






FORTALECIENDO LOS
VALORES
Resiliencia
José Luis Doria Mata
INTENSAMENTE RESPONSABLE
Vocación, servicio y transformación urbana
Preparación emocional y sensorial para el regreso a clases: Claves para estudiantes neurodivergentes
El fentanilo excusa o combate frontal.
Turista urbano
Caminito al MUNE: Exposición del grillito cantor CriCri
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Valores de Nuevo León, revista mensual #157 Agosto 2025. Editor Responsable: Zenyazhent Martha Esperanza Hernández Valladares. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04 - 2016 - 071413220700 - 102. Número de Certificado de Licitud de Título y Contenido: 16776. Domicilio de la Publicación: Álvaro Obregón 315, Colonia Centro C. P. 64000, Monterrey Nuevo León, México Imprenta: SAGA IMPRESOS. Privada Felipe Ángeles No. 3003 Col. Argentina C. P. 64550, Monterrey Nuevo León, México Distribuidor, Zenyazhent Martha Esperanza Hernández Valladares, Bosques de Linda Vista, Del Caporal 937 San Nicolás de los Garza, C.P.66473 Nuevo León, México.
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Fotografía por:
Zoe Uresti
La resiliencia es esa fuerza invisible que nos permite levantarnos una y otra vez, aun cuando la vida parece ponernos a prueba. Es la capacidad de encontrar esperanza en medio de la adversidad, de transformar el dolor en aprendizaje y de mirar hacia adelante con valentía. Como la mariposa que, tras un proceso de transformación, despliega sus alas para volar, las personas resilientes saben que cada etapa difícil encierra la semilla de un nuevo comienzo. La resiliencia no significa evitar el sufrimiento, sino aprender a abrazarlo con serenidad, confiar en nuestras capacidades y descubrir que somos más fuertes de lo que imaginábamos. Esta fotografía, que captura el instante en que una mariposa reposa suavemente sobre el hombro de una mujer, es un recordatorio de que la vida siempre ofrece señales de renovación. La sonrisa y la calma reflejadas en su rostro simbolizan que, después de cada tormenta, el alma puede volver a florecer.
Fortalecer la resiliencia es aprender a levantarse, una y otra vez, con más amor, más fe y más fuerza.
Por: Hermana Adriana OSC
Si hoy caminara entre nosotros, Jesús de Nazaret andaría por los senderos polvorientos de México, Centroamérica y toda América Latina. Hijo de Don Pepe y Doña María, sería un moreno, de voz firme y mirada compasiva, predicando en las periferias de nuestras ciudades y comunidades olvidadas.
Lo escucharían las y los excluidos: trabajadoras sexuales, feministas de pañuelo verde, personas LGBTIQ+, maras, migrantes, drogodependientes, guerrilleros, luchadores sociales... todos aquellos a quienes el sistema y las religiones institucionalizadas han condenado. Con ellos compartiría el pan y la palabra; con ellos celebraría la vida y la dignidad, porque serían los primeros en entender su mensaje de liberación.
Ese Jesús no predicaría en catedrales ni santuarios de fama mundial. Lo encontraríamos en los antros, en los callejones, en los bordes de la sociedad. Sería tachado, junto con sus discípulos, como un vago, un hippie, un revoltoso. Lo criticarían por juntarse con los “indeseables” y decir, sin un título de teología, que Dios corre a abrazarlos y besarlos, que los ama sin condiciones, que hace fiesta por su vida. Multiplicaría los frijoles y las tortillas en las fronteras del sur y del norte. Subiría a “La Bestia” con los migrantes, escuchando sus sueños rotos y al mismo tiempo que los consuela con esperanza. Sería crítico feroz de los partidos políticos y de los jerarcas religiosos. Haría chistes en los puentes donde duermen los pandilleros y, alguna vez, entraría a un templo solo para volcar las alcancías y denunciar a quienes lucran con lo sagrado.
El Jesús latinoamericano nacería en un barrio marginal, entre el humo y el polvo, donde viven desplazados y campesinos que ya no encuentran sentido en sembrar cebollas o ajos que se pudren en la cosecha. Ahí donde las madres solteras trabajan sin descanso, donde las jóvenes abortan por falta de opciones, donde los sicarios o paramilitares reclutan a los jóvenes, indígenas y pobres; donde el capitalismo exprime a los desechables.
Caminaría por callejones donde se mata por unas monedas; se conmovería con las lágrimas de las viudas de la violencia. Compartiría la cerveza nocturna con los jornaleros mal pagados y escucharía las historias de las servidoras sexuales, que terminarían siendo anunciadoras de la ternura de Dios.
Su madre sería una campesina o una mujer indígena que camina horas al amanecer buscando sustento y medicina para sus hijos. Jesús habría crecido sin padre, asesinado o desaparecido por la violencia del narcoestado.
Habría cruzado una y otra vez la frontera como indocumentado, deportado y humillado, como tantos hermanos latinoamericanos. Y entre sus apóstoles habría apóstolas. ¡Habría de todo! Porque en esta tierra de muchos pueblos, lenguas y culturas, el número doce ya no basta. Además se llamarían Juanito, Panchito, Petra, Xóchitl, Chole, Luis… Y la gente sencilla lo conocería por su apodo.
Oraría no en templos, sino en las bancas del parque donde duermen los sin techo. Elevaría su voz contra la injusticia y el cinismo de una religión indiferente. Su proyecto, como siempre, sería el Reino de Dios, con los pobres en el centro, repitiendo que “los últimos serán los primeros”, desafiando al imperio neoliberal sin más armas que el amor y la justicia.
Jesús bajaría de la cruz a los crucificados por el sistema, viviría al margen de la institución religiosa, probablemente excomulgado, satanizado, criminalizado por el corporativismo eclesiástico. Denunciaría sin miedo la hipocresía de los nuevos fariseos, y les echaría en cara su falsa superioridad moral. Lo condenarían a muerte “las personas de bien”, los guardianes de la moral, los defensores de las buenas costumbres y los dogmas inamovibles. Lo sentenciarían los piadosos, los integristas, los anticomunistas, los observantes, incluso algunos que se dicen “pro-vida”.
Ese Jesús Latinoamericano sería perseguido por los medios, escandalizaría en redes sociales, sería acusado por las élites de ser un agitador político. Y moriría en una calle del barrio, con un tiro en la cabeza, como tantos otros perseguidos por el poder armado, mientras le gritan “revoltoso, hereje, comunista”.
Y aún así, su nombre seguiría en boca de los pobres… porque nunca dejó de estar con ellos.
