy a conocer debido a que considero que ya me estoy muriendo y no quiero que cuando eso pase se peleen por mis propiedades. Sobre aviso no hay engaño. Atentamente doña Antonia de la Cerda, vecina del Real Presidio de San Juan Bautista.
Anuncio publicado el 18 de junio de 1773. Doña Antonia de la Cerda, vecina del Real Presidio de San Juan Bautista. Anuncio publicado el 18 de junio de 1773.
Estimado señor presidente municipal: Yo, Dionisio F. Carrillo, preceptor de la enseñanza primaria, le solicito me permita tomar de los fondos que cubren los niños en la escuela, veinte pesitos para pagarle a mi ayudante que está muy pobre. Nunca sabe donde encontrarme.
Anuncio publicado el 27 de mayo de 1851 en esta hermosa ciudad de Saltillo.
Para estambre de lana muy fino y surtido completo de colores solo en “La Poblana”.
Allende Nte 44, Saltillo, Coah.
M. Abdon Mochon.
Anuncio publicado en la Revista Cultura en Agosto de 1933.
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Si ya la leíste ¡Rólala!