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Secretario (a) de Educación por elección: a que no se atreven

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Durante las pasadas semanas con harto matiz de hipocresía, muchos han vertido para el récord público sus alegadas preocupaciones con los procesos de confirmación de la posición de secretario o secretaria de Educación en Puerto Rico. En la columna de la semana anterior esbozaba mi análisis respecto a que en esencia lo que le importaba a los políticos de uno u otro partido era el tema de los contratos y puestos de trabajo en el Departamento de Educación (DE) los cuales a la friolera de sobre tres mil millones de dólares son el equivalente a los de un país entero cuando miramos algunos de nuestros vecinos en El Caribe y Centroamérica. Medio mundo se mostraba indignado dis que por la política dentro del DE. Pero lo cierto es que todos esos políticos supuestamente indignados con la politiquería en el DE repetían esos estribillos porque alguno de los nominados presentes y pasados no eran los políticos de su acceso directo. En el momento en que le designan a uno o una que les brinde acceso directo, algunos de esos indignados de repente cambian de parecer y ya el problema del interven- cionismo partidista es relegado en la lista de preocupaciones a lugares de invisibilidad.

Por eso quiero hoy proponer la correspondiente enmienda constitucional a los efectos de que a partir del 2025 el secretario o secretaria de Educación de Puerto Rico sea escogido mediante voto directo de los electores hábiles del País por término fijo de diez. El secretario o secretaria de Educación es nombrado por el gobernador con el consejo y consentimiento del Senado de Puerto Rico conforme al Artículo IV, Secs.,4 y 5, así como la Sec. 6 que dispone al DE -antiguo Departamento de Instrucción Pública- como uno de los ocho de orden constitucional. El referéndum para dicha enmienda constitucional debería celebrarse el mismo día de las elecciones generales del 2024. De manera tal, que la aprobación de la misma se realice con la mayor cantidad de participación en sufragio posible lo que suele suceder en las elecciones generales de cada cuatro años.

La resolución conjunta que se apruebe a esos efectos deberá incluir (1) la fecha de la elección del secretario de Educación en el año 2025, (2) las cualidades o requisitos que deberán reunir los potenciales candidatos, (3) presupuesto robusto a ser designado dada la importancia del cargo, para campañas educativas y divulgación amplia del proceso eleccionario, (4) criterios y procesos de destitución en caso de ser necesario, (5) obligaciones y objetivos mínimos a cumplir y (6) las reglas de esa elección para evitar el inversionismo y chantaje electorero, entre otros.

Tal y como indicara en las semanas anteriores, el futuro de nuestro sistema de educación pública debe ser el asunto más importante en esta coyuntura histórica que vivimos a los efectos de nuestro desarrollo social y económico dada la precariedad que atravesamos en la actualidad y el hilo transgeneracional que continúa de violencia, pobreza, desigualdad y degeneración social por más de tres generaciones. Ese futuro no lo diseñará ni fundamentará un o una burócrata más de carrera. Para ello se necesita un líder que debe demostrarnos a todos su talante, cuál es su visión y proyecto a largo plazo. El término de diez años ayudará además para atajar la falta de continuidad. Uno de los mayores problemas que ha enfrentado nuestro sistema de educación desde que comenzó la alternancia de partidos en el 1968. La continuidad y certeza que brinda el término fijo de diez años puede ayudar a que sectores empresariales y mecenas hagan sus aportaciones materiales al sistema sin el típico temor que les inhibe de hacerlo debido a los vaivenes políticos de cada cuatro años. Un secretario o secretaria de Educación electo por el pueblo, responderá únicamente a ese pueblo de manera directa y no a una pluralidad de catorce senadores que como ya hemos podido observar, al igual que los liliputienses, suelen condicionar los procesos de confirmación a intereses y deseos bastante pueriles. El secretario o secretaria de Educación por elección es la manera de arrancar de cuajo la intromisión de los partidos rojos, azules, verdes, turquesa, amarillos, negros o violetas. De igual manera, limitar el chantaje de los sindicatos y de las ideologías. Un secretario o secretaria de Educación por elección, al margen de las visiones de estatus políticos, puede proveer para un proyecto educativo de futuro sin adelantar de manera dispar ni bloquear preferencia de estatus alguna. Muchos de los problemas del DE pueden ser atendidos con el secretario (a) por elección. ¡A que no se Atreven!

Los comentarios expresados en esta sección son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no representan el pensamiento o las opiniones de Publi-Inversiones Puerto Rico Inc. Si alguien mencionado en cualquiera de las columnas quisiera refutar lo vertido en las mismas puede escribir a redacción@elvocero.com.

> luneS, 17 De julio De 2023

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