Con más de 25 años de experiencia en el ámbito de los servicios públicos, José Luis Doria Mata ha construido una trayectoria marcada por el compromiso, la eficiencia y la cercanía con la ciudadanía. Actualmente síndico primero en el municipio de Santa Catarina Nuevo León, su historia es testimonio de cómo la vocación de servicio y el trabajo constante pueden generar verdaderas transformaciones.
Desde sus inicios como director operativo en Monterrey, pasando por su labor en San Pedro y hasta llegar a Santa Catarina, Doria Mata ha liderado proyectos enfocados en mejorar la calidad de vida urbana: pavimentación, alumbrado, recuperación de espacios públicos y atención integral a las vialidades. Pero más allá de los cargos, su enfoque humano lo distingue.
Su infancia en Monterrey, su temprano ingreso al mundo laboral a los 12 años y el ambiente familiar de responsabilidad y esfuerzo moldearon a un hombre que, incluso tras momentos difíciles como el robo de su negocio o la pérdida de su madre, se ha mantenido firme en sus principios.
Deportista, charro y creyente profundo en Dios, Doria Mata habla con emoción de su familia, de la oración diaria que aprendió de su madre, y de su visión del amor y la empatía como valores indispensables en la función pública.
En cada palabra, el mensaje es claro: “Hagamos las cosas con amor”. Porque para Doria Mata, servir a la comunidad es más que una función: es una forma de vida.
Por: Zen Hernández
EL SERVICIO PÚBLICO COMO VOCACIÓN, DISCIPLINA Y LEGADO FAMILIAR
La historia de José Luis Doria Mata no se resume en un solo cargo público, sino en una vida de compromiso, transformación social y profunda convicción por los valores que heredó desde casa. Actualmente síndico primero del municipio de Santa Catarina Nuevo León, su trayectoria se ha construido sobre una base sólida de disciplina, trabajo incansable y amor por el servicio público.
“De toda la infraestructura que tiene el municipio, ya sea desde pavimento hasta plazas, alumbrado, la limpieza de las calles, los pluviales y todo eso es la responsabilidad de la secretaría y la verdad lo he llevado desde muchos años atrás, tengo más de 25 años trabajando en esta rama de la de la Secretaría de servicios públicos.
Inicié en el 2000 en Monterrey y estuve 3 administraciones consecutivas, en Monterrey con diferentes partidos, estuve con Felipe Jesús Cantú, luego pasé con Canavati y luego estuve con Madero en Monterrey, de ahí pasé a San Pedro, en donde estuve 3 años con el Ingeniero Mauricio Fernández y luego ya llegué aquí a Santa Catarina.
Mis años anteriores, fui director operativo de la Secretaría de Servicios Públicos Y llegó a Santa Catarina y me dan la oportunidad de ser secretario, era brincar un ranguito más, estar en un municipio donde de alguna mane-
“Santa Catarina me puso a prueba y me dio la oportunidad de dejar una huella.”
ra tenías que manejar, y poder utilizar bien los recursos, porque llegabas a una ciudad que no tenía tanto recurso como las anteriores, no como el caso de San Pedro o Monterrey, que son más ricos, la verdad, en cuestión de recursos y llegamos a una ciudad con mucha necesidad.
DE LOS VALORES FAMILIARES AL SERVICIO PÚBLICO: EL LEGADO INVISIBLE QUE GUÍA CADA PASO Antes que funcionario, director o síndico, José Luis Doria Mata es hijo. Y no cualquier hijo, sino uno que creció en un hogar donde el esfuerzo, la unidad y la disciplina no eran discursos, sino prácticas diarias. Su historia en el servicio público no se entiende sin mirar
“Ser puntual y estar presente ha sido la clave. No siempre hay que saber todo,
atrás, al calor de su hogar en Monterrey, Nuevo León, donde comenzó a forjarse, sin saberlo, el servidor comprometido que es hoy.
“Soy de una familia muy unida”, dice con una mezcla de orgullo y gratitud. “Mi padre es de Magueyes, Tamaulipas, y mi madre de San Luis Potosí. Se casaron aquí en Monterrey y nos criaron a los cuatro hermanos con muchísimo amor, pero también con muchísima exigencia”.
El ejemplo paterno fue su primer faro. “Mi papá es uno de los hombres más trabajadores que he conocido. Cuando ya nos tenía a nosotros, se puso a estudiar la secundaria. Terminó su carrera de ingeniero civil en 1977. Nos enseñó que nunca es tarde para superarse.”
Pero el aprendizaje no vino solo de las palabras. En casa, los valores se vivían a través de la rutina. “Teníamos tareas diarias. Nos tocaba lavar baños, limpiar la cocina, el patio, la cochera. Cada día uno tenía una responsabilidad distinta. No era opcional. Era parte de la vida.”
Esa organización doméstica, que hoy podría parecer rigurosa, fue la base para el sentido del deber y la corresponsabilidad que Doria llevó consigo a la vida pública. “Muchas veces no querías hacer lo que te tocaba, pero lo hacías. Y con el tiempo te das cuenta de que eso era amor. Era formación.” Desde joven mostró un espíritu inquieto y trabajador. “A los 12 años tuve mi primer empleo. Un vecino fabricaba cajas de cartón para Mariscal, la tienda de ropa y empecé con él. Primero armando manualmente con grapas, luego usando una máquina más avanzada. Me convertí en el más productivo. Me encantaba.”
Ese mismo impulso lo llevó a combinar el estudio, el trabajo y el deporte. Fue jugador de fútbol americano
y también charro, una tradición heredada por el lado de su madre. “Nos patrocinaba Cementos Mexicanos, y el equipo lo manejaba Patricio Zambrano. Charreamos por toda la República, incluso representamos a México en el extranjero. Fue una etapa bellísima.”
La charrería, más allá del deporte, representó un espacio donde se reforzaron valores clave: disciplina, respeto, entrega, y sobre todo, identidad. “El contacto con los caballos me enseñó mucho. Hay que tener carácter, pero también humildad. Ellos sienten todo.”
Años más tarde le ofrecieron trabajar en la Secretaría de Servicios Públicos de Monterrey, Doria no tenía experiencia administrativa, pero sí tenía algo más poderoso: ética, energía, disposición de aprender y una enorme responsabilidad personal. “Llegué en el año 2000 sin saber exactamente en qué consistía el puesto, pero fui el primero en llegar a la oficina y el último en irme. Lo demás lo aprendí en el camino.”
Aquel niño que levantaba platos, limpiaba patios y armaba cajas, se transformó en un servidor público que entendía el valor del trabajo desde sus cimientos. “Lo que me ha llevado a muchas partes ha sido la puntualidad y la responsabilidad. Y eso, sin duda, lo aprendí en casa.”
