
2 minute read
Opinión
Rostros del racismo en EE.UU.
¿Será una represalia en respuesta a las acusaciones radicadas por el fiscal afrodescendiente Alvin Bragg, quien dos días antes radicó acusación contra el expresidente Donald Trump? En el otro extremo, un juez asociado del TSEU, divorciado de sus inicios cuando ocupaba cargos en donde se supone velara por la prohibición del discrimen racial, ahora surge que se ha beneficiado con prebendas recibidas del megadonante Harlan Crow, quien endosa políticas conservadoras.
Advertisement
Jones y Pearson, de Tenesí, podrían elevar con nobleza la discusión de derechos civiles, mientras las actuaciones deplorables de Thomas, quien llegó al TSEU de forma dudosa, pondrán el foco de atención en cómo se erosiona la integridad jurídica del más alto foro judicial.
Pearson, antes de su expulsión, señaló que “una nación construida a partir de la protesta”, acabó castigándolos “en un asalto a la democracia” por alzar su voz en contra del uso indiscriminado de armas automáticas de asalto para aterrorizar a niños(as) en las escuelas. La matanza de Nashville se suma a la ristra de masacres en instituciones académicas, reactivando el debate sobre el control de armas de asalto, enfrentán- dose a la influencia económica de la Asociación Nacional del Rifle.
En lugar de legislar el control de armas para evitar actos terroristas domésticos de esta naturaleza, la supermayoría republicana cameral en Tenesí priorizó en la expulsión sumaria de estos legisladores. En violación del debido proceso de ley, abusaron de su poder político escudándose tras la supuesta violación a las reglas del decoro legislativo. Según informes periodísticos, ni siquiera autenticaron el video de la desobediencia civil aparentemente tomado dentro de la Cámara de Representantes, acción que tampoco era permitida. El resultado final subrayó el racismo. La representante Gloria Johnson, mujer blanca, quien también enfrentó la posible expulsión al unirse a la protesta con los dos legisladores afrodescendientes, no fue removida gracias al voto de Pearson previo a su remoción.
El juez asociado Clarence Thomas fue confirmado al TSEU, a pesar de la denuncia de Anita Hill por alegado hostigamiento sexual laboral, presentada ante la Comisión Senatorial de lo Jurídico, presidida por Joseph Biden en 1991. Ya confirmado en el TSEU, Thomas ha recibido con beneplácito regalos con valor económico multimillonario. A pesar de que Thomas informó una Biblia obsequiada por Crow, valorada en $19,000, que le pertene- ció a Frederick Douglas, no notificó en sus informes financieros anuales los viajes en avión y superlanchas privadas, así como estadías en hoteles lujosos, como el viaje a Indonesia (2019) valorado en aproximadamente $500,000 (Kaplan, J., Elliott, J., Mierjeski, A, ProPublica, 6/abril/2023).
Por su parte, Crow ha realizado donativos cuantiosos a grupos conservadores como el Federalist Society, American Enterprise Institute, y el Hoover Institute, que en ocasiones han radicado escritos como amicus ante el TSEU. Politico (2011) reveló que Crow donó $500,000 al grupo del Tea Party que fundó la esposa de Clarence Thomas, del cual recibía salario de $120,000 (Ibid). Una nube de suspicacia recae sobre la pretensión de camuflar estos regalos como cortesía de parte de Crow a un “amigo del alma” sin supuestos intereses ulteriores.
En fin, una nueva generación de activistas como Jones y Pierson, expulsados de sus bancas legislativas por su nobleza protegiendo la vida de estudiantes en las escuelas, pudieran forjar su camino en la lucha antirracista. En el otro extremo de la elite de megadonantes, la amistad entre Crow y el juez asociado Thomas afectará la credibilidad y la confianza en la institución del TSEU, el más alto interprete de la ley que regula los entendidos sociales de la nación americana.