No estudió para ser político, ni lo soñó de niño. Pero la vida lo fue llevando. Cuando perdió su empleo en la iniciativa privada, su hermano le dijo: “Vete a la campaña de Felipe de Jesús Cantú”. No estaba muy convencido. Sin embargo, esa decisión lo cambió todo. “No me imaginaba que ese salto me llevaría a dedicarme de lleno al servicio público. Ya no me salí.”
Y desde entonces, ha atravesado administraciones, partidos, municipios y retos de toda índole. Pero nunca ha dejado de ser aquel hijo de familia que
aprendió a respetar, a obedecer, a liderar desde el ejemplo.
En una época en la que el servicio público suele asociarse con ambición o protagonismo, José Luis Doria Mata representa una excepción valiosa: un hombre que no busca reflectores, sino resultados. Que no actúa por interés, sino por vocación. Que no olvida, ni por un segundo, de dónde viene.
EL GRAN RETO DE SANTA CATARINA: Transformar Desde la Raíz
Cuando Doria Mata llegó a Santa Catarina, lo recibió una ciudad herida. “Ver una ciudad con una situación de inseguridad, descuidada… dije: tengo una gran oportunidad de demostrar cómo salir adelante”, recuerda con firmeza. Fue un antes y después no sólo en su trayectoria profesional, sino también en su desarrollo personal como servidor público.
La inseguridad en las calles había provocado el abandono de los espacios públicos. Las plazas, que deberían ser el corazón de la comunidad, estaban vacías. “La gente se alejaba de las áreas públicas porque tenían miedo”, relata. “Nos tocaba como Secretaría de Servicios Públicos garantizar que las plazas estuvieran iluminadas, limpias, seguras. Aunque no fuéramos seguridad pública, nuestra responsabilidad era que esos espacios se sintieran seguros otra vez”.
Además del temor que permeaba en el ambiente, existía un fuerte rezago en infraestructura urbana: vialidades deterioradas, baches, falta de mantenimiento, iluminación deficiente. “No había tanto recurso como en Monterrey o San Pedro. Era como tener un padre rico y otro no tan rico. Aquí había que hacer mucho con poco. Pero eso me motivó más. Había que usar bien cada peso”, comenta con hones-
“La fe no necesita etiquetas. Yo creo en Dios y me encomiendo a Él todos los días.”
tidad.
El diagnóstico inicial no era alentador: “Me acuerdo perfectamente que cuando llegamos, las calificaciones ciudadanas eran bajísimas. Estábamos en último lugar. Veníamos de una administración muy golpeada, y lo sabíamos: nos tocaba remar contra la corriente”.
En ese momento, José Luis se apoyó en la visión del entonces alcalde Víctor Pérez. “Le dije: ‘tranquilo, para abajo ya no hay nada; lo que subamos es lo que importa’. Y comenzamos a subir, poco a poco, con acciones visibles y honestas.” Lo primero fue recuperar la confianza. “Empezamos a mandar señales: primero pusimos plantas, luego rescatamos adornos de navidades pasadas —como unas esferas que estaban arrumbadas en un almacén— y con eso creamos decoraciones temáticas para el Día del Niño, del Padre, de la Madre.” Los detalles se convirtieron en símbolo de esperanza. La ciudad, lentamente, comenzaba a verse distinta. “Víctor nos decía: ‘me gustan esas cosas que están poniendo en las avenidas’. Era como prender una luz en medio de la oscuridad.”
Pero más allá de las acciones estéticas, Doria promovió una cultura de atención directa y contacto con el ciudadano. “Formé un estilo de respuesta que muchas veces era personal. Respondía los mensajes, estaba presente. Y eso la gente lo notaba”, asegura. Esa forma de trabajar lo llevó a convertirse en una figura cercana para muchas colonias. “Cuando me fui unos meses a San Pedro, la gente me seguía escribiendo. Me buscaban para resolver cosas en Santa Catarina, aún sabiendo
que ya no estaba ahí.”
Esa conexión ciudadana marcó un hito. “Al regresar, hicimos una publicación y te lo juro, nunca en mi vida había recibido tantos comentarios positivos. Me di cuenta de lo que habíamos logrado. La gente valoró nuestro trabajo, lo que hicimos con amor y con entrega.”
Para José Luis Doria, Santa Catarina no fue solo un reto administrativo; fue un desafío humano, un llamado a demostrar que con voluntad, disciplina y visión se puede transformar una comunidad desde la raíz. “Fue una etapa muy bonita, muy intensa. Santa Catarina me puso a prueba y me dio la oportunidad de dejar una huella.”
FAMILIA, EQUILIBRIO Y CONVICCIÓN:
La Fuerza que Sostiene a José Luis Doria Mata
Para José Luis Doria Mata, la vida pública y la vida familiar no son esferas separadas, sino dimensiones que se entrelazan profundamente. A lo largo de su carrera, ha aprendido que la vocación de servicio no debe significar el sacrificio de lo más valioso: su hogar, su rol como padre, esposo e hijo. Mantener ese equilibrio ha sido uno de los desafíos más complejos, pero también una de las victorias más significativas de su vida. “Mis primeros años como servidor público fueron muy absorbentes”, admite con honestidad.
“Sobre todo en esta secretaría donde puedes tener quejas las 24 horas del día… En el día puede haber basura o baches, y en la noche, alguna luminaria apagada. Te están hablando a toda hora.”
En esos años, sus hijos eran pequeños. Su hijo mayor tenía cuatro años y su hija apenas uno, cuando comenzó su trabajo en el Ayuntamiento de Monterrey en el año 2000. Aun así, decidió no perderse su crecimiento. “Me los llevaba conmigo en la tarde junto con mi esposa. Íbamos a revisar luminarias. Me ayudaban. Me decían: ‘Aquí hay una, papi’. A veces ya íbamos en Guadalupe y me decían: ‘Aquí hay otra’, y yo les explicaba que ya no estábamos en Monterrey, que ese era ya otro municipio y pues que no me competía”, recuerda con una sonrisa que esconde nostalgia.
Aunque su agenda estuviera saturada de compromisos, había algo que nunca estuvo en juego: su presencia en los momentos importantes. “Sí, fallé en algunas cosas, pero a sus fiestas nunca. Siempre buscaba el modo de estar ahí. Sacaba cualquier pretexto para no perdérmelas. Para mí era sagrado.”
La familia es el núcleo donde aprendió los valores que hoy lo guían. “Como te mencionaba, crecimos con un programa de actividades en casa. El que tú levantaras tu plato de la mesa, muchas cosas que a lo mejor suenan anticuadas, pero que nos formaron con amor”, relata. Esa estructura familiar, aparentemente estricta, se tradujo en disciplina y cariño. Incluso cuando, siendo joven, salía a fiestas o se desvelaba, su padre lo despertaba a las seis de la mañana para ir al rancho a trabajar. “Era parte de la vida”, reflexiona. “Y aunque hoy los tiempos han cambiado, esas enseñanzas las he transmitido a mis hijos.”
Y lo ha logrado. Sus hijos, hoy adultos, son su mayor orgullo. “Mi hijo llegó a jugar fútbol americano hasta liga mayor. Lo becaron desde la prepa por su disciplina. Es un hombre hecho y derecho. Y mi hija también, una joven ejemplar. Son el amor de mi vida. Me conmueve verlos tan entregados, tan responsables.”
A pesar de los compromisos institucionales, su vínculo con ellos no se rompió, al contrario, se fortaleció. “En su último año de universidad, decidí que me iba a ir con él a todos los juegos. Y lo hice. Lo acompañé a cada partido. Era mi forma de decirle: aquí estoy.”
“La charrería me enseñó humildad, carácter y paz. Montar a caballo
En su familia también encontró inspiración para superar momentos difíciles. El fallecimiento de su madre durante la pandemia fue un golpe devastador. “Fue muy duro. Ella siempre nos recibía con amor. Aunque usábamos cubrebocas y spray, ella decía: ‘quítate esa cosa, tú abrázame cabrón’. Así era ella. Fuerte, amorosa. Se infectó junto con mi padre y mis hermanos. Pensamos que quien no la iba a librar era mi papá… y al final, fue mi madre quien se nos fue”. Sin embargo, incluso en el dolor, se mantuvo de pie, apoyado en su esposa, sus hijos y sus valores. La familia no solo es su refugio, también es su motor. “Hoy precisamente estaba comiendo con mi hijo, traía un tema laboral y le dije: ‘Que nada te detenga. Aquí estoy para apoyarte, para eso estamos y deja todo en manos de Dios”. En su hogar encontró siempre el im-
volver a mí.”
pulso para seguir creciendo. “La familia te da balance, te recuerda quién eres, incluso cuando afuera te llaman Ingeniero, secretario o síndico. Cuando llegas a casa, eres papá, eres esposo, eres hijo. Y eso te pone los pies en la tierra.”
José Luis Doria Mata no oculta su convicción: no se puede aspirar al éxito público sin una base emocional sólida. “El éxito no es solo laboral. Para mí es estar bien emocional, personal y profesionalmente. Es una estrella que se alcanza cuando todo está en armonía.”
EL PESO DE LA EXPERIENCIA:
Aprender, Resistir y Permanecer Hablar de Doria Mata es hablar de constancia. De una carrera pública forjada no por ambiciones partidistas ni apellidos políticos, sino por una ética de trabajo que ha sabido abrirse paso
en distintas administraciones, colores y circunstancias. Su experiencia no se mide solo en años, que ya suman más de dos décadas, sino en la resiliencia con la que ha enfrentado cada reto, en la capacidad de reinventarse sin perder el piso, y en la humildad para reconocer que la mejor escuela ha sido, muchas veces, la práctica diaria. “Yo llegué al servicio público en el año 2000”, recuerda. “No tenía idea de lo que era la Secretaría de Servicios Públicos, pero me dieron la oportunidad y la aproveché. Me asignaron la zona centro de Monterrey, que en ese entonces implicaba tener bajo tu responsabilidad el Palacio Municipal, el Palacio de Gobierno, los alrededores y todos los medios. Debías tenerlo todo impecable.”
Esa responsabilidad cayó sobre sus hombros con 800 empleados a su cargo, en una época en la que aún existía
“Los valores no pasan de moda. El amor, la empatía y la responsabilidad siguen siendo fundamentales.”
la recolección municipal de basura, y con ello, una curva de aprendizaje abrupta. “A veces llegaba a las seis de la mañana y me sentaba solo en mi oficina. Era el primero en llegar, como siempre lo he sido. Me quedaba hasta tarde. Tenía la ambición de aprender, de entender lo que estaba haciendo.”
Para muchos, su inexperiencia inicial habría sido una barrera. Para él, fue una motivación. “Un compañero, Ramiro Morales, que era mi segundo en ese entonces, me dijo: ‘Tú no vas a durar ni tres años. Esto es muy complicado.’ Le pregunté cuántos llevaba él. ‘Dieciocho’, me dijo. Y pensé: ¿y por qué tú sí y yo no? Y duré nueve años seguidos, en diferentes administraciones, incluso cambiando de partido.”
Ese pequeño episodio marcó su carácter: lo impulsó a demostrar que la permanencia no depende del acomodo político, sino del compromiso, de los resultados, del respeto ganado a pulso. “Me tocó trabajar con tres alcaldes de distintos partidos: Felipe Jesús Cantú, Canavati y Madero. No era común que alguien se mantuviera en el mismo puesto con tantos cambios.” No todo ha sido continuidad y logros. También ha enfrentado tropiezos, sacudidas personales y momentos de incertidumbre. Uno de los más duros fue cuando terminó su relación laboral con Patricio Zambrano, luego de 14 años de trabajar juntos. “Él empezó a hacer ajustes en su equipo, y en ese reacomodo nos llevó de encuentro a varios. Yo no tenía nada que ver, pero me fui.”
Con el golpe aún fresco, intentó emprender. Puso un negocio de artículos charros, una pasión que siempre lo acompañó, pero pronto fue víctima de un robo. “Nos acababan de entregar el local, estaba muy bonito, pero nos robaron todo. Económicamente me destrozaron. Me fui hasta abajo.”
Para Doria, la experiencia no se reduce a una línea en el currículum. Es una lección diaria que implica escuchar más de lo que se habla, adaptarse sin perder principios, y saber cuándo actuar y cuándo callar. “En mi primera sesión de cabildo me dijeron: ‘No hablas’. Y respondí: ‘Estoy escuchando. Prefiero no regarla, porque no conozco todavía el tema’.”
Esa disposición a aprender —aún con décadas de carrera— lo distingue. “Siempre me ha gustado escuchar a la gente que sí sabe.”
También sabe que el carácter operativo, esa necesidad de estar presente en campo, de supervisar personalmente, ha sido una de sus grandes fortalezas. “Soy muy activo. Me gusta andar en la calle, viendo, resolviendo. Soy sociable, y eso me ha abierto muchas puertas.”
Al mirar hacia atrás, reconoce que ha valido la pena. “Me ha tocado trabajar con jefes muy exigentes. Recuerdo a Rafa Zarazúa, que te hablaba a la una de la mañana para decirte que Lázaro Cárdenas estaba apagado. Y si no lo atendías, a los cinco minutos te marcaba otra vez: ‘Te encargo Alfonso Reyes’. Me decía: ‘Tú dormido y yo haciendo tu trabajo’. Y ahí iba uno, a
resolverlo. Así aprendí también.”
Y quizás, por todo eso, hoy no puede quedarse quieto. “Mi esposa me dice que descanse los domingos, pero no puedo. Necesito hacer algo. Es una adrenalina, una actividad que me llena. Me gusta lo que hago.”
El peso de la experiencia no lo ha cansado. Lo ha templado. Le ha enseñado que la constancia vence al ruido, que el prestigio no se compra, se construye. Y que el servicio público, si se vive con entrega, es una forma de honrar los valores con los que uno fue criado.
LA FE Y LOS VALORES EN TIEMPOS MODERNOS:
Entre Tradiciones y Nuevas Formas de Creer
En la vida de José Luis Doria Mata, la fe no es un concepto abstracto ni una simple herencia cultural; es una guía personal que lo ha acompañado en los momentos más difíciles, y una brújula moral que sigue orientando sus decisiones diarias, tanto en lo público como en lo íntimo.
“Sí, creo mucho en Dios”, afirma sin titubeos. “Me encomiendo a Él todos los días en la mañana. Desde que salgo de mi casa hago una oración que me enseñó mi madre cuando era niño, y hasta hoy no he dejado de hacerla.”
Aunque su fe se ha mantenido firme, también reconoce que su relación con las instituciones religiosas ha cambiado con el tiempo. “Nos han alejado un poco de la iglesia”, confiesa. “Antes, en casa, ir a misa los domingos era una
costumbre. Mi esposa y yo también se lo inculcamos a nuestros hijos. Pero pasó algo que marcó un quiebre.”
Con tono entre serio y resignado, cuenta una anécdota que muchos padres contemporáneos podrían comprender: “Un día, a mi hija le llamaron la atención en la iglesia por usar pantalones rotos, que era una moda. Fue con su novio y cuando regresó, me dijo: ‘No quiero volver a ir’. Yo la entendí. Y desde entonces, dejamos de ir.”
Esa experiencia no sólo representó una ruptura simbólica con una tradición, sino también el inicio de una reflexión más amplia sobre los cambios en el tejido social. “La iglesia católica, como muchas instituciones, ha mantenido ciertas etiquetas que alejan a las personas en lugar de acercarlas”, dice. “Mi esposa viene de una familia donde sus padres se divorciaron, y hubo un tiempo en que no la aceptaban en ciertos espacios por eso. Esas cosas lastiman.”
Lejos de abandonar su espiritualidad, Doria buscó otras formas de reconectar con la fe. “Estuve a punto de hacerme cristiano. Veía algo diferente en ellos. Antes los veía raros, la verdad, pero hoy no. Hoy tengo mucha relación con personas de esa comunidad. Y lo que he visto es una fe genuina, sin juicio.”
La espiritualidad, para él, no necesita estructuras rígidas. Se manifiesta en la conciencia, en la empatía, en el deseo sincero de hacer el bien. “Dios está muy cerca de nosotros”, afirma. “Yo lo siento, lo veo en las cosas buenas que me pasan, en los momentos en que más lo he necesitado.”
Y aunque el mundo cambia, los valores que lo formaron siguen siendo los mismos que intenta preservar y transmitir. “Se han perdido muchas cosas: la compasión, la empatía, el amor al prójimo. Veo a los jóvenes de hoy con menos responsabilidad afectiva, menos conexión. Por eso les digo: hagan las cosas con amor. No pierdan eso.”
Para Doria, la fe no es solo rezar. Es estar presente, ayudar, actuar con respeto, con humanidad. Es mirar al otro como a un hermano. Y eso, en un mundo donde tantas cosas se fragmentan, lo sigue considerando un acto revolucionario.
EL LEGADO DE LOS CABALLOS:
La Charrería como Raíz, Refugio y Filosofía de Vida
Detrás del funcionario incansable que recibe llamadas a medianoche y coordina cuadrillas al amanecer, hay un hombre de campo. Un charro. Un amante de los caballos que, en la tierra y el sudor, encontró una segunda escuela de vida. Hablar de José Luis es también hablar de su profunda conexión con el mundo equino y de cómo la charrería no solo fue un deporte, sino un legado familiar que dejó huella en su carácter.
“No he montado a caballo como me gustaría hacerlo”, confiesa con cierta nostalgia. “Tengo como un mes que no monto con mi hijo, y me encantaría hacerlo pronto. Es algo que extraño.”
La relación con los caballos le viene por parte de su madre, de la familia
Mata, dedicada a la renta y entrenamiento de caballos. De ahí nació el gusto por la charrería.
“Se los recomiendo 100%, no te imaginas la tranquilidad, La Paz que te da montar a caballo. Son unos animales que la verdad, desde que Dios y mi padre me dieron la oportunidad de acercarme a los caballos ha sido y es otra cosa.
Nomás perdiendo el miedo, porque muchas veces pues el temor, de lo que te pueda pasar al montarlo, o por el tamaño, o a veces el tipo de caballo que puede ser uno muy activo. Pero si tú te subes y cuando tú galopes un caballo vas a sentir lo increíble que es. Entre recuerdos de viajes, arenas y faenas, Doria recuerda con emoción a uno de sus principales impulsores en ese mundo: “Estuve en un equipo que manejaba el licenciado Patricio Zambrano, hermano de Lorenzo Zambrano, de Cemex. Cementos Mexicanos nos patrocinaba. Era un orgullo portar ese uniforme.”
Pero más allá de los torneos, lo que el mundo del caballo le dejó fue una filosofía de vida. “Montar te da paz. La caricia del caballo, su olor, el galopar… no te imaginas la tranquilidad que eso transmite. Es una conexión profunda. Uno se sube al caballo con respeto, no con miedo, y aprende a confiar, a guiar, a sentir.”
La charrería también lo formó en valores como la disciplina, la precisión, el trabajo en equipo. “Es un deporte
exigente. Hay que practicar mucho, ser constante, y estar en sintonía con el animal. Es algo que te moldea el carácter.”
El mundo moderno, muchas veces, lo ha alejado de ese ritmo. “Mi vida es muy activa. No me hallo quieto, ni los domingos”, admite. “Pero cuando monto, cuando estoy con un caballo, todo cambia. Es como volver a mí.”
Ese legado sigue vivo, aunque la rutina urbana lo mantenga lejos del corral. “Yo les recomiendo a todos tener contacto con un caballo alguna vez en su vida. Te cambia la perspectiva. Te enseña humildad, calma y respeto.”
Así, en medio del bullicio político y los deberes institucionales, el hombre que aprendió a montar desde joven no ha olvidado quién es cuando pisa tierra. Porque en la crin de un caballo, José Luis Doria encontró no solo un deporte, sino una forma de entender la vida.
UN ESTILO PROPIO DE LIDERAZGO
Su cercanía con la gente ha sido reconocida. “Formé un estilo de respuesta que muchas veces lo hacía personal… Cuando regresé a Santa Catarina, la gente me escribía agradeciendo que volviera. Eso me dio la mayor satisfacción.”
Al preguntarle qué es el éxito, Doria responde sin titubeos: “Es estar bien emocional, personal y laboralmente. Es una meta muy grande, pero es posible si lo haces con pasión.”
Y su motivación sigue siendo la misma: “Mi familia, mis padres, mis hijos, mi esposa. Son ellos quienes me mueven a seguir dando lo mejor de mí.”
UN ESTILO DE VIDA BASADO EN VALORES
La historia de José Luis Doria Mata es, en muchos sentidos, una lección sobre lo que verdaderamente significa el servicio público. No se trata únicamente de ocupar cargos ni de figurar en listas administrativas. Se trata de tener un propósito, una raíz firme, y una vocación que nace desde lo más íntimo: la familia, la educación, la disciplina, el amor por los demás. Desde sus primeros trabajos en la infancia, su pasión por la charrería, su cercanía con la ciudadanía y su constante disposición para aprender, Doria ha construido una carrera coherente,
honesta y profundamente humana. Y eso, en tiempos donde la inmediatez y la vanidad muchas veces contaminan la función pública, se vuelve un acto de integridad.
“No soy comunicólogo”, dice con sencillez. “Solo trato de expresar lo que siento. Y si algo puedo dejar claro, es que todo lo que soy comenzó en mi casa.”
Hoy, como síndico primero del municipio de Santa Catarina, lleva consigo no solo años de experiencia, sino la claridad de propósito que lo ha acompañado desde siempre: trabajar con amor, servir con humildad y dejar una huella que inspire a otros. No se trata de tener todas las respuestas, sino de estar ahí, de escuchar, de actuar con responsabilidad.
“Mi mayor motivación sigue siendo mi familia. Ellos son mi fuerza. Y cada día que salgo de casa, me encomiendo a Dios. Porque creo en el poder de hacer las cosas bien, de hacerlas con amor.”
En Doria Mata encontramos más que un funcionario. Encontramos a un hombre que cree en los valores, que honra su historia y que sigue cabalgando, desde lo público y lo personal, hacia una vida con sentido, compromiso y convicción.
También les invita a no perder de vista la humanidad en medio de la tecnología y el avance científico. “En un mundo cada vez más automatizado, ser humano sigue siendo el valor más alto. No dejen que el ruido de afuera los desconecte de su vocación, de sus principios y de lo que los hace únicos.” En un mundo donde la prisa, el ego y la inmediatez muchas veces nublan el verdadero propósito del quehacer médico, la historia del Dr. Luis Fernando Zorrilla Núñez emerge como un recordatorio de que la vocación, la ética y el compromiso con el bienestar humano siguen siendo faros que iluminan el camino.
Su vida es testimonio de esfuerzo, humildad y servicio. Cada paso dado en su formación, cada decisión en su trayectoria y cada momento compartido con sus pacientes reflejan una profunda pasión por la medicina y por la vida misma.
No se trata solo de tratar enfermedades, sino de sanar historias, acompañar procesos y sembrar confianza.
El Dr. Zorrilla representa a una gene-
ración de médicos que entienden que el conocimiento debe estar al servicio del otro, y que la ciencia sin valores pierde su sentido más noble. Desde su ejercicio profesional como bariatra, ha transformado cuerpos, pero, sobre todo, ha inspirado transformaciones de vida.
Hoy, al compartir su historia, también comparte una convicción: que la medicina bien ejercida es un arte que se cultiva con conocimiento, pero sobre todo con corazón. Y que en cada paciente, en cada familia, se encuentra la oportunidad de ser parte de algo más grande: la posibilidad de devolverle a la vida su plenitud.
Por Magdalena Salinas
El inicio del año escolar puede ser una etapa de entusiasmo, pero también de gran ansiedad para muchos estudiantes, especialmente aquellos que son neurodivergentes. Prepararlos emocional y sensorialmente no solo reduce el estrés, sino que favorece una transición más segura y positiva hacia la rutina escolar.
Una herramienta clave es la anticipación visual: mostrar al estudiante imágenes del aula, del docente o del edificio escolar permite familiarizarse con el entorno antes
del primer día. Calendarios visuales, cuentos sociales o recorridos previos también ayudan a construir una sensación de control.
Desde el plano sensorial, es importante identificar posibles desencadenantes como ruidos fuertes, luces brillantes o cambios bruscos en la rutina. Preparar un espacio tranquilo o permitir el uso de objetos reguladores (pelotas antiestrés, auriculares, juguetes sensoriales) puede marcar la diferencia en su bienestar.
Además, hablar abiertamente sobre los sentimientos asociados al regreso —con preguntas simples y contención emocional— fortalece su autorregulación y autoestima. En un entorno predecible, comprensivo y respetuoso de sus necesidades, el estudiante no solo aprende, sino que florece.
Incluir desde el inicio es preparar el camino para todos. La verdadera inclusión comienza mucho antes del timbre de entrada.
El fentanilo excusa o combate frontal.
El consumo de diferentes sustancias prohibidas en México y en Estados Unidos ha aumentado de manera lacerante, específicamente el Fentanilo sustancia altamente adictiva en donde más de 47,000 estadounidenses mueren cada año por sobredosis de esa droga sintética, según la agencia de control y prevención de enfermedades de ese país, en México en los últimos años se ha observado un incremento en el número de ingresos hospitalarios de 10 casos en 2018 a 430 en 2023 concentrados principalmente en los estados de Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa y Sonora, lo que ha generado un aumento en
el número de muertes por sobredosis.
Actualmente tanto México como Estados Unidos enfrentan una crisis que mantiene alertas a dichos estados, ya que se estableció una red entre carteles mexicanos y de china para elaborar la droga, que se envía después a Estados Unidos. Este tema cada vez es más peligroso para México pero también para Estados Unidos
Actualmente en nuestro país a través de la Secretaría de Defensa, Fiscalía General de la República, Marina y Seguridad han reportado decomisos en diferentes entidades federativas principalmente en el norte del país.
¿Y qué efectos provoca el Fentanilo al consumirlo?
Los más común son: perturbaciones visuales, euforia (menos notoria con respecto a la heroína y morfina), confusión, depresión respiratoria (puede llevar a fallo respiratorio), somnolencia, náuseas y diarrea, Discinesia (movimientos musculares involuntarios e incontrolados) alucinaciones, delirio, contracciones intestinales, pérdida de la conciencia, hipotensión, coma y muerte.
El fentanilo y cualquier tipo de droga no solo tienen efectos a nivel individual, sino todo el entorno social del adicto se ve condicionado a una desestabilización de la unidad
familiar, en donde se hace presente la desconfianza, la mentira el engaño, dificultades para manejar las emociones, robo de objetos o dinero, desequilibrio en la economía familiar, culpabilidad, codependencia, abandono o rechazo y violencia.
El gabinete de seguridad en lo que va del año logró el aseguramiento de 1,168 laboratorios clandestinos y 3 millones 62 mil 722 pastillas de fentanilo lo que representa un
golpe de cientos de millones de pesos al crimen organizado, recursos que no podrán utilizar para expandir sus operaciones y generar más violencia en nuestro país, así mismo en el estado de Nuevo León el día 14 de Julio del presente en el Municipio de Apodaca la Policía Federal Ministerial y Autoridades de los tres órdenes de gobierno realizaron un cateo en donde decomisaron 10 kilos de metanfetamina.
Pero lamentablemente para el Presidente Donald Trump la estrategia de seguridad que ha implementado México para combatir a los grupos delictivos (terrorista) no ha sido de su agrado, si bien es cierto que lo incautado es histórico, pero qué hay de los servidores públicos que se encuentran en total contubernio con el crimen organizado y que a cambio de dar protección y seguridad a los grupos delictivos reciben grandes cantidades de dinero.
Por lo anterior, en días pasados el presidente Donald Trump firmó la Ley HALT Fentanyl, para frenar el ingreso del fentanilo a los Estados Unidos, y evitar que los productores de esas sustancias tienen amenazados a Políticos de México. Si bien es cierto que el firmar leyes para combatir el tráfico de drogas en Estados Unidos ayuda, pero el problema está principalmente en los consumidores de dichas sus-
tancias, así que creo que la pregunta que se deben de hacer los responsables de dirigir un país es ¿Por qué las personas consumen? Y la respuesta es fácil y sencilla el sufrimiento emocional, la ansiedad, la depresión, la falta de amor, desintegración familiar, desempleo, entonces sí sabemos las causas comencemos a construir países en donde se fomente el amor propio, el respeto, la unidad, paz, libertad, responsabilidad, voluntad y tolerancia.
Los grandes problemas son sencillos de resolver cuando hay voluntad, en vez de implementar medidas que nada tienen que ver con el crecimiento de un país. ¡Aranceles!...
Unidad y trabajo en equipo entre países es lo que se ocupa no más mentiras para querer adueñarse de un país rico en recursos.
Los Herrera, N.L. — En un acto cargado de esperanza, solidaridad y profunda gratitud, el profesor Manuel Salinas y la ex directora de cultura del municipio de Guadalupe Nuevo León Gloria Treviño inauguraron el pasado 2 de agosto del presente año el nuevo Dispensario Médico HERRERAS UNIDO, una iniciativa que surge del corazón para atender a los sectores más vulnerables del municipio. Gracias a la colaboración de ciudadanos comprometidos, amistades entrañables y miembros de la comunidad, se logró habilitar el espacio con aparatos ortopédicos, sillas de ruedas, pañales para adultos mayores y medicamentos, todo donado con generosidad. Cabe destacar que el inmueble donde ahora
opera el dispensario fue cedido sin costo alguno por un residente, un gesto que reafirma la unión de esta comunidad ante las causas nobles.
Durante el evento, el profesor Manuel Salinas expresó con emoción:
“Este dispensario no tiene más intención que servir a nuestra gente. Aquí no hay intereses políticos ni fines personales. Esto nace del dolor de ver a nuestros adultos mayores y a quienes menos tienen, sin acceso a lo más básico: la salud.”
“Un día recibo una llamada de un buen amigo José, Pepe Escamilla y me dice: Me gusta tu proyecto y lo que estas haciendo. Tengo un local, esta un poco
abandonado, pero vamos a hacerlo funcionar, yo corro con esos gastos. Así es como hoy contamos con este espacio que convertimos en Dispensario médico, gracias a el y a tantos amigos que se sumaron.” Visiblemente conmovido, agregó:
“Los Herrera es un municipio que a veces se siente olvidado, pero hoy demostramos que cuando la gente se une con voluntad, podemos hacer milagros. Agradezco de todo corazón a quienes donaron, quienes creyeron, quienes ayudaron a levantar este espacio que ahora es de todos.”
Uno de los momentos más destacados de la jornada fue la pre-
sencia de la senadora Judith Díaz, quien respaldó el proyecto con su presencia y compromiso: “Cuando supe de este esfuerzo ciudadano, no dudé en venir. Me emociona ver cómo el amor al prójimo se manifiesta en acciones concretas. Este dispensario no sólo dará salud, dará esperanza. Mi reconocimiento a Manuel Salinas, Gloria Treviño gran amiga, al padre chema y a todos los que lo han hecho posible.”
“El animo de servir para mi es lo mas importante. Hoy me acompaña la regidora Viridiana Tovar, que además nos hizo el favor de traer medicamentos y nosotros nos comprometemos ha hacer llegar no solo hoy una buena dotación de lo que mas nos piden, que son generalmente las necesidades inmediatas de nuestros adultos mayores.”
“A mi me da mucho gusto que estos proyectos nazcan de la comunidad con esa visión de servir a los demás, cuenten con nosotros para continuar contribuyendo en este poryecto.”
Además de la senadora, se contó con la presencia de figuras como Tatiana Clouthier y el padre Chema, quienes también mostraron su respaldo a esta iniciativa que promete cambiar muchas vidas.
Con una fuerte ovación, la comunidad celebró la apertura de este espacio que comenzará a brindar atención inmediata. El dispensario representa no sólo una solución médica, sino también un símbolo de fe, empatía y organización social.
Con los grandes avances que ha logrado la medicina en el tratamiento y la prevención de las hepatitis virales, los profesionales de la salud se enfocan en redoblar los esfuerzos para detectar a toda la población que está en riesgo de contagio y disminuir la presencia de este padecimiento.
En el Día Mundial contra las Hepatitis Virales, la doctora Linda Muñoz Espinosa, jefa de la Unidad de Hígado del Hospital Universitario José Eleuterio González, señaló que, antes de la pandemia del Covid-19, se firmó un convenio con las asociaciones de hepatología del mundo con la finalidad de erradicar el virus de la hepatitis para el 2030.
“Ese camino no ha sido muy sencillo porque hoy en día en ningún país se ha erradicado”, lamentó Muñoz Espinosa.
Dentro de los tipos de virus que causan hepatitis, el más mortífero es el tipo B, el cual afecta a alrededor de 300 millones de personas en el mundo, principalmente en África. En México, la hepatitis C es la que representa la mayor preocupación para los programas de salud pública.
En total, la Organización Mundial de la Salud estima que alrededor de 3,500 personas al día mueren a causa de las hepatitis B y C a nivel mundial.
“Nosotros estamos yendo a hablar con los médicos de primer contacto para capacitarlos. Les damos sesiones cada 15 días para que estén capacitados en detectar el virus C, en tratarlos, porque el tratamiento hoy en día para el virus C es gratuito, lo tiene el sector salud”, informó. Tipos de hepatitis virales
· Hepatitis A: generalmente aguda y autolimitada, se transmite por vía fecal-oral.
· Hepatitis B: puede ser aguda o crónica, con alto riesgo de contagio por relación sexual.
· Hepatitis C: puede ser aguda o crónica, con alto riesgo de contagio por contacto con sangre infectada.
· Hepatitis D: solo ocurre en personas con hepatitis B como coinfección o sobreinfección y puede ser aguda o crónica.
· Hepatitis E: generalmente aguda, se transmite por vía fecal-oral.
La especialista de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) exhortó a vacunarse a todas las personas que estén dentro de los factores de riesgo, tales como el uso de tatuajes, piercings y la práctica de relaciones sexuales sin protección; actualmente existen vacunas para la hepatitis A y B.
“Antes de que se pongan esos piercings que yo veo por donde quiera, antes de que tengan promiscuidad sexual, antes de que reciban una transfusión de sangre por necesidad, antes de todos esos factores de riesgo, hay que vacunarse”, expuso.
“Para la hepatitis C no hay vacuna, hay que prevenirla con esos factores de riesgo; para el D tampoco hay vacuna. Pero si vacunas para el B, ya vacunaste para prevenir el D”, añadió.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo para las hepatitis virales?
1. Exposición a sangre o fluidos corporales contaminados. Esto incluye el uso compartido de agujas, jeringas o herramientas de inyección y compartir objetos personales de cuidado personal.
2. Relaciones sexuales. La falta de protección en las relaciones sexuales y el tener múltiples
parejas sexuales son factores de riesgo para hepatitis B y C.
3. Saneamiento deficiente y agua contaminada. El consumo de agua o alimentos contaminados en áreas con saneamiento precario, o el consumo de mariscos crudos, es un factor de riesgo para la hepatitis A.
Tratamientos
En cuanto a los tratamientos, Muñoz Espinosa indicó que estos se han vuelto más baratos y menos dolorosos para los pacientes; hasta el momento la hepatitis C es el único tipo que tiene un tratamiento con tasas de curación de hasta del 95 por ciento.
“Antes dábamos tratamientos nada más para mejorar al 50 por ciento porque no se podían curar, era el interferón y aparte era un tratamiento muy pesado con muchos efectos adversos”, explicó.
“Pero a partir de 2015, entraron los que se llaman antivirales de acción directa, con los que curamos a más del 95 por ciento de los pacientes que tienen hepatitis C”, agregó la hepatóloga de la UANL.
Si consideras que estás dentro de los factores de riesgo mencionados, en el Centro de Hepatología del Hospital Universitario ofrecen una prueba rápida totalmente gratuita.
Asimismo, en el marco del Día Mundial contra las Hepatitis Virales, que se conmemora el 28 de julio, este espacio universitario llevará a cabo una serie de pláticas presenciales y en línea sobre el diagnóstico y prevención de estas enfermedades del hígado, a partir de las 9:00 horas, en el auditorio y redes sociales del Centro de Hepatología de la UANL. Mayores informes en el 8183294205.
En estas vacaciones, es un gran momento para revisitar los museos de Nuevo León. Para esta edición de Valores de Nuevo León te comentamos de esta increíble exposición de uno de los iconos de la cultura popular infantil de México: “¿Y quién es ese señor? Cri-Cri. Francisco Gabilondo Soler. Vida y obra”.
La exhibición no habría sido posible sin la estrecha colaboración y el generoso apoyo de Fomento Cultural GabSol, A.C., custodio del legado del compositor, así como de Sony Music México, casa discográfica que administra y promueve el legado musical de Cri-Cri, y a quienes compartieron generosamente sus colecciones particulares. La curaduría estuvo a cargo de Claudia Ávila, Coordinadora de exposiciones y el diseño museográfico es del museógrafo Sergio Rodríguez.
La exposición ofrece un recorrido temático que invita a conocer un poco la vida y su obra de Francisco Gabilondo Soler a través de objetos personales, grabaciones, fotografías, discos y documentos originales, así como materiales audiovisuales que revelan tanto su dimensión artística como humana.
La exposición está organizada en cuatro núcleos temáticos: “México al aire” Una introducción al contexto histórico de las primeras décadas del siglo XX, cuando la radio emergía como el medio de comunicación más influyente y fue el escenario donde nació Cri-Cri; en “Espíritu infinito” es un
acercamiento íntimo a la biografía de Gabilondo
Soler: su infancia, sus lecturas, sus pasatiempos y las inquietudes que formaron su espíritu antes de ser conocido por el gran público.
“Y llegó Cri-Cri”, es el tercer núcleo en el momento en que nace el personaje. Aquí se exploran sus años en la XEW, la creación de sus canciones, su talento como cronista de lo cotidiano y la evolución del personaje que hizo cantar a todo un país y
finalmente
“Legado cultural”, una revisión de la vigencia de su música en la cultura mexicana, la crítica especializada y su lugar en la memoria colectiva nacional. Su música sigue presente en hogares, escenarios, escuelas y corazones.
La exposición estará abierta al público hasta el 18 de enero de 2026.
Costo de $20 pesos por persona
¡Bienvenidos al nuevo ciclo escolar
La Preparatoria N1 UANL Colegio Civil estuvo preparándose para los nuevos estudiantes de nuevo ingreso para este ciclo escolar Agosto- Diciembre 2025 creando distintas alternativas para brindar una experiencia escolar de calidad.
Apoyándose de los distintos canales que cuenta en las redes sociales, realizaron distintas actividades para que los alumnos estuvieran listos para esta nueva etapa de su vida: Algunas de estas actividades que realizó la institución educativa fue difundir
el webinar informativo de la UANL para conocer el sistema de nivel medio superior de la universidad.
Así como realizar un recorrido virtual que se encuentra en su página de facebook
Preparatoria N1 UANL dónde mostraban de forma visual los distintos departamentos y servicios de la preparatoria. Dando una explicación de cada una de las funciones de lo que tiene que ofrecer la preparatoria.
Desde sus distintos clubs deportivos a espacios de convivencia como la cafetería y
biblioteca de la institución. Así como dar una bienvenida cálida y dar a conocer a los nuevos estudiantes el compromiso de la institución con realizar una educación integral de calidad. Mencionaron sus esfuerzos para bajar los índices de abandono escolar, las oportunidades de intercambio cultural que los alumnos pueden acceder, la implementación de estrategias educativas y el logro de disminución de tasas de reprobación gracias al programa de tutorías.
Egresado de Ingeniería Industrial y Administración
4.º lugar Huawei
World’s Best Installer Contest 2025